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a más de 3000 metros sobre el nivel del mar, cerca de la ciudad de Quito.
Antecedentes
Podría afirmarse que la campaña militar por la independencia de Quito se inició el 9 de
octubre de 1820, cuando la ciudad puerto de Guayaquil proclamó su independencia de
España después de una rápida y casi incruenta revuelta contra la guarnición local. Los
líderes de la revuelta, una combinación de oficiales peruanos del regimiento Granaderos de
la Reserva del Cuzco que formaban la guarnición de la ciudad y venezolanos del Ejército
colonial junto con intelectuales locales y patriotas, formaron un consejo de gobierno y un
ejército con el propósito de defender la ciudad y extender el movimiento independentista a
otras provincias de la Presidencia de Quito. Para entonces, el curso de las guerras de
independencia en América del Sur había cambiado en contra de España; la victoria de
Simón Bolívar en la Batalla de Boyacá aseguraba la independencia del Virreinato de Nueva
Granada, mientras que en el Sur José de San Martín, tras haber desembarcado con su
ejército en la costa peruana en septiembre de 1820, iniciaba la campaña para la
independencia del virreinato del Perú.
Los primeros movimientos empezaron en 1809 con la rebelión de los Criollos contra el
dominio español conocida como El Primer Grito de Independencia Americana, Aunque hay
otros precursores como Eugenio Espejo, sabio criollo de origen mestizo que lanzó las
primeras proclamas por escrito en la publicación «El Nuevo Luciano de Quito». Los
sublevados formaron una Junta de Gobierno provisional el 10 de agosto de 1809 en Quito,
sublevando el poder español y gobernándose autónomamente; sin embargo, los
participantes acabaron siendo encarcelados y asesinados en la Matanza del 2 de agosto de
1810. Este capítulo de la historia ecuatoriana fue tomado como ejemplo en el inicio de
varios procesos libertarios en América Latina. En esa fecha los sublevados propugnaban el
liderazgo de una junta autónoma de gobierno, cambiar las autoridades en Quito,
manteniendo su autonomía utilizando la estrategia de las máscaras de Fernando VII, que
consistía en jurar una falsa lealtad al cautivo rey Fernando VII con el fin de mantener la
autonomía.10 La historiografía del Ecuador considera este suceso como el Primer Grito de
Independencia Hispanoamericana y el inicio del proceso de emancipación de la región.
Terminado el dominio francés y con la negativa del rey de España, Fernando VII, de acatar
la Constitución de Cádiz, se desencadenaron una oleada de movimientos independentistas
en la América Española.
Sin embargo, en febrero de 1821, Bolívar quien para entonces era Presidente de la
República de Colombia, coadyuvado desde Santafé por el vicepresidente Francisco de
Paula Santander, envía como adelantado al general José Mires con el escuadrón Guías de
Colombia como ayuda a Guayaquil, junto con la promesa del envió de mil rifles, pertrechos
y refuerzos, y a su vez ir imponiendo sus condiciones. En mayo del mismo año, el general
de brigada Antonio José de Sucre, Comandante en jefe de la División Sur del ejército
colombiano y el subordinado de mayor confianza de Bolívar, arribó a Guayaquil con dos
batallones experimentados. El debía asumir la dirección del ejército Patriota, y empezar las
operaciones con miras a la liberación de la ciudad de Quito y todo el territorio de la Real
Audiencia de Quito. El objetivo político de Bolívar era incorporar todas las provincias de la
Real Audiencia, incluyendo Guayaquil, a Colombia. Guayaquil, por su parte, no había
decidido si incorporarse a Perú o Colombia, y muchos de sus ciudadanos querían establecer
su propia República. El avance de Sucre a través de los Andes empezó en julio de 1821. Al
igual que en la primera campaña, tras tener algunos éxitos iniciales, Sucre fue vencido por
el ejército Realista el 12 de septiembre, coincidentemente en el mismo lugar donde ocurrió
la anterior batalla de Huachi. Esta segunda campaña terminó con un armisticio entre los
independentistas y los realistas el 18 de noviembre de 1821.
