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ESTABLECIMIENTO

Juan Franklin. L Panajachel

PROFESOR:
RONALD HERN

ALUMNO:

Eduardo Tahay Guarchaj

CURSO :

EPISTOLAS CARCELARIAS.

TRABAJO: HACERE UN ESTUDIO TEOLOGICO SOBRE LA ECLESIOLOGIA O SOTEROLOGIA DE EFESIOS.


Y LA CRISTOLOGIA DE FILIPENSES.

FECHA DE ENTREGA:

01- 10- 22
INTRODUCCION:

En el presente trabajo nos damos cuenta de que la importancia de lo que es la salvaci ón y la iglesia suman un papel muy
importante ya que esto fue establecido por JESUCRITO para poder congregarnos en una asamblea y adquirir los beneficios del
creador a laves practicar lo establecido en la palabra de Dios y poder ser salvos por medio de Jesucristo.
EDTUDIO TEOLOGICO SOBRE LA ECLESIOLOGIA O SOTERIOLOGIA DE EFESIOS:

AUTOR: pablo
Fecha: 60-61 antes de cristo.
INTRODUCCIÓN

                  La salvación es quizás la doctrina más importante que todos los cristianos debemos comprender,  especialmente porque
hoy en día existen muchas religiones y sectas que ense ñan conceptos errados en cuanto al tema de la salvaci ón del alma . Por
ejemplo, la Iglesia Católica, Apostólica y Romana afirma que fuera de ella no hay salvaci ón y que esta se obtiene practicando
fielmente sus 7 sacramentos. Los Testigos de Jehová ense ñan que no hay vida despu és de la muerte, creen en la aniquilaci ón del
alma al morir y por ende no hay infierno, otros piensan que en la eternidad no habr á infierno ya que es imposible que un Dios
de amor condene a las personas, otros como en el hinduismo creen en la reencarnaci ón y que la clave en esta vida es purgar
nuestros pecados meditando de día y de noche para que al morir se reencarne a una mejor vida, otros dicen que todas las
religiones son buenas y que lo importante es ser sincero en su pr áctica para llegar a ser salvo. Sin embargo, todas estas ideas
son erradas y conducen al infierno, de allí la importancia de conocer lo que la Biblia ense ña en cuanto al tema de la salvaci ón ya
que de ello depende nuestra eternidad. Además, el tema de la salvaci ón es importante estudiarlo porque aun en medio de los
cristianos hay algunos temas que no se comprenden al 100%, por ejemplo, todos concordamos que la salvaci ón es por fe, pero
algunos se preguntan: ¿Dios elige a unos para salvación y otros para condenaci ón? ¿Jes ús muri ó solo por su iglesia y no por
todo el mundo? ¿Se pierde la salvación? ¿Después que alguien cae del evangelio puede reconciliarse? ¿Qu é lugar tienen las
buenas obras en el evangelio? ¿Los niños son inocentes y se salvan al morir en su infancia?  Estas y otras preguntas son las que el
pueblo evangélico se hacen, y de allí la importancia de estudiar la doctrina de la salvaci ón.  La soteriología es la rama de la
teología que estudia la doctrina de la salvaci ón , y en esta oportunidad estudiaremos todos los temas relacionados con ella tal y
como la salvación por gracia, la fe, el arrepentimiento, la confesi ón de pecados, la justificaci ón, el nuevo nacimiento, la expiaci ón,
entre otros.

EL CONCEPTO BÍBLICO DE LA SALVACIÓN

               Definir el concepto de salvación es sumamente importante ya nos habla de la obra redentora que Cristo ha hecho en
nosotros. Si consideramos primero el significado etimológico de las palabras que se traducen como salvaci ón, tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamento, podemos llegar a comprender su significado. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento
se usa una sola palabra para referirse a la salvaci ón. En el Antiguo Testamento la palabra hebrea utilizada para referirse a la
salvación es yeshúa (‫)יְׁשּועָ ה‬,  y literalmente significa quitar o librar a alguien de una carga, opresi ón o peligro . El significado de la
palabra salvación en el Antiguo Testamento está íntimamente relacionado con la liberaci ón, y esto lo puede ver uno en diferentes
pasajes, por ejemplo, Dios salvo a Israel liberándolos de la esclavitud y la opresi ón de los egipcios:  “Y Moisés dijo al pueblo: No
temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy hab éis visto, nunca m ás
para siempre los veréis”, (Éxodo 14:13). Los jueces fueron usados por Dios para salvar a Israel de sus enemigos tray éndoles la
libertad del oprobio que les provocaban: “Después de él fue Samgar hijo de Anat, el cual mató a seiscientos hombres de los
filisteos con una aguijada de bueyes; y él tambi én  salvó a Israel”, (Jueces 3:31). Ezequías fue liberado de la opresi ón de
Senaquerib rey de Asiria: “Así salvó Jehová a Ezequías y a los moradores de Jerusalén de las manos de Senaquerib rey de
Asiria, y de las manos de todos; y les dio reposo por todos lados” , (2 Crónicas 22:32). Más tarde salvo a Ezequías liber ándolo del
azote de su enfermedad: “Jehová me salvará; por tanto cantaremos nuestros c ánticos en la casa de Jehov á todos los d ías de
nuestra vida.”, (Isaías 38:20).  El salmista confiaba en Dios quien para que lo salvara liberándolo de manos de sus
enemigos: “Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos”, (Salmo 18:3). En Isaías se le
promete a Israel ser liberado de la vergüenza y confusi ón de aquellos que hacen ídolos:  “Confusos y avergonzados serán todos
ellos; irán con afrenta todos los fabricadores de imágenes. Israel ser á salvo en Jehová con salvación eterna; no os avergonzaréis
ni os afrentaréis, por todos los siglos”, (Isaías 45:16-17). Y así sucesivamente podemos ver que en el Antiguo Testamento la palabra
salvación está íntimamente relacionada con las obras de liberaci ón que Dios efect úa sobre su pueblo, liberaci ón de sus enemigos,
del juicio divino, de las enfermedades, del oprobio, de la calamidad, y en general, de cualquier cosa que atente con nuestra
integridad física y espiritual. En cambio, la palabra griega utilizada en el Nuevo Testamento para referirse a la salvaci ón
es sotería (σωτηρία), y se utiliza haciendo referencia a la liberación del hombre de la servidumbre del pecador a trav és de la fe en
la obra de Cristo. El tema de la salvación en el Nuevo Testamento está íntimamente relacionado con la obra expiatoria de Cristo
la cual libera al hombre de la culpa y del infierno.
Para comprender aún mejor el significado de la salvaci ón podemos analizar las definiciones que otros te ólogos o
diccionarios han dado. De acuerdo con el Diccionario Bíblico Nelson, la salvaci ón se define como el:  “milagro divino de la
emancipación espiritual del hombre del dominio y culpa del pecado y la muerte, y al goce de una vida eterna de comuni ón
renovada con Dios”. Lewis Sperry Chafer nos dice: “La palabra salvación representa la obra total de Dios por medio de la cual Él
rescata al hombre de la ruina eterna y la sentencia del pecado y le confiere las riquezas de su gracia, incluyendo la vida eterna
ahora y en la gloria eternal en los cielos” . Charles Ryrie nos dice: “la salvación incluye la obra completa de Dios en traer a las
personas de la condenación a la justificaci ón, de la muerte a la vida eterna; y de alienaci ón a la filiaci ón. Desde la perspectiva
humana, incorpora todas las bendiciones que estar en Cristo trae tanto en esta vida como en la vida venidera” . Por tanto,
podemos definir la salvación como la obra milagrosa que Dios efectúa sobre el hombre perdonando sus pecados, liber ándolo de
la condenación eterna y haciéndolo heredero de la vida eterna por medio de la fe en la obra expiatoria de Cristo Jes ús .
LA SALVACIÓN POR GRACIA MEDIANTE LA FE

