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LA DOMESTICA OYENTE

Personajes:

 Yuri: Domestica metiche


 Orlando: Dueño de la casa.
Género: Comedia
 Felicidad: Dueña de la casa.
 Zaida: Hija del matrimonio.

ACTO ÚNICO

(Ambientación: Casa de la familia.)

Introducción: Yuri limpiaba los muebles de la casa cuando Orlando llega a pedirle un café.

-Orlando: Buenos días Yuri, tráeme un café por favor.

-Yuri: Buenos días señor, le traeré un té, la cafeína hace daño.

-Orlando: Yuri, no quiero té, te pedí un café.

-Yuri: Por eso, pero como el café es dañino para la salud, yo le traeré un té, es más saludable. No se
hable más, ya vengo con su té.

-Orlando (molestándose): Yuri no quiero un té, ve a la cocina y tráeme un café.

-Yuri (haciéndose la ofendida): Ok, no se altere, le traigo su café, pero cuando empiece a sentirse mal,
no diga que no se lo advertí. Uno aquí trata de ayudar pero…

-Orlando (interrumpiendo molesto): Yuri ¡el café!

-Yuri: Ya voy, ya voy, que falta de paciencia.

-Yuri sale a buscar el café y Felicidad entra aun sacando la pereza de su cuerpo y bostezando.

-Felicidad: Buenos días amor ¿Cómo dormiste?

-Orlando (irónico): No muy bien roncaste toda la noche.

-Felicidad (ofendida): ¿Yo roncando? Orlando pero si yo no ronco.

-Yuri entra con el café en la mano y se lo entrega a Orlando sin ningún cuidado para meterse en la
conversación.

-Yuri: ¿Qué no ronca dice? Señora si usted duerme en ese cuarto y uno cree que hay un oso dentro.

-Felicidad: Yuri ¿A ti quien te preguntó?

-Yuri: Nadie, pero como soy testigo, opino

-Orlando: Yuri ¿por qué no vas a ver si estacione bien el auto? y si no es así, ponlo en un buen lugar.

-Yuri: Señor, yo no sé manejar

-Orlando: No importa, has lo que te digo y sal de aquí por favor.


-Yuri (caminando hacia la salida): No agradecen, uno los quiere como si son de su familia y ellos mal
agradecidos, no agradecen.

-Yuri sale del lugar y felicidad toma la taza de café de Orlando y comienza a tomársela, mientras este la
mira sin parpadear.

-Felicidad: ¿Y Zaida aún no se ha levantado?

-Orlando: No, Zaida siempre ha sido muy perezosa, pero últimamente duerme mucho más que de
costumbre.

-Felicidad: ¿Estará enferma?

-En ese momento aparece Zaida

-Zaida (lanzándose en un sofá con cara de sueño): ¿preguntaban por mí?

-Felicidad: Hija ¿estas enferma? Duermes mucho.

-Zaida: No mamá no estoy enferma, es normal, estoy cansada.

-Yuri que había estado escuchando entra de nuevo.

-Yuri: Claro que es normal, en su estado se duerme mucho.

-Orlando: ¿Cuál estado?

-Yuri: Ah ¿pero es que no saben?

-Zaida (Algo nerviosa): Yuri cierra la boca que nadie está hablando contigo.

-Felicidad: Orlando te pregunto ¿qué estado, Yuri?

-Yuri: Señorita Zaida y ¿para cuándo va a dejar la noticia? Sus padres tienen derecho a saber que serán
abuelos.

-Orlando y Felicita (a la vez): ¡¿Qué seremos qué?!

-Zaida se levanta del sofá y sale rápidamente, mientras sus padres van detrás de ella ordenándole que
se detenga y explique, Yuri se queda sola en el salón hablando en voz alta.

-Yuri: A mí no me gusta el chisme, ni meterme donde no me llaman, soy muy discreta, pero esa niña
tenía que hablar.
DISTINTOS MODOS

Personajes:

Madre: Consentidora y con un favoritismo por su hijo menor.

Padre: Mediador entre las disputas de la familia.

Juan José: Hijo menor que se aprovecha de toda la familia.

Enrique: Hijo mayor quien carga con las consecuencias del favoritismo de su madre.

ACTO I

-Ambientación: Salón de la casa, donde se encuentra un sofá al lado en el piso se encuentra varios
vasos, tazas y platos sucios apilados.

-Introducción: Juan José está recostado en el sofá, al lado de todos los utensilios sucios mientras come
despreocupado.

-Enrique (entrando al salón): Juan José otra vez comiendo en el sofá y dejando todo tirado, levanta
todo eso y llévalo a la cocina que mamá y papá están por llegar.

