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2018

La riada de Valencia
1957
Tecnología en la Respuesta y Recuperación

Santiago Granado Garrido


Máster en Gestión de Desastres
23/05/2018
Índice
1. Identificación del desastre…………………………………………………………………3

2. Introducción al desastre y la zona de estudio…………………………………….3

3. Análisis desde el punto de vista de la Energía…………………………………….4


3.1 Introducción: Características de la zona………………………………………………………4

3.2 Hidrometeorología de la riada…………………………………………………………………….4

3.2.1 Precipitación……………………………………………………………………………………………………….4

3.2.2 Información hidrológica………………………………………………………………………………………5

3.3 La gota fría………………………………………………………………………………………………….5

3.4 Esbozos de la energía que es capaz de aplicar un río sobre el territorio………7

4. Análisis desde el punto de vista de transporte…………………………………..9


4.1 Introducción al transporte……………………………………………………………..……………9

4.2 Daños provocados en las infraestructuras por la riada………………………………..9

4.3 La solución Sur………………………………………………………………………………………….12

5. Análisis desde el punto de vista de las telecomunicaciones……………..12


5.1 Introducción a las telecomunicaciones……………………………………………………..12

5.2 El uso de las tecnologías durante el desastre…………………………………………….13

5.3 La cartografía como medio de telecomunicación para comprender un


desastre………………………………………………………………………………………………………….14

6. Valoración crítica de las actuaciones realizadas y conclusión……………16

7. Bibliografía………………………………………………………………………………………17

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1. Identificación del desastre
La riada de Valencia de 1957 hace referencia a una inundación. Una inundación es un
sumergimiento temporal de terrenos normalmente secos, como consecuencia de la aportación
extraordinaria y más o menos instantánea de una cantidad de agua superior a la que puede
drenar el cauce.

Por tanto, se trata del resultado del desequilibrio que se da en un momento, lugar y situación
determinado, entre el volumen hídrico a evacuar en un determinado intervalo de tiempo, y la
capacidad de evacuación de los cauces o sistemas de drenaje. Debe tenerse en cuenta,
también, que dicha demanda no está compuesta sólo por agua, sino también por los
sedimentos que esta transporta y arrastra, y cuya proporción respecto del volumen hídrico,
sumado a las variaciones en la capacidad de carga del curso de agua, va a influir directamente
en la ocurrencia de los desbordes.

La riada de Valencia se dio en el río Turia y causó los mayores daños aguas abajo donde se
encuentra la ciudad de Valencia.

Figura 1: En Rojo se indica el nombre del río que provocó la inundación y en la flecha amarilla la zona
que recibió mayor daño. Fuente: Iberpix

2. Introducción al desastre y la zona de estudio


La ciudad de Valencia ha sido, desde la época romana, testigo de los numerosos
desbordamientos del río Turia. Desde entonces y hasta la actualidad, la ciudad se ha ido
ampliando y ha tomado medidas para defenderse de las fuertes inundaciones.
Entre las actuaciones llevadas a cabo, destaca la realizada a raíz de la avenida de octubre de
1589. Tras este desbordamiento, se fundó la “Fàbrica Nova del Riu”, encargada del
mantenimiento de los desagües y de la muralla. Esta institución se creó con el fin de construir
los pretiles (murete de seguridad que se construye en puentes y otras estructuras para evitar
caídas o delimitar una zona de tránsito) que hoy en día alinean el cauce del río a su paso por la
ciudad. Además, se llevaron a cabo tres tipos de actuaciones en el lecho del río:

