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LA DEONTOLOGIA JURIDICA: ASIGNATURA. PENDIENTE PARA LOS ABOGADOS Javier SALDANA SERRANO Doctor en Derecho Instituto de Investigaciones furidicas Universidad Nacional AutGnoma de México 1. PLANTEAMEENTO DEL PROBLEMA En fechas relativamente recientes apareci6 el Cédigo de fica Profesional del Colegio de Abogados de Chile}. En este contexto, se me ha pedido tun trabajo que pudiera abordar algiin aspecto del mismo, o un andlisis general del referido documento. He creido conveniente’presentar un escrito que delinee lo que en mi opiniSn son algunos de los aspectos mas generales de la ética profesional del derecho en general, también llamada deontologia juridica. La raz6n de este ejercicio es una: en culmuras juridicas dle corte continental europeo estamos aun familisrizandonos con esta disciplina y con su contenido, por es0 creo indispensable al menos dibujar aquellos argumentos que tendrian que conocerse para entender mejor esta materia ‘Quisiera comenzar estableciendo los pardmetros te6ricas le mi escrito, yyestos se refieren a que cuando se habla de ética 0 deontologia juidica? . 38-40, Cl dy Ader Nata, ALL, MAA, *Yaradesacialsyargamenscin, Us ca jin es a ses Temas sles de deacho elector, 6 México, 2005, pp. 1-28, 30 A284. tA DEONTOLOOIA JURIDICA ASTERATURA PENDEENTE PARA LOS ANOGADO Lo que pretendo decir con lo anterior es que hay se hace imprescindible hhablar de ética o deontologia juridica, sobre todo en estos tiempos, en los que resuenan con mayor intensidad las proféticas palabras de Gilles Lipovetski sefialadas en su libro £1 crepuisculo del deber: "Un nombre, un ideal agrupa a los espititus y reanima el corazén de las democracias oc- Cidentales en este final de milenio; la ética”, para terminar sentenciando: el “siglo XXI ser ético 0 no serf"*. Hoy se hace cada vex. mas urgente tomarse seriamente a la ética en cada uno de los renglones de nuestra vida, especialmente en aquellos que tienen que ver dle manera directa con el ejercicio de nuestra profesion. TH, DINGNOsTICD ACTUAL DE 1A PROFESION JuRIDICA En un libro, cuyo titulo no deja de ser provocativo, el profesor Antonio ‘Marina recoge una definicién propuesta por Carlo Cipolla a propésito de To que es la “estupidez" El trabajo tiene como referente justamente este tema y se tinla La intligencia fracasada. Teorta y practica de Ta estpider, Dice la definicion de Cipolla: “Una persona estipida es fa que causa un dao a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, tun provecho para si, o incluso obteniendo un perjuicio”. Esta definicién Je parece 2 Marina insuficiente; para él, se deberfan de inchuir en esta a las personas que se perjudican a s{ mismas, ya las que perjudican a otros, aunque saquen ~dice- un beneficio®®, Dos ideas son las que es posible rescatar del tinulo del libro y de fa cexplicacién anterior. La primera de ellas es la relativa a la “inteligencia fracasada’; la segunda es la de aceptar la idea del profesor Marina, 2 propésito de que una persona estipida es quien no solo se perjudica a ss misma, sino también quien pesjudica a los demas, Sobre esta sitima, no se insist’ mas, solo se reiteraré que lo ms grave de la estupidez no 3 solo el dafio que una persona se causa a si mismna cuando realiza una accién inmoral =porque es més daitino cometer una inmoralidad que suftirla-, sino el grave perjuicio que causa a los dems. Sobre el primer asunto, cuintas veces no hemos escuchado la idea, por desgracia ampliamente difundida en muchos sectores de nuestra sociedad acerca de que el éxito profesional, econdmico, politic, y hasta académico, solo es alcanzado por gente “inteligente", que ha sabido poner en prictica una serie de “ingeniosas” aeciones personales, las cuales les THROWET Gnas, longpcul le abr La ica deer dels mutes empas democrico, 4 ss Arar, Brel, 198, 9 3 Ger iasmsa, avon, La intigonctafracsada, Torta yprdcica de la espe, $e, ‘rapa, Beeston, 2005, pp. 11 y 8 Chr fem a cupenos ne RETESIONTURDICA han ahorrado tiempo y esfuerz0 en alcanzar el referido éxto, En la cultura del minimo esfuerzo ~como es la cultura en la que nos desenvolvemos-, lo realmente importante para este tipo de gente es