-Juan José (burlándose de su hermano): ¿Yo? Si te molesta recoge todo, yo no me pienso mover de
aquí, y apúrate que si mamá llega y consigue todo este desorden tendrás problemas.

-Enrique (molesto): ¿y yo por qué? El desorden es tuyo.

-Juan José (sin dejar de burlarse): Tú sabes que a ella no le importa, si el desorden está, tu siempre eres
el responsable, voy a mi cuarto, apúrate con eso que ya falta muy poco para que lleguen.

-Juan José sale del salón y Enrique se queda mirando el desorden, decidiendo salir a la cocina sin
recoger nada, en ese momento entran los padres.

-Mamá (alegre hablando en voz alta para que sus hijos la escuchen): ¡Chicos, ya llegamos!

-Papá (caminando lento con las manos en los bolsillos): no están aquí al parecer

-Mamá (impresionada): ¡Enrique! Dios mío pero ¿Qué es esto? ¿Qué es todo este desorden ¡Enrique!

-Enrique (entrando al salón): ¿Qué pasa mamá?

-Mamá (Irritable y sin dejar de hablar en un tono alto): ¿Quieres explicarme que es todo esto?

-Enrique (despreocupado): No sé, pregúntale a Juan José, cuando llegué todo esto estaba así
-Mamá (aun histérica): ¿Vas a culpar a Juan José? Si lo dejó ahí es porque no tuvo tiempo de recogerlo
¿no podías hacerlo tú?

-Papá (intrigado): ¿Él? Si Juan José hizo el desorden él debe recogerlo.

-Mamá (molesta y mirando al padre): No justifiques la falta de colaboración de Enrique, si el niño no


pudo recogerlo, su hermano debe ayudarlo, para eso son hermanos ¿no?

-Enrique (sintiéndose impotente): Lo siento mamá, pero esta vez no voy a complacerte, siempre es lo
mismo, justificas las cosas que hace Juan José y termino pagando las consecuencias, no voy a recoger
nada, me voy a mi cuarto y tú llámalo y pídele que recoja todo.

-Enrique sale del salón y la madre sorprendida comienza a hablar sola pero tratando de martirizar al
padre.

-Mamá: No es posible que Enrique sea así, siempre lo mismo, peleando porque no quiere hacer nada,
no sé porque no aprende de su hermano, tan lindo mi niño.

-Papá (en tono de desaprobación): Estás equivocada, no le das responsabilidades a Juan José y lo
justificas por todo, tenemos un hijo muy seguro, competente y a Juan José que no sabe hacer nada, lo
estás dañando con ese favoritismo.

-Mama (molesta): Yo no tengo favoritismo por mis hijos, para mí los dos son iguales.

ACTO II

Ambientación: Sofá de la casa, ya todo limpio y organizado.

-Mamá (entrando al salón mientras se quejaba): ¡Ay, Ay, Ay!

-Juan José (Sorprendido y acercándose a su mama para ayudarla): ¿Qué pasa mamá?

-Mamá (caminando doblada y sin dejar de quejarse): Ayúdame hijo, me duele mucho ¿Dónde está tu
padre y tu hermano?

-Juan José (ayudando a su madre a sentarse): Ellos salieron de viaje muy temprano mamá ¿No lo
recuerdas? No regresan hasta mañana.

-Mamá (recostándose en el sofá): Es cierto, no recordaba, bueno hijo ya veremos cómo nos arreglamos
los dos, prepárame un té a ver si se me pasa este dolor por favor.

-Juan José (comenzando a preocuparse): Mamá yo nunca he hecho un té, vas a tener que llamar a
papá, yo no puedo cuidarte, no me haré cargo de la casa y de ti hasta que ellos vengan.

-Mamá (sintiéndose decepcionada): Juan José, tu padre no puede regresar, tú tienes que ayudarme
hijo.

-Juan José (molesto): No mamá, lo siento, aquí los esclavos son papá y Enrique, si no los vas a llamar
arréglatelas como puedas.

-Juan José sale del salón y la madre queda sola, hablando en voz alta…- tenían razón mi esposo y
Enrique, no enseñé a Juan José a colaborar, ni a pensar en los demás y ahora fui víctima de mi propio
error.
AUTOBÚS 512

Personajes:

Alejandro

Elisa

Narrador

Hombre

ACTO 1

– Narrador: Era una noche fría de Noviembre cuando Alejandro conoció a Elisa. Él trabajaba en el
centro de la ciudad y cuando salía caminaba hasta la parada de autobuses para tomar el camión, pero
ese día había tenido que trabajar hasta más tarde por lo que cuando salió de trabajar se puso a vagar
por el centro buscando un taxi que lo llevara a su casa. Un instinto de protección hizo que se dirigiera a
ella para preguntarle si se encontraba bien.

