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Francisco J.

Torralva Cruz
2. LA PERSONA SOCIAL

El enfoque conceptual dado a este estudio introductorio de la


sociología parte de la idea de que las personas sociales forman la
unidad de la sociedad y las pautas de comportamiento la unidad de la
cultura.
En esta primera parte empezarnos por la unidad más elemental, la
persona, y pasando por las diversas formas en que está asociada con
los otros, llegamos a la sociedad total.
Sugieren algunos sociólogos que
la unidad más pequeña del
sistema sociocultural global es el
acto social, es decir, la
interacción, o relación, o proceso,
entre dos personas, entre una
persona y un grupo, o entre dos o
más grupos.
Otros sociólogos prefieren conceptualizar el sistema global de la
interacción humana a partir de su composición en tres amplios
sectores.
En cada uno de tales enfoques la cuestión central es la conducta
social de los seres humanos.
Por tanto, el punto de partida de la sociología debiera ser la persona
social - no el individuo aislado, sino la persona en sus relaciones
humanas con los demás -.
Luego será científicamente esencial el obtener una clara comprensión
de la persona social, de su naturaleza, sus potencialidades y talentos.
La imagen global del orden social, o del sistema sociocultural, podría
deformarse si la imagen del hombre de que partimos fuera vaga o
también deformada.
La unidad física irreducible de las
categorías, conglomerados, grupos
sociales y sociedades, es el hombre.
Se oye hablar a veces de la «conducta
social» análoga de las hormigas, abejas,
gallinas y de los primates.
Por muy curiosos e interesantes que sean,
al sociólogo no le interesan los niveles
infrahumanos de vida, los instintos
gregarios, o la vida en horda, o los brutos.
No cabe duda de que el hombre es el único «ser social» que aquí
estamos estudiando, y su comportamiento social no es simplemente
una serie de reacciones instintivas y predeterminadas ante los
estímulos ambientales.
A. Definición de la persona.

El ser humano se reconoce como distinto de los seres infrahumanos y


no humanos por su capacidad de pensar en términos abstractos, de
elegir y de tomar decisiones.
Puede evocar el pasado, y reflexionar sobre sus propias acciones y
reacciones, y sobre el sentido de la conducta ajena y de la propia.
Puede hacer proyectos y formular planes para el futuro.
No podemos llamar homo sapiens a ninguna otra especie.
Es responsable de su propio comportamiento y puede adquirir un
sentido de responsabilidad para con los demás.
Será por tanto homo sapiens, aunque no siempre obre cuerdamente, y
también homo socius, aunque a veces adolezca de sociabilidad.
El ser humano es una unidad física,
individual, distinta e identificablemente
separada de todos los demás seres
humanos y no humanos, animados o
inanimados.
Por otra parte, esta «unidad» de la persona
humana no quiere decir que sólo se le
pueda estudiar desde un único punto de
vista.
La persona tiene diversos «aspectos» o
facetas y es un ser singular e
independiente, pero también compuesto y
complejo.
La persona humana, como unidad fisiológica, es objeto de estudio de
la biología, de la anatomía, de la bioquímica, de la patología y de otras
ciencias.
Como unidad moral, puede obrar bien o mal, y en este sentido es
objeto de estudio de la ética, de la moral, de la teología, del derecho y
de otras disciplinas.
Como unidad psicológica, es estudiada por psiquiatras, psicólogos y
psicoanalistas.
Esta variedad de aspectos no significa que haya diferentes clases de
personas ni que la misma persona se pueda dividir en
compartimientos separados.
El ser humano estudiado en todos estos diferentes aspectos es la
misma persona que estudia el sociólogo, pero en un aspecto diferente.
B. La persona social.

Todos los seres humanos, en cuanto se


distinguen de los animales, son
personas sociales.
Los términos «racional» y «social» no
son sinónimos, pero una de estas
cualidades no existe sin la otra.
El mero hecho de decir que un individuo es una persona racional
implica necesariamente que es una persona social, porque éstas son
características exclusivas de las personas.
Cuando decimos que los animales irracionales aprenden o que son
sociales, hablamos sólo por analogía.
El término «social» deriva del latín
socius, que significa compañero o
asociado.
La potencialidad para ser un
socius y para aprender a obrar
como tal es innata en el hombre, y
se la llama a veces «socialidad ».
La persona es social en el sentido de que no sólo tiene tendencia a
relacionarse con otras, sino también necesidad de relaciones humanas.
Así pues, la ciencia social estudia a las personas únicamente en el
aspecto de unidad sociológica.
C. Socialización.

La socialización es un proceso de
influjo mutuo entre una persona y
sus semejantes, un proceso que
resulta de aceptar las pautas de
comportamiento social y de
adaptarse a ellas.

Esto no implica que la persona deje de ser un individuo. El ser


humano es una persona social desde que comienza a existir, pero a lo
largo de su vida está sujeto a continuos cambios y adaptaciones.
Este desarrollo se observa no sólo en las distintas etapas entre la
infancia y la vejez, sino también en personas que cambian de una
cultura a otra, o de un status social a otro, o de una ocupación a otra.
La socialización se puede describir desde dos puntos de vista:

Objetivamente: la socialización es
el proceso por el que la sociedad
transmite su cultura de generación
en generación y adapta al individuo a
las formas aceptadas y aprobadas de
la vida social organizada. El proceso
de socialización está continuamente
en acción «fuera» del individuo.

