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UNIDAD 3: Pérdidas de escurrimiento

3.1 BALANCE HÍDRICO DE UNA CUENCA PARA UNA TORMENTA

La ecuación de balance hídrico aplicada en intervalos de tiempo cortos (diario o menor) a


una cuenca hidrológicamente aislada (sin entradas ni salidas de escurrimiento desde o hacia
cuencas vecinas), puede expresarse:

P = ΔF + ΔS + ΔH + ΔG + E t + A t (3.1)

P: precipitación total, ΔF: variación del almacenamiento de agua en cobertura vegetal, ΔS: variación
del almacenamiento de agua en las depresiones superficiales del terreno, ΔH: variación de
almacenamiento de agua en la zona no saturada del suelo, ΔG: variación del almacenamiento del
agua en el acuífero freático, E t : evapotranspiración y A t : escurrimiento total.

Si se agrupan ΔH, ΔG y A b en el término de infiltración, I, la ecuación puede escribirse:

P = (ΔF + ΔS + I + E t ) + A d (3.2)

I: infiltración, incluye las variaciones de los almacenamientos de humedad del suelo y subterráneo,
como así el flujo base, Ad: escurrimiento directo.

Precipitación efectiva (o neta): es la parte de la lluvia que conforma el escurrimiento directo.

Pérdida de escurrimiento efectiva (o neta): es la diferencia entre la precipitación total y la


precipitación efectiva. Esta pérdida está compuesta por los términos entre paréntesis en
(3.2).

Precipitación en exceso: es la parte de la lluvia que conforma el escurrimiento superficial. En


los casos en que el escurrimiento subsuperficial es despreciable, las precipitaciones efectiva
y en exceso son equivalentes.

Como otras variables, las pérdidas de escurrimiento se expresan como altura de agua
uniformemente distribuida en el área de la cuenca. A continuación, se describen las pérdidas
efectivas.

3.2 INTERCEPCIÓN

Es la parte de la precipitación captada por la vegetación antes que llegue al suelo y que
luego se evapora o queda retenida. No incluye el agua que cae al suelo debajo de la
vegetación (Figura Nº 3.1).

La pérdida por intercepción se expresa:

Pi = Po − Pg − Ps (3.3)

Pi : pérdida por intercepción, Po : precipitación total incidente sobre un área, Pg : agua que cae al
suelo desde el follaje, Ps : agua que cae al suelo como flujo a través de tallos o troncos.
Figura Nº 3.1

Pg se determina por diferencia entre la precipitación medida en pluviómetros ubicados bajo


la vegetación y la precipitación registrada en un lugar cercano y abierto.

Ps se determina por medio de un dispositivo en forma de cuello angosto sellado al tronco


del árbol, que recoge el agua que escurre por mismo y la deriva a un contenedor.

Pi depende de las características de la vegetación (especies, edad, y densidad), del tipo de


tormenta (intensidad y viento) y de la estación del año (grado de crecimiento vegetativo). La
capacidad de almacenamiento por intercepción es menor cuanto menor es la densidad del
follaje y mayor es la velocidad del viento.

Muchos valores experimentales de pérdidas de intercepción han sido ajustados con la


expresión experimental (Horton, 1919):

⎡ ⎛ P ⎞ ⎤
n

Pi = 25.4 ⎢a + b ⎜ o ⎟ ⎥
⎜ 25.4 ⎟ ⎥ (3.4)
⎢⎣ ⎝ ⎠ ⎥⎦

Pi : pérdida de intercepción [mm], Po: precipitación incidente [mm], a, b y n: constantes a ajustar. Los
valores de a y b son frecuentemente relatados por la altura de las plantas y n es a menudo igual a la
unidad.

Los valores sugeridos de a, b y n se muestran en la Tabla Nº 3.1. La Figura Nº 3.2 muestra


la relación Pi - Po para distintas coberturas.

Tabla Nº 3.1: Coeficientes de la ecuación de intercepción de Horton.

Cobertura vegetal a b n
Maíz 0.005 h 0.005 h 1.00
Granos pequeños, centeno, trigo, cebada 0.005 h 0.050 h 1.00
Forraje, alfalfa 0.010 h 0.100 h 1.00
Tréboles y pradera de césped 0.005 h 0.080 h 1.00
Sauces y arbustos 0.020 0.400 1.00
Bosque de pino 0.050 0.200 0.50
Figura Nº 3.2

9.0

8.0

7.0

6.0

5.0
Pi [mm]

4.0

3.0

2.0

1.0

0.0
0.0 5.0 10.0 15.0 20.0 25.0 30.0 35.0 40.0
Po [mm]
Bosque de pino Granos pequeños (0.9 m) Pradera (0.3 m)

En áreas urbanas y en áreas con escasa vegetación, Pi suele ser despreciable. Por el
contrario, en casos de regiones con vegetación densa y lluvias intermitentes de baja
intensidad, donde el almacenamiento en cobertura tiene posibilidad de recuperarse por
evaporación, Pi es un término significativo en el balance hídrico de una tormenta.

3.3 ALMACENAMIENTO EN DEPRESIONES

Es la parte de la precipitación retenida en las depresiones de la superficie del terreno, que


luego se evapora o infiltra al final de la lluvia. Es también denominada retención superficial
(Figura Nº 3.3).

Figura Nº 3.3: Representación esquemática del flujo superficial y del almacenamiento en


depresiones.

Cuando la intensidad de lluvia excede la capacidad de infiltración, la lluvia en exceso


comienza a llenar las depresiones superficiales. Cuando la capacidad de cada depresión es
excedida, se produce un desborde que contribuye al flujo superficial. El almacenamiento en
depresiones no incluye la detención superficial o flujo superficial, que es el agua en tránsito
hacia los canales por encima de la superficie del suelo.

La pérdida de escurrimiento por almacenamiento en depresiones superficiales depende de


las características morfológicas de la cuenca. La pérdida disminuye cuanto mayor es la
pendiente y la densidad de drenaje de la cuenca.

No es necesario que las depresiones estén totalmente llenas para que ocurra flujo
superficial a la salida de la cuenca, debido a la dispersión areal de las depresiones y a la
variabilidad de la capacidad y grado de conexión de las mismas.

Para superficies impermeables, el almacenamiento en depresiones puede ser derivado


graficando el escurrimiento superficial (en ordenadas) en función de la lluvia total (en
abscisas), para muchas tormentas. El valor de lluvia para un escurrimiento nulo (abscisa al
origen) es el almacenamiento en depresiones. A partir de datos de 18 cuencas urbanas
europeas, Kidd (1978) ajustó la siguiente expresión para calcular la pérdida por
almacenamiento en depresiones superficiales (Figura Nº 3.4):

Pd = 0.77 S −0.49 (3.5)

Pd : pérdida por almacenamiento en depresiones [mm], S: pendiente media de la cuenca [%].

Figura Nº 3.4: Relación experimental de la pérdida por almacenamiento en depresiones en


función de la pendiente media de cuencas urbanas.

No se dispone de mediciones de Pd para áreas permeables, pero existen valores reportados


que fueron derivados en base a simulaciones matemáticas ajustadas con hidrogramas de
escurrimiento medidos. Los valores típicos de almacenamiento en depresión reportados
varían entre 2.5 mm y 5.0 mm para césped, 5.0 mm para pasturas y 7.5 mm para bosques.
Estos valores son para superficies con pendientes moderadas. Los valores típicos deben ser
mayores para pendientes bajas y menores para pendientes altas (Huber y Dickinson, 1994).
Los valores típicos sugeridos por el Método CUHP (Colorado Urban Hydrograph Procedure)
(UDFCD, 1984) se muestran en la Tabla Nº 3.2.