– Elisa: Estoy bien, gracias (sonriendo). Sólo estoy esperando el camión de las 9.

– Alejandro: (un poco confundido) Ah, pensé que los camiones hacían su última ruta a las 8 y media.

– Elisa: Pues este no (alegre), lo tomo todas las noches a la misma hora, trabajo en este edificio (apunta
al edificio que está detrás de ella) y tenemos un horario muy apretado.

– Alejandro: (sonriendo) Qué suerte la tuya, yo estoy en la caza de un taxi.

– Elisa: Mira, ¡ahí viene uno! (apunta un taxi que entra en escena)
(Alejandro alza la mano y el taxi se detiene enfrente de él)

– Alejandro: ¿Quieres que lo compartamos?

– Elisa: No, no hay problema, el autobús ya debe de estar por llegar.

– Alejandro: (Un poco indeciso sobre tomar el taxi y dejar a Elisa sola) ¿Segura?

– Elisa: Sí, no te preocupes por mí.

– Alejandro: Bueno, fue un gusto conocerte (sonríe y le hace un ademan de adiós)

– Elisa: Hasta luego (sonríe y se despide)

(Alejandro sube al taxi y sale de escena)

ACTO 2

– Narrador: Alejandro se enamoró desde la primera vez que vio a Elisa, por eso en los días siguientes se
quedaba hasta las 8 y media en su trabajo para después salir a encontrarse con Elisa, quien esperaba su
autobús.

(En la parada del autobús)

– Alejandro: ¿Conoces “El aroma”, el restaurante que está aquí cerca?

– Elisa: La verdad es que no, tiene poco que me mudé a la ciudad y desde que lo hice he estado yendo y
viniendo de la casa al trabajo y viceversa, no he tenido mucho tiempo de salir.

– Alejandro: Me gustaría llevarte ahí, este sábado. ¿Qué dices? Es hora de que nos veamos de día,
quiero saber si también me gustas a la luz del sol.

– Elisa: ¿Te gusto?

– Alejandro: (sonriendo) Sí…

– Elisa: (se pone seria) Espera, ¿qué fecha es hoy?

– Alejandro: 17 de Noviembre…

– Elisa: (un poco triste) Ya veo, entonces no creo poder salir contigo.

– Alejandro: Puede ser cualquier otro día, el que quieras.

– Elisa: No… Lo siento. No podrá ser.

(Entra el autobús y se detiene cerca de ellos)

– Elisa: Me tengo que ir (sube rápidamente al autobús)

– Alejandro: ¡Espera!

(El camión se pone en marcha y sale de escena dejando a Alejandro sólo en la calle desierta)
ACTO 3

– Narrador: Al día siguiente Alejandro preocupado no fue a trabajar por la mañana y se dirigió al
edificio en el que trabajaba Elisa, pero cuando preguntó por ella la recepcionista le dijo que esa
persona no laboraba ahí. Confundido salió del edificio y se fue a su oficina pero en la noche regresó a la
parada del autobús buscando encontrarse con Elisa.

(Alejandro espera solitario en la oscura calle viendo a todos lados buscando a Elisa, de pronto un
hombre dobla la esquina y se acerca él)

– Hombre: Disculpe las molestias pero ¿no tendrá unas monedas para hacer una llamada telefónica en
la cabina de la calle de enfrente? (Alejandro se pone a buscar monedas en sus bolsillos) Trabajé hasta
tarde y no he podido encontrar un taxi.

– Alejandro: Mala suerte amigo, no tengo cambio… Ah, pero si espera un poco más seguro pasa un taxi
por aquí. Yo he tomado varios en esta calle (sonríe)

– Hombre: Oh, bueno. Supongo que no me queda de otra (se ríe) ¿Usted también está esperando un
taxi?

– Alejandro: No… Estoy esperando a alguien que trabaja en el edificio que está detrás de nosotros.

(El hombre mira a ver el edificio)

– Hombre: Pues parece que ya no hay nadie ahí dentro.

– Alejandro: ¿Sí verdad? No sé… Pensaba quedarme aquí hasta que pase el camión de las 9 porque ese
es el que ella toma todos los días sin falta pero creo que solo me estoy haciendo ilusiones, hoy en la
mañana me presente a su trabajo y parece que no estaba. A lo mejor no se presentó a trabajar…

– Hombre: Disculpe, ¿dijo usted el camión de las 9?

