Las pandillas juveniles conocidas como maras se formaron en Guatemala en la década de 1990, ofreciendo a los jóvenes una sensación de pertenencia y protección que no encontraban en sus hogares o comunidades. Estas pandillas se expandieron rápidamente y se volvieron cada vez más violentas, participando en actividades delictivas como el tráfico de drogas, extorsión y asesinatos.
Las pandillas juveniles conocidas como maras se formaron en Guatemala en la década de 1990, ofreciendo a los jóvenes una sensación de pertenencia y protección que no encontraban en sus hogares o comunidades. Estas pandillas se expandieron rápidamente y se volvieron cada vez más violentas, participando en actividades delictivas como el tráfico de drogas, extorsión y asesinatos.
Las pandillas juveniles conocidas como maras se formaron en Guatemala en la década de 1990, ofreciendo a los jóvenes una sensación de pertenencia y protección que no encontraban en sus hogares o comunidades. Estas pandillas se expandieron rápidamente y se volvieron cada vez más violentas, participando en actividades delictivas como el tráfico de drogas, extorsión y asesinatos.