Tabla Nº 3.2: Valores típicos de Pd (fuente: UDFCD, 1984)

Rango Valor
Tipo de cobertura posible recomendado
[mm] [mm]
Grandes superficies 1.2 – 3.8 2.5
Impermeable Techos planos 2.5 – 7.6 2.5
Techos en pendiente 1.2 – 2.5 1.2
Predios con césped 5.1 – 12.7 8.9
Permeable
Zonas arboladas y campo abierto 5.1 – 15.2 10.1

El método del Número de Curva (Servicio de Conservación de Suelos de EUA, 1954), que
se desarrolla más adelante en este Capítulo, agrupa todas las pérdidas que ocurren antes
de que se inicie el flujo superficial en una única pérdida inicial. Esta pérdida incluye agua
retenida en las depresiones superficiales, agua interceptada por la vegetación, evaporación
e infiltración inicial.

3.4 EVAPOTRANSPIRACIÓN

Es el agua evaporada desde distintas superficies: agua libre, vegetación y suelo húmedo,
más la transpiración de los vegetales.

Como se ha descrito en la Unidad 3, este proceso depende de factores meteorológicos


(radiación solar, temperaturas de la superficie evaporante y del aire circundante, velocidad y
turbulencia del viento, presión atmosférica, humedad relativa, heliofanía), de la superficie
evaporante (albedo, contenido de humedad) y de la calidad del agua (contenido de sales y
otros).

La importancia relativa de la pérdida por evapotranspiración depende del intervalo de tiempo


utilizado en el balance hídrico, siendo pequeña para un balance de corto plazo (diario e
intervalos menores) y grande para un balance de largo plazo (mensual y anual).

3.5 INFILTRACIÓN

Es el proceso de entrada de agua a través de la superficie del suelo hacia el interior del
mismo. En general, la infiltración es el principal componente de las pérdidas de
escurrimiento en cuencas las rurales.

Antes de continuar con la descripción de este proceso, se desarrollan los conceptos de


suelo y agua en el suelo.

3.5.1 El suelo

El suelo es un conjunto de sedimentos sueltos (no compactos) formado por material mineral
y orgánico, entre los cuales existen espacios que pueden estar ocupados por aire y/o agua.
Desde el punto de vista hidrológico, es un depósito de agua cuya capacidad para retenerla y
contenerla depende de sus propiedades físicas e hidráulicas, como la textura, estructura,
porosidad y permeabilidad.
El suelo es el resultado de cambios físicos y químicos y de la actividad orgánica sobre las
rocas a través del tiempo. La Figura Nº 3.5 muestra un perfil o corte vertical típico de un
suelo completo o evolucionado, en el cual se distinguen sucesivas capas, denominadas
horizontes.

El horizonte A es el más superficial y en él enraíza la vegetación herbácea. Su color es


generalmente oscuro por la abundancia de materia orgánica descompuesta o humus
elaborado.

El horizonte B carece prácticamente de humus, por lo que su color es más claro. En él se


acumulan los sedimentos finos provenientes del lavado del horizonte A, por lo que es menos
permeable que éste.

El horizonte C (o roca madre, o subsuelo) está constituido por la parte más alta del material
rocoso in situ, sobre el que se apoya el suelo. Se presenta más o menos fragmentado por la
alteración mecánica y química, pero en él aún pueden reconocerse las características
originales de la roca madre.

Figura Nº 3.5: Perfil típico de un suelo evolucionado (fuente: Custodio, 1976).

La distribución de horizontes de la figura anterior no es la única posible. Por ej. en zonas con
fuerte evaporación y alimentación lateral de agua, se produce una inversión de horizontes,
formándose el B sobre el A. También puede ocurrir que los horizontes A y B no procedan de
la roca madre C, sino que hayan sido depositados allí. En este caso, puede existir otro
horizonte D, originado por la roca madre y debajo de B.

Los sedimentos que conforman un suelo se clasifican de acuerdo a su tamaño, como se


muestra en la Tabla Nº 3.3.
Tabla Nº 3.3: Clasificación internacional de los sedimentos según su tamaño.

Diámetro de
Tipo partículas
[mm]
Piedras > 20
Gravas 2 - 20
Arenas gruesas 0.2 - 2.0
Arenas finas 0.02 – 0.2
Limos 0.002 – 0.02
Arcillas < 0.002

La textura de un suelo se refiere al porcentaje con el que se presentan los sedimentos del
mismo. El Departamento de Agricultura de EUA (USDA) propuso el sistema de clasificación
que se muestra en la Figura Nº 3.6, en función de los porcentajes de arena, limo y arcilla
presentes en el suelo.

Figura Nº 3.6: Clasificación de suelos propuesta por USDA.

La estructura de un suelo es la manera en que las partículas del mismo se agrupan en


fragmentos mayores, denominados agregados estructurales o terrones. La estructura de los
suelos puede ser en bloques de forma granular (redondeada), angular, prismática, laminar y
amorfa. La estructura influye en la proporción de agua que es absorbida por el suelo, en la
susceptibilidad del suelo a la erosión y en la aptitud para usos agrícolas. La estructura no es
una constante y cualquier acción física sobre el terreno, o el hecho de que permanezca
saturado de agua un cierto tiempo, puede cambiarla.

La porosidad de un suelo es el cociente entre el volumen de huecos (llenos de aire o agua) y


el volumen total del suelo (adimensional).

La permeabilidad o conductividad hidráulica de un suelo es la capacidad del mismo para


permitir que el agua lo atraviese, sin alterar su estructura interna. Se mide en unidades de
intensidad (ej. mm/h). Depende principalmente del medio poroso (porosidad, tamaño y grado
de empaquetamiento de los granos), y en menor medida, del fluido (densidad y viscosidad).
Puede variar desde 0.3 mm/h en arcillas hasta 120 mm/h en arenas.

3.5.2 El agua en el suelo

Se distinguen los siguientes tipos de agua en el suelo: a) agua higroscópica, b) agua


pelicular, c) agua capilar y d) agua libre o gravífica (Figura Nº 3.7).

Figura Nº 3.7: Representación esquemática de los tipos de agua en el suelo.

(a): agua higroscópica, (b): agua pelicular, (c): agua capilar, (d): agua gravífica (vista en planta, ocupa
porosidad interconectada).

El agua higroscópica se encuentra en la forma de parcelas aisladas adsorbidas por las


partículas sólidas y sólo es separable en forma de vapor.

El agua pelicular forma una película que envuelve las partículas y el agua higroscópica y se
desprende por centrifugación de la muestra.

El agua higroscópica y el agua pelicular son retenidas por: a) fuerzas eléctricas originadas
por enlaces químicos entre los dipolos del agua y valencias libres que existen en la
superficie de los minerales, y b) la presión osmótica de la solución, originada por las sales
del medio disueltas en el agua.

El agua capilar se encuentra en pequeños canalículos que existen en el suelo y se


desprende por centrifugación de la muestra. Es retenida por fuerzas capilares, que se
originan por la atracción entre las moléculas del agua y el aire (fluidos no miscibles). Se
pueden distinguir 2 tipos: a) agua capilar aislada o colgada: no está ligada a la zona
saturada. b) agua capilar continua: ligada a la zona saturada.

El agua gravífica es el agua que se desplaza libremente por el suelo debido al potencial de
gravedad. Ocupa los espacios libres de los poros interconectados y las fisuras de las rocas.

En un perfil del suelo, transcurrido un cierto tiempo después de una lluvia, el agua infiltrada
tiende a alcanzar un relativo equilibrio y queda distribuida en las siguientes zonas de
humedad: Zona No Saturada (ZNS) y Zona Saturada (ZS) (Figura Nº 3.8).
Figura Nº 3.8: Distribución del agua en el suelo (fuente: Custodio, 1976).