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realineamiento de la corriente, refuerzo de las orillas y dragado del canal. Con estas prácticas,
se pretendía rellenar y nivelar la parte interna de la obra y conseguir un mejor drenaje del
agua de las crecidas. Finalizadas las obras, el problema no queda resuelto y la ciudad de
Valencia sigue sufriendo inundaciones constantes.
La segunda gran actuación, se produce como consecuencia de la riada de octubre de 1957.
Esta tuvo una enorme repercusión socioeconómica que ha condicionado fuertemente el
desarrollo urbanístico de la ciudad. Esta avenida extraordinaria se produjo como consecuencia
de un proceso convectivo que afectó fuertemente a la cuenca media y baja del río Turia, con
precipitaciones superiores a los 100 mm en 24 horas. Éstas causaron una primera onda de
crecida que llegaba a Valencia a las 4:00 del día 14 con un caudal máximo de 2700 m3/s, y una
segunda onda de crecida que llegaba a las 14:15 con un caudal máximo de 3700 m3/s. Estos
dos desbordamientos dejaron la ciudad sumida en el desastre, con 81 víctimas, miles de
damnificados y cuantiosos daños materiales.
Dada la gran conmoción, los técnicos se apresuraron a plantear medidas para evitar que se
repitiera lo ocurrido, y en enero de 1958 se acepta la Solución Sur, que significaba el desvío del
río al sur de la ciudad. En 1972, se termina la segunda gran actuación, la construcción del
Nuevo Cauce del Turia (5000 m3/s).

3. Análisis desde el punto de vista de la Energía


3.1 Introducción: Características de la zona
El área de estudio es la cuenca del río Turia, ubicada en el este de la Península Ibérica. La
cuenca, de 6348 km2, presenta una fisiografía de montaña, salvo en la cuenca baja. Su clima es
mediterráneo semiárido con una precipitación media anual de 402 mm y una
evapotranspiración potencial media anual de 1100 mm.
Edafológicamente, la zona se caracteriza por presentar suelos bajos en contenido de arcillas y
contenidos más altos de limos en la parte baja y de arena en la parte media.

Respecto a los usos del suelo, el cultivo de secano y de regadío, a excepción del cultivo de
cítricos que ha tomado más importancia con una superficie de 175 km2, se ha visto reducido.
Asimismo, el suelo urbano en la parte más baja de la cuenca, se ha visto fuertemente
aumentado, respecto al año 1957 lo que tiene impactos importantes de cara a la naturalidad
del cauce del río.

3.2 Hidrometeorología de la riada


Se va a analizar la precipitación y la información hidrológica.

3.2.1 Precipitación
El periodo de precipitaciones se inició el día 11 y finalizó el día 14. Aunque las precipitaciones
de los días 11 y 12 no fueron de gran intensidad, éstas contribuyeron a aumentar la
escorrentía, ya que dejaron el terreno prácticamente saturado de agua.

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El día 13 las precipitaciones se iniciaron a primera hora, aunque no fue hasta la tarde, cuando
se desencadenó el régimen tormentoso que se prolongó hasta la noche. Esta intensidad,
disminuyó durante la mañana del día 14 en la cuenca media, en cambio, entre las 8:00 y las
18:00 horas, se reprodujo el régimen tormentoso afectando a la cuenca baja.
Gracias al registro del embalse de Benagéber, se supo que en la cuenca aguas arriba del mismo
no se produjeron precipitaciones de gran importancia, pues la variación de volumen no fue
alta y el caudal medio de salida fue de 6.06 m3/s.

3.2.2 Información hidrológica


Gracias a los encargados de las centrales hidroeléctricas que al encontrarse de servicio y ser
sorprendidos por la avenida, se pudo obtener los niveles alcanzados por las dos ondas de
crecida en algunos puntos de la cuenca. Posteriormente estos niveles fueron transformados a
caudal. En la Tabla 1 se muestran los caudales pico alcanzados por ambas ondas de crecida, así
como su hora de paso.

Tabla 1: Caudales máximos y hora de paso observados. Fuente: (Cánovas, 1958)

3.3 La gota fría


Para empezar, las mayores cantidades de precipitación no se registraron en la capital, sino
aguas arriba del Turia, en la comarca del Camp del Turia. Este hecho pone de manifiesto un
detalle importante, cuando se concentran las lluvias en el interior, las cuencas de los grandes
ríos van recogiendo tal cantidad de agua de multitud de afluentes, barrancos y ramblas, que
los daños causados cerca de la desembocadura superan con creces los producidos por las
propias lluvias.

Si se analiza la situación atmosférica de los días previos, a partir del 8 de octubre, la dinámica
atmosférica comienza a mostrar los efectos de una expansión de aire polar marítimo sobre el
Atlántico, que será la causa última de las lluvias torrenciales en la provincia de Valencia de los
días 13 y 14.

