MEDICINA DEL TRABAJO CONCEPTO: ■ Es la especialidad médica que, actuando aislada o comunitariamente, estudia los medios preventivos para conseguir el más alto grado de bienestar físico, psíquico y social de los trabajadores, en relación con la capacidad de éstos, con las características y riesgos de su trabajo, el ambiente laboral y la influencia de éste en su entorno, así como promueve los medios para el diagnóstico, tratamiento, adaptación, rehabilitación y calificación de la patología producida o condicionada por el trabajo”. EN RESUMEN: ■ Se dedica al estudio de las enfermedades y los accidentes que se producen por causa o consecuencia de la actividad laboral, así como las medidas de prevención que deben ser adoptadas para evitarlas o aminorar sus consecuencias ■ Es una especialidad de orientación fundamentalmente social en la que confluyen cinco vertientes o áreas de competencia fundamentales: Preventiva, Asistencial, Pericial, Gestora y Docente e Investigadora. OBJETIVO: ■ La Medicina del Trabajo es una especialidad médica que tiene como objetivos principales el aprendizaje de los conocimientos, técnicas y habilidades relacionadas con: 1- La prevención del riesgo que puede afectar a la salud humana como consecuencia de las circunstancias y condiciones de trabajo. 2- Las patologías derivadas del trabajo, en sus tres grandes vertientes de: -Accidentes de trabajo, -Enfermedades profesionales y -Enfermedades relacionadas con el trabajo, y en su caso, la adopción de las medidas necesarias de carácter preventivo, diagnóstico, terapéutico y rehabilitador. 3- La valoración pericial de las consecuencias que tiene la patología laboral para la salud humana, en particular en el caso de las incapacidades. 4- Las organizaciones empresariales y sanitarias con el fin de conocer su tipología a fin de gestionar con mayor calidad y eficiencia la Salud Laboral. 5- La historia natural de la salud y la enfermedad en general, y en particular, el estudio de la salud de los individuos y grupos en sus relaciones con el medio laboral y la Promoción de la Salud en dicho ámbito. CAMPO DE ACCIÓN ■ El especialista en Medicina del Trabajo esta capacitado para desarrollar su actividad laboral, al menos, en los siguientes ámbitos: - Servicios de Prevención de Riesgos Laborales en sus distintas acepciones. - Servicios/Unidades/Institutos de Salud Laboral de las Administraciones Públicas y de otras Entidades con competencias en la materia que realicen funciones de Epidemiología, Prevención y Promoción de la Salud Laboral. - Centros de Docencia e Investigación en Medicina del Trabajo y Salud Laboral. - Servicios Médicos específicamente relacionados con un medio laboral concreto. (Medicina Aeroespacial, Medicina Subacuática, etc.) - Equipos de Valoración de Incapacidades. - Servicios de Salud Medioambiental. RESEÑA HISTORICA: ■ El estudio de las condiciones de salud con respecto al trabajo realizado, tuvo su origen inicialmente en el siglo V a.C. con Hipócrates, quien conoció de cerca las alteraciones a la salud de los mineros expuestos al plomo; en el siglo II a.C. Galeno atendió a trabajadores de las minas de cobre de Chipre describiendo también sus enfermedades; en el siglo I d.C. Plinio el Viejo (Romano) fue el primero en recomendar el uso de vejigas de animales como equipo de protección respiratoria para evitar la inhalación de plomo; por su parte George Agricola realizó observaciones en las minas de los Cárpatos de la baja esperanza de vida de los trabajadores de estos lugares. Medicina Y Trabajo, Una Relación Moderna ■ En un trabajo clásico, Henry E. Sigerist a punto a la historia de la humanidad no a través de la observación de los fastos( días ) culturales sino a través de la historia del trabajo, dada su posición central en la creación y mantenimiento de las sociedades humanas. ■ En efecto, el trabajo productivo es un rasgo diferenciador de nuestra especie y su desarrollo ha marcado y marca nuestras vidas, a escala personal y social. ■ La preocupación de la medicina por la salud de los trabajadores ha seguido al cambio en el estatuto de éstos, pues ni esclavos ni siervos han sido objeto de atención o estudio por la ciencia médica. El mismo Sigerist recordaba que Galeno — el paradigma médico de la Antigüedad— hacía mención a la penosa situación de los esclavos y penados que extraían el cobre en las minas de Cartagena, encadenados, sofocados por el calor o los vapores, pero como una nota costumbrista y no como un escenario patológico. ■ Del mismo modo, la literatura dietética de tradición medieval estaba dirigida, empírica o figuradamente, a personas que tenían una relevancia en la sociedad, nobles, eclesiásticos o gobernantes, que carecían de vinculación con el «trabajo» productivo en sentido estricto. ■ La preocupación médica se inició en las comarcas mineras centroeuropeas a comienzos del siglo xv, en publicaciones como almanaques mineros y otros manuscritos, que se darían a la imprenta a lo largo de la siguiente centuria ( 100 años). ■ Sin embargo, hasta bien avanzado el siglo xix o comienzos del xx, según los países, no se produciria la cristalización de una «medicina del trabajo» como actividad profesional especializada. ■ En este proceso son factores intercurrentes los derivados del paternalismo empresarial y, más adelante, del reformismo social —en forma de regímenes de compensación por accidentes y enfermedades profesionales—, así como las conveniencias de la racionalización económica —cuyo producto estrella antes de la Primera Guerra Mundial fue la llamada «ciencia del trabajo» y cuya aproximación al taylorismo produjo la «organización científica del trabajo»— y el refinamiento concomitante de nuevos saberes y prácticas médicas, en los campos clínico, toxicológico, microbiológico y traumatológico, principal pero no exclusivamente. ■ La dimensión sociopolítica del trabajo productivo no ha dejado de acrecentarse en nuestros días, cuando la antigua sociedad industrial se transmuta en sociedad del conocimiento y sus perfiles conflictivos son apreciables en el interior de la especialidad tal vez con más virulencia que en otros campos de la práctica médica. INICIOS DE LA PATOLOGÍA LABORAL ■ Las primeras morbi metallici (enfermedades derivadas del contacto con metales) se describieron en los comienzos de la Edad Moderna. En un manuscrito compuesto alrededor de 1473 e impreso en 1524, Ulrich Ellenbog mostró los efectos nocivos del trabajo de los orfebres en Augsburgo, la sede de la banca Fugger (los famosos Fúcares, banqueros no sólo de los reyes de la Casa de Austria en España) ■ otros autores prestaban atención a la abundancia de accidentes traumáticos y de enfermedades respiratorias entre la población minera (como en el tratado de minería de George Agricola titulado De Re Metallica, de 1556, o la epidemia de los mineros y otras enfermedades de las minas, texto publicado en 1567). ■ Es obvio que esto fue posible, en el marco de la preocupación renacentista, por las «enfermedades nuevas» por el contexto del auge comercial, la implantación de una economía dineraria —que demandaba mayor producción de metales preciosos—, la aparición de las armas de fuego y el consiguiente incremento de actividades minerometalúrgicas. ■ La creciente actividad minera centroeuropea durante la Edad Moderna permitió que se establecieran vínculos entre prácticas médicas y quirúrgicas con situaciones laborales. ■ Se mencionan médicos adscritos a minas desde al menos el siglo xv, creándose en 1700 un puesto oficial (Bergmedicus, médico de minas) promovido por los poderes públicos. En este medio aparecieron los primeros fondos de compensación para casos de accidente, enfermedad o muerte, gestionados a través de hermandades mineras , poderosas asociaciones gremiales. En los territorios castellanos dominio de los Habsburgo, entre 1525 y 1550, y tras una suspensión, entre 1562 y 1645— contaron con: - Un médico y un barbero asalariados - Suministro gratuito de medicinas - Alimento para trabajadores libres y forzados - Una enfermería para asistirlos, (que acabó siendo de uso privativo de los forzados o galeotes) ■ Advirtiendo que la enfermedad que llamaríamos profesional en este contexto, el azogamiento (absorción de vapores tóxicos), se consideraba inevitable y su único tratamiento consistía —para los empleados libres— en dejar de ir a la mina durante una temporada, algo imposible para los presos que allí cumplían su condena. ■ Al margen de la actividad minera, otros ejemplos tempranos de espacios asistenciales destinados a los trabajadores son los vinculados a grandes construcciones, como el caso del hospital para «laborantes» habilitado durante la construcción del monasterio de El Escorial (1563-1599) . ■ A lo largo del siglo xvii, la familiaridad con el mundo minero y metalúrgico facilitó las indagaciones sobre la naturaleza especialmente nociva o tóxica de determinados metales, por ejemplo: -El plomo en 1656, o -El mercurio en 1665. ■ Asimismo, se iniciaron estudios sobre otros grupos o situaciones laborales de gran importancia para el poder y la riqueza de los Estados europeos, como eran los marinos. De las imprentas salieron textos sobre los riesgos de los viajes transoceánicos en 1671, sobre el escorbuto. ESCARBUTO: ■ Enfermedad producida por la carencia o escasez de vitamina C, que se caracteriza por el empobrecimiento de la sangre. La vitamina C era necesaria para la síntesis de colágeno en los seres humanos. los síntomas más comúnes eran: -Manchas lividas -Encías esponjosas e inflamadas con ulceraciones y hemorragias que cubrían los dientes de los marineros hasta que finalmente los perdían. - Sangrado repentino en cualquier membrana mucosa, la falta de vitamina C hacía muy difícil la formación de plaquetas en sangre, por lo que las hemorragias eran terribles e incontrolables. Si algún marino carecía de ácido ascórbico y presentaba alguna herida, muy difícilmente superaría la enfermedad. -hematomas que podrían derivar en trombosis y