Zona no saturada (ZNS): es la porción del terreno comprendida entre la superficie del mismo
y la superficie freática1. Los huecos entre los granos minerales del suelo contienen agua y
aire. Se la conoce también como zona de aireación o zona vadosa. La ZNS se divide en:

Subzona de evapotranspiración: es la zona más próxima a la superficie del terreno,


comprendida entre ésta y la profundidad radicular. En esta subzona existe agua
higroscópica, pelicular y capilar aislada. No existe agua gravífica, a no ser que esté de
tránsito hacia zonas inferiores en tiempos inmediatos después una lluvia. Las plantas
emplean el agua capilar aislada o suspendida de esta zona para sus funciones de nutrición y
transpiración.

Subzona intermedia: situada entre la subzona de evapotranspiración y la subzona capilar.


Los efectos de la evapotranspiración son despreciables y existe agua higroscópica,
pelicular, capilar aislada y eventualmente, algo de agua capilar continua.

Subzona capilar: es la zona próxima al nivel freático y representa una transición a la Zona
Saturada. En esta zona existen todos los tipos de agua, excepto el agua gravífica.

Zona Saturada (ZS): es el acuífero freático, en el cual están presentes todos los tipos de
agua.

1
Lugar geométrico de los puntos de agua cuya presión es igual a la atmosférica y que constituye la superficie
libre del acuífero.
3.5.3 Factores que influyen en la infiltración

Los factores que afectan la infiltración pueden clasificarse en dos grupos (Chow, 1964):

a) Factores del medio permeable:

• Tamaño y distribución de los poros del suelo: dependen de la textura y grado de


compactación del suelo y determinan su permeabilidad (microestructura). Un suelo de
textura gruesa (gravas y arenas) es más permeable que un suelo de textura fina (limos y
arcillas). En suelos donde existen dos o más horizontes de distinta permeabilidad, la
velocidad de infiltración final del suelo está dominada por el horizonte de menor
permeabilidad. Por ej., en los suelos desarrollados, con un horizonte A (superior) más
permeable que el B (inferior), es este último el que determina la velocidad de infiltración
final durante un proceso de humedecimento prolongado.

• Vegetación: la vegetación protege la superficie del suelo del impacto de las gotas de
lluvia y mantiene con sus raíces una estructura suelta y porosa del suelo
(macroestructura), por lo que favorece la infiltración.

• Estabilidad relativa de los poros: los suelos con un contenido alto de arcillas y coloides
se expanden cuando se mojan, cerrando los poros y dificultando la infiltración.

• Materia orgánica y actividad biológica: mantienen un suelo suelto y esponjoso,


favoreciendo la infiltración.

• Uso del suelo: la compactación de la capa superior del suelo inducida por algunos usos
agrícolas del suelo, dificulta la penetración del agua y por lo tanto, reduce la infiltración.
Los cultivos en hileras siguiendo la línea de máxima pendiente no son recomendados, ya
que favorecen el escurrimiento superficial y reducen la infiltración.

• La pendiente del terreno: a medida que aumenta la pendiente, disminuye el tiempo de


encharcamiento de la superficie y por lo tanto, el agua disponible para infiltrar.

Los dos primeros factores mencionados son los que influyen más significativamente en la
infiltración. Distintas expresiones analíticas de la capacidad de infiltración de un suelo (ej.
ecuaciones de Horton y Holtan), consideran dichos factores por medio de coeficientes de
ajuste.

b) Factores del fluido y del abastecimiento:

• Contenido de sedimentos finos en suspensión: como arcillas y coloides, que pueden


obstruir los poros del suelo, dificultando la infiltración.

• Contenido de sales en el agua: puede afectar la viscosidad del fluido o formar complejos
con los coloides del suelo afectando la estructura del mismo.

• Temperatura del agua: afecta la viscosidad de la misma y por consiguiente la velocidad


de infiltración.

• Impacto de las gotas de lluvia: las lluvias intensas destruyen la estructura superficial del
suelo e incorporan sedimentos finos al agua, obstruyendo los poros y dificultando la
infiltración.
3.5.4 Descripción del proceso de infiltración

La infiltración es un flujo de agua que no es únicamente unidimensional vertical, sino que


depende de la pendiente de la superficie y de la relación de las conductividades hidráulicas
vertical y horizontal del suelo.

En un medio poroso saturado2, la velocidad del flujo se expresa por la ecuación de Darcy
(1856):

dH
V = - K (3.6)
dz

V: velocidad del flujo en un medio saturado o caudal específico [L/T], K: permeabilidad o


conductividad hidráulica saturada, H: potencial hidráulico [L], Z: coordenada vertical de referencia [L].

El potencial hidráulico de un punto de agua en un medio poroso saturado es igual a la suma


de 2 componentes (Figura Nº 3.9):

a) Potencial de presión: originado por el peso de la columna de agua por encima.

b) Potencial de gravedad: originado por la fuerza gravitatoria y expresado como altura del
punto sobre un nivel de referencia (z).

p
H= +z (3.7)
γ

p: presión del agua en el punto de análisis, γ: peso específico del agua, z: altura del punto respecto al
plano de referencia.

Figura Nº 3.9: Experimento de Darcy de flujo de agua a través de un suelo saturado.

La pérdida de potencial hidráulico entre los puntos 1 y 2 es:

H2 − H1 = c − ( l + d) (3.8)

H1 = l + d (3.9)

H2 = c (3.10)

2
Un suelo está saturado cuando todos sus poros (espacios intergranulares) están llenos de agua (sin aire).
H1 y H2 : potenciales hidráulicos en los puntos 1 y 2, respectivamente, l: potencial de gravedad, c y d:
potenciales de presión (hidrostático).

La ecuación de Darcy se puede extrapolar a un medio poroso no saturado, contemplando


las fuerzas que actúan en este tipo de medio. Estas fuerzas son 2:

a) Presión de poros o succión (ψ): generada por fuerzas eléctricas, la presión osmótica de
la solución y fuerzas capilares. Actúa en todas las direcciones y tiende a retener el agua
contra las partículas del suelo.

Depende de la cohesividad del medio poroso y del contenido de humedad, θ. ψ reemplaza la


presión hidrostática en la ecuación del potencial hidráulico (3.7). La presión hidrostática no
es importante en un medio no saturado por la continuidad de aire en los poros, a presión
atmosférica.

b) Potencial de gravedad (Z): generado por la fuerza gravitatoria y tiende a hacer


descender el agua.

La fuerza de gravedad actúa sobre el agua libre o gravífica, que percola hacia el acuífero o
escurre en forma subsuperficial.

Por lo tanto, el potencial hidráulico en un medio poroso no saturado se expresa:

H = ψ ( θ) + Z (3.11)

H: potencial hidráulico en un medio poroso no saturado, ψ: presión de poros o succión, Z: potencial


de gravedad.

En un medio poroso no saturado, a medida que aumenta el contenido de humedad, ψ


disminuye y K aumenta.

La Figura Nº 3.10 muestra la evolución de la velocidad de infiltración de un suelo


inicialmente seco, que es sometido a un proceso de humedecimiento prolongado.

En la etapa inicial, el suelo tiene un bajo contenido de humedad, el flujo es controlado por la
succión y la velocidad de infiltración es alta.

Figura Nº 3.10: Fuerzas que controlan el flujo en un medio poroso no saturado.

A medida que los poros se van llenando de agua, disminuye el predominio de la succión
sobre la gravedad. Cuando el contenido de humedad del suelo es igual a la capacidad de
campo3, se alcanza un equilibrio entre la succión y la fuerza gravitatoria. Como la succión no
3
Concepto visto en la Unidad 2.
es capaz de retener agua adicional, todo exceso de agua percola o escurre en forma
subsuperficial por gravedad (agua libre o gravífica).

