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Interaccionismo

simbólico

Psicología Social

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Interaccionismo simbólico
El desarrollo teórico más importante de la escuela de Chicago fue el
interaccionismo simbólico, tal como fue denominado por Herbert Blumer en
1938. Blumer designó de esta manera el cuerpo teórico legado por Mead,
Cooley, Park y Thomas, los primeros interaccionistas de la escuela de
Chicago. También fue gracias a él que este cuerpo teórico sobrevivió luego
de la muerte de Mead y la crisis que sobrevino en esta escuela (Garrido, y
Álvaro, 2007).

Esta corriente sociológica significó un avance superador al dilema entre la


sociedad y el individuo, que los consideraba como dos entidades separadas.
El interaccionismo simbólico trabajó sobre las conductas individuales para
comprender y explicar la sociedad y Mead criticó el enfoque individualista
de la psicología de su época (Garrido y Álvaro, 2007).

La psicología social estudia la actividad o conducta del


individuo tal y como se da dentro del proceso social; la
conducta de un individuo solo puede ser entendida en
términos de la conducta del grupo social del cual es
miembro… Para la psicología social, el todo (la sociedad) es
anterior a la parte (el individuo), no la parte al todo. (Mead,
1934/1972, p.54).

Según Mead (como se cita en Álvaro Estramiana, Garrido Luque, Schweiger


Gallo y Torregrosa Peris, 2007), los principales postulados del
interaccionismo simbólico son:

1) El individuo actúa de acuerdo con qué significan para ellos estímulos del
mundo.
2) Los significados de las cosas se aprenden en la interacción social que los
individuos sostienen con otros. En esta, a su vez, se construye la realidad
social.
3) Cuando el individuo interpreta la realidad puede modificar y manipular
dichos significados.

Este último postulado es particularmente importante, ya que pone en


evidencia la consideración del pensamiento de los individuos. El
interaccionismo simbólico surgió en una época en la que el conductismo
estaba en su apogeo y si bien esta corriente–al igual que el conductismo–
estudió las conductas observables, Mead propuso el estudio de la conciencia
a partir del análisis de la conducta observable. De esta manera, consideraba

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que el pensamiento del individuo se constituye en la interacción simbólica
en sociedad. La interacción simbólica o el lenguaje permiten, al ser humano,
reflexionar sobre sí mismo, anticipar acciones, optar por diferentes
realidades y formar una imagen de sí mismo. Para esta corriente, el
pensamiento es acción en tanto le permite al individuo orientar su conducta
(Álvaro Estramiana et al., 2007).

Mead sostenía que la unidad de estudio debía ser el acto humano, ya que
todo acto es social por naturaleza, porque ocurre en un espacio social y el
significado anticipado y percibido que los otros le darán determina la
iniciación y la ejecución de este (Barra Almagia, 1998).

Otro punto importante es que, como se dijo anteriormente, la interacción


simbólica le permite al individuo construir una imagen de sí mismo, por eso,
el interaccionismo simbólico también es una teoría de la identidad del ser
humano.

Respecto a esto, Mead introdujo cuatro conceptos importantes, que luego


sus seguidores retomarían y reelaborarían en el seno de sus estudios. Estos
conceptos son: mí, yo, otro y otro generalizado (Álvaro Estramiana et al.,
2007). Los otros son aquellas personas significativas y cercanas al niño que a
lo largo del desarrollo evolutivo le permiten identificarse con ellas. Luego,
cuando el individuo se inserta en la sociedad, estas se convierten en un otro
generalizado.

Figura 1: Los otros significativos permiten al niño constituir su identidad a


partir de su identificación con ellos

Fuente: [Imagen sin título sobre niño que imita a su padre]. (s. f.). Recuperado de
https://goo.gl/vJCJTt

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El mi hace referencia a aquella parte de la persona que adopta las actitudes
y las conductas de los grupos sociales a los que pertenece. Por el contrario,
el yo alude a la parte de la persona que es más creativa y responde a los
estímulos recibidos de una manera particular, que se desvía de lo impuesto
por la sociedad.

Desde la escuela de Iowa, surgió otro representante del interaccionismo


simbólico: Manford Khun, quien estableció algunas diferencias de carácter
teórico y metodológico con los estudios de Blumer.

