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DELITOS EN PARTICULAR
INTERSEMESTRE 2023
El mercado de valores ecuatoriano se caracteriza por la necesidad de una mayor
expansión del sector de negociación de acciones y mercados Over The Counter de hoy en
adelante (OTC). Esta falta de expansión se debe a que las personas que se dedican al comercio
y las actividades comerciales no tienen suficiente comprensión de cómo funciona este
mercado y, por lo tanto, no tienen una comprensión suficiente de cómo debe invertirse su
dinero o capital para que puedan obtener mejores rendimientos de acuerdo con cada objeto
social de la empresa o actividad empresarial, resultados o ingresos dentro del mercado en el
que opera. De este concepto surge un problema en el ámbito de la legislación bursátil, sobre
todo porque concentra las operaciones en el propio mercado de valores y, por lo tanto, el
problema es el concepto de muchas personas o entidades que ponen en circulación, o prestan,
valores para participar en actividades que no son de origen Legal, por lo que tales valores de
dudosa procedencia promueven el fraude bursátil como delito de carácter económico,
patrimonial y mercantil.
Al respecto, cabe mencionar que la Ley del Mercado de Valores, en sus Artículos 4 y
10 Numerales 2, 3 y 10 y el Artículo 17, en los cuales se establece parámetros y sanciones,
para regular el buen funcionamiento de las operaciones dentro del mercado de valores, en
particular, debe tratar de evitar afectar el mercado de valores, para no ser perjudicado por la
circulación de valores sin un propósito legítimo evidente. Los temas discutidos se
sistematizan a la hora de identificar si en realidad este control realmente funciona, entre ellas
se puede señalar que es necesario fortalecerla en cierta medida, ya que las sociedades
anónimas o negocios legítimos aún son visibles de manera simulada en el Ecuador y estos a
su vez pueden configurar el fraude bursátil.
Por lo tanto, dichas operaciones deben ser controladas o fortalecer los controle. a fin
de dar más cumplimiento a lo que dispone el artículo 313, inciso 4, del Código Orgánico
Integral Penal, ya que este artículo establece una pena privativa de libertad de 3 a 5 años, para
las personas que se dediquen a realizar operaciones bursátiles de carácter ficticio, en el que el
fraude significa, determinar el precio o la cotización de un valor. En este, los elementos
ficticios pueden inducir al fraude, comprometiendo el valor y el patrimonio de quienes
realizan la trasposición o cotizan, o incluso recurren a préstamos de instituciones que no están
certificadas por el mercado de valores, generando una actividad mercantil ilegal, que no está
apoyada por actividades legales reguladas que guardan el debido cumplimiento con la norma
mercantil de nuestro país.
La simulación del comercio legal es una realidad tangible a nivel mundial, ya que al
iniciar un negocio o participar en actividades comerciales y financieras fraudulentas, es una
forma de mostrar que el crimen de cuello blanco es de otra naturaleza, porque afecta al
patrimonio de otros a través de situaciones de cumplimiento manifiesto. Sin embargo, a
menudo se ignoran las leyes económicas, tanto en relación con la organización del préstamo
por parte de personas físicas y jurídicas, como en relación con el derecho penal, lo que
conduce a un problema difícil de prevenir y controlar en situaciones de mercado. Sin
embargo, todo ordenamiento jurídico que garantiza los derechos económicos de las personas
se esforzará en buscar formas de enfrentar este delito o tipo penal.
Desde el punto de vista de la doctrina para LARREATEGUI (2014), define al mercado como
un espacio de transacciones mercantiles de amplia extensión, en la que los valores son el
objeto de comercialización o negociación entre las partes, por tal motivo, este mercado debe
tener recaudos especiales. Estos recaudos de los que se hace referencia tienen que ver con los
fraudes que pueden existir en dicho espacio, tanto para los inversionistas, así como para
intermediarios y emisores en el mercado bursátil. Por lo tanto, es necesario que cada mercado
de valores como tal, tenga sus propios reglamentos o procedimientos para proteger los
intereses de sus miembros.
El dolo parece inevitable ya que es inherente a cualquier tipo de conducta que pueda
ser calificada de manipuladora o fraudulenta. Por lo general, no hay certeza de que la
intención final pueda cumplir con este requisito.
El fraude bursátil consiste en colocar valores en bolsa de procedencia fraudulenta o
ilícita para (Torres, 1985,p.85) Este es uno de los ilícitos mercantiles más comunes, esto por
cuanto se trata de aparentar licitud y la realidad de valores e ingresos cuando las fuentes que
lo sustentan son de otra naturaleza que no precisamente es reconocida y aprobada por la ley.
Es así como, dichos valores o cifras son ubicados en el mercado, lo que causa defraudación,
dado que se esconden otras cifras y la actividad e ingresos no justificados perjudica al
mercado y al fisco ante la falta de transparencia y por la evasión de la acción de la justicia.
Por otra parte, se dice que: “La defraudación bursátil es la forma por la que se simula
la obtención de ciertos valores y realización de ciertas actividades distintas a las reales, tanto
en cuanto a los ingresos y operaciones comerciales” (PLASCENCIA, 1995, p.85). Como
puede ver, el fraude bursátil es uno de los delitos económicos más repetidos en los mercados
de diferentes países. Como resultado, el impacto en el mercado de valores y el daño a las
personas naturales o jurídicas que pretendan adquirir valores o prestamos en la bolsa de
valores constituyen actos constitutivos de delito en cuanto que intencionalmente y
deliberadamente se causan daños materiales en los que hay un elemento de dolo. Este
elemento de la estafa, es una estafa en la que el negocio y los ingresos reales de las personas
que afirman estar en un comercio en particular se usan indebidamente o se ocultan cuando en
realidad su principal fuente de ingresos.
Si hay una tipificación de un delito dentro de la ley, entonces por supuesto también se
prevén sanciones. Las sanciones son fundamentales en el derecho penal porque los tipos
penales son creados o propuestos en el ordenamiento jurídico de un estado para castigar a las
personas que ajustan su conducta en perjuicio de determinados derechos protegidos por la ley.
Respecto a lo antes mencionado en líneas anteriores “(…) la pena se puede definir como la
supresión o coartación de un derecho persona que el Estado impone por medio de su rama
jurisdiccional a sujeto imputable que ha sido declarado responsable de hecho punible”
(REYES, 1996, p. 245).
Con la punibilidad descrita anteriormente: “La ley penal, al crear delitos y penas, debe
referirse directamente a los hechos que constituyen aquellos y a la naturaleza y límites de
éstas” (ETCHEVERRY, 1999,p.75). Por supuesto, la sanción a que se refiere el concepto
presentado antes de este párrafo implica una sanción y una limitación de derechos, pero para
que esto sea posible es necesario caracterizar el delito, y en este delito describir los diferentes
métodos de ejecución en donde se puede aplicar una multa o sanción según cada caso. Más
directamente, se trata de la aplicación del principio de legalidad y proporcionalidad de las
sanciones, ya que las sanciones deben tener una determinada limitación temporal y fáctica o
un alcance claro e inequívoco. Esto es para evitar una represión excesiva o injusta por parte
del Estado en el ejercicio de sus poderes criminales.
El mercado de valores es esencialmente un sistema basado en la propiedad, donde
existen diferentes tipos de inversiones. En el mercado bursátil “las transacciones de valores
con un ánimo de lucro y prestaciones útiles entre las partes” (PARADA, 1996,p. 23). Este
tipo de mercado aglutina y genera muchos tipos de inversiones, tales como operaciones de
crédito, entre los sujetos que suscriben o participan en la operación y las empresas de las que
se benefician los partícipes. Sin embargo, la dinámica y cantidad de fondos que circulan en
este mercado lo convierten en un medio muy propenso para la ocurrencia de algunos delitos
financieros. Sin embargo, como en cualquier tipo de mercado y sistema donde se enfrentan
los intereses de varias personas, es necesario crear garantías y casos garantizados.
Simular un negocio jurídico genera una figura de defraudación bursátil, ya que esto es
contrario a la actividad que realmente se está realizando, además que esto pueden cometer
tanto personas naturales como jurídicas.
Cuando se simula un negocio jurídico ya sea por parte de los administradores de una
persona natural o jurídica, se entiende que estas están intentando lavar dinero que puede ser
producto de actividades ilícitas.
El dolo es el factor primordial dentro del fraude bursátil, ya que la persona está
dispuesta a perjudicar a la bolsa de valore, pese a los problemas legales que estos pueden
acarrear, o también otros que obran sin tener conocimiento de la actividad a la que dicha
empresa se está relacionando, pero pueden firmar como representante legal de la misma sin
tener pleno conocimiento de las actividades ilegales que esta empresa está cometiendo.
Bibliografía
Torres, R. (1985). Todo sobre los delitos en los negocios. Barcelona : De Vecchi.