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Grupos de encuentro Carl R. Rogers Amorrortu editores Buenos Aires VJODOODODDDDDDDODDDD ODDO NDIDIDNODIDIDOOONNN Director de la biblioteca de psicologia, Jorge Colapinto Carl Rogers on Encounter Groups, Carl R. Rogers Carl R.’Rogers, 1970 Primera edicién en castellano, 1973; primera reimpresion, 1974; segunda reimpresion, 1976; tercera reimpresion, 1978; cuarta reimpresin, 1979; quinta reimpresion, 1982; sexta reim- presion, 1984; séptima reimpresion, 1990 Traduccién, Maria Ana Payré de Bonfanti Revision, Jorge A: Zarza Unica edicién en castellano autorizada por Harper & Row, Publishers, Inc., Nueva York, y debidamente protegida en to- dos los paises. Queda hecho el depésito que previene la ley n° 11.723. © Todos los derechos de la edicién castellana re- servados por Amorrortu editores S.A., Paraguay 1225, 7° pi- so, Buenos Aires. La reproduccidn total o parcial de este libro en forma idénti- cao modificada por cualquier medio mecanico 0 electrénico, incluyendo fotocopia, grabacién o cualquier sistema de alma- cenamiento y recuperacion de informacion, no autorizada por Jos editores, viola derechos reservados. Cualquie: utilizacion debe ser previamente solicitada. Industria argentina. Made in Argentina. ISBN 950-518-412-3 Prélogo Durante més de treinta y tinco afios mi vida profesional se centré fundamentalmente en to:no del asesoramiento psico- légico y la psicoterapia individuales; no obstante, en la época inicial de: mi actividad profesional advert también que den- tro de un grupo eta posible lograr cambios importantes en. Jas actitudes y la conducta. Desde entonces, el tema me in- teres permanentemente, aunque hasta siete u ocho afios atrés no se habia constituido en uno de los dos niicleos cen- tales de mi actividad —siendo el otro la decisiva necesidad de una mayor libertad en nuestras instituciones educativas. En estos siete u ocho afios he escrito articulos y pronun- ciado conferencias sobre diverses facetas del incipiente mo- vimiento hacia los grupos de encuentro. Continuamente se me formulan preguntas acerca de lo que ocurre en el. seno- de los grupos y acerca de mi manera de trabajar y de las posibles implicaciones del movimiento en su conjunto. Es por ello que decidf reunir en un volumen tales articulos y conferencias, agregando nuevo material que he preparado es- pecialmente para esta oportunidad, en fa esperanza de que la obra promueva un anélisis concienzudo de esta tendencia que esté experimentando un auge increfble— y contri buya a elucdar ls discrepancies que existen con respect a ella. Del mismo modo que otros libros mfos més recientes, este fs decididamente un documento personal. No pretende con’ tituir una resefia erudita de este campo ni un andlisis psico- I6gico 0 sociolégico profundo de los grupos de encuentro. Ni siquiera me entrego en él a muchas especulaciones sobre l futuro de estos grupos, pues creo que estén dotados de fuerza suficiénte como para abrirse por sf solos su. camino futuro fen varias direcciones. Este libro es fruto de mi experiencia personal; Ins historias gue en él se describen, a.{ como las citas que contiene, per- tenecen @ personas vives que Iuchan porvia existencia. Confio en que con él podré trasmitir mi propia impresién acerca de J uno de los avances més interesantes y apasionantes de nues- tra época, la experiencia intensiva de grupo, y que su lectura habré de familiarizar @ quien recorra sus paginas con lo que es un grupo de encuentro y habré de interiorizarlo de lo que significa. : | 1. Origen y alcance de la tendencia hacia los grupos Este tftulo puede parecer raro. Es evidente que siempre hubo. grupos y siempre los habré, mientras el hombre habite este Blaneta; pero aquf empleo la palabra en un sentido especial, para aludir a una experiencia grupal plancada ¢ intensiva, A mi juicio, esta es la invencién social del siglo que se difunde con mayor rapidez, y, guizd, la més importante —una invencién gue recibe muchos nombres, siendo los més comunes: «grupo: Ty, grupo de encuentro», «grupo de sensibilizaciéa»—. ‘A veces, es0s grupos se conocen como laboratorios de rela- ciones humanas, o seminarios de liderazgo, educacién 0 ase- soramiento psicoldgico. Cuando se ocupa de los problemas de Jos drogadictos, el grupo se denomina con frecuencia «Syna- non», nombre que deriva de la organizacién Synanon y sus técnicas. El hecho de que este fenémeno se haya desazrollado en for- ma completa fuera del «orden establecido» lo hace merecedor de un estudio psicoldgico. La mayoria de las universidades lo miran ain con desdén, Hasta los iiltimos dos o tres afios, las fundaciones y organismos gubernamentales se resistieron a subvencionar programas de investigacién en este campo; las profesiones establecidas de psicologia clinica y psiquia:ria se fan mantenido a distancia, en tanto que para la politica de derecha representa sin duda alguna un complot comunista de hondo arraigo. Conozco pocas tendencias que hayan expresado con tanta claridad las necesidades y deseos de personas més que de instituciones. A pesar de esas presiones adversas, el movimiento ha florecido y crecido, hasta el punto de penetrar en todos los rincones del pais y en casi todos los tipos de or- panizacién moderna. Es obvio que tiene repercusiones sociales significativas. El propdsito de este capitulo sera, en parte, examinar algunas de las razones de este desarrollo sorprenden- temente veloz y esponténeo. Los grupos intensivos a que hacemos referencia han funciona- do en medios diversos: en industrias, universidades, dmbitos eclesidsticos; en organismos oficiales, instituciones educacio- nnales y penitenciarfas, Se trata de una experiencia grupal que | abarcé una amplia gama de individuos. Hubo grupos pera presiden:es de importantes sociedades anénimas, para adoles- Centes delincuentes y predelincuentes, Otros estuvieron com- puestos por estudiantes universitarios y miembros del claustro de profesores, por consejeros psicolégicos y psicoterapeutas; por desertores escolares, matrimonios 0 grupos familiares com- pletos; por drogedictos confirmados y criminales que cumpltan sentencias; por enfermeras, educadores, maestros, administra- dores de escuelas, gerentes industriales, embajadores del De- partamento de Estado, jhusta por miembros del Servicio de Rentas Internas! Este movimiento, en répida expansién, se extendié geogréfica- mente desde Bethel, en el estado de Maine, hasta San Diego, en California, y desde Seattle hasta Palm Beach. También en otros paises —p. ej, Inglaterra, Francia, Holanda, Australia y Japén— actuaron grupos intensivos Origen Poco antes de 1947, Kurt Lewin, famoso psicélogo que tra- bajata en el Instituto Tecnolégico de Massachusetts (MIT) con un equipo de expertos y estudiosos, promovié le idea de que la formacién en relaciones humanas constituia un tipo de educacidn importante pero descuidado en la sociedad moderna. El primer grupo T (T por fraining: capacitacién) se cred en Bethel, Maine, en 1947, poco después de la muerte de Lewin. Las personas que trabajaron con él continuaron. creando estos grupos de capacitacién, no solo mientras estu vieron en el MIT sino més tarde, en la Universidad de Mi- chigan. Los grupos de verano de Bethel Ilegaron a ser muy. conoridos. Se fundé una organizacién, la de los National Train- ing Laboratories (NTL), con sede ‘central en la ciudad de ‘Washington, que ha tenido desde entonces un desarrollo cons- tante a lo largo de mas de dos décadas. Los grupos de los NTL han concentrado sus esfuerzos en el campo de Js indus- tria, llegando hasta los administradores y ejecutivos, Esta otientacién pudo desarrollarse, ante todo, porque Ia industri estata en condiciones de costear el gasto de esa exper‘encia de grupo para su personal de alto nivel Al principio, los grupos se ajustaron 2 Ia «T» con que se los descibia, Eran grupos de capacitacén en iabilidades vincu- ladas