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CAP 1

El ser humano es un animal visual. El ojo nos permite ver y lo que visualizamos adquiere realidad.
Esta idea cobró significado en las distintas culturas que se dieron a lo largo de la sociedad, por
ejemplo:

- Egipto ---> el dios Horus era extraordinario por su visión sobrehumana. Mirada justiciera.
- Mitología griega ---> príncipe Argos cubierto por ojos. Era el símbolo de la vigilancia
perpetua.
- Medusa ---> cuando miraba a los ojos convertía en piedra a la gente.

Culturas muy alejadas entre sí expresaron la importancia fundamental de la vista para la


supervivencia humana. Esta convicción permanece en la cultura popular moderna.

La visión en el sistema sensorial

Se denominan​ sensaciones exteroceptivas​ aquellas que comunican al hombre con el mundo


exterior a través de circuitos nerviosos. Por ejemplo, los sentidos. Tacto y gusto por medio del
contacto físico, y oído, vista y olfato que actúan a la distancia. Para orientarse en el espacio son
importantes las sensaciones propioceptivas procedentes del propio cuerpo (sistema muscular).

Hay una jerarquía de los sentidos y en nuestro caso la más importante es la vista. Solo cuando la
información visual no es suficiente el sujeto resuelve esa indeterminación con ayuda complementaria
del tacto o del oído. Esta jerarquía se establece en función de la complejidad informativa y la
capacidad de autonomía de sus representaciones. Entonces, podemos hablar de ​sensaciones
protopáticas​ (primitivas) o ​epicríticas ​(complejas).

Para el ser humano la adquisición del lenguaje articulado fue un factor fundamental en la nueva re
jerarquización de los sentidos. La evolución del sistema visual se produjo en función de las
necesidades que le planteaba el medio en relación a su supervivencia. Nuestros ojos, que son ojos
frontales y con visión binocular optimizan el cálculo de distancias y la ubicación precisa de objetos en
el espacio.

El proceso visual humano

La​ imagen retiniana​ es un fenómeno óptico mientras que la ​visión ​es un proceso fisiológico que
desemboca en un percepto (vivencia). La energía que activa a los fotorreceptores de la retina se
denominó luz. Los objetos no tienen un color sino que le otorgamos como cualidad la longitud de
onda que el propio objeto refleja. Newston, Huygens, Maxwell y Einstein desarrollaron teorías de
esto. Entonces, el aparato orgánico que la naturaleza desarrolló para detectar la modalidad de
energía electromagnética es el ojo.

El ojo está compuesto por tres membranas: esclerótica, coroides y retina (p11). Desde el punto de
vista estructural-funcional el ojo está compuesto por dos partes: el elemento fotosensible o retina y
los mecanismos auxiliares de carácter motor (cristalino, iris).

La ​retina ​es la parte esencial del ojo y está compuesta por conos y bastones. Los conos (rgb) son los
responsables de la percepción cromática y los bastones operan solo en la visión nocturna y son
acromáticos. La luz que penetra en el ojo se define en dos variables: por su longitud de onda o por su
intensidad y dependiendo de la característica que tenga la luz en un momento determinado se van a
llevar a cabo reacciones fotoquímicas particulares en las células retinianas.

El proceso físico químico mediante el cual la energía lumínica se convierte en impulsos neurales se
llama​ transducción de energía.​ La conversión de imágenes que impresionan la retina en
secuencias de señales electroquímicas neurales de determinada frecuencia, que preservan la
información óptica recibida en otro código para ser descifrado por el cerebro se llama ​codificación
visual. ​En cada una de las etapas sucesivas del recorrido neural se produce un complejo proceso de
decodificación especializada hasta convertir la imagen retiniana en un​ producto psíquico.

La visión y la inteligencia en la psicología genética

La percepción visual es una vivencia sensorial evolutiva. Toda estructura biológica heredada
posibilita una función y también toda función ejercida transforma la estructura (por ejemplo,
neuronal). Si el sujeto no tiene una interacción adecuada con el medio la genética del individuo no
evoluciona.

“La maduración del sistema nervioso abre una serie de posibilidades y la no maduración lleva
consigo una serie de imposibilidades”. Por lo tanto, ​la percepción es el fruto de una combinación
entre las capacidades innatas, la maduración del sistema nervioso y el aprendizaje. Aprender
a ver quiere decir aprender a identificar y a diferenciar los rasgos del campo visual, es una
operación intelectual.