– Alejando: Así es

– Hombre: ¿El autobús 101?

– Alejandro: (se le ve tratando de recordar) Sí, me parece que sí es el 101 ¿por qué?

– Hombre: Amigo, no sé cómo decirle esto pero (traga saliva)… la chica a la que usted espera está
muerta.

– Alejandro: (confuso) ¿Qué dice?

– Hombre: Ella está muerta… murió hace muchos años, en este mismo lugar… Y otra cosa, ya ningún
camión pasa por aquí a las 9.

– Alejandro: (un poco molesto) ¿De qué está hablando, cómo que está muerta? ¿Está bromeando?
Explíquese ahora mismo.

– Hombre: No se altere… Bien, verá… Hace más de 5 años hubo un accidente en esta parada de
autobús, una mujer llamada Elisa esperaba el autobús 101 como todos los días pero ese 18 de
Noviembre (se detiene)

– Alejandro: (susurrando) 18 de Noviembre, es hoy.


– Hombre: Ese día las luces de esta calle estaban fundidas ya que una semana antes había caído una
tormenta muy fuerte. Así que estaba todo muy oscuro… El autobús 101 venía a toda velocidad pues el
camionero quería terminar su ruta pronto para poder irse a casa…Cuando dobló en esa esquina no
pudo controlar el transporte y se subió a la acera, en el mismo sitio en el que Elisa esperaba. Ella murió
instantáneamente, el camionero se dio a la fuga… Y esta señal de parada de autobús (señala la señal
que está junto a ellos) se quedó doblada desde entonces.

– Alejandro: (asombrado) ¡Es cierto, la señal está doblada! Nunca lo había notado… Pero y entonces ¿a
quién vi y con quién hablé?

– Hombre: Cada año su espíritu aparece en este lugar por unos cuantos días, se le ve esperando el
camión y entonces el día de su fallecimiento desaparece de nuevo… Había escuchado historias de
gente que la ha visto pero nunca conocí a alguien diciendo que ha hablado con ella. Vaya suerte que
tienes amigo.

(Un taxi entra a escena, el hombre lo detiene, se despide de Alejandro, sube al taxi y sale de escena)

ACTO 4

– Narrador: Alejandro regresó varias noches después al lugar pero no volvió a ver a Elisa. Triste dejó su
trabajo y se mudó a otra ciudad. Sin embargo el recuerdo del espíritu no lo dejó en paz, siguió
enamorado de Elisa… Cuando llegó Noviembre Alejandro no lo soportó más y planeo su viaje de
regreso para el Jueves 17. Esa noche se presentó en la trágica calle y ahí la encontró.

(Alejandro se acerca a Elisa y le toma de las manos, ella al verlo se pone a sollozar)

– Elisa: (llorando) ¿Por qué regresaste?

– Alejandro: Porque no puedo dejar de pensar en ti, no he podido desde que te vi por primera vez.
Estoy perdidamente enamorado.

– Elisa: (llorando) Pero…

(El autobús 512 entra a escena y se detiene cerca de ellos)

– Alejandro: ¿A dónde vas cuando subes a ese camión?

– Elisa: No sé a dónde se dirige, apenas subo y se pone en movimiento me quedo dormida…

– Alejandro: Vamos… (Se acerca a la puerta del camión mientras que tira de la mano a Elisa) Vayamos
juntos, yo te mantendré despierta.

– Elisa: (llorando) ¿Lo dices enserio?

(Alejandro asiente con la cabeza, entonces ambos suben al camión, este arranca y salen de escena)

– Narrador: Nadie volvió a saber de Alejandro y tampoco se volvió a ver a Elisa esperar el autobús 101
pero a donde sea que hayan ido les deseamos que la luz del sol los ilumine.

Fin

LA PROPIA FARSANTE
Personajes:

1.- Madame: Vidente que dice ser exclusiva.

2.- Ayudante: Chico que averigua la vida de los clientes para estafarlos junto a la Madame.

3.- Sara: Cliente de la madame.

4.- Beatriz: Acompañante de Sara.

5:- Fantasma: Chico que ayuda a Sara y Beatriz a dar un escarmiento a la Madame.

ACTO I

Ambientación: Salón decorado como los salones esotéricos, con velas, motivos de sol, piedras, cuarzos.

Introducción: Madame y su ayudante se encuentran relajados en el salón cuando escuchan sonar el


timbre, el ayudante va a ver quién es y regresa apurado a donde está la Madame.

-Ayudante (Batiendo las manos en señal de que hay que apurarse): Ponte el turbante, llegó el próximo
cliente ¿Recuerdas todo lo que te dije de ella? Se convincente.

