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PREGUNTA 3 (JUSTIFICAR LAS IDEAS DEL TEXTO EN RELACIÓN CON LA

FILOSOFÍA DEL AUTOR).

La alegoría de la caverna es una explicación metafórica, realizada por Platón en el Libro VII
de La República, de la situación en la que se encuentra el ser humano respecto del
conocimiento. Es con seguridad el texto más conocido de Platón, en el que se expone, a
modo de símil o alegoría, el eterno dilema entre la apariencia (la caverna) y la realidad
(mundo exterior).
La descripción del relato se articula en varias partes.
1.- Descripción de la situación de los prisioneros dentro de la caverna.
2.- Descripción del proceso de liberación de uno de ellos y de su acceso/salida al exterior.
3.- El regreso del prisionero liberado al interior de la caverna.

El tema fundamental gira en torno al problema del conocimiento y la educación del alma de
los que serán los futuros filósofos-gobernantes en su modelo aristocrático de Estado. En
este breve relato se condensa una síntesis de todo el pensamiento más maduro del autor.
El símil o la alegoría es un recurso literario que utiliza frecuentemente Platón y su función es
pedagógica. Se trata de comparar conceptos que guardan una relación de semejanza entre
sí aunque son cosas distintas. Pretende con ello explicar algo abstracto y de difícil
comprensión mediante una comparación.

El diálogo como método pedagógico consiste en ir avanzando desde las cuestiones más
vagas y particulares a las más precisas y universales a través de un juego retórico de
preguntas y respuestas para poco a poco ir desvelando la definición universal que se busca.

Así, Platón explica su teoría teniendo en cuenta estos elementos. En primer lugar, para
explicar la teoría de las ideas, Platón divide el mundo en dos partes: el mundo sensible y el
mundo inteligible.
El mundo sensible se experimenta a través de los sentidos, se trata de un mundo material y
cambiante en el que reina el caos y el desorden. Este mundo es un reflejo o copia del
mundo inteligible, no es verdadero, sino una ilusión.
En el mundo sensible nos encontramos, en primer lugar, las imágenes de los objetos, a las
cuales llegamos a través de nuestra imaginación. En segundo lugar, los objetos mismos,
que no son sino formas de las ideas, tanto las imágenes como los objetos no producen un
conocimiento cierto y seguro (ciencia o episteme) sino opinión o doxa (opinión sobre las
cosas que no sabemos si son ciertas).

Superando el mundo sensible, nos encontramos con el mundo inteligible, el mundo de las
ideas; que se experimenta a través de la razón, es el mundo real y es ordenado, armonioso
y objetivo. Para Platón éste es el mundo perfecto donde no existe la dualidad ni el cambio.
En él, se encuentran las ideas, que son individuales pero múltiples entre ellas, aparecen
jerarquizadas y en la cima de todas ellas encontramos la idea de bien, fuente de ser y
verdad de todas las demás ideas.

Estos dos mundos están ordenados por un demiurgo, un ser que es una realidad intermedia
entre el mundo sensible y el inteligible y que ordena todo lo caótico.
Para describir su teoría de las ideas de una forma clara y sencilla, Platón la simboliza a
través del mito de la caverna. En él, identifica una caverna en la cual permanecen desde el
nacimiento unos hombres hechos prisioneros por cadenas que les sujetan el cuello y las
piernas, de tal forma que únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna y
no pueden escapar. Justo detrás de ellos, se encuentra un muro con un pasillo, y
seguidamente y por orden de lejanía respecto de los hombres, una hoguera y la entrada de
la cueva que da al mundo exterior, a la naturaleza. Por el pasillo de la caverna circulan
hombres cuyas sombras gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared
que los prisioneros pueden ver.

Platón nos presenta a los prisioneros como hombres que conocen una realidad muy
limitada, insertos en un mundo sensible, en un mundo de apariencias (la caverna) en el que
permanecen prisioneros. Estos hombres serían reconocidos como ignorantes, gentes sin
educación, sin comunicación entre ellos, sin intercambio de ideas. Las sombras representan
las cosas que no han experimentado, las que se les han dicho, que les han contado. Debido
a la inutilidad de sus sentidos toman las sombras como algo verdadero, puesto que son lo
único que ellos conocen, con lo cual están cómodos. Esos objetos son lo único que creen
conocer y se sienten sabios. En este mundo, los reflejos y sombras que el prisionero
liberado era forzado a contemplar son las cosas que se pueden razonar y discutir, y los
objetos reales que podrá ver cuando se haya acostumbrado a la luz representan a las ideas.
Por lo cual, ver la luz del Sol directamente representa la visión de lo inteligible, de la Idea de
Bien, es decir la máxima idea de lo verdadero, de lo real, de la virtud, de lo bueno, bello y de
lo justo.