conseguir el mayor provecho y beneficio posible al menor costo y con él minimo empeao; segtin estos individuos, da igual cual sea el medio empleado para alcan- 2ar tan anhelado éxito. Sin embargo, hay un hecho que casi siempre se presenta como indefectible: cufntas ocasiones se ha comprobado que ese tipo de “ingeniosas acciones” han sido muchas veces inmorales, desho- estas y corruptas. iste tipo de personas merecen ser calificadas como profesionistas inteligentes y exitosos? (Bs esta la clase de éxito que hemos de perseguir como modelo a imitar, maxime cuando tales acciones traen siempre aparejados graves perjuicios personales y sociales que no solo perjudican a quien las realiza, sino sobre todo a quien las sufre? El profesor Carlos de la Isla, en uno de los mejores libros que he podido leer, titulado De esclavitudes y lbertades, muestra clarisimamente el grave deterioro de la sociedad en sus més diferentes niveles, motivado pprecisamente por la inmoralidad de personas estpidas, Esto es lo que es ‘una sociedad sin étca para el profesor universtario: “La politica convertida ‘en lucha corrupta por la patologia del poder; el sistema econémico que sacrifica a fas personas ea el altar del dinero; la violencia que atormenta al mundo generada por la explosién de la injusticia; le demencia de las ‘rasnactonales, clubes y consoxcios que ejercen las implacables masacres del mundo sin limites; la educacién convertida en amaestramiento que obedece a la cruel dictadura del mercado; las mortales ofensas @ la vida cen las guerras por el oro de los imperios; el manejo de marionetas en los juegos deserminadios por los grupos de poder, las mortales agresiones al planeta de todos, habitacién de todos’! Por desgracia, la sociedad que nos ha tocado vivir ha desestimado el referente ético, por considerario propio de personas mojigatas 0 de carécter débil. Asi, empefio, dedicacién, entereza, paciencia, honestidad, fortaleza, rectitud de espiritu, honcadez, etcétera, son vistas como virtudes de gente poco inteligente y hasta tonta, Nos lo recordaria el profesor de Ja Universidad de Mnich, Romano Guardini, en sus lecciones de ética al hablar de la virtud!?, Serd verdad que el éxito personal y profesional hha de ser alcanzado a cualquier precio? éTendra que ser aceptada la vieja idea de que el fin justifica los medios en el ambito laboral? TW per ir Canes, Desscavtutesy teria. Busaj0s de ka, educoccn ypoticn Miguel, Angel Pci FTA, Mexico, 200, 9.7. “hora tenemos que heard sgh cya uatamlento se enfrents con una dtu poate: Gel vir Sepongo que palabra proface en quien la eseucha le misma senseion qe So tengo al pronuncata: coma de incomodiad como de ecasién para la bu Es uns enuaclen comprensbe, Br sts so encua a procesta cone el orgulla moral yen concrete ‘onts quien se sonsidem stledo nel en, eicmene supenan ycambién a desconanza Se qu el ongllo no sea ala vex hipocresta, ya que en calidad consantemente estamos iahando ale bondac, yon exe ca las fae o no Se admiten © se onl". GUARD, Rowan, ica, BAC, Mads, 1953, p. 242. 22 saDA4: 1A DEONTOLOGLA JURIDICA ATONATURA PENDIENTE MANA LOS ABOEADOS La realidad no nos ofrece muchas esperanizas para contestar negativa- mente a las anteriores interrogantes. La cosrupci6n, cada ver. ns presente fen los negocios, en Ia politica y en los medios de comunicacién; fa insu- mentalizacién de la vida e integridad fisica de las personas para obtenet algtin beneficio econémico; el trfico de influencias que generalmente va asociado al ascenso laboral; la aceptacién de dinero por parte de algin juez para favorecer en su sentencia 2 alguna de las partes; la vileza que implica el acoso sexual: los homicidios de mujeres en todo el mundo; la guerra, la pobreza, el hambre, etcétera, son perfecta muestra del dete- toro moral de nuestra civilizacién, De ahi que como acertadamente ha sefialado D. Carlos de la Isa: “Se est haciendo universal € insistente el clamor que demanda una nueva actitud ética como la tnica y urgente solucién a los graves problemas del mundo. En casi todos los campos de In actividad humana se esti agudizando un estado de riesgo y de cercanta a los limites de tolerancia”®, Sin embargo, lo més grave es