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Poder Judicial de la Nación

CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES DEL TRABAJO -


SALA V

Expte. Nº CNT 20407/2010/CA1


SENTENCIA DEFINITIVA. 79803
AUTOS: “LUDMER SEBASTIAN C/ CREDIT SUISSE FIRST BOSTON
ARGENTINA TRADING S.A. Y OTRO S/ DESPIDO” (JUZGADO Nº 70).

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital federal de la República Argentina, a


los 6 días del mes de marzo de 2017 se reúnen los señores jueces de la Sala V,
para dictar la sentencia en esta causa, quienes se expiden en el orden de votación que fue
sorteado oportunamente; EL DOCTOR ENRIQUE NESTOR ARIAS GIBERT dijo:
Contra la sentencia de grado que hizo lugar parcialmente a la demanda apelan los
sujetos activos y pasivos de las distintas pretensiones sustanciales y, por sus honorarios,
el perito contador y la traductora.
La ex-empleadora del actor se agravia por cuanto en la sentencia de origen se
consideró la provisión de celular como de contenido remuneratorio. En el punto le asiste
razón a la apelante por cuanto, como surge de la testimonial no contradicha, los celulares
eran brindados a los trabajadores con la premisa de su utilización a los fines laborales.
Contrariamente a lo afirmado en la sentencia, entiendo que se ha demostrado la
condición, que es relatada por la jefa de personal quien, conforme los dichos de Camp,
era quien controlaba los extractos de las llamadas telefónicas. Frente a esta situación, era
el actor quien debía acreditar la utilización habitual del teléfono profesional para fines
particulares con relevancia suficiente para que, dada la posición encumbrada del mismo
y las tareas realizadas, exceda el uso de gentileza como puede ser una llamada ocasional
al hogar. Por el contrario, el tipo de vinculación y, como el mismo actor describe, el uso
permanente del instrumento (al punto que durante el fin de semana lo usaba a los fines
laborales dos o tres horas promedio conforme el relato de la demanda, lo que incluía
llamadas internacionales). Por tal motivo, estimo que la sentencia de origen debe ser
revocada en el punto estableciendo el carácter no salarial del uso de telefonía móvil en el
caso presente.
En segundo lugar se agravia por cuanto la sentencia considera que el
establecimiento no se encontraba regulado por CCT alguno y, en consecuencia, no
estaba afectado por el tope que establece el artículo 245 RCT. No comparto la opinión
del juez de grado. De conformidad a lo normado por el artículo 130/75:
Art. 2º.- Este convenio será de aplicación a todos los trabajadores que
desempeñen como empleados u obreros en cualquiera de las ramas del comercio o
en actividades civiles con fines de lucro o como administrativos en explotaciones
industriales en general, o que tengan boca de expendio de los productos que
elaboran, y en las agropecuarias, todos los que son representados por la
Confederación General de Empleados de Comercio y sus filiales en todo el País.

Fecha de firma: 06/03/2017


Firmado por: ENRIQUE NESTOR ARIAS GIBERT, JUEZ DE CÁMARA 1
Firmado por: LAURA MATILDE D'ARRUDA, SECRETARIO DE CAMARA
Firmado por: GRACIELA ELENA MARINO, JUEZ DE CÁMARA