Para la zona Norte de la provincia de Valencia, parece que las situaciones en las que el aire es
relativamente cálido y de procedencia africana, son las más propicias para que se produzcan
fuertes lluvias. El viento en superficie fue de dirección E-SE, lo que favorece la entrada de dicho
aire inestable a través del valle del Turia, siendo también la situación idónea para que se
produzcan lluvias importantes en la zona de la Sierra Calderona, orientada NW-SE. El efecto
orográfico fue por tanto importante en esta situación.

El episodio de lluvias habría que dividirlo en dos, ya que fueron diferentes las zonas más
afectadas cada uno de los dos días. Cuando la 1ª riada llegó sobre la capital en la noche entre
el 13 y el 14, apenas habían caído unas gotas sobre la misma, lo que contribuyó a pillar

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desprevenida a la población. Por otro lado, aguas arriba del Turia, no dejó de diluviar durante
todo el día.

A mediodía del día 14, y coincidiendo con la llegada de la 2ª onda de la riada a la ciudad de
Valencia, es cuando comenzó a llover de forma torrencial sobre la ciudad, recogiéndose a lo
largo del día 125,1 l/m2, 90 de ellos en apenas 40 minutos.

Ante semejante aportación de los afluentes del Turia, y dado el ritmo vertiginoso en que se
produjo, el cauce del río madre no pudo resistir el aluvión y se desbordó.

No hay que olvidar que a lo largo del día 12 ya se habían producido precipitaciones
importantes, lo que contribuyó a aumentar los daños de las lluvias producidas los días
posteriores, debido a que aumentaron la escorrentía de las mismas al encontrarse un terreno
con suficiente contenido en agua como para no poder absorber sino la más mínima parte del
agua precipitada.

En la figura 2 se puede apreciar el acumulado de lluvia y las zonas más afectadas, que rodean
la cuenca media y baja del Turia:

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Figura 2: Precipitación acumulada, en l/m , entre el 11 y el 15 de octubre de 1957. Fuente: (Nuñez, 2007)

Se puede resumir diciendo que iniciadas las precipitaciones más intensas, el día 12, alcanzaron
su mayor intensidad en dos ocasiones; por la tarde del día 13 en la parte media de la cuenca
del Turia y en las altas del Palencia y del Mijares, y durante la mañana y primeras horas de la
tarde del día 14, en la cuenca baja del Turia y en la media del Palancia. Cada una de estas dos
intensificaciones de las lluvias tuvo como consecuencia los desbordamientos ocurridos.

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3.4 Esbozos de la energía que es capaz de aplicar un río sobre el
territorio

Cuando la gente piensa en un rio piensa en una masa de agua que transcurre por el territorio.
Sin embargo, no se paran a pensar que un río es mucho más. Tal vez que hay peces en él.

En primer lugar, un río no solo es una masa de agua que fluye, sino que también aparecen
sedimentos en él. Por tanto, está formado por agua y sedimentos. Por otro lado, la
componente biótica está formada por la acuática que puede ser la ictiofauna (peces) o la
terrestre como pueden ser los mamíferos.

En segundo lugar, pueden aparecer conceptos como cauce, llanura de inundación y ribera que
finalmente se asocian a la componente energética que son los procesos geomorfológicos y en
el caso de las especies de fauna los procesos bióticos.

Un río presenta multitud de posibles variables en las que destacan principalmente el calado
medido en metros (altura desde el lecho del río hasta la lámina superficial de agua) y la
velocidad medida en m/s (que viene a ser la rapidez con la que fluye el agua por el río). Con
estas dos variables se puede tener una visión bastante cercana de los posibles daños que
puede generar una inundación.

Al contrario de lo que se cree, un río es un componente del territorio que tiene vida y por lo
tanto presenta 3 tipos de conectividad. La conectividad vertical que controla el intercambio
con el aluvial (suelos de origen fluvial), la conectividad longitudinal que es la más permanente
en tiempo y espacio y la conectividad transversal que es sobre la que se va a centrar este
apartado.

La conectividad transversal se puede unir a otro tipo de conectividad que viene a ser la
temporal y como ya he dicho un río tiene vida porque con el paso del tiempo este rio cambia
espacialmente dentro de su espacio de movilidad fluvial.

