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TRIBUNAL DE GESTION ASOCIADA-SEGUNDO

PODER JUDICIAL MENDOZA

foja: 101
CUIJ: 13-04317328-0( (012052-263440))
OROS ALDO PAULINO P/ AUSENCIA CON PRESUNCIÓN DE FALLECIMIENTO
*104391944*

Mendoza, 16 de Julio de 2020.


V I S T O S: Estos autos arriba individualizados, llamados para resolver a fs. 97, de los
que
R E S U L T A:
I.- Que a fs. 2/3 se presenta el sr. José Luis Rodríguez, por derecho propio y, deduce
demanda con el objeto que se declare el fallecimiento presunto del sr. Aldo Paulino Oros, con documento
de identidad desconocido.
Funda su legitimación sustancial activa manifestando que el causante es su tio materno, y heredero del
50% indiviso del inmueble que heredó de su madre, la sra. Renee Oros en la sucesión de sus abuelos.
Indica como último domicilio conocido del sr. Oros en calle Nortón 540, Luján de cuyo, Mendoza.
Relata que oportunamente se tramitó la sucesión de sus abuelos Juan Oros y Petrona Baigorria, en los
autos N° 114.460 del Décimo Cuarto Juzgado Civil, hoy integrante del Tribunal de Gestión N° 2, y en la
sentencia fueron declarados herederos, su madre, la sra. Reneé Oros y su tio, el sr. Aldo Paulino Oros.
Refiere que en dicha sucesión este último se presentó con un abogado y desde entonces no se supo más
nada de él. Desde aquel evento han pasado más de 15 años, por lo que pide se declare su defunción.
Ofrece prueba y funda en derecho.
II.- A fs. 25 se dicta auto imprimiendo el tramite previsto por la Ley 14.394, que dispone
la citación del ausente por edictos, designación de un Defensor Oficial y ordena las medidas conducentes
a fin de recepcionar la prueba ofrecida.
Se rinde prueba informativa de la Secretaría Electoral (fs. 28/vta.), la Polícia de Mendoza (fs. 30/31), se
acredita la publicación de edictos en el Boletín Oficial y Diaro Los Andes (fs. 35 y 45/53) y se acompaña
informe de titularidad de la Dirección de Registros Públicos (fs. 40/41).
III.- A fs. 63 toma intervención la Dra. Ana Carolina Sanchez, titular de la Quinta Defensoría Civil de
Probres y Ausentes, por el sr. Aldo Paulino Oros.
IV.- Se rinde prueba testimonial de los sres. Oscar César Comarin (fs. 79), Eugenio Roberto Fava (fs. 80)
y María Dolores Galera (fs. 84)
V.- Ordenada la vista de las actuaciones al Ministero Fiscal, se expide a fs. 88 manifestando que no tiene
objeciones que formular.
CONSIDERANDO:
I.- Que, según el art. 22 de la Ley 14.394, "la ausencia de una persona del lugar de su
domicilio o residencia en la República, haya o no dejado apoderado, sin que de ella se tenga noticia por
el término de tres años, causa la presunción de su fallecimiento. Este plazo será contado desde la fecha
de la última noticia que se tuvo de la existencia del ausente".
Los requisitos de admisibilidad de la acción de ausencia con presunción de fallecimiento son la falta de
noticias sobre el desaparecido, la subsistencia de dicha situación durante tres años y el cumplimiento de
un procedimiento legal adecuado. El solo transcurso del tiempo de la ausencia no puede crear la
presunción de fallecimiento. Para fundar tal declaración, se requiere la realización de diligencias
conducentes a conocer el paradero del causante, y la acreditación de tal circunstancia ante el juez, de
modo tal que se requiere una rigurosa actividad probatoria como contrapartida a la trascendencia del
objeto cuyo reconocimiento se persigue (conf. CNCivil, sala H, del 19-10-94, La ley online
AR/JUR/3263/1994).
Estas diligencias deben ser serias y exhaustivas, lo cual es acorde con la gravedad de los efectos
de la sentencia judicial.
En cuanto a quienes se encuentran legitimados para pedir la declaración presunta del fallecimiento, el art.
24 de la citada ley indica a todos los que tuvieren algún derecho subordinado a la muere de la persona de
que se trate.
El art. 87 del CCCN, norma que vino a reemplazar el citado art. 24, dispone en cuanto al requirente
legitimado que debe justificar los extremos legales y la realización de diligencias tendientes a la
averiguación de la existencia del ausente, siendo claro que éste tiene la carga procesal de probar los
extremos y las medidas y diligencias efectuadas en pos de la búsqueda del ausente.
II.- Conforme los elementos de prueba arrimados al proceso estimo que la legitimación invocada por el
