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Munay Schafer y cémo enseñar música a los niños pequeños

Cómo y por gué enseñar música


a los niños pegueños

La revolución creaüva propuesta


por turray Schafer

Luis Guerrero Orüz


Llma,Junb de 2I)09

Lub Guerrero Ortiz I Lire, junio de 2009


Munay Schafer y cómo enseñar música a los niños pequeños

puesto en perspectiva, esto serh «tal vez meicr que regodearse una vez más
sobre Mozartr»l4.

22.Derrrtbrierdo e¡ pobff*rl de los nfioe pana cr€ar $¡ proph rrrrskla

a) Produch soniros. Desde estas premisas, Schabr no concibe la enseñanza


de la música como elaprendizaje de sisternas de notacón, bbgnafhs de auto-
res o piezas dásirps, pues eso equivab a hatarh corp un obleb delpasado,
no corno a§o vivo y @n inmensas proyeccbnes: «Si los logros de una socie-
dad están todos en fempo pasado, esa socbrlad tiene serbs ptobbmas. Es
por eso que siempre es necesarb mantener vivo el espÍifu invest§ador para el
quehacer musical creativo. La educacir5n pdrh convertirse en novedad y pro-
fech; no nresita limihrse a esclarecer la historia úibal»ts.

De oho lado, Schafur onskJena necesario ser funes en una cuesüón elemen-
tal, largamente perdkla de vista en las instih¡cbnes educativas: la música es
sonido y no se puede aprender músba prescindiendo de é1. «La músft:a es algo
que suena. Si no suena, no es múskn. Sbmpre nre resistí a la bctuna musical
en las primeras etapas de h educackin, porque la hctt¡ra incita dernasiado
fácilmente a una desviacón hacia el papel y los pizanones, que no suenan...
La notacón musiral convencbnal es un odbo exüemadamente complbado y
para dominarlo se necesihn años de adiesfuamiento. Mienfuas no se logra do-
minarlo es un impedimento para obtener segurilad»16.

Por lo tanto, invertir el tiempo de chses fundamentalmente en pncducir sonirJos


pasa a convertirse en una ptemisa básba de h plopuesta de Schafer. «He lle-
gado a @nven@rme de que sólo es posible est¡diar el sonido hacbndo soni-
dos, Ia músba hacbndo músi:a. Todas nueskas lnvest[ackrnes acerca del

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ts ¡66sr4 p.35
ro lbiJem p.¡t6

Lub Guerr€ro Ortiz I LirE, jun¡o de 20{D


Munay Schafer y cómo enseñar música a los niños pequeños

son¡do dehn ser veritk;¿tdas empírbarnente, producbndo sonidos y examinan-


do los resultados». Aún si no se crenta idealmente con bs recursos nresarbs
para furmar una pequeña orquesta en el aula, Schafer sostbne que es válido
utilizar cualqubr oho medi¡ dlsponiHe: «Puede ser que bs sonklos que se ob-
tengan sean toscos, que carezcan de gnacia y de bnrua, pero seÉn nuestros.
Habremos hecho un mntacÉo real mn el sonido musical... Las habilidades im-
provisatorias y creativas -afufiadas luego de años de desuso- son tambÉn re-
descubbrtas y elesh¡diante aprende a§o muy pÉcÉ¡co a@rca de la dimensión
y forma de las cosas en músba»17.

b) Encender h cfibpa. Elsegundo pdncipio bási:o de la propuesta de Schafur


es elfonento deckJirJo y continuo a la poduccftrn creativa de bs niños. Dirc el
autor que <<lo meirr que cua§ubr maestro puede hacer es phntar en h mente
de sus esfudiantes la chispa de un bma, de rnanera que ésta pueda cre@r,
aun si elcrecimiento adopta brmas imprevisibles». Pelo esa chbpa debe en-
cenderse en el monento oporhrno, es decir, desde el inicio, mucho antes de
cualquier instrucckin fonml. «He intentado que elenfusiasta descx¡brimiento de
la múskm preceda a la hatúlklad de tocar un instrunento o ber notas, sabiendo
que el momento indbado para intoducir eshs habilidades es cuando el niño
pregunta por ellas. Demasiado a nrenudo enseñar es responder a prcguntas
que nadie formula»18.