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Como puede advertirse, el establecimiento donde el actor prestaba servicios se
dedicaba a actividades comerciales (intermediación en la venta de activos, derivados,
títulos, divisas, etc.) que encuadran en la previsión genérica de la norma.
Vinculada a esta cuestión se encuentra lo que debe considerarse el quantum de la
base indemnizatoria que, por razones de claridad expositiva, será tratado junto con el
agravio del actor sobre la misma materia con relación a la falta de cálculo de bono.
En tercer lugar se agravia la demandada por la condena en términos del artículo 2
de la ley 25.323.
La estructura y función de la norma del artículo 2 de la ley 25.323 no deja lugar a
dudas respecto de su naturaleza punitiva. En efecto, su función no es sustituir suma
alguna (la función resarcitoria o indemnizatoria es la de reestablecer un equilibrio, algo
viene en representación de algo) pues ni las indemnizaciones de los artículos 232, 233 y
245 RCT se subsumen en la multa ni dejan de correr los intereses (supuesto de que
compensara la mora) que la falta de pago de la indemnización produce. Si se pretendiera
compensar un hipotético daño extraordinario por la falta de pago, entonces la intimación
resultaría innecesaria pues la mora es automática (razón de estructura).
Si la estructura y función de la norma es punitiva (no restablece un equilibrio
sino que agrede un patrimonio), tal como aquí se sostiene, la condición de posibilidad de
la aplicación de la normativa viene dada por el principio constitucional nulla poena sine
culpa. Esto es, sin un factor subjetivo de atribución. Justamente, la intimación pone de
relieve no la objetividad del incumplimiento (que viene impuesta por el artículo 128 y
149 RCT) sino la contumacia, el desdén punible del empleador incumpliente.
En segundo lugar, la calificación jurídica de la obligación como de naturaleza
punitiva, torna más relevante el requisito de tipicidad conforme la garantía
constitucional nulla poena sine lege, es decir, sin que el hecho que ha de ser motivo de
la reacción jurídica sea expresamente previsto por la norma.
A pesar de ser calificadas por la propia norma como indemnizaciones (esto es,
sanciones que tienen una función eminentemente resarcitoria), puede advertirse que no
es la finalidad de la sanción jurídica reemplazar la prestación debida por otra (función
central de la indemnización) sino la creación, junto a la obligación preexistente de una
obligación nueva. El pago de la sanción del artículo 80 RCT no exime del cumplimiento
de la obligación de entrega de la obligación de hacer originaria ni la del artículo 2 de la
ley 25.323 sustituye las obligaciones de los artículos 232, 233 y 245 RCT.
Por el contrario, estas sanciones establecen una obligación adicional como
consecuencia de la realización de conductas reputadas disvaliosas con prescindencia del
daño efectiva o hipotéticamente causado. Esto es, tienen una vocación punitoria,
establecen una pena de carácter pecuniario, son multas, penas civiles, pero el ámbito

Fecha de firma: 06/03/2017


2 ENRIQUE NESTOR ARIAS GIBERT, JUEZ DE CÁMARA
Firmado por:
Firmado por: LAURA MATILDE D'ARRUDA, SECRETARIO DE CAMARA
Firmado por: GRACIELA ELENA MARINO, JUEZ DE CÁMARA

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civil de la punición no impide la necesidad de aplicación de las normas de carácter
constitucional relativas a la aplicación de las penas.
Del mismo modo que no hay indemnización sin daño, en las multas el daño
resulta indiferente. De hecho, en el supuesto del artículo 2 de la ley 25.323 –de falta de
pago de las obligaciones de dar sumas de dinero por parte del empleador– el contenido
originario de la obligación y la compensación de la mora son objeto de las obligaciones
originarias y de la aplicación de intereses, por lo que el daño producido está plenamente
compensado. Lo que hace la multa es producir un desequilibrio patrimonial en perjuicio
de quien se hace responsable de una situación considerada jurídicamente disvaliosa.
El primer párrafo del artículo 2 de la ley 25.323 establece:
Cuando el empleador, fehacientemente intimado por el trabajador, no le
abonare las indemnizaciones previstas en los artículos 232, 233 y 245 de la Ley
20.744 (texto ordenado en 1976) y los artículos 6° y 7° de la Ley 25.013, o las que
en el futuro las reemplacen, y, consecuentemente, lo obligare a iniciar acciones
judiciales o cualquier instancia previa de carácter obligatorio para percibirlas, éstas
serán incrementadas en un 50%.

