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TEMA VI: OBJETO Y CAUSA

6.1 Objeto de la obligación.


Objeto del contrato y objeto de la obligación. Los autores están de acuerdo en que los
redactores del Código Civil confundieron el objeto del contrato con el objeto de la
obligación que precede a ese contrato. El objeto del contrato es la creación de la
obligación, o sea, el nacimiento de una o varias obligaciones; es la operación jurídica
realizada por las partes. El objeto del contrato puede ser un negocio jurídico
denominado compraventa, permuta, partición, etc. Mientras que el objeto de la
obligación es lo que debe la parte que se obliga, es en otras palabras, la prestación
debida.
No obstante, la distinción anterior, se considera que la misma solamente tiene un valor
teórico, toda vez que el contrato no es válido si no da nacimiento a una o varias
obligaciones sobre objetos que reúnan ciertas condiciones.
¿Para saber cuál es el objeto de la obligación tenemos que preguntarnos Quid
debetur? (¿qué se debe?). La respuesta la da el artículo 1126 del Código Civil que
dispone que la prestación consiste en dar, o en hacer o no hacer. El objeto de la
prestación puede consistir en otras ocasiones en la obtención de un resultado
determinado o en simplemente mostrarse diligente en la obtención de ese resultado.

6.1.1 Prestaciones consistentes en la transmisión de un derecho al acreedor.


Por lo regular la obligación tiene por objeto una prestación que consiste en la
transmisión de un derecho personal, real o intelectual o en el cumplimiento de un
hecho por parte del deudor.

6.1.2 Prestaciones consistentes en un hecho personal del deudor.


Por lo regular la obligación tiene por objeto una prestación que consiste en la
transmisión de un derecho personal, real o intelectual o en el cumplimiento de un
hecho por parte del deudor.

6.1.3 Requisitos del contrato.


En cualquier circunstancia que sea el objeto de la obligación debe reunir los requisitos
siguientes:
1) El objeto debe existir. Cuando la obligación consiste en la transmisión de un derecho
sobre una cosa, el artículo 1601 del Código Civil sanciona con l nulidad la venta
realizada si la cosa ya ha perecido.
2) El objeto debe ser determinado. Dice el artículo 1129 del Código Civil que la
obligación debe tener por objeto una cosa determinada, por lo menos en cuanto a su
especie. La cuantía de la cosa puede ser incierta, con tal que la cosa misma pueda
determinarse.
3) El objeto debe estar en el comercio. El artículo 1128 del Código civil dice que sólo las
cosas que están en el comercio pueden ser objeto de los contratos.
4) El objeto debe ser lícito. No es posible obligarse válidamente a ejecutar un hecho
inmoral o ilícito. Las buenas costumbres y el orden público se oponen a que un
contrato sea valido cuando su objeto es inmoral o ilícito.
5) El objeto debe ser posible. Tal como lo apunta Josserand, como las obligaciones
están destinadas a ejecutarse, no podrían contratarse en forma que el deudor no
pudiera cumplirlas. Así como nadie está obligado a lo imposible, nadie puede
comprometerse a lo imposible.
6) El hecho ajeno. Como lo afirma Josserand, se puede prometer el hecho ajeno, pero
es evidente que la promesa no compromete más que a quien la hace, con exclusión de
la persona que habrá de ejecutar el hecho y no podría quedar comprometida contra su
voluntad y sin su consentimiento.

6.2 Causa de la obligación.


Causa del contrato y causa de la obligación. El artículo 1108 del Código Civil establece
como requisito para la validez del contrato la existencia de una causa lícita en la
obligación. Los artículos 1131 al 1133 del Código Civil establecen cuáles son las
condiciones que debe reunir la causa. Se admite que los redactores del Código
Civil emplearon en estos últimos artículos indistintamente los términos de causa de la
obligación y causa del contrato.
Los autores consideran que los términos causa del contrato y causa de la obligación
son diferentes.
La causa de la obligación es la razón por la cual una persona decide obligarse; es la
razón misma de la obligación contraída. Mientras que la causa del contrato son los
móviles o motivos individuales que han llevado a cada contratante a celebrar un
contrato, o sea los fines perseguidos.