Schabr consirJera la músirp como un arte expresivo por nafunabza, por lo que
h enseñanza bnnalde la músba a bs niños el
le resulta confuadbtorb que en
énfasb esté en la teorh, h bcnkra y h menorización de conocimbntos. Se
pregunta «¿No podri¡ ser enseñada la música corno una disciplina que sI.
muttánearnente libena energÉas creadoras y educa la nente para la percepcón
y e! análisis de las propias creaciones?». Elverdadero nervb de la músi:a, dice

Schafer, debe ser la creacón y en tbmpo prcsente. A eso es a lo que elrnaes-

17 R. Murray $nder, Linpieza de Oir,os, Ri;crdt Brcnos Aies, 198¿ p.11


ra R. Munay $haúer, El rirrcceonte... p.18

Luis Guerrero Ortiz I LirB, iunb de 20@


Munay Schafer y cómo enseñar música a los niños pequeños

fo necesita dedicar h rnayor parte de su atencón, pasando de los eprcbios de


audic¡ón a los de análisis y, de allí, a los de realizacl5nte.

Como bdo aprendizaje creat¡vo, esta rnanera de acercarse a la músba supone


experiencias de ensayo enor. Schafur nos previene de esto, «Sicreer es elfi-
lo mismo delarte, debenps vivir pel§rosamente; por eso es que enseño a mis
alumnos que sus facasos son más útibs que sus éxitos, porque un ftacaso
provoca ulteriorcs refbxbnes y aubcrltica», Aunque advbrte que h frcntera
entre lo exitoso y b no exitoso no sbmpre está &ra: «a v@es no sabemos
qué es un facaso y qué un acierto- Lo que para el maesh fue un fracaso,
puede hahr sklo un éxito pana elalumno, aunque el maesüo no se dé cuenta
de esto hasta meses o años después»2o.

c) El papel dol rnaesto. Schafur cree que a bdo proÉsor se b debe permitir
enseñar idiosincrásicanrenb, lo que s§nifica darb a su brma de enseñar else-
llo de su propia personalidad y no diluirse a sí mismo mimetizado en la aplica-
cbn de secuencias y procedimientos univemabs.

Al mismo tiempo, dice Schaftr, debe estar preparado para ceder protagonismo
a los niños en la activirlad qeadora y de tal rrulnercr, que su lugar en elauh pa-
se a un segundo plano. «Repib esto con énfiasis: en una dase programada pa-
ra !a creackin, el maesbo debe planifrcar su prop¡a extincón. Q¡isiera agregar
entre paréntesis que me bnxi varios años el llegar a sentirme córnodo hacien-
do esto. Yo orbnto a la clase hacbndo una pregunta o planteando un proble-
ma. Estas preguntas o problemas son de un üpo especjal: deben admiür tantas
soluciones corp alumnos haya en el auh. La chse debe convertirse en una
hora de mildescubrimbntos y elsecreto está en h pregunta formuhda>»21.

rs lbilerB W.2.§.
zo lbiJem p.18
2r lbi1enl p.38

Luis Guerero Ortiz I Llra, jun¡o de 20@


Munay Schafer y cómo enseñar música a los niños pequeños

Una educacbn musical orbntada a la experbncia y el descubrimiento, dice


Schafier, requbre un maesfo dispuesto a ser ««un catializador de cuanto pueda
suceder en la clase, más que a dhtaminar b que debe suceder>». Cree que en
un contexto de renovacón de la pedagogia en general, h tendencia es aldebi-
litamiento del rolautorihrio y protagónbo deldocenb. «En elverdaderc habajo
creativo de cua§ubr üpo no existen respuestas conocl1as y no hay informacón
analizable como tal. Después de a§unas preguntas inbiales (no respuestas), el
maesüo se pone en rnnos de la chse y juntos tnabaian sobre los proble-
mas»22.

Esto no s§nifica dispension y rela¡), en b absoluto. En todo habap creativo hay


esfuerzo de por rnedio y mucfro r§or. Schafur enfatÍza !a importancia de la li-
bertad creativa en la dase, peto al mbmo tbmpo, cfee «que dehrnos actuar
por etapas, desde la blbidad del sonklo hasta la rnaravilla del sibncio». Está
convencido de que <<en arte se nos permitre sób un gesto libre; todo b demás
es disciplina» y de que hay que «imponerle a la imaglnaci«in cua§ubr tipo de
regla que parezca estar implbita en ese primeracto librc»23-