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se
gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jes ús para buenas obras, las cuales Dios prepar ó de antemano para que
anduviésemos en ellas”.
Efesios 2:8-10
                 Algo muy importante que debemos comprender en cuanto a la salvaci ón que Dios nos ofrece es que esta no se gana
por medio de las obras, sino por fe, como resultado de su bendita gracia, tal y como Pablo lo ense ña en su carta a los Efesios. En
estos versículos Pablo usa varias palabras interesantes en cuanto al tema de la salvaci ón. Primeo nos dice:  Porque por gracia
sois salvos por medio de la fe. Aquí se nos dice que en la salvación intervienen dos factores importantes, la gracia y la fe . ¿Qué es
gracia? La palabra griega de donde se traduce gracia es járis (χάρις), la cual algunos llaman caris,  de donde proviene nuestra
palabra latina carisma.  Literalmente esta palabra significa hacer merced con alguien que no lo merece. El Dr. Lehman Strauss
solía diferenciar entre gracia y misericordia, él dec ía:  “gracia es recibir lo que no merecemos, misericordia es no recibir lo que
merecemos”. Precisamente eso es la gracia, es que alguien que no lo merezca reciba un regalo tan precioso y valioso como es la
salvación de su alma, y al mismo tiempo recibe misericordia, es decir,   no recibe el pago de sus pecados, algo que si merec ía.
Todo esto lo recibe por fe. La palabra fe viene del griego pístis (πίστις), la cual nos dice que la salvación es a través de creer, creer
que Jesús puede perdonar nuestros pecados y salvarnos de la condenaci ón eterna. Adem ás de esto nos dice que esta salvaci ón
no es por obras: y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glor íe . Una vez más Pablo nos deja
claro que la salvación no depende del esfuerzo humano, de su voluntad de hacer buenas obras, ya que es un don de Dios. La
palabra don se traduce del griego dóron (δῶρον), y literalmente significa regalo, de allí que el apóstol diga que la salvaci ón no
puede ser ganada por medio de las obras ya que es un regalo de Dios. Por tanto, la obra de la salvación es producto de la
enorme misericordia de Dios que la ofrece de manera gratuita a los seres humanos, todo a trav és de la fe en su Hijo Jesucristo, y
esta jamás se ganara por medio de las buenas obras o la religi ón : “sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la
ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las
obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado” , (Gálatas 2:16).
                Ahora bien, que lugar tienen las buenas obras en todo esto. Est á claro que no nos salvaremos por medio de las buenas
obras pero esto no significa que no debamos hacerlas: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jes ús para buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas . Lo cierto es que una vez se opere el milagro de la
salvación en una persona, en su ser se crea una nueva naturaleza que lo impulsa a busca a Dios, obedecer su palabra y hacer
buenas obras. Como verdaderos salvos por la fe se espera que no perseveremos en el pecado abusando de la gracia: “¿Qué,
pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al
pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”, (Romanos 6:1-2). También se espera que reflejemos en nuestro carácter un fruto agradable
al Señor: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales
cosas no hay ley”, (Gálatas 5:22-23). Y también  se espera que hagamos buenas obras , porque desde el momento de nuestra
conversión venimos a ser un buen árbol, y es imposible que el árbol bueno de malos frutos:  “Así, todo buen árbol da buenos
frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo
árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. As í que, por sus frutos los conocer éis” , (Mateo 7:17-20). Como
verdaderos hombres y mujeres salvos se espera que hagamos buenas obras, no porque a trav és de ellas seremos salvas, sino
porque las obras son una evidencia de nuestra salvación . Santiago toca el tema de las obras y la fe: “Hermanos míos, ¿de qué
aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana est án desnudos,
y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais
las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así tambi én la fe, si no tiene obras, es muerta en s í misma. Pero
alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostrar é mi fe por mis obras” , (Santiago 2:14-18).
Santiago dice que la salvación va más allá de decir que tenemos fe, nuestra fe debe evidenciarse a trav és de nuestras
obras: Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podr á la fe salvarle?  Él pregunta
cómo alguien que dice ser salvo y tener fe puede permanecer indiferente ante la necesidad de los despose ídos:  Y si un hermano
o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada d ía, y alguno de vosotros les dice: Id en paz,
calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qu é aprovecha? As í tambi én la fe, si no
tiene obras, es muerta en sí misma . Alguien que se comporte de esta manera y diga tener fe, esa fe es vana, porque la
verdadera obra de salvación que el Señor opera transforma totalmente a la persona que cree y lo capacita para toda buena
obra. Son las obras una evidencia que Cristo nos ha cambiado y estas vienen de un verdadero acto de fe, tal y como Santiago a
través de nuestras obras nuestra fe se revela al mundo:  Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Mu éstrame tu fe sin tus
obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras . Por tanto, todo cristiano debe vivir de tal forma que sabe que su salvaci ón es por fe,
reflejando su fe a través de sus obras.