De allí que el amtecedente de la sanción es: “…no le abonare las


indemnizaciones previstas en los artículos 232, 233 y 245 de la Ley 20.744 (texto
ordenado en 1976)”. La norma no tiene como presupuesto el pago íntegro de la
indemnización por antigüedad o preaviso sino el pago de las indemnizaciones
mencionadas por los artículos 232, 233 y 245. Esto es que, sin perjuicio de que la
indemnización por antigüedad resulte insuficiente por resultar inconstitucional, tal como
lo plantea la sentencia, lo cierto es que el presupuesto normativo se cumple cuando se
paga la indemnización que establece el artículo 245 RCT. Esto es, con el tope porque
este integra el contenido establecido por el artículo tomado como antecedente de la
punición. Por este motivo estimo que el planteo de revisión ha de tener favorable
acogida, por lo que debe revocarse la sentencia en cuanto accede al presente reclamo.
El cuarto agravio de la accionada debe ser tratado cuando se analice el contenido
de la obligación salarial con respecto a las cocheras planteado por el actor. Las quejas
relativas a costas y honorarios serán analizadas al concluirse el análisis de los demás
agravios.
Cuestiona la actora que no se hubiera accedido al reclamo de pago del bono
anual pues, al haberse notificado la extinción del vínculo a la época del otorgamiento no
se ha cumplido uno de los requisitos exigidos por la empresa para el otorgamiento de
este beneficio.
No estoy de acuerdo con lo resuelto en origen. En cuanto a las gratificaciones
anuales habitualmente percibidas en períodos más extensos a un mes, deben realizarse
las siguientes precisiones. En general, de acuerdo al principio de postnumeración, el
título de la remuneración se adquiere por la prestación de servicios en un continuum

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pues el título a la remuneración corresponde en general a la prestación de servicios y
junto con ella se devenga.
El único supuesto en que este razonamiento no sería aplicable, es prácticamente
un caso de laboratorio. Por ejemplo, un premio anual que se pagara en igualdad de
condiciones con prescindencia del tiempo de prestación de servicios en el año calendario
o aniversario. En este supuesto, no se podría decir que el título de la obligación nace de
un continuum sino de un instante puntual. Obviamente este tipo de premio carecería de
cualquier función de estímulo por lo que no conozco supuestos en que se hubiera
aplicado. Por otra parte, al existir independencia entre servicio y prestación dineraria
puede, de acuerdo a las particularidades del caso, ponerse en duda incluso su carácter
remuneratorio.
Esta hipótesis no puede ser confundida con aquella otra en la cual concurre a un
tiempo la necesidad de que, para adquirir el derecho, el trabajador hubiera prestado
servicios durante la totalidad del año anterior con la condición de que la relación laboral
se encontrara vigente a la fecha del pago.
Pero en este tipo de supuestos es necesario distinguir claramente título (la causa
por la cual se adquiere el derecho a la percepción) en el que la remuneración se devenga
en un continuum, de la necesidad jurídica de que este título ya perfeccionado penda de
un hecho futuro e incierto para perfeccionamiento del derecho. Esto es, ni más ni menos,
que la diferencia entre título y condición.
El título es la prestación durante el año calendario o aniversario completo de
acuerdo a la estipulación, pues sin ella no nace el derecho. Que la relación laboral no
esté extinguida al momento del pago no es otra cosa que una condición resolutoria.
Esto es decir, de acuerdo a los términos del artículo 553 del Código Civil: “La
obligación es formada bajo condición resolutoria, cuando las partes subordinaren a un
hecho incierto y futuro la resolución de un derecho adquirido”.
En este supuesto, el derecho se adquiere (es decir, se devenga) por la prestación
de servicios durante el año calendario. Pero este derecho está subordinado, al momento
de la adquisición del título, a la finalización del año, a un hecho incierto y futuro: Que la
relación laboral no se extinga al momento en que se produce la percepción.
Cuando la condición resolutoria no se ha cumplido “… el derecho subordinado a
ella queda irrevocablemente adquirido como si nunca hubiese habido condición”
(Artículo 554 del Código Civil) o, si la condición suspensiva se ha cumplido, debe ser
considerada también como pura y simple.
La nota del Codificador al artículo 543 sirve una vez más para ilustrar de qué
modo se adquiere el derecho, es decir, se devenga el premio anual.
La obligación condicional, y en general todo derecho condicional,
cualquiera sea su naturaleza, no es un derecho que “existirá” según que el

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acontecimiento tenga lugar: es un derecho que, según la condición prevista, “existe
o no” desde el presente. El derecho no tiene ni tendrá jamás existencia alguna, si la
condición no se cumple. Pero tiene existencia actual si la condición se cumple.