Si no se respeta este espacio de movilidad fluvial, que es el que el río necesita para poder
sobrevivir, ocurrirán cada vez más inundaciones y se modificará el régimen natural a alterado
de un río.

En la siguiente figura se puede apreciar un importante derrame de arena en la margen


izquierda del río. Esto se debe a la propia dinámica del río y como los diferentes caudales
extraordinarios le van dando forma espacialmente a lo largo del tiempo. Por ello, este aspecto
energético que envuelve a la llanura de inundación de un río es muy importante protegerlo
por nuestro bien y el propio bien del río.

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Figura 3: Detalle de la fotografía aérea (Vuelo del Itinerario del Turia). Fuente: (Mateu et al, 2012)

Finalmente, mostrar otra figura muy ilustrativa de por qué un río necesita su llanura de
inundación. El desastre no es que esa zona sea modificada o inundada momentáneamente por
agua, el desastre es que esa zona sea utilizada para usos no adecuados para el propio río. Por
tanto, tanto el calado como la velocidad de un río interaccionan con el territorio en esta zona
en concreto.

Figura 4: Valle del Turia a la altura de la Rambla Redona antes y después de la inundación. Fuente:
(Mateu et al, 2012)

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4. Análisis desde el punto de vista de transporte
4.1 Introducción al transporte

Valencia era una ciudad de tamaño medio con aspiraciones medias. Los tranvías recorrían unas
calles sin apenas coches, donde sólo treinta y cinco semáforos regulaban el tráfico en los
cruces más peligrosos. El viernes 11 de octubre, la Jefatura de Tráfico concedió como última
matricula del día la V-45347. Los guardias municipales apenas pasaban de 500 y los recién
salidos SEAT 600 se compraban mediante rigurosa lista de espera al precio de 65.000 pesetas,
unos 20.000 euros.

4.2 Daños provocados en las infraestructuras por la riada

En la presa de Manises, donde están las instalaciones en las que se toma y potabiliza el agua
para el consumo de Valencia, los daños fueron tremendos, lo que determinó la falta de
suministro durante varios días. Al río le quedaba después, arrasar el puente que comunica
Paterna y Manises.

A la 1:30 de la madrugada el Turia llevaba 1000 m3/s. A esa hora, el puente entre Quart y
Paterna había sido superado por las aguas. Al llegar a la barrera del puente de Campanar, con
la que se iba estampando más y más maleza, el agua pugnaba por continuar y lograba abrirse
paso por la orilla izquierda. De esta forma, el Turia se fluyó con furia sobre la huerta de la
partida de Sant Pau. En la orilla derecha, el agua se metía en la cárcel de mujeres, en el
Matadero municipal y dejaba como una isla el edificio Ferca, de los agentes comerciales.

El agua afectó a gran cantidad de chavolas situadas en pleno dominio público hidráulico.
Muchos de los fallecidos vivían en estas chavolas aunque huelga decir que no se debería
permitir ninguna construcción o desarrollo de vida en el DPH.

El cementerio del Grao fue destrozado y los ataúdes salieron de los nichos. Desde cementerios
hasta industrias químicas.

Figura 5: El agua casi cubre un tranvía sorprendido por la riada. Fuente: Antonio Rivera Nebot

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En la segunda riada los cimientos castigados durante horas empezaron a ceder. La mayor parte
de los muertos los causó la primera avenida, la cual llegó de noche, pero ésta segunda hizo el
daño mayor, tanto por la fuerza inusitada de las aguas, como por la altura que alcanzó, metro y
medio superior a la de la noche anterior.

Figura 6: Imagen del puente de Campanar sobre el río Turia la mañana del 14 de Octubre. Fuente:
Francisco Pérez Aparisi.

Es importante reseñar que La Plaza de la Virgen no se mojó, la calle del Micalet y la Plaza de la
Reina quedaron secas y el Palacio Arzobispal estaba sin inundación. La Valencia romana quedó
intacta: la colina primera de la ciudad demostró que los romanos fueron sin duda gente muy
inteligente que sabía dónde tenía que situarse.