6.2.1 Causa del contrato.

Mientras que la causa del contrato son los móviles o motivos individuales que han
llevado a cada contratante a celebrar un contrato, o sea los fines perseguidos.

6.2.2 Requisitos de validez.


Requisitos de validez de la causa. según lo dispone el artículo 1131 del Código Civil la
obligación sin causa, o la que se funda sobre una causa falsa o ilícita, no puede tener
efecto alguno. De esta disposición legal se deriva que una obligación debe tener causa,
que esa causa sea lícita y que la causa no sea falsa.

a) Ausencia de causa. Sobre la posibilidad de que la obligación carezca de causa dice


Josserand: Esta posibilidad parece difícil de imaginar; sin embargo: 1. Se puede
suponer un contrato sinalagmático en el que el compromiso de uno de los
contratantes estuviera desprovisto de objeto; como, en este tipo de contrato, las
obligaciones se sirven recíprocamente de causa, se seguiría de ello que el compromiso
de la otra parte estaría entonces desprovisto de causa.
2. Puede ocurrir que un heredero, después de haberse comprometido a cumplir un
legado puesto a su cargo, descubra un nuevo testamento que revoque el anterior; en
ese caso, el compromiso que había adquirido está desprovisto de causa, pues esta se
encontraba en el testamento revocado. 3. Ha podido contraerse un compromiso con
ánimo de remediar una situación que no existe.
b) Falsa causa. El artículo 1131 del código civil no solamente exige la existencia de la
causa, sino que dispone que ella no puede ser falsa. La causa es falsa cuando el deudor
ha incurrido en un error sobre la causa: ha creído en una causa que no existe. Tal sería
el caso en que las partes creyeran en la existencia de una causa imaginaria, que no
exista en realidad. El error se produce sobre la existencia misma de la causa y es
obstáculo para la formación del contrato.
c) Causa ilícita. El artículo 1133 del Código Civil dispone que la causa es ilícita cuando
está prohibida por la ley y cuando es contraria al orden público o a las buenas
costumbres.

6.2.3 Sanciones de la inobservancia de los requisitos de validez.

6.2.4 Prueba de la causa.


Prueba de la causa de la obligación. En razón de que normalmente la causa de la
obligación no es ilícita y que sólo lo es en los contratos sinalagmáticos y con la
condición de que el objeto de la otra obligación sea también ilícito, es que la prueba de
la ilicitud de la obligación se confunde con la prueba de la ilicitud del objeto de la
obligación. Esta prueba corresponde aportarla a quien alega la ilicitud
de la causa.
El artículo 1132 del Código Civil establece que la obligación es válida, aunque no se
explique la causa de ella.
No es necesario, que se haga mención en el instrumentum de la contraprestación o de
la intención liberal, el contrato es válido. Sin embargo, esa falta de mención, ejerce
influencia sobre la prueba de la existencia de la causa, por lo que tenemos que
distinguir entre el documento con causa expresada y el documento donde no se
encuentre expresada.
Lo más frecuente es que el documento contenga la causa de la obligación. En los
contratos sinalagmáticos la reciprocidad de obligaciones de ambas partes consignadas
en el documento evidencia la causa de la obligación de cada una.

Prueba de la causa del contrato. Todo el que celebra un contrato tiene un motivo para
celebrarlo, por lo que no puede plantearse seriamente la cuestión de la existencia o no
de un motivo. El problema surge cuando se invoca el carácter inmoral o ilícito del fin
perseguido por una de las partes.
En cuanto a quién incumbe probar la inmoralidad o la ilicitud de los motivos se sigue el
principio general consagrado por el artículo 1315 del Código Civil, de que el que alega
la existencia de un hecho debe probarlo. Siempre se presume la licitud y la moralidad
del motivo o del móvil; el que alega lo contrario debe establecer su prueba.

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