Un dato a tener en cuenta, que emerge de la naturaleza condicional de la


obligación, resulta de lo dispuesto por el artículo 538 del Código Civil: “Se tendrá por
cumplida la condición bajo la cual se haya obligado una persona, si ella impidiera
voluntariamente su cumplimiento”. Esto importa decir que en todo supuesto en que la
relación laboral se considerara extinta por causas imputables al empleador, la condición
debe considerarse cumplida, por lo que siempre que el actor sea acreedor a la
indemnización por antigüedad, tiene derecho al pago de la bonificación anual
proporcional (en la medida del título) a la fracción del año trabajado.
Esta consideración, por supuesto, no es aplicable a los casos en que el empleador
es condenado a pagar la indemnización del artículo 247 RCT pues, en este supuesto no
puede hablarse de impedimento voluntario del cumplimiento de la condición.
Teniendo en cuenta que la naturaleza antijurídica de la extinción se ha
demostrado con el pago de la indemnización por antigüedad (artículo 721 del Código
Civil) debe abonarse pues el cumplimiento de la condición es impedido por un acto
voluntario del deudor. En este punto, también debe dejarse sin efecto lo resuelto y, en
este caso acceder a la pretensión de la actora.
En segundo lugar se agravia la demandada por la aplicación del denominado
plenario “Tulosai”. El pago de una bonificación anual o semestral no importa la
exclusión de su carácter remuneratorio ni que ella deje de reunir las características de
normalidad (en cuanto emergente de normas, lo que excluye el pago sin causa) o
habitualidad (en cuanto se percibe de modo no extraordinario). La principal peculiaridad
de esta remuneración está vinculada a que es un salario por rendimiento de percepción
anual. Pero la anualidad no es negación de la habitualidad sino uno de los modos por los
que esta habitualidad se constituye.
De acuerdo al Diccionario de la Lengua Española editado por la Real Academia
Española, se entiende por devengar: Adquirir derecho a alguna percepción o retribución
por razón de trabajo, servicio u otro título. Percibir, por el contrario, es recibir una cosa
y encargarse de ella.
Si esto es así, lo que debe analizarse es si un trabajador, durante el último año de
servicio devengó, es decir, adquirió el título, para la percepción de la remuneración de
que se trate para su inclusión, durante un período mensual.
En cuanto a las gratificaciones percibidas en períodos más extensos a un mes,
deben realizarse las siguientes precisiones. Como ya se ha señalado, el plazo mensual no
hace referencia a una frecuencia en el pago o en la adquisición del título (según se haga
referencia a “percibido” o “devengado”), sino a un modo de cómputo temporal de

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cuantificación. Para ejemplificarlo me referí a los supuestos de “remuneración mensual
percibida” en los casos de salarios pagados por jornal, semana o quincena.
En general, de acuerdo al principio de postnumeración, el título de la
remuneración se adquiere por la prestación de servicios en un continuum que, por
imperativo legal, se determina por períodos mensuales para cuantificar el modo en que
estos salarios, devengados continuamente con la prestación de servicios, se incorporan
en la base de la indemnización por antigüedad. Suele decirse, para explicar esto que el
SAC o el premio anual se devengan mes a mes, pero esto es sólo una forma figurativa de
expresión pues el título a la remuneración corresponde en general a la prestación de
servicios y junto con ella se devenga.
En los supuestos en que estas remuneraciones percibidas en períodos superiores a
un mes se devengaren de forma irregular en los distintos períodos mensuales y esta
irregularidad pudiera ser adecuadamente cuantificada, ha de estarse a la doctrina
mayoritaria del Plenario “Brandi” que comparto y a la que me remito para determinar
cuál fue la mejor remuneración mensual devengada. Por ejemplo, si el premio anual es
abonado en relación a las ventas netas de la empresa, las variaciones detectables durante
los distintos meses indican en qué medida en cada mes se fue devengando la mejor
remuneración mensual, normal y habitual.
Si no se admite que el adicional se devengó en un continuum, la conclusión obvia
es que se adquiere mensualmente y, por tanto, su contenido semestral o anual
constituiría la mejor remuneración mensual a ser computada. Esa es la posición que
sustenta el actor, pero si se computa el valor del bono en la mejor remuneración anual,
ella dejaría de ser mejor remuneración mensual habitual, ya que no se devengaría todos
los meses.
La doctrina plenaria dictada por esta Cámara en el plenario Tulosai ha quedado
sin efecto por la derogación de la norma del artículo 303 CPCCN por efecto de lo
normado por el artículo 12 de la ley 26.584. La norma del artículo 15 de la citada ley,
que determina la fecha de su entrada en vigencia establece dos plazos. El de la
publicación y el de la creación de las Cámaras de Casación. Este último está relacionado
a la capacidad de articular los recursos que la ley establece en los juicios concretos
mientras que el primero se refiere a los efectos generales de la ley, entre los que se
encuentra la derogación de la norma del artículo 303 o la creación de los recursos
procesales.
Sin perjuicio de lo previamente expresado y a las dificultades que provoca en el
sistema entonces vigente la formación de mayorías que pusiera de resalto Leandro
Recalde1, la doctrina establecida contradice la interpretación que la CSJN hace respecto
1
RECALDE, Leandro, La (i)legalidad en los últimos plenarios de la Cámara Nacional de Apelaciones del
Trabajo, Buenos Aires, Revista Derecho Laboral y de la Seguridad Social, Editorial Abeledo Perrot, 2010
páginas 379 y siguientes.