sr. José Luis Rodríguez se encuentra acreditada con las constancias del expediente N° 114.460 “Baigorria
o Baygorria Petrona y Juan Oros p/ Sucesión” y su acumulado N° 130.797 “Oros Reneé Raquel p/
sucesión”, de los que surge su calidad de heredero de la sra. Reneé Raquel Oros, sucesora juntamente
con el sr. Paulino Oros, en la sucesión de sus padres -sres. Baigorria Petrona y Juan Oros-, lo que justifica
su eventual vocación hereditaria e interés jurídico en la declaración de fallecimiento pretendida.
Ahora bien, en lo referente a los requisitos de procedencia de la acción declarativa de fallecimiento
presunto, estimo que la prueba rendida en autos no logra certidumbre, o al menos fundada probabilidad,
sobre el fallecimiento del sr. Paulino Oros.
Tengo presente que el actor ha manifestado no tener conocimiento del paradero del sr. Aldo Paulino Oros
desde que éste compareció al proceso sucesorio de sus padres, en los autos N° 114.460 “Baigorria o
Baygorria Petrona y Juan Oros p/ Sucesión”, hace más de quince años; siendo su último domicilio
conocido calle Norton 540 de Luján, Mendoza.
Conforme las pruebas rendidas, en todos los oficios que se libraron y volvieron informados, Secretaria
Electoral (fs. 28/vta.) y Policía de Mendoza (fs. 30/31), no existen registros de un ciudadano y/o elector
con el nombre Aldo Paulino Oros; tampoco inmuebles de su titularidad según informe de la Dirección
de Registros Públicos y Archivo Judicial (fs. 40/41).
Todos los testigos que prestaron declaración a fs. 79, 80 y 84, cuando fueron consultados si conocieron
al sr. Aldo Paulino Oros, declaran no haberlo conocido.
El testigo Oscar César Comarin (fs. 79), con domicilio en calle Norton 570 de Luján, de Cuyo, declara
que se mudó a vivir a ese domicilio en el setenta y ocho, ochenta, después del mundial. Consultado sobre
si sabe cuál era el parentesco del sr. Aldo Paulino Oros con las personas que vivían en Norton 558,
responde que cree que la hermana era doña René Oros, se lo comentaron porque él nunca vio allí al sr.
Aldo Oros; cree que se fue a vivir a Buenos Aires, se enteró por comentarios.
El testigo Eugenio Roberto Fava (fs. 80), manifiesta ser amigo de la vida de los sres. José Luis Rodríguez
y Susana Rodríguez, y cuando los conoció, más o menos en el año 70, vivían en calle Norton de Luján
de Cuyo, con sus padres y su abuelo. El abuelo falleció y sus padres don José Rodríguez y la Sra. René
Oros fallecieron viviendo en esa casa. Consultado si supo de la existencia de algún hermano de la sra.
René, declara que tiene entendido que ella tenía un hermano en Buenos Aires pero nunca lo conoció.
Valorado el relato de los testigos, de sus declaraciones surge que ninguno de ellos conoció al sr. Aldo
Paulino Oros, dicen saber por comentarios que la sra. Rene Oros tendría un hermano con ese nombre que
vivía en Buenos Aires.
La única muestra de aparición del sr. Aldo Paulino Oros surge del expediente N° 114.460 “Baigorria o
Baygorria Petrona y Juan Oros p/ Sucesión”, donde se presenta a fs. 35, el día 08 de junio de 1995, sin
patrocinio letrado, constituye domicilio legal y expresa no tener ninguna oposición con respecto a la
solicitud de la administradora del sucesorio respecto al cobro de bocones. En esta presentación el sr. Oros
omite denunciar su domicilio real y aclarar bajo su firma, nombre y documento nacional de identidad.
Con posterioridad a esa presentación no existen constancias en el proceso sucesorio de actuaciones
realizadas por el señor Aldo Paulino Oros.
Apreciado el material probatorio en su conjunto, estimo que no se encuentran agotadas las diligencias
tendientes a localizar al sr. Aldo Paulino Oros, como para concluir en la fundada probabilidad de su
muerte.
Conforme mencioné el juez no puede dictar la sentencia de muerte presunta en forma mecánica por la
sola concurrencia de los requisitos establecidos en la norma, si valoradas las circunstancias de hecho,
ellas resultan insuficientes para lograr la convicción sobre la fundada probabilidad de muerte del causante.
Los autores al comentar el art. 89 del CCCN, norma que vino a ocupar el lugar del art. 26 de la Ley
14.394, consideran que ese aparente “deber” al que alude la norma no implica automaticidad alguna, sino
que el juzgador procederá a la declaración luego de evaluar la consistencia de la prueba para tener por
