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El Silogismo Categorico de Boecio
El Silogismo Categorico de Boecio
por
ii
Título original: De Syllogismo Categorico, Patrología Latina, Migne
(ed.), vol 64, pp. 793-832
iii
El Silogismo Categórico
CONTENIDO GENERAL
Página
Index v
Advertencias vii
El Silogismo Categórico:
iv
El Silogismo Categórico
INDEX
v
[33] Conclusiones implícitas. .............................................................................. 46
[34] Modos indirectos de la primera figura ....................................................... 47
[35] Modos de la segunda figura. ...................................................................... 50
[36] Prueba por reducción a lo imposible. ........................................................ 54
[37] Modos de la tercera figura .......................................................................... 54
[38] Definición de Silogismo ............................................................................... 59
[39] La Inducción y el Silogismo. ....................................................................... 60
[40] Suficiencia de las premisas ........................................................................ 61
[41] Relación ordenada de todos los modos.................................................... 62
[42] Resolución de los modos imperfectos de la primera figura. .................. 64
[43] Resolución de los modos imperfectos de la segunda figura. ................ 67
[44] Modos de la segunda figura demostrados por reducción al absurdo. . 68
[45] Resolución de la tercera figura por conversión ....................................... 71
[46] Resolución de la tercera figura por reducción a lo imposible. ............... 74
[47] Epílogo ........................................................................................................... 78
vi
Prólogo del traductor
Anicius Manlius Severinus Boetius nació en Roma cerca del año 475 de la
era cristiana. Tradujo muchos textos griegos al Latín e intentó construir una
síntesis ecléctica de Platón y Aristóteles. Talentoso músico, exquisito
escritor, construyó relojes de Sol y de agua, fue Canciller de Teodorico, rey
de los Ostrogodos. Acusado de traición fue asesinado por Teodorico
alrededor del año 525. Sus traducciones y sus comentarios lógicos, con dos
tratados lógicos propios de gran importancia: El Silogismo Categórico, y El
Silogismo Hipotético, fueron la fuente principal para el estudio de la Lógica en
la alta edad media.
El Silogismo Categórico, obra eminentemente didáctica, explica con gran
claridad según la doctrina peripatética los principios reguladores de las
inferencias inmediatas y prueba todos los modos válidos de la inferencia
silogística. A pesar de los siglos transcurridos de su redacción, esta obra
conserva su vigencia y utilidad para el estudioso de la Lógica o de la Historia
de la Lógica.
El traductor
vii
ADVERTENCIAS
viii
Libro Primero
1 Justificación
Pero si alguien se acercare a leer estos trabajos, se le pide que en las cosas
que nunca haya estudiado no se atreva a juzgar de inmediato; y que si
recibió algo durante la educación infantil, no lo juzgue sacrosanto; ya que
muchas veces las cosas convenientes a los oídos tiernos son eliminadas de
los tratados más severos de filosofía. Pero, si hay algo en ellos que no
parece estar bien, no protesten de inmediato; si no que, consultando la
1
razón, y qué opinen ellos o qué aseveremos nosotros, examinen y decidan
sagazmente cuál es la sentencia más exacta y verdadera. Y estos tratados
son ciertamente así.
Dado que nosotros hemos sustituido esos comentarios, respecto a los cuales
hemos expuesto nosotros estos otros, quizá, según creo, cate el lector el
dulce sabor extraído de la exactitud; y, aunque sea creador indómito y
desenfrenado; sin embargo, conceda que es inexpugnable la autoridad de los
antiguos hombres; pero, si alguno desconoce el modo griego de escribir, en
estos tratados, o en otros similares que encuentre ajenos, trabajará
fatigosamente.
Así que esta norma nos servirá de exordio, para que nadie de nuestro foro
deje de entender, y vaya por ello a investigar con intención de reproche.
Pero para que nadie pierda el tiempo en proemios que nada aportan,
debemos comenzar, después de apartar aquel peligro, para que nadie
acrimine el discurso de estéril. Pues no buscamos la elegancia en la
composición, sino la claridad. Si logramos alcanzar de hecho tal claridad,
hablando sin adorno alguno, entonces también nuestra intención hacia los
nuestros estará cumplida.
2
2 El nombre
3
comentario al libro de Aristóteles “Sobre la Interpretación” y es una discusión
del tema, mayor de lo que pueda ahora ser explicado. Regresemos, pues, al
nombre.
P ero, hay algunas voces que también son designativas, por convención,
y sin tiempo, la naturaleza de las cuales es dudosa, tal como ´no
hombre´, que aunque significa algo y ha sido impuesto por convención, no
se sabe como qué clasificarlo. Como nombre no se puede, dado que todo
nombre significa algo definido, y en cambio ´no hombre´ lo que tuvo de
definido desapareció. Tampoco se le puede llamar oración, pues toda
oración consta de verbo y nombre, mientras que ´no hombre´ no consta ni de
verbo ni de nombre. Con más razón tampoco puede ser verbo, ya que todo
verbo es con tiempo, y ´no hombre´ es significativo sin tiempo....Luego, hay
que ver qué sea. Puesto que la voz ´no hombre´ algo significa, lo que
signifique no está contenido en hombre (no hombre puede ser igualmente un
caballo, una casa, una piedra, y todo aquello que no sea hombre; y puesto
que son infinitas las cosas que puede significar, se le llama nombre infinito).
Además, hay ciertas voces designativas por convención, finitas, las partes de
las cuales no significan tomadas por separado, como son los casos oblicuos
del nombre2, tales como “de Cicerón”, “por Cicerón”, etc., éstos no son
nombres.
1
Día, mes, año, son nombres que significan tiempo pero no cosignifican tiempo presente, a diferencia
de los verbos que sí lo hacen
2
Nombres que no están en función de sujeto o complemento predicativo.
4
4 Imposición de los nombres
5
6 El verbo
Hay que repetir, entonces, desde el inicio, que el verbo es voz por ser su
género; significativa, para separarla de las voces no significativas; por
convención para separarla de aquellas que son significativas por naturaleza;
con tiempo, para separarla del nombre; que significa algo presente, para
separarla de las flexiones temporales del verbo; finita, para distanciarla de las
[voces] infinitas4.
7 La oración
R esta, entonces, decir ahora qué es la oración. Parece, pues, que ésta
está compuesta de nombre y verbo; pero antes consideremos si
nombre y verbo son las únicas partes de la oración, o acaso también otras
seis como trasmite la opinión de los gramáticos, o acaso algunas de éstas se
reduzcan con justicia al nombre y el verbo; porque, a menos que esto se
establezca primero, la razón de las proposiciones en su totalidad, y la de los
silogismos, compuesta de la razón de las proposiciones, se bamboleará.