con las relaciones humanas, donde se enseiiaba a los individuos a observar la indole del proceso grupal y sus inter- acciones con otras personas. Se entendia que, a pattit de esto, estarian mejor preparados para comprender cémo funciona- ban ellos mismos dentro de un grupo y en el desempeiio de sus tareas, y la influencia que ejercfan en otros, adquiriendo asi mayor competencia para encarar situaciones interpersonales dificiles. En los grupos que los NTL organizaron para la indus de manera gradual, en muchas esferas ajenas a esta probé que los individuos tenfan, a menudo, expe cambio muy profundas gracias a la relacién de confianza y estima que se creaba entre los participantes. Més 0 menos pot la misma época, se desarrollaba en la Uni- versidad de Chicago otra fase del’ movimiento hacia la expe- riencia grupal intensiva. Inmediatamente después de la Segun- da Guerra Mundial, en 1946 y 1947, mis colegas del Centro de Asesoramiento Psicolégico de la Universidad de Chicago y yo nos dedicamos a la capacitacién de consejeros psicoldgicos pata la Direccién de Veteranos de Guerra. Se nos habia pedido que credsemos un curso intensivo pero breve que preparara a estos hombres —todos los cuales eran por lo menos licencia: dos universitarios— para convertizse en eficaces consejeros psicoldgicos, que supieran encarar los problemas de los sol- dados que regresaban del campo de batalla. El cuerpo de ex. pertos con el que contébamos considers que ninguna forma. Gidn de tipo cognitivo bastaria, de manera que ensayamos tuna experiencia grupal intensiva, con reuniones diarias de varias horas de duracién, en las cuales todos los dias los inte- grantes trataban de comprenderse mejor, tomar conciencia de fis actitudes que podrfan resultar autodestructivas en la re- lacién de asesoramiento psicolégico, y establecer entre si un vinculo productivo, que pudieran trasferir luego a su labor como consejeros, Este fue un intento de ligar el aprendizaje cognitivo con el que era fruto de la experiencia, en un proceso gue tuviese valor terapéutico para el individuo. Ofrecié una cantidad de experiencias profundas y significativas a los edu: candos, y tuvo tanto éxito con una serie de grupos de con. sejeros psicolégicos que nuestro equipo continud aplicando después el procedimiento en seminarios de verano. Nuestro grupo de Chicago no intenté ampliar este enfoque, y vale la pena mencionarlo Gnicamente porque el énfasis algo distimo que entrafié esa experiencia se ha incorporado en forma gradual a todo el movimiento de las experiencias gra pales intensivas. Los grupos de Chicago se orientaron sobre il todo hacia el desarrollo personal y el aumento y mejore- miento de la comunicacién y las relaciones interpersonales, en vez de considerar que estas eran finalidades secundarias. Ade- més, tuvieron una orientacién més experiencial y_terapéutica que los grupos nacidos en Bethel. Con el correr de los aiios, esta orientacién hacia el desarrollo personal y terapéutico se fusioné con la correspondiente a la formacién en relaciones humanas, y la combinacién de ambos caminos constituye lo esencial de la tendencia que se difunde hoy en Estados Unidos con tanta rapidez. Asi, pues, las bases conceptuales de todo este movimiento fueron, al principio, el pensamiento lewiniano y la psicologia de Ja guestalt, por un Jado, y-laterapia centrada en el cliente, por otro, En los iiltimos ‘afios, muchas otras teorias in: fluencias han pasado a desempefar algtin papel. Variedades de forma y de énfasis A medida que fue creciendo, difundiéndose y multiplicéndose el interés por la experiencia grupal intensiva y por su aplica. cién, surgié una amplia diversidad de énfasis. Por cierto que Ja lista que damos a continuacién simplifica en exceso. la siruaci6n; puede, no obstante, ofrecer una idea del vasto espec- tro abarcado, Grupo T. Como ya dijimos, tendié al principio.a poner el acento en las bablidades para las relaciones humans” pero su enfoque se ha ampliado de manera considerable. Grupo de encuentro (o grupo de encuentro bésico). Tiende a hacer hincapié en el desarrollo personal y en el aumento y mejoramiento de la comunicacién y las relaciones interperso- nales, merced a un proceso basado en la experiencia, Grupo ‘de sensibilizacién (sensitivity training). Puede parce cerse a cualquiera de los dos que acabamos de citar Grupo centrado en Ia tarea, De eplicacién muy difundida en la industria. Se centra en la tarea del grupo, dentro de su contexto interpersonal. Grupos de conciencia sensorial, grupos de conciencia L grpos de movimiento corporal Como sus nombres indican, tienden a poner de relieve la conciencia fisica y la expresion, por intermedio del movimiento, la danza espontinea, etcétera, Laboratorios de expresién creativa, En este caso, se enfoca de 12 lleno la expresidn creativa a través de diversos medios artfs- ticos; su finalidad es la espontaneidad y la libertad de ex- presién individuales. Grupo de desarrollo organizacional. La meta primordial es me- jorar la capacidad para dirigir personas. Grupo de integracién de equipos. Se utiliza en la industria para crear equipos de trabajo eficaces y ligados en forma més estrecha, Grupo guestéltico. El énfasis recae en un enfoque terapéutico guestdltico, en el que un terapeuta experto se dedica por entero’ un individuo por vez, pero desde un punto de vista diagnéstico y terapéutico. Grupo o «juego» Synanon, Desatrollado por la organizacién Synanon para el tratamiento de drogadictos. Tiene como obje- tivo principal atacar de manera casiviolenta las defensas de los participantes. ‘Ademés de esta lista, cabria mencionar algunas de las diferen- tes formas que pueden adoptar estos grupos. Existen «grupos de extrafios», compuestos por individuos que no se conocen entre s{, Hay grupos formados por el personal de una orga- nizacién, gente relacionada diariamente en la industria, la edu- caci6n, 0'en cualquier medio ocupacional. Hay grandes labo- ratorios en los que se manejan varios grupos pequefios al mismo tiempo, manteniendo cada uno de ellos su propia con- tinuidad, en tanto que el laboratorio en su conjunto se congre- ga a menudo para realizar una experiencia comin (p. ¢j., una charla u otra sesién cognitiva). Se pueden encontrar grupos de parejas, donde los matrimonios se reiinen con la espe- ranza de ayudarse en forma mutua a mejorar sus relaciones conyugales. En los uiltimos tiempos aparecié el grupo familiar, constituido por la reunién de varias familias en un grupo Uinico, donde los progenitores extraen ensefianzas de sus hijos y de los hijos ajenos, y viceversa. También existen diferencias en cl elemento temporal. La mayorfa de los grupos tienen sesiones intensivas durante un fin de semana, 0 a lo largo de una o varias semanas. En deter- minados casos, las sesiones del grupo se realizan una o dos veces por semana. Hay, ademés, grupos marat6n, que se retinen sin interrupcién por espacio de veinticuatro horas més. 1 Se podrla mencionar al pasar que las «maratones désnudase, en las cuales. la gente puede despojarse de sus ropas, han sido objeto de much{sima publicidad, aunque constituyen, por cierto, menos del 0,1 % de las expetiencias grupales intensivas, 13 Hilos comunes El mero hecho de describir la diversidad que existe en este campo plantea el muy apropiado interrogante de si estos di tintos desarrollos estén unidos realmente por alguna telacién. gSe entretejen hilos comunes en estos énfasis y actividades tan divergentes? A mi juicio, existe, sin duda, ese vinculo, ya que todos pueden clasificarse en Ia categoria de actividades centradas en la experiencia grupal intensiva, y tienden a poseer algunas caracteristicas externas similares. Casi sin excepcién, el grupo es pequefio (de ocho a dieciocho miembros), carece hasta cierto punto de estructura, y elige sus propias metas v directivas personales. A menudo —aunque no siempre—, la experiencia incluye algtin insumo cognitivo, algin ccntenido que se oftece como material al grupo. En casi todas les casos, la principal responsabilidad del coordinador es facilitar a los miembros del grupo la expresién de sus sentimientos y pen- samientos. Tanto el coordinador como los miembros se cen- tran de lleno en el proceso y la dindmica de las interacciones personales inmediatas. A mi juicio, estas son algunas de las caracteristicas, bastante faciles de reconocer, que identifican a estos grupos. Asimismo, todos ellos tienden a sustentar en comin determinadas hipétesis précticas, que podrfan formu- larse de muy diferente manera, como por ejemplo: El facilitador de un grupo que se redne en forma intensiva puede desarrollar un clima psicolégico de seguridad, donde se genera en forma gradual libertad de expresin y disminayen las actitudes defensivas. En un clima psicolégico semejante, tienden a expresarse mu- chas reacciones de sentimiento inmediato de cada miembro hacia los demés y hacia sf mismo. De esta libertad mutua para expresar los sentimientos reales. ositivos y negatives, nace un clima de confianza reciproce. da miembro se orienta hacia una mayor aceptacién de 'e totalidad de su ser —emocional, intelectual y fisico— tal cua! es, incluidas sus potencialidades. Con individuos menos inbibidos por la rigidez defensiva. vuelve menos amenazadora la posibilidad de un cambio en | actitudes y el comportamiento personales, en los métodos pro fesionales, y en los procedimientos y relaciones adminiscrativos. Al disminuir la rigidez defensiva, los individuos pueden, en mayor grado, escucharse mutuamente y aprender unos de ottos. Se crea realimentacién de una persona a otra, en forma tal que cada individuo llega a saber cémo aparece ante los demés, y qué huella deja en las relaciones interpersonales. Con esta libertad acrecentada y mejor comunicacién, surgen nuevas ideas, conceptos y directivas. La innovacién puede dejar de ser un peligro para convertirse en una posibilidad deseable. Estas ensefianzas aportadas por la experiencia grupal tienden “a trasmitirse, de modo temporario o permanente, a las rela- ciones con el cényuge, los hijos, alumnos, subordinados, pares, y aun con los superiores, Iuego de esa experiencia de grupo. Esta descripcién de los aspectos bésicos de la experiencia ‘quizé se ajuste a la mayorfa de los grupos, aunque serfa menos aplicable a la terapia guestéltica y otros grupos en los que el coordinador se hace cargo en mayor medida de Ia situacién y manipula més a los sujetos. Cabe destacar que el estilo del coordinador y sus conceptos acerca del proceso grupal producen grandes diferencias en el manejo y la experiencia del grupo. No obstante, se ha descubierto que en los grupos que carecen de coordinador, donde los individuos se reiinen simplemente de manera con- tinita y en los cuales nadie ha sido designado facilitador o lider, se crea un proceso similar al descrito. De ahi que se pueda decir que las variaciones respecto de él dependen a menudo del estilo o punto de vista del coordinadot 0 facilitador. El proceso grupal En el préximo capitulo trataré de proporcionar una imagen mis detallada del proceso grupal, pero serd conveniente der aqui un esquema breve y general. Debido a la naturaleza no estructutada del grupo. el problema principal de los patticipantes es cémo utilizar juntos sv tiem- po, ya se trate de dieciocho horas de un fin de semana, de Guarenta o més horas en un grapo semanal. Al principio, existe con frecuencia un estado de consternacién, ansiedad fritacién, que obedece sobre todo a la falta de estructura. Solo en forma gradual se pone de manifiesto que Ia firalidad més importante de casi todos los miembros es hallar maneras 1 ! de relacionarse con otros integrantes del grupo y consigo mis- mos. Luego, al explorar paulatina, tentativa y temerosamente sus sentimientos y actitudes recfprocos y hacia sf mismos, cada vez les resulta més claro que lo que manifestaron primero eran fachadas, méscaras. Con