CAPITULO VIII
La escuela homogeneizadora cuestionada
El Plan de Estudios de 1905, definido por Juan Misael Saracho, prolongaba
las primeras medidas de unificacion del sistema educativo iniciadas en el
Gobierno de José Manuel Pando. Aunque consideraba que estas medidas
constituian un avance valioso, Saracho también pensaba que las grandes
reformas no podian surtir efecto si no se preparaba a aquellos que iban a
Ponerlas en practica. Esa.conviccién lo llev6, por ejemplo, a sefalar critica-
mente que la diversificacién de las materias impartidas no habfa tomado en
cuenta la falta de preparacién de los docentes para asumir ese reto. Fue su
Sucesor, Daniel Sanchez Bustamante, quien coroné el proyecto con la crea-
i6n de la primera escuela normal boliviana. La politica educativa de ambos
inistros reflejaba cierta concepcién de la educacién, presente a lo largo de
primera década del Gobierno liberal: la homogeneizacién mediante reglas
programas idénticos para todos los establecimientos del pais, obligatoria-
iente sometidos a la autoridad del Ministerio, salvo si pretendian limitarse
estudios de teologia.
No obstante, en el seno de la élite liberal pronto fueron elevandose las voces
protestar contra esa tendencia a la unificacién y para denunciar lo absur-
de una politica que no tomaba en cuenta a las “particularidades” del indige-
boliviano. Cuando el debate entre Franz Tamayo y Felipe Segundo Guzman
hizo puiblico, dos corrientes se diferenciaron claramente dentro de la élite
iberal: una abogaba por la continuacién de la politica homogeneizadora de
imilacion, mientras que la otra, a través de su revalorizacién del indigena bo-
iano, marcaba el inicio de un autoctonismo cada vez mas fuerte. En ambas
turas, el indigena era un ser diferente y, en ese momento, decir diferente era
ar su inferioridad.'
Mas alla de esa nueva perspectiva, que hacia del indigena un ser explici-
ente diferente, la élite liberal tuvo que enfrentarse a una deslegitimacin
ciente en el interior de su propio partido y frente a los otros sectores de
La prensa no dudaba en afirmar que debja implementarse una “obra de progreso y ci-
vilizaci6n de nuestras razas inferiores” (“La misién pedagégica en Bolivia”, La Maiiana,
Sucre, afio VII, n° 1572, 30/10/1911: 1).
335336 Regenerar la raza. Politica educativa en Bolivia (1898-1920)
la sociedad. El proyecto liberal sufri6, en ese entonces, un cambio de te
cia“Las decisiones educativas paulatinamente dejaron de tener como obj
una escuela homogeneizadora, tnica y unificadora, para encaminarse
la implementaci6n de otra, esta vez diversificadasa escuela fue dual en
discursos, pero cuddruple en los hechos, asignando a cada grupo social
viamente definido- una formacién adaptada al papel que debfa desem)
‘en la construccion nacional y al lugar que debia ocupar en la socie
—
LAS RESISTENCIAS ANTE LA PRIMERA DECADA DE REFORMAS.
LIBERALES
Tras una década de poder politico, el Partido Liberal comenz6 a des;
se. Se habia firmado el tratado con Chile en 1904, cuya riibrica nunca le
perdonada a Ismael Montes; se habia producido el arbitraje argentino en
redefinicion de fronteras con Peri en 1909, que tampoco resulté favor
para el pais; y se habfan tomado medidas que ciertos sectores de la soci
consideraban excesivamente anticlericales. En ese contexto, la politica edt
tiva también fue cuestionada.
Las divisiones internas del Partido Liberal
En 1908, Fernando Guachalla habfa ganado las elecciones, pero habia fall
pocos meses mas tarde. Ismael Montes prolong6, entonces, su mandato pi
dencial por un afio, hasta organizar las nuevas eleeciones. Ahora bien, tras
tro afios de Gobierno y numerosas reformas politicas y sociales no solo se
intensificado la animosidad de la Iglesia hacia el poder civil, sino que tambi
el presidente se habia ganado serios enemigos politicos en sus propias
Ambos se opusieron a la politica llevada por Montes desde 1904 y, en partict
a las reformas educativas.