Pues, si se desconoce de qué género sean los términos, todo se ignorará.
3
Sólo el presente de indicativo significa realmente tiempo. Los tiempos externos cosignifican el
tiempo presente, esto es, indican anterioridad o posterioridad respecto del tiempo presente.
6
Hay que considerar al nombre y al verbo como las únicas partes de la
oración; pues, lo demás no son partes de la oración sino suplementos. Tal
como los frenos y las bridas no son partes de una cuádriga, sino ligaduras, y
como se dijo, suplementos y no partes; así las conjunciones; preposiciones y
semejantes, no son partes de la oración, sino coligamentos. Lo que es
llamado el participio va en el lugar del verbo; ya que es demostrativo de
tiempo. El adverbio es un nombre que tiene una significación definida y sin
tiempo; no importa que no tenga flexión según los casos gramaticales.
Pues no es lo propio del nombre ser flexionado según el caso; ya que hay
nombres que no pueden ser declinados, a los que el gramático llama
monóptatos, pero esta consideración pertenece más a la gramática.
4
Verbo infinito es el verbo precedido de la negación, como no blanquear.
7
En la oración “Sócrates camina” ambas partes significan por separado tanto
cuanto la simple pronunciación del vocablo pueda designar. Pero, por qué
no significan como simple afirmación lo he explicado en el comentario al
Perihermeneias. Qué sea la afirmación y la negación lo explicaremos un
poco más adelante.
Por otra parte, en las cuatro primeras especies no hay verdad ni falsedad
alguna. Sólo la enunciativa contiene lo falso o lo verdadero. Asimismo, de
ésta última se originan las proposiciones. La proposición a su vez se divide
en dos especies, afirmación y negación. La afirmación es la enunciación
[predicativa] de algo con relación a algo. La negación es la enunciación
[privativa] de algo en cuanto separado de algo. Y, por ejemplo, una
afirmación es “Platón es un filósofo”. Una negación es “Platón no es un
filósofo”. La afirmación enuncia la filosofía en relación con Platón, esto es, el
ser Platón un filósofo. Pero la negación al enunciar retira cierta 6 filosofía de
cierto Platón, esto es, enuncia que Platón no es [ningún] filósofo.
5
Hay autores que incluyen las ordenes, prohibiciones, súplicas y expresiones de deseos entre las
oraciones optativas. Sólo las oraciones enunciativas son candidatas a proposición lógica, pues son las
únicas que admiten ser valoradas como verdaderas o falsas.
6
Enunciar la alteridad entre Platón y algún filósofo es tautológica e inútil; pues el principio de
identidad exige que el filósofo Platón sea distinto de al ún otro filósofo. En toda negación es preciso
enunciar la separación entre el sujeto y el predicado tomado universalmente. Nótese, además, que
"Platón" está tratado como nombre común.
8
De las oraciones enunciativas unas son simples, otras no simples. Simples
como “es de día”. “hay luz”7. No simples como “si es de día, entonces hay
luz”.
7
"Es de día", "Hay luz", son proposiciones existenciales y carecen de sujeto sintáctico.
8
Sintácticamente "todo hombre" es el sujeto, pero lógicamente "todo" pertenece al predicado e indica
una pluralidad (copulativa) de proposiciones singulares. Álgún¨ indica una pluralidad disyuntiva.
9
9 La cópula y los cuantificadores
9
Boecio entiende siempre la cópula como signo de inherencia. Abelardo iniciará la discusión de la
cópula como signo de identidad. Esta distinción es cardinal en la discusión de los universales. Si la
cópula es signo de inherencia, el predicado se ha de entender realmente o conceptualmente; pero, si la
cópula se toma como signo de identidad, el predicado se tomará nominalmente.
10
Excepto si el sujeto está tomado particularmente. Por ejemplo, "algunos animales son hombres".
10
Entre las proposiciones simples, hay unas que no tienen ninguna parte
común como son: “todo hombre es animal”, “la virtud es buena”, y otras
semejantes. Entre las que tienen alguna parte común, las hay con ambos
términos, y otras con un solo término en común; y las que tienen sólo un
término común se dan en tres combinaciones, y doblemente.
11 Figuras
11
11.1 Proposiciones con ambos términos en común.
12
respecto a la calidad; y se obtienen la universal afirmativa y la universal
negativa como “todo hombre es justo” y “ningún hombre es justo”; la
particular afirmativa y la particular negativa, como “algún hombre es justo” y
“algún hombre no es justo”; y la indefinida afirmativa y la indefinida negativa
como “hombre es justo” y “hombre no es justo”. En consecuencia se
producen seis conjunciones a partir de las dos que están juntas según la
calidad, y las tres que están según la cantidad; de las cuales seis
separaremos las indefinidas afirmativas y negativas, para tratar sólo de las
universales y de las particulares.
(1)
Subalternas
Subalternas
(2)
13
En el gráfico de arriba la universal afirmativa y la universal negativa
son contrarias; mientras que la particular afirmativa y la particular negativa
son subcontrarias; en cambio, la particular afirmativa es dicha subalterna de
la universal afirmativa; asimismo, la particular negativa es subalterna a la
universal negativa. Las contrayacentes11 son las angulares, esto es, la
universal afirmativa y la particular negativa; asimismo, la universal negativa y
la particular afirmativa; como: “todo hombre es justo” y “algún hombre no es
justo”; “ningún hombre es justo” y “algún hombre es justo”; y de este modo
podemos definirlas.
Las subcontrarias tienen significaciones opuestas entre sí; pues, tal como las
contrarias no pueden ser verdaderas al mismo tiempo; así, es imposible que
11
Las contrayacentes son mejor conocidas como contradictorias por ser ese su régimen de oposición.
14
las subcontrarias sean ambas falsas a la vez. Las subcontrarias, no pueden
absolutamente ser falsas a la vez, pero sí pueden ser ambas verdaderas a la
vez, lo cual será mejor explicado más adelante12. Otras son llamadas
contrayacentes porque la afirmación o negación universal mira angularmente
la negación o afirmación particular.
Por otra parte, cada una de las proposiciones tiene dos diferencias, una
respecto a la calidad, otra respecto a la cantidad; así, la universal afirmativa
tiene una diferencia respecto a la cantidad, porque es universal; y otra
respecto a la cualidad, porque es afirmativa. Del mismo modo las restantes
proposiciones tienen dos diferencias, una según la calidad, otra según la
cantidad.