La saturación completa puede ocurrir si existe un sustrato relativamente impermeable en la


base del suelo en estudio o si el nivel freático asciende dentro de la zona no saturada.

3.5.5 Velocidad y capacidad de infiltración

La velocidad de infiltración (o tasa de infiltración) es la velocidad a la cual penetra el agua en


la superficie del suelo. La infiltración puede ocurrir a distintas velocidades, desde
infinitesimal hasta una velocidad máxima, denominada capacidad de infiltración.

La capacidad de infiltración es la máxima velocidad a la que puede penetrar el agua en un


suelo en un momento dado. Para ello, se requiere que la interfase suelo-aire esté saturada
(debe existir encharcamiento).

Un suelo sometido a un proceso de humedecimiento prolongado, con una interfase


suelo-aire saturada en todo tiempo, presenta una capacidad de infiltración que disminuye
con el tiempo. Inicialmente, la variación es rápida y luego es más lenta, hasta hacerse
asintótica a un valor constante después de un tiempo relativamente corto, que en general
varía de 0.25 h a 3.00 h.

La capacidad final constante depende del tipo de suelo, mientras que la capacidad para
tiempos menores depende además, del contenido de humedad del suelo (Figura Nº 3.11).

Figura Nº 3.11: Curvas de capacidad de infiltración para distintos tipos de suelo.

f: capacidad de infiltración, t: tiempo, loam: franco.

Durante una tormenta, la condición de interfase suelo-aire saturada se produce cuando la


intensidad de lluvia es mayor o igual que la capacidad de infiltración.

La infiltración acumulada F(t) es la profundidad acumulada de agua infiltrada dentro de un


período dado y es igual a la integral de la tasa de infiltración en ese período (Figura Nº 3.12):
Figura Nº 3.12: Curvas de capacidad de infiltración y de infiltración acumulada.

t
Ft = ∫0 f(t) dt (3.12)

Ft : lámina infiltrada acumulada al tiempo t, f t : capacidad de infiltración al tiempo t.

El segundo miembro representa el área encerrada bajo la curva f(t) entre el instante inicial y
el tiempo t.

Esto equivale a expresar a la capacidad de infiltración como la derivada primera de la


infiltración acumulada:

dF ⎤
ft =
dt ⎥⎦ t
(3.13)

La capacidad de infiltración media en un intervalo de tiempo Δt, se calcula como el cociente


entre el incremento de lámina infiltrada y el intervalo Δt:

ΔF
f t, Δt = (3.14)
Δt

f t, Δt : capacidad de infiltración media en el intervalo (t, t+Δt), ΔF : incremento de lámina de agua


infiltrada en el Δt, Δt : intervalo de tiempo.

3.5.6 Determinación empírica de la curva de capacidad de infiltración

Existen dos aproximaciones generales para determinar en forma empírica la curva de


capacidad de infiltración de un suelo en función del tiempo (Chow, 1964):

a) Análisis de hidrogramas de escurrimiento generados por precipitación natural sobre


parcelas o cuencas.

Se determina la curva de lámina infiltrada acumulada en función del tiempo como diferencia
entre la curva de precipitación acumulada y la curva de lámina de escurrimiento acumulada,
corrigiendo esta última por efecto de la detención superficial y descontando el
almacenamiento en depresiones superficiales e intercepción.
Luego, la curva de capacidad de infiltración en función del tiempo se obtiene aplicando
(3.14).

La correcta estimación de la infiltración depende de la precisión de los datos de precipitación


y escurrimiento. Este método tiene las siguientes ventajas sobre los infiltrómetros: considera
las variaciones de la precipitación e incorpora las influencias de factores tales como longitud
del escurrimiento superficial, pendiente, heterogeneidad del complejo suelo-vegetación de la
cuenca, almacenamiento en depresiones y detención superficial, tal cual ocurre a la escala
de la cuenca.

b) Infiltrómetros con aplicación artificial de agua en áreas de prueba cercadas.

b.1. Simuladores de lluvia

El suministro de agua se realiza mediante un sistema de aspersión que distribuye


uniformemente la misma sobre una parcela de pequeño tamaño (1 a 40 m²), a la salida de la
cual existe un dispositivo aforador para medir el caudal superficial (q).

El procedimiento de cálculo de la curva f - t se describe a continuación.

i. Se calcula la precipitación en exceso (Pe) y la precipitación acumulada (P) para cada


tiempo t con:

Pe t = Q t + Da t (3.15)

Pt = i t (3.16)

Pe t : precipitación en exceso acumulada al tiempo t, Q t : escurrimiento acumulado al tiempo t


(medido), Da t : detención superficial acumulada al tiempo t (estimada), Pt : precipitación acumulada
al tiempo t, i: intensidad de lluvia (constante y conocida).

ii. Se calcula la retención acumulada (R) y la lámina infiltrada acumulada para cada tiempo
t con:

R t = Pt − Pe t (3.17)

Ft = R t − Vd t (3.18)

R t : retención acumulada al tiempo t, Vd: almacenamiento en depresiones al tiempo t (estimado).

La determinación de la curva F-t se muestra en la Figura Nº 3.13.


Figura Nº 3.13: Determinación de la curva F-t con infiltrómetros simuladores de lluvia.

iii. Se calcula la curva de capacidad de infiltración en función del tiempo con (3.14).

b.2. Tipo inundador

Un infiltrómetro tipo inundador comúnmente utilizado es el de doble anillo (Figura Nº 3.14).

Figura Nº 3.14: Ensayo con infiltrómetro de doble anillo.

El infiltrómetro consiste en dos superficies cilíndricas metálicas abiertas por las dos bases,
con bordes biselados en uno de los extremos, para facilitar el hincado en el terreno. Los
cilindros se hincan golpeando el borde superior con una maza. La profundidad del hincado
debe ser la necesaria para evitar una pérdida de agua por los bordes de los anillos (en
general es de 0.10 m).

El cilindro interior, de 0.20 m de diámetro, se usa para determinar la capacidad de


infiltración. Dentro de éste, se hinca una varilla en posición vertical, cuyo extremo superior
termina en una punta. El cilindro exterior, de 0.60 m de diámetro, se usa para disminuir los
efectos de borde del terreno circundante.
Una de las maneras de realizar el ensayo es manteniendo una carga de agua constante,
como se describe a continuación.

i. Se incorpora agua (ej. con un bidón) dentro del anillo interior hasta que el nivel de agua
supera la punta de la varilla. Simultáneamente, se agrega agua en el espacio entre
ambos anillos, de manera alcanzar una altura de agua similar a la del anillo interior. El
agregado de agua se debe realizar rápidamente. Una vez agregada el agua, el nivel de
agua comienza a disminuir por efecto de la infiltración.

ii. Una vez que el nivel enrasa la punta de la varilla, se pone en cero el cronómetro y se
añade una cantidad conocida de agua (medida con una probeta) al cilindro interior.
Debido al agregado de agua, el nivel sube por encima de la punta de la varilla. Luego,
el nivel comienza a disminuir por la infiltración.

iii. Cuando la altura vuelve a enrasar la punta de la varilla, se mide el tiempo y se vuelve a
agregar una cantidad conocida de agua; es decir, se repite el paso ii.

A medida que transcurre el ensayo, es mayor el tiempo que tarda en infiltrarse un mismo
volumen de agua agregado, debido a que la capacidad de infiltración disminuye.

El ensayo se continúa hasta que la diferencia entre 2 valores sucesivos de f sea menor que
una tolerancia prefijada (ej. 0.1 mm/h).

Ejemplo Nº 3.1:

A partir de los datos de tiempos (cols. 1 y 2) y volúmenes de agua incrementales agregados


(col. 7) de la Tabla Nº 3.4, obtenidos de un ensayo de infiltración con doble anillo, se pide
determinar la curva de capacidad de infiltración del suelo.

