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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE TIJUANA

“APROVECHAMIENTO DE LA CÁSCARA DE
NARANJA (CITRUS SINENSIS) PARA LA
ELABORACIÓN DE UN BIOPLÁSTICO (BIOFILM)”

DEPARTAMENTO DE QUÍMICA Y BIOQUÍMICA

INGENIERÍA BIOQUÍMICA

TALLER DE INVESTIGACIÓN I

PRESENTA:

CASTRO LOPEZ TERESA NAYELI

NO. DE CONTROL:

20210894

GRUPO:

ASESOR:

TORRONTEGUI VALENZUELA NORMA BEATRIZ

TIJUANA, B. C. MAYO, 2023


Índice

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ..................................................4

1.1. Antecedentes ................................................................................4

1.2. Justificación................................................................................. 12

2. OBJETIVOS....................................................................................... 16

2.1. Objetivo general................................................................................. 16

2.2. Objetivos específicos .................................................................. 16

3. HIPÓTESIS........................................................................................ 16

4. METODOLOGÍA ................................................................................ 17

4.1. Acondicionar la materia prima ..................................................... 17

4.2. Extraer la pectina a partir del método del ácido cítrico ................ 17

4.3. Diseño experimental para la elaboración de biopelículas ........... 18

4.4. Evaluar la calidad de la biopelícula ............................................. 19

5. CRONOGRAMA ................................................................................ 21

6. BIBLIOGRAFÍA .................................................................................. 22

i
Índice de tablas

Tabla 1. Clasificación botánica del Citrus sinensis ...........................................5


Tabla 2. Enfoque de los residuos del estado de Baja California ..................... 13
Tabla 3. Pruebas para definir la formulación adecuada................................... 18

Índice de figuras

Figura 1. Estructura general de una pectina .......................................................9


Figura 2. Pectinas con alto índice de metilación .............................................. 10
Figura 3. Pectinas con bajo índice de metilación ............................................. 10
Figura 4. Fuentes de pectina .............................................................................. 11

Índice de graficas

Gráfica 1. Tiraderos clandestinos ...................................................................... 13

ii
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

¿Se podrá desarrollar un biofilm no contaminante, a partir de la cáscara de


naranja, extrayendo la pectina por método de ácido cítricos?

1.1. Antecedentes

El nombre del género botánico, Citrus, deriva del griego Kitros, que era como
designaban a aquel fruto. El término se escribe en latín Aurantia, por su color de
oro. En lenguaje dravídico (de la India), significa "perfume interior”. (Doowebs,
2017).

El origen de la naranja (Citrus sinensis), con casi total certeza, se sitúa en


las regiones tropicales y subtropicales de Asia y el archipiélago malayo. Desde allí,
la expansión a zonas como el nordeste de la India o el centro y el norte de China
fue sencilla gracias a la Ruta de la Seda. Algo más compleja fue al resto del mundo
estando siempre ligada a grandes acontecimientos históricos (Doowebs, 2017).

El cidro (o primer cítrico, que sería el origen del naranjo) fue llevado por el
faraón Tutmosis III a Egipto en el siglo XV – XVI a. C. Alrededor de diez siglos
después, los ejércitos de Alejandro Magno lo introdujeron en Grecia y de ahí su
presencia en el tratado de plantas, datado en el siglo IV a. C. Una vez establecido
su cultivo en Europa, la historia del Citrus sinensis y su llegada al Nuevo Mundo
corre a cargo de los conquistadores portugueses y españoles (Doowebs, 2017).

La Citrus sinensis, como fruto es una baya especial, formada por una piel
externa más o menos rugosa y de color anaranjado, con abundantes glándulas que
contienen aceites esenciales, y una parte intermedia adherida a la anterior,
blanquecina y esponjosa (fibra). Finalmente, posee una parte más interna y
desarrollada, dividida en una serie de gajos. La piel externa se denomina exocarpo
o pericarpio; la capa blanca se llama mesocarpio, y el interior de la fruta que
constituye la parte comestible es el Endocarpio, formado de siete a doce gajos
carnosos que contienen vejigas rebosantes de zumo (DANE, 2016).

