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ORIGEN

El origen de los servicios funerarios se remonta a los tiempos ancestrales en las


civilizaciones antiguas más relevantes de la historia, como la egipcia, griega y romana.
El funeral es considerado un acto simbólico que describe la evolución de la especie
humana. Las costumbres funerarias han sido responsables, en gran medida, de las
distintas construcciones que han caracterizado las civilizaciones y las culturas.
Con el paso del tiempo, la industria funeraria fue evolucionando y adaptándose a los
cambios culturales y sociales. Durante la edad media, la iglesia católica, tuvo un papel
predominante en los ritos funerarios y la administración de los cementerios. Se
desarrollan cofradías dedicados a la prestación y el cuidado de los distintos servicios
funerarios.
CONTINENTE EUROPEO
En Europa, los rituales son los que mayormente se resalta, ya que la mayoría de sus reyes
optaba por realizar grandes ritos funerarios que duraban varios días con señal de
melancolía. Las muertes eran enterradas en lugares altos cercanas a las tolderías y eran
cubiertas con piedras a su alrededor.
Era común, que, al fallecido, se les colocase las mejores prendas y vestimentas
pertenecientes a estos, a un costado su lanza y, opcional, al otro lado se dejaba atado su
cabello, este ultimo con el pensamiento de que el muerto regresaría a este mundo en
algún momento.
Antes del siglo XIX, datos afirman que después del entierro, los deudos pasaban por un
sufrimiento moral, es por ello que iban al bosque o cerros para pasar le resto de la noche
de pie y al día siguiente se tenia que ir a un toldo, donde se quedaban sin comer ni beber
por dos días. En cambia, para los españoles era un estado de solemnidad y respeto hacia
la tradición funeraria, sentían un sentimiento moral muy intenso, que lo acompañaban de
ayunos y de sufrimiento de orden físico.
En resumen, en el continente europeo, los funerales eran un modo de respeto y duelo,
tanto moral y físico, ante la muerte y no se acostumbraba de manifestar con palabras u
oraciones.
CONTINENTE ASIATICO
en los ritos funerarios en Asia menor, específicamente entre los hititas, surgieron dos
tipos de ritos funerarios: los de inhumación e incineración.
en estos rituales, se acostumbraba el sacrificio de bueyes, corderos y caballos,
posicionando al cadáver en lo más alto, se le encendía hogueras que ardían por mucho
tiempo. al día siguiente se tenía que apagar las llamas con jarras de vino y cerveza.
Los huesos de los cadáveres eran recogidos con una cuchara y bañadas en aceite, luego
eran cubiertas con un lienzo y tras ciertos ritos, que se tenía que realizar durante doce días
más, eran llevados a una cámara funeraria donde se hacía descansar sobre un lecho
sagrado. Pasados los ritos funerarios, se creía en un mundo después de la muerte y era ese
lugar donde viajaban los cadáveres después de fallecer.
En cambio, el rito babilónico, se caracteriza por la colocación del cadáver en una tumba
excavada debajo de la tierra con profundidad entre los nueve y doce metros. Una vez
tapada la puerta del ataúd, se realizaban sacrificios y posteriormente se llenaba de tierra el
agujero hasta el nivel del piso, dejando solo una cúpula.
CONTINENTE AFRICANO
Los ritos funerarios egipcios, practicaban el embalsamiento que impedía la
descomposición de un cadáver y ayudaba a conservar su aspecto normal por un tiempo
considerado largo. Era muy extendido entre la clase social alta, ya que iban conectado
con la creencia de inmortalizar el alma. El alma esta estrechamente ligada con la persona
física, es por ello que se creía que el alma seguirá viviendo en el mundo de los muertos
siempre y cuando estos permaneciesen inalterables.
El embalsamiento se podía dar de diversos tipos, de acuerdo con las posibilidades
económicas de las familias. La operación consistía en vaciar el cadáver retirándole las
vísceras y el cerebro, luego sumergir el cuerpo en un baño de salmuera y otros
compuestos, y rellenarlo después de sustancias olorosas, secarlo y envolverlo en bandas
de tela engomada o alquitrán con objeto de aislarlo de los agentes atmosféricos, enemigos
temidos de esta clase de preparaciones; lo que recibía el nombre de momia, se reservaba
únicamente para los faraones y grandes dignatarios de la corte.
CONTINENTE AMERICANO
En La Paz, Baja California Sur, las costumbres funerarias de los antiguos californianos
considerados únicos en América Latina y quizás en el mundo, ya que quien seccionó el
cadáver sin utilizar instrumentos cortantes, además de realizar un doble funeral.
Los antiguos pobladores enterraban a sus muertos: ampliamente, flexionado, en posición
fetal, ya sea acostado sobre el lado derecho o izquierdo. Pero en el Conchalito, se
encontró una manera particular de enterrar a las muertes que no han sido reportadas en
ninguna otra parte del país o América latina e incluso, según informes etnológicos, parece
ser exclusivo en el mundo.
Usaron el descuartizamiento de los cuerpos, es decir, sacaron otra parte con instrumentos
cortantes y los dispuso en ciertas posiciones. En las culturas mesoamericanas existía esa
constante: cortar el cadáver con herramientas antes de enterrarlos. Los muertos fueron
enterrados dos veces. En la primera, practicaron una ceremonia fúnebre donde el cuerpo
fue amortajado, colocado en posición fetal y enterrado en una tumba poco profunda
(cuatro centímetros) a las que previamente colocaron una capa de conchas. En la misma
ceremonia mezclaban arena, ceniza y carbón que esparcían alrededor del cuerpo y luego
lo cubrió. Este fue el primer entierro, dejaron pasar un tiempo perentorio de seis ocho
meses y luego exhumaron el cuerpo, que estaba en proceso de descomposición.
Dentro de otra ceremonia destaparon el cadáver y lo manipularon mecánicamente sin
necesidad de utilizar instrumentos cortantes, tomaron el cuerpo desde la parte inferior, las
piernas juntas con la cadera, y comenzaron a girar de derecha a izquierda, hasta que se
disloque para dar un tirón hacia atrás. Los indios de California tenían la concepción de
que la muerte era causada principalmente por espíritus malignos que se apoderaron del
cuerpo. El primer entierro sirvió para apoderarse del cuerpo. Este primer entierro estuvo
acompañado de gritos de dolor de los
población porque se creía que el alma del difunto estaba encerrada en esa carne y
consideraban que el individuo aún estaba vivo, por lo que había que darle un segundo
tratamiento. Luego vino el segundo entierro, precisamente cuando se creía que la persona
realmente había muerto, por lo que era necesario hacer la manipulación del cuerpo para
dividirlo y así lograr que su alma se detuviera ser tomado por espíritus negativos. En este
segundo entierro todo era felicidad porque el hombre extinto finalmente se reencontró
con sus ancestros