Tabla Nº 3.4: Cálculo de un ensayo de infiltración por el método de doble anillo.

Lugar: Jardín Botánico de la ciudad de Santa Fe.


Características del suelo: suelto, sin pisoteo, sin labranza.
Características de la vegetación: gramíneas.
Fecha: 27/03/1979 Hora de comienzo: 17:00 h
Diámetro cilindro exterior: 60 cm
Diámetro cilindro interior: 20 cm
Superficie de infiltración: 313.2 cm2

(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) (10) (11)
Tiempo Volumen Lámina
f
acum. acum. acum. increm. medio increm. acum. increm. acum.
[min] [seg] [min] [seg] [seg] [min] [cm3] [cm3] [mm] [mm] [mm/h]
0 0 0.0 0
0 21 0.4 21 21 0.2 30 30 0.95 0.95 163.7
0 50 0.8 50 29 0.6 30 60 0.95 1.91 118.5
2 30 2.5 150 100 1.7 30 90 0.95 2.86 33.4
4 33 3.6 273 123 3.5 30 120 0.95 3.82 27.9
8 15 8.3 495 222 6.4 30 150 0.95 3.77 15.5
11 32 11.5 692 197 9.9 30 180 0.95 5.73 17.5
15 25 15.4 925 233 13.5 30 210 0.95 6.68 13.8
22 12 22.2 1332 407 18.8 30 240 0.95 7.64 8.4
31 1 31.0 1861 529 26.6 30 270 0.95 8.59 6.5
41 2 41.0 2462 601 36.0 30 300 0.95 9.55 5.7
(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) (10) (11)
Tiempo Volumen Lámina
f
acum. acum. acum. increm. medio increm. acum. increm. acum.
[min] [seg] [min] [seg] [seg] [min] [cm3] [cm3] [mm] [mm] [mm/h]
50 26 50.4 3026 564 45.7 30 330 0.95 10.50 6.1
63 32 63.5 3812 786 57.0 30 360 0.95 11.46 3.4
70 32 70.5 4232 420 67.0 15 375 0.48 11.94 3.1
84 7 83.1 5047 815 77.3 30 405 0.95 12.89 3.2
97 49 97.8 5869 822 91.0 30 435 0.95 13.85 3.2
113 56 113.9 6836 967 105.9 30 465 0.95 13.80 3.6
130 27 130.5 7827 991 122.2 30 495 0.95 15.76 3.5

La lámina incremental de agua infiltrada (col. 9) se calcula como el cociente entre el


volumen incremental infiltrado (col. 7) y la superficie del anillo inferior (313.2 cm2).

La capacidad de infiltración media entre 2 mediciones de tiempo sucesivas, f (col. 11), se


calcula como cociente entre la lámina incremental de agua infiltrada (col. 9) y el incremento
de tiempo (col. 5) y convirtiendo unidades.

Para representar los valores de f en función del tiempo, se asigna cada valor de f al tiempo
medio entre 2 mediciones de tiempo sucesivas (col. 6) (Figura Nº 3.15).

Figura Nº 3.15: Curvas de capacidad de infiltración y de lámina infiltrada acumulada.

180.0 18.0

160.0 16.0

140.0 14.0

120.0 12.0
f [mm/h]

F [mm]
100.0 10.0

80.0 8.0

60.0 6.0

40.0 4.0

20.0 2.0

0.0 0.0
0.0 20.0 40.0 60.0 80.0 100.0 120.0 140.0
Capacidad de infiltración Infiltración acumulada TIEMPO [min]

Los resultados obtenidos de un ensayo con infiltrómetro son representativos del punto
donde se realizó el ensayo, pero no son representativos a la escala de cuenca. En general,
los infiltrómetros presentan una tendencia de dar valores de capacidad de infiltración final
mayores que los obtenidos a la escala de cuenca.

Por otra parte, existen diferencias en los resultados de los ensayos de infiltración según el
tipo de infiltrómetro que se utilice. Los simuladores de lluvia, que reproducen el impacto de
las gotas sobre el suelo, dan valores de capacidad de infiltración final menores, en los
mismos suelos con la misma vegetación, que los inundadores.
Además, los infiltrómetros que cubren una superficie de terreno mayor dan valores de
capacidad menores que los que cubren un área más pequeña, en los que la influencia de los
efectos de borde es mayor.

3.5.7 Ecuaciones de capacidad de infiltración

Existen varias ecuaciones de capacidad de infiltración, como las de Horton (1933), Holtan
(1961), Philip (1957) y Green-Ampt (1911).

Horton propuso la siguiente ecuación empírica de capacidad de infiltración (Figura Nº 3.16):

f t = fc + (f0 − fc ) e − k t (3.19)

f t : capacidad de infiltración al tiempo t, f0 : capacidad de infiltración inicial, fc : capacidad de


infiltración final después de un proceso de humedecimiento prolongado, t : tiempo desde el instante
inicial, k: constante de decaimiento [T-1], depende de las características del suelo (permeabilidad) y de
la vegetación.

La expresión de la lámina infiltrada acumulada es:

t f -f
(
Ft = ∫ f dt = fc t + 0 c 1 - e - K t
K
) (3.20)
0

Figura Nº 3.16: Capacidad de infiltración e infiltración acumulada en función del tiempo.

Puede observarse que si t tiende a cero, f t tiende a f0 y si t tiende a infinito, f t tiende a


fc .

fc y k son valores característicos para cada tipo de suelo, mientras que f0 depende del
contenido de humedad del suelo en el instante inicial. La Figura Nº 3.17 muestra como
influye el parámetro K en la curva de capacidad de infiltración.
Figura Nº 3.17: Efecto de la variación del parámetro k sobre la curva f - t.

f0 , fc y k se calculan a partir de los datos obtenidos con el ensayo de infiltración. fc se


adopta igual al valor final de f y f0 y k se determinan ajustando por mínimos cuadrados los
coeficientes de la expresión:

y = a eb x (3.21 )

Donde: y = f − fc , a = (f0 − fc ) , b = − k , x = t . Esta ecuación resulta de (3.19), pasando


fc al primer miembro. Una vez ajustados los coeficientes a y b, se calculan: f0 = a + fc y
k = −b .

Si no se dispone de datos de ensayos de infiltración, los parámetros f0 , fc y k de la


ecuación de Horton se pueden estimar a partir de tablas.

El valor de fc se puede estimar a partir de la Tabla Nº 3.9, propuesta por Musgrave (1955)
en función de los grupos hidrológicos del método Número de Curva del SCS. Para
seleccionar un valor, el usuario debe considerar la textura del horizonte de menor
conductividad hidráulica en el perfil (Huber y Dickinson, 1994).

−1
Muchos valores de k citados en la literatura varían en el rango 3.0 - 6.0 h (0.00083 –
−1
0.00167 s ) y muchas curvas publicadas indican un valor más bajo para suelos arenosos.
Si no se dispone de datos del suelo, se puede considerar una estimación inicial de k =
0.00115 s −1 (3.14 h −1 ). Este valor implica que, bajo condiciones potenciales (i > f), al cabo
de la primer hora f decaerá, desde el valor f0 , un 98% de la diferencia ( f0 - fc ) (Huber y
Dickinson, 1994).

El valor de f0 se puede estimar a partir de la Tabla Nº 3.5 (Huber y Dickinson, 1994).