4
La naranja dulce pertenece a la familia Citrus sinensis, la cual se caracteriza
por contener altos niveles de ácido cítrico que le proporcionan el sabor ácido a la
fruta y la cual se ve la clasificación que es la familia Citrus sinensis (Véase tabla 1).
Esta variedad es la más demandada en el mundo y la más cultivada en el país con
32,610 hectáreas que produjeron para el año 2015 cerca de medio millón de
toneladas. Esta variedad de Citrus sinensis necesita para su desarrollo altos niveles
de fósforo y de potasio, una temperatura aproximada entre 23 y 34 °C y entre 900
a 1200 milímetros de lluvia anual (DANE, 2016).

Tabla 1. Clasificación botánica del Citrus sinensis

Dominio Citrus sinensis

Reino Plantae

División Anthophyta

subdivisión Angiospermas

Clase Dicotiledónea

Familia Rutaceae

Subfamilia Aurantioideae

Tribu Citrieae

Subtribu Citrinae

Género Citrus

Subgénero Eucitrus

Especie Sinensis

Nombre común Valencia

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En general, la composición de la cáscara de naranja es: 16.90% de azúcar,
3.75% almidón, 9.21% celulosa, 10.50% hemicelulosa, 0.85% lignina, 42.50%
pectinas, 3.50% cenizas, 6.50% de proteína y 4.80% de aceite esencial (Ayala
Bautista, 2016). La cáscara de naranja tiene un alto contenido de materia orgánica
(aprox. 95% de sólidos totales), agua (aprox. 80–90 %) y un pH de 3–4, los residuos
de naranja también contienen pectina, azúcares solubles, hemicelulosa, celulosa,
proteína, lignina, almidón, cenizas y flavonoides (Bátori et al., 2017).

La naranja es el cultivo frutícola más importante de México. Destacan las


variedades Marrs, Hamlin, Pinneapple, Pearson Brown y Valencia. Ésta contribuye
con el 80 o 90 por ciento de la producción total. La naranja se consume fresca en
concentrados, conservas y jugos. En 1991 los naranjales ocuparon 265,840 ha en
todo el país (Reyes, 2020).

Productores de la zona costa de Baja California, principalmente del Valle de


Guadalupe, San Antonio de las Minas, Maneadero, San Quintín y ejido El Porvenir,
produjeron durante el 2010, un total de 996 toneladas de cítricos, destacando el
cultivo de la naranja, limón y mandarina (Reyes, 2020).

Su temperatura media anual es de 18 a 19 °C; de mayo a septiembre las


temperaturas alcanzan los 30°C. Gracias a la particularidad de su clima con lluvias
en invierno, ha propiciado que las tierras del estado sean las ideales para la siembra
de diversos productos (De Agricultura y Desarrollo Rural, 2021).

En este sentido, se especificó que la “naranja” (valencia), es el principal


cultivo citrícola de la zona costa del Estado, se establecieron 146 hectáreas en
diversas zonas productivas de Ensenada, Tijuana, Mexicali y Sinaloa. Dentro la
industria alimenticia los plásticos poseen un gran papel, en especial a la hora de
ser usados para elaboración de envases y empaques que contienen los alimentos
desde las materias primas, hasta el momento en que son comercializados y puestos
a disposición del usuario (Dirección de Servicios Públicos Municipales, 2019).

En la actividad agrícola los municipios con mayor superficie sembrada son:


Mexicali con 147 mil 777 ha., Ensenada con 30 mil 300 ha. y Tecate con 875 ha.
Sus principales productos son alfalfa 2 millones 602 mil 708 t., fresa 200 mil 571 t.,

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algodón hueso 142 mil 442 t., tomate rojo 137 mil 632 t. y cebolla 99 mil 914 t. (De
Agricultura y Desarrollo Rural, 2021).

Fue a partir de la revolución industrial, debido al rápido aumento de la


población y al incremento del estándar de vida en las ciudades, cuando la demanda
por bienes materiales elaborados en plástico creció de forma considerable. Tanto
en productos ornamentales como para sustituir productos naturales cuya oferta
limitada impedía la producción de otros productos de consumo final a gran escala,
el uso de polímero desplazó al metal, las fibras naturales, la madera, y se constituyó
como un bien alternativo más económico (Buteler, 2019).