que muchas de estas desgracias sociales se llevan a cabo en connivencia con profesionales del derecho; lo mismo por abogados deshonestos que por jueces comuptos; igual por ministerios ppiblicos y fiscales cuyas actuaciones rozan en la delincuencia (cuando no definitivamente esta lo es), que por notarios @ los que solo les importa ceariquecerse a través de las funciones que realizan; !o mismo a profeso- res de universidad, que a cambio de cualquier favoritismo son capaces de regalar calificaciones y hasta tirulos académicos, que a Funcionarios ‘pablicos ~peritos en derecho que con su actuacién demeritan el trabajo profesional y dafian 2 infinidad de personas, En esto las universidades que forman abogadios también han tenido mucho de responsabilidad, porque la inmensa mayoria de facultades de derecho en nuestras universidades dedican poco, © ningiin tiempo, a la difusién y ensetanza de la ética, dena es la razn de este desinterés™, No hace falta hacer un gran esfuerzo para constatar el grave despres- tigio que sufre hoy la profesién juridica y la opinidn vilipendiada que tiene la sociedad en general acerca de la mala fama de los abogados. EL profesor Victor Manuel Pérez Valera, en un interesante artfculo ttulado Algo que urge: ética para abogados", sefiala e6mo la mala reputacisn de los abogados ya existia desde la época de Platén, quien en su famoso TF Bein ia, Conor, De eclavinaery terades. Reagent, B13 Biprofesor ele fla se pregunta sf acaso "Ao se hacen ls ucividdes cfs Je Toetnales exsentes coneo en vex de ded més tempo yds medios ala formacisn {Eica al dearello de i imagiraclén, de a eresivsdad, dela avenson se erpenan et feproduct tora yacudes qu reeran el Sema dominarte” bidem,p. 1. Ch namo autos Dele perpledad ala utp, Coyoacen TAN, Ee, 1998, pp. I-30 ‘Secu pace el proce De ia celina inane rary complto ya ver erica de ‘elacion ene "sducacon”y “universdad”, denundiand los greves problemas que suclen neon on sa BinoeIo. 1s Plnae VacenaVieran Masi, Serimds burman Ryton sobre asa y derecho, Poms Fiesta Toersameriars, México, 2008, 3 8 EIADERNOS Dx RETENSIGN UMD dilogo Las Leyes, estableceria: “Hay muchas cosas nobles en la vida ‘humana, pero en la mayoria se fijan males que fatalmente los corrompen y-dafian... zeémo puede ser el abogado de justicia otra cosa que noble? ¥ sin embargo, a esta profesién que se nos presenta bajo el bello nombre de arte se le asigna una mala reputaci6n... Ahora bien, en nuestro Estado este llamado arte... no deberia exist amis", Continta diciendo el profesor Pérez Valera que siendo la abogacia una profesién tan noble, las recriminaciones contra ella son un hecho casi universal, y sefala cOmo después del descubrimiento de América, “los monarcas espaficles, queriendo preservar a las muevas colonias de las lacras que sufria Ia sociedad espafiola, prohibieron la emigracién de los abogados debido ‘su aficién a los pleitos, su pasién por la tricala y su capacidad de engullir bienes y fortunas en procesos interminables"™”” ‘Alo anterior se podria objetar que de Plat6n y de la conquista espatiola hasta hoy, mucho tiempo ha pasado como para seguir considerando a los abogados “aves negras”, “enredapleitos”, “Sanguijuelas’,etcétera. Sin embargo, esta misma consideracién sobre los abogados es la que sigue teniendo la opini6n ptiblica hoy, Lo reconocis asf uno de los mas importantes procesalistas italianos, Piero Calamandrei, en un libro que ya se ha hecho csico en el dmbito de la deontologia juridica, este es ‘Demasiados abogados, en el que sefiala que no obstante la importancia ‘que prestan Jos profesionales del derecho a la sociedad y al Estado, no se puede pensar que en le prictica esta profesiGin esté rodeada de una gran simpatia en Ia opinién publica®, Alrespecto establecié el procesalista italiano: “No deben a este propésito asustamos demasiado las concordes diatribas, en prosa ¥ en verso, con las que el arte de todos los tiempos y de todos los paises se ha recreado ‘en acrbillar Ia figura del abogado, sacando sabrosos tipos de abogados ‘embrolladores... ni esa actitud de mordaz desconfianza que contra nuestra profesién ha tomado siempre el espirina popular, que ve en el abogado cl genio maléfico