Las que son subalternas distan entre sí por la sola diferencia de cantidad, ya
que una es particular y la otra es universal; pues ninguna diferencia de
calidad tienen.
Sin embargo, las contrayacentes difieren por ambas diferencias; pues, la una
es universal afirmativa y la otra particular negativa, o la una es universal
negativa y la otra es particular afirmativa.
Ahora bien, ya que hemos dicho cómo difieren según la calidad o la cantidad,
explicaremos sus propiedades según lo verdadero y lo falso
12
Aristóteles parece no haberse percatado de que las subcontrarias no pueden ser ambas falsas.
15
13 Subalternas
13
Boecio llama subalternas tanto a la universal subalternante como a la particular subalternada.
16
universales no serían verdaderas. Pero si las particulares fueran falsas; las
universales también serían falsas; pues, si la particular “algún hombre es
justo” fuera falsa, también sería falsa la universal “todo hombre es justo”.
Por tanto, siendo falsa la particular, falsa será también la universal. Pero no
sucede a la inversa, que si las universales son falsas, necesariamente
también lo sean las particulares; pues, si la universal “todo hombre es justo”
es falsa, no necesariamente es falsa la particular “algún hombre es justo”.
Ya que puede ocurrir que aunque no todos los hombres sean justos, haya
alguno justo; y asimismo si la universal negativa, “ningún hombre es justo”,
fuera falsa, entonces no necesariamente sería falso que “algún hombre no es
justo”. Pues, si es falso que “ningún hombre es justo”, es verdadero que
“algún hombre es justo”; y también es verdadero decir que “algún hombre no
es justo”, aunque haya también algunos hombres justos.
14
Nótese que "todo hombre no es justo" es lo mismo que "ningún hombre es justo".
17
14 Contrarias
Luego, las contrarias son a veces ambas falsas; otras veces se dividen entre
sí en una verdadera y otra falsa; pero, que ambas sean verdaderas nunca
puede ocurrir. Al revés de las subcontrarias que sí lo admiten.
15 Subcontrarias
18
16 Contradictorias
19
pueden dividirse en una falsa y una verdadera, aunque no pueden ser
ambas falsas a la misma vez. Esto mismo es de esperar en las
proposiciones indefinidas. Pues dividen entre sí lo verdadero y lo falso. Así,
por ejemplo, es falso que si “hombre es bípedo “ es verdadera, entonces es
falsa “hombre no es bípedo”. Asimismo, que si es falsa “hombre es
cuadrúpedo”, entonces sea verdadero que “hombre no es cuadrúpedo”. Sin
embargo, es posible encontrarlas verdaderas a la vez. Por ejemplo, si
alguien dice “hombre es gramático”, si lo dice de Donato, es verdadero.
Igualmente, “hombre no es gramático”, si lo dice de Catón, es verdad; pero
que ambas sean falsas a la vez, nunca se encontrará. También por esto se
demuestra que las indefinidas son iguales a unas particulares, en potencia.
20
el mismo sujeto y el mismo predicado. Ya que si su sujeto es equívoco, no
se dividen en verdaderas y falsas. Por ejemplo, si alguien dijera que “Catón
se mató en Utica”, y se respondiera que “Catón no se mató en Utica”, ambas
serían verdaderas. Pues, Catón [el menor] se mató después de la batalla de
Farsalia en Utica; y Catón [el Censor] no se mató en Utica. Pero esto ocurre
por la siguiente razón: que el nombre “Catón” se dice equívocamente; pues,
se dice de Catón el Censor, el mayor, y de Catón el uticense, el menor nieto
del anterior.
21
como: “todo hombre es justo” y “no todo hombre es justo” 15; e inversamente,
“ningún hombre es justo” y “algún hombre es justo”; dado que en éstas se
quita la determinación universal y se pone otra completamente opuesta.
Pero de esto trataremos en otra ocasión16.
15
Nótese que Boecio, conforme al uso de los estoicos, construye la contradictoria de una proposición
anteponiéndole la partícula "no".
16
Dos proposiciones singulares opuestas no pueden diferir en cantidad, sino sólo en calidad, y
presentan así la máxima oposición: la contradictoria. Sin embargo, como señala William de Sherwood
en sus "Introductiones ad logicam", I, 15-16, una proposición singular presenta relaciones de
subalternación, contrariedad, y subcontrariedad con las proposiciones generales (universales o
particulares) que tengan su mismo predicado, y por sujeto una categoría a la que pertenezca el sujeto
de la proposición singular. Toda proposición admite una sola contradicción; pero admite un número
ilimitado de contrarias, subcontrarias y subalternas. Véanse los siguientes ejemplos:
Este hombre es filósofo. Contradictoria: Este hombre no es filósofo.
Contraria: Ningúno de estos hombres es filósofo.
Subcontraria: Alguno de estos hombres no es filósofo.
Subalternante: Todos estos hombres son filósofo.
Subalternada: Alguno de estos hombres es filósofo.
Safo no es médico Contradictoria: Safo es médico.
Contrarias: Toda mujer es médico, toda poetisa es médico.
Subcontrarias: Alguna mujer es médico, alguna poetisa es médico.
Subalternantes: Ninguna mujer es médico, ninguna poetisa es médico
Subalternadas: Alguna mujer no es médico, alguna poetisa no es médico.
17
La conversión por contrposición no está en el De Interpretatione ni en los Primeros Analíticos; en
los Tópicos, lib. II, c. 8, Aristóteles menciona mediante un ejemplo la conversión por contraposición
del condicional, el cual, además, nunca es abordado por Aristóteles.
18
Cf. Aristóteles, Primeros Analíticos, lib. I, c. 2.
22
La conversión simple se da por la sola conmutación de los términos, pero
sólo si el predicado no abunda respecto al sujeto, ni el sujeto abunda
respecto al predicado. Así, en la proposición “todo hombre es risible”, tanto
el sujeto “hombre” como el predicado “risible" tienen la misma eficacia, y por
ello pueden ser convertidos a fin de que “hombre” sea predicado y “risible”
sea sujeto, y se pueda decir “todo risible es hombre”.19
Como hay cuatro especies de proposición, dos de las cuales son
universales, una afirmativa y una negativa; y dos particulares, una afirmativa
19
"risible", esto es, ser apto naturalmente para reír, es lo propio del hombre; por esto "hombre" y
"risible" se dicen de unos mismos individuos y sólo de ellos.