Los “antimontistas” habfan comenzado a manifestarse tras el tratado
1904 con Chile, al que consideraban una traici6n. El afio suplementario
Montes en el poder los exasperé y, a lo largo de la segunda década, cuesti¢
naron activamente la politica educativa liberal. En 1909 nacié en La Paz
nuevo periédico, La Epoca, que se definia como “liberal independiente”
que se convirtié en uno de los canales privilegiados de expresién de los oj
sitores. Cuando Ismael Montes entregé el mando a Eliodoro Villazén,
2 Lodirigié inicialmente Darfo Gutiérrez en 1909. El 26 de febrero de 1910 pas6 a ser “pi
piedad exclusiva” de Alberto y Carlos Diez de Medina y editado por el primero (i
Epoca, La Paz, afto I, n° 342, 27/02/1910: 1). En el anterior capitulo se sefialé su papel
la polémica Tamayo-Guzman.La escuela homogeneizadora cuestioaaiis SS)
medio expres6 su preocupacién de que el nuevo presidente continuara con
Ja “mala politica” de Montes. El 22 de agosto de 1909, el periddico retraté a
Jos dos grupos liberales que se enfrentaban en la Asamblea: por un lado, los
“yehementes defensores del absolutismo, del autoritarismo y de la arbitra-
riedad en cuanto a practicas politicas y de vicios odiosos de la mas amplia
resonancia, respecto a la accién administrativa” (Montes y sus partidarios);
y, por otro lado, la “fuerza moderadora de los excesos movida siempre por
principios liberales”.’ Demas esta decir que el periédico tomaba partido por
Jos segundos, a los que presentaba como los “verdaderos liberales” que iban
a engrosar las filas opositoras. Se legitimaba de antemano la ess mn par-
tidaria como una reaccién a la prolongacién del mandato de Montes, que
ra vista como un “crimen constitucional”, Rechazando el “montismo”,* los
riodistas de La Epoca utilizaban este mismo término para describir crfti-
mente el caracter personalista de un régimen contrario, segtin ellos, a los
tereses nacionales~
Las medidas educativas de Montes y de Saracho también fueron blanco
sus ataques: el personal docente contratado era incompetente; la adminis-
cidn, corrupta;> la intolerancia religiosa, el pan de cada dia;* los locales,
daptados e insuficientes’ o la ensefianza técnica, olvidada en provecho
una “empleomania”® nefasta. Se pedia, en consecuencia, a Eliodoro Villa-
mn que evitase los errores de] anterior Gobierno. Por ejemplo, como habia
resado Felipe Segundo Guzman, en su polémica con Franz Tamayo, se
bia “civilizar laraza autéctona” adaptando la educacién a su idiosincrasia,
decir, planificando una educacién especifica para ella."°
Desde esa perspectiva, tanto Felipe Segundo Guzman como Franz Tamayo,
.e eran parte de esa critica, contribuyeron al debilitamiento del Partido Libe-
después de 1910. En estos afios se constituyeron nuevas fuerzas politicas,
mn el surgimiento de los radicales, de una Liga Patristica Revolucionaria y
J Partido Republicano. La primera esci i6n politica oficial se produjo con
os dos grupos”, La Epoca, La Paz, aio |, n.° 188, 22/08/1909: 1.
“\erdades politicas”, La Epoca, La Paz, afio I,m’ 191, 26/ 08/1909: 1; “Villaz6n y los mon-
tistas”, La Epoce, La Paz, afio 1, n.? 225, 03/10/1909: 1.
“B] asesor de Instruccion Publica”, La Epoca, La Paz, aio |, n° 190: 3.
“Sigamos deslindando’, La Epoca, La Paz, afio 1, n.* 250, 30/ 10/1909: 1.
“Un proyecto de reorganizacién de instruccién municipal”, La Epoca, La Paz, ano |, n°
290, 19/12/1909: 4.
*Cuestiones de educacién y de actualidad”, La Epoca, La Paz, afio tl, n° 602,
10/01/1911: 1.