mucha cautela van surgiendo los sentimientos y personas reales. A medida que Jas horas tras- curren, se agudiza el contraste entre la caparaz6n externa y la personalidad interna, Lentamente se genera un sentido de auténtica comunicacién, y la persona. que se ha ocultado con cuidado de las demés muestra, en alguna medida, parte de sus sentimientos genuinos. Por lo general, hasta entonces alber- aba la creencia de que estos serfan inaceptables para Jos otros miembros del grupo; ante su gran sorpresa, comprueba que se le acepta mas cuanto més real se vuelve. Los més temidos, habitualmente son los sentimientos negativos, pues cada indi- viduo tiene la certeza de que sus celos o su ira no pueden ser aceptados de ninguna manera por otro. Asf, pues, es muy comin que comience a surgir, poco a poco, una sensacién de confianza, y también de cotdialidad y simpatfa, hacia los demés integranres. Una mujer dice, en la tarde del domingo: «Si alguien me bubiese dicho el viernes por la tarde que hoy sentitia carifio por cada miembro de este grupo, le habrfa con- testado que estaba loco». Los participantes sienten una unién ¢ intimidad que no ban experimentedo ni aun con sas cSayu- ges 0 los miembros de su familia, porque han revelado su personalidad ce manera més profunda y plena que dentro de su propio circulo familiar. Por lo tanto, en un grupo como este el individuo Iega a obtener un conocimiento de si mismo —y de cada uno de los demés— més completo que el que logra en sus relaciones socia- les 0 de trabajo habituales. Puede conocer de manera profunda a los otros miembros y su propio ser interior, el ser que, de otro modo, tiende a ocultarse detrés de su fachada, De’ ahi que en el grupo se relacione mejor con los demés y, més tarde, también en Ja vida diaria. ZA qué obedece la rapida difusién? En Ja actualidad, seria dificil hallar en Estados Unidos una ciudad de mediano o gran tamafio que no contara con alguna especie de experiencia grupal intensiva, Es increible la velo- ad con que se ha difundido el interés por estas experiencias. 16 Hace un afio més 0 menos, cuando me disponfa a dirigir la palabra a un vasto auditorio en una ciudad del Oeste, pre~ runté al hombre que habia organizado el acto qué proporcién Gal pablico habria tenido expetiencia con grapos de encuentro © algo similar. «Es esclarecedor saber que esta misma Elizabeth Koontz, pri meta presidenta de color de NEA y mietnbro conocido de la junta directiva de SIECUS, el ignominioso “Sex Information & Education Council of the U.S.” (Consejo de Informacién y Educacién Sexual de Estados Unidos), fue nombrada por el presidente Nixon, a comienzos de este afio, jdirectora de la Oficina Femenina de] Departamento de Trabajo! »En sincronizado ataque con lo que es, tengémoslo presente, “persuasin compulsiva o lavado de cerebro”, en el mes de febrero ultimo la Universidad de Nueva York anuncié que oftece ahora el titulo de licenciado en sensibilizacién; en mayo. Te siguié la sorora noticia de que la Redlands University de California comienza también este verano con ese tema, iy que seré obligatorio cursar la materia! ». ‘Aqui, se cita una declaracién hecha de buena fe —v mu Sensata—-; como fundamento para formular afirmaciones total- mente irtacionéles y vagas y horrendas insinuaciones. ‘Alan Stang, otto escritor de derecha, pregunta a sus lectores, fen The Review of the News, del 9 de abril de 1969 (pag. 16): “jAcaso no se somete @ nuestros maestros a le “sensibiliza- Glen’ con el objeto de prepararlos para el control dictatorial gue es la esencia del nazismo y de todo el socialismo?». En Ymerican Opinion, érgano oficial de la John Birch Societs (enero de 1968, pég. 73), otto articulo, escrito por Gary Allen, sintetize su mensaje en el titulo: «Terapie del odio sensibilizacién pata el cambio planeadon, Afitma alli que la sen- sibilizacion «.. .esté siendo promovida hoy, en todo el pafs,

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