EL ALCANCE DE LA SALVACIÓN
        
                   La salvación que Dios ha provisto al hombre es completa, de una vez y para siempre, tal y como el autor de la carta a
los Hebreos dice: “Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la
diestra de Dios”, (Hebreos 10:12). Antes de la cruz el método de expiaci ón que Dios hab ía dejado era el sacrificio de machos
cabríos con el fin de que la sangre de ellos cubrieran los pecados, pero una vez Cristo se ofreci ó como el sacrificio perfecto, ya no
hay necesidad de ofrecer mas sacrificios: “Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre
de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no
quisiste; más me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aqu í que vengo,
oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro est á escrito de m í. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos
y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen seg ún la ley), y diciendo luego: He aqu í que
vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados
mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre” , (Hebreos 10:3-10). Por tanto, el hombre es salvo por
medio de la fe en el sacrificio de Cristo el cual es suficiente para perdonar nuestros pecados. Ahora bien, esta salvaci ón bendita
opera en tres tiempos, en el pasado, presente y futuro. Veamos.

                La salvación del creyente, un hecho realizado en el pasado.

En la Biblia encontramos pasajes que nos enseñan que la salvaci ón que Dios ha operado en nosotros es un hecho que
ocurrió en el pasado: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de
su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestin ó, a éstos tambi én llam ó; y a los que llam ó, a
éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos tambi én glorific ó” , (Romanos 8:29-30). Aquí vemos como Dios nos predestino
desde mucho antes que naciésemos para esta tan gloriosa salvaci ón, y a los que predestin ó, llam ó, y a los que llam ó, justific ó, y a
los que justificó, glorificó. Todo esto nos indica que es un hecho que ocurri ó en el pasado y que tiene su efecto en el presente, tal y
como Pablo lo menciona a los corintios: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, seg ún nos escogi ó en él antes de la fundaci ón del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él”, (Efesios 1:3-4). Por tanto, la salvación tiene un alcance en el tiempo pasado donde
Dios planeó que seriamos salvos por medio del sacrificio de su Hijo, y por ello se le llama en Apocalipsis el Cordero que fue
inmolado desde antes de la fundación del mundo:  “Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban
escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” , (Apocalipsis 13:8). Aquí se nos
presenta a Cristo, como un cordero que fue inmolado, es decir, ofrecido en sacrificio por nuestros pecados desde el principio del
mundo, esto una vez más nos confirma que la salvación fue planeada por Dios para ser efectuada en nuestro tiempo.
La salvación es para el que cree ahora.
Es cierto que la salvación del creyente es un hecho consumado en el pasado, pero tambi én es un hecho que es un don que
se ofrece al hombre en el tiempo presente. Esta salvaci ón act úa hoy liber ándonos del yugo del pecado:  “Porque el pecado no se
enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” , (Romanos 6:14). Gracias a esta salvaci ón hoy somos
libres de toda condenación: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jes ús, los que no andan
conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” , (Romanos 8:1). Y en general, la salvación que Dios nos ofrece nos da ahora una
nueva vida: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu í todas son hechas
nuevas”, (2 Corintios 5:17). Por ello la salvación tiene un alcance en el tiempo presente.
La salvación seguirá operando en la eternidad.

Finalmente, la salvación también operara en el futuro ya que en la eternidad seremos glorificados y llegaremos a heredar
el reino de los cielos: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que seg ún su grande misericordia nos hizo renacer
para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e
inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la
salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero” , (1 Pedro 1:3-5). De esta forma opera la salvaci ón de
Dios, siendo planeada en el pasado y consumada por Cristo en la cruz, hoy est á disponible para todo aquel que cree en Él, y a
través de su gracia llegamos a ser salvos y perfeccionados hasta el d ía que partamos de este mundo para estar con él, all í
nuestra salvación se completara:  “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero
sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” , (1 Juan 3:2).

 
La palabra "iglesia" no significa un edificio en el cual se re úne la congregaci ón;  ni tampoco es, como dicen los católicos, el sistema
papal. Otros contienden que es una compañía, o un club social, o nada m ás que una organizaci ón.  ¡La iglesia no es una
organización, sino un organismo!
 La palabra "iglesia" no se encuentra en el nuevo testamento. La palabra "iglesia" no es una traducción de la palabra original,
sino el uso de la palabra extranjera como si fuera español puro.  Esta misma palabra "iglesia" viene de la palabra
griega, ecclesía , que significa "una compañía convocada" o "una asamblea".  Si tuviéramos que llamar las cosas bíblicas por los
nombres correctos de la Biblia; a la iglesia, nosotros la llamaríamos "la Asamblea de Dios en Cristo," en vez de "la Iglesia de Dios
en Cristo."
 
La palabra ecclesía siempre significa una compañía convocada o una asamblea.  Esta misma palabra se refiere a toda clase de
gente y no está limitada sólo a los creyentes en Cristo.
 