del mundo judicial; y que todavia hoy, cuando quiere compadecer a alguno que esti a punto de amiinarse en pleitos, dice simplemente que el pobrecito ‘ha acabado en manos de los abogados’ ‘con la misma entonaci6n finebre con que hablarfa de un néufrago caido prisionero de los antropéfagos"®. En los tiempos de la globalizacién, la situaciGn que venimos describien- do no parece cambiar demasiado. Lejos han quedado los tiempos en que al abogado se le reconocis como una autoridad dentro de la sociedad, fundamentalmente por su altura moral, tal y como lo describe Serrano Suiter al sefialar que “La profesién de abogado atraviesa, en estas horas, oem Sige Cir Cuuaworen, Pn, Demasiadosabogacos, Casa Poltt, Mésle, sf. 2 9 Idem, yp. 2-23. 34 ALBA EA DEONTOLOGIA JURIDIC ASICRATURA PENDTENTE PABA TOS ABOGADOS una cssis especifica en la que se agudizan todos los sintomas del cambio. los antiguos despachos, cuyo prestigio se ciment6 en virtudes y valores de alta cotizacién intelectual y moral, van sucediéndose oficinas gestoras de los grandes negocios, con ramificaciones internacionales, provechos financieros e incentivos politicos, del mas innoble y descarado trifico de influencia politica™®. Cul ha sido la causa de tan lamentable sitiacin? Cues han sido los _motivos para que erréneamente se crea que en el eercicio de la profesién juridica el aspecto moral poco o nada tiene que ver, siempre y cuando consigamos el objetivo? ‘Para algunos autores como Victor Manuel Pérez Valera no se debe olvidar que en las relaciones humanas pueden surgir conflictos, os cuales tienen repercusiones juridicas en donde las pretensiones de las partes son muchas veces irreconciliables, pues es muy dificil que los sujetos {nvolucrados leguen a valores compartidos™. A esto hay que agregar que “precisamente por motivos éticos, en algunas ocasiones el abogado no puede declinar asumir causas impopulares y desagradables"®. Otros autores, como Eugenio Trueba Urbina, destacan algunas de las prcticas contrarias a la ética que han motivado la mala fama de los abogados: “El mal uso de los provedimientos, el manejo malicioso de las leyes sin tomar en cuenta sus finalidades timas, la poca acenci6n ‘que se presta a esnudios fundamentales del derecho, y particularmente 490 estimativa, sactificando a la técnica y al éxito los valores de orden normativo™®, ‘Sin dudla, las razones expuestas son algunas de las causas del deficit ico de los abogados, pero en mi opiniGn hay otra més de fondo que quiz sea el origen de las demés, esta se refiere a la particular forma de ensefar, entender, interpretar y aplicar el derecho. Esta comprensién del derecho se encontraba anquilosada en un particular modelo juridico que fue el que mayor influencia ejerci6 durante la primera mitad del siglo XX, _me refiero al legalismo decimonénico, es decir, al positivismo normativista mis radical, el cual, si bien no desestimaba la presencia de la moral en cl derecho, incluso en aquel renglén relativo a la necesidad de favorecer Ja educacién moral del futuro abogado, no tuvo nunca como prioridad este argumento, Menos le importaron temas como la personalidad 0 el cardctet del futuro jurist, estos asuntos fueron secundarios, incluso hasta intrascendentes. | rna5 Sn, cdo por Wisquz GuNeR©, Dana, FRavesco, en Hiea, deonilogt abvgadas, Eun, Barzeion, 1296. 20. Pease Vata, VisOR Mae, Sr ids uemaro.Reflxione sobre. oe, Pu Laem. ‘Trams Uren, Bueno, Erica protional para af gercico det derecho, Universidad de Guanalusto, Geansjuae, 1957, p ®. 35 ‘GuADERsOs Dx xrast6N JUREDICA 1a profesora Angela Aparisi ha descrito a la perfeccién Ja sinuacién anterior al reconocer que en la modema visiGn del trabajo, el jurista fue convertido en un mero técnico cuya *herramenta” no fue otra cosa que el derecho, entendido este como un conjunto de regias autosulicientes respecto del sistema social, en donde la dimensién ética del trabajo se encontraba muy alejada de su propio ejercicio. Tal consideracién ~con- tinga la profesora Aparisi- va conduciendo al profesional a una especie de “asepsia valorativa’, y en consecuencia a una pérdida critica sobre el derecho. Asi, la labor del jurista consistié basicamente en conocer y