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PENTECOSTÉS

¿Qué es Pentecostés?

En la fiesta de Pentecostés, los cristianos conmemoran la venida del Espíritu


Santo sobre los Apóstoles, reunidos alrededor de la Madre del Señor (Hechos
capítulo 2). La fiesta se celebra el 50 y último día de la temporada de Pascua.
En 2023, Pentecostés cae el 28 de mayo.

¿Cuál es la historia de Pentecostés?

Los 11 apóstoles restantes regresaron a Jerusalén después de la Ascensión


de Jesús al Cielo. Hechos 1:14 dice: "Todos ellos perseveraban unánimes en
la oración, junto con algunas mujeres y con María, la madre de Jesús, y sus
hermanos". Durante este tiempo, los Apóstoles eligieron un reemplazo para
Judas Iscariote. Echaron suertes entre dos hombres, y la suerte cayó sobre
Matías.

Después de nueve días de oración, el Espíritu Santo descendió sobre los


discípulos. Oyeron un sonido como un "viento poderoso", y "lenguas como
de fuego" descansaban sobre sus cabezas.

Al salir, Pedro se dirigió a la multitud que se había reunido. Aunque unas


semanas antes había negado a Cristo tres veces, Pedro proclamó
valientemente el Evangelio. Ese día, tres mil personas creyeron en Cristo y
fueron recibidas en Su Iglesia.

¿Cuál es el significado de Pentecostés en las Escrituras?

San Lucas describe la escena del descenso del Espíritu Santo como “el día en
que llegó Pentecostés” (Hechos 2: 1). Este quincuagésimo día (pentekoste)
era para Israel una fiesta de la cosecha de primavera que terminaba los días
de celebración después de la Pascua. También fue una celebración de la
entrega de la Ley en el monte Sinaí. Para el cristiano, sigue siendo el
"quincuagésimo día", pero después de la Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesús, y la celebración del Don del Espíritu Santo.

El Catecismo de la Iglesia Católica (párrafos 731-732) dice:


En el día de Pentecostés, cuando las siete semanas de Pascua habían llegado
a su fin, la Pascua de Cristo se cumple en el derramamiento del Espíritu
Santo, manifestado, dado y comunicado como una persona divina: de su
plenitud, Cristo, el Señor, derrama el Espíritu en abundancia.

Ese día, la Santísima Trinidad se revela completamente. Desde ese día, el


Reino anunciado por Cristo está abierto a los que creen en él: en la humildad
de la carne y en la fe, ya comparten la comunión de la Santísima Trinidad ...

“El Espíritu del Señor dentro de ti es tan abrumador que debería ser lo más
importante y visible en toda tu vida”. - Madre Angélica

¿Por qué Pentecostés es importante para los cristianos de hoy?

En Juan 14:26, Jesús dijo: “El Consejero, el Espíritu Santo, a quien el Padre
enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas y les recordará todo
lo que les he dicho”.

Por lo tanto, Pentecostés no es solo un evento histórico. Como cumplimiento


de la promesa de Jesús, sigue dando frutos en la Iglesia de hoy,
especialmente en los sacramentos del Bautismo y la Confirmación.

¿Quién celebra Pentecostés?

Tanto judíos como cristianos celebran esta fiesta - para los judíos es la
culminación del Paso de la esclavitud a la libertad en la entrega de la Ley
Divina; para los cristianos, el cumplimiento de la Pascua de Cristo del
pecado y la muerte en la entrega del Espíritu Divino. Sin embargo, estas
fiestas ocurren en diferentes momentos, ya que la Pascua Judía y la Pascua
de los Cristianos solo coinciden ocasionalmente.

¿Por qué se conoce a Pentecostés como el cumpleaños de la Iglesia?

Cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos, inmediatamente


comenzaron a proclamar el Evangelio. De hecho, ese día se bautizaron tres
mil personas. Los discípulos, mediante el don del Espíritu Santo, estaban
respondiendo al llamado de Jesús de "Id, pues, y haced discípulos de todas
las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo" (Mateo 28:19). El Espíritu Santo es vital en la misión y el testimonio
de la Iglesia, por eso consideramos a Pentecostés como el nacimiento de la
Iglesia.

"Cuán bueno es Dios al darme su Espíritu Santo para suplir lo que necesito
para luchar por la santidad". - Madre Angélica

¿Por qué se llama Pentecostés?

La fiesta se celebra el 50 y último día de la temporada de Pascua. La palabra


griega "pentekoste" significa "quincuagésimo".

¿Por qué a veces se llama Pentecostés Domingo Blanco?

Whitesunday, o Domingo Blanco, se refiere a las vestiduras blancas de los


cristianos que fueron bautizados recientemente. Esto se usa particularmente
en Inglaterra.

¿Cuál fue el origen de Pentecostés en el Antiguo Testamento?

En el Antiguo Testamento, Pentecostés era una fiesta de la cosecha para la


cosecha del grano. Esto se conoce como la Fiesta de las Semanas o la Fiesta
de la Cosecha (Deuteronomio 16: 9-11). Entre los judíos modernos, se llama
Shavu`ot.

PODER Y TESTIMONIO

“Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán
mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los
confines de la tierra.” Hechos 1:8.

¿Quién es el Espíritu Santo?

El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad. Dios el


Padre es la Primera Persona y Dios el Hijo (Jesús) es la Segunda Persona de
la Santísima Trinidad.

Según el Catecismo (párrafo 691):


“Espíritu Santo” es el nombre propio de aquel a quien adoramos y
glorificamos con el Padre y el Hijo. La Iglesia ha recibido este nombre del
Señor y lo profesa en el bautismo de sus nuevos hijos. [Cf. Mt 28:19]

El término "Espíritu" traduce la palabra hebrea ruah, que, en su sentido


principal, significa aliento, aire, viento. Jesús, en efecto, utiliza la imagen
sensorial del viento para sugerir a Nicodemo la novedad trascendente de
aquel que es personalmente aliento de Dios, el Espíritu divino. [Jn 3: 5-8]
Por otro lado, “Espíritu” y “Santo” son atributos divinos comunes a las tres
personas divinas. Al unir los dos términos, Escritura, liturgia y lenguaje
teológico designan a la persona inexpresable del Espíritu Santo, sin ningún
posible equívoco con otros usos de los términos “espíritu” y “santo”.

“Si me amas, guardarás mis mandamientos. Y rogaré al Padre, y él os dará


otro Consejero, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de
verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni lo ve ni lo conoce; lo
conoces, porque él habita contigo y estará en ti ".

- Juan 14: 15-17

¿Qué significa el Espíritu Santo para los cristianos?

Romanos 5: 5 dice: "... el amor de Dios ha sido derramado en nuestros


corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado".

¿Qué les enseña el Espíritu Santo a los cristianos?

El Catecismo dice: “El conocimiento de la fe sólo es posible en el Espíritu


Santo: para estar en contacto con Cristo, primero debemos haber sido
tocados por el Espíritu Santo. Viene a nuestro encuentro y enciende la fe en
nosotros” (CIC, 683).

“Si la gente escuchara al Espíritu Santo, lo escucharían decir: 'Dios te ama'”


- Papa Francisco

¿Cuáles son los siete dones del Espíritu Santo?

Los Siete Dones del Espíritu Santo son sabiduría, entendimiento,


conocimiento, consejo, fortaleza, piedad y temor del Señor (cf. Is. 11: 2-4).
¿Cuáles son los frutos del Espíritu Santo?

El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica dice: “Los frutos del


Espíritu Santo son perfecciones plasmadas en nosotros como primicias de la
gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: «caridad, gozo, paz,
paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad,
modestia, continencia y castidad» (Ga 5, 22-23 [Vulgata]).” (Compendio,
390).

"El Espíritu Santo ... nos lleva a las alturas de Dios, para que ya podamos
experimentar en esta tierra la semilla de la vida divina que existe dentro de
nosotros". - Papa Benedicto XVI

¿Cuál es el papel del Espíritu Santo en Pentecostés?

Aunque el Espíritu Santo ha estado obrando desde el principio formando la


creación (Génesis 1: 1), a través de la venida del Espíritu Santo sobre la
Iglesia, Él forma una nueva creación en Cristo. Como dice el Catecismo, "El
Espíritu Santo, que Cristo la Cabeza derrama sobre sus miembros, edifica,
anima y santifica la Iglesia ..." (CCC 747)

¿Cuáles fueron las dos señales del Espíritu Santo en Pentecostés?

Las dos señales eran el "sonido ... del cielo como el de un viento impetuoso"
(Hechos 2: 2) y "lenguas como de fuego" sobre las cabezas de los discípulos
(Hechos 2: 3).

¿Cuál fue la primera novena de la Iglesia?

Los “nueve días de oración” originales ocurrieron cuando los discípulos se


reunieron para esperar y orar por la venida del Espíritu Santo. (véase Lucas
24:49; Hechos 2: 1-5)
¿Qué es Pentecostés?

Una festividad cristiana que data del siglo primero y estaba muy
estrechamente relacionada con la Pascua

Por: Eduardo Cáceres Contreras | Fuente: Conferencia Episcopal de Chile

Originalmente se denominaba “fiesta de las semanas” y tenía lugar siete


semanas después de la fiesta de los primeros frutos (Lv 23 15-21; Dt 169).
Siete semanas son cincuenta días; de ahí el nombre de Pentecostés (=
cincuenta) que recibió más tarde. Según Ex 34 22 se celebraba al término
de la cosecha de la cebada y antes de comenzar la del trigo; era una fiesta
movible pues dependía de cuándo llegaba cada año la cosecha a su sazón,
pero tendría lugar casi siempre durante el mes judío de Siván, equivalente a
nuestro Mayo/Junio. En su origen tenía un sentido fundamental de acción de
gracias por la cosecha recogida, pero pronto se le añadió un sentido histórico:
se celebraba en esta fiesta el hecho de la alianza y el don de la ley.

En el marco de esta fiesta judía, el libro de los Hechos coloca la efusión del
Espíritu Santo sobre los apóstoles (Hch 2 1.4). A partir de este
acontecimiento, Pentecostés se convierte también en fiesta cristiana de
primera categoría (Hch 20 16; 1 Cor 168).

PENTECOSTÉS, algo más que la venida del espíritu...

La fiesta de Pentecostés es uno de los Domingos más importantes del año,


después de la Pascua. En el Antiguo Testamento era la fiesta de la cosecha y,
posteriormente, los israelitas, la unieron a la Alianza en el Monte Sinaí,
cincuenta días después de la salida de Egipto.

Aunque durante mucho tiempo, debido a su importancia, esta fiesta fue


llamada por el pueblo segunda Pascua, la liturgia actual de la Iglesia, si bien
la mantiene como máxima solemnidad después de la festividad de Pascua,
no pretende hacer un paralelo entre ambas, muy por el contrario, busca
formar una unidad en donde se destaque Pentecostés como la conclusión de
la cincuentena pascual. Vale decir como una fiesta de plenitud y no de inicio.
Por lo tanto, no podemos desvincularla de la Madre de todas las fiestas que
es la Pascua.

En este sentido, Pentecostés, no es una fiesta autónoma y no puede quedar


sólo como la fiesta en honor al Espíritu Santo. Aunque lamentablemente,
hoy en día, son muchísimos los fieles que aún tienen esta visión parcial, lo
que lleva a empobrecer su contenido.

Hay que insistir que, la fiesta de Pentecostés, es el segundo domingo más


importante del año litúrgico en donde los cristianos tenemos la oportunidad
de vivir intensamente la relación existente entre la Resurrección de Cristo,
su Ascensión y la venida del Espíritu Santo.

Es bueno tener presente, entonces, que todo el tiempo de Pascua es,


también, tiempo del Espíritu Santo, Espíritu que es fruto de la Pascua, que
estuvo en el nacimiento de la Iglesia y que, además, siempre estará
presente entre nosotros, inspirando nuestra vida, renovando nuestro interior
e impulsándonos a ser testigos en medio de la realidad que nos corresponde
vivir.

Culminar con una vigilia:

Entre las muchas actividades que se preparan para esta fiesta, se


encuentran, las ya tradicionales, Vigilias de Pentecostés que, bien pensadas
y lo suficientemente preparadas, pueden ser experiencias profundas y
significativas para quienes participan en ellas.

Una vigilia, que significa “Noche en vela” porque se desarrolla de noche, es


un acto litúrgico, una importante celebración de un grupo o una comunidad
que vigila y reflexiona en oración mientras la población duerme. Se trata de
estar despiertos durante la noche a la espera de la luz del día de una fiesta
importante, en este caso Pentecostés. En ella se comparten, a la luz de la
Palabra de Dios, experiencias, testimonios y vivencias. Todo en un ambiente
de acogida y respeto.

Es importante tener presente que la lectura de la Sagrada Escritura, las


oraciones, los cantos, los gestos, los símbolos, la luz, las imágenes, los
colores, la celebración de la Eucaristía y la participación de la asamblea son
elementos claves de una Vigilia.

En el caso de Pentecostés centramos la atención en el Espíritu Santo


prometido por Jesús en reiteradas ocasiones y, ésta vigilia, puede llegar a
ser muy atrayente, especialmente para los jóvenes, precisamente por el
clima de oración, de alegría y fiesta.
Algo que nunca debiera estar ausente en una Vigilia de Pentecostés son los
dones y los frutos del Espíritu Santo. A través de diversas formas y distintos
recursos (lenguas de fuego, palomas, carteles, voces grabadas, tarjetas,
pegatinas, etc.) debemos destacarlos y hacer que la gente los tenga
presente, los asimile y los haga vida.

No sacamos nada con mencionarlos sólo para esta fiesta, o escribirlos en


hermosas tarjetas, o en lenguas de fuego hechas en cartulinas
fosforescentes, si no reconocemos que nuestro actuar diario está bajo la
acción del Espíritu y de los frutos que vayamos produciendo.

Invoquemos, una vez más, al Espíritu Santo para que nos regale sus luces y
su fuerza y, sobre todo, nos haga fieles testigos de Jesucristo, nuestro Señor.

Especial de Pentecostés

Inicio de la Iglesia Católica, fiesta que se celebra 50 días después de la


Pascua.

Origen de la fiesta

Los judíos celebraban una fiesta para dar gracias por las cosechas, 50 días
después de la pascua. De ahí viene el nombre de Pentecostés. Luego, el
sentido de la celebración cambió por el dar gracias por la Ley entregada a
Moisés.

En esta fiesta recordaban el día en que Moisés subió al Monte Sinaí y recibió
las tablas de la Ley y le enseñó al pueblo de Israel lo que Dios quería de
ellos. Celebraban así, la alianza del Antiguo Testamento que el pueblo
estableció con Dios: ellos se comprometieron a vivir según sus
mandamientos y Dios se comprometió a estar con ellos siempre.

La gente venía de muchos lugares al Templo de Jerusalén, a celebrar la


fiesta de Pentecostés.

En el marco de esta fiesta judía es donde surge nuestra fiesta cristiana de


Pentecostés.
La Promesa del Espíritu Santo

Durante la Última Cena, Jesús les promete a sus apóstoles: “Mi Padre os
dará otro Abogado, que estará con vosotros para siempre: el espíritu de
Verdad” (San Juan 14, 16-17).

Más adelante les dice: “Les he dicho estas cosas mientras estoy con ustedes;
pero el Abogado, El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése
les enseñará todo y traerá a la memoria todo lo que yo les he dicho.” (San
Juan 14, 25-26).

Al terminar la cena, les vuelve a hacer la misma promesa: “Les conviene que
yo me vaya, pues al irme vendrá el Abogado,... muchas cosas tengo todavía
que decirles, pero no se las diré ahora. Cuando venga Aquél, el Espíritu de
Verdad, os guiará hasta la verdad completa,... y os comunicará las cosas
que están por venir” (San Juan 16, 7-14).

En el calendario del Año Litúrgico, después de la fiesta de la Ascensión, a los


cincuenta días de la Resurrección de Jesús, celebramos la fiesta de
Pentecostés.

Explicación de la fiesta:

Después de la Ascensión de Jesús, se encontraban reunidos los apóstoles


con la Madre de Jesús. Era el día de la fiesta de Pentecostés. Tenían miedo
de salir a predicar. Repentinamente, se escuchó un fuerte viento y pequeñas
lenguas de fuego se posaron sobre cada uno de ellos.

Quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas


desconocidas.

En esos días, había muchos extranjeros y visitantes en Jerusalén, que


venían de todas partes del mundo a celebrar la fiesta de Pentecostés judía.
Cada uno oía hablar a los apóstoles en su propio idioma y entendían a la
perfección lo que ellos hablaban.

Todos ellos, desde ese día, ya no tuvieron miedo y salieron a predicar a todo
el mundo las enseñanzas de Jesús. El Espíritu Santo les dio fuerzas para la
gran misión que tenían que cumplir: Llevar la palabra de Jesús a todas las
naciones, y bautizar a todos los hombres en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. Es este día cuando comenzó a existir la Iglesia como tal.

¿Quién es el Espíritu Santo?

El Espíritu Santo es Dios, es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. La


Iglesia nos enseña que el Espíritu Santo es el amor que existe entre el Padre
y el Hijo. Este amor es tan grande y tan perfecto que forma una tercera
persona. El Espíritu Santo llena nuestras almas en el Bautismo y después, de
manera perfecta, en la Confirmación. Con el amor divino de Dios dentro de
nosotros, somos capaces de amar a Dios y al prójimo. El Espíritu Santo nos
ayuda a cumplir nuestro compromiso de vida con Jesús.

Señales del Espíritu Santo:

El viento, el fuego, la paloma.

Estos símbolos nos revelan los poderes que el Espíritu Santo nos da: El
viento es una fuerza invisible pero real. Así es el Espíritu Santo. El fuego es
un elemento que limpia. Por ejemplo, se prende fuego al terreno para
quitarle las malas hierbas y poder sembrar buenas semillas. En los
laboratorios médicos para purificar a los instrumentos se les prende fuego.

El Espíritu Santo es una fuerza invisible y poderosa que habita en nosotros y


nos purifica de nuestro egoísmo para dejar paso al amor.

Nombres del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo ha recibido varios nombres a lo largo del nuevo Testamento:


el Espíritu de verdad, el Abogado, el Paráclito, el Consolador, el Santificador.
Misión del Espíritu Santo:

• El Espíritu Santo es santificador: Para que el Espíritu Santo logre


cumplir con su función, necesitamos entregarnos totalmente a Él y dejarnos
conducir dócilmente por sus inspiraciones para que pueda perfeccionarnos y
crecer todos los días en la santidad.

• El Espíritu Santo mora en nosotros: En San Juan 14, 16, encontramos


la siguiente frase: “Yo rogaré al Padre y les dará otro abogado que estará
con ustedes para siempre”. También, en I Corintios 3. 16 dice: “¿No saben
que son templo de Dios y que el Espíritu Santo habita en ustedes?”. Es por
esta razón que debemos respetar nuestro cuerpo y nuestra alma. Está en
nosotros para obrar porque es “dador de vida” y es el amor. Esta aceptación
está condicionada a nuestra aceptación y libre colaboración. Si nos
entregamos a su acción amorosa y santificadora, hará maravillas en
nosotros.