Tabla Nº 3.5: Valores representativos de f0 .

f0
Humedad Vegetación Textura
[mm/h]
Suelo arenoso 127
Escasa o nula vegetación Suelo franco 76
Suelo arcilloso 25
Seco
Suelo arenoso 254
Vegetación densa Suelo franco 152
Suelo arcilloso 51
Suelo arenoso 64
Escasa o nula vegetación Suelo franco 38
Suelo arcilloso 13
Humedad baja
Suelo arenoso 127
Vegetación densa Suelo franco 76
Suelo arcilloso 26
Suelo arenoso 42
Escasa o nula vegetación Suelo franco 25
Capacidad de Suelo arcilloso 8
campo Suelo arenoso 85
Vegetación densa Suelo franco 51
Suelo arcilloso 17

Humedad alta Escasa o nula vegetación ----- ≅ fc


(próximo a la
saturación) Vegetación densa ----- ≅ fc

Ejemplo Nº 3.2: A partir de los resultados del ensayo de infiltración del Ejemplo Nº 3.1, se
pide determinar los parámetros f0 , fc y k de la ecuación de Horton.

Se adopta fc igual al valor final de f del ensayo: fc = 3.5 mm/h. A partir de este valor se
calculan los valores (f 0 − f c ) (Tabla Nº 3.6) y se ajustan por mínimos cuadrados los
coeficientes de la expresión (3.21) (Figura Nº 3.18).

Tabla Nº 3.6
Tiempo f - fc
[h] [mm/h]
0.006 160.2
0.014 115.1
0.042 30.9
0.076 23.5
0.138 12.0
0.192 13.0
0.257 11.3
0.370 5.0
0.517 3.0
0.684 2.3
0.841 2.6
1.059 0.9
1.176 0.6
1.402 0.7
1.630 0.7
1.899 0.1
Figura Nº 3.18: Ajuste de los parámetros a y b de la expresión (3.21).

180.0

160.0

140.0

120.0
f - fc [mm/h]

100.0

80.0

60.0

40.0 y = 33.881e-3.0607x
R2 = 0.8694
20.0

0.0
0.0 0.5 1.0 1.5 2.0
TIEMPO [h]

A partir de los valores de a y b obtenidos del ajuste, se determinan los parámetros fo y k:

a = 33.9 ⇒ f0 = a + fc = 37.4 mm/h ; b = -3.0607 ⇒ k = 3.0607 h^(-1).

3.5.8 Determinación de hietogramas de lluvia en exceso usando curvas de capacidad


de infiltración

Si se superponen en una misma escala gráfica el hietograma de intensidad de lluvia (i) de


una tormenta y la curva de capacidad de infiltración (f), la precipitación en exceso originada
por dicho evento puede calcularse integrando el área del hietograma que queda por encima
de la curva de capacidad (Figura Nº 3.19). Si las pérdidas por retención superficial son
importantes se deben descontar al exceso calculado.

Figura Nº 3.19: Cálculo de la precipitación en exceso generada por una tormenta.

i: intensidad de lluvia, f: capacidad de infiltración, t: tiempo, F1 : lámina infiltrada acumulada hasta t1 ,


EXC: precipitación en exceso.

Por definición de capacidad de infiltración, en todos los intervalos de tiempo se debe


verificar que la interfase suelo-aire esté saturada. Para el análisis de una tormenta, esto
significa que se debe cumplir la condición i ≥ f. Si dicha condición no ocurre en algún
intervalo (ej. en el primer intervalo de la figura anterior), se debe corregir el valor de f al final
de dicho intervalo. La corrección se realiza utilizando conjuntamente las curvas de
capacidad de infiltración f(t) y lámina infiltrada acumulada F(t) (Figura Nº 3.20).

En el intervalo sin encharcamiento (i < f), la velocidad de infiltración es igual a i. El valor de f


al final de dicho intervalo se corrige del siguiente modo:

i. Se calcula la lámina infiltrada acumulada hasta t1 : F1 .


ii. Con F1 se obtienen (gráfica o analíticamente) los valores de t1′ y f1′ .
iii. Se ubica el valor f1′ al final del Δt, siendo éste el valor de f corregido.

Figura Nº 3.20: Corrección de la curva f(t) según las condiciones reales de la tormenta.

t1′ : tiempo que tardaría en infiltrarse F1 a la velocidad de capacidad, t1 : tiempo que tarda en infiltrarse
F1 a la velocidad de infiltración real durante el primer Δt (igual a i), f1′ : capacidad de infiltración
correspondiente a F1 .

La corrección de la curva de capacidad de infiltración se realiza a partir de las ecuaciones de


f(t) y F(t).

Los modelos de infiltración permiten determinar la precipitación en exceso (escurrimiento


superficial). Para determinar la precipitación efectiva (escurrimiento directo), se debe sumar
el escurrimiento subsuperficial (que es incógnita) al escurrimiento superficial. Por lo tanto,
los modelos de infiltración son aplicables, principalmente, en cuencas en las que el
componente subsuperficial es despreciable, en cuyo caso las precipitaciones en exceso y
efectiva son equivalentes.

Por otra parte, la capacidad de infiltración se hace aproximadamente constante e igual a fc


en un tiempo relativamente corto, en general menor a 3.0 h. Esto significa que los métodos
de infiltración son aplicables, preferentemente, en cuencas chicas y para tormentas de corta
duración, donde interesa conocer la lluvia en exceso en intervalos de tiempo cortos.

La principal dificultad de los métodos de infiltración es la estimación de los parámetros de


las ecuaciones; en particular la capacidad de infiltración inicial fo, la cual es en general
desconocida. Este valor influye significativamente en el cálculo de la lluvia en exceso, por lo
que debe ser estimado de la manera más precisa posible.
3.6 DETERMINACIÓN DE HIETOGRAMAS DE LLUVIA EFECTIVA

3.6.1 El Índice Φ

El índice Φ es la velocidad promedio de pérdidas obtenida del hietograma de intensidad de


lluvia, tal la precipitación efectiva (área del hietograma por encima del índice) sea igual al
escurrimiento directo conocido (Figura Nº 3.21). Incluye las pérdidas por intercepción,
almacenamiento en depresiones e infiltración.

Figura Nº 3.21: Hietograma de lluvia e índice Φ.

La precipitación efectiva se calcula:

m
Pe = ∑ (ΔPi − Φ Δt ) (3.22)
i =1

Pe : precipitación efectiva, ΔPi: precipitación incremental observada en el intervalo i, Δt: intervalo de


tiempo, m Δt: duración de la lluvia efectiva.

Por un proceso de aproximación, se ajusta el valor de Φ hasta que la precipitación efectiva


calculada con (3.22) sea igual al escurrimiento directo conocido, obtenido por separación de
componentes del hidrograma observado.

Este método es aplicable en casos en los que es posible asumir a la infiltración como
constante desde los primeros instantes de la tormenta, como por ejemplo tormentas sobre
suelos inicialmente húmedos o tormentas intensas de larga duración sobre cuencas
grandes. A medida que el tamaño de la cuenca aumenta, la importancia del almacenamiento
en el canal aumenta, el tiempo de concentración aumenta y disminuye la necesidad de
aplicar expresiones matemáticas de infiltración.
Ejemplo Nº 3.3: Aplicando un método de separación de componentes al hidrograma de una
crecida observada, se determinó que el escurrimiento directo del evento es de 51.0 mm.
Dado el hietograma de la tormenta que originó dicha crecida (columnas 1 y 2 de la Tabla
Nº3.7), se pide determinar el hietograma de lluvia efectiva aplicando el índice Φ.

Por un proceso de aproximación, se ajusta el valor de Φ hasta que la precipitación efectiva


calculada con (3.22) sea igual al escurrimiento directo (columnas 3 a 6). El hietograma de
lluvia efectiva calculado tiene una duración de 5 h (columna 6).

Tabla Nº 3.7: Cálculo del índice Φ.

