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epistemologia y ateismo examen de las argumentaciones y justificaciones de la creencia teista Alejandro Ramirez Figueroa BN... y Allende Editores Eprsremotocta y ATéfsMo Il Los engaiios teistas: conceptos y argumentos Se debe aclarar algunas cuestiones que sirven de referente general a este tema. La primera es la cuestién del denominado “peso de la prueba” y su relacién con la supuesta negatividad del ateismo. La segunda es la categoria de “misterio”, propia del teismo y la tercera se refiere a la necesidad de evitar lo que se puede llamar “trampas” o engafios argumentales del teismo. 1. El problema del peso de la prueba. Sobre este primer punto, resulta singular la posicion que tiene la figura del ateo. Es una posicién de negatividad. El ateo hoy es alguien que, antes que nada, deberia dar excusas por serlo. El ateo es alguien que, por sobre todo, estaria en falta. En falta consigo mismo y con los otros. Parece que mucho deberén atin avanzar las sociedades para que dicha situacién se revierta. La propia etimologia griega, a-theds, ayuda en este sentido. Pero, mas todavia, “ateismo” es casi un término para la descalificacién. Para el teista J. Maritain, por ejemplo, el argumento contra el ateo significa simplemente descalificarlo, indicarlo con el dedo. Presupone esta postura que el estado 7 > de Creencig ™Mo Anselmo “natural”, por decirlo asi, del hombre es e] estado teista. Ser ateo es estar fuera de la naturaleza, tal co; consideraba como “insensato” al que no cree, Asi, | Dios es una actitud inteligente y moralmente bue ser ateo es ser inmoral y falto de lucidez. Sj algu ateo debe dar cuenta de su mala conducta. George 9 creencia ey Ma. Por tanto, ien se declara Smith Tecurre, an Criséstomo, ala Naturaleza cre6 también la naturaleza humana, por lo que el hombre debe necesariamente creer en Dios. Quienno cree en Dios esunserfalto de humanidad, trunco en su espiritualidad, émenos humano, en suma? Hoy esto no se dice, no abiertamente al menos, pero se advierte oculto y semipresente en los discursos publicos®. El respeto a la diversidad que hoy parecen tener las sociedades es algo atin no perfeccionado; ante los ateos parece decirse, con aparente tolerancia: jalla ellos, respetemos su insensatez! hoy, sobre esto mismo, a las opiniones de San Ju quien afirmaba que, dado que Dios creé tod. La situacién de negatividad que implica el ateismo se ve hoy reflejada casi cotidianamente en los discursos populares, pero también en los doctos. A menudo se puede escuchar declaraciones en defensa de alguna persona en raz6n ce que . un buen padre, honrado, trabajador y, se agrega, cristiano. ; alguien se defiende de un ataque verbal contra su integi puede decir, jpero cémo!, soy honesto, soy cristiano, a im extrafio que fulano se haya comportado asi de mal, , ‘a? cristiano! En este caso ser cristiano pareciera implicar cane la honestidad, cosa que manifiestamente no es asl. ——____ * Ver G. Smith 1989, pp. 23. 48 g Episremotocis y AreisMO El teista, en cambio, no necesita explicar su fe ante los demas. Quien tiene que hacerlo es el ateo, quien requeriria de permanente autodefensa, explicacién y, casi, excusa. Siempre el ateo parece en desventaja frente al que cree. Sin embargo dicha situacion constituye una verdadera trampa conceptual. Como ha sido remarcado hoy, la falacia del “peso de la prueba” es la primera falacia que hay que despejar en cualquier debate argumentativo.