Todos los valencianos aprendieron aquél día que los puentes que resistieron sin inmutarse las
dos grandes avenidas del Turia fueron los cinco clásicos: San José, Serranos, Trinidad, del Real
y del Mar. Todos los demás puentes, sufrieron notables deterioros. Los puentes clásicos, los
góticos, se comportaban de maravilla; el agua circulaba sin problemas aunque llevara residuos
o troncos.

Una de las zonas más afectadas fue la zona de Nazaret, donde más de 5.000 personas se
quedaron sin hogar.

Hay que mencionar la manifiesta interacción entre los puentes y pasarelas que flanqueaban el
curso del Turia y las avenidas, así como las afecciones recíprocas derivadas. Por un lado las
aguas provocaban la socavación de pilas y estribos y, por otro, las infraestructuras ocasionaban
la sobreelevación de la lámina de agua con remanso hacia aguas arriba por disminución de la
sección. Estos elementos suponían una merma adicional de la capacidad hidráulica del cauce a
desaguar, traducido en un aumento de los calados por los desbordamientos ocasionados.

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Figura 7: Vistas del Pont d’Aragó: a. Instantes previos a la catástrofe. Fuente: Archivo digital
Levante-EMV Galería de Riada 1957. b. Cauce del río Turia lleno, con el puente al fondo. Fuente:
Levante–EMV Extra Inundaciones Valencia. c. Entorno del puente durante la avenida. Fuente:
Fondo José Huguet. d. Estado del puente tras la riada. Fuente: PÉREZ PUCHE (1997)

Finalmente, se muestra un mapa con las zonas que fueron o no afectadas:

Figura 8: Mapa donde se puede apreciar las zonas afectadas en la ciudad de Valencia por la riada

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4.3 La solución Sur

El impacto, los daños y las pérdidas fueron tan grandes que pronto comenzó el
convencimiento de que había que hacer algo para que nunca volviera a repetirse esta
situación.

Había dos opciones: desviar el río por el norte o por el sur de la ciudad. Aparte de que
topográficamente la ciudad es un plano inclinado hacia el sur, les parecía muy importante
cortar el crecimiento hacia la albufera, así que se optó por desviar el rio por el sur. El
crecimiento de la ciudad querían orientarlo hacia el noroeste y el oeste, hacia la zona de
secano, más sana y más barata, y defender así la huerta.

La Ley del Plan Sur contemplaba la necesidad de construir una nueva red de alcantarillado para
la ciudad, la reordenación de todos los accesos y enlaces de ferrocarril, tanto de vía ancha
como de vía estrecha y una red de accesos por carretera completamente ampliada y
reformada. Por añadidura, toda la red de acequias de riego de la huerta de Valencia se veía
también modificada para dejar paso al nuevo río.

A nivel del río, suponía la desviación del Turia a su paso por la ciudad, construyendo un nuevo
cauce con una longitud de 12.692 metros y 200 metros de anchura. El desvío se iniciaría entre
las poblaciones de Manises y Quart de Poblet, seguía en línea recta pasando junto a Xirivella
para enlazar en curva de unos 2.000 metros de radio en dirección oeste-este, hasta la altura de
el Castellar, donde giraría ligeramente hacia el Sur, con objeto de permitir la expansión del
puerto y desembocar finalmente entre Pinedo y el Saler.

5. Análisis desde el punto de vista de las


telecomunicaciones
5.1 Introducción a las telecomunicaciones

El porqué de la importancia de este desastre, radica por un lado en el alcance que tuvo la
noticia a nivel nacional, gracias a la gran difusión que iban comenzando a tener los medios de
comunicación escritos. Tuvo una enorme repercusión tanto en los medios de comunicación
nacionales como internacionales.

Se editaron noticias en revistas técnicas y en la prensa local. Este material, junto con la gran
cantidad de fotografías públicas y privadas tomadas durante el episodio, constituye una valiosa
fuente de información ampliamente difundida.

Durante la década de 1950, en plena Guerra Fría, se estaba produciendo una cesión de
tecnología militar de EEUU a España, entre la cual, se destaca la relacionada con las nuevas
técnicas de fotografía aérea, que dio lugar al denominado Vuelo Americano (1956-57).