En el ser humano, la constancia de tamaño y la forma de los objetos comienzan a formarse en la


segunda mitad del primer año. Con esto se descubre la permanencia del objeto, es decir la
convicción de que el objeto sigue existiendo cuando desaparece del campo visual. La construcción
definitiva del espacio visual se da hacia el final del 2do año y se denomina ​revolución perceptiva
copernicana. ​Precede al lenguaje verbal y al desarrollo del pensamiento. Finalmente el niño llega a
la etapa de representación, es decir, al pensamiento no basado simplemente en las percepciones. La
representación es la imagen mental que evoca simbólicamente a realidades ausentes ->​ imagen
mental.

Dentro de los 7 u 8 años se desarrolla el lenguaje verbal, el pensamiento con lenguaje, la imagen
mental, la función simbólica y el juego. También se lleva a cabo el dibujo que es un intermedio entre
el juego y la imagen mental. El dibujo y el juego comparten dos elementos: el placer funcional y la
imitación con lo real. La evolución del dibujo infantil comprende cuatro fases:

1) garabatos con significaciones descubiertas posteriores.


2) Incapacidad sintética o realismo frustrado. Elementos yuxtapuestos en vez de coordinados
según las leyes del mundo físico.
3) Realismo intelectual: el niño reproduce lo que sabe del tema representado aunque no
concuerde con la forma en que lo ve. Todavía no hay tanta estructura de secuencia, orden,
distancia, medida, perspectiva.
4) Realismo visual: incorpora la perspectiva y se representan los cambios de tamaño y forma
según el punto de vista o distancia. Es la maduración gráfica.

Finalmente, el niño supera el pensamiento por lo concreto para pasar a lo hipotético-deductivo.


La percepción de la profundidad y el relieve.

La ​percepción batoscópica o estereoscópica​ es el reconocimiento visual de la profundidad del


espacio. Esto se desarrolla en el hemisferio derecho del cerebro. Se crearon técnicas de perspectiva
lineal y perspectiva aérea.

Al mirar un objeto se produce 1) el encuadre del objeto 2) conversión de lo borroso del objeto a
nítido.

La exploración visual del espacio

La ​exploración visual ​de las escenas mediante movimientos bruscos de los ojos entre puntos de
fijación de los que obtienen información convierte a la información especial en una percepción
secuencial y por lo tanto temporal. La ​visión periférica ​de la retina (aunque no es nítida) proporciona
información suficiente al cerebro del destino de cada siguiente punto de fijación.

Las trayectorias oculares no están guiadas al azar sino que obedecen a factores de orden cognitivo y
motivacional. Ante imágenes complejas​ el ojo recorre, selecciona y desglosa el conjunto de
datos informativos elementales y relevantes que recompone luego por síntesis.​ Cuando el
observador mira, lo que está haciendo es comparar lo que ve con modelos perceptivos adquiridos en
su anterior experiencia cultural.

La​ teoría de Gestalt ​postula que las formas son percibidas como totalidades o conjuntos y que son
superiores a la suma de sus partes. Estas agrupaciones se generan según el principio biológico del
mínimo esfuerzo perceptivo. Estas son: ley de proximidad, semejanza, cerramiento, destino común,
movimiento común, pregnancia, experiencia.

Naturaleza de la percepción visual

En los centros nerviosos superiores se produce la recepción y elaboración de los datos que
proporcionan los órganos de los sentidos en forma de sensaciones. Estos datos son conservados
bajo signos sensitivos llamados ​imágenes​. Solo el ser humano puede interpretar estos signos
sensitivos y relacionarlos con un objeto o estímulo concreto del mundo exterior. La imagen es un
cierto tipo de conciencia.

Se debe distinguir entre la ​imaginación reproductora ​(basada en experiencias sensoriales


concretas y memoria inmediata) e ​imaginación creativa ​(trasciende nuestros límites concretos).
Existen también las percepciones inconscientes. La percepción nace de la integración unitaria en el
psiquismo humano de un conjunto de datos sensoriales a las que se les inviste de sentido y que
conduce a su reconocimiento por experiencias y conocimientos anteriores del sujeto. La percepción
visual busca la significación semántica de los estímulos a partir de ​patrones invariantes
(clasificación) a partir de los que se puede apreciar sus ​variables accidentales.

Los fenómenos que definen la percepción son: la ​identificación ​por experiencias anteriores y la
diferenciación ​al descubrir particularidades que le diferencian o asemejan a otro. Se llama
constancia perceptual ​a las características permanentes que se le asignan a un objeto (color
tamaño, etc). ej: redondez de un plato, color de una banana, etc.

