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Monografía Sobre El Trafico de Influencias
Monografía Sobre El Trafico de Influencias
TARAPOTO – PERÚ
2023
RESUMEN:
El delito de tráfico de influencias "está de moda" en nuestro país. Efectivamente, abundante
casuística se ventila actualmente en el Poder judicial a raíz de las consecuencias generadas
por la corrupción del último gobierno. Sin embargo, la aplicación judicial de dicho delito no
es tan fácil como parece. En efecto, los criterios que se emplean para la determinación del
bien jurídico tutelado y la de los partícipes y cómplices resultan a veces insuficientes para
llegar a decisiones efectivas.
ÍNDICE:
Palabras clave: Corrupción – Tráfico de influencias – Caso judicial o administrativo –
Modificación
INTRODUCCÍON:
El delito de tráfico de influencias es un tipo penal que corresponde al catálogo de delitos
contra la administración pública. Este delito está definido en el artículo 400 del Código Penal
de esta forma: “El que, invocando o teniendo influencias reales o simuladas, recibe, hace dar
o prometer para sí o para un tercero, donativo o promesa o cualquier otra ventaja o beneficio
con el ofrecimiento de interceder ante un funcionario o servidor público que ha de conocer,
esté conociendo o haya conocido un caso judicial o administrativo será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años.
Ante esta controversia sobre la responsabilidad penal del interesado en este delito, la Corte
Suprema de la República publicó el Acuerdo Plenario N.º 3-2015 en el cual se establece que
el interesado podría ser considerado solo como instigador del delito de tráfico de influencias.
No obstante, es necesario realizar un estudio de estas respuestas para identificar cuál es la
más adecuada de cara a la lucha contra la corrupción en nuestro país.
I. ¿EN QUÉ CONSISTE EL TRÁFICO DE INFLUENCIAS?
El tráfico de influencias, donde una persona hace uso de sus influencias a fin de
obtener favores, no es poco común en nuestro país. Por ello, está tipificado como un
delito de corrupción en el artículo 400° del Código Penal.
La pena privativa de libertad va desde los cuatro hasta los seis años, además de
inhabilitación y 180 a 365 días multa para todo aquel que incurra en lo siguiente:
“El que, invocando o teniendo influencias reales o simuladas, recibe, hace dar o
prometer para sí o para un tercero, donativo o promesa o cualquier otra ventaja o
beneficio con el ofrecimiento de interceder ante un funcionario o servidor público
que ha de conocer, esté conociendo o haya conocido un caso judicial o
administrativo.
Si es que el agente es un funcionario o servidor público, la pena privativa de libertad
se eleva a mínimo cuatro años y máximo ocho años de prisión, sumado a la
inhabilitación y 365 a 730 días multa.
II. ANTECEDENTES:
El delito de tráfico de influencias no estaba contemplado en el Código Penal de 1924,
sino fue incluido recién en 1991, cuando se realizaron diversas modificaciones al
Código Penal de ese entonces.
La tipificación del citado delito se mantuvo hasta octubre de 2004, puesto que en ese
año se estableció un nuevo texto – a través de la Ley 28355 – y en años posteriores se
aplicaron más cambios. La última redacción fue en noviembre de 2013, donde se
añadió la pena multa como una sanción más al tráfico de influencias.
III. TIPOS DE INFLUENCIAS:
Aunque el tráfico de influencias suele producirse de la misma forma, este, de cara a la
ley, se puede clasificar en dos tipos:
IV. CARACTERISTICAS:
El tráfico de influencias tiene diversas modalidades. Sin embargo, sus características
generales son principalmente las siguientes:
Algunos países tienen regulación respecto a este tipo de conductas,
considerándolas un delito dentro de su código penal.
Es una práctica que, aunque no sea ilegal, puede ser éticamente cuestionable.
Se requiere no solo de una parte de influye, sino de otra que se deja
influenciar.
En algunas ocasiones es la propia autoridad la que ofrece dar un trato
preferencial, por ejemplo, a una determinada empresa, a cambio de una
compensación monetaria.
Es una práctica que se desarrolla con más facilidad en países con instituciones
débiles donde, por ejemplo, una ineficiente burocracia genera incentivos
perversos. Así, los ciudadanos o empresas estarán dispuestos, por ejemplo,
pagar a un funcionario público a cambio de acelerar trámites.
V. PENAS ESTABLECIDAS:
La pena privativa de libertad va desde los cuatro hasta los seis años, además de
inhabilitación y 180 a 365 días multa para todo aquel que incurra en lo siguiente:
“El que, invocando o teniendo influencias reales o simuladas, recibe, hace dar o
prometer para sí o para un tercero, donativo o promesa o cualquier otra ventaja o
beneficio con el ofrecimiento de interceder ante un funcionario o servidor público que
ha de conocer, esté conociendo o haya conocido un caso judicial o administrativo.”
Si es que el agente es un funcionario o servidor público, la pena privativa de libertad
se eleva a mínimo cuatro años y máximo ocho años de prisión, sumado a la
inhabilitación y 365 a 730 días multa.
VI. Propuesta legislativa de lege ferenda sobre el delito de tráfico de
influencias:
A partir de lo anterior, mostramos nuestra conformidad con una interpretación
teleológica o finalista del elemento en cuestión. Sin embargo, estando a que las
interpretaciones no son vinculantes y pueden existir varias respecto de una misma
norma –como hemos advertido en el caso del tráfico de influencias– optamos por
proponer una modificación mediante la cual se suprima el elemento caso judicial o
administrativo y adicione un supuesto agravante cuando el funcionario a influenciar
sea un miembro del Poder Judicial o del Ministerio Público, dado el mayor desvalor
de la acción y el resultado que representa su comportamiento.
VII. CONLUSIONES:
a) Al igual que los tratados internacionales que vinculan al Perú en materia de lucha y
prevención de la corrupción, en el derecho comparado no se observa una tendencia en
restringir el ámbito de aplicación del delito de tráfico de influencias para casos
exclusivamente administrativos sancionadores o judiciales. En ese sentido, en la línea
adoptada por dichas normas, el Perú se encuentra obligado a prever una fórmula amplia que
abarque y sancione toda conducta dirigida a influenciar la decisión de toda autoridad
pública.
d) El Pre dictamen del nuevo Código Penal representa un gran avance legislativo al subsanar
las deficiencias de las que adolece nuestro actual artículo 400° del Código Penal. En ese
sentido, se recomienda que se suprima el elemento caso judicial o administrativo del tipo
penal y se mantenga la agravante vigente extendiéndola a aquellos supuestos en los que las
influencias están destinadas a afectar la función jurisdiccional del Poder Judicial o el
Ministerio Público, en atención al mayor desvalor que representa.
BIBLIOGRAFÍA: