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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


DE LOS LLANOS OCCIDENTALES “EZEQUIEL ZAMORA”
PROGRAMA: DERECHO.

DERECHO ROMANO I

Facilitador: Participantes:
bog. MSc. Gerardo Lavandeia B. Rondón José Elías C.I. 11.753.007

San Carlos, julio 2021


INTRODUCCIÓN

La familia romana fue una institución principal desde las primeras estructuras
constituyentes de la antigua Roma, esta estaba presente como un fundamento
natural y jurídico de la nación y por ende en el ámbito social. Era compuesta por
todos aquellos individuos que nacido libres, Vivian bajo la conducta propia de un
estatus parental natural, jurídico, político, económico, religioso entre otros.
La familia en la época de roma estaba integrada no solo por personas ligadas por
vínculos de sangre sino también por todos los que dependían del pater familias, este tipo
de familia era mucho más amplia que una familia actual y podía estar formada por cientos
de personas donde cada integrante tenia responsabilidades, obligaciones, derechos y
jerarquías.
La patria potestad se caracterizaba por no limitarse a la relación padre-hijo, sino
que era el poder del pater familias sobre todas las personas que formaban el núcleo
familiar. El pater era el hombre que no tenía ascendiente vivo por línea masculina.
El poder del pater era absoluto sobre aquellos que estaban bajo su autoridad, podía
incluso disponer de la vida y la muerte de los individuos.
A fin de cumplir los objetivos del presente trabajo, intentare responder
separadamente a cada una de las preguntas planteadas, determinando
primeramente la condición de familia y para luego saber a qué restricciones está
sometida, el matrimonio, su validez finalmente comprender las difíciles relaciones
entre adopción y patria potestad.
CONCEPTO DE FAMILIA, FUNDAMENTACIÓN POLÍTICA.

La familia en romana fundamentación política que se caracteriza por el rasgo dominante


del régimen patriarcal, es decir, que reposa por completo en la autoridad del feje de
paterfamilias. La familia sufrió una profunda trasformación como consecuencia de las
influencias ejercidas por los fenómenos económicos, políticos y religiosos, que afectaron la
estructura social en general y a la organización de la familia en particular.
Esta transformación se inicia durante la era republicana con el derecho pretoriano, pero
viene a consolidarse en la época del Bajo Imperio, específicamente en la época de Justiniano,
quien inspirado en la institución religiosa cristiana reduce los vínculos de parentesco a los
vínculos se sangre, por cognación y delega los otros derechos que tenía el paterfamilias al
Estado como instituciones políticas.

PARENTESCO.
La patria potestas o potestad del jefe es la base de la familia y del parentesco, ya que baja
la autoridad de estas, la familia romana ofrece el aspecto de un grupo organizado fuertemente
que vive una vida propia en el seno del Estado, con sus intereses particulares tanto
pecuniarios como de carácter religioso. De allí que la capacidad del jefe de familia llega hasta
el poder excluir de ella por medio de la emancipación a los descendientes y a la de hacer
ingresar personas extrañas a la familia mediante la adopción; puede disponer del patrimonio
único formado por sus propias adquisiciones como por las de los otros integrantes del grupo
familiar, lo que demuestra el derecho absoluto que tiene como propiedad de ese conjunto de
bienes.

AGNACIÓN
La agnación es un parentesco puramente civil, extraño al vínculo de sangre, que tiene por
fundamento la autoridad paterna o material, o sea, la institución de la patria potestad. De allí,
que la familia agnaticia o civil comprende.
1. A los que están bajo la patria potestad o la manus del paterfamilias, tanto entre ellos
como con relación a este; por consiguiente, los hijos bajo patria potestad son agnados.
 De su paterfamilias.
 De su madre, si esta se encuentra in manu mariti, pues de lo contraria solo serán
cognados de ellas.
 De sus hermanos bajo la patria potestad y de los descendientes de estos que se hallen
también bajo la misma patria potestad por emancipación o de las mujeres que habiendo
contraído matrimonio hubieren pasado a la familia de su marido por haber caído in manu
mariti; pues, con respeto a estos serán solo cognados.
 De las personas extrañas que han sido incorporados a la familia por adopción.
2. Los que hubieran estado bajo la patria potestad del paterfamilias y lo estuvieran aún
si este viviera. Esto resulta lógico porque el vínculo agnaticio no desaparece ni se extingue
con la muerte del paterfamilias, de modo que los que están sometidos a la paria potestad
continúan ligados por este vínculo de agnación aún después de la muerte del paterfamilias.
3. Los que nunca estuvieron bajo la autoridad del paterfamilias; pero que lo estarían si
este viviera; o sea que esta persona hubiera estado sometida a la autoridad de ese
paterfamilias si todavía viviera.
Poe ejemplo, si el hijo nace después de la muerte del paterfamilias, pero que había estado
concedido para el momento de su muerte, o la mujer que se incorpora a la familia del marido
por contraer matrimonio después de su muerte del paterfamilias con un descendiente de este
que hubiera estado bajo su patria potestad, que viene a ser agnada de todos los que estuvieron
bajo la patria potestad de ese paterfamilias.

COGNACIÓN.
El parentesco cognación deriva de la concepción de la familia propia de la época de
Justiniano; según este, se entendía por familia el conjunto de personas que tienen un origen
común y que estaban ligadas por un vínculo natural; el vínculo la sangre, que se llamó
“vinculo de cognación”,
Por lo tanto, la cognación viene a ser el parentesco fundamentado en la existencia de un
ascendiente común. Es el parentesco de sangre que se origina entre personas que proceden
unas de otras, ósea, que provienen de un antepasado común o de un tronco común. Este
parentesco puede ser en línea recta o en línea colateral.
En línea recta, cuando las personas descienden unas de otras, pudiendo ser e línea
ascendente o descendente, según que se ascienda de la prole hacia el tronco común o del
tronco común hacia la prole.
Es en línea colateral, cuando las personas, no obstante tener un origen o tronco común,
no descienden de una de la otra, como sería el caso de dos hermanos, de un tío y un sobrino,
de dos primos hermanos, entre otros.
El parentesco constituyente también el fundamento del derecho hereditario en loa época
pretoriana, pues si bien es cierto que el pretor no llego a privar a los agnados de la herencia,
les confería a los cognados la “bonorum possesio” o posesión de los bienes hereditario y esta
forma de sucesión llanada pretoriana, por haber sido creada por el pretor, le permitió a los
cognados la sucesión de un conjunto del patrimonio del difunto, y en esta forma el pretor
protegía al heredero al darle la posesión de los bienes del causante cuando invocaba un
testamento o cuando demostraba ser el pariente más próximo del decujus.

AFINIDAD.
El parentesco de afinidad, era el vínculo que existía entre cada uno de los conyugues y
los parientes cognados del otro. La afinidad no tenía grados, pero se adoptaba el criterio de
que en el mismo grado en que una persona es pariente cognado de uno de los cónyuges, en
ese mismo grado es pariente afín del otro cónyuge.

POTESTADES DEL PATERFAMILIAS PATRIA POTESTAD.


La patria potestad es el poder que ejercía el ascendiente de mayor edad sobre sus hijos y
descendientes hasta el infinito.
La patria potestad no era, como ocurre hoy, un poder protector establecidos a élla, sino
que estaba establecido únicamente para favorecer a los que estaban sometidos a élla, sino que
estaba establecido, por lo menos en apariencia, en el interés de quien la ejercía; y en este
sentido, todos los derechos estaban de su parte y todas las obligaciones de parte de las
personas sometidas a esa patria potestad.
En realidad, se había organizado la patria potestad en el bien entendido interés de la
familia. Ese grupo necesita un jefe que mandara solo, provisto del pleno poderes para la
salvaguarda de los intereses del grupo mismo, ya que, del interés de la familia, se encontraba
el interés del Estado, de allí que cada familia era como una escuela de disciplina y de respeto
que formaba parte al ciudadano romano y lo preparaba para la vida pública.
La patria potestad era perpetua: no cesaba, como ocurre hoy, cuando el hijo llega a la
mayoría de edad. Cualquiera que fuera su edad, el hijo estaba sometido indefinidamente a
esa patria potestad.
La patria potestad no correspondía más que al varón, nunca podía ser ejercida por las
mujeres. A la muerte del paterfamilias, el hijo, cualquiera que fuese su edad, se hacía sui
iuris.
La patria potestad correspondía al ascendiente varón de mayor edad; así, cuando el padre
de una persona estaba bajo la patria potestad de su padre, este último era el que ejercía la
patria potestad sobre su hijo y sobre su nieto.
La situación por lo tanto del paterfamilias, en esta época primitiva, era similar a la
situación del esclavo, puesto que ambos eran alieni iuris, o sea, que estaban sometidos a la
autoridad absoluta del paterfamilias, tanto en cuanto a sus personas como en cuanto a los
bienes que adquirieran. Sin embargo, el hijo de familia difería del esclavo.
El hijo de familia era persona libre, tenía el status libertatis que la faltaba al esclavo.
El hijo de familia era ciudadano romano; tenía el status civitatis; y desde el punto de vista
político, tenía los mismos derechos que el paterfamilias o sea el derecho al voto y el derecho
de ser electo para alguna magistratura.

ACCIONES PARA LA DEFENSA DEL PATERFAMILIAS.


Desde el derecho romano antiguo se concedió al paterfamilias los medios necesarios con
el objeto de defender los derechos que integran la patria potestad, cuando estos derechos
habían sido perturbados, menoscabado o violados en forma ilegítima, bien por las mismas
personas sometidas a esta Institución o por terceras personas.
Si la violación del derecho provenía del filiusfamilias, podría ser sancionado por el
paterfamilias por tener este los más amplios poderes que la misma institución de la patria
potestad le confería; pero cuando la perturbación o transgresión del derecho provenía de una
tercera persona, el paterfamilias, intentaba la acción reivindicatoria, que tenía por objeto
lograr la restitución del hijo.