(1) (2) (3) (4) (5) (6)


Tiempo ΔP Φ [mm/h]
[h] [mm] 10 20 15 17.45
1 13.0 3.0 0.0 0.0 0.0
2 19.1 9.1 0.0 3.1 1.7
3 46.7 36.7 26.7 31.7 29.3
4 20.3 10.3 0.3 5.3 2.9
5 33.0 23.0 13.0 18.0 15.6
6 19.1 9.1 0.0 3.1 1.7
Suma 151.2 91.2 40.0 63.2 51.0

Figura Nº 3.22: Hietograma de lluvia e índice Φ del ejemplo.

50

45

40

35

30
i [mm/h]

25

20

15

10
Φ
5

0
0 1 2 3 4 5 6
Tiempo [h]

3.6.2 Método del Número de Curva (Servicio de Conservación de Suelos de EUA,


1954)

Este método permite determinar la precipitación efectiva generada por una tormenta, por
medio de funciones precipitación - escurrimiento directo. Está basado en una gran cantidad
de datos de escurrimiento en parcelas experimentales y cuencas pequeñas de EUA, para
tormentas de alta intensidad y corta duración (de 24 h de duración y menores). Los orígenes
del método se remontan a miles de ensayos con infiltrómetros realizados por el SCS a fines
de la década de 1930 y principios de la década de 1940 (Ponce et. al, 1995).
El método se basa que para tormentas simples la relación entre los escurrimientos real y
potencial es igual a la relación entre las pérdidas real y potencial:

Q P-Q
= (3.23)
P S

Q: escurrimiento directo real, P: precipitación o escurrimiento potencial, P-Q: déficit o pérdida de


escurrimiento real, S: déficit potencial.

La justificación del método es pragmática. Observaciones en cuencas aforadas demuestran


que a medida que se desarrolla una tormenta, los incrementos ΔQ se aproximan a los ΔP
debido a que se satisface el almacenamiento natural en la cuenca (Figura Nº 3.23). Por lo
tanto, la función Q(P) tiende a hacerse paralela a una recta a 45 º y la diferencia P-Q se
aproxima a un valor constante S.

Figura Nº 3.23: Relación escurrimiento directo – precipitación total de una tormenta.

Despejando Q de (3.23) e introduciendo una pérdida inicial, Ia :

(P - Ia ) 2
Q = (3.24)
P - Ia + S

Válida para: P ≥ Ia y S ≥ Ia + F .

Q: escurrimiento directo (precipitación efectiva) originada por una tormenta [mm], P: precipitación total
de la tormenta [mm], Ia : pérdida inicial, a partir de la cual se genera escurrimiento directo [mm], S:
pérdida potencial [mm], Ia + F: pérdidas reales de escurrimiento, F: infiltración acumulada.

SCS determinó empíricamente la siguiente ecuación, en cuencas experimentales pequeñas:

Ia = 0.2 S (3.25)

Reemplazando (3.25) en (3.24) queda:

(P - 0.2 S) 2
Q = (3.26)
P + 0.8 S
El parámetro S se expresa en función del parámetro Número de Curva, CN, cuyo valor
numérico es más fácilmente manejable (0 ≤ CN ≤ 100).

⎛ 1000 ⎞
S = ⎜ - 10 ⎟ 25.4 (3.27)
⎝ CN ⎠

CN: número de curva [ad], 25.4: convierte unidades.

La ecuación (3.27) representa una familia de curvas Q = f (P), cada una correspondiente a
un valor de CN (Figura Nº 3.24).

Figura Nº 3.24: Relaciones precipitación – escurrimiento directo para distintos CN.

260

240 CN = 100

220
Q [mm]

CN = 90
200

180 CN = 80

160

140 CN = 70

120
CN = 60
100

80 CN = 50

60
CN = 40
40
CN = 30
20
CN = 20
0
0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 200 220 240 260
P [mm]

P: precipitación total de una tormenta, Q: escurrimiento directo total generado por la tormenta.

La relación CN = 0 es coincidente con el eje de abscisas y representa la condición que todo


lo que llueve se infiltra (Q = 0 para cualquier valor de P).

La relación CN = 100 es coincidente con la recta bisectriz y representa la condición que


escurre todo lo que precipita (Q = P).

Por otra parte, desarrollando la expresión cuadrática en S en (3.27) y aplicando el método


de la resolvente, se tiene:

S = 5 ⎛⎜ P + 2 Q − 4 Q 2 + 5 Q P ⎞⎟ (3.28)
⎝ ⎠

P: precipitación total de la tormenta, Q: escurrimiento directo generado por la tormenta.

Si se tienen los datos de P y Q, a partir de (3.28) se calcula S y de (3.27) el valor de CN.


Si no se dispone de datos de Q, para estimar el valor de CN pueden utilizarse tablas
propuestas por SCS, las cuales están en función del tipo de suelo (potencial de
escurrimiento), del uso y tratamiento del suelo y de la condición de humedad antecedente.

En estas tablas se combinan grupos hidrológicos de suelos, uso y tratamiento y condición


para la infiltración, conformando complejos hidrológicos suelo-vegetación, para los cuales se
da el valor del CN correspondiente a una condición de humedad antecedente promedio
(Tabla Nº 3.8).

Tabla Nº 3.8.a: Valores de CN para distintos complejos hidrológicos suelo-vegetación.

Condición
Grupo hidrológico
Uso y cobertura del suelo Tratamiento para
ó método la infiltración A B C D
Barbecho SR 77 86 91 94
SR mala 72 81 88 91
SR buena 67 78 85 89
C mala 70 79 84 88
Cultivos en hileras
C buena 65 75 82 86
CyT mala 66 74 80 82
CyT buena 62 71 78 81
SR mala 65 76 84 88
SR buena 63 75 83 87
C mala 63 74 82 85
Granos pequeños
C buena 61 73 81 84
CyT mala 61 72 79 82
CyT buena 59 70 78 81
SR mala 66 77 85 89
SR buena 58 72 81 85
Legumbres tupidas o C mala 64 75 83 85
rotación de praderas C buena 55 69 78 83
CyT mala 63 73 80 83
CyT buena 51 67 76 80
mala 68 79 86 89
regular 49 69 79 84
buena 39 61 74 80
Pradera o pastizal
C mala 47 67 81 88
C regular 25 59 75 83
C buena 10 35 70 79
Pradera permanente 30 58 71 78
mala 45 66 77 83
Bosques (lotes de bosques) regular 36 60 73 79
buena 25 55 70 77

SR: hileras rectas, T: terrazas, C: por curva de nivel, C y T: terrazas a nivel.


Tabla Nº 3.8.b: Valores de CN para distintos complejos hidrológicos suelo-vegetación
(cont.).

Uso y cobertura del suelo Grupo hidrológico


A B C D
Suelo desnudo 77 85 91 93
Pasto (matas de pasto o baja densidad de siembra) 51 70 80 84
Cultivos menores (jardines o huertas) 45 66 77 83
Caña de azúcar (quema de residuos) 43 65 77 82
Caña de azúcar (surcos en contorno) 32 58 72 79
Vegetación natural 25-30 41-46 57-63 66
Matorral de hoja caduca (roble o natural con piso de
gramilla) 29-33 43-48 59-65 67
Pasturas irrigadas 32-37 46-51 62-68 70
Frutales con verdeo anual 37-41 50-55 64-69 71
Pastos anuales 46-49 57-60 68-72 74
Cereales de cosecha fina 61-64 69-71 76-80 81
Cereales de cosecha gruesa 67-69 74-76 80-83 84

Áreas urbanas

Áreas abiertas (césped, parques, etc.)