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Poco tiempo después de la inundación, se efectuaron varios vuelos sobre las áreas afectadas
cuyos fotogramas (de muy alta resolución) constituyen una documentación muy valiosoa para
el estudio del episodio. Se trata de las fotografías aéreas del Ejército del Aire conservadas en el
Archivo Intermedio Militar de Valencia y las de la Compañía Española de Trabajos
Fotogramétricos Aéreos (en adelante CETFA), adquiridas por la Biblioteca Valenciana, así como
fotografías aéreas oblicuas tomadas por la aviación militar española y por los helicópteros del
portaviones americano Lake Champlain1 a partir de 18 de octubre de 1957.

5.2 El uso de las tecnologías durante el desastre

En aquella época, los teléfonos no llegaban a 50 000 ejemplares, no había emisiones regulares
de televisión y la radio era la dueña suprema del entretenimiento familiar.

La noticia estrella del mes era sin duda el lanzamiento del “Sputnik”, el primer satélite artificial
de la Tierra, lanzado por la Unión Soviética sólo 10 días antes del 13 de octubre.

Figura 9: Satélite Sputnik. Fuente: Google Imágenes

El domingo 13 llegó este mensaje: “Señor Gobernador: Llamo para informarle de que el río
viene muy fuerte. Se está saliendo sobre las huertas, llega a la población y tiene una furia
nunca vista. Esto es grave. En unas horas tendrá en Valencia una gran riada”.

Este mensaje llegó al filo de las 21h procedente de Pedralba. Don Francisco Calduch, trabajaba
por aquel entonces en la Dynamis, una de las más antiguas centrales hidroeléctricas del Turia,
a escasos kilómetros de Pedralba. Fue él, quien desde un teléfono de campaña abandonado
por las tropas de la República tras la guerra, pudo ponerse en contacto con Lliria, donde aún
funcionaban las líneas y desde donde se pudo avisar al marqués de la Bastida José Puchol,
quien finalmente avisó al gobernador civil. Sobre las 22.40h se informaba de nuevo desde
Pedralba que el río llevaba 6 metros sobre su nivel habitual.

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Figura 10: Teléfono desde el que se dio la voz de alarma desde Pedralba. Fuente: Especial 50 aniversario
de la riada. Diario Levante

Sobre las 23:00 h las emisoras de radio valencianas, siguiendo instrucciones de las autoridades,
interrumpieron sus programas habituales y emitieron mensajes de alerta ante la llegada de
una fuerte inundación.

Fallaban las luces de las calles, la electricidad faltó en la mayoría de los barrios y los teléfonos
se colapsaron por falta de líneas y por exceso de demanda. La gente, consternada, había
dejado ya de oír la radio porque faltaba la electricidad. Sólo los dueños de los aún escasos
radios a trasmisores escuchaban los mensajes de alerta de Radio Nacional, de Radio Valencia,
donde al final también faltó la energía y todo se hizo silencio.

Las principales autoridades valencianas, alcalde y gobernador, pasaron la noche aislados en la


Comandancia de Marina, incomunicados, rodeados por el agua y sin comunicación con el
exterior. Por tanto, el Gobierno Central, durante varias horas, estuvo ignorante de lo que
ocurría en Valencia; y las autoridades pasaron horas en la horrible situación de contemplar la
inundación sin poder hacer nada.

5.3 La cartografía como medio de telecomunicación para


comprender un desastre
La implementación del SIG permite llevar a cabo la organización y puesta en conjunto de toda
la información, agilizar las consultas y completar las posibles lagunas de información derivadas
de interpretación de la fotografía aérea en el entorno urbano, como consecuencia de la
resolución, sombras y desfases temporales. Además, facilita de manera especial la
optimización de los procesos de fotointerpretación, calibrado y análisis de los resultados.

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A continuación se muestran unas imágenes donde se pueden ver las zonas inundables para
diferentes tiempos de retorno:

Figura 11: Zona inundable para T=10 años. Fuente: MAPAMA

Figura 12: Zona inundable para T=50 años. Fuente: MAPAMA

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Figura 13: Zona inundable para T=500 años. Fuente: MAPAMA

Como puede apreciarse, esto justifica que en un principio de cara a la protección de la ciudad
de Valencia, la solución Sur es efectiva. Sin embargo, hay otros aspectos importantes a tener
en cuenta que serán valorados en la crítica de actuaciones. No obstante, Valencia quedaría
protegida pero los territorios al sur de la misma como puede apreciarse presentan un grave
riesgo de ser afectados por una futura inundación.