23
y una negativa; de ellas la particular afirmativa y la universal negativa
convierten a otra de la misma especie conmutando los términos.
20
Criterio de consentaneidad (cf. 804 C lin.12-13)
24
Repitamos entonces desde el principio. Siendo cuatro las especies de las
proposiciones: afirmación universal, negación universal, afirmación particular
y negación particular; sólo la negación universal y la afirmación particular,
que son contrayacentes, pueden ser convertidas a su misma especie En
cambio, la afirmación universal y la negación particular, que son
contrayacentes, nunca pueden ser convertidas a otras de igual especie.
21
Boecio llama conversión tanto al proceso como al resultado de esta operación lógica.
25
puede a su vez predicar “hombre” poniendo “risible” de sujeto, tal como sería
“todo risible es hombre”.
Por otra parte, las conversiones de las afirmaciones generales, en las que
aquello que se predica del sujeto en ningún momento puede ser dicho con
verdad, como en “todo hombre es piedra”, que es falsa, y “toda piedra es
hombre”, que es falsa, son falsas simultáneamente; ya que en ningún tiempo
el hombre es piedra, ni “hombre” se predica con verdad de “piedra”.
22
En el siglo XIII aparece expresamente en W. De Shyreswood y en Pedro Hispano la distinción de los
predicados según su materia: una predicación esta en materia natural cuando es necesariamente
verdadera, y está en materia remota cuando la predicación es necesariamente falsa.
26
subsiste que en todas las otras materias no conviertan, como antes se ha
dicho23.
23
Podemos incluir entre las conversiones peculiares las de las proposiciones singulares, que
ilustraremos con ejemplos: Platón es filósofo. Conversa: Algún filósofo es Platón.
Safo no es médico. Conversa: Ningún médico es Safo.
27
afirmación particular es la conversa por accidente de la afirmación universal;
ya que la afirmación particular es convertible principalmente a partir de sí,
pero secundariamente a partir de la afirmación universal24.
24
Si todo hombre es animal, algún hombre es animal. (por subalternación)
Y si algún hombre es animal, algún animal es hombre. (por conversión simple)
Luego, si todo hombre es animal, algún animal es hombre. (por transitividad)
28
Por lo tanto, queda claro de este modo la conversión por accidente. A saber,
lo que tiene la afirmación universal, lo tiene también la negación particular
contrayacente, a saber, ni una ni otra pueden convertirse a proposiciones de
su misma especie. En cambio, la universal negativa tiene en común con la
contrayacente afirmación particular el que ambas convierten a proposiciones
de su misma especie.
Luego, unidas las que pueden convertirse, y las que no pueden convertirse,
de modo tal que la que sí puede convertirse, se una a la que no puede
convertirse; y la que no puede convertirse se una a la que sí puede; hacen
las conversiones por accidente que antes hemos demostrado.
29
Convertenda Contrapuesta
Todo hombre es animal Todo no animal es no hombre
Ningún hombre es animal Ningún no animal es no hombre
Algún hombre es animal Algún no animal es no hombre
Algún hombre no es animal Algún no animal no es no hombre
25
Aristóteles no trata la conversión por contraposición ni en el De Interpretatione ni en los Primeros
Analíticos, aunque en Tópicos II, 8, menciona, via ejemplo, la conversión por contraposición del
condicional, del cual tampoco trata en sus obras.
30
Así mismo, toca ahora mostrar cómo se convierte la negación particular en
otra negación particular, por contraposición. Así, si es falsa “algún hombre
no es animal”, falsa será también su conversión por contraposición, a saber,
“algún no animal no es no hombre”; porque esta proposición parece decir que
algún no animal es hombre; pues al decir “no es no hombre” se significa que
es hombre lo que no es animal26. Sin embargo, esto es manifiestamente
falso, pues todo hombre es animal, y si fuera verdadera la negación particular
“algún animal no es hombre“, verdadera sería también su conversa por
contraposición “algún no hombre no es no animal”. Pues, es igual que decir
que una cosa que no es hombre no es no animal, sino que es animal, como
el caballo y el buey no son hombre, y no son no animal. Luego, si cuando la
particular negativa es falsa, también es falsa su conversa por contraposición,
y si cuando la particular negativa es verdadera, es verdadera su conversa por
contraposición, entonces no hay duda de que la particular negativa pueda ser
convertida por contraposición.
26
Boecio no trata de la obversión sino incidentalmente, posiblemente porque no pertenece a la
31
si fuera verdadera la negación universal, será falsa su conversa por
contraposición. Pues si es verdadera la que dice “ningún hombre es piedra”,
entonces será falsa su conversa por contraposición, que sería “ninguna no
piedra es no hombre”. Pues es lo mismo que decir que ninguna cosa hay
que no siendo piedra sea no hombre, lo cual es falso. Puesto que es posible
encontrar innumerables seres que no son piedra, y no son hombres. En
consecuencia, ya que si la negación universal es falsa, falsa es su conversa
por contraposición; y si la misma fuera verdadera, sería falsa su conversa por
contraposición; indudablemente, la negación universal no puede ser
convertida a su misma especie, pues lo que en alguno falla, no puede en
general ser inferido27.
Resta que mostremos que la que falta, la afirmación particular, no puede ser
convertida por contraposición. Así que, cuando la afirmación particular fuera
verdadera, también sería verdadera su conversa por contraposición. Pues, si
es verdadera “algún hombre es animal”, es verdadera su conversa por
contraposición “algún no animal es no hombre”. Ya que es lo mismo decir
que alguna cosa que no tiene ánima no es hombre, lo cual es verdadero.
Como la piedra, que no tiene ánima, y no es hombre. Así mismo, si la
particular afirmativa “alguna piedra es hombre” es falsa, será verdadera su
conversa por contraposición, que dice, “algún no hombre es no piedra”.
Pues, es lo mismo que decir que alguna cosa que no es hombre no es
piedra, lo cual es verdadero. Como el caballo, que no es hombre y sin
embargo tampoco es piedra. Luego, si cuando en algunas particulares la
afirmación es verdadera, será verdadera su conversa por contraposición, y si
cuando en algunas particulares la afirmación es falsa, será verdadera su
32
conversa por contraposición; no hay, en consecuencia, duda que las
afirmaciones particulares no pueden ser convertidas por contraposición.
28
Boecio elaboró dos comentarios al perihermeneias. El segundo de los comentarios es
particularmente importante, entre otras cosas, por la introducción de la célebre discusión acerca de la
naturaleza de los universales.