*En la Biblia hay tres usos diferentes de la palabra ecclesía :
 
A. UNA MULTITUD.
 
"Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le abandonaron. Tambi én algunas de las autoridades enviaron recado,
rogándole que no se presentase en el teatro. Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia (  ecclesía , en
este caso, una multitud de personas no salvas) estaba confusa, y los m ás no sab ían por qu é se hab ían reunido... Entonces el
escribano, cuando había apaciguado a la multitud, dijo... Y si demand áis alguna otra cosa, en leg ítima asamblea (  ecclesía )... Y
habiendo dicho esto, despidió la asamblea." (Hechos 19:30-32,35,39,41)
 
B. LOS HIJOS DE ISRAEL.
 
Ciertamente los hijos de Israel eran una compañía convocada fuera de Egipto, pero sabemos que ellos no eran el Cuerpo de
Cristo. Cristo no se había manifestado en la carne todavía.  "Este es aquel Moisés que estuvo en la congregaci ón (  ecclesía ) en el
desierto con el ángel que le habló en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibi ó palabras de vida que darnos."  (Heco
7:38)
 
C. EL CUERPO DE CRISTO.
 
Con esto queremos significar el cuerpo de los creyentes en el Se ñor Jes ús.  En el nuevo testamento abundan referencias a
la ecclesía , la compañía, o asamblea, llamada fuera del mundo a Cristo.  Las siguientes son unas pocas: Dios "...sometió todas las
cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia ( ecclesía ), la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel
que todo lo lleno en que hacer." (Efesios 1:22-23) "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia (  ecclesía ), y
se entregó a sí mismo por ella... Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia (  ecclesía )." (Efesios
5:25-32)
 
II. EL USO DE LA PALABRA
 
Conociendo que la palabra "iglesia" es una versi ón de la palabra derivada del griego,  ecclesía , y que significa una compañía o
asamblea convocada, dirigiremos nuestra atención a aquellas porciones de las Escrituras que tratan acerca del Cuerpo de
Cristo. La palabra ecclesía es usada de las siguientes maneras:
 
A. UNA ASAMBLEA LOCAL (IGLESIA).
 
"Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses..." (I Tesalonicenses 1:1) "A la iglesia de Dios que está en Corinto..."  (I
Corintios 1:2)
 
B. ASAMBLEAS LOCALES (IGLESIAS).
 
Este uso hace referencia a varias iglesias, o grupos locales. "Pablo... y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de
Galacia: Gracia y paz sean a vosotros." (Gálatas 1:1-3)
 
C. LOS CREYENTES EN GENERAL DE UN LUGAR.
 
Debemos explicar que con esto queremos significar un grupo de creyentes, viviendo en cierto lugar, sin referencia a la asamblea
local, y sin número. Por ejemplo, un predicador podría referirse a la iglesia de San Juan, la iglesia de Managua, etc., e
inmediatamente nosotros sabríamos que él se está refiriendo a todos los creyentes de dichas ciudades.  La mejor ilustración en la
Palabra es: "Porque ya hemos oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el juda ísmo, que persegu ía sobremanera a la
iglesia de Dios, y la asolaba." (Gálatas 1:13)Saulo (Pablo) no limitó su persecución a una asamblea en particular, ni a unas cuantas
asambleas locales. El fue por todos lados, arrojando en prisiones, y votando la pena de muerte contra los primeros cristianos. El
preferiría a todos los cristianos como la Iglesia.
 
D. EL CUERPO DE CRISTO COMPLETO.
 
El Cuerpo de Cristo completo es llamado la Iglesia, y est á compuesto de todos los creyentes desde Pentecost és hasta el momento
en que la Iglesia sea arrebatada. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la Iglesia y se entreg ó a s í mismo por
ella. (Efesios 5:25)
 
tercero LO QUE LA IGLESIA NO ES
 
A. LA IGLESIA NO ES ISRAEL.
 
"No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios."  (I Corintios 10:32) Aquí se revela que hay tres clases de gente en
la actualidad: judíos, gentiles y la Iglesia.  Cuando un judío es salvado, él deja de ser judío y se convierte en cristiano.  Cuando un
gentil acepta a Cristo, él deja de ser gentil y se convierte en cristiano.  "Porque todos los que han sido bautizados en Cristo, de
Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay var ón ni mujer; porque todos vosotros sois uno
en Cristo Jesús." (Gálatas 3:27-29)
 
La Iglesia (Cuerpo de Cristo) no es la Israel espiritual: "Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos no hicieron uno,
derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos emocionados
en ordenanzas , para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz".  (Efesios 2:14-15) El Cuerpo de Cristo
(Iglesia) es un nuevo hombre, y no Israel, ya sea Israel espiritual, o revivida.
 
B. LA IGLESIA NO ES EL REINO.
 
*Algunos contrastes entre la Iglesia y el Reino:
 
LA IGLESIA:
 
1. No hay herederos de la Iglesia.
2. No hay recibidores de la Iglesia.
3. En la Iglesia hay ancianos.
4. No hay hijos de la Iglesia.
5. La Iglesia es llamada templo.
   (Efesios 2:21)
6. La Iglesia está presente.
7. La Iglesia nunca fue un tema de la profecía. (Efesios 3:5,9)
8. La Iglesia debe edificarse. (Efesios 4:12)
 
EL REIN0:
 
1. La Iglesia es heredera del reino.
2. La Iglesia es recibidara del reino.
3. En el reino no habrá ancianos.
4. Habrá hijos del reino.
5. El reino nunca es llamado templo.
6. El reino no está presente porque el Rey aún no ha venido. (Mateo 6:10)
7. El reino es el tema más importante de la profecía.
8. Falta al reino establecerse. (Heco 15:16)
 
IV. LO QUE LA IGLESIA ES
 
A. UN MISTERIO REVELADO.
 
"Que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito siempre, leyendo lo cual pueden entender cu ál sea mi
conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres como
ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Esp íritu que los gentiles son coherederos y miembros del mismo
cuerpo, y copartícipes de la promesa de Cristo Jesús por medio del evangelio... y de aclarar a todos cu ál sea la dispensaci ón del
misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas."  (Efesios 3:3-6,9)Un "misterio" en las Escrituras significa una
"verdad revelada por primera vez". En los versos antedichos, el Espíritu Santo nos muestra que la Iglesia (el Cuerpo de Cristo) fue
primeramente revelada al apóstol Pablo, y que no era conocido por los profetas del antiguo testamento.  La verdad de la Iglesia
no estaba escondida en los escritos del antiguo testamento, sino que estaba escondida en Dios.
 