Los polímeros, particularmente aquellos producidos a partir del petróleo, son


utilizados ampliamente debido a sus propiedades mecánicas y fisicoquímicas. Sin
embargo, estos materiales son poco biocompatibles y muestran resistencia a los
procesos de degradación, por lo que tienden a acumularse, provocando efectos
perjudiciales para el medio ambiente. El polímero comenzó a comercializarse a gran
escala en la década de los 50 del siglo pasado, en la elaboración de productos de
la vida cotidiana (Góngora, 2014).

Como sustituto a los petroplásticos (plásticos derivados del petróleo) se


pueden emplear polímeros de origen biológico, que poseen propiedades similares
a sus contrapartes sintéticas, pero una mayor biocompatibilidad. La mayoría de los
bioplásticos (plásticos de origen biológico) muestran costos de producción más
elevados que petroplásticos similares, lo que constituye una gran desventaja
(Rivera y Nevárez, 2020). Los investigadores clasifican un material como bioplástico
si es de base biológica, biodegradable o ambos. Además, también existe una
definición de bioplásticos como polímeros que pueden descomponerse en CO2,
H2O y compuestos inorgánicos o biomasa, principalmente a través de los efectos
enzimáticos de microorganismos (Pereira y Romero, 2020).

Una biopelícula se considera como una matriz biológicamente activa


formada por células de una o varias especies y sustancias extracelulares en
asociación con una superficie sólida, incluyendo superficies minerales, tejidos vivos
o muertos (Navia et al., 2010).

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Para que un biofilm se forme es necesario que ocurran cambios fenotípicos
y una comunicación célula a célula que cambie el estilo de vida planctónico y se
empiecen a liberar sustancias poliméricas extracelulares (polisacáridos, ADN
extracelular y proteínas citoplasmáticas). Estas sustancias forman una matriz que
mantiene unida a las células entre sí y a todo el complejo a una superficie (Navia et
al., 2010).

El mecanismo de adhesión al sustrato puede ser activo o pasivo


dependiendo de la motilidad de las células. Una adhesión pasiva se da por la
gravedad, difusión y dinámica del fluido. En una adhesión activa la superficie de la
célula bacteriana facilita el proceso. Los flagelos permiten la movilidad de las
células hasta el sitio específico de adhesión y los pili, proteínas de adhesión,
cápsulas y carga de las superficies, facilitan el proceso de agregación y adhesión
(Navia et al., 2010).

Las colisiones al azar de células contra una superficie promueven su


adhesión, facilitando este proceso por la presencia de estructuras como flagelos,
pilus o incluso proteínas. Estos primeros eventos de adhesión son una señal para
la expresión de genes relacionados con la formación de biofilms. Estos genes
codifican proteínas que producen moléculas de señalización intercelular y
polisacáridos extracelulares para la formación de la matriz. De esta forma, las
células comienzan a perder sus flagelos y se vuelven no motiles (Navia et al., 2010).

La formación de un biofilm es un proceso que involucra una serie de pasos


bien controlados:

● Adhesión reversible: Donde la bacteria se une de forma no específica a una


superficie.
● Adhesión irreversible: Donde existe una interacción entre las bacterias y la
superficie a través de adhesinas tipo fimbrias y lipopolisacáridos.
● Producción de polímeros extracelulares por parte de las células del biofilm
en formación.
● Maduración del biofilm: Las células sintetizan y liberan moléculas como una
señal para detectar la presencia de las otras, formándose una microcolonia.

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● Dispersión del biofilm: Las células bacterianas se desprenden del biofilm e
inician una forma de crecimiento planctónica.

La fabricación y utilización de plásticos biodegradables a base de la cáscara


de naranja, tendría un gran impacto ecológico y sería de gran beneficio para
disminuir los problemas de contaminación, por último, dar un aprovechamiento a
los residuos del naranja, generando una alternativa nueva agroindustrial en la
región, incrementando la economía y mejorando la calidad de vida de una parte de
la población (García, 2017).

Las pectinas son heteropolisacáridos provenientes del ácido


poligalacturónico, en el que sus unidades están encadenadas mediante enlaces
glicosídicos (α1-4) (véase Figura 1). Estos compuestos están presentes en las
paredes celulares primarias de muchas plantas, frecuentemente asociados con
otros componentes de la pared celular, tales como la celulosa, hemicelulosa y la
lignina.