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de la aplicabilidad en la causa del precepto del artículo 12.1º a) del Convenio 158 OIT
en tanto exige proporcionalidad entre la remuneración e indemnización.
1. De conformidad con la legislación y la práctica nacionales, todo
trabajador cuya relación de trabajo se haya dado por terminada tendrá
derecho:
(a) a una indemnización por fin de servicios o a otras prestaciones
análogas, cuya cuantía se fijará en función, entre otras cosas, del tiempo de
servicios y del monto del salario, pagaderas directamente por el empleador o
por un fondo constituido mediante cotizaciones de los empleadores;

Con el dudoso criterio de interpretación adoptado por la mayoría ocasional de la


Cámara, la proporción entre remuneración e indemnización se desfigura y puede ser
alterada significativamente, pues se excluyen las remuneraciones de percepción anual
que son devengadas en el curso de la relación laboral.
No es posible olvidar tampoco que, precisamente sobre esta relación entre
remuneración, e indemnización se fundó la afirmación de la CSJN relativa a la
inconstitucionalidad de las denominadas asignaciones no remuneratorias en la que se
señaló que, no obstante la falta de ratificación del convenio 158 OIT, sus contenidos se
encuentran incorporados al artículo 14 bis de la Constitución Nacional en el fallo
González, Martín Nicolás c/ Polimat S.A. Particularmente el Considerando 5º señala:
Que en el presente litigio está fuera de todo debate que el
desconocimiento de la naturaleza salarial de la prestación dispuesta por los
decretos impugnados produjo una disminución en el importe del sueldo anual
complementario. Pero también lo hizo del correspondiente a las
indemnizaciones por despido sin justa causa y por vacaciones, lo cual
posibilita añadir las siguientes consideraciones. Respecto del primero de
estos dos últimos renglones, resulta notorio que la calificación del concepto
litigioso transtornó la finalidad reparadora del régimen indemnizatorio (Ley
de Contrato de Trabajo, art. 245), reglamentario del art.14 bis en cuanto
ordena que la ley protegerá al empleado contra el despido arbitrario, por
cuanto condujo a que la indemnización termine desconociendo la concreta
realidad a la que quiso atender, a causa de limitaciones a uno de los
elementos de cálculo de aquella que, precisa e inequívocamente, constituye
uno de los dos indicadores de esa reali-dad: el salario realmente percibido por
el trabajador despedido (Vizzoti, Fallos: 327:3677, 3686). En este sentido, es
oportuno recordar lo resuelto en el ámbito de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) por el Informe del Comité encargado de examinar la
reclamación en la que se alega el incumplimiento por Venezuela del
Convenio sobre la protección del salario, 1949 (núm. 95) y del Convenio
sobre la terminación de la relación de trabajo, 1982 (núm. 158), presentada
en virtud del artículo 24 de la Constitución de la OIT, puesto que atañe a una
norma que, aun cuando no ha sido ratificada, en nada resultaría más exigente
que la citada protección contra el despido arbitrario del art. 14 bis, tal como
la regula el mencionado art. 245 de la Ley de Contrato de Trabajo. En efecto,
dicho Comité, al considerar qué debía entenderse como indemnización
adecuada de la terminación de la relación de trabajo injustificada, prevista en
el art. 10del mentado Convenio n° 158, sostuvo que, por cuanto la Ley
Orgánica del Trabajo venezolana establecía una proporcionalidad entre la