® Y ocurre que, en este caso, en el debate entre el teista y el ateo, el peso de la prueba se ha hecho caer falazmente en el ateo; es él el que debe demostrar por qué no cree, es él quien tiene que demostrar que Dios no existe. El teista esta ya salvado por su status en la sociedad, status constituido por capas y capas de costumbres y supuestos de cada religién. Pero el engafio consiste en que justamente el tinico que requiere de justificacién es el teista, precisamente quien se esconde tras el escudo de la costumbre. El teista es quien carga sobre si con el deber de dar cuenta de sus creencias. Una carga pesadisima. Es % Ronald Giere et al, en efecto, afirman que la cuestién del peso de la prueba es central en los razonamientos en general, en cualquier Ambito. Afirman los autores: Como un consumidor de informacién cientifica, uno debe siempre tomar la posicién de que el peso de la prueba recae sobre el productor o proveedor de esa informacién. Ellos deben convencernos que estan en la raz6n. Esto significa que ellos deben prover datos que constituyan buena evidencia para sus exigencias. Usted, como un jurado, sélo necesita evaluar esa evidencia (...). Siendo capaz de concluir que los datos presentados son irrelevantes para considerar que el modelo presentado sea correcto, es, de hecho, una conclusién muy poderosa. Significa que podemos simplemente ignorar la hipotesis en cuestién (...). Hasta que nuevos datos sean presentados, sin embargo, podemos permanecer sin compromisos al respecto Giere et al, 2006, pp. 104). Cabe resaltar aqui que esto no equivale a un agnosticismo, concepto que se analizard en el capitulo 3. Las traducciones de textos en inglés y francés (y algunas pocas palabras en griego), salvo que se indique lo contrario, son del autor. 49 necesario invertir, pues, el orden de este asunto y transferir a cada cual sus responsabilidades. La inversién consiste, pues, en que es el que afirma ¢] enunciado “X existe” (“creo que X existe”) el que debe dar razones de su creencia, y no quien responde: “no creo que X exista”. Si alguien propone que cree en la existencia de algo, No es quien escucha esa afirmacién quien debe demostrar que él no cree; es el que propone quien debe defender su idea 9 su creencia. Si el que provee la informacién “X existe” no logra proporcionar evidencias convincentes en defensa de dicho enunciado 0 si, en términos légicamente més fuertes, no lograr demostrar que la sentencia es verdadera, tenemos el derecho de no creerla, estamos autorizados a ignorarla. Es un punto importante aqui considerar que el hecho de que el teista no logre demostrar que Dios existe, eso no nos obliga a mortificarnos con la duda de que, si bien no se probé, el enunciado “Dios existe” podria ser sin embargo verdadero y la proposicién “Dios no existe”, en cambio, falsa. Tal incertidumbre, por lo demés, tampoco le serviria al teista por cuanto él afirma indubitablemente la existencia de Dios. Pero, es un error demostrar la no existencia de un objeto; lo que s€ demuestra es la existencia de algo* . El teista debe comenzAr pues, por hacerse cargo de sus afirmaciones. El ateo, en cambio, debe verse liberado de la carga de negatividad con la qué ha sido revestido. —_____ . 2: Pero, * Ver Izquierdo 2003. All el autor cita a un andnimo del siglo XVIL PP. 72 i, stencit Igo no Dirén, el ateismo no se prueba mejor que el teismo. La no existencia de ai necesidad de pruebas; es la existencia la que debe ser probada. 50 Enistemotocia v ATEisMO Pero hay, atin, una ultima cuestién sobre el peso de la prueba. En légica es un teorema que si no se logra demostrar la validez de un argumento ello no significa que no lo sea. Si se logra, en cambio, demostrar su invalidez, eliminamos el argumento. Es una limitacién, en cierto sentido, de la teoria de la deduccién. Aplicando lo anterior, el teista puede afirmarse con razén en que el peso de la prueba esta realmente en el ateo, puesto que si no se puede demostrar la validez de un argumento en favor de la existencia de Dios ello no significa que sea invalido, con lo que, entonces, el descreido debe demostrar ahora que el argumento teista es invalido. Y esto es justamente lo que el pensamiento contemporaneo ha aceptado como reto: se ha encargado de mostrar el caracter invalido de los argumentos que pretenden demostrar la existencia de Dios.