Figura 1. Estructura general de una pectina

Las enzimas que actúan sobre las pectinas son principalmente la


pectinmetilesterasa y la poligalacturonasa. La pectinmetilesterasa ataca a los
grupos esterificados con metanol y por consiguiente libera los grupos ácidos y el
metanol. La poligalacturonasa ataca a las uniones de las unidades de ácido
galacturónico lo que se ve reflejado en una disminución del peso molecular que a
su vez modifica todas las propiedades que dependen de esta característica. Estas
enzimas son producidas por hongos y bacterias (Henry y Heinke, 1999).

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Este tipo de pectinas posee más del 50% de unidades del ácido
poligalacturónico, por lo que son poco reactivas con el ion calcio, es decir, son
aquellas en las cuales más del 50% de los grupos carboxilos del ácido galacturónico
del polímero se encuentra esterificado con metanol (véase figura 2). Estas pectinas
son capaces de formar geles en condiciones de pH entre 2.8 y 3.5 y un contenido
de sólidos solubles (azúcar) entre 60 y 70° Bx. (DEVIA, 2016).

Figura 2. Pectinas con alto índice de metilación

Las pectinas de bajo índice de metilación pectinas poseen menos del 50%
de unidades del ácido poligalacturónico, por lo que son reactivos con el ion calcio,
es decir, son aquellas en las cuales menos del 50% de los grupos hidroxilo están
esterificados con metanol (véase figura 3). La gelificación depende del pH y la
concentración del ion calcio (DEVIA, 2016).

Figura 3. Pectinas con bajo índice de metilación

La enzima endo-poligalacturonasa, actúa sobre el ácido péctico, debido a


que puede hidrolizar enlaces glucosídicos adyacentes a grupos carboxilos libres.
Cabe resaltar que esta enzima es capaz de hidrolizar los grupos metil éster,
convirtiendo las pectinas de alto metoxilo, en pectinas de bajo metoxilo.
Adicionalmente, al tratarse de una enzima del tipo Endo, degradan sustratos por
ataque al azar.

La protopectina, es el precursor de la pectina, esta conversión se realiza por


despolimerización restricta de la protopectina. Esta última se considera como un
material de baja densidad y por lo tanto puede ser más penetrable por las enzimas
que la celulosa y la hemicelulosa (Henry y Heinke, 1999).

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La pectina se halla de forma natural en diversas matrices de origen vegetal,
en donde representa gran parte de la pared celular primaria (véase figura 4); es
más abundante e importante cuando se encuentra en frutos inmaduros, y en
algunos tejidos blandos como los cítricos, manzanas, peras, entre otros (Badui,
2006).

Figura 4. Fuentes de pectina

En el artículo de De la rosa del año 2015, sustenta que la producción de


biopelículas de naranja (OP), pulpa de manzana (AP), pulpa de tomate (TP) y
concha de papa (PP). OP, AP y TP, junto con pectina y glicerol, forman películas
flexibles hasta una concentración del 6%, mientras que PP forma una película del
4%. Los resultados de TGA muestran que el OPC tiene la temperatura de
descomposición más alta, con un rango de 194.5 a 246.92. La película Pintin (PF)
tenía una transparencia del 2.19%, mientras que la película TP tenía una
transparencia del 7,45%, que es la más alta entre las películas con frutas y
desechos vegetales (FVW). Cuanto menor sea la evaluación de la transparencia.
La solubilidad de la película Water PF fue del 89 %, y las películas FVW fueron más
bajas.

En otra investigación desarrollada en el 2018 por los autores Guadiamus y


Agusto describen sobre los proceso de elaboración empezó con la selección de la
cáscara de naranja Valencia (Citrus x sinensis) exactamente 300 g de muestra, los
que se recogieron de una población de 10 kg, a partir de este punto se separó el
desarrollo de la investigación en dos procesos empezando por la obtención de la
pectina que se subdividió en: selección de la cáscara de naranja, separación y
lavado, corte de la cáscara de naranja (albedo), inactivación enzimática, hidrólisis
ácida, filtración de residuos, precipitación y secado realizando ensayos pre

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experimentales para obtener pectina de alta y baja. Por otro lado, la elaboración del
bioplástico proceso que inició con la mezcla de pectina, almidón de yuca, glicerina,
agua y ácido acético 0,5 N. La mezcla se llevó a agitación constante en baño maría
a 65ºC durante 15 minutos, posteriormente se vació la mezcla viscosa en moldes
de aluminio de 26×23 cm, llevándose a estufa para su secado a 40 ºC durante 15h.