La codificación de información visual están condicionados por las formas de vida de cada contexto
sociocultural y las características de su lengua. El lenguaje verbal y mental es el que organiza la
experiencia sensorial en cada cultura. Una ilusión óptica es una apreciación perceptual que no está
en armonía con el tamaño, formato, configuración, posición o color del objeto que da origen a la
percepción. Hay ilusiones naturales y culturales. Incluso las ilusiones ópticas varían dependiendo de
la cultura del perceptor.

Anomalías no orgánicas de la visión:

Ambliopía, teicopsia, ilusión, agnosia, deja vu, criptomnesia, alucinación, síndrome de capgras,
autoscopia, sinestesia, post imagen, imagen eidética, fetichismo voyeurismo, escopofobia, etc.

CAP 2

Estatuto antropológico del homo pictor

Los estímulos visuales se pueden clasificar en tres apartados.

1) los estímulos procedentes del mundo natural

2) los productos culturales visibles (entes artificiales fabricados por el humano). Dentro hay dos
subcategorías:

a) productos no destinados a la comunicación visual.


b) productos para la comunicación visual. Se divide en escrituras, imágenes icónicas fijas o
móviles y las señalizaciones.

3) Se sitúa entre lo natural y lo cultural, el sistema gestual.

Los gestos pueden ser auto funcionales o expresivos y las ​imágenes ​pueden ser ​autogeneradas ​o
exógenas​. Las autogeneradas son las que el sujeto produce y representa el punto de vista del
emisor del mensaje. Las imágenes exógenas son aquellas producidas por emisores ajenos al sujeto,
quien convertido en destinatario las recibe desde el exterior, que a su vez puede ser una imagen
exógena privada ​siendo el único destinatario o una imagen ​exógena pública ​como las que generan
los medios de comunicación de masas.

Las​ representaciones icónicas​ pueden ser bidimensionales o tridimensionales, las que tienen una
dimensión táctil (relieve) apelan tanto a la vista como al tacto. En cambio, la imagen bidimensional
solo apela a la vista salvo el cine y televisión que apela a un estímulo sonoro. En relación a la
temporalidad ​pueden ser fijas (fotografía), secuenciales (comics) o móviles (televisión).

Las imagen icónica es una modalidad de comunicación visual que representa de manera
plastico-simbólica sobre un soporte físico, un fragmento del entorno óptico o reproduce una
representación mental visualizable o una combinación de ambos, y que es susceptible de
conservarse en espacio y tiempo para constituirse en experiencia óptica, es decir, en soporte
de comunicación entre épocas, lugares y sujetos distintos, incluyendo entre estos al propio
autor en momentos distintos de sus existencia.

Representación icónica y lenguaje verbal

La imagen visual es la forma más primaria, arraigada y estable de percepción y de comunicación del
ser humano con su entorno. A este le sigue el lenguaje verbal. Cuando el hombre descubre el trazo y
el grafema fue cuando pudo realizar producciones icónicas. Esta nueva capacidad se basó en la
memoria figurativa, la intencionalidad y la clasificación categorial de los signos.
Tras cada palabra verbal figuran por una parte​ los componentes emotivo-figurativo-directos
(imagen concreta que la palabra remite) y el​ sistema de conexiones lógicas ​(su instalación
intelectual en un sistema de conceptos coordinados).
- Las palabras se refieren a objetos o sujetos de tipo genérico o categorial mientras que las
imágenes icónicas individualiza a los sujetos y objetos por las características icónicas
precisas de la representación. El perro verbal cobra cualidades particulares en una imagen
icónica. Ej: pastor alemán.
- El pensamiento visual produce modelos mentales bidimensionales o tridimensionales similar
al objeto evocado, mientras que el pensamiento verbal es lineal.
- El lenguaje verbal busca dominar los objetos mientras que la expresión icónica busca
reproducir sus apariencias ópticas.

La función comunicacional más relevante de la representación icónica es la ​ostensiva​ (mostrar,


exhibir) mientras que la más relevante de la palabra es ​inductiva ​(desencadena conceptos). El
lenguaje verbal permite tener relación con las cosas en ausencia de ellas, la expresión icónica
permite completar y ampliar esa relación desde lo sensitivo y lo racional.