El prisionero que sale de la cueva y contempla el mundo real representa la ascensión del
alma al mundo de las ideas. Este prisionero ya liberado será el que deberá guiar a los
demás hacia el mundo real.
El muro representa la barrera que hay entre esos dos mundos, el sensible y el inteligible,
entre las apariencias y las Ideas, entre el cuerpo y el alma.
Las cadenas de los prisioneros representan al cuerpo, en el cual se encuentra encarcelada
el alma y una vez que el alma se libera, vuelve al mundo de las ideas, de donde alguna vez
salió.

Por otro lado, con respecto a la antropología, según Platón, el ser humano se compone de
alma y cuerpo.
- Alma: semejante a las ideas, es la parte verdadera del ser que gobierna el cuerpo.
Preexistió en el mundo de las ideas antes de unirse al cuerpo, por lo que es inmortal como
ellas y puede alcanzar el conocimiento verdadero.
Se divide en tres partes:
Alma racional: sus virtudes son el equilibrio y la prudencia. Gobierna al ser humano y lo
conduce al conocimiento de las ideas, es inmortal (producto del alma) y se representa con
la cabeza del cuerpo.
Alma irascible: sus virtudes son la fortaleza y el valor. Es mortal (producto del cuerpo) y su
deseo es el reconocimiento de gloria, de prestigio. Se representa desde el cuello hasta el
diafragma del cuerpo.
Alma concupiscible: Sus virtudes son el equilibrio y la moderación. Es mortal (producto del
cuerpo) y sus deseos son la reproducción y el placer sensible. Se representa desde el
diafragma hasta los pies del cuerpo.
- Cuerpo: gobernado por el alma, supone un obstáculo para alcanzar la verdad y el bien.
Para explicar esta idea, Platón utiliza el mito del carro alado.
El carro alado simboliza el alma, perfecta e inmortal. El alma forma parte del mundo de las
ideas, solo que temporalmente ha sido expulsada. Se divide en tres partes:
El caballo blanco, que simboliza lo positivo de los hombres, es la parte ordenada (alma
irascible).
El caballo negro, que simboliza lo negativo de los hombres, es la parte impulsiva (alma
concupiscible).
El auriga, es el que guía el carro. Es la «voluntad» racional, la que somete a una parte (al
caballo negro) (alma racional).

Si el auriga controla, aunque con dificultad, a la pareja de caballos, el carro podrá elevarse
hacia el mundo de las ideas y gozar de la contemplación de ellas. Si no, recaerá en un
mundo sensible.
Si cada parte del carro alado hace lo que es propio de ella, se mantendrá el equilibrio y
armonía en el alma, a lo que Platón llama justicia.

Con respecto a la formación de los estados y a la concepción política de la vida, Platón


defiende una sociedad estamental y divide su ciudad ideal en tres clases sociales:
Los filósofos/gobernantes: Son un grupo reducido de ciudadanos que han conseguido llegar
al mundo de las ideas. Destacan por su sabiduría, su amor a la ciudad y su perseverancia.
Los guardianes: Es la clase social que se dedica al mantenimiento de la convivencia social y
a la defensa del pueblo. Los miembros de este ejército son escogidos entre aquellos
ciudadanos que tengan aptitudes para ello y son educados y entrenados para desempeñar
esta función.
Los productores: Son los campesinos, artesanos y comerciantes, encargados de trabajar
para ellos y para las demás clases sociales. Son los que más propiedades y pertenencias
tienen, por lo que su virtud es la templanza.

Para Platón la idea de justicia es muy importante, ya que los ciudadanos deberán llegar a
entender qué es la justicia (idea de bien) y aplicarla de forma individual para conseguir una
justicia colectiva en la ciudad.

Para Platón la educación es la base para llegar a ser un buen filósofo rey, esta sirve para
determinar el carácter y comportamiento de los hombres.
Una educación adecuada será el mejor instrumento para promover la justicia.
Platón dividió la educación en dos etapas:
La primera etapa (infancia y juventud, hasta los 18/20 años): se preparan a los guerreros.
La segunda etapa (mayoría de edad y madurez, desde los 20 hasta los 35 años): Se forman
a aquellos que llegarán a ser gobernantes o guardianes perfectos.

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