1.2. Justificación

Los problemas fitosanitarios y ambientales que ocasionan los residuos


agroindustriales de los cítricos han cobrado gran importancia en los últimos años
debido a que pueden ser aprovechados para obtener ingredientes para la industria
alimentaria, como la pectina.

La cáscara de naranja es un desecho agroindustrial principalmente de la


industria de jugos, genera entre el 50 y 60% de la cáscara, que por sus
especificidades puede ocasionar diversos problemas ambientales como la
contaminación del suelo debido a que tiene un tiempo de degradación de
aproximadamente seis meses. Para mitigar este problema se han realizado
múltiples investigaciones para darle un valor agregado a este residuo agroindustrial.
(Ramos y Cadena, 2020).

En Tijuana, uno de los municipios más grandes de Baja California según el


Comité de la entidad, que ascienden a 1,789,531 habitantes (COPLADE, 2020) y
se estima que para el año 2025 habrá 1,909,798 habitantes, y para el 2030 un total
de 2,011,060 habitantes, por tanto, respecto al 1.1 kg de basura per cápita, para el
2025 los tijuanenses generarán 2,141 ton/día y en el 2030 un total de 2,255 ton/día
por su eficiente GRSU. En el año 2030 se generarán hasta un millón de toneladas
de RSU en este municipio (Reyes, 2020).

Baja California genera actualmente alrededor de 2,500 toneladas de basura


diaria (ver Tabla 2), siendo Tijuana una de las principales fuentes de estos residuos,
de los cuales aproximadamente el 65% es materia orgánica. Tijuana genera 1,900
toneladas de residuos sólidos urbanos cada día, para un servicio de recolección
eficiente se requieren al menos 180 camiones recolectores de basura (Dirección de
Servicios Públicos Municipales, 2019).

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Tabla 2. Enfoque de los residuos del estado de Baja California

Destino Producción (%)

Mexicali 57.11

Tijuana 40.00

Ensenada 0.52

Sonora 2.37

Total 100.00

El artículo 18 de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de


Residuos (LGPGIR) establece que los residuos sólidos urbanos podrán
subclasificarse en orgánicos e inorgánicos con objeto de facilitar su separación
primaria y secundaria, de conformidad con los Programas Estatales y Municipales
para la Prevención y la Gestión Integral de los Residuos, así como con los
ordenamientos legales aplicables. Alrededor de un 20% en aproximación
(Naturales, 2010).

La falta e ineficiencia del servicio de recolección de basura (véase Gráfica


1), el mal ordenamiento de las colonias, el abandono de viviendas, la falta de
educación, entre otros, son factores que propician a que se instalen tiraderos
clandestinos, los cuales, más allá de dar una mala imagen, son focos de infección,
propagación de plagas y contaminación en el suelo, aire y agua (Dirección de
Servicios Públicos Municipales, 2019).

Gráfica 1. Tiraderos clandestinos

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Los materiales biodegradables son actualmente la alternativa más conocida
que se tiene frente a la reducción del uso de plásticos, desde hace un poco más de
30 años, se han fabricado polímeros biodegradables y conforme la ciencia y la
tecnología avanzan, se han podido descubrir y mejorar dichos materiales siendo
cada vez mayor su uso en la industria (Henry y Heinke, 1999).

En la elaboración envases y empaques, los polímeros plásticos suelen ser


el material más utilizado en su elaboración debido a su reducido costo de
producción y venta, además, su facilidad para ser moldeado de acuerdo a la
necesidades y requerimientos del elemento a producir, su resistencia frente a
agentes externos, y en muchos de los casos, la transparencia que posee y que
permite al consumidor observar el contenido de lo que está adquiriendo, siendo
utilizado esto a su vez como estrategia de mercadeo (Henry y Heinke, 1999).

El uso creciente del bioplástico contribuye a reducir el volumen de residuos


generados lo que por su parte ejerce un efecto positivo sobre el medio ambiente.
No obstante, se recomienda buscar alternativas para aminorar los costos de
producción para introducir los bioplásticos en la vida diaria de las personas de una
manera más accesible. Cabe resaltar que la biodegradabilidad se está convirtiendo
en una característica de los productos cada vez más populares, lucrativos y de vital
importancia para llevar al mundo a seguir caminando en verde (Reyes, 2020).

