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WARMA KUYAY - JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

Resumen de la obra warma kuyay es el siguiente: Cuenta la historia de un niño mestizo


llamado Ernesto sobrino de uno de los dueños de la hacienda Viseca; aquel niño vivía
enamorado de una india llamada Justina, pero su amor de ella le pertenecía a un indio
llamado Kutu, un indio con cara de sapo así lo llamaba Ernesto. Puesto que en su conquista
el niño Ernesto expresa su amor profundo lo que siente, y las cosas lindas que le   
dice”¡Justina! ¡hay,Justinita! ¡Justinay,te pareces a las torcazas de sausiyock!”, ella lo ignora y
no son de mucha importancia para Justina más que una broma de niños, porque siente que es
un niño que no sabe nada del amor.

En la hacienda vivía Don Froylán un hombre a quien todos tenían miedo en la hacienda Viseca,
era un patrón muy malo que de un solo latigazo mandaba a dormir a toda su gente.

Cierto día kutu le conto al niño Ernesto, que su amo Don Froylán había abusado de su adorada
Justina, y Kutu encontró una manera de vengarse contra su amo, y era golpeando ferozmente
a los becerritos, cada noche eran latigazos a cuanto becerrito pudiese dar. Al inicio el niño
Ernesto aceptaba esta locura de Kutu y disfrutaban de esta venganza; Pero luego pensó y dijo
que no era necesario pegar a esos inocentes becerritos.

Él niño Ernesto una noche acompañó a la paliza de esos inocentes becerritos le dijo kutu que
matara a don Froylán porque era un hombre muy malo y no merecía vivir; pero Kutu se negó
añadiendo que él era un “endio” y que no iba a poder contra su amo; pero le pedía a Ernesto
que cuando creciera fuera “abugau” y destruyera al amo.

Ernesto le increpó a Kutu de Cobarde por no aceptar la propuesta y salvaguardar el honor de


su enamorada justina.

Pero una vez el niño Ernesto arrepentido de tan cruel golpiza que había permitido por parte de
kutu contra esos becerritos, corrió al corral y abrazando al que ese día había sufrido la paliza,
le pidió perdón, mientras el becerrito lo miraba dulcemente y sin saber por qué había sufrido
tan sangrienta golpiza. Luego le increpó a Kutu de cobarde y asesino de animales, mas kutu al
no soportar tan humillante hecho, decidió marcharse de la hacienda porque no podía vivir
siendo tildado de cobarde y no teniendo el valor para para afrontar a su amo y haber
defraudado su amada india Justina.

Ernesto se quedó junto a Justina, sabiendo que ella no podría amarlo por ser un niño. Al final
Ernesto es llevado a otro lugar, donde recordaba ya de adulto y con mucha melancolía a su
warma kuyay” amor de niño”. Esto ha sido un breve resumen del cuento warma kuyay (amor
de niño)
EL TORITO DE LA PIEL BRILLANTE – JOSE MARIA ARGUEDAS
El cuento del torito de la piel brillante es la historia de un torito que nació y creció en el hogar
de una joven pareja, proveniente de una comunidad campesina, el torito tenía la costumbre de
acompañar por Todas partes a su joven dueño.

Hasta que un día el joven se puso a cortar leña a la orilla del lago mientras el torito comía
totora y después de recogerla se fue, olvidándose de él. En ese instante salió un toro negro y
grande del fondo del lago, quien retó a una pelea de muerte al torito diciéndole:" Si tú me
vences te salvarás, si te venzo yo, te arrastraré al fondo del lago”. 

El torito respondió que le era imposible pelear por que no tenía el permiso de su dueño;
postergando el duelo hasta el amanecer. 

El toro negro aceptó la propuesta, no sin antes amenazarlo ante un posible arrepentimiento. El
joven regreso de su hogar para buscar al torito y lo encontró en la montaña, allí escucho muy
apenado toda la historia. 

Al amanecer, el torito se despidió de sus queridos amos, aunque estos trataron de oponerse a
su destino, el torito muy entristecido marchó a la cita diciéndole a su dueño: “subirás a la
cumbre y desde allí me verás”. 

El hombre llegó a la cumbre de la montaña y desde allí pudo ver la ardua lucha entre los
combatientes, que finalizó cuando el toro negro logró sumergir al torito, desapareciendo
ambos animales en el agua. 