*Villazén y los montistas”, La Epoca, La Paz, afto 1, n° 225, 03/10/190% 1.
‘51 problema pedagégico en Bolivia”, La Epocn, La Paz, afio It, n.2625, 04 /02/1911:1y 3.338 Regenerar la raza, Politica educativa en Bolivia (1898-1920)
la creaci6n, por parte de Franz Tamayo en 1913, del Partido Radical, general-
mente olvidado por la historiografia boliviana."! Su lider lo definia como “una
aristocracia de la inteligencia y de la virtud que queria construir y vencer com
ideas mas que con la proclamacién de leyes prematuras o plagiadas” (Urioste,
1999: 51). Ahora bien, desde su debate con Felipe Segundo Guzman, Franz Ta-
mayo era la voz de la oposicion por excelencia contra la primera década de po-
Iitica educativa. Encarnaba la reivindicacién de una “pedagogfa nacional” com
un sistema de formacion adaptado a los modos de vida indigenas y destinado
a arrancarlos de su “postracién”. Sin embargo, el Partido Radical permanecié-
en la Unién Liberal hasta las elecciones de 1917.
Un afto mas tarde, en 1914, se form6 la oposicién republicana, peligrosa
para la hegemonia liberal. Tras las elecciones municipales de 1909, tanto mi-
litantes del Partido Liberal como de la oposicién, compartiendo un misme
descontento ante el desarrollo del escrutinio de sufragios, formaron la Liga’
Patriotica Popular. Sus dirigentes eran Carlos Arce, Pedro Davalos y Pedro.
Julio Zilveti y reunfa a antiguos conservadores, liberales disidentes y a gru-
pos de artesanos.” La Liga interpuso una accion judicial y acusé a varias au
toridades de fraude electoral y desacato de las leyes de la Republica. Si bien
la Liga no gan6 el juicio, la “moralidad” del Gobierno de Eliodoro Villazon
qued6 mancillada. En cuanto a los antimontistas, se percataron de que la
Union Liberal dificilmente iba a ofrecerles la posibilidad de una reorganiza-
cién y renovacién interna del partido (Irurozqui, 1999b). A esos eventos se
sumé una atmésfera de crisis econémica, que comenzé a percibirse a parti
de 1912 (caida de los precios del estafio y de la goma elastica, malas cosechas,
etc.) y que torno atin mas frégil al Partido Liberal, favoreciendo la expresi6n:
de las divergencias, Siguiendo a Bautista Saavedra, los “liberales disidentes”,
aliados con los antimontistas, se unieron para proponer otra reconstrucci6m
nacional. En abril de 1914, Daniel Salamanca hizo un Ilamamiento a todos”
los dirigentes liberales para organizar un nuevo partido de “defensa nacional
contra los abusos del poder”. Nacia, asf, la Unién Republicana, compuesta
por los liberales de ayer, que eran los opositores de hoy, en la busqueda de
una “renovacién moral” del pueblo y de las instituciones nacionales. Entre
11 Antes de esta fecha podia hablarse de “ radicales”, pero para designar a Jos liberales mas
anticatdlicos que luchaban por la libertad de culto ("Libertad de culto”, El Diario, La Paz
n° 170, 26/09/1904: 2) y propugnaban el progreso, con la previa laicizacion de todas las
instituciones nacionales, serian llamados més tarde “liberales doctrinarios” (“EI partido:
radical’, La Mafiana, Sucre, afio VI, n.° 1535, 30/08/1911: 2). Esos primeros radicales se
opusieron, a veces violentamente, a Franz Tamayo (“El programa radical”, La Maiianta,
Sucre, n.° 2860, 24/03/1917 2).
