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LOS PROBLEMAS DE LA DEMOCRACIA LIBERAL

Introducción

Uno de los temas más estudiados en la filosofía política es el de la democracia liberal y sus
problemáticas, el presente trabajo se dedicara a exponer los aspectos generales de lo que
conocemos como democracia liberal, en especial la democracia como participación, para
posteriormente abordar las problemáticas y obstáculos que esta forma de gobierno enfrenta.
Los obstáculos que la democracia liberal enfrenta a la hora de plasmarse en la práctica nos
hacen preguntarnos si ésta es realmente factible, además de cuestionarnos si es la mejor
forma de gobierno. Si bien la democracia liberal tal como la conocemos ya desde hace
décadas ha estado tambaleándose sin embargo ha permanecido en pie y parece que será así
hasta que aparezca otro sistema de gobierno que logre reemplazarla.

¿Qué es la democracia liberal? Y ¿Cómo se presentó a lo largo de su existencia?

La democracia liberal como la conocemos tiene poco más de 200 años de existencia, surgió
a medida en que los viejos sistemas de gobierno fueron cambiando al sistema capitalista y
de propiedad privada tal como lo conocemos actualmente, en “La democracia liberal y su
época” del autor C. B. Macpherson encontraremos dos definiciones: “… se entienda la
democracia liberal como suele entenderse todavía, como la democracia de una sociedad capitalista
de mercado” y “se entiende que democracia liberal significa, como interpreta John Stuart Mill…
una sociedad en la cual todos sus miembros tengan igual libertad para realizar sus capacidades”
(Macpherson, 1977). La primera definición de un carácter económico y la segunda de un
carácter ético. Si analizamos ambas definiciones nos daremos cuenta que no son del todo
compatibles entre sí y sin embargo la democracia liberal, tal cual la presenta el autor, a lo
largo de su historia se ha movido entre ambas definiciones.

Dentro del espectro de la democracia liberal se pueden definir cuatro modelos, según
Macpherson, perfectamente planteados los cuales fueron surgiendo conforme la sociedad y
la forma en que ésta se organizaba fue cambiando. Los modelos son los siguientes: el
primer modelo, la democracia como protección, la cual consiste en la democracia que busca
proteger la propiedad privada de aquellos ciudadanos que tengan la oportunidad de hacer
crecer sus bienes, económicamente hablando; el segundo modelo es la democracia como

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desarrollo, la cual es en la que los individuos tienen y disfrutan de sus capacidades (a
diferencia del modelo anterior en éste si se toma en cuenta a los individuos de todos los
extractos sociales); el tercer modelo, la democracia como equilibrio, en palabras de
Macpherson es un “modelo elitista pluralista de equilibrio”, pluralista porque está
conformada de individuos que van en su propia dirección, elitista porque solo un pequeño
grupo de individuos está a cargo de escoger el gobierno y de equilibrio porque presenta el
proceso democrático que mantiene el equilibrio entre oferta y demanda de las mercaderías
políticas, es decir, de las opciones a elegir de tipo de políticas que deben llevarse a cabo; y
por último, el modelo de la democracia como participación es aquel en el que cada
individuo independientemente de su clase social debe estar al tanto de las acciones que sus
representantes llevan a cabo en el gobierno ya sea local, estatal o nacional y a la vez ser lo
más participativo posible dentro de la política. Es importante aclarar que Macpherson
defiende este último modelo aunque él mismo admite que dicho modelo como tal no ha
sido puesto en práctica y solo puede ser analizado desde un ámbito especulativo.