Se llama ​transcodificación​ al proceso de llevar una representación verbal a una icónica o viceversa.
La transcodificación de algo icónico al verbal siempre es pobre ya que es imposible describir en
palabras todo lo que muestra una imagen, que encima se puede leer en unos pocos segundos. Por
otro lado, en el caso de la transcodificación del texto verbal al icónico se produce generando una
puesta en escena. De todas formas, solamente logra conservar el argumento o trama del texto, que
es muy poco interesante.

Imagen y palabra en las escrituras pictográficas

La conversión de la imagen en un signo de escritura pictográfico residió en el uso de símbolos


icónicos estereotipados para la comunicación lingüística, la imagen adquiere el estatuto de la palabra
escrita. Su primera fase se llamó ​pictografía sinóptica.​ Luego apareció el ​pictograma analítico,
que descompone el discurso en unidades semánticas (logogramas) constituyendo una verdadera
escritura léxica en imágenes. Después aparecieron los ​ideogramas ​(representan ideas, acciones,
cualidades) y los ​fonogramas ​(representan sonidos).

Al estar estereotipados permite un fácil reconocimiento. Es ​poliglósica ​ya que puede ser leída con
diferentes palabras pero siempre respetando el sentido único del mensaje.
La limitación que tiene es que no puede representar accidentes, relaciones, movimientos o
causalidades entre cosas.

La representación icónica entre la limitación y el doble mágico

Una representación icónica es un signo de una ausencia, la sustitución de un original ausente. Lo


primero que descubre el hombre son huellas como la de los pies o los cuerpos proyectados de las
sombras, lo que se llaman ​imágenes icónicas involuntarias​ que Peirce luego denominará índices.
Más tarde el hombre aprende a fabricar las representaciones icónicas y comienza a tener referentes
mágicos como dragones, hadas, gnomos, etc. Se utilizan palabras indistintas a su experiencia o
conocimiento del objeto nombrado, lo que le permite utilizar palabras sin referente en la realidad
empírica pero si en la realidad el imaginario.

Existen expresiones icónicas​ ontológicamente imposibles ​(triángulo de Penrose) e ​imposibles


verosímiles​ (sirena, hada, etc). Lascaut dividió a las representaciones icónicas en tres categorías:
1) formas imitativas de la naturaleza. 2) formas abstractas. 3) formas que simulan referirse a una
realidad y tienen el mismo estatuto existencial que las primeras, pero que no existen en la realidad.
Ej: monstruos.

Toda representación icónica es la simbolización de un referente, real o imaginario mediante unas


configuraciones artificiales que lo sustituyen en el plano de la significación y le otorgan potencialidad
comunicativa.

Los componentes de la imagen icónica: imitación, simbolismo y arbitrariedad.

Las representaciones icónicas se desarrollan en tres aspectos: la ​imitativa, la simbólica y la


arbitraria.​ El signo icónico no es arbitrario sino motivado, busca su semejanza con el objeto
designado. La similitud de la representación icónica dependerá del modelo perceptivo del objeto.

Lo motivado resulta también de una convención, por lo tanto es poco productivo hablar de signos
convencionales ya que todos lo son. En la cultura icónica no caben los hiperrealistas (calco idéntico
del objeto) ni la pura arbitrariedad sin ningún fundamento. La producción de imágenes sigue criterios
convencionales pero nunca enteramente arbitrario.

Cuanta más alta es la iconicidad más costoso es el procedimiento técnico a utilizar para obtener
dicha representación. Representar un objeto mediante palabras supone la abolición de su iconicidad,
pero la iconicidad puede desaparecer también por su progresiva abstracción o simplificación.

Los componentes miméticos de las representaciones icónicas

Llamamos realismo a la técnica que rige la producción de representaciones icónicas de acuerdo con
las leyes de la perspectiva central y que dispone sus formas y colores de tal manera que evoquen en
el observador el modo como la visión humana monocular percibe las apariencias ópticas externas de
los seres y de las cosas desde un punto dado del espacio. Los signos icónicos no tienen las mismas
propiedades físicas del objeto pero estimulan a una estructura perceptiva semejante a la que
estimularía el objeto imitado.

La representación imitativa funciona gracias a la memoria del reconocimiento de las formas que
tenemos los humanos y otros invertebrados. La imagen icónica está construida y su ilusión opera
para el ojo humano gracias a las líneas, contornos, trazos y texturas.

Las representaciones se realizan sobre un soporte y solo sabemos de la existencia del mismo
cuando posee ruidos ópticos que dañan la legibilidad de la imagen. Cuando el soporte es silencioso,
el observador reprime su conciencia del soporte.