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indemnización por dicha terminación y el importe del salario, las leyes y
reglamentos por las que se crean o aumentan bonos o subsidios que no se
contabilizan a efectos dela definición del salario para el cálculo de las
indemnizaciones provocan una reducción de la base de cálculo del importe de
éstas y, por este motivo, alteran el carácter adecuado de la indemnización
prevista en el citado art. 10 (Document No. (ilolex): 161997VEN095, 25-3-
1997, párr. 26; en igual sentido respecto de la "indemnización por fin de
servicios, párr. 28). Tampoco cabe olvidar que el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, al examinar el contenido y el alcance del
derecho al trabajo del art. 6° del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, tomó en cuenta el citado Convenio N°
158 en cuanto a que el régimen nacional debe prever el derecho a recursos
jurídicos y de otro tipo en caso de despido improcedente, al tiempo que
expresó que todas las víctimas de esas violaciones tienen derecho a una
reparación adecuada, que puede adoptar la forma de una indemnización
(Observación general n° 18 El Derecho al Trabajo, 2005, E/C.12/GC/18,
párrs. 11 y 48).

En este orden de ideas aun de encontrarse vigente el citado plenario hubiera


correspondido declarar inconstitucional la doctrina plenaria dictada en autos “Tulosai”
por afectar seriamente la relación entre remuneración e indemnización por despido
contraviniendo las disposiciones del artículo 14 bis de la Constitución Nacional y
Convenio 158 OIT. Adviértase que de la remuneración total, por la exclusión de las
remuneraciones normales y habituales de percepción anual, el monto resulta inferior al
67% establecido por la CSJN en el caso Vizzotti para declarar la inconstitucionalidad del
tope. Del mismo modo que cabe apartarse de la ley en supuestos de pugna del texto legal
con el mandato constitucional o convencional, a fortiori, cabe apartarse de la doctrina
plenaria cuando se encuentra en la misma pugna ya que ella es simplemente una
interpretación de la ley obligatoria para los tribunales en el marco del artículo 303
CPCCN en la medida que no puede tener fuerza mayor a la ley que interpreta.
Por este motivo la sentencia de origen debe ser modificada incorporándose en su
base la incidencia mensual del bono anual.
Estas mismas consideraciones llevan a considerar inadmisible la reducción de la
base de indemnización al 67% del salario peticionado por la accionada, no obstante que
le asiste razón con relación a la inclusión del actor en la normativa del CCT 130/75. En
efecto, si la alteración de la base en una suma menor o igual al 20% de la remuneración
total altera la proporción entre remuneración e indemnización por antigüedad establecida
por el Convenio 158 OIT, la extrapolación de lo establecido en el caso Vizzotti más allá
del caso concreto para ser aplicado como regla general, a fortiori afectaría esta
proporción ya que la reducción, sin causa alguna que lo avale, importaría una reducción
del 33%.
La actora, en tercer lugar, se agravia con relación a la falta de análisis del
reclamo de pago de las acciones 2007 y 2008 que la demandada no habría abonada. En

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el punto entiendo que la pretensión no puede ser objeto de acogimiento pues, tal como se
señala en la demanda y en los propios agravios, quien debía abonar los agravios es la
codemandada Credit Suisse Group, la que ha sido demandada como obligada solidaria
en los términos de la cesión o de la norma del artículo 31 RCT y no como obligada
principal. Esta discordancia en el carácter del sujeto pasivo de la obligación sustancial y
de la pretensión procesal hace imposible acceder a la condena en términos de
congruencia.
El principio de congruencia importa el respeto no sólo de los sujeto y del objeto
constituidos por la pretensión y sus defensas sino también de la causa petendi. En el
caso, el actor no consideró en la demanda y en su posterior agravio que la empleadora no
es deudora de la obligación sino el grupo. En este sentido, el Credit Suiss Group no
responde por su hipotética solidaridad (como fuera demandado) sino en cuanto deudor
de la obligación por efecto de la prestación en el marco de una sociedad vinculada al
grupo. El contenido de la pretensión y los hechos a los que la ciñe quien demanda,
contesta demanda o se agravia, constriñen al juzgador.
De lo expuesto resulta que la resolución judicial debe guardar
correlación con el thema decidendum integrado por pretensiones (principales
o reconvencionales) y oposiciones. Es, por consiguiente, una relación entre
dos términos, uno de los cuales es la sentencia misma y, más concretamente,
su fallo o parte dispositiva, y otro, el objeto procesal en sentido riguroso. No
se trata, por consiguiente, de congruencia con la demanda, ni con las
alegaciones y las pruebas, sino de modo genérico con la pretensión procesal y
la oposición a la misma en cuanto la delimita o acota, teniendo en cuenta
todos los elementos que individualizan tal objeto, a saber: los sujetos, la
materia sobre la que recae y el título o causa petendi, conformado por los
hechos en que se basan la pretensión y las defensas. 2