perder miembros. ENFERMEDADES CUTÁNEAS: La orfebrería es considerada como el arte de modificar, labrar o trabajar metales preciosos (oro, plata, cobre, bronce, etc.), con el fin de construir objetos (joyas) mediante cambios físicos y químicos de los metales. ■ Se observo la prevalencia de enfermedades cutáneas relacionadas con la orfebrería identifican los efectos en el sistema dermatológico que se presentan por la exposición a varias sustancias químicas utilizadas en la orfebrería Signos y síntomas: -El oro que puede provocar irritación, eccemas y reacciones alérgicas; -La plata que causa alergias y una decoloración azul grisácea de piel y ojos. Genera además problemas de carácter respiratorio y es un irritante de piel y mucosas -El antimonio se emplea en combinaciones con el plomo, el estaño, el zinc y el hierro entre otros y puede generar enfermedades cutáneas postulares o erupciones en la piel. -El arsénico se usa en aleaciones para aumentar la firmeza y dureza de los metales. Puede desencadenar problemas dermatológicos como irritación o aparición de vesículas en las aéreas más expuestas. Interfiere en reacciones enzimáticas generando hiperpigmentación cutánea, queratosis focal, cáncer de piel, queratosis maligna, hiperqueratosis en las palmas de manos y plantas de los pies. Mineria Los trabajadores de la minería subterránea estaban expuestos a la presencia de siete gases peligrosos principales. Entre ellos: ■ Nitrógeno: Este gas causa la muerte por sofocamiento cuando el porcentaje de nitrógeno pasa de 88%. ■ Anhidrido carbónico: Gas sin olor ni color, con un sabor ligeramente ácido, es 1,5 veces más pesado que el aire y soluble en agua. la persona expuesta a esta pequeña cantidad de anhídrido carbónico respirará más profundamente y ligeramente más aprisa que estando en aire puro. Si el aire contiene 2% de anhídrido carbónico, la ventilación de los pulmones aumentará en 50% aproximadamente; si el aire contiene 5% de dicho gas, la ventilación de los pulmones aumentará en 300%, haciendo que la respiración sea fatigosa. ■ Monóxido de carbono: Es uno de los gases más peligrosos que existen y es la causa del 90% de los accidentes fatales en minas por intoxicación por gases. ■ Gases nitrosos: Es un gas tóxico e irritante que se forma en las minas por efecto del empleo de explosivos, especialmente cuando se utiliza anfo y por la combustión de motores diesel. Su acción tóxica la ejerce en las vías respiratorias, especialmente en los pulmones, al disolverse con el agua formando el ácido nítrico y nitroso los que corroen los tejidos. Una concentración de 0,002% produce un envenenamiento mortal. ■ Anhidrido sulfuroso: Gas incoloro sofocante, con fuerte olor sulfuroso, es 2,2 veces más pesado que el aire y se disuelve fácilmente en el agua. Es fuertemente irritante de los ojos, nariz y la garganta, incluso en concentraciones bajas, y puede causar graves daños a los pulmones si se inhala en altas concentraciones. ■ Gas sulfhídrico: Gas incoloro de olor característico a huevos podridos, sofocante, tóxico, inflamable, irritante y venenoso. Es más venenoso que el monóxido de carbono pero su característico olor lo hace menos peligroso. Irrita las mucosas de los ojos, de los conductos respiratorios y ataca el sistema nervioso. Con un contenido de 0,05% se produce un envenenamiento peligroso en media hora y con 0,1% rápidamente sobreviene la muerte. ■ Gas grisú: Gas compuesto principalmente por metano, conteniendo un promedio de 95% de este gas. Los otros componentes son anhídrido carbónico, nitrógeno, etano y a veces hidrógeno. El metano es uno de los gases más peligrosos existentes en las minas, por su propiedad de formar mezclas explosivas con el aire. Consolidación De Una Tradición Dentro De La «Medicina Para Pobres» Toda producción artesanal y manufacturera estaba asociada con daños para la salud, si bien casi la única respuesta social era la procura caritativa de atenciones a los enfermos, en tanto pobres. La aparición del Tratado de las enfermedades de los artesanos (De morbis artificum en 1713), obra de Bernardino Ramazzini (1633-1714) médico italiano, considerado el fundador de la medicina del trabajo ( Padre de la medicina del trabajo: • Sus estudios de las enfermedades profesionales y la promoción de medidas de protección para los trabajadores alentó el inicio de la seguridad industrial, y de las leyes de accidentes de trabajo. • En 1700 escribió el primer libro importante sobre enfermedades profesionales e higiene industrial. Nació en un período tumultuoso de la historia europea; en Italia, el tribunal de la Inquisición acababa de prohibir las enseñanzas de Galileo Galilei y al norte de los Alpes, Europa era devastada por la Guerra de los Treinta Años. • Su intención enciclopédica resulta novedosa (revisa 42 oficios distintos en su primera edición y 54 en la segunda y última, analizando: - Los riesgos derivados de la práctica de cada uno, así como las medidas de prevención convenientes para aminorarlos, y