33
Libro Segundo
Silogismos Categóricos
34
Libro Segundo:
Los Silogismos Categóricos
35
25 Predicarse de todos o ninguno
29
Dictum de omni, o dictum de nullo, o simplemente silogismo propiamente dicho, es el principio
justificador de la transitividad de la predicación, según el cual , dadas ciertas condiciones, lo que se
afirma o niega del predicado, se afirma o niega también de todo lo nombrado por el sujeto.
36
Es bueno señalar que contener totalmente otro se dice doblemente. Pues, si
algo se predica de todo otro, se dice que aquello, respecto a lo cual es
predicado, está contenido totalmente en lo que se predica; tal como “animal”
se dice de todo hombre. “Hombre” está completamente contenido cual parte
latente en la totalidad de “animal”. Y si algo está contenido totalmente en
otro, se dice que esto otro30 de lo que recién hablamos está en todo aquello
que contiene; tal como “animal” mismo, que estando en todo hombre y
predicándose de todo hombre, “hombre” está contenido totalmente en
“animal”31.
E ntonces, puesto que, así lo decimos todas las veces, cuando pongamos
los términos mediante letras, lo hacemos por la brevedad y el
compendio; y lo que demostramos mediante letras lo queremos demostrar
universalmente. Pues, quizá en algunos términos necesariamente haya de
introducirse lo falso. En cambio, con las letras no nos engañamos; por eso
usamos las letras como si pusiéramos los términos en las letras; pues, si la
unión de los términos no fuera de suyo firme y valedera, no se encontraría
tampoco la verdad ni la falsedad.
Entonces, cuantas veces queremos mostrar que algo se predica de todo otro,
lo ponemos así: Sea “a” el primer término, “b” el segundo término, y
predíquese “a” de todo b. admitido esto tal cual como si hubiéramos puesto
por “a” animal, y por “b” hombre. Así también acerca de las negativas. Pues
si dijéramos, “a”, no se predica de ningún b; es tal como si dijéramos, “a”, que
30
Lo continente.
31
Nótese que para la aplicación legítima del Dici de omni vel nullo la premisa mayor debe ser
universal, y la menor debe ser afirmativa, el término común debe presentarse en modo perfecto, esto
es, de sujeto en la mayor y de predicado en la menor. Si la mayor es negativa, la conclusión será
negativa. Si la menor es particular, la conclusión será particular.
37
es animal, no se predica de ningún b, que es piedra. Y también todos los
otros que fueren semejantes a estos.
O “a”, que es lo bueno, estará en todo “b”, que es lo justo, y se dice “todo lo
justo es bueno”, y también “b” lo justo, en todo “c”, que es la virtud, y se dice
“toda virtud es justa”. Tendremos de modo semejante estas proposiciones:
“todo lo justo es bueno”, y “toda virtud es justa"32.
O “a” lo bueno, será sujeto de “b”, lo justo, y de “c”, la virtud. Como sería,
“todo lo bueno es justo, y “todo lo bueno es una virtud”. En esta
combinación “b” y “c” se predican del término “a” solo34.
32
Primera Figura.
33
Segunda Figura.
34
Tercera Figura.
38
28 Primera figura
iempre que “a” se predique de todo “b”, y asimismo “b” de todo “c”, llamo a
S esto primera figura, la cual se define así: La primera figura es aquella en la
que lo que es el sujeto se predica de otro. Puesto que “b”, que es sujeto de
“a”, se predica respecto a “c”.
Debemos recordar esto: que los términos que son pares38 pueden voltear el
argumento en contra. Los términos que se predican mutuamente, y también
35
Término mayor.
36
Término menor.
37
En la predicación directa. Predicación indirecta es, e.g., “algunos animales son hombres”.
38
Términos pares son los coextensivos, esto es, aquellos que se refieren a unos mismos individuos.
39
los que se predican en lo que es el sujeto, están en todo. Así, convertido
inversamente, lo que acontecía ser el sujeto estará en todo aquello que antes
era el predicado. Pues, si “ ” y “g” son dos términos pares entre sí, en
cuanto que ninguno sea mayor que el otro; si se predica “f” de todo “g”, el
término “” estará en todo término “g”. Pero, si convertimos, y se predica el
término “g” del término “”, entonces el término “g” estará de nuevo en todo
término “”. Sea pues, “” risible, “g” hombre. Luego, si se predica “”,
risible, y ponemos de sujeto “g”, hombre, tenemos “”, risible, en todo “g”.
Así, “todo hombre es risible”. Pero, si se predica “g”, hombre, respecto a “”,
risible, hallamos “g”, hombre, en todo , risible. Así, “todo risible es
hombre”39.
Por ejemplo, “a”, lo bueno, se predica de todo “b”, lo justo, para que haya una
proposición tal como esta: “todo lo justo es bueno”, y de ahí “a”, lo bueno, se
39
Aquí ningún término tiene una extensión más amplia que el otro. La predicación es directa.
40
predica de todo “c”, la virtud, o sea, “toda virtud es buena”. Sólo “a” se
predica de ambos, de “b” y de “c”. Y esta figura será la segunda.
El término medio en esta figura es aquel que se predica de ambos, o sea, “a”.
Extremidades, aquellas que le son sujeto, o sea, “b” y “c”. La extremidad
mayor es la primera que es apelada por el término “a”, o sea, “b” lo justo. O
si el primer término apelado es “c”, el término “c” será admitido como la
extremidad mayor40.
H ay tercera figura cada vez que los términos “a” y “b” se predican de uno
solo “c”. Así, que alguno predique “a”, lo bueno, de “c”, la virtud, para
obtener de este modo la proposición, “toda virtud es buena”. Asimismo,
predíquese “b”, lo justo, de “c” para obtener “toda virtud es justa”. En esta
figura, el término medio será el que sea sujeto respecto de uno y otro, esto
es, “c”; puesto que los términos “a” y “b” se predican del término “c”.
40
La primera de las premisas debe siempre ser la que contiene el término mayor, en la ordenación de
las premisas de los modos perfectos
41
como en las otras figuras, la extremidad mayor se predica de la menor en la
conclusión.
H abiendo despachado las tres figuras del silogismo, hay que decir que
silogismo perfecto es aquel que de nada carece para una conclusión
íntegra y probada a partir de lo propuesto previamente concedido.
Ahora hay que explicar brevemente de donde nacen estas figuras; ya que de
donde nazcan, en ello mismo se resuelven de vuelta. Las figuras segunda y
tercera parecen estar procreadas y nacer de la primera figura.
