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Práctica 2.

Evolución de las reformas educativas

Andrea Broch Escrivá


Sociedad, familia y educación.

Introducción

El sistema educativo en España ha experimentado numerosas reformas a lo largo de su


historia, buscando adaptarse a las necesidades cambiantes de la sociedad y mejorar la calidad
de la educación impartida (Fernández Palomares, 2003). En este trabajo, analizaremos la
evolución de las reformas educativas en el Estado Español desde una perspectiva sociológica,
abordando los diferentes modelos de educación que se han incorporado y su relación con las
funciones sociales de la escuela. Además, se realizará una valoración crítica del impacto
social de estas reformas.

Evolución de las reformas educativas según los diferentes modelos de educación

Desde la instauración de la democracia en España, se han producido diversas reformas


educativas que han incorporado nuevos modelos de enseñanza. La Ley General de Educación
de 1970 (LGE) fue la primera reforma importante en la época democrática, estableciendo una
educación obligatoria y gratuita hasta los 14 años y promoviendo la igualdad de
oportunidades en el acceso a la educación (Beltrán y Hernández, 2011). Con la LGE, se
introdujo un modelo educativo más flexible y centrado en el alumno (Fernández Palomares,
2003).

En 1990, se promulgó la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo


(LOGSE), que amplió la educación obligatoria hasta los 16 años y estableció la Educación
Secundaria Obligatoria (ESO) y el Bachillerato. La LOGSE también impulsó la inclusión de
niños con necesidades especiales en el sistema educativo regular y fomentó la participación
de las familias en la educación de sus hijos (García Ferrando, 2010).

Más tarde, en 2006, se aprobó la Ley Orgánica de Educación (LOE), que actualizó el sistema
educativo para adaptarlo a las demandas de una sociedad más globalizada y tecnológica
(Beltrán y Hernández, 2011). La LOE introdujo la educación para la ciudadanía y los

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derechos humanos, y promovió la formación en competencias básicas para la vida y el trabajo
(Fernández Palomares, 2003).

En 2013, se promulgó la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE),


que introdujo evaluaciones externas y modificó la estructura curricular para enfocarla en la
adquisición de competencias y conocimientos (García Ferrando, 2010). La LOMCE también
buscó mejorar la empleabilidad de los jóvenes y reducir el abandono escolar temprano
(Beltrán y Hernández, 2011).

Relación entre las reformas educativas y las funciones sociales de la escuela

Las reformas educativas en España también han estado influenciadas por las funciones
sociales que desempeña la escuela en la sociedad. La LGE, por ejemplo, buscó promover la
igualdad de oportunidades y la justicia social, reduciendo las desigualdades en el acceso a la
educación (Fernández Palomares, 2003). La LOGSE, por su parte, se centró en la inclusión
de estudiantes con necesidades especiales y en la participación activa de las familias,
reconociendo el papel central de la escuela en la construcción de la ciudadanía y la cohesión
social (García Ferrando, 2010).

La LOE abordó la necesidad de adaptar el sistema educativo a una sociedad globalizada y


tecnológica, enfocándose en la formación en competencias básicas para la vida y el trabajo,
así como en la educación para la ciudadanía y los derechos humanos (Beltrán y Hernández,
2011). La LOMCE, a su vez, intentó mejorar la empleabilidad y reducir el abandono escolar
temprano, reconociendo la función económica de la educación y su papel en el desarrollo del
capital humano (Fernández Palomares, 2003).

Valoración crítica del impacto social de las reformas educativas

La LGE, a pesar de establecer una educación obligatoria y gratuita, fue criticada por
perpetuar una estructura educativa elitista y selectiva, que favorecía a las clases sociales más
privilegiadas (Fernández Palomares, 2003). Además, esta ley no logró erradicar
completamente las desigualdades educativas en términos de género, etnia y situación
socioeconómica, lo que evidencia la necesidad de abordar de manera más integral las
desigualdades estructurales presentes en la sociedad (Beltrán y Hernández, 2011).

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La LOGSE, aunque promovió la inclusión y la participación familiar, enfrentó críticas por no
ser lo suficientemente ambiciosa en términos de igualdad de oportunidades y equidad. La
falta de recursos y la escasa formación del profesorado en la atención a la diversidad del
alumnado limitaron la eficacia de la ley en la práctica, perpetuando las desigualdades
educativas y la segregación escolar (García Ferrando, 2010).

La LOE, al introducir la educación para la ciudadanía y los derechos humanos, fue criticada
por ser ideológicamente sesgada y por no abordar adecuadamente los problemas de calidad
educativa y abandono escolar temprano (Fernández Palomares, 2003). Asimismo, su
implementación enfrentó resistencias en distintos sectores de la sociedad, lo que evidencia la
importancia de construir consensos amplios para llevar a cabo reformas educativas exitosas
(Beltrán y Hernández, 2011).

La LOMCE, a pesar de sus objetivos de mejora de la calidad educativa y reducción del


abandono escolar temprano, fue ampliamente criticada por sus enfoques competitivos y
mercantilistas en la educación (García Ferrando, 2010). La introducción de evaluaciones
externas y la posibilidad de segregación de los estudiantes en función de sus resultados
académicos fueron percibidas como contraproducentes, ya que pueden acentuar las
desigualdades educativas y limitar el acceso a una educación de calidad para todos los
estudiantes, especialmente aquellos pertenecientes a sectores socialmente desfavorecidos
(Fernández Palomares, 2003).

En resumen, si bien las reformas educativas en España han generado avances significativos
en ciertos aspectos, también han enfrentado críticas en términos de igualdad, equidad y
calidad educativa. Para abordar estos desafíos, las futuras reformas deberán ser fruto de un
amplio consenso político y social, y deberán adoptar un enfoque integral que atienda tanto las
necesidades educativas de los estudiantes como las funciones sociales de la escuela en una
sociedad en constante evolución y caracterizada por desigualdades estructurales (Beltrán y
Hernández, 2011; García Ferrando, 2010).

Conclusión

La evolución de las reformas educativas en España ha estado marcada por la incorporación de


diferentes modelos de educación y la adaptación a las funciones sociales de la escuela en

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cada momento histórico. Si bien estas reformas han generado avances significativos en la
educación, también han enfrentado críticas y desafíos en su implementación. Para garantizar
una educación de calidad y equitativa, es fundamental quelas futuras reformas sean fruto de
un amplio consenso político y social, y que se basen en un enfoque integral que aborde tanto
las necesidades educativas de los estudiantes como las funciones sociales de la escuela en una
sociedad en constante evolución (Beltrán y Hernández, 2011).

Además, será necesario prestar especial atención a la formación y capacitación del


profesorado, la adecuación de los recursos y la adaptación del currículo a las demandas de
una sociedad globalizada y tecnológica. Asimismo, será fundamental mantener un
compromiso con la inclusión, la igualdad de oportunidades y la justicia social, pilares
fundamentales de un sistema educativo de calidad y equitativo (Fernández Palomares, 2003;
García Ferrando, 2010).

Referencias

Beltrán, J., & Hernández, F. J. (coords.) (2011). Sociología de la educación. McGraw-Hill,


Madrid.

Fernández Palomares, F. (coord.) (2003). Sociología de la educación. Pearson, Madrid.

García Ferrando, M. (coord.) (2010). Pensar nuestra sociedad globalizada. Una invitación a la
sociología. Tirant Lo Blanch, Valencia.

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