Tal como dice la primera definición que nos ofrece Macpherson, la democracia liberal
para que pueda establecerse en un país o sociedad es necesario que dicho país permita la
existencia de una economía de mercado, ya que es este tipo de economía que permite el
desarrollo de cualquiera de los modelos de democracia liberal mencionados anteriormente.
A partir de ello surgen algunos obstáculos para que la democracia liberal funcione como
tal. Por ejemplo uno de los grandes obstáculos de la democracia liberal es la configuración
de las instituciones sociales y económicas que pueda obstruir el funcionamiento del libre
mercado, solo hay que observar como las dictaduras comienzan por suprimir las libertadas
del mercado y la propiedad privada. Hay que agregar que para que una democracia
funcione perfectamente es necesario que exista una participación activa por parte de los
ciudadanos en cuanto a los asuntos políticos, en especial si nos referimos al cuarto modelo
que presenta Macpherson1, pero la cuestión es si ¿Realmente la participación ayudará al
progreso de los ciudadanos? y es que no siempre mayor participación en la política se
traduce en la práctica como progreso y mejoramiento de la situación socioeconómica de los
ciudadanos.
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Para Macpherson la participación activa de los ciudadanos en los asuntos políticos es clave esencial para
que la democracia pueda traer progreso dentro de la sociedad y que se debe aspirar a llegar al modelo
cuatro “democracia como participación”.

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Los principales problemas de la democracia liberal

Uno de los problemas principales de la democracia liberal, en particular en la democracia


como participación, es la apatía o lo que llamamos apatía hacia la política y cualquier
asunto que tenga que ver con ella. La apatía hacia la vida política comúnmente se asocia a
que los ciudadanos de las clases sociales más bajas (pero también parte de la clase media)
tienen nulo interés del cómo funciona la política y de cómo una participación más activa en
las decisiones de la comunidad, o un nivel más alto de organización como nivel estatal,
regional o nacional puede afectarlos o beneficiarlos.

Otro problema radica en que los representantes en el poder no sean a fines a los interés
de los ciudadanos, la historia ha demostrado en incontables ocasiones que la democracia
liberal puesta en práctica genera que sean escogidos representantes que no son los más
competentes y/o aptos para asumir dichos cargos de poder y solo están en esos cargos para
beneficio propio y/o sirven a interés que no necesariamente son los mismos intereses de los
de los ciudadanos que en papel están representando. Comúnmente los representantes de los
ciudadanos en los gobiernos están conectados entre sí, como lo dice el modelo tres de
Macpherson. Se podría decir que realmente no existe una elección democrática como tal sí
es que las opciones presentadas para escoger quien ocupara un determinado puesto
pertenecen al mismo grupo elitista. Gracias a esta situación se da el surgimiento de la
corrupción y ésta puede permear a los diferentes niveles de poder y en casos extremos se
vuelve parte de la cultura de una sociedad.

Algo que es importante señalar es que en el mundo actual, la mayoría de los países que
se hacen llamar países democráticos generalmente tienen una estructura de elección
gubernamental que consiste en un sistema de partidos políticos, el problema radica en que
dicho sistema generalmente por cuestiones de conflicto de intereses entre los partidos
políticos genera trabas que impiden a la política llevar a cabo sus funciones. Para acabar
este apartado hay que tomar en cuenta que hay un poder mayor al poder político y es el
poder del mercado, puesto que el mundo, y principalmente Occidente, se maneja bajo el
sistema capitalista lo que genera que los intereses del mercado tienen un gran peso en

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cuanto a las decisiones a tomar dentro de las políticas de cada país. Solo hay que recordar
que uno de los motivos por el cual inicio la Primera Guerra Mundial fue la competencia
económica y de poder entre las potencias europeas2.

Lo que hay detrás de la apatía

Comúnmente se define a la apatía como un estado de desmotivación y/o desanimación


hacia una actividad, objeto o persona, esta definición extrapolada a la actividad y vida
política dice que los ciudadanos no les importa y carecen de interés en participar en la
política, ya sea por una o varias razones prefieren no participar en la actividad política que
tengan que ver con la localidad o niveles más altos como el nivel estatal o a nivel nacional.
Decir que los ciudadanos son apáticos a la política por mero desinterés es simplificar y
restarle importancia a tal problemática que enfrenta la democracia.