Subjetivamente: la socialización es
un proceso que se desarrolla en el
individuo mientras éste se va
adaptando a la gente que le rodea. La
persona adopta los hábitos de la
sociedad en que vive.
D. Cuadro social de referencia.

Las experiencias acumuladas por el individuo en su sociedad forman


el trasfondo a partir del cual queda sujeto a nuevas experiencias.
Los sociólogos dicen que la cultura se «interioriza», que el individuo
la «encarna» de modo que «desde dentro» su conducta sigue siendo
influida por ella.
La cultura no es algo meramente exterior al individuo. Todo su
trasfondo social influye enormemente y sin cesar en las formas de
pensar y de comportamiento que adopta la persona en cualquier
momento dado.
Las formas de vida que ha aprendido, las ideas que profesa, los
valores que atesora, en su origen viene del exterior.
El cuadro social de referencia es el contenido de las experiencias
sociales del individuo. Éstas son los puntos estratégicos desde los
cuales mira al mundo; son los puntos de referencia y de comparación
en relación con los cuales forma sus opiniones y juicios y en
conformidad con los cuales se comporta, con frecuencia sin reflexión
consciente.
Las experiencias de la vida que forman el cuadro social de referencia
pueden analizarse esquemáticamente en tres niveles.
a) Universal. El que es común a todos los seres humanos, los
elementos sociológicos que se hallan en todas partes: pautas de
comportamiento, relaciones humanas, status y rol, instituciones,
etc.
b) Único. Cada persona, sin embargo, experimenta estas cosas a
través de su propia personalidad en una forma que no puede
compartir ninguna otra persona.
c) Cultural. La experiencia se encuentra especificada por la cultura
y la sociedad en que ocurre.
De este modo, el cuadro social de referencia es universal, único, y
cultural al mismo tiempo.
E. El proceso de aprendizaje social.

El proceso de aprendizaje social se refiere a que el individuo aprende


por el contacto con la sociedad. Este es un proceso que se
desenvuelve con la gente y entre la gente, y que por consiguiente
implica siempre relaciones sociales.

Ejemplo: Aprendizaje de familia, televisión, amistades, etc.


Los dos procesos sociológicos de aprendizaje más importantes son:
Imitación: es la acción humana por la que
uno tiende a reproducir con mayor o menor
exactitud el comportamiento de los demás.
Se observa generalmente en la forma como
los niños remedan a sus padres, los
adolescentes e incluso los adultos ya
maduros adoptan las características de las
personas a las que aprecian y admiran.
Ocurre muchas veces que los especialistas y profesionales ofrecen
un «modelo de rol» para la imitación de los jóvenes que piensan
dedicarse a lo mismo.
Encontramos mucha imitación social en el interior de los grupos de
compañeros, en cualquier tipo de moda, ya sea en la indumentaria, en
las casas o en los procedimientos educativos.
Competición: es un proceso
estimulador en el que dos o más
personas rivalizan entre sí en la
persecución del saber.
Tiene especial importancia en el
aprendizaje social de los niños, pues
con frecuencia está inmerso en el
deseo que tiene el niño de lograr la
aprobación de los demás.

Es muy fuerte también en todo el área del status social, donde la gente
acostumbra a intentar «no ser menos que el vecino».
En las culturas más desarrolladas y flexibles es significativo como el
aprendizaje social ha alcanzado su máxima competitividad.
F. Obstáculos de la socialización normal.

La socialización normal es un proceso


que produce por lo menos el mínimo de
conocimientos necesarios a una
persona para vivir en su sociedad
particular.
 De unos se espera más que de otros.
 Algunos pueden y quieren responder
con más prontitud y rapidez que
otros.
 Nadie puede explotar por sí solo
todas las potencialidades de su
sociedad y de su cultura.
Por muy ambiciosa y brillante que sea una persona, el tiempo y las
circunstancias le impiden constantemente realizar más de una función
de sus propias potencialidades culturales y sociales.
Necesariamente hay que seleccionar entre las numerosas actividades
y una vez elegida una hay que concentrar sobre ella todo el esfuerzo.
Es raro que una persona realice plenamente todas las funciones que
se esperan normalmente de ella, familiares, profesionales, religiosas y
otras.
Es todavía más raro que realice su potencialidad en más de una
profesión.
Un buen físico, por ejemplo, no puede al mismo tiempo hacer carrera
en música o en ciencias políticas, aunque si puede tener amplios
conocimientos fuera del campo de la física.
Hay otros obstáculos para el pleno desarrollo de la capacidad social
del individuo.
La incapacidad intelectual y física en las personas poco inteligentes o
perezosas, enfermas, inválidas o afectadas de otras desventajas
físicas.
La estructura social puede restringir las oportunidades individuales de
aprender, como cuando una pequeña clase dirigente domina a las
grandes masas del pueblo.
La cultura misma, con sus creencias, actividades y valoraciones,
puede impedir el aprendizaje acentuando el lado tradicional y estático.
El cuadro físico y geográfico de la sociedad puede imponer tales
exigencias a las personas. que éstas necesiten emplear todas sus
energías para la mera supervivencia.

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