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El Citoesqueleto
El Citoesqueleto
Los eritrocitos, también conocidos como glóbulos rojos, son células sanguíneas encargadas de
transportar oxígeno a los tejidos y eliminar el dióxido de carbono. Debido a su función vital, los
eritrocitos están expuestos constantemente a la oxidación, lo que puede generar estrés
oxidativo.
El estrés oxidativo es un desequilibrio entre la producción de especies reactivas de oxígeno
(ROS, por sus siglas en inglés) y la capacidad del organismo para neutralizarlos con
antioxidantes endógenos. Las ROS son moléculas altamente reactivas que contienen oxígeno y
pueden dañar componentes celulares esenciales, como lípidos, proteínas y ácidos nucleicos.
Para contrarrestar el estrés oxidativo, los eritrocitos cuentan con un sistema enzimático
antioxidante que incluye varias enzimas clave. Estas enzimas desempeñan un papel
fundamental en la protección de los eritrocitos contra el daño oxidativo. A continuación, se
describen algunas de las enzimas más importantes involucradas en la defensa antioxidante de
los eritrocitos:
1. Superóxido dismutasa (SOD): La SOD es una enzima que cataliza la conversión del superóxido
(una ROS) en peróxido de hidrógeno y oxígeno molecular. El peróxido de hidrógeno producido
se convierte posteriormente en agua y oxígeno por otras enzimas antioxidantes.
3. Glutatión peroxidasa: La glutatión peroxidasa es una enzima que utiliza el glutatión reducido
(GSH) como cofactor para reducir el peróxido de hidrógeno y otros peróxidos orgánicos. De
esta manera, la glutatión peroxidasa ayuda a mantener un equilibrio redox saludable en los
eritrocitos.
Estas enzimas trabajan de manera coordinada para neutralizar las ROS y prevenir el daño
oxidativo en los eritrocitos. Cuando el estrés oxidativo excede la capacidad de defensa
antioxidante de estas enzimas, puede ocurrir un daño celular, lo que puede afectar la función
normal de los eritrocitos y tener implicaciones en la salud y el bienestar general.