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BREVES REFLEXIONES SOBRE EL OBJETO DE ESTUDIO Y LA FINALIDAD DEL DERECHO Carlos FERNANDEZ SESSAREGO”” Aceptado: 2015 ‘SuManio: 1.- Nuestras preocupaciones. 2.- La motivacién para la busqueda de respuestas. 3.- Sobre el objeto de estudio del Derecho. 4.- La finalidad del Derecho. Resumen Hubo siempre inquietud en nosotros respecto del objeto de estudio del Derecho, fue grande nuestra sorpresa, seguida de un natural desconcierto, cuando el ilustre jusfi- 16sofo, Juan Bautista de Lavalle, que tenia a su cargo el curso de Introduccién al Derecho en el primer aiio de Facultad, nos explicé - dandolo por sentado - que, segtin Hans Kel- * Bachiller en Derecho, en 1950, por la Universidad de San Marcos de Lima, con la tesis Bosquejo pare una de- terminacién ontoldgica del Derecko, en le que se plan- tea la teoria tridimensional del Derecho, Permanecié inédita hasta 1987, afo en la que se publica como libro bajo el titulo de El derecho como libertad, con estu- dios preliminares de los profesores David Sobrevilla y Domingo Garcia Belaunde. Abogado, en 1951, por la Universidad de San Marcos de Lima, habiéndose- le exonerado excepcionalmente de la exposicin del expediente penal por la satisfactoria exposicién de la causa civil. Doctor en Derecho, en 1961, con la tesis, Derecho de las Personas, la misma que fuera publicada en 1962 por la Universidad Nacional de San Marcos bajo el titulo de La nocién juridiea de persona. Mere- cié en 1963 el Premio Nacional ala Cultura “Francisco Garcia Calderén’, otorgado a a mejor obra juridica publicada en el pais durante dicho ato. Ponente del libro de Personas del Cédigo Civil de 1984. Autor de rnumerosisimas obras de teorfas de Derecho. Profesor en distintas universidades nacionales e internaciona- les. Conferencista de fuste con amplios merecimientos intelectuales. 137 sen, dicho objeto eran las normas juridicas pues, de conformidad con lo postulado por la Teoria Pura del Derecho, la vida humana social y los valores pertenecian a lo meta~ juridico. Se encontraban, por consiguiente, allende las fronteras del Derecho. Lareaccién que nos suscité la exposicién del mencionado profesor, antes descrita, te- nfa como explicacién el que, segin nuestros estudios de Filosofia cursados en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, resultaba imposible extrafiar al ser humano ya los valores, por él sentidos y vividos, de cualquier disciplina referida al conocimiento de las conductas del ser huma- no en la dimensién de sus relaciones sociales. Y, el Derecho, es una de ellas. iste se encuentra inicialmente presente en la realidad de la vida, a través de conductas humanas intersubjetivas. Es asi que podemos decir que si Cain no mata a Abel no hay nada que valorar ni nada que normar. Ello nos parecié indiscutible. Abstract ‘There was always concern us regarding the subject matter of law, was great our sur- ‘UNIVERSIDAD RICARDO PALMA prise, followed by a natural confusion, when the legal philosopher illustrious Juan Bau- tista de Lavalle, who was in charge of the course Introduction to Law in the first year of Faculty, explained - taking it for granted - which, according to Hans Kelsen, the object was legal because, in accordance with the postulated by the Pure ‘Theory of Law stan- dards, social values human life and belonged to metalegal. They were, therefore, beyond the boundaries of law. ‘The reaction that we raised exposure of that teacher, described above, had an expla- nation which, according to our philosophy studies completed at the Faculty of Arts at the Mayor de San Marcos National Universi- ty, was impossible to miss the human being and values, senses and lived by him, of any discipline relating to knowledge of the be- havior of human beings in the dimension of social relations. And the law is one of them. ‘This is initially present in the reality of life, through inter-human behavior. Thus we can say that if Cain kills Abel nothing to assess nothing to regulate. ‘This we found indispu- table, Palabras clave Objeto de estudio - Finalidad del dere- cho ~ Persona ~ Positivismo ~ Existencialis- mo ~ Tridimensionalidad - Valores juridicos ~ Dignidad. Key word Object of study - Purpose of law - Per- son - Positivism - Existentialism - Three-di- mensionality - legal values - Dignity. 