deseribis el derecho positive vigente Enfatizando que esta idea fue la que se encontré en el corazén mismo del positivismo formalist, lega a sefialar que “cl formalismo positivista ‘contribuyé a potenciar un modelo de profesional 21 que no debfa interesar las consideraciones culturales, polticas o éticas... Asi, el cientifico, que tadicionalmente habia visto sometido su trabajo a tres limites ~material, legal y ético-, situados estos en un plano de igualdad, pas6 a relegar la dimensién ética a lo meramente subjetivo y relativo. Una consecuencia prctica de ello es que muchas profesiones han carecido, hasta hace poco tiempo, de eddigos deontologicos™. IL. Cxfnicas at postrismo pumfoxCo. CaUsas DE ABANDONO DEL POSITIVisMO sonfoico Pero el modelo iuspositivista ha sido fuertemente criticado y muchas veces abandonado por esa falta de atenci6n al argumento ético. El profesor argentino Carlos 1. Massini ha podido distinguir tres causas de ‘tisis y abandono de! referido paradigma tusflossfico: i) las de cardcter &ico-politico™, i) las de indole juridico-institucional, y si) las de orden epistémico-filosofico”. Las que interesa destacar aguf son las de orden GE tes, hen, Hay deol pa prs Bans, Papin, 2 Bp. 6 3 Belden, pp. 68. ‘Eos we feeren lo *reaccién moral que provocaron log ctsltanemos comunity aciealeoctslsa, con sis earspos de extern, sus mtodosinhornanos de sumson y Ie cecsion semen do extegoras enteras do personas dela condicon de sjtcs del CSeecto, A melas del siglo 50 se hao eile, « una busra mayors de Ie personas Sncersacat por le problematic Ge, o simplemente dotadas de una minis senabildad ‘orl, consoorr como Gots, a) menos eh su sgrfcaion cenit asstenss Ge normas Inutsccarente opresivos, exclayentes aun esmices, Esa conviclén generalize {sae csviter inmmcona exo les lburaleselemanes negazen conéicion fc ‘Trommasysescluciones edoptadas po los orgenseas asus de grbieo que itplcaban igunes violciones de principio Gcoa en mafora Ge jusiea” NOSSBG CoRKEIS, CANOS.., {Ep nanualy en nterpretacioncontenpcrdnea, Bunss, Pamplona, 2006, p. 2. 2 Ba clcompo de la teora dl conscimiento y de In clends, result doe el paradigms postivna, segin el cule coaoamieno solo podia sar dencmiado “eenico” cuando eunia los caaceres ce) macamente experietsal-exacto, GD puramente descrip y, SALDAKA A eOMTOLOGLA JURIOXGA ATONATURA FENDIENTE BARA LOS ABOGADOS juridico-institucional, aunque sin duda las otras ayucan a fustificar, atin rms, la insistencia en la recuperaciGn del angumento moral en el derecho, especificamente por lo que a la deontologia juridica se reftere, ‘stas causas de orden juridico- institucional apuntan al reconocimiento de un hecho como verdadero, este 5, que el derecho €3 una disciplina ‘eminentemente prictica, donde lo realmente signficativo no es tatar de justifcar lo que el derecho es, sino para lo que este sirve. Dicho ast, cl discurso juridico contemporsineo no busca més concepciones univocas del derecho, sino justificaciones de su aplicaci6n, trasladando su tratamiento de una reflexién ontolégica a la bisqueda de respuestas justas™, dadas por profesionales comprometidos con ef argumento ético, es decit, por jurists éticos. Asf, en el derecho cle hoy se exige tna conjancién de cle- rmentos donde se evidencia la fuerte presencia del argumento moral: por una parte, se encuentra el contenido de justicia del derecho y, por otra, cl requerimiento y compromiso con tna serie de principios deontol6gt- ‘cos por parte de los operadores juridicos, esto es, de los profesionales del derecho. Por lo que tiene que ver con el primero de los aspectos, y por solo sefialar un par de ejemplos, habré que decir que hoy cualquier jurista ha de realizar una necesatia labor interpretativa, y en esta uno de los més importantes argumentos es el empleo de los “principios del derecho", los cuales -si nos atenemos a lo que Dworkin ha sefialado~ mantienen un contenido moral, el que juega un papel fundamental a la hora de pensar y ‘operar con el derecho, Otro ejemplo es el de los derechos humancs, los que sin duda hoy se pueden calificar como la nueva moral en el derecho. ‘Ahora bien, si hoy la reflexién sobre el derecho incluye la incorpo- racién de