6. Valoración crítica de las actuaciones realizadas y


conclusión
A día de hoy aun quedan cosas por hacer, no exentas de polémica, como es el caso de la presa
de Villamarxant, que serviría para laminar en caso de riada el caudal. 50 años después, la presa
sigue sin ejecutarse. Otro aspecto preocupante es el hecho de que aunque en origen el nuevo
cauce se hizo pensando que podría soportar un caudal de 5.000m3/s, hoy en día es muy
probable que apenas aguantara los 3.500-4.000, debido a la cantidad de puentes nuevos que
se han construido sobre él, a la subida del nivel del terreno al ir acumulándose más y más
sedimentos, y a la construcción de carreteras en sus costados. Por ejemplo el proyecto se
diseñó con 11 puentes y ya tiene 16. Además, una lluvia como la del 57, en primer lugar
produciría una avenida mayor que la del 57, porque se ha construido más y la deforestación es
mayor, por lo que no toda cabría por la solución sur. Al aumentar la deforestación, la
capacidad que tienen las especies vegetales de retener el agua es disminuida y por tanto,
aumentaría la escorrentía y la erosión hídrica.

El cauce actual del plan sur desborda hacia el sur, hacia la albufera, por tanto la ciudad
quedaría protegida en un principio.

El viejo cauce luce como uno de los grandes iconos de la ciudad de Valencia, un río convertido
en jardines que, con sus 7 km de recorrido a través de la ciudad, conforma un pulmón verde
donde tienen cabida instalaciones deportivas, zonas de recreo y de paseo, museos y edificios

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tan emblemáticos como la Ciudad de las Artes y de las Ciencias. Sin embargo, esto no significa
que no se haya hecho daño al propio río.

Como ya se comentó en la parte de energía, en el apartado los esbozos en la energía…, un río


es un sistema dinámico lleno de vida y por tanto, todas estas actuaciones afectan a su
rendimiento y vida.

Como conclusión me gustaría destacar que no todo está solucionado, como es evidente, desde
el punto de las infraestructuras no lo está, pero desde el punto de vista del ecosistema fluvial
aunque es menos evidente tampoco lo está.

Una medida que procuraría implantar sería la instalación de unos caudales ecológicos que
devuelvan el régimen natural al río. También, de no ser posible la recuperación del espacio
fluvial al propio río, se intenten mitigar o evitar todo lo posible el crecimiento de la ciudad
hacía el entorno del propio río o que se sigan cambiando los usos del suelo, por usos que no
beneficien al propio río y que pudieran aumentar la erosión y la escorrentía en un desastre.

7. Bibliografía
José Ángel Núñez “Climatología de la ciudad de Valencia”. (2007)

VV.AA, 2007: “50 años. La riada del Turia”. Especial del Diario Levante el Mercantil Valenciano

España. Instituto Geográfico Nacional (ign). Disponible en web:


http://www.ign.es/iberpix2/visor/

CÁNOVAS, M. (1958): Avenidas motivadas por las lluvias extraordinarias de los días 13 y 14 de
Octubre de 1957, Revista de Obras Públicas, 59-68.

JOAN F. MATEU, JOSÉ MIGUEL RUIZ IVÁN PORTUGUÉS, PILAR CARMONA XAVIER BONACHE,
JUAN B. MARCO (2012). MATERIALES INÉDITOS PARA EL ESTUDIO DE LA RIADA DEL TURIA EN
VALENCIA (OCTUBRE DE 1957). Cuaderno de geografía: 181 – 196.

PÉREZ PUCHE, F. (1997): Hasta aquí llegó la riada: Valencia y el Turia, Ajuntament de València,
Valencia.

España. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA). Disponible en


Web: http://sig.mapama.es/geoportal/

Puertes, C. y Francés, F. La riada de Valencia de 1957: reconstrucción hidrológica y


sedimentológica y análisis comparativo con la situación actual (2016)

Antonio Rivera Nebot. La “gota fría” del 57

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