12 “Lo que busca la Liga”, La Marana, Sucre, aio Vi, n.° 1251, 05 1/06/1910: 3.La escuela homogeneizadora cuestionada 339
s figuraba José Manuel Pando, aliado de Daniel Salamanca para presidir
nueva coalicién de descontentos." Inicialmente, la oposicién radical no
16 la Unién Republicana e incluso se mofé de ella:
Noticia que en la hora presente causa una carcajada para nosotros los radica-
les es esta que trasunta un estado de alucinacién y megalomania politica: jLa
Union Republicana! Se ha organizado con la presidencia de don José Manuel
Pando... Don José Manuel que ha delimitado el noroeste, que ha representado
a Bolivia durante un Gobierno de democracia intensa, de radicalismo energt-
meno, va a presidir los intereses de una fila inconsciente de descontentos, de
mezquinos, de intrigantes.'*
La prensa liberal desacredité el movimiento e interpreté la heterogenci-
de sus miembros como una ausencia de linea politica y de ideologia
oherente.'’ Sin embargo, la Unién Republicana se fortalecié pronto y se
wirtié en la principal fuerza opositora. La organizacion politica nacional
encaminaba hacia un bipartidismo equilibrado. Paraddéjicamente, el pro-
‘a del Partido Republicano fue una version revisada del que desarroll6é
iodoro Camacho, la referencia constante del Partido Liberal “doctrinario”.
a “afirmarse por oposicién”, el nuevo partido simplemente cuestioné las
imas gestiones liberales, minimizando sus realizaciones, y en particular
de esta primera década de politica educativa homogeneizadora.'*
En el momento de su creacién, la Unién Republicana era presidida por José Manuel
Pando, los vicepresidentes José Armando Méndez y Bautista Saavedra, una directiva
compuesta por Benjamin Cornejo, Dario Gutiérrez, Abel Tturralde, Francisco Espinoza,
Claudio Quintin Barrios, German Miranda, Samuel Malaga y dos secretarios, Delfin Ei-
zaguirre y Moisés del Carpio (La Maftana, aio IX, n.° 2182, 19/05/1914).
*“La oposicién republicana”, La Maftana, Sucre, aito 1X, n. 2182, 19/05/1914: 2.
Un ejemplo es el elocuente titulo del articulo: “Un partido en gestacion. 2Dénde esta el
rumbo y la doctrina?’, La Mariana, Sucre, afio X, n.” 2184, 21/05/1914: 2.
La Industria, periddico liberal critico que termin6 siendo el érgano del Partido Conserva-
dor, multiplicé a partir de 1910 sus objeciones contra la Escuela Normal y contra toda la
politica educativa que apuntaba a difundir un sistema tinico, cuando el ptiblico meta, el
pueblo, estaba “compuesto de variados factores étnicos en evolucidn” a los que no podfa
aplicarse el mismo programa de estudios (“La Escuela Normal y sus resultados”, La In-
dustria, Sucre, afio XXXilL, n.° 3623, 31/10/1912: 2). Por el contrario, el periédico estaba a
favor de una ensenanza “ practica” para los més humildes. De manera general, durante el
segundo Gobierno de Montes se reavivaron los ataques contra la Escuela Normal de Su-
cre y la formaci6n del cuerpo docente. Puede citarse, por ejemplo, el titulo de un articulo
anénimo de La Capital en junio de 1915: “Otra vez las danzas y jolgorios en la Normal”.
Emile Jacobs respondié con una carta publicada en La Mariana (Sucre, afio XI, n.° 2439,
12/06/1915: 3). Dos aftos mas tarde los radicales y, de manera mucho més agn340 Regenerar la raza. Politica educativa en Bolivia ( 1898-1920)
Las resistencias sociales en el terreno: padres de familia, docentes,
s... » hacendados
compatierc
El hecho de que el Estado trabajara en los discursos y en los hechos para
democratizacién de la educacién no significaba que los padres de fami
primeros sostenedores del poder educativo, la aceptaran. Tampoco todos les
agentes del sistema educativo tenfan motivaci6n para acatarla, tradicion
mente acostumbrados a distinguir y separar. Incluso al interior de la e:
tura educativa, los propios alumnos, tanto en el medio urbano como en 4
rural, a veces se mostraron reacios.