El dueño lloro y grito como nunca y a su regreso hizo lo mismo su mujer; y aunque ambos
criaron con mucho cuidado a la vaca madre del torito, esta nunca pudo alumbrar otro
becerrito.
LA AGONIA DE RASU ÑITI – JOSE MARIA ARGUEDAS
La agonía de Rasu Ñiti “es una escena de ballet, con la danza del bailarín de la altura (Dansak:
bailarín): “Rasu Ñiti, que aplasta la nieve), con el cuadro mágico de los concurrentes a este
baile final, donde el oficiante, el dansak “Rasu Ñiti”, está envuelto en las ricas vestimentas que
lo particularizan:

El tapavala adornado con hilos de oro; la montera; sobre cuyas inmensas faldas, entre cintas
labradas; brillan espejos en formas de estrellas; sombrero; del cual caía una rama de cintas de
varios colores; pantalones de terciopelo y zapatillas. La música que acompaña al dansak “Rasu
Ñiti” se siente en variadas tonalidades, y es interpretada por “Lurucha”, el arpista, y por don
Pascual, el violinista. “Rasu Ñiti” estaba tendido en el suelo de su habitación, sobre una cama
de pellejos.

Por la única ventana, cerca del mojinete entraba la luz del sol que daba sobre un cuero de vaca
que colgaba de unos de los maderos del techo y, la sombra producida, caía a un lado de la
cama del bailarín. 

A pesar del oscuro del ambiente, era posible distinguir las ollas, los sacos de papas, los copos
de lana, y aun los cuyes cuando salían algo espantados de sus huecos u exploraban en el
silencio. Cuando sintió que era ya el momento, se levantó y pudo llegar hasta la petaca de
cuero y que guardaba su traje de dansak y sus tijeras de acero. Se puso el guante en la mano
derecha y empezó a tocar las tijeras. La mujer del bailarín y sus dos hijas que desgranaban
maíz en el corredor, corrieron a la puerta de la habitación cuando oyeran las tijeras que
sonaban más vivamente. Encontraron a “Rasu Ñiti” que se estaba poniendo la chaqueta
ornada de espejos.

El bailarín pidió a su mujer que llamaran al “larucha” y a don Pascual, porque ya el corazón le
había avisado que había llegado el momento en que él tenía que recibir al Wamani (Dios
montaña que se presenta en figura de cóndor).
“Rasu Ñiti” sentía que el Wamani le estaba hablando directamente al pecho; pero su mujer no
podía oírlo. La mujer se inclinó ante el dansak y le abrazo los pies. Estaba ya vestido con todas
sus insignias, un pañuelo blanco le cubría parte de la frente. 

La seda azul de su chaqueta, los espejos, la tela roja de los pantalones ardía bajo el angosto
rayo del sol que fulguraba en la sombra del tugurio que era la casa del indio Huancayre, el gran
dansak “Rasu Ñiti”, cuya presencia se esperaba, casi se temía y era luz de las fiestas de
centenares de pueblos. 

Cuando el bailarín interrogo a su mujer sobre si veía al Wamani sobre su cabeza, esta le
contesto que sí, que era de color gris y que la mancha blanca de su espalda estaba ardiendo.

El tumulto de la gente que venía a la casa del bailarín se oía ya muy cerca. Cuando las hijas del
danzarín, que habían ido a llamar al “lurucha” y a don Pascual, regresaron, Pedro Huancayre el
gran dansak “Rasu Ñiti”, ya tenía el pañuelo rojo en la mano izquierda.

Su rostro enmarcado por el pañuelo blanco, casi salido del cuerpo, resaltaba porque todo el
traje de color y luces y la gran montera lo rodeaban, se diluían para alumbrarlo, su rostro
cetrino casi no tenía expresión. Solo sus ojos aparecían hundidos como en un mundo, entre los
colores del traje y la rigidez de los músculos. “Rasu Ñiti” empezó a tocar las tijeras. Cuando
llego Lurucha, el arpista del dansak, tocando, ya la fina luz del acero era profunda; le seguía
don Pascual, el violinista.

El Lurucha, que comandaba siempre el dúo, hacia estallar con su uña de acero las cuerdas de
alambre y las de tripa. Tras de los músicos marchaba un joven: “Atok Sayku”, el discípulo de
“Rasu Ñiti”. También se había vestido; pero no tocaba las tijeras. “Rasu Ñiti” vivía en un caserío
no más de veinte familias.