138 1. Nuestras preocupaciones en torno a lo ju- ridico Una mirada retrospectiva nos permite com- probar que han sido dos las preocupaciones cardinales que han estado siempre presentes en nuestro devenir existencial como juristas. Ambas tienen su origen en la época en que nos iniciamos como estudiantes de Derecho, en un ya lejano 1945 del siglo pasado. La pri- mera de ellas, que en aquel entonces se nos presentaba como apremiante, se centraba en conocer cual era el objeto de estudio de nuestra disciplina y, la segunda, se concre- taba en saber cual era su finalidad. Consi- derdbamos, en aquellos tiempos, que antes de iniciar una carrera profesional debfamos tener claridad y seguridad sobre cul era ese objeto, asi como también sobre la finalidad y utilidad del Derecho para la vida huma- na, para nuestro futuro personal. Estimé- bamos que, sin despejar dichas preocupa- ciones, no superariamos nuestra inquietud, nuestro explicable auroral desconcierto. Somos plenamente conscientes que am- bos asuntos se dan por sabidos y, por con- siguiente, pareciera del todo ocioso, y hasta impertinente, ocuparnos de ellos a la altura del siglo XXI. Sin embargo, nuestra experiencia de mis de medio siglo en la docencia juridica en varios paises, en distintos niveles académicos existentes en el campo del Derecho, nos per- mite aseverar que ello no es del todo exacto. Desde nuestra perspectiva personal, tenemos Ja impresién - por no decir la certeza - que no todos los colegas, con quienes a diario trata- mos en nuestro pais, ni la inmensa mayoria de nuestros estudiantes estén seguros sobre si sus respuestas a dichas dos cuestiones sean las correctas 0 no tienen conciencia de su fal- sa apreciacidn. O, lo peor que puede suceder, es que el asunto ni les interesa ni les preocupa dado que profesan un extremo pragmatismo. Jus InKart Hemos verificado, en distintas ocasiones, que las respuestas en torno a dichas dos pre- ‘ocupaciones de parte de estudiantes, abo- gados y hasta de cierto sector de profesores que, por lo general, han arribado a un alto grado de especializacién en una determina- da materia, no son las mismas. A algunos, metaféricamente, les basta conocer el arbol sin interesarse por contar con una vision del bosque en el que aquél esté implantado. Ellos, tal vez, no han tenido, durante sus estudios profesionales, la oportunidad de ahondar en Ja materia o han carecido de la necesaria vo- cacién para profundizar en el conocimiento de dichos problematicos como capitales asuntos. ‘Una notoria mayoria, al menos en nuestro pais, sigue considerando, por ejemplo, que la nor- ma es el objeto de estudio del Derecho y que la justicia es la finalidad por él perseguida. 2. La motivaci6n para la biisqueda de res- puestas Recordamos en esta ocasién que, en cuan- to ala primera de dichas interrogantes en tor- no al objeto de estudio del Derecho, fue grande nuestra sorpresa, seguida de un natural des- concierto, cuando el ilustre jusfilésofo, Juan Bautista de Lavalle, que tenfa a su cargo el cur- so de Introduccién al Derecho en el primer afio de Facultad, nos explicé - dandolo por sentado - que, segiin Hans Kelsen, dicho objeto eran las normas juridicas pues, de conformidad con lo postulado por la ‘Teorfa Pura del Derecho, la vida humana social y los valores pertenecian a lo metajuridico. Se encontraban, por con- siguiente, allende las fronteras del Derecho. Lareaccién que nos suscité la exposici6n del mencionado profesor, antes descrita, te- nia como explicacién el que, segtin nuestros estudios de Filosofia cursados en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor 139 de San Marcos, resultaba imposible extraftar al ser humano y a los valores, por él senti- dos y vividos, de cualquier disciplina referi- da al conocimiento de las conductas del ser humano en la dimensién de sus relaciones sociales. Y, el Derecho, es una de ellas. Este se encuentra inicialmente presente en la rea lidad de la vida, a través de conductas huma- nas intersubjetivas. Es as{ que podemos decir que si Cain no mata a Abel no hay nada que valorar ni nada que normar. Ello nos parecié indiscutible. Cuando, simultineamente con las leccio- nes recibidas en el primer afio de Facultad nos introdujimos, con explicable curiosidad, en el conocimiento de la doctrina imperante en los afios cuarenta del siglo XX, percibimos, como bien se sabe, que existian tres diferentes respuestas sobre cual era el objeto de estudio del Derecho: a iusnaturalista, la formalista y la socio- logica, cada una de las cuales reclamaba que los valores, las normas juridicas o la vida humana social, respectivamente, se constituian como dicho objeto. En el momento de nuestro ingreso ala Facultad de Derecho imperaba en la doctrina la teoria formalista segiin lo expuesto por el exi- mio Kelsen. Ella dominaba notoriamente el escenario juridico de aquel momento, Nuestro inicial desconcierto se acrecenté cuando, leyendo la magnifica obra del filéso- fo hispano Xavier Zubiri, Naturaleza, Historia, Dios, comprendimos lo por él expuesto