criterios morales, y en su cjercicio profesional debe trabajarse con tales crterios éticos, la pregunta obligada seria entonces la siguiente qué profesionista del derecho seré el que mejor est€ atento y observe en forma mas puntual dichos cxterios de justici el profesionista del derecho al que nada importe la ética profesional, o aquel que se encuentra com- ‘prometido con un conjunto de principios deontolégicos que lo hagan ser Yy parecer un jurista excelente? Parece que la respuesta ¢s obvia. Tor consiglenc be de calguis pa de vlorcions, colonial dichon de Max Weber, JG reduc & oberon snaeraicscvsnlieables, con & cansiglese esechamient do Jeasito de a experenca, 0 pudo ye ser als defenidn consstentemente en sede cent, ‘ater, p. 3. 3 Ha ricardo CostSbel Orego que el oflo del jut, operadce prscpal de ura cena prices como ese! derecho, cons en cscemilo x0 doo nus, y qe es precisimente Ete acti del foo conde se comprende vedaderamence el derecho tl como es. Clr, ‘Giaaso Save CAMOAN, analtica del derecho jus, la ert del postiisma jridice Ticrtica del dereto natural UNAM, Mexico, 205, pp. M2155 2 Gin, wane, Rowe, “se derecho un sero de seeas”, en Crea 5, Mx, 1957, (hes tby Aub, Rowan, Derecho nan praca, 2 e, Ponta, México, 138. 7 [coADER0$ Dx PETERSON UROL IV, RELABILTACION DE LA DEONTOLOGHA JLRIDICA Por e50, al lado de los argumentos anteriores se encuentra como un tema esencial en la formacién del buen profesionista det derecho, del buen abogado, del buen juez, del buen notario, del buen fiscal, etcétera, cl de la étice juridica, deontologia juridica 0 ética profesional aplicada al derecho. De esic modo, para entender a cabalidad lo que la deontologia es, ua primer tema a considerar es que toda profesién, entendida como aque- lla actividad personal que se ejercita tanto en beneficio personal como social, supone una serie de conocimientos especializados para quien los posee. Estos saberes adquitidos a través de la capacitacion deben usarse con miras al bien de la comunidad y estar supeditados o limitados a una serie de normas (escritas 0 consuetudinarias) que vinculan al profesio~ nista al menos con tres entidades: con la persona o institucién que lo ‘contrata confiando en su capacidad técnica y ética; i) con el gremio de profesionistas que esperan de él una actuacidn diligente, y sobre todo ‘moral para el prestgio de la misma profesicn: j,i) con la sociedad, que mantiene la esperanza de que su desemperio profesional contribuya all bien comin soctal® ‘Asi, puede sefialasse entonces que la deontologia ~entendida esta en términos muy amplios~ seria aquella disciplina encargada de establecer fa nanuraleza, fin y sobre todo los limites en los que se ha de encausar «una actividad profesional. Estos limites no son otra cosa que los deberes, principios y virudes a los que ha de sujetarse quien realiza cualquier profesion™, Por su parte, el profesor Rafael Gémez Pérez define a la deontologia como “el conjunto de normas, tanto morales como juridicas, consuetu- inarias o eseritas, que regulan el ejercicio de una tatea profesional”, 3G WRGRO Manos, Heacem, “Bia profesnaly deceslogi rida: aoconesy pip’ fn Canassoo Fuonner, Ff. (comp) La abagacta prion profesional, emseaarea y ‘Aeotoogta, 0.6, Post, 206, p. 121. 51 Ujas defen mis tzpla de lo Que es ia denatalogssprefesons] puede ser ls emplesds for Vilor Torenap cuando in Clos Leg: “Aplicada preferentemente alas pofesones Fretecinles Ge sndguo orgen histriee, s Deortologia desgna el conunto de reals ¥ [Pancpies que igen deternatas conducts det profesional de carter no trie, eres Eiincales, oe cnlquee manera, ai ejeresso dela profesén yo la pertenencia al gupo pecfesional sen sotacla, tna erode de urbaniad del pofesional Su carer eco Seevidenss en mayor grado en la pofesones con trsfondo humaniia, como el ere estar elate madicot inc cari chado por Vuoeo ToRAsZO, vigum, en Deontlgts arcs, (nivridedtheroaméea, Men, 197, 9. 