aunque fuera habitual en su época, también es destacable su metodología empírica de observación, que le hizo comparar «los tugurios donde se trabaja» ( tugurio; Habitación, vivienda o establecimiento miserable y pequeño) con «centros de instrucción», a los efectos del conocimiento sobre esta patología y los modos de prevenirla: él los inspeccionó en persona y consideró la experiencia de los propios trabajadores. - Sus agudas observaciones le llevaron a distinguir entre enfermedades causadas por el empleo de determinados materiales de otras cuya razón de ser estribaba en el proceso productivo. -Es antigua su fundamentación erudita (apenas cita monografía alguna contemporánea, sus referencias de autoridad son los autores clásicos y, en particular, los literatos romanos), así como su instalación filantrópica, basada en una percepción caritativa de la desdichada situación de la población laborante. -No obstante, también puede encontrarse en él la conciencia del significado económico de la salud, pues consideró la tarea del artesano útil a la sociedad y deudora de todas las mejoras posibles en la medida en que el dominio técnico era la garantía del desarrollo económico y del progreso de la civilización, como mostraba la comparación entre Europa y América. -El texto de Ramazzini no pasó desapercibido, por lo que, además de sus dos ediciones originales, fue reimpreso en latín cinco veces más en los 30 años siguientes a su primera aparición; también se tradujo al inglés, al alemán y al italiano durante ese mismo período, y todavía se hicieron nuevas traducciones al alemán y al francés entre 1777 y 1823 (la primera edición en español se imprimió en Argentina en 1945). -Junto con monografías que recogían las observaciones casuales o la experiencia en el trato con un determinado riesgo, el estudio médico de las condiciones de trabajo se daba en el ámbito de la preocupación por la pobreza, uno de cuyos rasgos, no podemos olvidarlo, era su dependencia laboral. Así pues, las obras de Philippe Hecquet —señalando Medicina, cirugía y farmacia para pobres en 1740, conoció tres ediciones francesas antes de 1750 o La medicina doméstica de William Buchan, Londres, 1774; y decenas de ediciones en los años siguientes; siete ediciones españolas entre 1785 y 1798. El Contexto Laboral Como Condición Higiénica ■ La preocupación caritativa se torna filantrópica (humanitaria), dotada de un sentido exclusivamente civil, en la medida en que aparece un nuevo pensamiento médico sobre la salud de las poblaciones, lo que se denominará «higiene o salud pública» («policía médica» en los países centroeuropeos). ■ En dicho contexto, que no hará sino exacerbarse conforme avance la industrialización, la salud laboral cobra sentido en términos del bienestar de los Estados y se convierte en uno de los objetos de estudio de la nueva disciplina. La nueva inspiración utilitarista del conocimiento y de las prácticas médicas sobre salud laboral supuso una ampliación en las actividades productivas objeto de la mirada médica, por ejemplo: -Los arsenales militares, destinados a la construcción y reparación de buques de guerra fundamentales para garantizar los dominios coloniales, gozaron de un amplio plantel de prerrogativas, entre ellas la asistencia hospitalaria a sus trabajadores. -Tambien tenemos en las minas de Almadén, cuyo mercurio garantizaba a la Corona española la obtención de crecidos impuestos sobre la producción de plata americana. Es por eso que en Almadén se confeccionaron los primeros escritos médicos españoles originales sobre salud laboral, elaborados por médicos contratados por el establecimiento minero para atender a la población laboral. -La primera aportación relevante fue la de Francisco López de Arévalo en junio de 1755 remitió una carta con una descripción de los padecimientos de los mineros de Almadén al médico francés François Thiéry. Pero mayor entidad tiene la contribución de su sucesor en el cargo, el mataronés José Parés y Franqués (1720- 1798), que ejerció como médico de las minas entre 1761 y 1798. Parés acometió con éxito un programa de descripción sistemática de la patología laboral de estas minas. -Y proporcionar una sobrecogedora visión de las condiciones de vida y trabajo de los mineros almadenenses del siglo xviii, materializados ambos en su Catástrofe morboso de las Minas Mercuriales de la Villa de Almadén del Azogue. Historia de lo perjudicial de dichas Minas a la Salud de sus Operarios: y exposición de las Enfermedades corporales. ■ Se crearon un amplio dispositivo asistencial, articulado en torno al Real Hospital de Mineros (fundado en 1752), destinado a la recuperación de la capacidad productiva de los mineros inhabilitados. No olvidemos que la minería es una actividad que exige mano de obra cualificada que convierte en insuficiente el mero reemplazo de trabajadores. Precisamente la presencia permanente de sanitarios en el medio laboral lo convirtió en un espacio de legitimación de saberes, prácticas y experiencia en salud; es decir, en un medio en el que la medicina reivindicó su competencia para devolver la salud al cuerpo de los trabajadores y para dictaminar sobre su adecuación al trabajo. ■ El Ayuntamiento de Barcelona prohibió en mayo de 1784 la creación de nuevas fábricas en la ciudad hasta que se promulgaran nuevas regulaciones para el desarrollo urbano. La preocupación por la insalubridad de las industrias hubo de conciliarse, no obstante, con el ideario mercantilista y su concepción de la industria como generadora de riqueza. También sobre las fábricas de algodón y lana si son perniciosas o no a la salud pública de las ciudades donde están establecidas (Barcelona, 1784) El Primer Escenario Industrial ■ La acumulación de cambios sociales producto de la industrialización condujo al desarrollo de una amplia actividad investigadora sobre la nueva clase operaria urbana en distintos países, inicialmente con una argumentación sanitaria. Uno de los primeros casos fue el de la investigación suscitada en la comarca de Lancashire (Inglaterra) acerca de los repetidos brotes de fiebre pútrida registrados entre 1781 y 1784 (informe sobre la fiebre de Radcliffe Mill / molinos) ■ Para sorpresa médica, el tifus, considerado hasta entonces un padecimiento propio de instituciones cerradas (prisiones, hospitales, navíos/barcos) o asociado a la guerra, se extendía entre las poblaciones fabriles. TIFUS es un conjunto de enfermedades infecciosas producidas por varias especies de bacteria del género Rickettsia, transmitidas por la picadura de diferentes artrópodos como piojos, pulgas, ácaros y garrapatas que portan diferentes aves y mamíferos. El tifus se caracteriza por fiebre alta recurrente, escalofríos, cefalea y exantema. ■ El informe recomendaba nuevas medidas para mejorar las condiciones del trabajo en las industrias textiles de la comarca, que iban desde: -Ventilación continua -Limpieza y desinfección de las salas de trabajo hasta la duración de los descansos -Supresión del trabajo infantil. ■ Este informe se reprodujo impreso en distintas publicaciones, en particular las que se centraban en las adversidades de los pobres, como era tradición: el mismo ambiente que recogía y estimulaba nuevas traducciones del texto de Ramazzini, como la de Philippe Patissier (1822) ■ Patissier reclamó la confección de estadísticas de mortalidad específicas por ocupación, la prohibición de los oficios peligrosos o, en su caso, reservarlos exclusivamente para condenados a muerte, mejoras en las condiciones de vida de los trabajadores y el establecimiento de compensaciones económicas para accidentados y jubilados. Toxicología Y Desarrollo De La Patología Industrial ■ Los conocimientos sobre los efectos nocivos de determinadas sustancias de amplio uso laboral, iniciado en los albores de la era moderna, se continuó fortaleciendo merced al nacimiento de la toxicología a comienzos del siglo xix en Francia. La ciencia de los venenos surgió de la incorporación al campo medicolegal de la química moderna y la metodología experimental. Mateo Orfila (1787-1853), mahonés emigrante en Francia, donde produjo el texto básico inaugural de esta disciplina, el Tratado de venenos o Toxicología general, que gozó de cinco ediciones entre 1813 y 1852, fue Jean-Baptiste Alphonse Chevalier (1793-1879), químico distinguido que inauguró el campo que ahora conocemos como toxicología industrial. ■ En particular, estudió los riesgos en la fabricación y empleo de distintas pinturas, como la cerusa (pintura blanca de plomo), el verde gris (cobre) y el amarillo real u oropimente (arsénico), así como la fabricación de cerillas de fósforo. El proceso de fabricación de la cerusa y otros usos industriales del plomo (como en los trabajos del arte de impresión) y sus secuelas clínicas fueron objeto de atención y debate en informes emitidos por distintas instituciones y artículos publicados en las revistas (1809-1862), publicó en París (1839) ■ A partir de una casuística de más de 1.200 casos de cólico saturnino, Tanquerel estableció que el cólico era un riesgo preferente entre pintores y alfareros, y fundamentó experimentalmente la vía respiratoria como la puerta de entrada del tóxico en el organismo. Pese a reconocer el papel capital del plomo en la aparición de distintas manifestaciones clínicas, no llegó a establecer un concepto unitario de «enfermedad saturnina». La consulta de la entrada plomo del Diccionario de higiene pública de A. Tardieu (París, 1854) . ■ Una obra muy conocida en la primera mitad del siglo xix— manifiesta la recepción de estas propuestas: un cuadro clínico complejo (cólicos, neuralgias, parálisis, nefropatías y encefalopatías), notables riesgos presentes en la fabricación de cerusa y de minio y abundantes víctimas entre pintores, alfareros, impresores, pulidores de cristal o fabricantes de barnices, así como en el ámbito doméstico a causa de la pintura de paredes y juguetes, utensilios de cocina y tuberías. A comienzos del siglo xx se volvió a defender la vía respiratoria como la diana de la prevención industrial de este problema, y hasta 1925 no parece que se asuma sin disputa, como ejemplo de la difícil construcción del consenso científico en este campo —algo general, pero exacerbado en los casos en que los conocimientos versan sobre aspectos económicamente sensibles, como es el uso industrial del plomo— Enfermedad saturnina ■ Se denomina saturnismo, plumbosis o plombemia al envenenamiento que produce el plomo (Pb) cuando entra en el cuerpo humano. Se denomina así debido a que, en la antigüedad, los alquimistas llamaban "saturno" a dicho elemento químico. TIPOS DE INTOXICACION: Agudo - Crónico -Efectos gastrointestinales: Aparecen en ambos tipos de intoxicación. Cursa con un cuadro agudo gastrointestinal, con abundantes vómitos, dolor abdominal, heces negras y estreñimiento. Pueden desarrollarse cólicos difusos en ocasiones muy dolorosos. -Efectos Neurologicos: Los primeros síntomas de la encefalopatía saturnina consisten en letargo, vómitos, irritabilidad, anorexia y vértigos, seguidas de una ataxia y de una bajada del nivel de consciencia, que en los casos más graves puede evolucionar hacia el coma y la muerte. La recuperación se acompaña de secuelas como epilepsia, retraso mental, neuropatía óptica y ceguera. -Efectos toxicos renales: La nefrotoxicidad aguda del plomo provoca alteraciones en la función y forma del túbulo proximal. Como consecuencia se ve alterado el transporte dependiente de energía, lo que da lugar a aminoaciduria, glucosuria y alteraciones iónicas en la orina. -Efectos hematológicos: Uno de los efectos más habituales de la intoxicación por plomo es la anemia. Es importante conocer que el plomo es un metal que se acumula de manera característica en el estroma de los eritrocitos. Por último es importante destacar que el plomo es un metal carcinógeno y que su exposición laboral se asocia a cáncer de pulmón, vejiga y cerebro. Tratamiento de la intoxicación por plomo ■ El tratamiento consiste en la retirada inmediata de la fuente de exposición, tratamiento sintomático de los cuadros más graves y eliminación del plomo con un agente quelante. Se suele emplear inicialmente el edetato de Na2-Ca, solo o en combinación con dimercaprol, seguidos de D-penicilamina en caso de ser necesaria una terapia de mantenimiento. ■ Alicia Hamilton (1869-1970), médica norteamericana experta en higiene industrial, hablaba en 1919 de «superstición» al referirse a la extendida creencia entre los médicos de empresa de que los trabajadores «se envenenaban a sí mismos por falta de higiene», sin tomar en consideración la concentración de polvo en las fábricas de acumuladores, por ejemplo. La prohibición del blanco de plomo establecida en 1921 por acuerdo de la Conferencia Internacional de Trabajo se aplicó en numerosos países para las pinturas de interiores, como España (Real Decreto 16/2/1926, Gaceta 20 de febrero), mientras que en Estados Unidos, todavía en 1970 sólo se aplicaba en cuatro estados. ■ En nuestro país, los primeros tratados aparecieron con el nuevo siglo, marcados por la impronta de la legislación protectora. Ejemplo la Higiene Popular. Contribución al estudio de la higiene de los trabajadores y enfermedades de los jornaleros. Medidas preventivas contra los accidentes del trabajo y principales enfermedades profesionales de los obreros (Gijón, 1902), texto de Ambrosio Rodríguez, cirujano con una amplia experiencia como médico de sociedades de socorros mutuos. Obreros de gijon ■ Las viviendas obreras fueron un tipo de estructuras de habitación muy característico en Gijón, Asturias, desde mediados del siglo XIX hasta bien avanzado el XX, que nacidas al calor de la industrialización se utilizaron para alojar a muchas familias de trabajadores de forma precaria, la mayoría en el extrarradio de la ciudad o cerca de las fábricas, e incluso, en algunas ocasiones, dentro del recinto de las mismas. ■ Las viviendas obreras, unas eran las llamadas casas de vecindad y otras las ciudadelas, habitadas por trabajadores, o por indigentes sin trabajo, por “pobres de solemnidad” que vivían en unas condiciones muy precarias. Eran, en general, siniestras. Por fuera y por dentro: habitaciones oscuras, muchas veces sin ventanas, aire viciado y dimensiones mínimas que en ocasiones aparentaban ser aún más reducidas al tener que dedicar la mínima cocina para dormitorio. Las viviendas carecían de aseo, muchas no tenían agua ni luz y, desde luego, no eran aptas para que vivieran con dignidad seres humanos. ■ Estas casas obreras fueron objeto de continua crítica por parte de las sociedades higienistas, como la Asociación Popular de Cultura e Higiene de Gijón, que aspiraban a que las viviendas se organizaran de acuerdo con los criterios morales de la época: que los hogares tuviesen privacidad, que nadie desde fuera viese ni oyese lo que pasaba dentro y, por supuesto, que en una casa no habitaran dos o más familias. Y, desde luego, la zonificación de sexos estableciendo una habitación para el matrimonio, otra para las hijas y otra para los hijos. ■ En el primer tercio del siglo xx, este modelo de abordaje de los riesgos químicos se extendió a otro tipo de contaminantes industriales, como la radiactividad y las sustancias pulvígenas, consagrando los valores máximos de exposición (en sus diversas modalidades como la principal herramienta de intervención de la higiene industrial. El caso del amianto, con su terrible correlato de mortalidad y discapacidad, y cuyo valor límite de exposición (el denominado dust datum) fue fijado en Reino Unido en 1930, es una buena muestra de las limitaciones inherentes a este tipo de acercamiento reduccionista al riesgo. Dimensión Internacional De La Preocupación Médica Por El Trabajo ■ En el caso que nos ocupa, y con motivo de la intervención sanitaria en una gran obra pública internacional, los túneles alpinos entre Italia y Suiza (San Gotardo, acabado en 1882 —obra que produjo enormes pérdidas humanas por anquilostomiasis—, y Simplón, entre 1898 y 1906), se iniciaron en Italia movimientos para el estudio y la prevención de las enfermedades del trabajo. ANQUILOSTOMIASIS: En humanos es una infección causada por los parásitos nematodos Necator americanus y Ancylostoma duodenale, y que se transmite por contacto con tierra contaminada. Síntomas: Molestia abdominal,Tos, Diarrea, Fatiga, Fiebre, Gases, Erupción que pica, Pérdida del apetito. ■ En 1925 y 1928 se celebran dos nuevos congresos, con otra organización; entre 1926 y 1927 se reconstruye la comisión y siguen celebrándose nuevos congresos en colaboración con el Comité Internacional para el Estudio de los Accidentes de Trabajo a lo largo de la década de 1930. Otra institución paralela, tras los acuerdos de paz de Versalles, fue la Sección de Higiene del Trabajo que se creó en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) 1919 surgida de la Sociedad de Naciones, la única de las instituciones surgidas de la paz de Versalles que sobrevivióa la Segunda Guerra Mundial gracias a su ubicación en Canadá y a su composición no sólo gubernamental. La propia actividad general de la OIT ha generado numerosas aportaciones para la mejora del bienestar obrero en términos de normas sobre jornada, trabajo infantil, manipulación de materiales peligrosos y otras. En 2003 se publica un compendio de crónicas sobre la aparición de las agrupaciones nacionales en este ramo. Médicos En Los Talleres ■ Pese a que la recomendación de Ramazzini les confiriera un estatuto escolar, la resistencia patronal a la apertura de sus fábricas y talleres a la entrada de agentes extraños al mundo de la empresa fue notoria y persistente; como lo fue a la conveniencia de regulaciones, hasta el cambio de signo del estado liberal, a finales del siglo xix y consecuencia de lo que se ha denominado segunda Revolución Industrial y el proceso de concentración de capitales y pugna por mercados. ■ Dos son las figuras históricas en las que se plasmó esta difícil relación entre empresas y reglas legales en materias de salud: la más antigua, exclusivamente británica, es la de los cirujanos certificadores o examinadores, y la segunda es la de los inspectores médicos de trabajo. Por otro lado, las exigencias de una dirección paternalista y la conveniencia de fijar la mano de obra especializada, junto con la preocupación filantrópica y la visión biologicista que hemos advertido en autores como Ludwig Hirt, permitieron la aparición de servicios médicos permanentes en las empresas, algo que se extendió desde la siderometalurgia hasta el ferrocarril y la industria química desarrollada particularmente en la segunda oleada de la industrialización a partir de 1870, terreno en el que fue más relevante la experiencia alemana. Peculiaridad inglesa ■ Parte de una de las primeras leyes reguladoras del trabajo industrial en Inglaterra, producto de una larga coyuntura conflictiva, fue la creación de la figura del certifying surgeon (cirujano certificador) —una iniciativa del inspector del trabajo de Manchester, iniciada en 1833—, nombrado de forma potestativa por los inspectores de trabajo, para certificar que los obreros empleados en la industria textil tenían la edad mínima legal (Ley Factory Act.de 1844: esta ley incluyó medidas para evitar accidentes en el manejo de maquinaria, que no se extendieron al conjunto de la industria hasta 1867). ■ A partir de su práctica habitual, este personal sanitario se convirtió en habitual en las empresas, como consejeros higiénicos de éstas, y desde 1901 asumieron algunas funciones de orientación profesional, que se convirtieron en universales a partir de 1937, convertidos en «cirujanos examinadores» (responsables de dar el visto bueno sanitario a los obreros antes de ser contratados). Desde 1906 habían asumido tareas de peritaje sobre el grado de incapacidad resultante tras un accidente, en casos de compensación, y a partir de 1937 se les encargó la realización de exámenes periódicos de salud en poblaciones laborales que realizaban actividades peligrosas, como por ejemplo la manipulación de sustancias radiactivas. Inspección médica del trabajo ■ La inspección médica del trabajo se plasmó por vez primera en Bélgica, en 1895, formada por un servicio central, que incluía un laboratorio, tres inspectores provinciales y 149 médicos agregados, todo bajo la dirección de Denis Glibert. Sus competencias incluían: - Garantizar las bajas posparto a las empleadas - Vigilancia del empleo de niños - Existencia de primeros auxilios - Salubridad de los locales - Aplicación de las normas especiales en ciertas industrias - Labores de encuesta y exámenes de salud. Esta modalidad de intervención pública se extendió por Europa: Inglaterra, 1898; Alemania (Würtemberg, 1905, Baden, 1906, Baviera, 1909; Prusia, 1921); Holanda, 1912, e Italia, 1914; también en algunos estados norteamericanos, como Massachussets, 1905, y Nueva York, 1907. ■ En España se creó una Inspección Médica del Trabajo en 1934, adscrita a la Dirección General de Sanidad y con una clara vocación preventiva. La apuesta fue truncada tras la Guerra Civil, cuando el régimen franquista reorganizó los servicios de inspección, impidiendo la consolidación de funciones inspectoras de trabajo de carácter especializado. La medicina de empresa como actividad profesional especializada ■ El desarrollo de la legislación sobre accidentes laborales, generalizada en los países industriales a finales del siglo xix —en 1900 se promulgó la ley española—,consagró la necesidad de recurrir al conocimiento experto como sostén de toda intervención en el medio laboral, junto con la instauración de una compensación económica a cambio del riesgo industrial. ■ La legislación obligó a los empresarios a proporcionar atención médica a sus trabajadores en caso de accidente, lo que determinó el crecimiento de los servicios médicos y favoreció el proceso de especialización. ■ Los servicios pasaron de disponer de poco más que de un consultorio y la visita domiciliaria obligada a contar con puestos de socorro y enfermerías de fábrica, ambulancias y hasta hospitales a cargo de las mutualidades patronales (los primeros, para la atención a mineros, como correspondía a la tradición existente). Y es que con la legislación compensatoria nacieron también las mutuas patronales, con la doble finalidad de garantizar el pago de las indemnizaciones y de disminuir los costes mediante la maximización de los procedimientos de prevención y el control sobre los beneficiarios. ■ En torno a dichas mutuas (seguro medico) y a los servicios médicos de las compañías privadas de seguros se articuló una primera formulación de la especialidad, la medicina de accidentes, según la denominación germana e Infortunistica en la italiana. ■ Según esta concepción, a los médicos de la industria les correspondía recoger los nuevos hechos clínicos, mecánicos, anatómicos y fisiológicos —que en primer lugar servirían para detectar los fraudes—, y participar en los nuevos servicios sanitarios con el objetivo de acelerar el proceso de recuperación para que el trabajador se reintegrara a su puesto con la mayor celeridad. ■ Los servicios médicos se concentraron en la organización de dispositivos asistenciales de primeros auxilios y hospitalización especializada, en la evaluación de los daños biológicos sufridos desde una pura perspectiva clínica o quirúrgica y en el tratamiento y rehabilitación de los casos de invalidez, relegando los problemas de prevención a un plano muy secundario. ■ Las labores preventivas de estos servicios se limitaron a la realización de reconocimientos previos y periódicos de los trabajadores, de encuestas higiénicas y de campañas de educación sanitaria. Las primeras de estas prácticas, generalizada en los países industriales en el primer tercio del siglo xx, fue la que mayor impacto tuvo en los propios trabajadores y en su percepción de la medicina laboral como un mecanismo de gestión y selección de la mano de obra al servicio de los intereses empresariales. ■ El núcleo en torno al que se articuló la salud ocupacional en el régimen franquista fue el Instituto Nacional de Medicina y Seguridad del Trabajo (INMST), creado en 1944, dependiente del Ministerio de Trabajo. ■ En 1948 se le incorporó la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo —cuyos cursos regulares no comenzaron hasta 1956. ■ Manuel Baselga Monte (1931-2009), garantizaron la presencia de la medicina del trabajo española en las organizaciones internacionales, desde 1943, culminada por la celebración en Madrid del XIV Congreso Internacional de la especialidad en 1963). Pese a ello, la Sociedad Profesional no ingresó como miembro del ICOH (Comisión Internacional de la Salud Ocupacional) hasta 1984, lo que quiere decir que las conexiones se establecieron sobre todo por la vía gubernativa (ley/orden que proviene del gobierno y los contactos personales. “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad” Albert Einstein