* 2. La categoria del “misterio” La propuesta, aceptacién y defensa del “misterio” como categoria teista central constituye, de manera similar al punto anterior, una falacia ya antes de comenzar a pensar. El misterio, y ese es el poder que tiene, no permite reflexionar, es un dique contra ello, que equivale a decir que no es necesario pensar, puesto que eso que se pretende pensar no es pensable. En realidad si el teista dice tener buenas razones contra el ateo, no puede a la vez esgrimir, contra toda argumentacién, que creer es esencialmente un misterio. Ello significa la conversién de los atributos del ser divino, especialmente en la religion catdlica, 3 La cuestiOn logica implicada aqu{ acerca dela deduccién se analizaré en el cap. IV, “Légica y ateismo”. 51 > amante de los imposibles racionales, en atributos que no son por definicién comprensibles ni explicables. A fin de cuentas, un misterio es algo no comprensible. Sin embargo, para el teista lo incomprensible no es algo que sea sélo eventualmente incomprensible y que, por artes de la racionalidad y la Paciencia, pudiere explicarse a poco o mucho andar. Para el teismo el misterio divino no es ni sera nunca solucionable; las contradicciones de la trinidad, de la ubicuidad, de la transubstanciacién por ejemplo, no son algo que podamos entender. He alli su fuerza. En la medida en que lo divino se ALEJANDRO RAMIREZ FIGUEROA hace equivalente a lo incomprensible tenemos una entidad a la que debemos rendir culto y esperar de ella ayudas y castigos. Postular a Dios como un misterio es el primer paso del teista en sus argumentaciones para atacar y desconfiar del ateo, quien seria alguien que desea racionalizarlo todo, incluso aquello que por definicién no puede serlo. Seria bueno, si fuese asi, que el teista dijera cémo se sustenta a su vez esa idea de una entidad inalcanzable para el entendimiento, cémo es que se establece una realidad que no es conceptualizable. Se podria decir que incluso en la ciencia no se puede comprender todo, que hay muchas ideas inexplicables, que la ontologia implicada en la fisica cudntica, por ejemplo, va en contra de lo que podemos observar y concebir. Mas, es claro que alli, en una teoria cientifica, no hay por definicién algo incomprensible, sino algo provisionalmente problematico, evaluable y refutable y a lo que podemos dar un valor de verdad aunque sea de manera probable y provisional. 52 Enisremotocia y AreisMo El misterio, se diria, es el expediente de la teologia catélica. Si no hay misterio no hay Dios. Dudar del misterio es dudar justamente del centro y fundamento de la creencia en Dios. El misterio, por otra parte, es la barrera contra cualquier argumento ateo, es el punto final hasta donde se pude llegar en una discusién. Montaigne acude a los clasicos para expresar esto, con Tacito: El ingenio humano se inclina a veces a creer lo mas oscuro; 0 con un andénimo: Los hombres aviaden mds fea lo que no entienden (Montaigne , 2002, pp. 850). 3. Las trampas del teismo: Dios es un cuadrado redondo. El tercer punto es el de las trampas argumentativas del teismo. Dichas trampas, aqui llamadas asi, suponen los dos puntos anteriores, vale decir la negatividad del ateismo yla categoria del misterio. Tomemos como ejemplo solamente dos trampas, por ser esas, tal vez, las que més se escuchan. Es comun oir que un teista pregunte a una persona que le dice que no cree en la existencia de Dios, en qué o en quién cree, entonces. La pregunta, como se observa, es a primera vista sensata. Efectivamente parece haber alli un vacio que llenar. Sin embargo dicha pregunta contiene, disimuladamente, una afirmacién. No es una interrogacién genuina. La persona interpelada puede verse sorprendida y a su vez preguntase, en efecto, a si misma, en quién creo si no es en Dios. Pero ocurre que la pregunta implicitamente afirma lo que pregunta, esto es, que o se cree en Dios 0 se cree en alguna otra entidad semejante, que esté a su altura, puesto que no podria haber un vacio de algtin tipo de fe. La pregunta significa que sino se cree en Dios, 53 oe ig se esta ante lo imposible. Entonces, ante cualquier Tespuesta el teista