Los pueblos grandes estaban a pocas leguas. Tras de los músicos venia un pequeño grupo de
gente. Cuando “Rasu Ñiti” sintió que ya el final se acercaba, pidió al arpista que tocara
SANGRE DE CAMPEÓN – CARLOS CUAUHTEMOC SANCHEZ
Felipe era un niño de 12 años y tenía un hermano menor de 8 años y su nombre era Riky.

Felipe y Riky cierto día se encontraban en el club junto con sus padres, ese día estaba Felipe a
punto de asesinar a su hermano ya que el celo lo había invadido y lo empujo de una
plataforma de la piscina a diez metros de altura.

Los padres de Felipe lo castigaron y le dieron a entender que cada acción que cometemos
buena o mala tiene sus consecuencias y que tenemos que afrontarlo. El castigo fue pintar la
casa y hacer tareas de matemáticas.

Cierto día Felipe mientras estaba haciendo las tareas de matemáticas, su hermano sufrió un
accidente, se cayó de la escalera por estar pintando secretamente para ayudar a Felipe.

Lo hospitalizaron a Riky y descubrieron que tenía cáncer a la sangre, sus padres sufrieron
mucho y pasaron un largo tiempo en el hospital. Felipe mientras tanto en su casa atravesó
momentos muy difíciles como ejemplo que lo hizo desobedecer el castigo y saber hacer
algunas travesuras como:

 Espiar a señoras desnudas en un club

 Fue mordido por un perro y quedo muy herido

 Fue emborrachado

 Fue avergonzado e insultado

 Lo hicieron entrar en un sótano para recoger su carpeta y lo encerraron

 Lo involucraron en una carta insultante y grotesca en la escuela.

 Sufrió un fuerte susto al descubrir unos ladrones que rondaban su casa.


Todos estos malos ratos y peligros que atravesó Felipe fue en parte por su ingenuidad, falta de
comunicación con sus padres, la desobediencia y la mala amistad de Lobelo.

Pero Felipe fue auxiliado y protegido por un joven arcángel y su nombre era Ivi, ella lo ayudo
algunas veces y le enseño que dentro de él hay un niño con sangre de campeón a más de esto
él tenía un Don de Dios el cual discernía la maldad y la bondad de las personas viendo su
sangre.

Los soldados eran los buenos, los demonios eran los malos y ambos personajes habitaban en
las personas, pero cada uno debía luchar para no dejarse dominar de la maldad (demonios).

Le obsequió también una cajita de madera en la cual encontraría muchos mensajes para su
vida. Además de esto lo ayudo a descubrir al señor Izquierdo el cual era un delincuente y
estaba mal enrumbando a Lobelo, a este señor lo metieron a la cárcel juntamente con dos
compinches más, los cuales estuvieron a punto de asesinar a la mamá de Felipe y Felipe
mismo, pues gracias a Ivi y una hueste de ángeles protectores fueron salvados.

En lo que respecta a la salud de Riky toda la familia fue sometida a unos análisis para ver si
encontraban alguien compatible para poder realizarse un trasplante de médula ósea.

Felipe resulto ser el único en América de contar con la compatibilidad para poder salvar a su
hermano, se llenó de mucha alegría y temor a la vez. Dentro del quirófano fue intervenido
Felipe y se complicó un poco esta extracción de médula pero Felipe anestesiado mencionaba
que no importaba si moría él con tal de salvar a su hermano. En esta intervención apareció Ivi y
lo felicitó a más de esto habló con toda la familia y les dijo que Dios es supremo y que en este
momento deberían amarse más y aceptar la voluntad de Dios, luego de esto Ivi desapareció y
la cajita de consejos también pues ya había terminado su obra.

Felipe la recordó siempre, su hermano Riky se sano y lo recibieron en casa con una fiesta
sorpresa en donde Felipe y su papá se raparon la cabeza para acompañar a Riky pues había
perdido todo su cabello por el tratamiento, pero después le crecería. Felipe aprendió a valorar
más a su familia y en especial a Riky, había vencido todos sus temores y su mayor trofeo
estaba en el corazón por lo cual levanto sus manos en señal de victoria y la plena seguridad
que los milagros si existen.

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