B. UN CUERPO ESPIRITUAL.
 
"Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo
cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean jud íos o griegos, sean
esclavos o libres; ya todos se nos dio a beber de un mismo Esp íritu. Adem ás, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos... por
los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los
miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en especial."  (I Corintios 12:12-14,25-27)
 
El cuerpo es un organismo compuesto de muchos miembros. Todos los miembros no tienen la misma función.  La Iglesia no es un
cuerpo físico, sino un cuerpo espiritual.  Los creyentes en Cristo son hechos miembros de ese cuerpo espiritual por el bautismo del
Espíritu. Hay algunos que sostienen que I Corintios 12:13 está hablando del bautismo por agua, pero este argumento puede
refutarse fácilmente con otro verso de las Escrituras.  I Corintios 12:13 dice que nosotros somos hechos miembros del cuerpo por el
bautismo (del Espíritu), mientras que Efesios 3:6 declara que nosotros somos hechos miembros de este Cuerpo por el
evangelio. Las dos declaraciones son correctas. Si 1 Corintios 12:13habla del bautismo por agua, entonces el bautismo por agua es
una parte esencial del evangelio de Cristo. (Efesios 3:6) No obstante, sabemos que el bautismo por agua no tiene parte en el
evangelio en absoluto. El evangelio es la muerte, sepultura y resurrecci ón de Jesucristo.  (I Corintios 15:1-4) El bautismo demuestra,
de parte del creyente, la fe sincera en el evangelio, pero no es parte de él.
 
Como todo el cuerpo físico es sensible al dolor, así tambi én, es el Cuerpo Espiritual.  Cuando un miembro del cuerpo sufre, todos
los demás miembros sufren con él.  Ningún cristiano puede sufrir persecución sin que todo el cuerpo tambi én duela con él.  Un
miembro no puede doler solo, sino que todo el cuerpo sufra junto con él.  Cuando el Cuerpo sufre, la Cabeza sufre,
también. Cuando somos perseguidos, Cristo es perseguido. Jesús dijo, "...Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" (Heco 9:4)
 
Recordemos que el Cuerpo es un organismo y que debemos considerarlo como tal. Un edificio, por ejemplo, puede ser reparado,
reemplazando las puertas y ventanas viejas, y cosas por el estilo, con partes nuevas. Pero cuando una parte del cuerpo se quita,
así como un brazo, una pierna o un ojo, esa parte no puede ser reemplazada jam ás.  Si fuera posible que un miembro del cuerpo
de Cristo perdiera su salvación, entonces el Cuerpo de Cristo quedaría mutilado.  Esto jamás podría suceder.
 
* Las siguientes son cuatro características del Cuerpo de Cristo :
 
1. Unidad. El cuerpo físico se compone de muchos miembros, pero es uno, una integridad y autodependencia completa, una
unidad orgánica. Así es, también, el Cuerpo de Cristo.
 
2. Inmortalidad. El Cuerpo de Cristo no morirá jamás porque está unido vitalmente a una Cabeza viviente.
 
3. Manifestación. El unico proposito del Cuerpo de Cristo es manifestar, o revelar a Cristo. "Porque para mí el vivir es Cristo, y el
morir es ganancia". (Filipenses 1:21) "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, m ás vive Cristo en m í; y lo que
ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entreg ó a s í mismo por mí".  (Gálatas 2:20)
 
4.Servicio. Los pensamientos y los aviones de la cabeza deben ser llevados a cabo por el cuerpo. De igual manera, el Cuerpo de
Cristo debe llevar a cabo la voluntad de su Cabeza, el Señor Jesucristo.  Debemos hacer lo que El manda. Su voluntad debe
gobernar nuestro movimiento.
 
C. UN EDIFICIO VIVO.
 
"Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio,
va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quienes vosotros tambi én sois juntamente edificados para morada de Dios
en el Espíritu". (Efesios 2:19-22)
 
Los apóstoles y profetas del nuevo testamento son el fundamento del Edificio (La Iglesia).  Ellos fueron los primeros en creer en el
Señor Jesús, y ellos fueron los primeros en proclamar al Señor Jesús.
 
"Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios
espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo." (I Pedro 2:5) Nosotros los creyentes somos piedras vivas de este nuevo
Edificio de Dios. Cuando el antiguo templo fue erigido, no hubo ni sonido de martillo, ni de cincel, ni de sierra.  Todos los
materiales habían sido formados de antemano. Así también, nosotros hemos sido elegidos desde antes de la fundaci ón del
mundo. Las piedras interiores del templo no pudieron verso, porque estaban cubiertas con madera de cedro y oro. Sólo el oro
podía verso. Nosotros, "las piedras vivas" del Edificio de Dios, no debemos ser vistos; sino que, solamente Cristo debe ser visto.
 
El templo antiguo estaba compuesto de piedras de diferentes colores, y as í tambi én, el edificio de Dios est á compuesto de todas
las razas. Dios habitaba en el templo, y El mora en nosotros.
 
D. LA NOVIA DE CRISTO.
 
Algunos han dicho que la novia de Cristo es la misma que la esposa de Jehov á, que es Israel.  No obstante, hay un pasaje bíblico
que refuta esta teoría, y se encuentra en  Apocalipsis 22:17.Dice, "Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el
que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente."  Este pasaje declara que el Espíritu y la Esposa
extienden la invitación a los pecadores para que crean en el Se ñor Jesucristo.  Si la Esposa es Israel, entonces son el Espíritu e
Israel quienes están extendiendo la invitación.  Sabemos que esto no es cierto, porque la mayor parte de Israel est á en
incredulidad en esta época presente. ¿Quién está invitando o instando a la gente para que acepte a Cristo?  La Iglesia, por
supuesto, y no Israel. Por tanto, la Esposa es la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.
 
El pasaje de Efesios 5:25-32 destaca claramente el hecho de que el marido y la esposa tienen la misma relaci ón que existe entre
Cristo y su Esposa, la Iglesia. Lo vemos especialmente en los versículos 28-30. Dicen textualmente, "Así también los maridos deben
amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a s í mismo se ama. Porque nadie aborreci ó jam ás a su
propia carne, sino que la sustenta, y la cuida, como tambi én Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne
y de sus huesos."
 