óptimas condiciones: 75% o más de cubierta de pasto 39 61 74 80
condiciones aceptables: 50 a 75 % de cubierta de pasto 49 69 79 84

Áreas comerciales (85 % impermeables) 89 92 94 95


Distritos industriales (72 % impermeables) 81 88 91 93

Residencial
Tamaño medio del lote [m2] % medio impermeable
< 500 65 77 85 90 92
1000 38 61 75 83 87
1300 30 57 72 81 86
2000 25 54 70 80 85
4000 20 51 68 79 84

Estacionamientos pavimentados, techos, accesos, etc. 98 98 98 98

Calles y carreteras
Pavimentadas con cunetas y alcantarillados 98 98 98 98
grava 76 85 89 91
tierra 72 82 87 89
El suelo de la cuenca en estudio se clasifica en uno de los siguientes cuatro grupos
hidrológicos:

Grupo A: potencial de escurrimiento mínimo. Suelos con alta fc aún cuando están
completamente humedecidos, consistentes principalmente de arenas o gravas profundas
bien o excesivamente drenadas.

Grupo B: potencial de escurrimiento medio. Suelos con moderada fc , de textura


moderadamente fina a moderadamente gruesa, moderadamente profundos a profundos,
moderadamente drenados a bien drenados.

Grupo C: potencial de escurrimiento alto. Suelos con baja fc , con un horizonte que impide el
movimiento de agua hacia abajo o de textura moderadamente fina a fina.

Grupo D: potencial de escurrimiento máximo. Suelos con una muy baja fc : suelos arcillosos
con un alto potencial de hinchamiento, suelos con nivel freático permanentemente alto,
suelos con lentes o estratos impermeables sobre o próximos a la superficie y suelos poco
profundos sobre un material impermeable.

Musgrave (1955) determinó los rangos de variación de fc para los distintos grupos, a partir
de análisis de hidrogramas en cuencas sin protección vegetal (suelo desnudo) (Tabla Nº3.9).
Estos valores son una base o límite inferior, ya que fueron obtenidos a partir de análisis de
hidrogramas en cuencas sin vegetación.

Tabla Nº 3.9: Valores de fc para distintos grupos hidrológicos.

Grupo fc
[mm/h]
A > 7.6
B 3.8 - 7.6
C 1.3 - 3.8
D 0.0 - 1.3

Para una cuenca compuesta por varios grupos hidrológicos y con diferentes usos y
coberturas del suelo, intercalados sobre la superficie total, se puede calcular un CN
compuesto ponderando cada valor por su área relativa.

Se distinguen tres condiciones de humedad antecedente del suelo: I, II y III.

Condición I: suelo seco. Esta condición no es aplicable al cálculo de crecidas de proyecto.

Condición II: promedio de las condiciones que han precedido a la ocurrencia de las crecidas
máximas anuales en numerosas cuencas.

Condición III: suelo con mucha humedad, sin llegar a la saturación.

Para estimar la condición de humedad antecedente de un evento dado, SCS propone el uso
de la Tabla Nº 3.10.
Tabla Nº 3.10: Valores de precipitación en días anteriores para asignar la condición de
humedad antecedente.

Precipitación antecedente
total en 5 días anteriores
[mm]
Condición
Estación Estación de
inactiva crecimiento
(fría) (cálida)
I < 13 < 35
II 13 - 28 36 - 53
III > 28 > 53

SCS presenta una tabla que relaciona los valores de CN correspondiente a las condiciones
I, II y III. Dicha tabla ha sido ajustada con las siguientes expresiones:

CNII
CNI = (3.29)
2.334 − 0.01334 CNII

CNII
CNIII = (3.30)
0.4036 + 0.0059 CNII

El método puede ser extrapolado para calcular la distribución temporal de la precipitación


efectiva a lo largo de una tormenta, considerando a P y Q como variables acumuladas para
distintos tiempos.

Para ello, se calcula la precipitación acumulada para cada tiempo t (t = ∑ Δt), Pt . Con cada
uno de estos valores se aplica (3.26) y se obtiene la precipitación efectiva acumulada al
tiempo t, Q t . La precipitación efectiva incremental por intervalo, ΔQ, se calcula como
diferencia entre dos valores sucesivos de Q:

ΔQ Δt = Q t + Δt − Q t (3.31)

El tiempo de lluvia efectiva es la suma de los intervalos de tiempo consecutivos en los


cuales existe lluvia efectiva.

El procedimiento de cálculo de la precipitación efectiva mencionado debe usarse


preferentemente para tormentas de corta duración (hasta 1 o 2 días). Cuando la tormenta se
desarrolla durante muchos días, el escurrimiento puede ser estimado diariamente
cambiando el antecedente de humedad correspondiente.

Ejemplo Nº 3.4: Sea una cuenca con suelo limo-arcilloso con perfil poco profundo y una
cobertura de pradera natural, con condición para infiltración regular. Dado el hietograma
observado de un evento (columnas 1 y 2 de Tabla Nº 3.11), se pide determinar el
hietograma de precipitación efectiva (HPE) aplicando el método CN, para una condición de
humedad antecedente promedio.

Se calcula:

CN = 79 (de tabla)
S= 67.5 (3.27)
Ia = 13.5 (3.25)
Tabla Nº 3.11: Determinación del HPE con el método del Número de Curva.

Tiempo ΔP P Q ΔQ
[h] [mm] [mm] [mm] [mm]
0.00 0.0 0.0 0.0 0.0
0.25 3.0 3.0 0.0 0.0
0.50 10.0 13.0 0.0 0.0
0.75 0.0 13.0 0.0 0.0
1.00 15.0 28.0 2.6 2.6
1.25 16.0 43.0 9.5 6.9
1.50 7.0 51.0 13.4 3.9
1.75 1.0 52.0 13.0 0.6
2.00 0.0 52.0 13.0 0.0
2.25 1.0 53.0 13.6 0.6
2.50 13.0 67.0 23.6 9.1
2.75 6.0 73.0 27.9 3.2
3.00 5.0 78.0 31.5 3.6
3.25 7.0 85.0 36.8 5.3
3.50 0.0 85.0 36.8 0.0
3.75 0.0 85.0 36.8 0.0
3.00 0.0 85.0 36.8 0.0
3.25 9.0 93.0 43.8 7.0
3.50 11.0 105.0 52.6 8.9
Total 105.0 52.6

ΔP: precipitación incremental, P: precipitación acumulada, Q: escurrimiento directo (precipitación


efectiva) acumulado, ΔQ: escurrimiento directo incremental (HPE).

Figura Nº 3.25: Pérdida efectiva y precipitación efectiva del ejemplo.

18.0
16.0
14.0
Precipitación [mm]

12.0
10.0
8.0
6.0
4.0
2.0
0.0
0.00 0.50 1.00 1.50 2.00 2.50 3.00 3.50 4.00 4.50
Pérdidas efectivas Precipitación efectiva Tiempo [h]
3.7 BIBLIOGRAFÍA

Chow V.T., Maidment D., Mays L., 1993. “Hidrología Aplicada”. Mc. Graw Hill Interamericana
S.A.

Custodio E., Llamas M., 1976. “Hidrología Subterránea”. Tomo I. Ed. Omega S. A.
Barcelona.

Linsley R. K., Kohler M. A., Paulus J.L., 1977. “Hidrología para ingenieros”. Ed. Mc. Graw Hill
Latinoamericana S.A.

OMM, 1983. “Guía de Prácticas Hidrológicas”. Volumen I. Adquisición y Proceso de Datos.


Organización Meteorológica Mundial Nº 168. Ginebra. Suiza.

Orsolini H., Zimmerman E., Basile P., 2000. “Hidrología: procesos y métodos”. UNR Editora.

Tucci C. E., 1993. "Hidrologia, Ciência e Aplicaçâo". Ed. Universidade Federal do Rio Grande
do Sul, Porto Alegre.

UNESCO-OMM, 1992. “Glosario Hidrológico Internacional”. Organización de las Naciones


Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) - Organización Meteorológica
Mundial (OMM). http://www.cig.ensmp.fr/~hubert/glu/HINDES.HTM

U.S. Soil Conservation Service, 1985. "National Engineering Handbook", Section 4:


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