ry JORGE LAYS BORGES—OBRAS COMPLETAS
DE LAS-ALEGORIAS A LAS NOVELAS
Para todos nosotros, 1a alegoria es wn error estético. (Mi primer
propésito fue escribir “no es otra cova que un error de ta estéti
ca”, pero fuego noté que mi sentencia comportaha una alegotia.)
Que yo sepa, el género alegérico ha sido analizado por Schopen-
Bauer (Welt als Witle und Vorsietlung, 1, 50), por De Quincey
(Writings, XI, 198), por Francesco De Sanctis (Storia della lette-
raiura tialime, VI), por Cxoce (Estetica, $9) y por Chesterton (G.
#, Wats, 88); en cate ensayo me limitaré a los dos iiltimos. Croce
niega el arte alegorica, Chesterton lo vindica; opino que la raz6n
ests con aquel, pero me gustaria saber emo pudo gozar de tanto
favor una forma que nos parece injustificable,
Las palabras de Croce son cristalinas; bisteme repetislas en. es
pafiol: "Si el slmboio es concebido como inseparable de Ta intui
jin artistica, es sindnimo de la imuuicién misma, que sierapre
ne cardeter ideal. Si el simbolo es concebido separable, si por
un lado puede expresarse el simbolo y por otro 1a cosa simboliza-
dla, se recae en el error intelectualista: el supueste simbolo es la
exposicién de un concepto abstracto, es una alegoria, es ciencia, 0
arte que remeda Ia ciencia. Pero también debeinos ser justos con
lo alegorico y advertir que en algunos casos éste es innocua, De
la Jerusolén tibertada puede extraerse cualquier moralidad; del
Adonis, de Marino, poeta de la lascivia, la reflexion de que el
placer desmesurado termina en el dolor; ante una estatua, el es
‘ultor puede eolocar un cartel diciendo que éta es 1a Clemencia
6 14 Bondad, Tales alegorias agregadas a una obra conclasa,
no la perjudican. Son expresiones que extrinsecamente se afiaden
fa otras expresiones, A la ferusalén Se afiade una pagina en prosa
ue expresa ctro pensamiento del poeta; al Adonis, un verso 0
ving estrola que expresa lo que el poeta quiere dar a entender;
a dn estatua, Ia palabra clemencia 0 1a palabra bondad.” En la pa
gina 282 del tibro La Poesia (Bari, 1948), el tono es més hostil:
“La alcgoria no es un modo ditecto de manifestacién espirivwal,
sing init suerte de escritura o de eriptogratio.”
Crece no astmite diferencia enue el contenido y la forma. Esta
es aquél y aquél es ésta. Lat alegoria te, parece monstruosa porque
aspira a cilrar en una forma dos contenidos; el inmediato o literal
(Dante, guindo por Virgilio, lege a Beatrie) y el figurativo (el
hombre finalmente Hega a la fe, guiado por la razén). Juzga que
esa manera de escribir comporta laboriosos enigmas.commas Inguisicionrs 45
Chesterton, para vindicar lo alegirico, empieza por negat que
al lenguaje agote Ja expresidn de la realidad. “El hombre sabe
que hay en ef alma tintes mis desconcertantes, mas innumerables
¥ mas andnimos que los colores de tina setva otofial.... Cree, sin
‘embargo, que esos tintes, en todas sus fusiones y conversiones son
represencables con precision por un mecanismo arbitrario de
{grudidos y de chillides, Cree que det interior de un bolsista salen
Fealmente ruidos que significan todos los misterios de Ja memoria
y todas las agonias del anhelo.” Declarado insuficfente el lenguaje,
hay lugar para ottos; la alegoria puede ser uno de ellos, como
Ja arquitectura o 1x musica. Fstd formada de palabras, pero no es
tun lenguaje del lenguaje, un signo de otros signos de Ja virtd
valerosa y de las iluminaciones secretas que indica esa palabra.
Un sign mas preciso que el monosilabo, mas rico y 1nd feliz,
No sé may bien endl de los eminentes contradictorcs tiene 12-
x6ns s€ que el arte alegérico parecié: alguna ver encamtador (¢l
laberintico Romar de 1a Rose, que perdura en doscientos manus
eritos, consta de veinticuatro mil versos) ¥ ahora es intolerable.
Sentimos que, ademds de intolerable, es esuipido ¥ frivolo, Ni
Dante, que figurd la historia de su pasién en la Pita nuova; nt
1 romano Boccio, redaccando en Ja tone de Pavia, a la sombre
de la espada de su verdugo, el De consolatione, hubieran enten-
dido ese sentimiento.