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Marcelo Campagno un Gallego / Carlos, Garcia Mac Gam (comps) REGIMENES POLITICOS EN EL MEDITERRANEO ANTIGUO ae esta Gayo Sar Caro PESCEA. No Pav Estudios del Mediterineo Antiguo / PEFSCEA N° 11 GUERRA, TERRITORIO Y CAMBIO. SOCIAL EN EL VALLE DEL NILO. PREESTATAL Augusto Gayubas (conicer / usivensioaD ne nUENOS aes) 1 1970, el antropdlogo Robert L. Carneiro publicé un famoso E= slo en el cual sintetizaba sus ideas acerca del proceso que phabria dado origen histéricamente a las sociedades de jefacura y al Estado en contextos primarios. El argumento central para el cual proponia una lectura comparativa de diversas situaciones histérico-so- ciales, incluyendo entre ellas el valle del Nilo del periodo Predinistico— apuntaba a considerar la presién poblacional como un factor que, en ‘scenarios de circunscripcién ambiental, habria motivado conffictos militares entre aldeas y subsecuentes conquistas territoriales que, a su vezy dada la constriccién geografica —los vencidos no tendrian a dénde escapar o desplazarse-, habrian derivado, sucesivamente, en la emergen- cia de sociedades de jefatura y en la aparicién de lazos de dominacién estatal (Carneiro: 1970). ‘Alo largo de las décadas, Carneiro realizé ajustes de uno u otto tipo a su teoria,Ilegando a publicar en 2012 una reformulacién en la cual sefialé la necesidad de no considerar la citcunscripci6n como el punto de inicio de todo proceso de cambio social ~pues, como han apuntado ‘no pocos autores, existen testimonios de la aparicién de jefaturas y Es- tados en contextos carentes de este tipo de constrefiimiento geogrifico- sino como un factor que, en determinadas circunstancias, pudo haber acelerado un proceso en marcha, entendiendo dicho proceso como una nnecesidad hist6rica que tendria lugar toda vez que se verificara un espacio dle concentracién de recursos (Carneiro: 2012). De cualquier manera, a la hora de considerar la emergencia de jerarquias sociopoliticasen el valle del Nilo, Carneiro opté por mantener intacto el argumento en torno ala cexistencia y a la centralidad explicativa de la circunscripcién ambiental. 31 En lo que respecta a la emergencia de sociedades de jefatura en el valle del Nilo -prescindiremos en el presente trabajo de una discusién sobre el origen del Estado, que también forma parte de las reflexiones de Carneiro pero excede nuestro propdsito-, el antropélogo publicé en 1989 un articulo en colaboracién con la arquedloga Kathryn A. Bard en el cual se propuso poner a prueba su enfoque tedrico!. Alli postuld que la existencia de evidencia de guerra en el contexto de aparicién de testimonios de diferenciacién social en los cementerios del Alto Egipto hacia comienzos del periodo Predindstico, seria indicio de que el pro ceso de “complejizacién social” habria estado asociado a una dindmica de conflicto entre las aldeas agricolas asentadas en el valle. A la ver, esta dinémica de conflicto fue interpretada en clave de lucha por recursos escasos ~en concreto, por la conquista de tierras~ en un escenario de presunta presién poblacional cuyos efectos ~emergencia de jefaturas y, posteriormente, Estado~ habrian estado condicionados por el carictet circunscrito del valle. Segtin sintetizan los autores, “amedida que fueron teniendo lugar sucesivas conquistas y amalgamacio- nes, el tamafio de as unidades politicas en el valle del Nilo necesariamente aument6, Las aldeas auténomas pronto dieron paso a jet ras, que eran agregados unifcados de aldeas previamente independientes, bajo el control de un lider politico supremo” (Bard y Carneiro: 1989, 17). Si bien -como seftalaremos mas adelante~ el hincapié puesto en la conquista territorial seria reemplazado, en las reflexiones tedricas mas recientes de Carneiro, por el encumbramiento de un lider capaz de movilizar seguidores y coordinar alianzas con un objetivo militar, lo cierto es que la ecuacién que vincula la circunscripcién ambiental con 1a jerarquizacién sociopolitica en el valle del Nilo se mantiene pricti- camente intacta, En los parrafos que siguen, procuraremos evaluat cl abordaje teérico de Carneiro en su relacién con el estudio de la emergencia de sociedades de jefatura en el valle del Nilo, atendiendo para ello a cuatro preguntas {que podemos formular del siguiente modo: 1) zcontamos con testimo- nnios de guerra correspondientes al periodo que atatie a la emergencia de jerarquias