Los principales motivos por los cuales los ciudadanos toman una postura apática hacia la
política son los siguientes: primero, por más que los representantes de los partidos y
movimientos políticos prometan mejoras y progreso socioeconómico, éstos pueden no
cumplir sus promesas; segundo, la corrupción en cada nivel de gobierno; tercero, nulos
cambios palpables en la situación socioeconómica de la localidad, estado o país a pesar de
haber cambio de representantes, partidos y/o movimientos políticos; y, cuarto, una razón
muy importante por lo que la apatía es tan común en la vida política es que la mayoría de
los ciudadanos (en el caso de países en vías de desarrollo como lo es México y los países de
Latinoamérica) tienen preocupaciones de índole más inmediata (tener sustento económico
para sobrevivir, el famoso “vivir al día”) además de no tener el nivel educativo apto que les
permita estar al tanto y tener un mejor entendimiento de la situación política a su alrededor
y participar en ella de la mejor manera.

La principal consecuencia de dicha postura “apática” que toman los ciudadanos es que
no haya algún tipo de oposición ante las leyes o reformas que se quieran implementar por

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Una de las principales causas del estallido de la Primera Guerra Mundial fue los intereses económicos de
las potencias europeas, estos choques de interés económicos generaban tensión entre dichas potencias,
principalmente entre Alemania y Reino Unido, sin olvidar la constante competencia entre Francia y la propia
Alemania por territorios europeos y coloniales en África para acrecentar su poder económico y militar.

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parte de los gobiernos, a pasar de que estas no solo no sean puedan ser del agrado de los
ciudadanos, sino que también podrían ser perjudiciales para ellos y que los únicos
beneficiados serían los gobernantes en turno y sus allegados. Lo que queda preguntarse es
si realmente dejar de lado la apatía hacia la vida política será suficiente como para hacer los
cambios necesarios

La libertad de expresión y la opinión de la mayoría

En la actualidad la democracia liberal proporciona un ambiente en el que todas las personas


tienen el derecho y la total libertad de expresar cualquier opinión que tengan sobre algún
tema en particular. Esto en apariencia puede ser considerado como una virtud sobre la
democracia, pero que todos y todas pueden opinar no necesariamente significa que dichas
opiniones tengan valor o peso alguno. El termino ingles Bullshit, que a grandes rasgos
puede definirse como la acción de tratar de convencer o hacer que te admiren diciendo
cosas que no sean del todo ciertas (se altere la verdad a conveniencia o ha una
despreocupación por decir la verdad), puede sernos de ayuda para explicar cómo las
opiniones no necesariamente y no siempre están fundadas por un conocimiento optimo y
propicio hacia un tema en particular. En su libro “On Bullshit” Harry Frankfurt dice lo
siguiente: “La charlatanería3 es inevitable siempre que las circunstancias exigen de alguien que
hable sin saber de qué está hablando. Así pues, la producción de charlatanería recibe un impulso
siempre que las obligaciones y las oportunidades que tiene alguien de hablar de cualquier tema
exceden su conocimiento de los hechos que son pertinentes para el tema en discusión.” (Frankfurt,
2006). Es importante mencionar que el Bullshit es ampliamente usado por los medios de
comunicación masivos para tratar de vender ya sea productos o servicios a la población en
general, además de ser usado para apoyar campañas de candidatos políticos, partidos
políticos, reformas y leyes o cualquier cosa que el gobierno en turne busque promover.

La opinión individual si bien es una muestra de libertad que goza cada ciudadano, esta
opinión puede verse opacada por la opinión de la mayoría. La opinión de la mayoría será
más importante para los fines prácticos de la política que aquellas opiniones que solo son

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El término “Bullshit” es muy difícil de traducir, por lo que en la traducción dela editorial Paidós del libro de
Frankfurt “On Bullshit: sobre la manipulación de la verdad” se traduce como “charlatanería”.