EXTINCIÓN DE LA PATRIA POTESTAD.


La doctrina romana reconoce diversos modos de extinción de la patria potestad; y son
ellos, los siguientes.
1. La muerte del paterfamilias o del filiusfamilias.
La muerte del paterfamilias trae como consecuencia que todas las personas que se hallen
directa e indirectamente sin intermediarios, bajo su patria potestad en el momento de su
muerte, se hacen sui iuris. De allí que se harían sui iuris: el hijo, la hija los nietos de un hijo
premuerto o emancipado; pero los nietos, cuyo padre viviere, pero este bajo la patria potestad
del paterfamilias, no se hacen sui iuris, sino que caen bajo la patria potestad de su padre, que
es quien se hace sui iuris.
Pues, aunque él no extingue la personalidad jurídica acarrea la perdida de la condición de
ciudadano romano y en consecuencia el derecho a gozar del derecho quiritario, ya que su
condición para ser la de un peregrino.
Esto ocurría en los tiempos primitivos con la condenación a la pérdida del agua y del
fuego, o sea, el exilio y de Augusto en adelante, con la deportación en una isla.
Por la capitis deminutio mínima, o sea el cambio en la condición familiar.
Esto tiene lugar cuando un paterfamilias se da adrogación a otro paterfamilias, caso en el
cual tanto él como su familia pasan a la patria potestad del padre adrogante; o bien, cuando
el filiusfamilias es dado en adopción, caso en el cual, en el periodo anterior a Justiniano, se
rompe la patria potestad del padre natural y se adquiere la patria potestad por el padre
adoptivo.

PECULIOS.
El peculio es una masa o conjunto de bienes del patrimonio. El término es utilizado
principalmente en Derecho romano, dado que en la actualidad el sinónimo utilizado de forma
habitual es el del patrimonio. Para abordar en qué consiste el peculio, primero sería necesario
hacer una referencia a la situación de la sociedad romana. Como consecuencia del status
familiae (es decir la posición que cada uno de los miembros ocupaba en el seno de la familia),
se podía distinguir dos categorías: los "sui iuris", aquellos que tenían capacidad jurídica, por
ejemplo, el Pater familias, y los "alieni iuris", aquellos que estaban sometidos a un poder, no
disfrutaban de capacidad jurídica. De esta manera, los filius familias se encontraba dentro de
esta categoría de "alieni iuris".

CASTRENSE.
Fue creado por Augusto en favor del hijo de familia que fuera militar. Comprendía todo
lo que el hijo adquiría durante el servicio militar, tales como su sueldo, el botín de guerra,
los donativos y cualquier otro beneficio que obtuviera en calidad de militar.
Los bienes que forman este peculio pertenecían en plena propiedad al hijo de familia y
podría disponer de ellos por testamento.

CUASI CASTRENSE.
Fue creado por el emperador Constantino; comprendía todo lo que el hijo de familia
adquiriera en el servicio de la Corte, del Estado o de la Iglesia. Este peculio era similar al
peculio castrense.

ADVENTICIO O BONA ADVENTICIA.


Nació bajo los emperadores Adriano y Constantino, quienes establecieron que los bienes
que correspondían al hijo por sucesión de la madre, pasasen en propiedad a este y al padre
solo correspondería el usufructo.
Después, bajo los sucesores de Constantino, se comprendieron también los bienes que
adquiría el hijo de los descendientes maternos, de su cónyuge, y finalmente, Justiniano
estableció que forman parte de este peculio los bienes que el hijo adquirirá por cualquier
concepto que no provinieran del padre y que no correspondieran a los otros peculios.

El usufructo de este peculio no pertenecía al padre.


 Si el hijo bahía adquirido dichos bienes contra la voluntad del padre.
 Cuando los bienes se dejaban el hijo con la condición de que el padre no tuviera el
usufructo de dichos bienes
 Si el padre malgastaba un fideicomiso que debía restituir al hijo.
 Cuando el padre se divorciaba, respecto de los bienes que pasaban a poder del hijo.

LA IUSTAE NUPTIAE.
En el matrimonio romano o “iustae nuptiae” pueden distinguirse tres fases sucesivas: en
la primera, la matrimonio y la manus se confunden en el sentido de que no hay matrimonio
sin que la mujer caiga bajo la manus de su marido: en la segunda, junto al matrimonio cum
manus, que subsistía, apareció, una nueva forma de matrimonio, que es el matrimonio sine
manus; y en el último aspecto del derecho romano, la manus; cayo en desuso y el matrimonio
sine manus es el único existente.
En los primeros tiempos na había más que una sola especie de matrimonio, el matrimonio
cum manus. La mujer que se casaba caía siempre bajo la manus del marido. Dejaba de formar
parte de su antigua familia para entrar en la familia del marido en la que ocupaba el lugar de
una hija.
En una fecha indeterminada apareció el matrimonio sine manus, aunque algunos dicen
que existía en la época de la Ley de las XII Tablas, en tanto que otros opinan, por lo contrario,
que no se le conoció sino a fines del siglo VI de Roma.

CELEBRACIÓN.
Acerca de esto hay que distinguir, si se trata de un matrimonio cum manus o de un
matrimonio sine manus.
En el matrimonio cum manus, la cuestión se reduce a establecer como se crea la manus y
se distingue, según la opinión del jurista Gayo, tres maneras de adquirir la manus, que son:
la confarreatio, la coemptio y el usus.
a) La Confarreatio: Este es un procedimiento reservado para las personas de la clase
patricia. Consistía en la ofrenda al Dios júpiter de un pan de centeno, acompañado de palabras
solemnes, en presencia de los contrayentes, de diez testigos y del Gran Pontífice.
b) La Coemptio: Era la forma del matrimonio plebeyo. Consistía en una venta ficticia de
la mujer a su marido en presencia de cinco ciudadanos romanos púberes, de un librepens o
portalanza y de los contrayentes. Valiéndose para ello de palabras sacramentales. Las
formalidades eran las mismas que para la mancipado, pero las palabras diferían para que
produjeran efectos diferentes a la mancipatio.
c) El Usus: Resultaba da la cohabitación continuada del hombre y de la mujer durante un
año. La mujer podía evitar el resultado de caer in manu mariti separándose de la casa por tres
noches antes de que finalizara el año. A esto se llamaba la “usurpatio trinocti”.

CONDICIONES DE VALIDEZ.
1. Ausencia De Un Matrimonio Anterior.
Los romanos observaron siempre la monogamia como regia absoluta. Por lo tanto, los
futuros esposos debían estar libres de todo lazo matrimonial anterior al momento de casarse.
Además, la mujer viuda o divorciada que volvía a casarse debía observar el periodo de
viudez de diez meses, con el objeto de evitar la confusión de parto, o sea la “turbatio
Sanguinis”.
2. La Pubertad De Los Esposos.
Estas era la edad en que las facultades físicas del hombre y de la mujer los hacen idóneos
para la procreación.
Para la mujer, se fijó desde un principio la edad de los doce años; pero, para los hombres
el sistema primitivo consistía en fijar de hecho, en cada caso particular, la edad de pubertad
en el hombre, procedimiento que subsistió por mucho tiempo. Los proculeyanos propusieron
una edad uniforme; de 14 años, pero esta opinión no triunfo, sino con Justiniano.
3. Consentimiento De Los Contrayentes.
Las personas que contraen matrimonio, deben consentir libremente en el mismo.
Sin embargo, es posible que no siempre tuviera la misma importancia el consentimiento
de los futuros esposos, cuando eran “alieni iuris” variando según la época; pues al principio,
el único consentimiento legal erar el paterfamilias y por ello se supone que, debido al poder
tan absoluto que este tenía en los primeros tiempos sobre sus hijos, fueran ellos quienes los
casaran y no los hijos quienes se casaban.
4. Consentimiento Del Paterfamilias.
El consentimiento del paterfamilias es necesario para las personas “alieni iuris”,
cualquiera que fuera edad. Eran una consecuencia de la patria potestad.
En el caso de que quien contrajera matrimonio un nieto, debía contar con el
consentimiento de su padre además del consentimiento del paterfamilias, porque los hijos
que nacían de la unión matrimonial se encontrarían algún día bajo su patria potestad, y había
una regla de que no podía tenerse un heredero suyo sin su consentimiento.
La Ley Julia del año 736, bajo Augusto, permitió al hijo casarse con autorización del
magistrado, en caso de negativa injustificada del paterfamilias. Y más tarde en el Bajo
Imperio, se permitió al hijo casarse cuando el paterfamilias estuviera ausente, loco o cautivo.
5. El “Connubium”.
En la aptitud legal para contraer la justae nuptiae.
A este respecto, se distinguían dos clases de incapacidades, llamadas incapacidades
absolutas unas e incapacidades relativas, las otras.
a) Incapacidades Absolutas: Se entendía por tal las causas que constituían un obstáculo
al matrimonio de una persona con cualquiera otra persona. Así, estaban privados del ius
Connubium, los esclavos, los peregrinos, los latinos coloniales y los latinos junianos. A veces
se concedía el ius Connubium, a título individual, a personas que no fueran ciudadanos
romanos.
b) Incapacidades Relativas: Eran las que constituían un obstáculo para el matrimonio
solo entre dos personas determinadas; en virtud de circunstancias que eran propias. El
parentesco de cognación fue obstáculo para el matrimonio en algunos casos pues las reglas
del derecho romano, salvo algunas derogaciones temporales, fueron casi las mismas que las
actuales; prohibición absoluta del matrimonio entre parientes en línea recta, sin limitación de
grados; y en línea colateral, hasta el tercer grado, es decir entre tíos y sobrinos.
La afinidad era también un obstáculo para el matrimonio en línea recta; y en línea
colateral, no se prohibió el matrimonio sino a partir del emperador Constantino.

EFECTOS.
a) Efectos dentro los conyugues.
En el matrimonio cum manus, como la manus era un poder en todo semejante a la patria
potestad, la mejer in manus se consideraba como hija de su marido, loco filiae, y como
hermana de sus hijos. Desde el momento en que caía in manus, dejaba de formar parte de su
antigua familia, pues se rompía para ella el vínculo de agnación y entrada por completo en la
manus del marido y era admitida al culto privado de su nueva familia, sacra privada.
Por ser alieni iuris, no tenía patrimonio y si era sui iuris en el momento de casarse, los
bienes que en ese momento poseyera eran adquiridos por el marido a titulo universal, y era
el marido a quien pertenecían todos los bienes que pudiera adquirir durante el matrimonio,
como los que adquirieran los hijos de familia.
A la muerte del marido, la mujer in manus entraba a la sucesión de este en calidad de
heredes sui, o sea de heredero suyo con igual título que sus propios hijos y en concurrencia
con ellos.
En el matrimonio sine manus, la mujer no entraba a la familia de su marido y no caía bajo
su potestad, sino que permanecía en su familia de origen y en la misma condición que tuviera
en el momento del matrimonio; o sea, que, si en ese momento era sui iuris, seguía siendo sui
iuris, y si era alieni bajo la potestad de su padre, seguía sometida a esta potestad, puesto que
el matrimonio en Roma no producía emancipación.
El marido no tenía sobre la persona de su mujer ningún poder ya que no podía obligarla
ni a permanecer con él ni a volver a él.
También es de anotar que ambos conyugues se deben fidelidad, pero no obstante era
castigado con más severidad el adulterio de la mujer que el del marido; llegándose a castigar
la infidelidad de la mejer hasta con la muerte, rigor este que se suavizo bajo Justiniano.
b) Efectos Con Respecto A Los Hijos.
Entre la madre y los hijos ya se ha dicho que en el matrimonio com nanus la mujer era
como hermana de sus hijos.
En el matrimonio sine manus, no había ningún lazo de parentesco civil, de agnación, entre
la madre y sus hijos, puesto que formaban parte de dos casas diferentes; no estaban bajo la
misma potestad, eran solo cognados. En consecuencia, en el derecho primitivo, no existía
ningún derecho se sucesión reciproco entre ellos, pero esa solución poco conforme con la
naturaleza, se modificó por dos senados consultos: el senado consulto Tertuliano, bajo la
época del emperador Marco Aurelia.
En cuanto a las relaciones entre el padre y los hijos, el matrimonio producía, efectos
idénticos, ya que fuera cum manus o sine manus. Los hijos quedaban siempre colocados bajo
la patria potestad del padre.
La paternidad escapaba a toda demostración directa y su prueba se suplía por una doble
presunción, que consistía.
1) En que el hijo concebido durante el matrimonio, tiene por parte al marido; “pater is est
quem iustae nuptiae demonstrant”.
2) se consideraba que el hijo del marido el que hubiere nacido después de los ciento
ochenta días de la celebración del matrimonio y dentro de los trescientos días de su discusión
o anulación.
Esto permita al hijo comprobar que había sido concebido durante el matrimonio; pero,
constituye una presunción “iusis tantum”, o sea, que admite prueba en contrario.

LOS ESPONSALES.
Los esponsales es el pacto o promesa por el cual se concierta un matrimonio, su nombre
deriva de que, para celebrar este pacto, se usaba la fórmula de la “sponsio” que, para celebrar
este pacto, se usaba la fórmula de la “sponsio”, que consistía en un juramento que se realizaba
ante el altar de Hércules.
El cumplimiento de la obligación contraída era sancionada mediante la “actio
sponsalitia”, la cual podía ser utilizada por la persona perjudicada; o sea, que durante los
primeros tiempos tuvo este contrato de esponsales un carácter obligatorio con relación a la
celebración del matrimonio, pero luego no tuvo sino un carácter moral, na dando opción para
obligar a la celebración del matrimonio, pero luego no tuvo sino un carácter moral, no dando
poción para obligar a celebración del matrimonio, pudiendo los interesados romperlo en
cualquier momento. Sin embargo, el hecho de contraer segundos esponsales, subsistiendo los
primeros, o el contraer matrimonio con persona distinta de aquella con la cual se habían
celebrado esponsales, producía la tacha de infamia.
Las “arras sponsalicias”. En el Bajo Imperio, se acostumbró acompañar a los esponsales
o desposorios con la entrega de las “arras sponsalicias”, que era una suma de dinero o de
bienes que uno de los futuros contrayentes daba al otro como garantía del cumplimiento de
su promesa, perdiéndolas el que las había dado si rehusaba juego contraer matrimonio o
teniendo que pagar el doble de ella el que las había recibido si era el que incumplía su
promesa matrimonial.
Los esponsales o desposorios podían sin embargo extinguirá por mutuo consentimiento
de las partes, por voluntad de uno del novio, por la muerte de alguno de ellos o por la
existencia de algún impedimento para la celebración del matrimonio.

DISOLUCIÓN.
La disolución del matrimonio o justae nuptiae, puede resultar de varias causas:
1) De la muerte de uno de los cónyuges.
2) De la perdida de libertad de uno de los esposos o sea por la capitis deminutio máxima
sufrida por uno de ellos.
3) De la pérdida de la ciudadanía de uno de ellos, o sea por la capitis deminutio media
sufrida por cualquier de los conyugues. En la época de Justiniano esto no disolvía el
matrimonio, sino que este se transformaba en un matrimonio sine connubio o de derecho de
gentes.
4) Del divorcio, o sea la perdida de la “affectio mariatalis” en uno de los cónyuges o en
ambos.
En el matrimonio cum manus, la mujer in manu no podía imponer el divorcio a su marido,
de igual manera a como no la tenía un hijo de familia para sustraerse a la patria potestad.
Por lo contrario, el marido podía repudiar a la mujer dando fin al matrimonio; y entonces
si se había establecido la manus por “confarreatio”, era necesario una ceremonia inversa; la
“diffarreatio”; y si la manus, se había establecido o por usus, podía el marido darle fin
mediante la emancipación.
Como el matrimonio sine manus se consideraba como un estado de hecho, como cierto
genero de vida que suponía el consentimiento mutuo de los esposos, cuando terminaba este
acuerdo de voluntad por hecho de los dos esposos o por hecho de uno solo, marido o mujer,
el matrimonio terminaba, si había un divorcio.
Existían, Pues Dos Clases De Divorcios:
 El divorcio por mutuo consentimiento o “bona gratia”.
 El divorcio por voluntad de uno de los esposos o “repudium”.
El divorcio se practicaba libremente entre los esposos sin que estuviera subordinado a
ninguna forma especial ni a causa determinada; ya que la autoridad pública no intervendría
en Roma, ni para la celebración no para la disolución matrimonio; se casaban y se separaban
con igualdad facilidad sin que intervinieran la autoridad pública, por ello, se abusó
enormemente de estos, sobre todo a partir del siglo VI de Roma y a principios del Imperio,
al grado de que las mujeres, según dice un historiador, no contaban ya los años por los
nombres de los cónsules, como antes, sino por los nombres de su marido.
El emperador Augusto, que se preocupó por combatir la disminución de la población,
estableciendo todo un sistema de pérdida de derechos por las Leyes Caducarías, hizo poco
por el divorcio. Limitándose solamente a facilitar la prueba exigiendo que se notificara al
otro cónyuge en presencia de siete testigos; y demás, reprimió severamente al adulterio.
Los emperadores cristianos, a pesar de los principales admitidos en materia de
matrimonio por la doctrina cristina acerca de la indisolubilidad del vínculo matrimonial, no
se atrevieron a suprimir ni a limitar la facilidad del divorcio. Se conservó el divorcio por
mutua consentimiento, abolido durante corto tiempo por Justiniano; y en cuanto al repudium,
los emperadores cristianos, especialmente Justiniano, se limitaron a castigar con penas
severas al esposo que repudiara a su cónyuge sin motivo grave y al que por su conducta
hubiera motivado al divorcio; pero el matrimonio siguió siendo siempre disoluble.
Cualquiera que fuera la causa por la cual quedara disuelto el matrimonio, el hombre podía
volver a contraer matrimonio inmediatamente; pero la mujer para contraer un segundo
matrimonio debía esperar que transcurriera un lapso de diez meses para evitar la “turbatio
Sanguinis”, o sea que hubiera duda sobre la paternidad del hijo que naciera luego de contraído
el segundo matrimonio ya que no podría afirmarse con certeza si el padre era el primero o el
segundo marido. La mujer que contraviniendo esta disposición legal contraía un nuevo
matrimonio quedaba techada de infamia, e igualmente el segundo marido y las personas cuyo
consentimiento hubiera sido necesario para este nuevo matrimonio si conocían esta situación.

UNIONES DISTINTAS A LA IUSTAE NUPTIAE


Aparte de las iustae nuptiae, se practicaban en Roma otras uniones, que eran el
concubinato, el matrimonio de derecho de gente y el contubernium.
EL CONCUBINATO.
El concubinato era una unión de orden inferior que no elevaba a la mujer a la condición
social de un marido y que no hacia caer a los hijos bajo la patria potestad del padre.
Por mucho tiempo, el concubinato fue ignorado por el derecho civil, era un hecho no
reglamentado. El derecho penal era el único que se ocupaba de él en la Lex Iulia de Adulteris,
al exceptuarlo de las penas que se aplicaban al adulterio.
En el Bajo Imperio. Por el contrario, se reconoció expresamente el concubinato,
considerándolo un matrimonio de orden inferior, y se hizo producir efectos jurídicos.
El concubinato, al principio, se encontraba en la práctica entre personas privadas del
Connubium de manera relativa, por razones políticas. Se tomaba como concubina a una mujer
que no se podía tomar como uxor. Por lo demás, no se podía reunir las iustae nuptiae y el
concubinato, tener una concubina y una uxor, como no se podían tener dos concubinas.
La mujer era concubina y no uxor, no se la elevaba al rango de su concubino. En el Baja
Imperio, se terminó por reconocerlo un derecho de sucesión, aunque muy limitado.
Los hijos del concubinato, se llamaba liberi naturales y no legitimi o iusti y seguían la
condición de estos hijos, acordándoles el derecho de alimentos, el derecho de sucesión con
respecto a su padre y autorizando su legitimación.

LA LEGITIMACIÓN.
La legitimación es una institución que tenía por objeto hacer caer a los hijos naturales
bajo la patria potestad de su padre, transformando el concubinato en justas nupcias.
Esta institución se desconoció en la época clásica y sólo apareció en el Bajo Imperio, en
la época del emperador Constantino, desarrollándose luego por sus sucesores: Zenón,
Anastasio y Justiniano.

LA ADOPCIÓN CONCEPTO.
La adopción es una institución que tenía por objeto hacer adquirir la patria potestad por
un procedimiento artificial organizado por la Ley, o sea, hacer nacer entre dos personas las
mismas relaciones que existían entre un padre y un hijo.
La adopción podía aprovecharse con diferentes fines:
 Suplía a la naturaleza, pues servía para que un hombre sin hijos se procurara un
heredero de su nombre, de su fortuna y de su culto privado.
 Permitía un ascendiente adquirir la patria potestad sobre descendientes que no le
estaban sometidos en virtud de las reglas especiales de organización de la familia.
 Podía, en fin, realizar un objeto político; hacer adquirir el derecho de ciudadano a un
latino, transformar un plebeyo en patricio o, más aun, bajo el Imperio, dar un sucesor al
príncipe reinante.

DIFERENTES ESPECIES DE ADOPCIÓN.


Se distinguían dos clases de adopción; la adrogación y la adopción propiamente dicha.
La adrogación afectaba a las personas sui juris; a adopción propiamente dicha era relativa a
las personas alieni iuris.

FORMAS DE LA ADOPCIÓN.
Para que se produjera la adopción propiamente dicha, eran necesarias dos cosas:
 Extinguir la patria potestad a aquel que daba el hijo en adopción a otro.
 Hacer nacer la patria potestad en el padre adoptivo.
Para alcanzar este resultado, e padre que quería dar a su hijo en adopción, procedía como
si fuera a emanciparlo, o sea que vendía a su hijo al adoptante por tres veces. Este, después
de las dos primeras ventas, libertaba al hijo, y después de la tercera venta, lo revendía a su
paterfamilias; entonces, a diferencias de lo que ocurría en la emancipación el paterfamilias
no libertaba a su hijo, sino que iba con el adoptante ante el pretor, en donde el adoptante
reclamaba al hijo como suyo el paterfamilias no contradecía la pretensión del adoptante, por
lo cual el magistrado declaraba que el adoptante tenía la patria potestad sobre el hijo.
Para una hija, para un nieto o para una nieta, bastaba con una sola venta.
Bajo Justiniano, se simplificaron las formas de adopción pues eran suficientes las simples
declaraciones entre el magistrado, hechas por el paterfamilias y por el adoptante.

EFECTOS DE LA ADOPCIÓN.
Los efectos de la adopción hay que distinguirlos en la época anterior a Justiniano y la
época de Justiniano.
En la época anterior a Justiniano, el efecto principal de la adopción era hacer pasar al
adoptado, de la familia a la que pertenecía en el momento de la adopción, a la familia del
adoptante, colocando bajo su patria potestad. Como consecuencia de esto, perdía toda
derecho de sucesión en su familia natural o primitiva para adquirirlos en la nueva familia.
Si el adoptado estaba casado y tenía esposa in manus e hijos, la adopción, a diferencia de
la adrogación, no producía efectos más que para él y no para ellos; que quedaban bajo la
patria potestad de su antiguo paterfamilias, de modo que, desde entonces formaban parte de
dos causas diferentes.
El adoptado corría el peligro de no recibir nada ni en una ni en otra familia, en cuanto a
derecho necesario, en el caso siguiente; si después de adoptarlo, su padre legitimo moría, no
tenía derecho a la sucesión de este, porque no era su agnado, y el luego su padre adoptivo lo
emancipaba, perdida también el derecho de sucederle, puesto que la emancipación la hacía
perder ese derecho con respecto a su padre adoptivo.

LA ADROGACIÓN CONCEPTO.
Adrogación era el nombre de uno de los dos modos de adopción usados en Roma, según
que el adoptado era hijo de familia, alieni iuris o salía de su familia natural, de cualquier
manera, que fuese; en otros términos, según fuera o no padre de familia, sui iuris,
independiente desde entonces de toda autoridad paterna.

REGLAS ESPECIALES LA ADROGACIÓN.


El adrogante debía llenar dos condiciones.
 Tener 60 años de edad, por lo menos, porque se quería que antes de esa edad el
hombre buscara la fuente de la paternidad en el matrimonio. Sin embargo, podía tener menos
de esta edad, si demostraba que era imposible la procreación.
 La ausencia de hijos. El adrogante no debía tener hijos, ni legítimos ni adoptados, a
fin de que no se alteraran los derechos sucesorales.
La adrogación de las mujeres, y de los impúberes estuvo prohibida por mucho tiempo,
porque no podían entrar en los conocidos por curias. Respecto a los impúberes, la prohibición
fue levantada por Antonio el Piadoso; y la de las mujeres, por Diocleciano.
A partir de Antonio el Piadoso fue posible la adrogación del impúber con autorización de
su tutor u después de una encuesta del Pontífice, que debía averiguar si la adrogación era útil
a aquel.
En interés de los agnados del impúber, que podían ver frustrados sus derechos hereditarios
con la adrogación, el adrogante debía comprometerse a restituirle los bienes que hubieran
adquirido el impúber, si este moría antes de haber llegado a la pubertad.

REGLAS COMUNES A LA ADOPCIÓN Y ADROGACIÓN.


1) Aptitud para adquirir la patria potestad.
Era necesario que tanto el adrogante como el adoptado fueran aptos para adquirir y para
ejercitar la patria potestad. Esto traía como consecuencias, que el adoptante o el adrogante
debían ser ciudadanos romanos. Sin embargo, a principios del imperio Romanos, se autorizó
a las mujeres a adoptar, con permiso del emperador, para que se engendraran ligas de
parentesco.
2) Como la adopción imita a la naturaleza, era necesario que entre el adoptante o el
adrogante y el hijo, hubiera una diferencia de edad lo suficientemente para hacer verosímil
la paternidad. Esta diferencia de edad fue fijada por Justiniano en 18 años.
3) acuerdo de voluntades.
Para la adrogación, se necesitaba acuerdo entre las voluntades del adrogante y del
adrogante. Para la adopción, se acogía la voluntad del paterfamilias y del adoptante y, por lo
menos a partir de Justiniano, la no oposición del adoptado.
Se podía adoptar a una persona como nieto, dándolo como hijo a uno de sus hijos. En este
caso, era necesaria la adhesión de este hijo a esa adopción, en virtud de la regla de que no se
puede tener un heredero suyo sin su voluntad.
CONCLUSIÓN.

La familia está organizada en Roma sobre la base del patriarcado; el papel del
paterfamilias era el principal y de ahí que la madre ocupara un lugar completamente
secundario. La familia se desarrollaba exclusivamente por vía de los varones, la mujer al
casarse salía de su familia civil para pasar a formar parte de la familia del marido.

La familia son muchas personas que están bajo la potestad de otro, como el paterfamilias,
la manterfamilias, el filiusfamilias, la filiafamilias y los demás descendientes. Paterfamilias.
Es aquel que tiene el señorío en su casa y se le designa correctamente con este nombre,
aunque no tenga hijo, pues el término no es sólo de relación personal, sino de posición de
derecho. Es paterfamilias el varón que es "sui iuris" cualquiera que sea su edad. El jefe de
familia tiene bajo su potestad a sus hijos y demás descendientes sobre los cuales ejercerá la
"patria protestas".
También se encuentra bajo su potestad su esposa, si la tiene "in manu", sus esclavos y
una persona libre cuando la tiene "in mancipium". Compartiendo el hogar con el
paterfamilias, pero desempeñando un papel secundario, tenemos a la manterfamilias, que es
la que vive honradamente, pues se distingue de otras mujeres por sus costumbres, dando lo
mismo que sea casada o no, ya que ni el matrimonio, ni el nacimiento hacen a una mujer de
familia, sino las buenas costumbres.

Los romanos entendían el parentesco en dos sentidos, el parentesco natural se llama así o
se le denomina "cognatio", y el civil es designado corrientemente "agnación", que es el que
viene por línea del varón
REFERENCIAS CONSULTADAS.
AGUSTÍN HURTADO OLIVERO (1997). Lecciones Derecho Romano (Ed. 12°). Volumen
I.

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