cierto no sólo su competencia y la legitimación del requirente, sino, especialmente, la existencia real de
la ausencia, la infructuosidad de los medios de búsqueda exigidos como recaudo previo, y si se tratara
del supuesto ordinario de ausencia el plazo mínimo para la procedencia de la pretensión. (Código Civil
y Comercial de la Nación Comentado, Director Ricardo Luis Lorenzetti, 1ra. Edición, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe, 2014, Tomo I.-, pág. 385)
La jurisprudencia por su parte refuerza dicha interpretación cuando explica que “Los arts. 22 y 23 de la
ley 14.394 regulan las condiciones legales mínimas que autorizan a declarar la muerte presunta (…) La
persona que puso en movimiento el proceso debe acreditar los extremos requeridos para la declaración
del fallecimiento presunto, ya que la sola prueba de la ausencia y la falta de noticias no es suficiente para
acoger la solicitud si todo ello -de acuerdo con las circunstancias- no genera al juez la certidumbre
respecto de la extrema probabilidad de la muerte. Ello quiere decir que esas averiguaciones han de haber
sido infructuosas, haber dado un resultado negativo, no haber podido obtener ni recibir noticia alguna
del causante durante todo el plazo de la ley”. Destaca que “En todos los casos, es menester la
demostración de la realización de diligencias tendientes a la averiguación de la existencia del ausente.
Estas deben ser serias y exhaustivas, lo cual es acorde con la gravedad de los efectos de la sentencia
judicial. (…) El juicio tendiente a la declaración de fallecimiento presunto se desarrolla sobre la base de
dos directivas conceptualmente distintas: una tendiente a establecer si existen las condiciones previstas
en la ley y otra a formar el convencimiento del juez de que estas circunstancias indicativas que hacen
presumir la muerte, no están desmentidas por otros datos de hecho. Asume así importancia la valoración
de las circunstancias que han acompañado a la ausencia y la índole de los hábitos o actitudes de la persona
o los hechos que han precedido o rodeado la ausencia” (sumario CNCivil, Sala C, S., D. E. s/ ausencia
con presunción de fallecimiento”, 08/11/2001, Microjuris Cita: MJ-JU-E-5195-AR | EDJ5195 |
EDJ5195).
En el caso puntual, considero que no se encuentran agotadas las diligencias tendientes a la averiguación
de la existencia y paradero del sr. Aldo Paulino Oros, cuando los elementos de prueba rendidos en la
causa sugieren, con viso de seriedad, que él podría estar vivo (según acta de fs. 6, Expte. 114.460 tendría
84 años), residiendo en la provincia de Buenos Aires.
En un supuesto como el de autos, donde existe un indicio concreto de que el causante podría estar
residiendo en la provincia de Buenos Aires, debió ampliarse la investigación de su paradero a esa
provincia, o al menos recabarse informes de la Secretaria Electoral de la Nación, Policía Federal,
Migraciones, Registro Civil, que brindaran datos con mayor alcance territorial que el logrado en autos.
La escasez probatoria, sumada a las circunstancias descriptas, me persuaden de tener que rechazar la
demanda impetrada en autos, por no haberse agotado las diligencias tendientes a la averiguación del
paradero del sr. Aldo Paulino Oros, con el grado de exhaustividad que el caso requería.
III.- Las costas deben ser soportadas por el promotor de la acción vencido (arts. 35 y 36 inc. I.- del
CPCCTM).
Por todo lo expuesto y disposiones legales citadas,
R E S U E L V O:
I.- Desestimar la demanda de declaración de fallecimiento presunto del sr. Aldo Paulino Oros, deducida
por el sr. JOSE LUIS RODRÍGUEZ, por las consideraciones vertidas en la presente.
II.- Imponer las costas al actor.
III.-Regular los honorarios profesionales de la Defensora Oficial ANA CAROLINA SANCHEZ, en la
suma de pesos treinta y cinco mil cuatrocientos seis con 50/100 ($35.406,50) con el destino previsto por
la Ley 8928, Art. 9 inc. 14 y de la Dra. SILVIA M. ALBA en la suma de pesos veinticuatro mil setecientos
ochenta y cinco ($24.785,00), con más el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en caso de acreditarse la
condición de responsable inscripta en el pago del tributo (Art. 10 de la Ley 9131).
REGISTRESE y NOTIFÍQUESE.
BCS

DRA. CECILIA LANDABURU


Juez

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