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El país de todas las

Sangres
¿Por qué se dice que el Perú es un país de todas las sangres? La pregunta tan simple de
quienes somos, a que grupo étnico pertenecemos nunca ha sido algo sencillo de contestar en
el Perú. Parte de nuestro proceso histórico ha sobrepasado culturas, pueblos y tradiciones
que no han sido armónico. José maría Arguedas el gran autor Andaguaylino vio y sintió estos
cambios de modernidad que parecía amenazar y menos acabar las culturas. Dio a conocer la
existencia del Perú profundo lleno de maltratos marginaciones por medio de sus escritos. Se
distingue de cualquier escritor por el mensaje de sus obras, que no es más que un testimonio
de amor. Un mensaje de amor y respaldo a los indios. Arguedas evidencio su drama
personal, pero que trasladaba al resto de sus paisanos, no sabía dónde ubicarse bien en este
nuevo escenario.

José María Arguedas nace en la sierra, en Andahuaylas, Perú, el 18 de enero de 1911. Su


madre Victoria Altamirano, su padre Víctor Manuel Arguedas, fue un abogado que ejerció
como juez. Al morir la madre, Arguedas pasa al cuidado de su abuela en la cual fue criado por
una comunidad indígena quechua donde adquiere su lenguaje como también su cultura que
la siguió conservando, profundizando y defendiendo durante toda su vida, hasta creer que es
parte de ellos.

Arguedas parte de la literatura testimonial narrando las experiencias de su infancia, tanto su


integración al mundo cultural indigenista quechua como de las vivencias de su discriminación
y el maltrato del que fue objeto en infancia como es descrita en sus obras. Su posterior
proceso de integración al mundo y las nuevas formas de ser marginado y discriminado, pero
a la vez sus lecturas y sus inicios escriturales, le dan el sentido de esa realidad externa que le
había sido ajena, asimilándola y criticándola con esa gran capacidad de intuición y
comprensión que poseía.

Convivir con los indios comuneros, que se diferenciaban de otras etnias indígenas por
incorporar un sentido especial de felicidad y libertad compenetrados con la naturaleza a la
cual defendían ante la amenaza devastadora del hombre blanco que invadía sus terrenos y
se asentaba en ellos para destruir y someter tanto a campesinos como indígenas marcó el
sentido de pertenencia de Arguedas a dicha etnia, su defensa y su lucha contra el hombre
blanco occidental tanto de la serranía como del litoral peruano.
Esos mundos peruanos plagados de contradicciones y
luchas se convierten en el mundo personal y literario de
José María Arguedas. No hay obra de él que no refleje la
realidad que observó, experimentó y vivió.

Tras la experiencia vivida nos describe su proceso escritural:


Yo puedo escribir poesía en quechua y no lo puedo hacer en
castellano, lo que me está demostrando que mi
lengua materna es el quechua. Los primeros libros que escribí están muy cargados no solamente de
términos quechuas, sino de sintaxis quechua. Y el problema más agudo que tuve fue el de cómo
describir este mundo que yo había aprendido en quechua, describirlo en castellano. El castellano
realmente me parecía una lengua muy extranjera. Hice unas adaptaciones del quechua al castellano,
no muy, bastante intuitivas, y los primeros libros están escritos en una especie de jerga…Mi novela
Todas las sangres está escrita en un castellano bastante limpio, pero con resonancias quechuas
evidentes, lo mismo que en todas mis novelas.

Arguedas no se preocupó por la técnica de la novela y su “único problema teórico que se planteó fue
el de cómo hacer hablar, en las narraciones que escribía en castellano, a los personajes indios que, en
la vida real, hablaban y pensaban en quechua”. Además, sus obras están plasmadas “por todos los
demonios de su infancia que lo acosaron”. La reflexión crítica de su pasado y del trascurso de la vida
pudo haberlo llevado a acumular una gran carga existencial que no deseaba llevar, no la soportaba,
que las satisfacciones producidas ya no le interesaban ni las deseaba en el momento actual, quería
vaciarse, sin sentimientos de reproche, pero sí de desesperanza; el suicidio era buena opción para
volver al vacío, a la nada.

Tras vivir en el mundo andino, José María Arguedas dio grandes aportes literarios exponiendo la vida
andina, de cómo estos viven al servicio de los hacendados. Siendo maltratados y discriminados sin
derecho a reconocer su dignidad. Las obras son una descripción certera de la vida real de la sierra, el
sueño del pongo es muy exponente de manera directa al maltrato y abuso humano llevando a las
lecciones y reflexiones de que todos somos juzgados desnudos con el corazón expuesto. Yawar fiesta
es representativa en el cambio de cultura y tradición de las corridas de toros y el abuso del poder
autoritario de la costa a los indios como muchas más reflejan la vida andina como la flora y fauna,
tierras hermosas, canciones en quechua. Ríos son la unión de cerros, profundos es la antigüedad de
historias y costumbres que habitan en la sierra.
Lo curioso de todo es que hubo tanta discriminación hacia los indios, que cuando dicen que están
orgullosos de ser descendientes de los incas, no valoran al indio del presente. Actualmente sucede lo
descrito, personalmente me sucedió algo similar a José María Arguedas que cuando uno va a la costa
son llenados de comentarios ofensivos y subestimaciones, miradas con desprecio creyendo ser
superiores. Aprendí que no hace falta que la corriente de insultos inservibles nos llevé, solamente
para combatirla y darle cara es “La educación arma más poderosa que puedes usar para
cambiar el mundo “No puede haber una revelación más intensa del
alma de una sociedad, que la forma en la que trata a sus niños".
Aún hay un choque de mundos, pero nunca olvidar nuestros
orígenes y menos el quechua, es la lengua que nos llena de tanta
ternura y no importa si somos mestizos, afroperuanos, blancos,
indios… seámoslo con orgullo porque somos el país de todas las
sangres.

Kiara Marcatinco Navarro 5


“A”

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