mostrara que Dios es preferible a esa otra Supuesta entidad alternativa. El teista no puede concebir que alguien licitamente afirme que no tiene Por qué creer en algo Semejante a un dios; que el no creer en Dios no le empuja a reemplazar un dios por otro. :Por qué se debe creer en un di OS para vivir? Si se responde que, entonces, la vida no tendria un sentido, se esta suponiendo simplemente que el nico sentido posible de nuestras vidas esta en la creencia en un més alld un ser omnipotente, incomprensible en esto una circularidad incémoda. interpelada responde que cree en el vida, etc, gobernado Por Para nosotros. Se advierte Por otra parte, sila persona hombre, en la ciencia, en la dichas respuestas evidentemente no estan en la linea de lo que se pregunta. Porque “creer en Dios” significa creer €n su existencia y en su Providencia sobre todo el resto de lo existente. En cambio decir creo en el hombre 0 en la ciencia, parece afirmar algo de suyo obvio, parece decir no que se cree en la existencia del hombre o de la ciencia, sino que se tiene confianza en ellos. Creer en X como confiar en X. Es més, gdebe tener necesariamente un “sentido” la vida? Que la falta de sentido sea un argumento en favor de la existencia de Dios es No se sabria qué papel tendria dad de un sentido de la vida un sentido para la vida no tiene postular a Dios. He alli la necesi para el teista. Amén de esto, por qué terminar en el teismo 54 Enisreuotoaia ¥ AtEISMO Otra pregunta que contiene una falacia y, en cuanto tal una trampa, es: gcrees en Dios? También parece una pregunta sensata. La respuesta agnéstica dirfa, no puedo decir nada al respecto; por su parte es manifiesto que el creyente afirmaria directamente que si cree; mas, ;qué sucede con la respuesta que daria el ateo, esto es, que no cree en la existencia de Dios? ;Es coherente esta ultima respuesta? Parece naturalmente que si lo es, mas mediante un andlisis mayor no lo parece. Debe tenerse en cuenta una sutileza argumentativa, y es que responder negativamente a la pregunta por la existencia de Dios es admitir indirectamente que hay algo, que existe una entidad, Dios, en cuya existencia no se cree. Entonces, el teista, con mucha razon, esta autorizado para decir que el problema es del ateo, por no creer en algo que no puede negar. He alli uno de los origenes de la negatividad con que esta permanentemente revestida la postura atea. Si el ateo no cree en la existencia de Dios es su problema, no del teista. Pero, reconocer la trampa es una cosa, y eliminarla, otra. La solucién atea, con todo, no es callar, pues ello se pareceria demasiado a la postura del agnéstico, que se retira de toda respuesta en favor 0 en contra, sino que la solucién es simplemente hacer ver la trampa teista; en eso consiste el ateismo critico, la filosofia del ateismo. Pero veamos més de cerca este punto. Se dice, afirma el teista, que para negar a Dios hay que suponerlo, que cuando alguien afirma que “X no existe” esta suponiendo la existencia de X, para poder justamente negarlo. Podemos preguntar, entonces iqué es lo que “se dice” que no existe? Pues “X”, lo que evidencia que la existencia de ese X se nos cuela de alguna forma, aunque sea débil. 5S Esta trampa del interrogar fue encarada y solucionada Por Russell, en contra de las ideas de Alexius Meinong, quien afirmaba que por el hecho de nombrar a X, éste debia existir, Russell, en 1905, establecid que se trata aqui de un engario lingitistico: confundir la forma gramatical del enunciado "Xno existe” con su forma verdadera, que es su forma ldgica. Decir que “X no existe” no apunta a ningtin ente denominado “xX”, 0 Dios, en nuestro caso. Los ejemplos a los que acude Russel] son muy decidores.