En este sentido, cualquiera fuera el resultado de la pretensión de solidaridad con


el empleador, no es por esa causa que el Credit Suiss Group debe responder de acuerdo a
la propia expresión de hechos de la demanda, en la que se sindica como deudor directo
de la obligación de otorgar acciones a la sociedad matriz y no al empleador. Esta
discordancia entre los hechos y la causa de la pretensión hace manifiesta la
imposibilidad de condena.
En cuarto término se agravia la actora del rechazo de la multa del artículo 1 de la
ley 25.323. Coincido con el apelante con relación a que la norma del artículo 1 requiere
simplemente la existencia de irregularidad en la contabilidad laboral empresarial y que,
por tanto, no se halla circunscripta a la ocurrencia de alguna de las hipótesis de los
artículos 8 a 10 LNE. Sin embargo, el reclamo sobre el punto no puede prosperar debido
a que no existen remuneraciones percibidas y no registradas y los datos de la

2
De los Santos, Mabel, Principio de congruencia, Principios Procesales, Tomo I, dirigido por Jorge W
Peyrano, Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, 2011, pagina 209

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contratación a las órdenes de este empleador que ocurre luego de la cesión del contrato
de trabajo se ajustan a la realidad.
En quinto término cuestiona el demandado la sentencia de origen que rechazó el
reclamo de la multa del artículo 80 RCT. Contrariamente a lo afirmado en la sentencia,
frente al reclamo del trabajador no existió oferta de entrega del certificado en el SECLO,
por lo que resulta imposible entender que ha concurrido mora accipiendi.
Consecuentemente debe accederse al reclamo conforme la cuantificación que realiza el
artículo 80 RCT.
Se agravia en sexto término el demandado por cuanto se tuvo en cuenta para la
conversión de moneda extranjera el tipo de cambio vigente al momento del despido. En
realidad, el planteo se encuentra desierto pues no existe ningún fundamento normativo
en el cuestionamiento de lo resuelto en origen, por lo que debe confirmarse lo dicho en
origen conforme artículo 116 LO.
En séptimo lugar se agravia la actora por cuanto se manda descontar las sumas
depositadas en autos, las que no fueron dadas en pago en momento alguno (y, más allá
de ello, el acreedor no está obligado a aceptar pagos parciales y no existió imputación),
punto sobre el que le asiste razón por lo que corresponde dejar sin efecto el descuento
ordenado en origen.
En octavo lugar se agravia por la falta de condena a Credit Suisse Group AG. La
existencia de un grupo económico no constituye razón suficiente para prescindir de las
personas jurídicas de cada sociedad, a menos que exista un supuesto de abuso de la
personalidad jurídica –que en el caso ni siquiera fue invocada – o supuestos de
maniobras temerarias o maliciosas que tengan por objeto defraudar al acreedor. En el
caso, no puede considerarse conducta frudulenta que el grupo central abone a los
empleados jerárquicos de las filiales un bono en acciones, ya que, respecto del contrato,
no hay nada oculto. Tampoco se ha producido la segmentación artificial de la antigüedad
pues el actor efectivamente prestó servicios en EE.UU. en la filial norteamericana y
luego prestó servicios en Argentina para la sociedad argentina. La existencia de una
cesión del contrato es, en consecuencia la figura adecuada para regular la situación. Por
este motivo, en la medida en que la matriz no fue empleadora del actor, corresponde su
condena.
A los fines de determinar la cuantía de las obligaciones, el perito contador deberá
practicar liquidación teniendo en cuenta, de prosperar mi voto, la sentencia de origen
modificada por el presente en la oportunidad del artículo 132 LO.
De conformidad a la norma del artículo 279 CPCCN, corresponde dejar sin
efecto la aplicación de costas y regulación de honorarios dispuestos en origen. Las
costas de ambas instancias deberán ser impuestas a la demandada vencida y a la actora