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compartidas por el mínimo de la población y más aún la opinión de uno solo. Como
expresaba John Stuart Mill en su famosa obra “Sobre la libertad”: “Ahora los individuos se
pierden en la multitud. En política es casi una tontería decir que la opinión publica gobierna
actualmente el mundo. El único poder que merece este nombre es el de las masas o el de los
gobiernos que se hacen órgano de las tendencias e impulso de las masas” (Mill J. S., 1962). La
mayoría de una determinada población puede tener una opinión acerca de un tema,
situación o problemática en particular pero esto no quiere decir que dicha opinión
mayoritaria este en lo correcto. El pensamiento colectivo de una sociedad o población en
específica puede ser guiado de acuerdo a los intereses de sus representantes en el gobierno
haciendo uso del Bullshit o simplemente la opinión popular puede tener poca coherencia
hacia las problemáticas políticas, sociales y económicas y que por ello estas problemáticas
no pueden ser abordadas de la mejor manera para ser resueltas.

Acorde con lo anterior, que existan propuestas o se realicen acciones políticas que sean
impopulares para la mayoría de la población no necesariamente quiere decir que dichas
propuestas sean contraproducentes para la población en general, sino que por lo contrario
puede ser provechoso para ella. Generalmente las medidas o acciones llevadas a cabo por
algún gobierno no serán de agrado de buena parte de los ciudadanos, pero estas medidas
pueden ser la mejor opción a largo plazo, por ejemplo el caso de Sudáfrica que con la caída
del apartheid y la llegada al poder del partido político CNA (Congreso Nacional Africano)
en 1994, las propuestas y metas de dicho partido incomodaron a parte de la población
sudafricana (principalmente a los ciudadanos descendientes de los neerlandeses).

El futuro de la democracia

En la actualidad difícilmente encontraremos alguna nación o país que lleve a cabo un


sistema democrático liberal como forma de gobierno de acuerdo ha dicho concepto,
muchos de los países si bien mantienen una forma de gobierno que comparte ciertas
características con la democracia liberal no son estrictamente democracias liberales, por
ejemplo países monárquicos como Inglaterra o España que mantienen un sistema
democrático y una estructura económica de libre mercado.

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Que un país sea democrático no quiere decir que éste esté encaminado al progreso,
muchos países ya sea por mala administración, nulo control hacia los ciudadanos y/o
instituciones o simplemente por los constantes roces de los diferentes poderes (legislativo,
jurídico y judicial, también podríamos agregar el poder militar) dejan estancado el proceso
de avance de sus respectivos países y sociedades. A esto se debe de agregar todos los
obstáculos y problemas de los que anteriormente hemos hablado y otros que deje sin
explorar como lo es el paternalismo o el poder de las costumbres y tradiciones arraigadas
en una población.

Parece ser que el futuro de la democracia liberal no sea el más favorable para aquellos
que la defienden y que apoyan dicha forma de gobierno. Países como China, entre otras,
han demostrado que puede haber un gran índice de progreso económico y de calidad de
vida si dejamos de lado los principios democráticos que han dominado a la mayoría de los
países de Occidente los últimos doscientos años. Debido a ello constantemente se es puesto
en tela juicio el papel de la democracia liberal y si ésta es realmente la mejor opción como
sistema de gobierno a la que se puede aspirar.

Conclusiones

El tema sobre la democracia liberal y las problemáticas que ella enfrenta es uno que se
puede trabajar ampliamente, todo lo anterior es solo una aproximación superficial sobre el
asunto y algunos de los problemas que rodean al concepto de democracia liberal. Esta
forma de gobierno ha dirigido a buena parte de las naciones de Occidente desde hace siglos
pero la pregunta sigue en pie y es si ¿Realmente la democracia liberal es la mejor forma de
gobierno? La democracia liberal no está ausente de problemas, problemas graves, lo que
nos hace preguntarnos si este sistema de gobierno está próximo a su fin y como filósofos es
nuestra tarea analizar su dicha situación en la que el concepto de democracia liberal se
encuentra y si puede ser salvada o si será remplazada por un sistema de gobierno mejor.

Bibliografía
8
Frankfurt, H. (2006). On Bullshit. Barcelona: Paidós.

Macpherson, C. B. (1977). La democracia liberal y su epoca. Madrid: Alianza Editorial.

Mill, J. S. (1962). Sobre la Libertad. Madrid: Aguilar.

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