en el sentido que, sila ciencia “no posee claridad previa acerca de lo que persigue, es que atin no es cien- cia” También entendimos que “todo titubeo en este punto es signo inequivoco de imperfec- cidn’, aunque esto “no quiere decir que la cien- cia es inmutable”®. Las expresiones de Zubiri ™ Zubiti, Xavier, Naturaleza, Historia, Dios, Buenos Ai- res, Poblet, 1948, p.135. Unrtverstap RIcARDO PALMA justificaron y avalaron nuestras interrogan- tes y nos dieron el suficiente valor para ini- ciarnos en la ambiciosa tarea estudiantil de hallar las respuestas que aquietaran nuestras dos juveniles inquietudes, las cuales, como esta dicho, considerébamos indispensables y previas a todos los conocimientos dogmati- cos de los que éramos receptores. Luego de leer a Zubiri percibimos, con mayor claridad, que nuestra disciplina jurfdica no podia titubear sobre cudl de los tres objetos antes aludidos - vida humana social, normas 0 valores - se constitufa como el propio de su estudio. Estimdbamos, a nuestro entender, en coinci dencia con lo expresado por el del maestro his- ano, que no era posible que una ciencia tuvie- ra, simulténeamente, tres distintos objetos de conocimiento. Ello significaba, evidentemente, un signo de imperfeccién, de inmadurez. Ante esta situacién, nuestro empefio como estudiantes, a pesar de nuestras limitaciones, fue el plantearnos el dificil reto de reflexionar sobre este problema con la audaz intencién de desentrafiarlo, de ser ello posible. Fueron cua- tro largos afios que, de 1945 a 1949 del siglo pasado, le dedicamos a la lectura de cuanto li- bro de Teorfa del Derecho y de Filosofia que, relacionados con el tema de nuestra inquietud, encontrébamos en la nutrida Biblioteca de nuestra Facultad. Después de muchas fatigas culminamos nuestra tarea a fines del ultimo de los afios antes seftalados. Habfamos logra- do superar nuestra juvenil inquietud. Conse- guimos el hallar una respuesta que, aunque fuere provisional, nos permitfa comprender mejor en qué consist{a la estructura del De- recho y cudl era su finalidad. A partir de esta necesaria comprobacién pudimos obtener la indispensable claridad intelectual para con- tinuar nuestro trabajo sobre bases que consi- deramos firmes y confiables. 140 3. Sobre el objeto de estudio del Derecho Por aquellos afios cuarenta del siglo XX habjamos revisado algunas obras de Kant, Fichte, Husserl, Kierkegaard, asi como las de los mayores exponentes de la filosofia de la existencia de la primera mitad del siglo XX, tales como Jaspers, Marcel, Zubiri, Sartre, Heidegger. Habiamos conocido y aprovecha- do los hallazgos de la Teorfa Egolégica del Derecho concebida por ese notable jusfiléso- fo argentino que fue Carlos Cossio, as{ como consultado ciertas obras de los jusfilésofos Recaséns Siches, Del Vecchio, Garcia May- nez, Radbruch y Legaz y Lacambra, y las de Jos filésofos Husserl, Dilthey, Julian Maras, Max Scheler, Francisco Romero, entre otros. Recordamos que el libro de Scheler, El pues- to del hombre en el cosmos, fue una de los primeros que cayé en nuestras manos. Todas aquellas lecturas constituyeron el principal bagaje con el que nos atrevimos a afrontar, con entusiasmo y perseverancia, no exen- tos de un cierto temor, la ardua tarea que, impulsados por nuestra curiosidad intelec- tual, nos habjamos impuesto sin tener plena conciencia de la hondura y complejidad del asunto a descifrar, La nueva concepcién del hombre como un ser libertad fue la base, la clave y el sustento de nuestras reflexiones enderezadas a precisar, de ser ello posible, el objeto de estudio de mues- tra disciplina. Tenfamos ante nuestra mira- da un ser humano que ya no era tan s6lo un “animal racional” sino ser libre y estructural- mente coexistencial y temporal. ‘Todo ello nos permitié que lo describié ramos como siendo “una unidad psicosoma. tica constituida y sustentada en su libertad”, ™® Scheler, Max, El puesto del hombre en el cosmas, Bue- ros Aires, Poblet, 1938, Tus INKARI Nos habiamos liberado - jal fin! - de las en- sefianzas recibidas en la escuela secundaria en el sentido que el hombre era un “animal racional’. Es decir, que su ser era la razén, lo quelo distingufa de los demas entes del mun- do en el que nos ha tocado vivir. Habfamos superado las enseftanzas de Boecio quien, en el siglo VI d.C,, cuando el Imperio Romano Hegaba a su ocaso, nos los presentaba como “sustancia indivisa de naturaleza racional”. Concordamos con la primera parte de su afirmacién, mds no con la segunda. De ahi que pensdramos el Derecho en funcién de la persona humana inserta en su comunidad Después de hondas cavilaciones, de du- das, de angustiosos despertares, motivados inspirados, en