Cada época, cultura, género y estilo imponen sus propias distorsiones y representaciones icónicas
del mundo. Existe un gran repertorio de convenciones culturales ligadas a las jerarquías de valor de
las formas o a sus modos de representación.

Los componentes simbólicos de las representaciones icónicas

La simbolización nace de la necesidad de dar forma perceptible a lo imperceptible. En el ámbito del


psicoanálisis una palabra o una imagen es simbólica cuando representa algo más que su significado
inmediato y obvio. El símbolo es de origen inconsciente y cargado de energía emocional. Está
asimilado con la idea de concepto.
Se establecieron distinciones entre los ​símbolos convencionales ​(de validez social), ​símbolos
accidentales ​(generado por experiencias personales del sujeto) y ​símbolos universales​ (inherente
a la naturaleza humana).

El símbolo presupone un alto grado o capacidad de abstracción en dos planos posibles:


1) la abstracción en el plano del significante. 2) en el plano del significado.
Dentro de cada representación icónica hay rasgos constantes que se abstraen y priorizan sobre los
atributos accidentales. Abstraer es individualizar lo esencial que está siempre presente en todos los
sujetos singulares de una misma categoría. Por lo tanto, el objetivo de un símbolo es de poner de
relieve el esqueleto estructural de las cosas. El segundo objetivo es resaltar gráficamente su función.

El subconsciente tiende a introducir en las representaciones icónicas símbolos privados de su autor.


Lo motivado ofrece elementos controlados por su autor (conscientes) y otros inconscientes.

El símbolo puede tener un doble significado o dualidad semántica ya que expresa algo distinto
conceptualmente de lo que su apariencia representa. Ejemplo: ave fénix y cristo resucitado.

Entonces, podemos concluir en que los dos polos del simbolismo icónico están representados por:
1) La simplificación funcional, con procesos esquemáticos conscientes. Es conceptual.
2) Lo generado por figuraciones subconscientes. Es emocional.

Hay tres limitaciones básicas acerca de los pictogramas:


1) La eficacia de los pictogramas es limitada. Son mucho menos eficaces cuando procuran
representar un proceso o interacciones complejas.
2) Son inútiles dentro de una instalación determinada si no se usan los mensajes verbales.
3) Es más perjudicial el exceso de símbolos que su escasez. El uso simultáneo de muchos de
ellos puede ser contraproducente.

Los componentes arbitrarios de las representaciones icónicas

Cuando algo es relativamente arbitrario, pasa a adquirir automáticamente el estatuto de lo análogo o


lo simbólico. Analizar semióticamente una producción plástica no figurativa o arbitraria significa
intentar la segmentación de una imagen que se resiste a toda lexicalización inmediata.

Los significados no son congénitos a las líneas de los colores sino fruto de proyecciones individuales
de los sujetos que los observan.

El significado simbólico de los colores

El color es metabolizado e interpretado por su observador no sólo a partir de sus valor físicos sino
mediatizados por cuatro variables: las del macrocontexto, las del micro contexto sociocultural en que
tal color se enmarca, la de sus contrastes con otros colores sobre su soporte y las características
concretas de la subjetividad de su observador.

Los colores se perciben antes que las formas. Su estabilidad espacial es más sólida. Aparte de ser
una sensación óptica, es información acerca de la realidad circundante.

El color tiene un valor emocional. Las actitudes emotivas se relacionan con el color, mientras que los
contenidos intelectuales se asocian con la forma. Este valor emocional se ve modificado en los
distintos contextos y sociedades. La asociación de un color a una experiencia fuertemente emocional
acaban por investir a tal color con un significado propio en el simbolismo de los colores.
El color no es jamás para su perceptor un valor absoluto e invariable, pues su percepción viene
modificada por la interacción con los colores contiguos con lo que componen una verdadera sintaxis.
La interacción cromática cambia el simbolismo estable y universal de los colores (la paleta
cromática).

Estatuto semiótico y funcional de las representaciones icónicas

La expresión icónica permite que un emisor, por medio de un conjunto de símbolos combinables y
socialmente compartidos transmita información e ideas a un receptor. Esta es una propiedad
intelectual de la comunicación icónica que comparte con el lenguaje verbal.

La diversidad de los procedimientos técnicos de su producción afectan a su codificación perceptiva-


La naturaleza técnica de cada medio condiciona las características pre(semióticas) de las
representaciones icónicas. La diversificación técnico-expresiva genera una metamorfosis entre
cambios de materia.

Cada especificidad técnica altera la sustancia semiótica de representación ---> “el medio es el
mensaje”.

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