Pues, así como el término “a” se predica del término “b”, así se predica el
término “b” de “c”. En consecuencia, si se convierte, y se hace que el
término “b” se predique del término “a”, encontramos que el término “b”, que
42
antes fuera el medio y sujeto respecto al término “a”, se predica del término
“c”; y es así predicativo con relación a uno y otro término.
Vimos, pues, que “a”, lo bueno, se predicaba de “b”, lo justo, y “b”, lo justo, de
“c”, la virtud, y se tenían las proposiciones: “todo lo justo es bueno”, “toda
virtud es justa”41. Ahora, subsistiendo la proposición, “toda virtud es justa”,
conviértase la primera proposición, “todo lo justo es bueno”, y sea, “todo lo
bueno es justo”42.
Pues, sea que “a”, lo bueno, se predica de “b”, lo justo, para decir, “todo lo
justo es bueno”; y que “b”, lo justo, se predica de “c”, la virtud, para decir,
“toda virtud es justa”43.
41
Primera figura.
42
Esta conversión es totalmente incorrecta. Boecio ha elegido un ejemplo infeliz, pues produce
incorrectamente un ejemplo impropio de la segunda figura, la cual exige que una de las premisas sea
negativa.
43
Primera figura.
44
Conversión incorrecta.
43
Convirtiendo las extremidades primera y postrema de la primera figura, se
originan la segunda o tercera figuras. Cada una de estas tres figuras tiene
muchos modos subordinados del silogismo; estos modos están bajo las
figuras cual especies bajo sus géneros.
45
En estos cinco modos se da la predicación indirecta. En la premisa mayor, la que contiene el
predicado de la conclusión, el término medio es predicado, y sujeto en la premisa menor; al contrario
de la distribución del término medio en los modos perfectos.
44
¿Son así las proposiciones y la conclusión? Si “a” fuera en todo “b”, y “b”
fuera en todo “c”, el término “a” se predicará de todo “c”; es decir, “todo lo
justo es bueno”, “toda virtud es justa”, y la conclusión, “toda virtud es
buena”46. Este es el primer modo de la primera figura.
46
En virtud de la transitividad de la predicación expresada por la regla Dici de omni vel nullo.
47
Dici de omni vel nullo.
45
de algún “c”, entonces el término “a” no se predicará de algún “c”; lo cual se
muestra en la ilustración de abajo. Sean las siguientes proposiciones:
Ningún bien es malo,
Algo justo es bueno,
Luego, Algo justo no es malo.
Así, si alguien ha probado que el término “a” no se predica de ningún “c”, sin
duda que en esta conclusión también ha probado esto, que el término “c” no
se predica de ningún “a”. Pues, siempre, como está dicho, la universal
negativa se convierte a sí misma.
48
En virtud de la transitividad de la deducción, si de las premisas A y B se sigue C, y de C se sigue D,
entonces de A y B se sigue D.
46
También la universal afirmativa contiene una conclusión doble; pues quien
demuestre que el término “a” se predica de todo el término “c”, también
demuestra que el término “c” se predica particularmente de algún
[espécimen] del término “a”. Así, si alguien ha demostrado que “animal” se
predica de todo hombre, diciendo “todo hombre es animal”, él mismo ha
demostrado también que necesariamente, en particular, “algún animal es
hombre”.
49
En la Escolástica, “propositio” es la premisa mayor, “assumptio” la menor, y “quaestio” la
conclusión. Boecio omite considerar los modos subalternos de la primera y segunda figuras. Los
modos subalternos se generan cuando de una conclusión universal deducimos la proposición
subalterna correspondiente. Dice Apuleyo de Madaura que Aristón de Alejandría (siglo I a.C.) fue el
primero en establecer los modos subalternos, en el libro III de De Dogmate Platonis , sobre “De
Interpretatione”.
47
Si “a” fuera en todo “b”, y “b” fuera en todo “c”, podría asimismo concluirse
que el término “a” está en todo “c”. Pero, ya que esta proposición universal,
como está dicho, se convierte particularmente, omitiendo el que el término “a”
se predique de todo “c”, se dice que la conclusión es que el término “c” se
predica de algún “a”; lo cual se mostrará con un ejemplo. Así, si las
proposiciones fueran estas, “todo lo justo es bueno”, “toda virtud es justa”, en
verdad podría concluirse que “toda virtud es buena”. Pero, dado que tal
proposición podría convertirse en “algo bueno es una virtud”, se ha colegido
una conclusión particular a partir de dos universales afirmativas. Su forma es
así: el término “a” está en todo “b”, “b” en todo “c”, por tanto el término “c”
está en algún “a”, o sea:
Todo lo justo es bueno,
Toda virtud es justa,
Luego, algún bien es una virtud.
48
“Nada justo es malo”; pero de ésta colegimos por conversión:
“Nada malo es justo”.
Por ejemplo, “todo bien es justo”, “ningún mal es un bien”, no permiten colegir
“ningún mal es justo”. Pero, se convierten respectivamente así:
Ningún bien es un mal,
Algo justo es un bien,
para poder concluir que algo justo no es un mal50.
50
Por Dictum de nullo.
49
El noveno modo de la primera figura es el que infiere por conversión una
particular negativa a partir de una particular afirmativa y una universal
negativa.
U na sola cosa hay que hacer constar, que así como en la primera figura
se colige una conclusión universal afirmativa, universal negativa,
particular afirmativa o particular negativa; en la segunda figura no se infieren
proposiciones afirmativas, ni particulares ni generales; sino sólo se infieren
negativas, sean particulares, sean universales52.
51
Se obtienen tres modos adicionales infiriendo por subalternación, conclusiones particulares de los
modos primero, segundo y sexto.
52
Sólo hay conclusión válida en esta figura si la premisa mayor es universal y las premisas son de
calidad opuesta.
50
de todo “c”, entonces el término “b” no se predicará de ningún “c”. Sea “a” lo
bueno, “b” lo malo, “c” lo justo. Entonces, si alguien dijera:
Nada malo es bueno,
Todo lo justo es bueno, concluiría que
Nada justo es malo.
Es claro, entonces, que en la conclusión la extremidad mayor se predica de
la menor.
51
Debido a esto, ya que no se prueba a partir de sí mismo, sino de los
anteriores, es decir, de los modos de la primera figura, cualquier silogismo
que se encuentre en la segunda o tercera figura es llamado imperfecto.
52
el término “b” no se predicará algún “c”. Entonces, sea “a” lo bueno, “b” lo
malo, “c” lo justo.