sociopoliticas?; 2) ,contamos con testimonios que permitan 1 Sobre el problema del surgimiento del Estado, véase Campagno (2002; 2011), 2 Debemes desta que Bard (1992) conch por abandonar el enoque tio cent cen la hipéesis de la circunscripcidn. ™ " ie a Augusto Gayubas postular una relacién entre el proceso de jerarquizacién preestatal y la ‘guerra; 3) zexisten indicios que permitan sostener el carcter circunscrito del valle del Nilo y alguna forma de presién poblacional en el periodo estudiado?; y 4) zpuede el cambio de énfasis del autor, de la idea de sucesivas conquistas territoriales hacia la figura de un lider asociado a la en relacién coordinacién de alianzas, ofrecer alggin punto de refl con lo testimoniado en el valle del Nilo? Estas preguntas gravitan, a grandes rasgos, en torno a dos periodos: el periodo Neolitico (c, 5500-3900 a.C.), en el cual se infiere la adopcién de pautas ganaderas ¢ incipientemente agricolas en el valle del Nilo, y la fase Nagada I (¢. 3900-3600 a.C.) correspondiente a comienzos del periodo Predindstico, en la cual, sumado a un creciente proceso de sedentarizacién, se testimonia cierta diferenciacién social en el Alto Egipto —tumbas diferenciadas por sus dimensiones y ajuares, insignias y representaciones de liderazgo~ que no parece responder a una sociedad «statal -es decir, basada en el monopolio legitimo de la coercién— sinoa tuna sociedad de jefacura ~caracterizada por la existencia de una élite y de alguna forma de liderazgo institucionalizado sostenido en mecanismos no coercitivos y regulado por la lagica del parentesco—, Guerra La primera pregunta que merece ser considerada es si existen indicios dle pricticas de guerra en el valle del Nilo de los periodos correspondien- tesa la aparicién de sociedades de jefacura. Si atendemos a una serie de indicadores que suelen ser tomados en consideracién por los arqueélo- {gos que analizan este tipo de problema en diversos contextos, podemos sugerir una respuesta afirmativa (Gayubas: 2014a, 150-153). Restos de armas que pudieron haber sido empleadas en la actividad militar (hachas, lanzas y flechas de piedta y de silex) aparecen en el registro arqueolégico del valle del Nilo desde al menos fines del periodo Paleolitico, sumandose a clas las mazas de piedra a parti del periodo Neolitico (Gilbert: 2004, 33-72). Si bien las mazas parecen haber tenido una funcionalidad estric- tamente militar en estos periodos, las hachas, lanzas y flechas pudieron haber sido empleadas alternativamente en otras actividades como, por cjemplo, la caceria. De todos modos, el testimonio temprano de puntas 3. Véase Hendricx, Huyge y Wendvich (2010); Campagno y Gayubas (2015), Para una caractrizacin de las “sociedades de jefaturs’, vase Carpagao (2000). Guerra, terrtorio y cambio social en el valle del Nilo preestatal 33 de flechas o dardos incrustadas en huesos humanos hacia fines del pe- riodo Paleolitico un individuo hallado en Wadi Kubbaniya, al sur de Egipto, y un grupo de cadaveres en el cementerio 117 de Jebel Sahaba, a la altura de la segunda catarata del Nilo‘-, asi como el registro del empleo de este tipo de armas por los contingentes militares de la época dindstica’, colaboran con una lectura en clave bélica. Precisamente, os restos humanos con lesiones o puntas de proyectiles incrustadas en huesos son otro de los indicadores privilegiados para el registro de este tipo de prictica social en un contexto arqueolégico. En valle del Nilo, ademas de los referidos correspondientes a fines del periodo Paleolitico, se testimonian durante el Neolitico y el Predinastico lesiones en créneos y en antebrazos que parecen haber sido provocadas por el impacto de armas (Gilbert: 2004, 73-80). Un tercer indicador lo conforman los patrones defensivos de asen- tamiento y fortificaciones, respecto de los cuales se ha sugerido que ciertas areas de residencia del periodo Neolitico pudieron haber sido establecidas en terreno ligeramente elevado a lo largo del borde del desierto con el objetivo de aprovechar las caracteristicas defensivas del terreno (Gilbert: 2004, 100-101). Por otro lado, hacia Nagada I se ha datado un modelo realizado en arcilla de una muralla con dos personajes situados detrés como si fueran centinelas, que sugiere la representacién de un muro defensivo; los restos de un muro de dos metros de espesor hallados en Nagada y datados hacia Nagada II también han Ilevado a algunos