1. La esposa es comprada por Cristo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entreg ó a s í mismo
por ella. (Efesios 5:25) Véase : I Corintios 6:19-20. En el oriente, los hombres compraron sus esposas; y el precio se convirtió en la
dote. Cristo compró su Iglesia con su propia sangre preciosa. Su sangre es la dote eterna de la Esposa, la Iglesia.
 
2. La Esposa está desposada con Cristo. "Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para
presentaros como una virgen pura a Cristo." (II Corintios 11:2)El casamiento oriental difiere mucho de las bodas que
conocemos. La costumbre de los matrimonios en el oriente era de la siguiente manera: primero, la novia era comprada (nosotros
hemos sido comprados por Cristo); segundo, se realizó la ceremonia al inaugurarse el per íodo de estar desposados los dos, que
duraba cerca de un año.  Durante este tiempo la novia era considerada como esposa de su marido, a pesar de que no viv ían
juntos. El período de espera de un año era considerado como una protección del futuro hogar.  Si existiera alguna imperfección de
carácter o de conducta de parte de la novia, estas se hac ían evidentes durante este tiempo.  La esposa de Cristo está ahora en su
período de esponsales. Durante este intervalo las imperfecciones de la Esposa, si las hubiera, seguramente se pondr án de
manifiesto. La historia ha comprobado que han existido muchos que han tenido la apariencia de la santidad pero que han
negado el poder de la misma. Estas imperfecciones se desvanecen; y finalmente viene la consumación del matrimonio.
 
3. La Esposa se casa con Cristo. "Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su
esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente porque el lino fino es las
acciones justas de los Santos". (Apocalipsis 19:7-8) "Entonces el reino de los cielos será semejante a diez v írgenes que tomando sus
lámparas, salió a recibir al esposo."  (Mateo 25:1) Esta es la consumación del matrimonio de Cristo con su Iglesia.  El período de
esponsales ha llegado a su fin; ella está ahora con su Esposo, y así estará para siempre con El. (I Tesalonicenses 4:17)
 
V. LOS MINISTROS DEL CUERPO
 
"Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto,
llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres... Y él mismo constituy ó a unos , ap óstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros". (Efesios 4:7,8,11)
 
A. APOSTOLES.
 
Este fue el primer don a la Iglesia. La Iglesia primitiva fue edificada sobre los apóstoles.  La palabra, "apóstol," en el idioma
griego, es la misma que la palabra "misionero" en el lat ín y significa "enviado."  Como es lógico, en la Iglesia de hoy tenemos
"misioneros" (enviados), pero no "apóstoles".
 
B. PROFETAS.
 
Dios dio sus revelaciones a los apóstoles.  Al principio, la Iglesia no tenía el nuevo testamento.  Durante la infancia de la Iglesia,
Dios dio a los hombres su palabra verbal por medio de los profetas; y ellos a su vez, la daban al pueblo. La Iglesia no tiene
profetas hoy porque nosotros tenemos la Verdad de Dios revelada en su totalidad, el antiguo y el nuevo testamento de la Santa
Biblia.
 
C. EVANGELISTAS.
 
Otro de los dones dados a la Iglesia son los evangelistas. Estos hombres proclamaban fervientemente el evangelio. Eran
hombres de humildad, sinceramente preocupados por los perdidos. Al pastor se le manda que "...haga la obra de evangelista." (II
Timoteo 4:5) La época de los evangelistas no ha terminado; sino que durará hasta que Cristo venga a reinar.
 
D. PASTORES Y MAESTROS.
 
La palabra "pastor" significa "cuidador de ovejas". El pastor tiene que cuidar sus ovejas, protegiendo la grey, llorando y
regocijándose con ella. La necesidad imperiosa de la Iglesia en la actualidad es la de m ás pastores preparados.  Bienaventurado
el hombre cuyo pecho alberga el corazón de pastor.  El pastor no solamente es llamado a predicar tres sermones a la semana,
sino a pastorear, guiar, cuidar, proteger, visitar, amar e instruir a las ovejas. Cada pastor, al mismo tiempo que realiza su obra
de evangelista, la cual es ganar almas perdidas a Cristo, tambi én debe ser adecuado para ense ñar la Palabra a la grey de
Dios. ¿Dónde podrían conseguir los miembros de la Iglesia la instrucci ón de la Palabra sino fuera de su pastor?  Toda la Biblia que
algunos miembros van a escuchar ha de ser la predicación en los cultos de la iglesia.
 
Hay quienes hacen una diferencia entre el pastor y el maestro, creyendo que ciertas personas son llamadas únicamente a ser
maestros. Quizás sea así, pero nosotros sabemos que todos los pastores deben ser maestros, tambi én.  Es posible que todos los
maestros no sean pastores, pero todos los pastores deben ser maestros. (Tito 1:9; 2 Timoteo 2:2)
 
VI. LA IGLESIA LOCAL
 
Al mismo tiempo que creemos que el Cuerpo de Cristo compuesto est á de todos los creyentes desde Pentecost és hasta el
arrebatamiento de la Iglesia; ciertamente, hacemos énfasis en la importancia de la iglesia local.  La asamblea local es el grupo
por medio físico del cual se manifiesta el Cuerpo de Cristo en un lugar espec ífico.  Dios hace hincapié en la importancia de la
iglesia local, cumplimiento de oficiales y ordenanzas. El que se avergüenza de la asamblea local se averg üenza de aquello que
se establecerá en el día de Pentecostés. La iglesia local, como también el Cuerpo de Cristo, fue establecida en el d ía de
Pentecostés.
 
A. SU ORGANIZACIÓN.
 
Las Escrituras indican que había algo de organizaci ón, pero no como la hay en la actualidad.  Su forma de ser no fue copiada de
la sinagoga. Fue enteramente diferente a ella.
 
B. SUS OFICIALES.
 
1. Diáconos. I Timoteo 3:8-13 nos da los requisitos para los diaconos. En Hechos 6:1-7 se describe el por qué de los diáconos en la
iglesia.
 