gran medida, entre otros, por el pensamiento de Sdren Kierkegaard y de Carlos Cossio™, en lo que de ellos consideré- bamos aprovechable para nuestra biisqueda, valiéndonos de ciertos valiosos aportes de la filosofia de la existencia sobre la naturaleza del ser humano, llegamos a obtener una res~ puesta a la primera de nuestras inquietudes. Ella nos satisfizo y nos devolvié la calma. La exposicion y justificacién de aquella inédita respuesta se desarrollé en nuestra tesis para obtener el grado de Bachiller en Derecho, titulada Bosquejo para una deter- minacién ontologica del Derecho, la que fue presentada en 1950 ante la Facultad de De- recho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En ella llegamos a la conclusion que el Derecho tenfa como objeto de estudio Ia interaccién - no la simple yuxtaposicién - de vida humana social, valores y normas ju- ridicas. Es decir, que el objeto del Derecho ** Kierkegaard, Soren, El concepto de la angustia, 2° ed. Buenos Aires, Espasa-Calpe Argentina, 1943. % Cossio, Carlos, La teria egoldgica y el concepto jur- dico de libertad, 1 ed. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1948 y 2 ed, 1964. 141 es una realidad de estructura tridimensional, por lo que su concepto describe esta peculiar situacién. Salvo nuestro maestro, José Leén Barandiarén, los demas cuatro miembros del Jurado, a pesar de felicitarnos por el esfuer- zo desplegado, no concordaron, en absoluto, con nuestra propuesta. Afios después com- prendimos que ello era natural pues no po- dian aceptar que un estudiante rebatiera la tesis formalista, sustentada principalmente en Kelsen, que, como esté dicho, dominaba Ia doctrina de aquellos afios y que ellos com- partian a plenitud. A similar planteamiento tridimensional egaria en el Brasil, sin conocernos ni ha- ber tenido contacto alguno, el profesor de la Universidad de San Paulo, Miguel Reale, en su libro de 1953 nominado Filosofia do Dire- ito, A él se le debe la designacién de Teorfa Tridimensional del Derecho con la que se conoce el hallazgo en mencién. Si bien, en términos generales, alcanza- mos similar resultado, existen algunas dife- rencias entre el desarrollo del pensamiento de Reale y el nuestro. Ellas han sido precisadas por algunos de los criticos y comentaristas de Ja mencionada Teoria. En este sentido, por ejemplo, el destacado filésofo peruano David Sobrevilla encuentra que, para Reale, la arti- culacién de hecho, valor y norma es dialéctica desde que surge del antagonismo entre el he- cho y el valor para la aparicién de la norma. Reconoce, en cambio, que la articulacién que proponemos en la citada tesis “esté constitui- da por la aplicacién de la teorfa de la signifi- cacién de Edmund Husserl”. Otras diferencias que han sido halladas por los comentaristas se refieren al hecho que nuestra posicién encuentra su raiz, punto de partida y apoyo en la Filosofia, mientras que Reale parte de la Jusfilosofia para la cons- UNrVERsIDAD RICARDO PALMA truccién de la Teoria Tridimensional. De otro Jado, Reale privilegia la norma como el elemen- to mds importante de la trilogia, mientras que, para nosotros, lo es la vida humana, la conduc- ta humana intersubjetiva. Consideramos que Ja secuencia del Derecho se inicia, siempre y necesariamente, en la relacién humana inter- subjetiva, la que se produce en la vida comu- nitaria, la cual, después de ser valorada, se concreta, como permisién o prohibicién, en Ta norma juridica. Cabe seftalar que la tesis en referencia per- manecié inédita por 37 afios, habiéndose publi- cado recién en 1987 por iniciativa de los jusfi- I6sofos peruanos David Sobrevilla y Domingo Garcia Belaunde, con el titulo de El derecho como libertad’. Al primero de ellos le corres~ pondié escribir el Prélogo del libro, mientras que el segundo tuvo a su cargo elaborar su Presentacién. Estas fueron las condiciones que les propuse para justificar la actualidad de la tesis no obstante su tardia edicién. En el libro de nuestra autoria titulado Derecho y persona, cuya primera edi data de 1990" y, la cuarta del 2001, volvimos sobre el tema. Asi, decfamos que el tridimen- sionalismo juridico “en su versién dindmica, que se perfila y desarrolla nitidamente a par- tir de la década del 50, significa la mostra- cién de la experiencia juridica tal y como ella se nos presenta, como un quehacer hu- mano insito en el devenir histérico-cultural’. Y agregdbamos que el tridimensionalismo La primera edicin fue publicada en Lima, en el in- dicado arto de 1997, por la editorial Studium. Una segunda aparece en 1994, en la misma ciudad, debi- do a la Universidad de Lima, La tercera edicin data

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