Planificación
Antonio José de Sucre
De vuelta en Guayaquil, el General Sucre concluyó que la mejor estrategia para la próxima
campaña sería evitar cualquier intento de avanzar directamente hacia Quito vía Guaranda,
en favor de un avance indirecto, marchando primero hasta Cuenca antes de redirigirse hacia
el Norte, a través de los Andes, en dirección a Quito. Este plan ofrecía numerosas ventajas:
al recapturar Cuenca se podría impedir las comunicaciones entre Quito y Lima, y le
permitiría a Sucre esperar por los refuerzos que entonces San Martín le había prometido
enviar desde el Perú. Además, un progresivo avance desde la costa y ascensión a través de
las montañas le permitiría a su ejército una gradual adaptación a los efectos fisiológicos del
cambio altitud. Pero fundamentalmente, era la única forma de evitar un combate directo en
condiciones desfavorables con las fuerzas Realistas que venían de Quito.
La campaña
Para enero de 1822 Sucre ya había organizado la nueva campaña. Su ejército constaba de
aproximadamente 1700 hombres, entre veteranos de sus campañas anteriores y nuevos
reclutas. Había hombres de las tierras llanas de la Provincia de Guayaquil y voluntarios que
provenían de la Sierra, como el héroe cuencano Abdón Calderón, cuyo padre había muerto
heroicamente en 1812, defendiendo al Estado de Quito. Los dos contingentes pronto fueron
organizados como el Batallón Yaguachi; también había soldados neogranadinos y
venezolanos enviados por Bolívar, unos cuantos oficiales y soldados españoles que habían
cambiado de bando, un batallón entero de voluntarios británicos e incluso unos cuantos
irlandeses y franceses. El 18 de enero el ejército Patriota se dirigió a Machala, en el llano.
El 9 de febrero, tras haber cruzado los Andes, Sucre entró en el pueblo de Saraguro, donde
su ejército se juntó con los 1600 hombres de la División peruana, enviados por San Martín,
al mando del Coronel Andrés de Santa Cruz. Esta fuerza (Expedición Auxiliar de Santa
Cruz a Quito) estaba conformada en su mayoría por reclutas peruanos, existían también
chilenos, argentinos y alto-peruanos (bolivianos), tenía también oficiales argentinos, entre
los que destacaban Félix Olazábal, ambos de Infantería y Antonio Sánchez de Caballería y
un escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo de los Andes (argentino) al mando
de Juan Lavalle. Al enfrentar esta fuerza multinacional de alrededor de 3000 hombres, el
destacamento Realista de caballería, de unos 900 hombres, que defendía Cuenca se retiró
hacia el Norte, siendo perseguido a la distancia por la caballería Patriota. Cuenca fue
entonces recapturada el 21 de febrero de 1822, sin que se disparara un solo tiro. Durante
marzo y abril, los Realistas continuaron marchando hacia el Norte, logrando con éxito
evitar enfrentarse con la caballería Patriota. Sin embargo, el 21 de abril se produjo un feroz
encuentro entre las fuerzas de caballería en Tapi, cerca de Riobamba. Al final del día los
Realistas nuevamente se retiraron, mientras que el ejército principal de Sucre procedió a
capturar Riobamba, quedándose ahí hasta el 28 antes de reanudar su viaje hacia Quito.
Acercamiento a Quito
Mientras tanto, Aymerich alistó los puntos de resistencia y posiciones de artillería en los
principales pasos montañosos que dirigían a Quito. Sucre, empeñado en evitar un
enfrentamiento frontal en terreno desfavorable, decidió avanzar paralelamente a los flancos
de las posiciones Realistas, marchando por las laderas del volcán Cotopaxi para así poder
llegar al Valle de los Chillos, en la retaguardia de las posiciones defensivas Realistas. El 14
de mayo el ejército Realista, intuyendo las intenciones de Sucre, comenzó a replegarse,
llegando a Quito el 16. Dos días después, y tras una muy difícil marcha, el ejército de Sucre
ocupó Sangolquí, siendo recibidos por Rosa de Montúfar en la hacienda Chillo-Compañía,
misma que había heredado de su padre el marqués de Selva Alegre.2122
Maniobras finales