* La frase “el cuadrado redondo no existe” es una descripcién, dice Russell, no es ningun nombre; no nombra nada. Por ello, no esta implicada en ese enunciado la existencia de un “cuadrado redondo”, figura geométrica imposible. La forma légica de dicho enunciado no responde aun sujeto “cuadrado redondo” y su predicado, “existir”. La forma légica verdadera es: “no hay ningun objeto tal que sea redondo y sea cuadrado a la vez”: =3x (Cx A Rx). Con ello ha desaparecido la entidad problematica “cuadrado redondo” en cuanto sujeto, esto es, en cuanto indicador de una entidad. Dios es un cuadrado redondo. Ejemplos levemente distintos de trampas se pueden encontrar en preguntas del tipo: zacaso de equivocdé Dios al hacer este mundo de maldad, maldad por todas partes visible? Si Dios no creé el mundo, zquién lo cred, entonces? Todas estas, y otras similares contienen una celada: suponen a Dios. No se puede Tesponder, por ejemplo, que “Dios no % Esto corresponde a la teoria de las principalmente en su articulo de 1905, “ Simpson 1973, al respecto. descripciones, expuesta por Russell Sobre el denotar”; ver Thomas Moro 56 Enisremozoota y Areismo se equivocéd porque no Puede equivocarse” , © por cualquier otra razon semejante, pues en dicha respuesta se revela que se da por hecho la existencia de Dios. Si i alguien no cree en Dios, dice el teista, no tiene cémo responder tales preguntas y queda de manifiesto su insensatez. Mas, de nuevo, “crear” el mundo es ya una idea que la sustenta sélo un teista: hay que ser teista primero para sostener ideas teistas, Dios cred el mundo. De otro modo dicho: hay que suponer a Dios primero para afirmar que creé tal y cual cosa. El tefsta no tiene bases para suponer que la idea de un mundo “creado”, que el mundo tuvo que ser “creado”, Para sostener que 7 &s una idea obvia, que todos deben aceptar. Es una idea sélo tributaria del teismo. Nadie ha “creado” el mundo, el mundo no es una creacién, es la respuesta atea; no que Dios no lo hizo. Es muy comin, también, y esta es otra trampa conceptual, escuchar la definicién del ateismo como una postura que “niega” a Dios, en el sentido de “renegar” de él. El problema del ateo seria que niega aquello que es creible, aquello que es insensato negar. Pero eso significa que el teista induce a suponer aquello que precisamente debe estar en cuestién. Esta definicién implica que el teista da por sentado que Dios no Puede estar nunca en cuestién, pues si lo estuviera, entonces no seria un ser todopoderoso. No seria infinitamente perfecto pues seria susceptible de ser negado, sobre todo considerando que dicha negacién proviene de seres imperfectos y limitados en todos los Sentidos, como somos los seres humanos. Podemos pensar que esta es una arista del argumento de Anselmo y que se examinard 57 a ih con detalle mas adelante. Pero la definicién en cuestién tiene otro engatio; se trata de un engario ligado alos valores, En efecto, negar algo, y renegar de algo que por principio serfa lo més valorable, parece ser moralmente incorrecto. La frase “el que reniega de Dios” posee una carga manifiestamente negativa. Resuena a“el que insulta a Dios”, “el que se burla de Dios” y otras expresiones similares, Entonces, se tiene siempre la negatividad, la maldad, @-priori casi, del ateo. Pero todo ello es una trampa: ser ateo no es “renegar” de Dios, Es no tener relacion alguna con algo al que el teista denomina “Dios” 0 “dioses”. Asi, ensuma es posible sostener que el ateismo noes “no tener fe”, no es negar que “Dios creé el universo” ni es “renegar” de Dios; es afirmar que no hay razones para tales creencias teistas; es mostrar que tal ente, Dios, no puede existir y que, por lo tanto, no cabe siquiera hablar de creacién del universo o negar algo, etc. P, Verneaux, por ejemplo, afirmaba que el ateismo actual no es negar la existencia de Dios sino que no creer en él (Verneaux, 1964, ver pp. 11). Tal postura no la compartimos aqui puesto que es una postura que se deja engafiar, como se ha expuesto recién. Tesis: Se puede afirmar, entonces, la tesis seguin la cual ser ateo es reconocer que el teista postula la existencia de entidades caracterizadas con Predicados tales que nadie los pueda pensar, pot contradictorios, inasibles, paraddjicos y misteriosos- Y ese no-pensamiento, como un rasgo bienvenido, es la esencia de lo religioso en cuanto negacién de lo humano. 