-Madame (Colocándose el turbante y sentándose frente a las cartas en la mesa): Si hazla pasar, tengo
todo claro, ahí nos viene más dinero fácil.

El ayudante va a la puerta y regresa con dos mujeres a quienes les hace seña que tomen asiento.

-Sara (sentándose en una de las sillas frente a la Madame al mismo tiempo que Beatriz): ¿Cómo está
Madame? Me han dicho que es la vidente más acertada de toda la región y vengo a que me lea el tarot.

-Madame (con aires de superioridad): Así es, yo puedo leer tu futuro, hablar con tus muertos, atraer al
ser amado, alejar las malas influencias, no hay en toda la región quien supere mis poderes.

Beatriz (asombrada): Si de verdad es tan buena, la próxima semana vengo a que me lea el tarot a mí.

-Ayudante (interviniendo para persuadir a Beatriz): Si, pero la próxima semana porque esto es por cita,
la Madame no puede saturarse de trabajo.

-Madame (interrumpiendo): Vamos a comenzar, guarden silencio (comienza a barajar las cartas las
pone en la mesa y se dirige a Sara) Corta en tres, pasado, presente y futuro.

-Sara corta las cartas en silencio, la Madame toma un mazo de cartas y colocándolo en su frente hace
un sonido como para atraer energías y comienza a colocarlas sobre la mesa.

-Madame: Aquí tu pasado dice que eras una mujer muy confiada, tuviste un desengaño amoroso que
te hizo alejar del lugar de donde eres, en el presente estás sola, pero no te preocupes que pronto
llegará el amor a tu vida. Tendrás, salud, dinero y vivirás feliz junto a ese hombre y los dos hijos que
tendrán.

-Sara: ¡Qué acertada! ¿Cómo supo lo de mi pasado? Si pudo adivinar eso, tengo que creer que mi
futuro será tan bueno como dice ¿Cuánto le debo?

-Madame: Eso es con mi ayudante, él te cobrará afuera.

-Sara y Beatriz se levantan y cuando ya van saliendo de la casa Beatriz detiene a Sara.
-Beatriz: Espera, no hice mi cita, volvamos para hacerla.

-Sara: Cierto, vamos a regresar.

Las chicas regresan sin avisar que están entrando y logran escuchar los comentarios de la Madame y el
ayudante.

-Ayudante (riendo en forma de burla): ¡Qué fácil se le saca el dinero a esta gente! Salgo un rato,
averiguo sus vidas y caen como tontos.

-Madame (riendo también): Y se van tan convencidos.

Sara y Beatriz se sorprenden y Sara hace el intento de irse, pero Beatriz la detiene y la hace entrar a
dónde está la Madame.

-Beatriz: Perdón, es que olvide hacer mi cita ¿qué día me puede atender?

-Ayudante (respondiendo antes que la Madame): El próximo jueves, para ese día puedes venir.

-Beatriz: Muy bien nos vemos ese día entonces, gracias.

Las chicas salen de la casa de la Madame, Sara sin entender nada de lo que trama Beatriz.

ACTO II

Ambientación: Mismo salón esotérico.

Introducción: Sara y Beatriz llegan de nuevo a casa de la Madame, esta vez acompañadas por un chico,
pero solo entran ellas dos y el chico se esconde antes que puedan verlo.

Beatriz: Buenas, no sabe lo ansiosa que estuve esperando este día.

Madame (sintiéndose muy grande): Siempre pasa así, son las ganas de saber que te pasará en el futuro.

Sara (preguntando como muy interesada): Madame ¿es cierto que usted habla con los muertos?

Madame: Por supuesto, recibo sus señales y mensajes.

Beatriz (fingiendo estar asustada): ¿Y no le da miedo eso?

Ayudante (riendo): ¿Miedo? A Madame nada le da miedo.

Sara (muy asustada): Pues que bueno porque yo estoy viendo un fantasma detrás de ustedes y a mi si
me da mucho miedo.

Beatriz (gritando y subiéndose a la silla): Si, yo también lo veo ¡no quiero estar aquí!

Madame: ¿Fantasma? ¿Qué fantasma?

La madame y el ayudante voltean a la vez para encontrarse con el fantasma que está detrás de ellos.

Ayudante (muy asustado y gritando): Si es un fantasma Madame ¡Corre!

La madame y el ayudante salen corriendo despavoridos y Sara, Beatriz y el chico que se quita el disfraz
comienzan a reír burlándose del susto de los estafadores.
Beatriz (sin dejar de reír): ¡Les dije que no fallaría! Ya no van a estafar a nadie más.

FIN

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