autores a reconocer alli lo que pudo ser una construccién con finalidad defensiva, en un contexto ligeramente posterior que coincide con la aparicién de los primeros indicios de estatalidad en el Alto Egipo (Gilbert: 2004, 102-103). Finalmente, las representaciones iconogréficas son otro indicador que arroja informacién sobre la préctica de la guerra. En el valle del Nilo, determinados motivos pintados sobre vasos cerdmicos de fines de Nagada I presentan a personajes destacados por su tamafio y su atuen- do, sosteniendo con lazos o disponiéndose a golpear con algiin tipo de arma a otros personajes de menor tamafio que parecen representar a prisioneros, lo cual aparenta evocar una situacién de sometimiento de 4 Véase Wendorf (1968); Wendorfy Schild (1986) 5 Véase Shaw (1991, 31): Campagno (2002, 164; 2004, 689, n 1). 34 Augusto Gayubas ‘enemigos vencidos militarmente®. En suma, si se atienden las distintas lineas de evidencia en su conjunto, consideramos que efectivamente cxisten razones para sugerir que la guerra no estaba ausente en el valle del Nilo en los periodos en que aparecen las sociedades de jefatura, lo cual colabora con el escenario de conflicto propuesto por Carneiro. Guerra y jerarquizacién La mencién a las representaciones iconogrificas nos conduce a la segunda pregunta formulada parrafos més arriba. ;Existen indicios de algiin tipo de relacién entre la guerra y la jerarquizacién sociopolitica en el contexto de la aparicién de sociedades de jefatura en el valle? Los ‘motivos en vasos cerdmicos de fines de la fase Nagada I, que remiten a tun probable contexto militar, destacan la figura de un personaje repre- sentado en mayor tamafio, con un tocado en la cabeza y cola postiza, que es quien ejerce la violencia sobre los personajes de menor tama- fio, La excena del personaje sosteniendo un arma ~probablemente una maza~ recuerda el motivo faradnico del rey sometiendo a enemigos vencidos, y la representacién de personajes sostenidos con lazos tiene también expresiones mas tardias en relacién con el atributo victorioso del rey (Kahler: 2002). El tipo de escena representada, el tamafo del petsonaje central, el atuendo y el empleo de lo que parece ser una maza —que en algtin momento del periodo Predindstico adquirirfa un valor simbélico como indicador de prestigio autoridad~, parecen apuntar una figura de prestigio, acaso un lider o un jefe, asociado —siquiera simbélicamente con la actividad militar (Hendrickx, Huyge y Wen- drich: 2010, 27). Algunas escenas que vinculan a este tipo de personajes con el universo de la caceria también parecen apuntar en esta direccién, en la medida en que la figura del cazador tiende a destacar los aspectos vitales fuerza, destreza, coordinacién~ que son tipicos de la actividad de un lider guerrero. Esto tiltimo halla su expresién mis elocuente en la escena de la caceria del hipopétamo que aparece representada en uno de los vasos previamente mencionados (U-415/1) debajo del motivo del sometimiento del enemigo, lo cual parece anticipar su cardcter como un “importante elemento de simbolismo real que refiere a la destruccién de 6 Se trata de dos vasoshallados,respectivamente, en las tumbas U-239 (Dreyer eta 1998, 84, 111-115) y U-415 (Dreyer etal: 2003, 80) del cementerio U de Abidos, y Jos vsos £3002 de Bruslas (Scharff 1928, 268-269) y UCI5339 del Petrie Museum de Londses (Pere: 1920, pl. XVIIL74), Guerra, terrtorio y cambio social en el valle del Nilo preestatal 35 los enemigos y al mantenimiento del orden sobre el caos” (Hen: ls ceria y orden sobre el caos” (Hendri Por lo tanto, contamos con testimonios que permiten asociar las figuras de liderazgo correspondientes al momento en que se infiere un ‘ipo de organizacién social de jefatura, con el ambio de la guerra, lo cual ¢s solidario con la vinculacién propuesta por Carneiro entre el proceso de jerarquizacién sociopolitica y la actividad militar, Guerra y territorio, Como hemos sefialado en la introduccién de este trabajo, en su ‘nueva aproximacién teérica al problema, Carneiro subraya que, en de- terminados contextos carentes de presién poblacional, la concentracién de recursos pudo promover por si misma la competencia —por tiertas o recursos de diversa indole que pudo provocar,a su ver la clase de con. flictos militares que habrian de conducir a la emergencia de sociedades de jefatura. Al dificular los movimientos de poblacién que hubieran Petmitido