58 Enisremotocta v Areisso Los engafios del teismo se esconden en los lugares filosdficos a primera vista mas sorprendentes. Uno de aquellos es el que hoy se denomina el “problema mente-cuerpo”. Tal vez desde el pensamiento cartesiano dicha dicotomia ha ido cobrando un lugar relevante como un problema insoluble. La divisién entre dos ordenes ontoldgicos irreconciliables, extensién y cogitacién, son la base del pensamiento moderno. Su establecimiento produce la emergencia de preguntas fundamentales: ;Cémo estanrelacionadosesos dos 6rdenes? ;Cualesmas fundamental? Hoy la cuestién toma nuevos impulsos especialmente con el concepto de “mente” en las ciencias cognitivas. Diversas teorias se debaten para dar con una aproximacién plausible a esas y otras preguntas”. Pero el llamado “problema mente-cuerpo” no parece ser sino una cuestién que debe elucidarse en otro plano, no el ontolégico, sino en el de la epistemologia del ateismo. Sila mirada se posa alli, puede dejarse ver el verdadero problema. Porque dicho asunto puede ser interpretado como una version de otra dualidad, mas vieja aun: la dicotomia entre “cuerpo y alma”. Sobre el concepto de “alma”, afirma R. Augusto que: Los teistas no han ofrecido ninguna prueba desu existencia; tinicamente basan sus creencias en relatos mitoldgicos. Por supuesto, ellos dirdn que el alma escapa a nuestros sistemas cientificos para medir y comprender la realidad, ya que forma parte de un plano sobrenatural existencial al que la ciencia no puede acceder (R. Augusto, 2012, p. 21) ” Puede verse las diversas aproximaciones a este problema en autores de filosofia de la mente actuales, como P. Churchland 1999 0 W. Bechtel 1991. 59 La cuestién, pues, de buscar las bases de la relacién entre esos dos érdenes fundamentales, el alma y el Cuerpo, requiere una indagacién anterior: que el alma existe, como Sustancia inmaterial, eterna, de origen divino, trascendente Y que Nos convierte en criaturas celestiales y solo de transito en la tierra. El peso de la prueba corre del lado del tefsta. Como tales demostraciones, segtin el propio teista, no pueden ser tealizables puesto que el alma, Dios, etc, estan mas alla de Ia razén humana, entonces no hay bases para creer racionalmente en el alma, sino solamente para creer en ella. Asi, puede verse que el llamado problema filosdfico cartesiano cuerpo-mente y sus ramificaciones actuales no esta en el plano de lo insoluble; esta en el plano del sinsentido. El asunto entre cuerpo y mente es un resabio de teismo incrustado en la ciencia cognitiva actual. Aquel problema cartesiano, que Spinoza traté de solucionar, se deshace simplemente al considerar que la especie humana es una entidad cuya complejidad extrema contiene propiedades cuya explicacién puede hacerse dentro del mismo nivel de esa complejidad. El alma, el espiritu u otros nombres similares no son sino la complejidad que presentan las funciones cerebrales y la fisiologia de nuestra especie, no una capacidad separada y de naturaleza diferente al cuerpo. Querer ver lo contrario ¢S caer en el enganio del teismo*. En el capitulo V de este libro, al tratar la cuestién de Ja ne ery? P P al justificacion de las creencias, se abordara el aspecto gener una * Schopenhauer superé esa dicotomia tan propia del idealismo moderno. Es Tt entacion- manera de leer la relacién entre los conceptos de voluntad y de represt Schopenhauer, 2009. 60 EprstemoLoGla y ATE/SMO del engafio en la epistemologia, esto es, de qué manera puede haber creencias que sin estar justificadas pueden ser por azar verdaderas y cémo esto puede aplicarse a la creencia teista. Por el momento se deja el problema del engafio hasta aqui, con la siguiente idea: la filosofia del ateismo ayuda, pues, a estar atentos a los engafios conceptuales y argumentales que constantemente tiende el teismo.

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