* Los diáconos NO fueron elegidos para administrar la Iglesia, sino para ministrar a la Iglesia.
 
2. Obispos y Ancianos. Hay una vasta diferencia entre la iglesia primitiva y la de hoy en lo que a obispos se refiere.  La iglesia
primitiva tenia muchos obispos en una iglesia local. Hoy, hay grupos que tienen un obispo sobre muchas iglesias locales. Los
"ancianos" eran llamados de esta manera porque ellos eran los m ás ancianos en la familia.  Si el padre había fallecido, el primer
hijo tomó su lugar como cabeza del hogar.  El anciano era el mayor de edad y de categoría.  Tito 1:5-7nos dice, "Por esta causa te
dejé en Creta para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, as í como yo te mand é; el que fuere
irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no sean acusados de eliminación ni rebeldía. Porque es
necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no
pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas..."
 
Según este pasaje, el anciano y el obispo eran lo mismo.  La palabra "anciano" se refiere a la persona, mientras que la palabra
"obispo" se refiere al oficio que ella ocupa. Todo obispo era un anciano, pero no todo anciano era un obispo. La palabra "obispo"
significa "sobreveedor". Los "sobreveedores" de las iglesias locales eran hombres "ancianos". En la Biblia, este grupo de obispos
formaba lo que es conocido como el presbiterio. (1 Timoteo 1:4)
 
C. SU PROPOSITO.
 
El propósito de la Iglesia es glorificar a Dios por medio de la edificaci ón del Cuerpo de Cristo en la santa fe, y la predicaci ón del
evangelio hasta los fines de la tierra, "...Haciendo discípulos," "bautizando" e "instruyendo" a los mismos."  (Mateo 28:18-20)
 
VIII. LA DISCIPLINA DE LA IGLESIA LOCAL
 
A pesar de que es cierto que la Iglesia se halla bajo la gracia, en vez de estar bajo la ley, el creyente todav ía est á en la carne, y
el Señor ha establecido reglas de disciplina para las iglesias locales.
 
* Hay tres partes bíblicas a la disciplina de la Iglesia, que son las siguientes  :
 
A. EL AUTO JUICIO.
 
"Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados".  (I Corintios 11:31) El creyente sabe cuando ha pecado y
debe confesarlo inmediatamente a Dios. (I Juan 1:8-10) Si el creyente confiesa ese pecado, se ha juzgado a s í mismo.  No obstante,
quisiéramos hacer énfasis sobre la palabra "confesar".  Confesar no significa admitirlo, es decir, reconocerlo de plano los hechos,
aunque esto está inferido; sino que el asunto va más allá de eso.  "Confesar" un pecado significa, además, tomar la decisi ón de
resistirlo.
 
B. LA DISCIPLINA DE LA IGLESIA.
 
Si un hermano pecador no se juzga a sí mismo, entonces debe ser juzgado por la iglesia local.  I Corintios 5:12 dice lo siguiente:
"Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o id ólatra, o maldiciente, o
borracho, o ladrón; con el tal ni aún comáis. Porque ¿qué razón tengo yo para juzgar a los que est án fuera? ¿No juzg áis vosotros a
los que están dentro?" Así es que el compañerismo en la iglesia local debe privársele al hermano descarriado como medida
disciplinaria. Algunos denominan a esto como un "avivamiento por la puerta de atrás".
 
Este juicio extremo debería impartirse únicamente después de que se haya hecho un esfuerzo por restaurarlo.  "Hermanos, si
alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con esp íritu de mansedumbre,
considerándote a ti mismo, no seas que tú también seas tentado."  (Gálatas 6:1)
 
C. LA DISCIPLINA DE DIOS.
 
Si el hermano que ha caído en pecado no se ha juzgado a s í mismo, y si la iglesia local no lo ha juzgado, tampoco, Dios lo
juzgará mediante la disciplina. "...Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él;
porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo."  (Hebreos 12:5-6)
 
VIII. LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA LOCAL
 
*La Iglesia tiene dos ordenanzas: el bautismo y la Cena del Se ñor.  El bautismo es observado al comienzo de la vida cristiana, y la
Cena del Señor es tomada durante toda la vida del cristiano.  Hacemos hincapié en el hecho de que son ordenanzas de la Iglesia
y no sacramentos.
 
A. EL BAUTISMO.
 
La palabra "bautismo" viene del griego baptizo , que significa "sumergir", "hundir", "sumir" como con el prop ósito de enterrar o
hundir a algo. Literalmente, la palabra "bautizar" jamás puede significar la aspersi ón, ni el derramar agua sobre el cuerpo.  Según
la etimología de la palabra, solamente puede entenderse como la inmersión completa del cuerpo en agua.
 
1. Es una obligación. "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y
haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Esp íritu Santo; ense ñándoles que
guarden todas las cosas que os mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los d ías, hasta el fin del mundo. Am én."  (Mateo
28:18-20) Todos los creyentes están obligados a bautizarse.  No tenemos necesidad de orar para buscar la voluntad de Dios en este
asunto. El Señor lo ha ordenado. Veanse : Romanos 6:1-6; Colosenses 2:12.
 
2. La administración del bautismo.  Casi todas las denominaciones exigen que sean sus pastores, quienes administren la
ordenanza del bautismo, y que sean ordenados para el ministerio.
 
3. Explicación. El bautismo es una declaración pública de fe en Cristo que el creyente realiza ante el mundo y la Iglesia.  Es una
demostración exterior de un hecho interior, y es una figura de la muerte, sepultura y resurrecci ón del Se ñor Jesucristo.  La
inmersión refleja claramente la idea de la muerte.  Existen algunos, aun hoy, quienes se han encontrado con la muerte f ísica real
después de salir de las aguas del bautismo.  Aquellos han sido criados en hogares anticristianos muy fan áticos y sus familiares los
han matado.
 