En distintas localidades se han presentado propuestas para restringir el uso


de las bolsas o para promover que éstas se fabrican basados en material orgánico
o biodegradables; sin embargo, en la mayoría de los casos las propuestas
legislativas o nuevas leyes son poco claras y no toman en cuenta las características
de estos materiales. Más aún, las medidas no están articuladas con la operación
de los sistemas de gestión de residuos; un ejemplo claro es el caso del Distrito
Federal, donde la Ley de Residuos recomienda el uso de bolsas basadas en
materia orgánica asumiendo que son biodegradables; en función del esquema de
separación de residuos establecido, esta recomendación no tiene sentido, dado que
los plásticos se separan con la fracción inorgánica (Dirección de Servicios Públicos
Municipales, 2019).

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El propósito de esta investigación es el uso de la cáscara de naranja (Citrus
sinensis) para la producción de bioplástico (biofilm) y el impacto que este puede
generar, emplear el reciclaje para que sea beneficioso para el medio ambiente.

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2. OBJETIVOS

2.1. Objetivo general

Aprovechar los residuos de la cáscara de naranja (Citrus sinensis) para la


elaboración de un bioplástico (biofilm).

2.2. Objetivos específicos

● Obtención de los residuos y acondicionar la materia prima.

● Extraer la pectina a partir del método del ácido cítrico.

● Diseño experimental para la elaboración de biopelículas

● Evaluar la calidad de la biopelícula.

3. HIPÓTESIS

La pectina podrá ser utilizada como materia biopolímero para elaborar


biopelículas a partir de cáscaras de naranjas como alternativa a diferencia los
tradicionales de polietileno.

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4. METODOLOGÍA

4.1. Acondicionar la materia prima

Se recolectarán residuos de cáscara de naranja (Citrus sinensis) por la zona


Calz. del Tecnológico #14031, Universidad Otay #22427 Tijuana, B. C., México.
Una vez seleccionada se extraerá, dependiendo de las coloraciones aproximadas
dentro de los niveles 2 y 4 en base a la exposición de la naranja (véase figura 5),
se estima que en estas condiciones se observan rendimientos de extracción
mejores. Se usará 4 kg de cascaras de naranjas.

Figura 5. Escala de colores de la naranja (Citrus sinensis).

Posteriormente, para llevar a cabo la extracción de la pectina a partir del


método del ácido cítrico, las cáscaras se lavarán previamente con agua corriente
eliminando impurezas. Luego, se realizará un enjuague con agua destilada.
Secuentemente se cortará en trozos pequeños, y se colocarán en una solución de
ácido cítrico 0.1% llevada a 90°C durante 1.5 h para la extracción de la pectina
presente en el mesocarpio de las cáscaras.

Después, se enfriarán las cáscaras y se rasparán con una espátula hasta


retirar completamente la pectina. Posteriormente, se obtendrá una masa
homogénea utilizando una licuadora industrial, esta se filtrar a través de un tamiz
de 250 µm, para reducir el tamaño de partículas y residuos; de esta forma se evita
la formación de grumos durante el proceso de extensión de la mezcla.

4.2. Extraer la pectina a partir del método del ácido cítrico

La hidrólisis se realizará a 30°C y 24 h ha dará lugar a películas con las


mejores propiedades mecánicas, mientras que las altas temperaturas (70°C)
combinadas con tiempos de tratamiento prolongados (16 y 24 h) darán lugar a
materiales con menor resistencia mecánica y coloración más oscura.

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En la sección de mezcla, esta será obtenida del proceso de extracción, se le
anexará un agente plastificante (glicerol) a concentraciones de 3, 4 y 5%.
Posteriormente, una porción de las mezclas resultantes con las diferentes
concentraciones de glicerol será vertido sobre placas de aluminio, extendiéndose
hasta obtener una completa uniformidad y libre de formación de burbujas,
finalmente se colocarán en un horno de secado a 45°C durante 24 h.