evadir el conflicto o bien los efectos ce una derrota militar la circunscripcién ambiental no habra sino acelenado un proceso que estarla implicv en el deveni de roa sociedad que habitara en ls inmediacio nes de un espacio rico en recursos. Por mucho que se podria discutir el fundamento evolucionsta de este enunciado, lo certo ae slsbondr lasociedad del valle del Nilo, el autor mantiene intacta la hipdtesis dela centralidad de la circunscripcién ambiental para explcar la guerra y la aparicién de efaruras. La pregunta que surge es, pues: zpuede postularse tun escenario de circunscripcién ambiental y de presién poblacional en el valle del Nilo de comienzos del periodo Predinistico? Esta pregunta encontré respuesta hace algunas décadas, por mucho que Carneiro no se refira a ella en su reciente publicacién’. En pala. bras de Ciro Cardoso (1990, 40), “no existen indicaciones de escasey de tierras en Egipto de fines del cuarto milenio’,airmacién que puede extenderse alos periodos previos. Las estimaciones de Katl Butzer (1976, 84-85) permitieron desestimar la existencia de un escenario de presin Poblacional que pudicra explicar los procesos de cambio social acaecidos a lo largo del IV milenio a.C. en el valle del Nilo. Asi, de acuerdo con 7 Lainie mencién de Carneiro alas eflesiones de los “epptslogos spec act pro- Bema spree en su esp aos comcnarean eater Sed son Noobs aioe ston du ropanteanane ee ioe formlados sobre a base de siden dponle *6 Augusto Gayubas Barry Kemp (2006, 73), “es dificil imaginar [...] que en una tierra en la que la poblacién era relativamente pequeiia y los recursos naturales tan abundantes, la competencia por recursos por pura necesidad fuera un factor importante en la emergencia de la dominacién politica”. Esta constatacién no ha evitado que algunos egiptélogos considera- ran la posibilidad de conectar la emergencia de jerarquias sociopoliticas durante el periodo Predindstico con alguna forma de competencia 0 conflicto por tierras y recursos, ya sea debida a una combinacién de ambicién y un sentido mistico de la identidad (Kemp) 0 a una voluntad de poder (Andelkovic), en este tiltimo caso incluso recuperando la idea de la circunscripcién como condicionamiento territorial. Al respecto, conviene destacar la diferenciacién propuesta por Branislav Andelkovié (2004, 542-543) entre lucha por tierra -entendida como un conflicto cconémico entablado por un recurso escaso, no verficable en el periodo considerado~ y lucha por territorio ~es decir, un conflicto vinculado a Ja dimensién social y politica del espacio, cuya consideracién para el pe- riodo que nos ocupa puede resultar de utilidad~. En relacién con ello, la propuesta de Kemp (2006, 74), si bien adolece de cierto psicologismo al sugerir la existencia de una especie de ambicién innata como motor de la competencia entre entidades politicas, apunta de un modo interesante la necesidad de tomar en cuenta el “sentido de derechos terrtoriales” ~que 1 autor relaciona al concepto de “soberania’~ que pudo haber inci en el establecimiento de relaciones conflictivas entre las comunidades que se habrian asentado en el valle del Nilo hacia el perfodo analizado. Estas observaciones son de interés si se considera la situacién del valle del Nilo a partir del VI-V milenios a.C., en que la intensificacién del proceso de aridizacién que paulatinamence fue convirtiendo a las sabanas circundantes en lo que son actualmente los desiertos oriental y occidental de Egipto, parece haber motivado el traslado de poblaciones cazadoras-recolectoras y probablemente ganaderas de las sabanas hacia el valle, la cuales habrian entrado en contacto entre siy con las poblaciones presumiblemente cazadoras-recolectoras y pescadoras del valle Eltesti- monio hacia este periodo de restos humanos con lesiones, las primeras ‘mazas de guerra y posibles patrones defensivos de asentamiento permiten suger el earicter conflictivo de estos contactos (Gayubas: 2014a, 156). 8 Véaseambién Hoffman (1979, 343); Campagno (2004, 693); Gayubas (2014, 19-21} Hendkickx (2014, 263). 