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Discalculia Final
Discalculia Final
Nacemos con la predisposición para lo numérico y lo compartimos con otras especies que
utilizan un conocimiento abstracto de los números para funciones esenciales como la
alimentación. Es decir, tanto seres humanos como otras especies, se sirven de las matemáticas
como recurso adaptativo.
La alfabetización matemática nos permite utilizar instrumentos y técnicas básicas para contar,
operar, medir, analizar y registrar datos, situarse en el espacio y en el tiempo. Permite pensar
matemáticamente permite la realización de deducciones e inducciones, de particularidades y
generalidades, la argumentación de decisiones.
Cognición numérica
En ella se incluyen una serie de procesos que con fundamentales y que deben evaluarse
siempre en los pacientes con dificultad:
Conteo: al ser mayor la colección no es posible subitizar, surge entonces este proceso
que ya no es tan exacto y se ve afectado por la distribución de los objetos. En este
podría ocurrir un error de cómputo, ya que implica una aproximación numérica rápida
y adecuada, pero no exacta.
No existe una definición de esta que esté universalmente aceptada. Desde un enfoque
neuropsicológico debe ser comprendida como una dificultad “que afecta a la habilidad para
adquirir destrezas aritméticas” como consecuencia de ciertos déficits neuropsicológicos y sin
que sea explicable por factores pedagógicos, estimulación insuficiente, ausencias escolares
prolongadas o problemas psicológicos.
SI, SE DIAGNOSTICA. Teniendo en cuenta el tipo de errores que comete el niño, las
observaciones del docente y los datos brindados por la familia; se diseña un plan de evaluación
diagnóstica con pruebas estandarizadas. Luego se formula una hipótesis y un pronóstico
tentativo. Y, finalmente, se plantean estrategias de tratamiento, orientaciones y asesoramiento
escolar.
Prevalencia
Un 6,3% de los niños pueden padecer discalculia, frecuencia similar a la del TDAH y la dislexia.
En la escuela, el cuadro puede pasar inadvertido cunado los niños cuentan con mucho tiempo
para hacer la actividad; se hace difícil diferenciar entre los niños que resuelven los problemas
de forma eficiente y los que lo hacen de manera ineficiente, pero en un tiempo mayor.
También existe también cierto solapamiento del cuadro cuando los fallos se adjudican a la falta
de estudio o a la complejidad del propio proceso o de la disciplina.
Percibir el cardinal de colecciones pequeñas: Necesitan contar para saber qué hay
cuatro flores.
Reconocer las regularidades del sistema de numeración.
manejar magnitudes y proporciones: Estimar y comparar tiempo o dinero, por decir la
hora (Reloj analógico).
Expresar a través del lenguaje procesos matemáticos o formular preguntas, a pesar de
ser evidente que comprenden.
Organizar espacialmente las cantidades: Alineación y direccionalidad.
Orientarse espacialmente a aceptar cambios de rutinas.
Mantener en la memoria de trabajo números en forma transitoria para ser
manipulados.
Resolver operaciones, en especial restas y divisiones.
Alternar procedimientos de resolución de acuerdo con las demandas de la tarea.
Jugar a juegos de estrategia.
Generalizar procedimientos.
Rufina Pearson
¿Qué es la discalculia?
Muchos autores adjudican la causa a una falta de sentido numérico, que describen como
conciencia numérica o capacidad para detectar magnitudes. Además, las dificultades que se
presentan la discalculia se dan en forma heterogénea, esto quiere decir que puede estar más o
menos involucrado en el razonamiento espacial o lingüístico.
Según Stanislas Dehaene existen dos sistemas para procesar el número: uno de cantidad y otro
de aproximación. Cuando el cerebro debe resolver una cuenta exacta, se observa mayor
activación a la zona del girus angular izquierdo, que depende de la memoria del verbal. En esta
zona también se procesa el lenguaje. Cuando se le solicitan al cerebro tareas de estimación o
aproximación, la activación mayor será en el hemisferio derecho.
El cerebro procesa los cálculos con ambos hemisferios que interactúan continuamente. Con el
área parietal derecha, estima y con el área parietal izquierda evoca el cálculo.
A nivel madurativo, se cree que el cerebro aún no matemático, procesa inicialmente con el
hemisferio derecho y, en la medida en que se gana práctica, automatiza combinaciones y
desarrolla la capacidad de realizar cálculos rápidos se da la activación del área parietal
izquierda.
Estos datos, en la práctica psicopedagógica educativa, brindan mucha información acerca de
qué estrategias y recursos son más efectivos a fin de procesar el número de manera más
eficiente.
En el caso de pacientes con discalculia, resulta sin sentido pedirles que intenten memorizar las
tablas o realizar cálculos bajo límite de tiempo o que practiquen cuentas en forma mecánica sin
comprender los procedimientos.
¿Cómo evaluar?
Pero evaluar la habilidad matemática, es importante apuntar a las destrezas específicas y las
subyacentes.
Destrezas específicas
Ayuda memoria para los procedimientos: Como la memoria operativa está descendida, y
olvidan los procedimientos aprendidos, contar con una ficha o ayuda memoria donde
figure el procedimiento les posibilitará alcanzar en nivel de razonamiento o el contenido
esperado.
Utilizar diferentes formas de resolución de los procedimientos: Una vez que han aprendido
un procedimiento, es conveniente que cuenten con alguna ayuda para recordarlos. En
algunas ocasiones, el modelo didáctico propone una modalidad que no es acorde con la
manera de aprendizaje del alumno, por eso estar abierto a aceptar otras formas de
resolución posibilita y garantiza que aprendan.
Uso de material de apoyo: Es indispensable para lograr que el alumno con discalculia
evolucione en sus aprendizajes, porque lo ayuda a reducir la cantidad de información que
debe almacenar en su memoria de trabajo, que suele ser deficiente.
Marcar con color los signos: De esta manera se ayuda al niño a poner especial atención
para evitar confundir los signos (+ -x %), aunque igualmente tenderán a hacerlo.
Dar menor cantidad de ejercicios: En algunos casos es necesario realizar esta adecuación
para evitar la sobrecarga cognitiva del alumno, como también evitar que pueda cometer
errores en los procedimientos de manera innecesaria. La idea es que en el momento de la
evaluación el docente pueda constatar que el alumno logra resolver la operación o el
problema, pero si se lo sobrecarga con demasiados ejercicios, perderemos ese objetivo.