3. Corntifi¡ndo h rrrl$ca 6n un tgarde rq¡nlln de bds bs ar6

Schafer no propone la enseñanza de la rnúsica @mo un camino especializado,


fragmentado y sepamdo de toda experbncia hurnana. Por el contrarü¡, afirma
que «para el niño de cino años, la vtJa es arte y el arb es vfoJa. La experiencia
es pam él un fluido calekioscópbo y sinestesico. Observe jugar a bs niños y
trate de delimihr sus activklades por hs catqorias de las formas de arte cono.
cidas. Es imposibb. Sin embargo en cuanto estos niños ingresan en h escuela,
elarte se vuefue arte y h viJa se onvierte en vkla». Scüafer pbnsa que aislar
en compartimientos h enseñanza de las artes, es una «ftagmentack5n de la

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Lub Guar€ro Ort¡z I LirE, iunio de 2009


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experiencia», «una sepamckin totaly sostenkda de bs sentklos» y, por lo tanto,


«la experiencia más traurnátba de la vida de un niño pqueño»24.

Schafer piensa que la cre€¡ción artístir:a deberia ser cap¿v de convocar a tdos
los sentkjos, «Tenemos clnco senüdos parc¡ aprehenderel nedio. Sin embargo,
Somos tan desdeñosos de nuestra capacklad para tocar, gustar y obr cosas,
que no hemos desano[ado furma artbti:a a§una pra estas modalklades sen-
soriales». El propone <<revivir bs sensorccepüores que se están atof¡ando,
descubriendo nuevas brmas de arte que bs involucren de rnanems nuevas y
esümulantes». Más aún, cree que «debemos descubrir el facbr unificador de
todas las furmas de arte pana abanar Una shtesis más ebvada» y propone
<<que bs juegos de los niños sean nuesüo npdeb»2s.

Desde esta perspec{iva, Schafer plantea conskJerar las posibilktades de sinte-


sis de tas artes. «<Cada dh me @nvenzo más firmemente de una cosa: deber-
iamos abolir el esh¡db de todas hs artes en bs prirneros años de h escuela.
En su lugar deberlamos tener una rnateria integnadora ,bilvez lhmada "estudio
de los mdios", o mefilr, "eü.,¡dbs de sen§bilidad y exprcsiin", que podria in-
cluir todas y a ávez n inguna de hs artes &adicionabs en parti:uhr»zo.

Schabr da un paso adelante en esta orbntac*m y f,antea anabgias entrc la


músir:a y las artes gÉfrcas, pues <<elestudiante de músi:a principiante segura-
mente encuenfia útibs relacbnes conqetas cuando intenta penetrar en hs pro-
fundidades del palsaie sonoto». En general, el piensa que <<hs discriminacio-
nes que katan de mantener hs artes en categorias separadas se están desin-
tegrando; el arte contempoÉneo de Améi¡rca y Europa se toma cada dia más
cinestésbo. De esta ru¡nera, tenemos composb*¡nes estereoñnicas, remas
gÉfcos y esculttrra cinétba»27.

z+ ¡¡6srq p.28
25 lbirem pp.7F71
¿o lbiJem p.28
27 R. Murray Schder, LinpEa...9.'12

Lu¡s Gu€rrso OrtL I Line, junb de 2009


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Bibllognafia @rlsLútada

1. Huizinga, Johan. Homo h¡dens. A§anza Editorial, 1990, Madr*t. (El lbro de
bolsillo,412).
2. Jurado, Juan C., Problemáties socbeducativas de la infancia y juvenfud
contemporánea. Revista lberoameri:ana de Educación. No 31: Enero-Abril
2003.
3. Mead, Margaret, Cufrr¡ra y comprcmiso, Granft:a, B.Aires, 1970
4. Marth-Barbero, Jesús. «Heredando el fufuro. Pensar h educackin desde la
comunirpcft5n», en Nómadas. Comunkxcirin y educacón: una rclacón es-
hatéglca (5). Fundación Universidad Central-DluC. Bogotá, 1996.
5. Schabr, R. Murray. El rinocercnte en el auh. Rbord¡, Buenos Aires, 1984
6. Schafur, R. Murnay, Hacia una educacfr5n sonora. Pedagogbs musbales
abbrtas. Buenos Aircs, 1994
7. Schafer, R. Murray, Limpbza de Oídos, Rlwd¡. Buenos Aires, 1982
8. Wr(¡htson, Kendall. Soundscape: The Joumal of Aooustb Ecology, (2000),
Volume l, No 1, Traducckin: Dbna Maggblo. 2000

Lu¡s Gusrso Ortiz I Lina, junio de 2@

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