9 Vease Hassan (1988, 144); Bard (1994, 24.25); Hendrick y Huyge (2014, 243-244), Guerra, tericorio y cambio social en el valle del Nilo preestatal 37 Segiin hemos seitalado, la disponibilidad de tierras y recursos que puede inferirse para estos periodos impide que dichos conffictos sean considerados en términos de una lucha por recursos escasos en un con- texto —no verificado~ de circunscripcién ambiental. En todo caso, la mo- dalidad de los movimientos de poblacién y de las relaciones entabladas por los grupos humanos debié haberse basado, no slo en condiciones ecol6gicas, sino también en disposiciones culturales (Hassan: 2002, 330). En este sentido, el territorio -y aqui debe recordarse la distincién subrayada por Andelkovié— debe ser considerado en lo que tiene de social, pues como observa el antropélogo Pierre Clastres (1996 [1980], 200), “la localidad del grupo locales su territorio, como reserva natural de recursos alimenticios, ciertamente, pero también y sobre todo como espacio exclusive de ejercicio de los derechos comunitarios”. Esta percep- cién de exclusividad, que implica a su vez un “movimiento de exclusién”, se asienta en un principio politico que podemos identificar con el sentido de autoafirmacién o “soberania” que Kemp attibuye a las comunidades predindsticas y que parece expresar el antagonismo que seria intrinseco a 4a identificacién parental de cada comunidad (Gayubas: 2014a, 149)", Lo cierto es que este escenario de movimientos de poblacién y el posterior establecimiento de asentamientos cada vez més permanentes en el valle del Nilo, pudo dar lugar a una dindmica de alternancia de relaciones de conflicto militar y de intercambio que pudo, a su ver, haber incidido en el encumbramiento de figuras de autoridad asociadas al Ambito militar yen la conformacién de alianzas de cierta estabilidad cuya coordinacién pudo haber sido uno de los aspectos privilegiados del liderango (Gayubas: 2015). En cualquier caso, la citcunscripcién ambien- tal no aparece como uno de los factores involucrados en dicho proceso, Guerra, territorio y cambio social Como anticipiramos al comienzo de este trabajo, en su reformulacién de la hipétesis de la circunscripcién, Carneiro modificé su modo de entender la forma en que la guerra pudo haber contribuido a la emer- gencia de sociedades de jefarura, desplazando el énfasis de “la conquista militar sucesiva de una aldea tras otra” a “las acciones del lider militar «ad hoc de una aldea que, actuando como la cabeza de una alianza, con- dujo repetida y exitosamente a un grupo de aldeas en acciones militares contra sus enemigos” (Carneiro: 2012, 17). Aunque la autoridad de un 10 Sobre cl purenesco como ligica de artculacin social dominante en las sciedades no ‘stataes del valle del Nilo predndstico, vése Campagno (2002, 137-145), 38 Augusto Gayubas lider guerrero y la conformacién de ciertas alianzas entre aldeas habrian durado habitualmente “s6lo durante el tiempo de guerra”, circunstan- cias especificas pudieron crear las condiciones para la permanencia institucionalizacién de dicha forma de liderazgo y de los vinculos 0 agrupamientos asi establecidos (Redmond: 1994, 130). El escenario de movimientos de poblacién hacia el valle del Nilo correspondiente a los milenios VI-V a.C. parece compatible con la idea de una intensificacién « imprevisibilidad de episodios de violencia bélica que pudo incidir, en el contexto de sedentarizacién subsiguiente, en la conformacién de redes de alianzas y obligaciones coordinadas por figuras de autoridad asociadas de un modo u otro al ambito militar (Gayubas: 2015). De este modo, las representaciones de lideres en escenas de violencia segtin hemos sefialado, permiten vincular la jerarquizacién sociopoli de comienzos del periodo Predinéstico con la guerra, constituyen un testimonio solidario con la imagen propuesta por Carneiro de jefes cuyo prestigio se habria sostenido, no sdlo en el éxito militar, sino también en la coordinacién de alianzas, la movilizacién de seguidores y la admi- nistracién de recursos. En relacién con esto tiltimo, Carneiro (2012, 18) advierte, omando: cn consideracién testimonios etnogréficos, que si “la persona que condujo repetida y exitosamente a aldeas aliadas en la guerra no era exactamente un jefe guerrero especialmente designado, sino que era el efe de aldea regular, clevado en tiempo de guerra ala po- sicién de comandante militar de una alianza de aldeas, aumentando sus poderes en consecuencia, el escenario esbozadb [...] aun se mantendria” Ello permitiria comprender que, aun alli donde ciertos liderazgos no estuvieran conectados de un modo directo con la actividad militar pero si con la posibilidad de su realizacién-, el modo de simbolizarlos recurriia a la imaginerfa asociada a la guerra ~y, como se puede pensar en el valle del Nilo, al universo de la caceria como prictica con un fuerte simbolismo militar-. Respecto a esta cuestién, el antropélogo sostiene que, en las circunstancias sefaladas, “un grupo cerrado de for- midables guerreros pudo devenir «personalmente lealv al lider, de este modo contribuyendo a su encumbramiento como «jefe permanente»” (Cameiro: 2012, 18)", Este punto es de interés, dado que permite pensar 11 Algo deco parc haber sid adver por ates (196180), 27) ens sorte telco esol dle cmp, absences con {opr epsinadoe de pcre qu Capon cw exmonopobodelsapasad Slr dsc spin mao el monopaide even opnza Guerra, territorio y cambio social en el valle del Nilo preestatal 39 la existencia de relaciones de dependencia personal en torno a est tipo de figuras de liderazgo que, en alguna medida, pudieron sustraerse de Jos principios reguladores del parentesco. Estas rflexiones habilitan la posibilidad de pensar en la constitucién de lazos de fdelidad personal en el valle del Nilo predinéstico a partir del escenario ya propuesto de conformacién de alianzas y movilizacién de seguidores por parte de un lider o jefe en un contexto de actividad militar. Algo de ello se ha pensado en relacién con la posibilidad de incerpretar ciertas figuras de liderazgo del periodo Predindstico en tér- ‘minos de realeza sagrada y, de este modo, de los jefes como personajes césmicamente centrales que pudieron haber dispuesto de un séquito Personal que los distanciaria de las normas reguladoras del parentesco (Campagno: 2011, 60-65). Dada la relacién que se verificaalo largo de la historia del antiguo Egipto entre el Ambito de la guerra y el dmbito del cosmos, entre los aspectos militar y rligioso del rey, consideramos ‘que la aparicién de un liderazgo de indole militar, o bien asociado de un modo u otro con la prictica o la simbolizacién de la guerra, en el valle del Nilo predindstico puede estimarse compatible con dicha formulacién en lo que a la conformacién de un grupo de seguidores respecta. Sintetizando, hemos podido confrontar las reflexiones teéricas de Camciro acerca de la emergencia de sociedades de jefatura y, en par- ticular, su propuesta en relaci6n con el valle del Nilo, con la evidencia ar- queolégica eiconogrifica disponible. Testimonios de guerra y de formas de liderazgo asociadas a lo militar a comienzos del periodo Predinéstico Permiten aceptar la relacién entre la violencia béica y la jerarquizacion sociopolitica propuesta por el antropélogo. El escenario de cicunscrip- cién ambiental, sin embargo, no encuentra sustento documental. En cambio, hemos propuesto que ciertos movimientos de poblacién en direccién al valle del Nilo hacia el periodo Neolitico pudieron crear tun contexto de intensificacién e imprevisibilidad de contflicos bélicos vinculados a un antagonismo inherente a la identificacién parental de los grupos y a una percepcién del territrio como espacio de ejercicio de derechos comunales. Segiin hemos sugerido, dicho escenario pudo incidir en el encumbramiento de lideres asociados ala actividad militar que, en el marco de un creciente proceso de sedentarizacién, pudieron destacar por sus habilidades para consolidar alianzas, movilizarseguidores 40 Augusto Gayubas yadministrar recursos. Las formas de representar a los lideres durante la fase Nagada I, en escenas de violencia bélica y caceria ~préctica con un fuerte simbolismo militar, contribuyen a esta interpretacién. En suma, si bien la teoria de la circunscripcién contintia sin resolver, 4 nuestro entender, el problema de la emergencia de sociedades de jefa- turaen el valle del Nilo, la evidencia de actividad militar disponible en los periodos considerados nos permite sugerir que la guerra ~es deci, el “mecanismo” privilegiado por Carneiro en su andlisis~ debe ser tenida en cuenta en un abordaje de la cuestién. Bibliografia Andelkovi, B. (2004). “The upper Egyptian commonwealth: a crucial phase ofthe Sta- Iman, Cialowicz y Chlodnicki (eds. 2004), te formation proces”, en Hendricks, 535546. Bard, KA. (1992). “Toward an interpretation of the role of ideology inthe evolution of | complex society in Egypt’, Journal of Anthropological Archaeolgy 11, 1-24 Bard, K.A. (1994). From farmers to pharaohs. Mortuary evidence for the rive of complex society in Egypt, Shei. Z stlement location, social Bard, KA. y Carneiro, RL. 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