Tabla 1. Diferencias teóricas y metodológicas entre la escuela de Iowa y la


de Chicago

Herbert Blumer Manford Khun


Importancia de la interacción simbólica
Acuerdo
para la construcción de la identidad.
La conducta es Es posible predecir
impredecible, ya que la conducta.
Desacuerdo
el individuo elige sus
acciones.
Teoría La interacción social Las estructuras
está en permanente sociales
cambio, ya que determinan las
depende de las conductas de los
Desacuerdo
interpretaciones que individuos.
realizan los
individuos que
participan de esta.
La realidad social no Se propone el
puede ser estudiada estudio de la
a partir de la realidad a través
búsqueda de de variables
relaciones entre operacionalizables
Metodología Desacuerdo variables. Se (variables
propone el estudio dependientes e
directo de la independientes).
realidad social a
través de su
interpretación.

Fuente: adaptado de Álvaro Estramiana et al., 2007.

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Otro desarrollo importante del interaccionismo simbólico fue el de Sheldon
Stryker, conocido como interaccionismo simbólico estructural. La
denominación de esta teoría se debe a que, para este autor, las posiciones
que los individuos ocupan en una estructura social determinan las
interacciones simbólicas en las que se constituye la identidad de los
individuos y se definen las conductas de estos (Álvaro Estramianaet al.,
2007). De esta manera, tendemos a relacionarnos con personas de nuestra
misma clase social, ámbito cultural o religioso, etcétera, y, en estas
interacciones, simbolizamos e interpretamos la realidad de una manera
determinada.

Figura 2: El fenómeno de las tribus urbanas son un claro ejemplo de lo que


postula el interaccionismo simbólico estructural

Fuente: [Imagen sin título sobre tribus urbanas]. (s. f.). Recuperado de https://goo.gl/4CxYyE

Si bien este sociólogo sostenía que las estructuras sociales determinaban las
interacciones y, en consecuencia, la identidad de los individuos, también
aseguró que los individuos tienen la capacidad de transformar dichas
estructuras sociales.

Stryker comparte muchos conceptos con la teoría de los roles, debido a su


idea de que las estructuras sociales fijan los roles a los individuos y limitan
sus posibilidades de acción. Pero como se explicó anteriormente, considera
que hay otras estructuras más abiertas que permiten un mayor margen de
acción a los individuos y los dejan innovar en sus conductas (Álvaro
Estramianaet al., 2007).

En la psicología social sociológica, influida por la teoría de los roles, se


destaca Jonathan Turner con sus conceptos de role-taking y role-making. El
primero hace referencia a aquellos roles “entendidos como una mera puesta
en acción de comportamientos socialmente prescriptos” (Álvaro

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Estramianaet al., 2007, p. 77) y el segundo alude a los ajustes y las
modificaciones que los individuos hacen para adaptar sus comportamientos
a las expectativas de los demás. Turner habla de un actor activo en su rol y
no de un mero ocupante de una posición social. Este segundo concepto
supone que el individuo tiene en cuenta la conducta de los demás.

Otro aporte importante es el de McCall y Simons con la teoría del rol-


identidad, que considera que los individuos diseñan su rol de acuerdo con
las posiciones que ocupan en la sociedad, pero también a partir de la imagen
que tienen de sí mismos y la que quisieran tener (Álvaro Estramiana et al.,
2007).

El enfoque dramatúrgico de Erving Goffman estudió la interacción cara a


cara como una representación de carácter teatral. Su desarrollo teórico
propone que los individuos en la interacción social representan roles que
transmiten la imagen que ellos mismos desean mostrar, es decir, una imagen
idealizada de sí mismos (Álvaro Estramiana et al., 2007).

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Referencias
Álvaro Estramiana, J. L., Garrido Luque, A., Schweiger Gallo, I. y Torregrosa
Peris, J. R. (2007). Introducción a la psicología social sociológica. España:
Universitat Oberta de Catalunya (UOC)

Barra Almagia, E. (1998). Psicología social. Chile: Universidad de


Concepción. Recuperado de:
http://repositorio.udec.cl/bitstream/handle/11594/717/Psicologia_Social.
pdf?sequence=1&isAllowed=y

Garrido, A. y Álvaro, J. L. (2007). Psicología social. Perspectivas psicológicas


y sociológicas. Madrid, ES: Mc GrawHill.

[Imagen sin título sobre niño que imita a su padre]. (s. f.). Recuperado de
https://www.peninsulagrouplimited.com/ie/wp-
content/uploads/sites/2/2016/01/PATERNITY-LEAVE-1024x683.jpg

[Imagen sin título sobre tribus urbanas]. (s. f.). Recuperado de


http://periodicoabcrm.blob.core.windows.net/images/2016/07/27/hippies
-focus-0-0-940-615.jpg

Mead, G.H. (1934/1972). Espíritu, persona y sociedad. Madrid: Paidós.

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