12 Gone bara, rast, “intodelon 2 bro fica de es profesiones uric’ en cade las prafeiones oddear Bride sobre deontologia, J IcN-ARDOS, Murs, 2003, p. 7. ‘Dal mismo autor yen fom ucho mis expliets pars las ferentes protescnes juris, Ce, Deooologiajurdica 3 ed, econes Gea Univesidad de Navas, Farsplona, 1992, pp E30, SMDASA: 1A DrOsTOLOGiA JUMIDICA:ASTONATURA PENDEENTE RARA LOS ABOGADOS Acertadamente, Francisco Daniel Vazquez Guerrero ha sefialado que cualquier deontologia esablece el campo de licitud del ejercicio profe- sional al menos en dos émbitos, uno interno y otro externo. Fl primero, *advertiria al profesional de la extralimitacién de su actividad hacia lo Licio; en tanto que el segundo limite estableceria un vallader o defensa de lo profesional frente a intromisiones exteriores, cuyo origen estarfa en los poderes ffcticos del sistema". Finalmente, la profesora Angela Aparist sefiala que actualmente “la Deontologia remite fundamentalmente al estudio de los deberes que surgen en el desempefio de profesiones que se consideran de interés pablico, requieren un vinculo con el cliente o paciente, se ejercen en régimen de monopolio -porque exigen estar en posesién de un titulo- y de forma liberal", Estableciendo a continuacién que “La Deontologia se enfrenta asi, desde la perspectiva de unas exigencias éticas objetivas, radicadas en la dignidad de la persona y en los fines de su profesi6n, con los problemas humanos”*. Referido al Ambito de la profesi6n jusidica, zqué es ta deontologia jurfdica? $i la deontologia es la aplicacién al terreno de las profesiones de os criterios ércos o morales, habrii entonces que decir que la deon- tologia juridica es justamente la aplicacién de los deberes, principios, reglas y virtudes morales aplicados al terreno del derecho. La deontologia juridica seria asi aquel conjunto de reglas, principios y virtudes morales {que han de segir la conclucta de los profesionales del derecho. Su labor Consists en la calificacién del trabajo de todo profesional del derecho fen sus aspectos de bueno y malo®, La deontologia juridica, sefala Villoro ‘Toranzo, “establece reglas para que los miemibros de la misma profestn la desempefien con dignidad y elevaci6a moral’? V._ CARACTERISTICAS DE LAS NORMAS DEONTOLOGICAS Cuando de deontologia se trata, és necesario detenerse, aunque sea brevemente, en uno dle los aspectos centrales de esta materia, el que por desgracia no se ha abordado tan detalladamente por la doctrina, me refie- zo al tema de la naturaleza y comprensiGn general de lo que las normas deontolégicas son. Por eso, habré que sefialar algunas puntwalizaciones que conviene hacer sobre’ las normas, reglas o principios de carécter deontolégico del Ambito juridico, 3 Visauez Goume, Dum, Estesco, en Bea, deomilegsa yn oct p34 Must Sepals, GA, Bo y donate aa uri oP ely 156 2» lon Gir Vizounr Guanes, Disa Pusicsco, en Bia, deontlogta yo. el, P26. 8 Vaasa Tons, eee, Daontoegta nai. apc, p12 39 “coanemvos Dx merase yoniarca 1, LAS NORMAS DEONTOLOGICAS REFLRJAN LA VINCULACION ENTRE Fl. DERECHO ¥ LA MORAL. 1a primera es que la norma de deontologta jurica reflea con tox laridad la estrecha relaci6n entre la moral y el derecho. Bs decir, 2 través de esta se evidencia la necesaria vinculaciOn entre el aspecto moral y el jurico. Con lo cval, la supuesta radical separacién que et positvismo juridico formalist habla propuesto no puede seguir sosteniéndose. Al ‘menos en el aspecto deantolégica esta relacién es insoslayable. Como sefiala Aparsi: “los dstintos profesionales son, y han sido conscientes, de que toda actividad posee una dimension personal y, por lo tanto, debe realizarse denteo de unos pardmetros de moralidad cuya infracci6n, con Independencia de la existencia de sanciones, implica una desvaloracion de la misma"®. 2, LAS NORMAS DEONTOLOGICAS SON SIEMPRE DE GARKCTER MORAL ‘Ahora bien, una de las preguntas que deben ser aclaradas es si zodas las normas deontolégicas mantienen un cardcter esticta y exclusivamen- te moral? A lo que hay que decir que si bien es verdad que Ia mayor parce de las normas deontol6gicas manticnen esa estrecha vinculacién, habré otras mas en las que no necesariamente se refleje esta. Asi, como Jo han sefialado Lopez Guzmin y Apatisi Millares, puede ser que en su lesaarollo y concretizaciOn normativos las reglas deontolégicas adopten caracteristicas de otros sistemas normativos, por ejemplo, las de los usos sociales??, Para enfatizar la idea anterior