CONTINENTE DE OCEANÍA
En la India había varias costumbres, que también se pueden rastrear en otros pueblos
distantes y diferentes: sacar al difunto por un agujero en la pared y no por la puerta de la
casa, borrando luego todo rastro de la salida; hacer el camino de regreso desde el
cementerio por un lugar diferente o en orden diferente al utilizado durante la procesión de
ida.
Nuevamente las explicaciones de estos ritos, sumamente extendidas, son variadas: por un
lado, pueden expresar el deseo del doliente que al mismo tiempo el difunto no puede
regresar a su antiguo hogar; o tal vez lo intentan engañar a los demonios o espíritus
malignos, que se cree que son listos en la puerta para arrojarse sobre el difunto tan pronto
como salga del umbrales de la casa; o, simplemente, como ocurre con las costumbres
indo-iraníes y persas, se trata de evitar que la felicidad se escape con el cadáver de la
casa.
Polivalente tiene las costumbres del duelo que encontramos en las demás culturas Una de
las más extendidas es la de afeitarse el pelo o la prohibición los hijos del difunto a
afeitarse durante el tiempo que dure el duelo. A esto se añade, a veces, y la Biblia nos da
numerosos ejemplos de esto a lo largo el antiguo Medio Oriente, la costumbre de hacer
incisiones en el cuerpo o en la lengua hasta derramar sangre.
El vestido de luto también tiene una tradición milenaria. la misma biblia lo ilustra
abundantemente: ante la noticia de una muerte, su parientes o amigos se rasgan la ropa,
hacen un cilicio, se visten saco, se cubren el rostro y echan ceniza sobre sus cabezas.
ellos son todos ellos rasgos específicos del duelo, que aparecen, juntos o por separado,
prácticamente en todas las regiones de la tierra, hasta llegar a nuestra costumbre
occidental del vestido negro de luto o el velo que cubre el rostro de mujer.
El duelo se rige generalmente por un estricto protocolo y es a la vez el tiempo un deber
religioso y social; su expresión externa certifica ante el difunto la certeza de que no se le
olvida, creando al mismo tiempo una nueva relación con los antepasados muertos y, en
consecuencia, el fortalecimiento de la unidad social.
Como se puede observar en las diferentes culturas del mundo prevalece siempre el duelo,
el ritual de la vigilia del difunto y el entierro, pero lo más importante es que en todos los
casos las familias en duelo son rodeado de amigos y personas cercanas al difunto. por eso
es importante que el servicio funerario se pueda dar de la mejor manera, combinando
cada una de las necesidades de los dolientes.

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