7 en la escuela urbana las familias pudientes se convirtieron en ‘barreras
cualquier voluntad politi de educacion homogeneizadora. En Sucre, done
Ins diferencias entre la aristocracia tradicional y las demas clases sociales et
mas nitidas, mezclar a los nihos de los sectores pudientes con los de la clas
popular era algo dificil de concebir y aceptar: Enenero de 1908 se fund6 ene
ciudad el colegio libre de padres de familia. Esa escuela, abierta por iniciati
de algunos padres de familia de la buena sociedad sucrense, tuvo una acogi—
muy positiva. A diferencia de las escuelas municipales o religiosas, nadie
consideré como otro baluarte de resistencia a la unificacion de la instruc
publica, Para entonces los objetivos habian cambiado. Se dijo que el cole
gio podria “estimular’” al establecimiento fiscal del frente,” cuyos alumin
clases mas populares de la cit
probablemente, tampoco provenian de la
pero carecian de un acceso efectivo a la instrucci6n secundaria. En cuanto
los indigenas, ni se los podfa imaginar en ¢sa clase de escuela, Ante una
truccién que tendia a abarcar sectores mas amplios, las creaciones de m
establecimientos mantenfan, con criterios de modernidad, las distancias, &
cluso al interior mismo de las clases urbanas relativamente acomodadas.
Aos padres de familia no fueron los tmicos que resistieron a la eset
Unica: los propios docentes: los aj oyaron. En 1913, en Sucre, los profeso
de la escucla'fiscal de varones distinguieron en su establecimiento a los
mentos “decentes™™ de los demas nifios, a quienes se queria impartir
es 7 eS
uan Bardina cuando ¢1 cuestioné la politica educativa de
republicanos, apoyaron a J
tikimos anos hasta interpelar dos veces al ministro de Instruccion. Este aspecto se
en el capitulo Ix.
47 Los discursos de inauguracién del nuevo establecimiento insistieron sobre la “disting
da juventud” que también estucliaba en el colegio del frente, pero el colegio fue consi
vado de entrada como més elitista ("El Colegio de padres de familia”, La Mafiana,
afio TH, n° 702, 21/01/1908: 2). =
18 Aunque el término tenga, principalmente, un sentido moral, aqui se usa para desis
ala gente de buena familia ode una clase acomodada gn oposicién con el indigena
mestizo de las clases populares.
aeLa escuela homogeneizadora cuestionada 341
ducacién aparte, en locales separados. No existen referencias sobre esos
s locales eventuales, lo que permite pensar que los nifios fueron simple-
ente excluidos de esa escuela. Haciendo eco del alivio evidente de muchos ~
dres dk ilia, La Industria —periddico de la oposicion— sefalaba que, en—
te od emir se habia beneficiado con la presencia de un cuerpo do-
sciente de las desigualdades irreductibles entre las diferentes clases ls
‘Esas distancias hacfan de la idea de una escuela unica algo absurdo 4
incluso peligroso para los nifios de buena familia, expuestos al “contagio”
la inmoralidad dé Tas clases inleriores: 4
|
}
No hay cosas que mis facilmente se adquicran que esos malos habitos de
mentira, de delaci6n escolar, de costumbres y lenguaje que se lleva forzosa-_ |) _/
mente de! hogar, y ese instinto camorrero y egofsta, de que desgraciadamente |
dan muestra algunos hijos del pueblo,” |
Se invitaba a los demas establecimientos a seguir ese “ejemplo saludable”.
No solo en los principales centros urbanos existfa la voluntad de mante-
s, asi definidas
la segunda mitad del siglo xIx, (mestizos)
ibfan educaci6n escolar, pero no sucedia lo mismo con los indigenas de las
munidades cercanas.” Esa situacin perduré pese a los primeros esfuerzos
rales en el medio rural. Encontrar fuentes sobre la realidad escolar en el
dio rural de esos afios no es facil, pero existen testimonios que evidencian_
resistencias a la unificaci6n y las diseriminaciones vigi Entre ellos fi-
la autobiografia de Leandro Condori Chura, origin: comunidad
de Wanquilu del cantén de Tiwanaku, provincia Ingavi del departamento de
Paz." Condori nacié en 1905, al inicio del gran impulso dado a la educa-
cidn rural. Cuenta cémo mediante golpes e insultos, los compafieros mistis
podfan provocar o favorecer la desercién escolar del nifio indigena que, “por
milagro”, habia logrado inscribirse en la escuela fiscal. En el caso de Condori,
‘el sacerdote del pueblo, que era su padrino, le permitid acceder a la escuela.