Si alguien dijera: “nada malo es bueno” y “algo justo es bueno”,
entonces concluirá necesariamente que “algo justo no es malo”.
53
[36] Prueba por reducción a lo imposible.
Digo, pues, que si el término “a” se predica de todo “b”, y no está en algún
término “c”, se colige como conclusión que el término “b” no se predica de
algún “c”.
A ntes de explicar los modos de la tercera figura, hay que saber que en
los modos de la tercera figura nunca se colige una conclusión universal.
54
Y sea afirmativa, ya sea negativa, la conclusión siempre será particular, y
nunca general.
Así, si los términos “a” y “b” se predican de todo “c”, el término “a” se
predicará de algún “b” por conversión.
Así, por ejemplo, sea “a” lo justo, “b” la virtud, y “c” lo bueno. Entonces, si
alguien dijera:
Todo lo bueno es una virtud,
Todo lo bueno es justo, concluirá
Alguna virtud es justa.
Algunos mutan los términos53 y quieren hacer un segundo modo, siendo “a”
la virtud, “b” lo justo y “c” lo bueno, lo que da un silogismo así:
Todo bien es una virtud,
Todo bien es justo, y se concluye
Algo justo es una virtud.
53
Invirtiendo el orden de las proposiciones.
55
manera que hay a quienes les puede parecer rectamente que es el segundo
modo.
56
Algo bueno es justo,
todo lo bueno es una virtud, concluiría que
necesariamente alguna virtud es justa.
57
todo “b”; pero, el término “b” se predica de todo “c”; por lo tanto54, el término
“a” se predicará de todo “c”, lo cual no puede ocurrir, pues previamente se ha
puesto que el término “a” no se predica de algún “c”. Pero, si en la
conclusión del silogismo no está la afirmación general de que el término “a”
está en todo “b”, entonces estará la contrayacente de ésta que es una
negación particular, el término “a” no se predica de algún “b”.
El sexto modo de la tercera figura se da todas las veces que de una universal
negativa y una particular afirmativa se colige por conversión una negación
particular.
54
Dictum de omni.
58
[38] Definición de Silogismo
Hemos dicho que el silogismo es una oración por cuanto que toda definición
se deduce de lo general, y la oración es el género del silogismo 55. Aquello
de que, “en la que puestas y concedidas algunas proposiciones”, hay que
entenderlo así: como si lo dicho fuera que en cuanto aseveradas y
concedidas, pues para que haya silogismo antes algo es dicho por un
proponente, lo cual concede el oyente. Porque si éste ha concedido,
entonces el silogismo se cumple y concluye. Por esta razón, lo dudoso se
demuestra mediante lo concedido y aprobado. Además, se concede que es
verdadera tanto la afirmación como la negación.
55
Tal es la definición aristotélica. El silogismo no es una regla de inferencia; sino una oración
condicional cuyo antecedente es la conjunción de las premisas, y cuya apódosis es la conclusión.
59
hace ningún silogismo. El silogismo, pues, para ser estrictísimo, debe estar
comprobado por dos proposiciones.
56
Si la relación de premisas a conclusión se toma como implicación material, la inferencia es una
tautología, o sea, un pleonasmo; pero, si se la toma como implicación formal, la inferencia es una
falacia de petición de principio; o sea, se asume aquello que ha de ser demostrado.
60
es falso de todos los modos; pues los hombres no podrían cuidarse si no
conocieran los males57.
Por esto mismo, a causa de las conclusiones obtenidas por medio de las
proposiciones vía inducción, se añade que en los silogismos las conclusiones
son necesarias, esto es, se dan por necesidad58.
Pues hacen silogismos como éstos: por ejemplo, si alguien dijera, “Sócrates
es hombre”, “todo hombre es animal”, y concluyera, entonces “Sócrates es
animado”, propondría de menos, porque no dijo que “todo animal es
animado”. Ahora que, si sí la hubiera propuesto, hubiera concluido
correctamente “Sócrates es animado”; diciendo así:
Sócrates es hombre,
Todo hombre es animal,
Todo animal es animado,
luego, Sócrates es animado.
Proponer de más es, por ejemplo, si se dijera, “todo hombre es animal”, “todo
animal es animado”, “el Sol está en Aries”. Luego “todo hombre es animado”,
entonces aquí estaría superfluo, “el Sol está en Aries”.
57
Falacia de inducción impropia por falsa analogía.
58
La conclusión de la inducción es verosímil, la del silogismo es necesaria.
61
Proponer algo distinto de lo que es necesario es, por ejemplo, como si
alguien dijera, “todo hombre es animal”, “toda virtud es un bien”, luego “todo
hombre es animado”. Ninguna de estas proposiciones es pertinente para lo
que se deseaba concluir.
59
Estos modos fueron conocidos durante la edad media con los nombres de: Barbara, Celarent, Darii,
Ferio, Baralipton, Celantes, Dabitis, Fapesmo, Frisesomorum. A esta lista hay que añadir los modos
subalternos Barbari, Celaront y Celantop.
62
Octavo : Todo lo bueno es justo, nada malo es bueno.
Luego, algo justo no es malo.
Noveno : Algo bueno es justo, nada malo es bueno.
Luego, algo justo no es malo.
60
Conocidos posteriormente como Cesare, Camestres, Festino y Barocho, a los que debemos añadir
los modos subalternos Cesaro y Camestrop.
63
Sexto : Algo bueno no es malo, todo lo bueno es justo.
Luego, algo justo no es malo.
Séptimo : Nada bueno es malo, algo bueno es justo.
Luego, algo justo no es malo.
E stos son todos los modos de las tres figuras62, de los cuales los
primeros cuatro de la primera figura son llamados indemostrables y
directos, o sea, que se demuestran sin conversión alguna. Indemostrables
porque no son demostrados por medio de otros, y se les dice perfectos, ya
que se comprueban por sí mismos. Primeros, porque por naturaleza y por
posición son los primeros, y en ellos se resuelven todos los demás.
61
Los modos primero y segundo son uno mismo. Los seis modos fueron nombrados Darapti, Felapo,
Disamis, Datisi, Bocardo y Ferison. No tiene modos subalternos, pues todas sus conclusiones son ya
particulares.
62
En total los modos válidos, con proposiciones generales, son 24, 12 de la primera figura (4 perfectos,
5 indirectos, 3 subalternos), 6 de la segunda figura (2 subalternos) y 6 de la tercera. Boecio no trata el
silogismo expositorio, cuyo término medio es un nombre singular, ni los silogismos cuyo término
menor es un singular. Las proposiciones singulares, a efectos del silogismo, deben ser tratadas como
proposiciones universales
64
El quinto modo de la primera figura es procreado de la misma primera figura.