• El Espíritu Santo ora en nosotros: Necesitamos de un gran silencio


interior y de una profunda pobreza espiritual para pedir que ore en nosotros
el Espíritu Santo. Dejar que Dios ore en nosotros siendo dóciles al Espíritu.
Dios interviene para bien de los que le aman.

• El Espíritu Santo nos lleva a la verdad plena, nos fortalece para que
podamos ser testigos del Señor, nos muestra la maravillosa riqueza del
mensaje cristiano, nos llena de amor, de paz, de gozo, de fe y de creciente
esperanza.

El Espíritu Santo y la Iglesia:

Desde la fundación de la Iglesia el día de Pentecostés, el Espíritu Santo es


quien la construye, anima y santifica, le da vida y unidad y la enriquece con
sus dones.

• El Espíritu Santo sigue trabajando en la Iglesia de muchas maneras


distintas, inspirando, motivando e impulsando a los cristianos, en forma
individual o como Iglesia entera, al proclamar la Buena Nueva de Jesús.

Por ejemplo, puede inspirar al Papa a dar un mensaje importante a la


humanidad; inspirar al obispo de una diócesis para promover un apostolado;
etc.

• El Espíritu Santo asiste especialmente al representante de Cristo en la


Tierra, el Papa, para que guíe rectamente a la Iglesia y cumpla su labor de
pastor del rebaño de Jesucristo.

• El Espíritu Santo construye, santifica y da vida y unidad a la Iglesia.


• El Espíritu Santo tiene el poder de animarnos y santificarnos y lograr
en nosotros actos que, por nosotros, no realizaríamos. Esto lo hace a través
de sus siete dones.

Los siete dones del Espíritu Santo:

Estos dones son regalos de Dios y sólo con nuestro esfuerzo no podemos
hacer que crezcan o se desarrollen. Necesitan de la acción directa del
Espíritu Santo para poder actuar con ellos.

• SABIDURÍA: Nos permite entender, experimentar y saborear las cosas


divinas, para poder juzgarlas rectamente.

• ENTENDIMIENTO: Por él, nuestra inteligencia se hace apta para


entender intuitivamente las verdades reveladas y las naturales de acuerdo al
fin sobrenatural que tienen. Nos ayuda a entender el porqué de las cosas
que nos manda Dios.

• CIENCIA: Hace capaz a nuestra inteligencia de juzgar rectamente las


cosas creadas de acuerdo con su fin sobrenatural. Nos ayuda a pensar bien y
a entender con fe las cosas del mundo.

• CONSEJO: Permite que el alma intuya rectamente lo que debe de


hacer en una circunstancia determinada. Nos ayuda a ser buenos consejeros
de los demás, guiándolos por el camino del bien.

• FORTALEZA: Fortalece al alma para practicar toda clase de virtudes


heroicas con invencible confianza en superar los mayores peligros o
dificultades que puedan surgir. Nos ayuda a no caer en las tentaciones que
nos ponga el demonio.

• PIEDAD: Es un regalo que le da Dios al alma para ayudarle a amar a


Dios como Padre y a los hombres como hermanos, ayudándolos y
respetándolos.

• TEMOR DE DIOS: Le da al alma la docilidad para apartarse del pecado


por temor a disgustar a Dios que es su supremo bien. Nos ayuda a respetar
a Dios, a darle su lugar como la persona más importante y buena del mundo,
a nunca decir nada contra Él
Oración al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el
fuego de tu amor; envía Señor tu Espíritu Creador y se renovará la faz de la
tierra.

OH Dios, que quisiste ilustrar los corazones de tus fieles con la luz del
Espíritu Santo, concédenos que, guiados por este mismo Espíritu, obremos
rectamente y gocemos de tu consuelo.

Por Jesucristo, nuestro Señor

Amén.

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