En su relato cuenta que tenia entre 8 y 12 afios de edad, lo que corresponde al
19 “Plausible medida escolar’, La Industria, Sucre, afio XXXII, n. * 3646, 22/01/1913: 3.
20 _Vitaliano Soria: “Los caciques apoderados y la lucha por la escuela”, en Choque et al.,
1992: 51.
21 Condori y Ticona, 1992. Esteban Ticona presenta este testimonio en su introducci6n a la
autobiograffa de Leandro Condori Chura, escribano aymara de caciques apoderados en
los aftos 1920-1930. En el relato de su nifiez y su adolescencia se encuentran informacio-
nes relativas a la segunda década liberal.342 Regenerar la raza. Polftica educativa en Bolivia (1898-1920)
periodo 1913 y 1917, durante el segundo Gobierno de Montes. Condori
los insultos y malos tratos que recibfan los “indios” como él:
{En la escuela, esos mocitos pegaban mucho: “Indio, carajo”, diciendo. Si
ltraban de la estancia, les pegaban hasta quitarles sangre de la nariz, les
yulsaban y les pegaban fuerte. No recibian pues a nifios de la estancia, los
Jquetios mocitos de la marka. Antes solo habia escuela en la marka y no
en las estancias
. (Carajo, éramos odiados! Ahora, ¢qué es lo que hice?:
pueden pegar” decfa. “Me pueden abusar estos carajos son también malos.
. Pero no habia cémo tener acceso (Condi
quiero aprender a leer, carajo.
y Ticona, 1992: 43).
Este tipo de discurso, reconstruido a posteriori, puede responder, por st
puesto, a las expectativas del que recoge el testimonio y del momento en
se lo recoge. Sin embargo, mas alla del caso particular, este ilustra las re:
tencias que se manifestaban fuera de lo estrictamente “politico” y da pist
de lo que podfa suceder en el contexto rural. En este sentido, se trata de
testimonio fundamental. En la memoria de adulto de Condori, él solo
salvo de las humillaciones porque un cura lo protegia abiertamente y porq!
ese cura gozaba de una fuerte autoridad en el pueblo:
El cura me tenia a mf y [ue con sotana grande, ahora ya no usan sotana, en
€poca eran temidos ¢ incluso llevaban sombrero de madera. El cura era pu
temido, ahora ya no es asf. Bueno, entramos donde el profesor y le dijo: “Pro-
fesor”, asf. Nos acereamos: “Profesor, ensénamelo”, dijo. “Este es mi ahijado”.
| Los mozos estaban en clases y nos miraban murmurando: “Es ahijado del
Seftor, es ahijado del Seftor”. Esiaban asustados. Luego: “Ahijado del cura”.
En la lista asi constaba y asi me dejé: “Es su ahijado” diciendo. Me tenian con
mucho carifo, asi procedi, me avivé de nifo (ibid.: 44).
Permanecié dos afios en esa escuela primaria y migr6 luego a la ciudad,
donde no pudo seguir estudiando. En esos cuatro afios, dice, habia aprendi-
do a leer las letras “a y b en el primer ao, y un poco mas en el segundo”...
ree escolar fue, probablemente, la re-
sistencia de los hacendados y de Jos miembros del clero rural. | No se trataba
de si ica discrimi i i oe cen
ia en el medio rural y, por tanto, el modelo propuesto por los liberales de la
| primera década, Ya se ha mencionado que eLrelativo fracaso de la implan-
| tacién mbulantes se debié al desinterés de los hacendadosta homogeneizadora cuestionada 343
Por favorecer la instruccién de su mano de obra y
fara sus condiciones de trabajo y reivindicase, tarde 0 temprano, derechos.
Soria Choque explica que la “realidad colonial”, vigente en las haciendas,
gan6 la batalla, porque muchos Propietarios preferfan un nativo ignorante
de las leyes a un indigena instruido capaz de discutir la ilegalidad de las re-
visitas y de la explotacidn sin acceso a las leyes.” En general, los discursos
oficiales prefirieron no mencionar esas oposiciones en el espacio local que
los debilitaban y multiplicaban los riesgos de alianzas politicas contra ellos.