la profesora Aparisi, siguiendo a Lega, ha sostenido que el contenido y naturaleza de las normas dcontolégicas no se agora en el Ambito de la ética, como tampoco es comecto afirmat {que estas normas tengan un caricter exclusivamente moral®, "Las normas deontolégicas presentan, en algunos casos, claros puntos de contacto ‘con los usos sociales, ya que surgen como pautes, practicas 0 reglas de ‘comportamiento que adquieren obligatoriedad por la presin social. El profesional, al adoptar tales pautas, conseguir mantener el prestigio ¥y consideracién social de una profesién. Su rechazo, por el contrario, ‘operard en el sentido contrario, como ocurre, en general, con los usos sociales"* “rms Nats, Anors,Sion ydaomtoog para prises... oP ct, 9p 9-70. ie Lorez Guts Jost y Aras Mis, Asata,"aproxten a concepta de deonlegss (GP en Persona) Derecho, 30, Parplans, 1985, p. 17, {ps Nat Bey det pa ito 158 sy sspnta. 14 nronroLocth joMnrch ASIENAFUIRA MENDIENTS PARA LOS AROCADOS 3. AS NORMAS DEONTOLOGICAS MANTIENEN UN CARACTER RELIGIOSO? Sobre este cuestionamiento es igualmente oportuno aclarar que las normas deontol6gicas no tienen por qué identificarse con las de caric- ter religioso. Esta ha sido siempre una preocupaciGn de quienes se han dedicado al estudio profundo de la deontologia juridica: enfatizar la idea que son dos cosas distintas, las de cardcter religioso y las de indole tem poral. Ast, por ejemplo, J. M. Martinez Val sefiala lo siguiente: “podemos ¥y debemos buscar normas fundamentales de conducts fuera de cualquier ‘dogmatismo religioso, de forma que puedan resultar aceptables y validas para quienes procedan de diferentes creencias religiosas u opiniones religiosas™®, Si bien es verdad la tesis anterior, también lo es que las normas deontol6gicas deben ser igualmente admitidas por quienes incluso no profesan ningin tipo de religidn, De modo que estas han de ser acep- tadas y obligatorias tanto para creyentes como no creyentes, "No debe confundiese el plano natural con el religioso. Las normas éticas se hallan cenraizadas en la dignidad de la naturaleza humana y se deducen 2 partir de operaciones de la raz6n prctica. Son, por tanto, patrimonio comiin de todos los seres humanos™®, Sobre este ultimo punto conviene de todos modos advertir que las normas deontolégicas no tienen por qué estar necesariamente reftidas con algunas otras de caricter religioso. De hecho, por ejemplo, igle- sias como la catélica siempre han estado preocupadas por la difusin y promocién de a ética 0 deontologia profesional, este es parte del contenido de la doctrina social, por ejemplo. De ahi que se deba re- conocer “que el humanismo cristiano ha tenido una gran influencia cn [a configuracin de los principios deontolégicos de las diferentes profesiones'. Con lo que ningtin autor serio que trate sobre deonto- logia juridica puede desdefiar la importante influencia religiosa, aunque son dos ambitos distintos®. TTowrnas Vi, Jose, Male, ctado por VangUEZ GuraREED, Disa Faxes, en fea, tdentogts yo ct, p34 a pofeces Apack ba hoano nota eso dea al que Sempre {ehhan eafeotaao las pormes deosoidpes al sear que por vadcin se ba ereido que Jb deoniologia pofesionel hance sur rices en une diascn oligos, peo sealer eso un enor, De ail que “esta equivoeaién moti que el profesional no crevenverechace |e obilgitoriedad de la norma deontogls, ya que eniende que esa no leaflet Aras Maas, ANGEL, Bie deontlaga pare fois oP iy D1GB fr nay Seta By rr a rts 18 Gover Pane, RASA, Deomilogt Jurca 0. iy pp. 235803. Ch, tb, SOTOMATOR GGatza G, ess, Za aogaca, 3 ec, Pra, MERIC, 2008, pp. 96-202 ase a [CUADERNOS Wx HETRESION TUMOICA 4, iAS NORMAS DEONTOLOGIGAS SON SIEMPRE CONSENSUADAS? Un riesgo del que igualmente conviene tomar distancia es el hecho de pensar que las normas de Ia deontologia juridica puedan ser exclusi- ‘vamente consensuadas o pactadas. Es verdad que algunas de las normas deontol6gicas han sido producto del acuerdo al que han legado los miembros de gremio determinado, pero existen otras més que general- mente son las que dan contenido y vigencia a las anteriores que son de caricter objetivo ¢ inmodifcable.

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