You are on page 1of 1

Madre, cuando recojas con tu frente mi beso

Todos los labios rojos, que en mi boca


pecaron
Huirán como sombras cuando se hace la luz.
Madre, esas arrugas se formaron pensando
¿Dónde estará mi hijo, por qué no llegará?
Y por más que las bese no las podré borrar.
Madre, tus manos tristes como aves
moribundas
¡Déjame que las bese! Tanto, tanto han
rezado,
Por mis locos errores y mis vanas pasiones.
Y por último, Madre, deja que me arrodille,
Y sobre tu regazo, coloque mi cabeza.
Y dime: ¡Hijo de mi alma!, para llorar contigo.

You might also like