Sin embargo, en 1918, el ministro de Instruccion, Claudio Sanjinés, arriesgo
una timida critica: la empresa gubernamental de civilizacién del indigena se'
haria mucho mas facil si los terratenientes y los parrocos demostrasen un
poco de buena volunta id:
al temor de que cuestio-
Cuan grande serfan los resultados
la civilizacion indigen
que obtuviera el pafs en la ardua tarea de
@, silos anhelos del Gobierno fueran colaborades por
Ja accion particular de los terratenientes 0 hacendad
los y por el parroquiado
sacerdotal, que cuenta con facilidades y medios de que no dispone la adminis:
tracién publica,®
Tras el eufemismo de la
bierno, los obstaculos o las
formas. Algunas obstruccion
“falta de colaboracion”, denunciada por el Go-
resistencias a la escuela tinica tenfan diversas
es, como las discriminaciones y el mal trato en-
fre compafieros, podian subsanarse con el tiempo y con la educacién misma,
pero otras hacian peligrar la hegemonia del grupo liberal, confederando en
Su contra a la oposicién de Jas clases urbanas adineradas, de los sectores
UNA REORIENTACION IDEOLOGICA: EL DISCURSO
DE UNA ESCUELA DUAL
Desde Ia legada de los liberales al poder,
boliviano significaba blangu
diante el “cruce” con otras “raza:
civilizar y moderni
22 Vitaliano Soria: “Los caciq’
1992: 51,
25 "Discurso pronunciado por el ministro del ramo Dr. Claudio Sanjinés T. en la Univer-
sidad de La Paz, con motivo de Ja inauguracién del nuevo ato escolar” (Ministerio de
Instruccidn Publica y Agricultura, 1918: 237),
lues apoderados y la lucha por la escuela” en Choque et al,344 Regenerar la raza. Politica educativa en Bolivia (1898-1920)
las principales medidas. Se debja eliminar las brechas culturales entre los
sectores dominantes y los otros grupos sociales, reducir las distancias a toda
costa. Los liberales consideraban seriamente la idea del “cruce” biolégico
ae ae La politica exterior** debia favorecerlo, asf como:
“Tas medidas previstas para facilitar la inmigracién extranjera: promocion
nacional Ilevada a cabo por los cénsules, disposiciones de acceso a la propie=
dad de las tierras, facilidades para la instalaci6n de empresas extranjeras y
para la adquisicién de la nacionalidad, matrimonio civil, libertad de cultos o
acogida de congregaciones protestantes. De esa manera, se esperaba que el
pais admitiera y conservase en su territorio®’ a inmigrados norteamericanos
y europeos, cuyo aumento garantizarfa un blanqueamiento cada vez mayor,
como habia sucedido entre los vecinos chilenos y argentinos. De hecho, en
esos paises si la inmigracion extranjera habia permitido que el hombre nue-
vo de la modernidad surgiese del gran crisol, gacaso Bolivia no podfa tomar
el mismo camino? Pero el elgmento extranjero no llegaba a Bolivia o lo hacia
en proporciones infimas,#uesto que no se concreté el cruce biolégico para
una regeneracién nacional, en la practica la educaci6n fisica, intelectual ¥
moral qued6 como el principal motor del anhelado blanqueamiento
La continuidad entre la primera y la segunda década se reflejé en la per
manencia, dentro de los discursos, de la escuela como mejor instrumento
regeneracién nacional, asf como en la importancia otorgada a la instruccién
primaria, que se seguia considerando como la “base esencial de toda educa~
ci6n sélida”.”° La educaci6n, en general, y la educacion fisica, en particulan,
seguian siendo la solucién prioritaria, la principal esperanza. De ese modo,
se mantuvo y se consolidé la idea de que la segunda permitirfa alcanzar
regeneracién del cuerpo “que no [podfa] efectuarse por la inmigracién”.” Em
se sentido, la higiene tenia apel similar y complementario. A través de
ella también se podia ale4nzar cierfa disciplina corporal que, a su vez, te
dria repercusiones esfirituatés. Con tal objetivo, se impulsé la renovaci6n
de los locales, la construccién de sanitarios en las escuelas y la imposicién
de visitas médicas. El ptiblico al que iba dirigido ese programa eran las
24 Martinez y Quisbert, 1999, \
25 La preocupacién por conservar a aquellos que se habia logrado atraer continus por
tiempo. Hasta durante la Segunda Guerra Mundial el Gobierno boliviano se opuso
que los nifios nacidos en Bolivia de padres extranjeros obtuviesen Ia nacionalidad de su:
padre. Era una manera de conservar en el pais a los hijos de extranjeros, impidiendo
