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ereESTRATEGIAS DIDACTICAS INNOVADORAS.
Bibliografia
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Lipman, M. (1991) Lisa. Vie: Bumo.
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Tork, S. DE LA, ¥ otros (1998) Cine para la vida. Barcelona: Octaedro,
262
3. LA INTERROGACION
DIDACTICA
UNA ESTRATEGIA PARA APLICAR EN EL AULA.
Nuria Rajadell - Nuria Serrat
1. Parece que fue ayer
Platon y Sécrates son dos de los primeros educadores que nos
dan a conocer la utilizacién de las formas dialogadas y las formas
interrogativas como reacciones al caracter meramente receptivo y
pasivo de los métodos expositivos.
‘Sin embargo hasta 1912 no empiezan a publicarse las primeras
investigaciones sobre la conducta en el aula, algunas con resulta~
dos que ilustran nuestro tera de una manera impactante, como el
asegurar que el 80 % de la interaccién verbal que se realiza en el
aula se centra en la interrogacién (claboracién de preguntas, ela-
boracién de respuestas 0 reacciones diversas al respecto).
Desde 1912 han tenido lugar grandes cambios en la humanidad,
pero curiosamente Ia interrogaci6n (0 erotématica), entendida co-
mo estrategia didactica, ha permanecido précticamente inalterable:
~ Se sigue utilizando la interrogacién como estrategia bésica
para comprobar el aprendizaje, basado fundamentalmente en res-
;puestas memoristicas (Fisher 1984, Watson 1986, Young 1990...)
El maestro realiza una cantidad exagerada de preguntas
(entre tres y siete por minuto) en el contexto del aula (Flanders
1970, Gall 1985, Swift y Gooding 1988...)
~ Se deja poco margen de tiempo de espera a la respuesta del
alurnno (entre uno y dos segundos).
‘Actualmente es dificil encontrar investigaciones y publicacio-
nes al respecto, lo cual también nos ha animado a profundizar
sobre esta estrategia tan comtin, y a su vez tan desconocida, dentro
del proceso de enseflanza-aprendizaje.
263ESTRATEGIAS DIDACTICAS INNOVADORAS
2. Supuestos tedricos de la interrogacién didéctica
Cuando profesores y alumnos practican la interrogacién en
clase se origina un mecanisma de relacién interpersonal especial y
diferente, un proceso de ensefiar y aprender compartidos; a pesar
de que cada uno de ellos, en un determinado momento, so ubique
bajo prismas diferentes. En ocasiones el profesor se preocupa de
informar y faciitar situaciones de aprendizaje al alumno, mientras
éste posce la misién de interiorizar de manera comprensiva dicho
aprendizaje. En otras, el alumno se interesa en profundizar su
‘conocimiento sobre determinado aspecto, y el profesor colabora en
facilitarle dicha comprensién,
Sugerentes, provocadoras y en plena vigencia, a pesar de los
ios transcurridos, son las palabras que nos ofrece John Dewey
(1933); «¢Oué hay en una pregunta?. Todo. Es la manera de evocar
Ja respuesta estimulante o de aniquilar la indagacién. Es, en esen-
cia, el meollo mismo de la ensenanza»
Podemos utilizar la interrogacién como una estrategia didécti-
ca para la adquisicién, desarrollo y/o evaluacién de contenidos con-
cceptuales, procedimentales actitudinales,
La pregunta acerca a las personas, posibilita que uno deje el rol
de profesor para pasar a ser el alumno, o a la inversa. Sin embar-
0, no es tan facil plantearse preguntas que hagan avanzar el cono-
cimiento. Saber hacer la pregunta adecuada en el momento opor-
tuno es mas dificil de lo que parece. Hay que procurar realizar
preguntas estimulantes, pero también hay que entrenarse a saber
escuchar a los demas.
Alumno y profesor puedent aprovechar las ventajas que englo-
ba esta estrategia didactica, pero quizas para el profesor supone un
ctimulo de posibilidades educativas: reconocer la significatividad
de un aprendizaje, contactar de manera répida y directa con el
alumnado, estimular su motivacién, reconducir el aprendizaje...
siempre con una interesante gratuidad presupuestaria y con la
posibilidad de realizarla en cualquier tipologia de aula y con dife-
rentes modalidades de agrupacién de alunos.
Como maestros y profesores poseemos unas buenas razones
para defendernos del abuso de preguntas en el aula
= Necesitamos poseer datos sobre el aprendizaje de nuestros
alumnos, con cierta rapidez, para poder avanzar en el proceso y
contenido de un pensamiento de orden superior.
~ Estamos poco preparados para un amplio y adecuado uso de
estrategias interrogativas en el contexto de clase.
264
IL ESTRATEGIAS DOCENTES EN EL AULA
El nif utiliza la pregunta como un medio natural de indaga-
‘én, de interrelacién y de conocimiento. Esta actitud natural per-
manece durante los primeros aiios de escolaridad, pero poco a
‘poco se va desdibujando su perfil. gA qué es debido este cambio?
¢Por qué no se mantiene, o incluso se acrecienta, esta curiosicad
innata? En la mayoria de las ocasiones es debido a la falta de una
interaccién real, El nifio no conoce muchos aspectos que nosotros
amos por sentado que domina; y, en cambio, muchos de los que
‘nos empefiamos en ensefiar ordenadamente ya forman parte de sus
conocimientos adquiridos. Sin ser conscientes plenamente de ello,
‘transmitimos la idea de que lo realmente importante son las res-
puestas, y que las preguntas son sélo para quien no sabe. Ello con-
eva que poco a poco, esa capacidad inicial de preguntar va redu-
ciéndose para dejar espacio a este inmenso contenedor de
respuestas, y lo grave es que la mayoria son elaboradas por otros y
simplemente reproducen el saber ajeno,
3. Aspectos curriculares de la interrogacién didactica
Qué debemos preguntar?