4.3. Diseño experimental para la elaboración de biopelículas

Las pruebas independientes de los materiales que se utilizaran en el


experimento y sus diferencias (ver Tabla 3). Estos resultados se esperan obtener
después de que se tomó la primera prueba. El análisis ANOVA se procesa en un
diseño de 5 factores, aleatorizado, sin bloqueo, de 3 niveles, incluidos 2 puntos
medios y un valor de 0,05, utilizando el software Minitab versión 18.1. Se realizarán
con un aproximado de un total de 10 pruebas, incluidos dos puntos medios, para
proporcionar 3 grados de libertad para el error.

Tabla 3. Pruebas para definir la formulación adecuada

No. de Cáscara de Pectina (%) Glicerina (%) Condiciones


experimento naranja (%)

1 30 30 40 Temperatura

2 25 35 40 55 C

3 20 40 40 Velocidad
600 rpm

4 15 45 40 pH

5 10 50 40 6,0

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4.4. Evaluar la calidad de la biopelícula

Las biopelículas se elaborarán mediante el método de vaciado en placas


(casting). Las propiedades mecánicas se evaluarán de acuerdo con la norma ASTM
D882, correspondiente al método de prueba estándar para propiedades de tracción
de láminas de plástico transparente con un espesor inferior a 1,0 mm. La
permeabilidad al vapor de agua se determinará utilizando el método estándar
propuesto por la norma ASTM E 96-95.

Para la evaluación fisicoquímica de la biopelícula

a. Identificación

1. A una muestra de 1.0 g de pectina adicionar 10 mL de agua, 10 mL de alcohol


hasta que se forme un precipitado gelatinoso translúcido.
2. A 50 mL de una solución 1 en 100 de la muestra de pectina, agregar 1 mL
de hidróxido de sodio y dejar reposar por 15 minutos, se forma un gel.
3. Al gel obtenido, acidificar conocido clorhídrico y mezclar, se forma un
precipitado gelatinoso voluminoso e incoloro, que por ebullición se torna
blanco y floculento, indicando presencia de ácido péctico.
4. Colocar 1.0 g de muestra de pectina en 9.0 mL de agua y calentar en baño
de vapor, hasta obtener una solución y reponer el agua perdida por
evaporación, se forma un gel consistente.

b. Ensayo grupo metoxilo

En un vaso de precipitado colocar 5.0 g de pectina y agitar durante 10


minutos con una mezcla de 5 mL de ácido clorhídrico y 100 mL de alcohol al 60%,
filtrar por embudo Buchner, lavar con 6 porciones de 15 mL de una mezcla de ácido
clorhídrico y alcohol al 60% hasta que el gel filtrado esté libre de cloruros, finalmente
lavar con 20 mL de alcohol y secar por una hora a 105 °C, enfriar y pesar.

Transferir exactamente una décima parte del peso neto de la muestra seca
(que representa 500 miligramos de la muestra original sin lavar) a un Erlenmeyer

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de 250 mL y humedecer con 2 mL de alcohol. Agregar 100 mL de agua libre de
dióxido de carbono, tapar y agitar hasta que la pectina esté completamente disuelta.

Agregar 5 gotas de fenolftaleína y titular con una solución de NaOH, anotar


el valor como valoración inicial. Agregar exactamente 20 mL de NaOH. Tapar, agitar
vigorosamente y dejar reposar por 15 minutos. Luego agregar exactamente 20 mL
de HCl y agitar hasta que desaparezca el color rosado.

Agregar 3 gotas de fenolftaleína y valorar con solución de NaOH, hasta


obtener una coloración rosada débil que persista después de agitar fuertemente la
mezcla, anotar el valor de saponificación. Cada mL. de NaOH 0.5 N VS consumido
de grupos metoxilos en la muestra seca.

c. Ensayo para ácido galacturónico.

Cada mL de solución de NaOH VS consumido en la valoración total


(valoración inicial + valoración de saponificación en los grupos metoxilicos) es
equivalente a ácido galacturónico (C6H10O7).

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5. CRONOGRAMA

Tabla 6. Cronograma

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6. BIBLIOGRAFÍA

Andrady, A. (2003). Plastics and the Environment. John Wiley & Sons. Editorial, vol.
1-75. pp. 978-981. Recuperado el 30 de marzo del 2023, de
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/book/10.1002/0471721557

Ayala, J., Montero, G., Campbell, H., Sagaste, C., León, J., Coronado, M., García,
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