marchasen a la guerra
26 Ismael Montes, Mensajes presidenciales, 1914: 57.
27 “Conveniencia de la educacién fisica”, La Maviana, Sucre, afio XIV, n.°3312, 24/01/1919
£La escuela homogencizadora cuestionada 345
ras madres de familia, que iban a poder aplicar ese tipo de orden en
gares.**
Si bien, aparentemente, la educacién en general y ciertas materias, en
particular, se dirigfan a todos, en los hechos eran ciertos sectores de la socie-
lad, ciertas figuras de la alteridad, las que debfan regenerarse mas... De esa
anera, el segundo Gobierno de Monecaerais Gia peste orientado
defender o argumentar la necesidad de una escuela dual. El Estado ya no
bia buscar homogeneizar las formaciones y ni siquiera Unificar e integrar
S programas para permitir que todos los buenos alumnos de la primaria
entinuasen sus estudios secundarios.eAhora, la escuela tenia que desem-
eflar un papel especifico y llevar a cabo una redencién particular, segtin
dirigia a uno u otro de los dos grupos, claramente diferenciados en los
iscursos oficiales: el indigena agricultor y los demas. eas
nsar la diferencia educativa
z Tamayo y Felipe Segundo Guzman coincidian en algo: no cualquiera
odfa encargarse de los asuntos politicos. De hecho, el indigena que se mes-
izaba cultural o fisicamente, para convertirse en cholo urbano, aprovecha-
@ y abusaba del sistema que le habia permitido aleanzar esa condicién. Los
puestos vicios que desarrollaba fueron el pretexto perfecto para pensar en
educacién desigual, en la escuela diferenciada. El indigena se consideraba
m ser distinto, “exento de toda ambicién”, “vegetando mas que viviendo”,
con pensamientos, sentimientos, apetitos y pasiones “no regulados por el
fritu’.” No solo el medio politico pensaba de esa forma. En 191 1, preci-
ente, Jaime Mendoza Gonzalez publicaba una obra literaria que alcanzé
in rapido éxito, En las tierras del Potost, donde describia una “raza indigena”
éxima al animal y que vegetaba tanto en Ia puna como en los valles o la
mpa. fs
_ Educar al indigena era cumplir con una misin
formarlo intelectual y fisi
e patriotismo y capacidad de desarrollar razonamientoxlogicos que lo con-
irtieran en un mejor campésino, pero sin abandonar su “habitat natural”
e hecho, ya a partir de 1910, comenz6-a difundirse la idea de que civilizar el.
aa partir de 1910, come irse la id ‘ivilizar el,
La economia doméstica y la puericultura habian sido descuidadas, “ofreciendo un grave
peligro al vigor fisico ¢ intelectual de nuestra raza” (“Bolivia y la exposicién internacio-
nal de San Francisco de California”, La Mariana, Sucre, afto X, n° 2327, 16/12/1914: 1-2)
29 “Propaganda. El indio”, La Mafiana, Sucre, afio Vil, n.° 1611, 10/01/1912: 3.“A
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para impartirles una instruccion basica rapida,
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para los trabajos mentales y Lisicos, podria convertirse, entonces, en un po
* tanto por la prensa liberal como por la opgsitora, difundfa la idea de que e
"de ati" tial aiiecncia de moralidad? del mdigenn ice pecanice 5s jistificaban
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