Permaneciendo sin cambios las proposiciones previas del primer modo, la
conclusión, convertida particularmente, lleva a cabo el silogismo. Haremos
ver esto en seguida con una ilustración63.
Primer modo Quinto modo
Todo lo justo es bueno igual todo lo justo es bueno
toda virtud es justa igual toda virtud es justa
toda virtud es buena conversa algo bueno es una virtud.
El séptimo modo de la primera figura nace del tercer modo del tercer modo
de la primera figura. Permaneciendo igual las primeras proposiciones, es
procreado el séptimo modo por la conversión de la conclusión particular
afirmativa.
63
Nótese que se toma el primer modo como un axioma, como una verdad previamente concedida, y a
partir de allí se le transforma para producir el quinto modo. Pero también es posible partir de las
65
El octavo modo y el noveno de la primera figura se resuelven en el cuarto
modo de la primera figura; sin embargo, no toman inicio en él. El octavo
modo se resuelve en el cuarto así: la primera del cuarto modo pasa a
segunda del octavo convertida universalmente, y la conversa particularmente
de la primera del octavo modo pasa a ser la segunda del cuarto modo 64. Se
colige la misma conclusión, una negación particular.
premisas del quinto modo, aplicar el Dici de omni, obtener “toda virtud es buena”, la cual convertida
nos da “algún bien es una virtud”.
64
Evidentemente el octavo modo no puede ser deducido del cuarto modo, pues no hay manera de
transformar una particular afirmativa en universal afirmativa.
66
Habiendo resuelto los cinco modos [indirectos] de la primera figura en los
cuatro superiores, pasemos a resolver los cuatro modos de la segunda figura
en los primeros cuatro de la primera figura, de los cuales, tres, se prueban
por conversión. El cuarto, sólo por reducción al absurdo.
65
Evidentemente no se deduce de la primera figura.
67
El tercer modo de la segunda figura es procreado a partir del cuatro modo de
la primera figura. Se convierte universalmente la primera proposición, que es
una negación universal; la segunda queda igual; se colige del silogismo la
misma proposición con los mismos términos.
68
virtud”66. Pero, antes había concedido la segunda proposición del cuarto
modo, que es, “algo justo no es una virtud”. Ahora ha concedido que “todo lo
justo es una virtud”. Pretende concluir dos contrayacentes entre sí,
simultáneamente, lo que no puede ocurrir.
Cuarto de la segunda
66
Por Dici de omni vel nullo a partir de “todo lo bueno es una virtud” y “todo lo justo es bueno”
69
colige que “nada justo es malo”67; sin embargo, antes fue concedido que
“algo justo es malo”; y ahora se concede que “nada justo es malo”, ha
concedido a un mismo tiempo dos contrayacentes entre sí, lo que no puede
suceder. Negada, entonces, la conclusión universal, que es, “todo lo justo es
bueno”, quedará la negación particular, que es, “algo justo no es bueno”.
67
Dici de omni vel nullo aplicado a “Nada bueno es malo” y “Todo lo justo es bueno”.
70
Algo justo es bueno (1) Nada justo es una virtud
Algo justo es una virtud (2) Nada justo es bueno
(1) Hipótesis. (2) Contrayacentes.
68
Por Dici de nullo a partir de “Nada bueno es malo “ y “Algo justo es bueno”.
71
El primer modo de la tercera figura se resuelve en el tercer modo de la
primera figura así: Si permanece la primera proposición del tercer modo de
la primera figura, y la segunda proposición del tercer modo de la primera
figura, una particular, es convertida universalmente para que sea la segunda
proposición del primer modo de la tercera figura 69, entonces se colige la
misma conclusión, esto es, una afirmación particular.
Primero de la tercera
69
Esta conversión es incorrecta. Boecio intenta deducir el primer modo de la tercera figura a partir del
tercer modo de la primera figura, aunque debería reducir el primero de la tercera al tercero de la
primera. La dificultad de Boecio radica en haber tomado como axiomas los modos perfectos y no el
Dici de omni vel nullo junto a las leyes de conversión, oposición y subalternación.
70
Esta conversión es incorrecta
71
Conversión incorrecta.
72
El segundo de la tercera figura se resuelve en el cuarto modo de la primera
figura de la siguiente manera: pues, si las proposiciones primeras del
segundo modo de la tercera figura y el cuarto modo de la primera figura son
una misma, y se convierte universalmente la segunda proposición del cuarto
modo de la primera figura, entonces es procreada la misma conclusión.
72
Conversión incorrecta.
73
El cuarto modo de la tercera figura se resuelve en el tercer modo de la
primera figura: si ambas primeras proposiciones son una misma, y las
segundas, que son particulares, se convierten, entonces nacen las mismas
conclusiones
E l quinto modo que resta, tal como antes se ha probado por lo imposible,
así se resuelve él ahora por lo imposible, y cómo se ha resuelto uno, en
el mismo orden se han de resolver todos. El sexto modo de la tercera figura
se resuelve en el tercero de la primera figura. El quinto modo de la tercera
74
figura se resuelve en el primero de la primera figura. El cuarto de la tercera
figura se resuelve en el cuarto modo de la primera figura. El tercer modo de
la tercera figura se resuelve en el segundo modo de la primera figura. El
segundo modo de la tercera figura se resuelve en el primer modo de la
primera figura. Los primeros modos de la tercera figura se resuelven en el
segundo modo de la primera figura.
De esta manera todos los demás modos de la tercera figura son referidos a
los modos primeros de la primera figura, lo cual muestra la ilustración
75
correspondiente, en la cual el quinto modo de antes, que por conversión no
pudo ser resuelto, es resuelto por lo imposible.
73
El texto, en 830 B 13, dice “Nullum bonum virtus est” (Nada bueno es una virtud).
76
En la resolución del segundo modo de la tercera figura, en el primer
modo de la primera figura, acontece esta imposibilidad: se conceden dos
contrarias a un mismo tiempo, lo que no puede ocurrir. Pues, nunca dos
contrarias pueden ser verdaderas a una misma vez.
74
El texto, en 830 C 6, dice “Nullum bonum justum est” (Nada bueno es justo).
77
contrayacentes en una misma vez nunca pueden ser verdaderas, así también
son las contrarias
Primero de la tercera
Primera Figura Tercera figura
Segundo modo Primer modo
[47] Epílogo
78