Fecha de firma: 06/03/2017


10 ENRIQUE NESTOR ARIAS GIBERT, JUEZ DE CÁMARA
Firmado por:
Firmado por: LAURA MATILDE D'ARRUDA, SECRETARIO DE CAMARA
Firmado por: GRACIELA ELENA MARINO, JUEZ DE CÁMARA

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Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES DEL TRABAJO -
SALA V
con relación a la demanda dirigida contra la casa matriz (artículo 68 CPCCN). La
regulación de honorarios se difiere hasta tanto exista base para su determinación.

LA DRA. GRACIELA ELENA MARINO dijo:


He de prestar mi adhesión al voto precedente, sin perjuicio de dejar asentada mi
posición en contrario al criterio sostenido por mi colega Dr. Arias Gibert en cuanto a que
la doctrina plenaria sentada en “Tulosai” ha quedado sin efecto por la derogación de la
norma del art. 303 CPCCN, pues el art 15 de la ley 26.853, que establece “Una vez
constituidas las Cámaras y Salas creadas por la presente, será de aplicación a todos los
juicios, aun a los que se encuentren en trámite”, no se encuentra operativo, porque
dichas Cámaras no fueron creadas. Por su parte el art 124 de la Ley 18.345, que regula el
recurso de inaplicabilidad de ley en materia laboral, no fue derogado, por lo que la
convocatoria a plenario debe seguir su trámite.
Aclarada así mi postura sobre la validez de los plenarios, y compartiendo la
suscripta la doctrina plenaria allí sentada, lo cierto es que mi posición ha quedado en
minoría toda vez que en los autos “Garrido y De Baro María Silvia c/ Banco Itau
Argentina s/ diferencia de salarios” que tuvo sentencia definitiva de esta sala V el
03/08/2016 y que lleva como Nº de registro el 78564, en una cuestión análoga a la
presente y ante la disidencia planteada, se integró el tribunal con la Dra. Graciela Craig
ante la vacancia existente en la vocalía nº 2, quien adhirió finalmente al criterio del Dr.
Enrique Arias Gibert, tanto en lo atinente al tópico relativo a la derogación del art. 303
CPCCN así como al criterio disímil sustentado en dicha doctrina plenaria, por lo que en
razón de economía y celeridad procesal he de prestar mi adhesión a lo propuesto por el
vocal preopinante.

En virtud de lo que surge del acuerdo que antecede, el TRIBUNAL


RESUELVE : 1. Modificar la sentencia de origen con más intereses conforme el primer
voto, con costas de ambas instancias impuestas a la demandada vencida y a la actora con
relación a la demanda dirigida contra la casa matriz. 2. Diferir la regulación de
honorarios hasta tanto exista base suficiente para su determinación. 3. Regístrese,
notifíquese, cúmplase con el art. 1 de la ley 26.856 Acordadas C.S.J.N. 15/13 punto 4) y
24/13 y devuélvase. Con lo que terminó el acto, firmando los señores jueces por ante mí,
que doy fe. Se deja constancia que la vocalía 2 se encuentra vacante (art. 109 RJN).
MLF

Fecha de firma: 06/03/2017


Firmado por: ENRIQUE NESTOR ARIAS GIBERT, JUEZ DE CÁMARA 11
Firmado por: LAURA MATILDE D'ARRUDA, SECRETARIO DE CAMARA
Firmado por: GRACIELA ELENA MARINO, JUEZ DE CÁMARA

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Enrique Néstor Arias Gibert Graciela Elena Marino
Juez de Cámara Juez de Cámara

Fecha de firma: 06/03/2017


12 ENRIQUE NESTOR ARIAS GIBERT, JUEZ DE CÁMARA
Firmado por:
Firmado por: LAURA MATILDE D'ARRUDA, SECRETARIO DE CAMARA
Firmado por: GRACIELA ELENA MARINO, JUEZ DE CÁMARA

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