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San Francisco de Asís expresó: "En este mundo, no veo al Altísimo Hijo de
Dios, pero sí a Su Santísimo Cuerpo y Sangre”.
“Todos los años, la fiesta de Corpus Christi nos invita a renovar el asombro
y la alegría de este maravilloso regalo del Señor, que es la Eucaristía.” -
Papa Francisco
También Cristo dio gracias a Su Padre por Sus bienes. Esto se dio
especialmente en contextos en los que Jesús anticipaba las formas de
adoración según la nueva alianza. Por ejemplo, las bodas de Caná (Juan 2),
donde cambia el agua en vino; los milagros en los que multiplica los panes
(Mt 14,13-21; Mt 15,32-39); la multiplicación de la materia para satisfacer
las necesidades de una multitud; y la explicación que Él mismo da de la
Eucaristía en el discurso del Pan de Vida (Juan 6).
Desde los primeros días de la Iglesia, los cristianos han creído que Cristo
estaba presente en la Eucaristía, pero lo creían sin una teoría o explicación.
San Pablo amonestó a los corintios advirtiéndoles contra la recepción
sacrílega del Cuerpo y Sangre del Señor (1 Cor 11), pero cerca del año 160,
San Justino esbozó el primer intento de explicación en su Apología al
Emperador Antonius Pius.
“Porque no tomamos estas cosas como pan común ni como vino común,
sino que, así como Jesucristo, nuestro Salvador, hecho carne por el Verbo
de Dios, tuvo carne y sangre para salvarnos, así también hemos recibido
por tradición que aquel alimento sobre el cual se ha hecho la acción de
gracias por la oración que contiene las palabras del mismo, y con el cual se
nutren por conversión nuestra sangre y nuestras carnes, es la carne y la
sangre de aquel Jesús encarnado.”
Entre los años 70 y los 80, varios científicos analizaron la Carne y la Sangre
y hallaron que eran tejido cardíaco humano. La sangre, de tipo AB, que es
la misma de la Sábana Santa de Turín. La Preciosa Sangre tenía la misma
proporción proteica que sangre normal y no presentaba conservantes que
pudieran evitar que se corrompiera, como sucede con la sangre
inmediatamente después de la muerte.
"La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad del culto eucarístico. Jesús
nos espera en este sacramento del amor. No escatimemos tiempo para ir a
encontrarlo en la adoración, en la contemplación llena de fe y abierta a
reparar las faltas graves y delitos del mundo. No cese nunca nuestra
adoración." (CIC, 1380)
Esta fiesta litúrgica católica es una de las más importantes, pues recuerda
al mundo que Jesucristo está presente de forma viva y real en la Eucaristía.
Para demostrar su amor a Jesús Sacramentado, cada año miles de fieles se
congregan para adorar el Santísimo Sacramento en las iglesias y en
multitudinarias procesiones.