El bautismo no sólo simboliza la muerte, sepultura y resurrecci ón del Se ñor Jesucristo;  sino que también, muestra la identificación
del creyente con Cristo. El bautismo es la declaración total de su propia muerte en Cristo  (II Corintios 5:14) ; de su muerte al
pecado (Romanos 6:10-14) ; de la muerte a su propia voluntad y de la muerte a su vida anterior. (II Corintios 5:17) También, es su
declaración que ha resucitado con Cristo, después de sepultar la vida vieja, para caminar en novedad de vida con el Se ñor.
 
El bautismo de todos los creyentes, según el registro de la Palabra, ilustra la muerte, sepultura y resurrecci ón de Cristo.  El
bautismo de Juan el Bautista anunciaba la muerte y resurrecci ón futuras de Cristo;  y hoy, nuestro bautismo proclama la muerte y
la resurrección ya consumadas de nuestro Señor.
 
El Bautismo no es una ordenanza salvadora. El hombre es salvo únicamente por la fe.  Esto ocurre antes del bautismo. El bautismo
es una declaración pública de la fe ante los hombres;  pero Dios no mira las aguas bautismales, sino la sangre de su Hijo y el
corazón del creyente. Véanse : I Corintios 1:14-17; 1 Pedro 1:18-19; Apocalipsis 5:9-10; Hebreos 10:12-14.
 
4. Participación. ¿Quiénes deben ser bautizados? ¡Solamente los creyentes! "...el que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el
que no creyere, será condenado."  (Marcos 16:16) La fe es lo primero, luego el bautismo. La pregunta surge nuevamente, "¿Debe
una persona bautizarse para ser salva?" No, por eso la Escritura dice: “...el que no creyere ser á condenado." Si el bautismo por
agua fuera esencial para la salvación, el Señor habría añadido estas palabras, "...el que no fuere bautizado ser á condenado,
"¡PERO EL SEÑOR NO DIJO ESTO!
 
El apóstol Pablo, al escribir a los Corintios dijo, "Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo ya
Gayo... Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabidur ía de palabras, para que no se haga vana
la cruz de Cristo. (I Corintios 1:14-17) Si el bautismo fuera necesario para la salvación, Pablo NO se habr ía gloriado en el hecho de
que él había bautizado a solamente unos pocos. Pablo declara simplemente que el bautismo no tiene nada que ver con la
salvación (Romanos 1:16) , puesto que Cristo NO lo había enviado a bautizar, sino a predicar el evangelio.
 
Es una pérdida de tiempo de bautizar a un incrédulo, porque si no cree antes de ser sumergido, él seguir á siendo un incr édulo
cuando salga de las aguas bautismales.
 
¿Cuál es la edad límite para el bautismo?  Algunos padres sostienen que doce años es la edad mínima en la cual un ni ño deber ía
ser bautizado. Esto no tiene fundamento bíblico en absoluto.  Posiblemente esta práctica sea una persistencia de la costumbre
judía de la adoración, o rasgos de las costumbres de la iglesia cat ólica.  La Palabra de Dios claramente expresa que el bautismo
es para todos los creyentes, sin tener en cuenta ni la edad, ni el sexo de la persona. (Heco 9:36-38)
 
B. LA CENA DEL SEÑOR.
 
"Porque yo recibí del Señor lo que también os le enseñó: Que el Se ñor Jes ús, la noche que fue entregado, tom ó pan; y habiendo
dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de m í.
Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; hizod esto todas
las veces que la bebiereis en memoria de mí. As í, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte
del Señor anuncia hasta que él venga. tanto, pruébese cada uno a s í mismo, y coma as í del pan, y beba de la copa.  (1 Corintios
11:23-28)
 
1. Orígenes. Del pasaje antedicho no nos queda ninguna duda en cuanto a qui én instituy ó la Cena del Se ñor.  No se registra
ninguna ocasión en que esta ordenanza haya sido respetada antes de que el Se ñor Jes ús la instituyera.  Nosotros, en sentido
figurado, tomamos el pan y la copa de sus propias manos preciosas. La teoría de que Cristo fue un ser imaginario es destruido
por la Cena del Señor. Esta ordenanza es suya, y suya solamente.
 
2. Obligación. Las palabras, "haced esto," son un mandamiento del Señor;  y las palabras, "bebed de ella todos," (Mateo
26:27) podrían traducirse también, "bebed de ella todos ustedes." Esta ordenanza es para el Cuerpo de Cristo en su totalidad.
 
3. Participación.
 
una. ¿Quiénes pueden participar de esta cena?  Nadie más que un hijo de Dios que ha sido debidamente bautizado puede
participar de la Cena del Señor. Los que se sentaron con El a la última Cena habían sido bautizados.  El bautismo es el símbolo del
comienzo de la vida nueva en Cristo, y la Cena del Señor es el símbolo del mantenimiento espiritual de esta vida nueva.
 
b. ¿Cuán a menudo debemos observar la Santa Cena?  Algunas iglesias observan la Cena del Señor todos los domingos.  Otras la
celebran una vez al mes, aun otras, cuatro veces al a ño y hasta hay las que lo hacen una vez al a ño.  Ciertas iglesias nunca
celebran la Cena del Señor. ¿Cuál es la estipulación bíblica para esta observancia?  El Señor dijo únicamente: "...Todas las veces
que..." (I Corintios 11:26)    La Biblia no establece una regla fija.
 
C. ¿De qué manera debemos observarla? Algunos creyentes están muy confundidos con respecto a la propiedad de participar de
la Cena del Señor después de leer  I Corintios 11:27-29 . Cuando llegan a la palabra "indignamente," de inmediato pasan revista a
los errores pasados, desde que se dicen a Cristo, y temen que pueden estar comiendo y bebiendo maldici ón sobre s í mismos si
participan de los símbolos. Permítasenos señalar que la palabra "indignamente" es un adverbio, el cual modifica al verbo
"beber," lo cual significa "beber de una manera indignada." En cuanto a ser digno se refiere, ¿quién de nosotros puede necesitar
verdaderamente digno de participar? ¡Ninguno! Esto se refiere al acto de la participación, no a la condici ón del coraz ón del que
participa.
 
El contexto del pasaje nos da una explicación perfecta.  En la iglesia primitiva se celebraban fiestas de amor ( agape). Los ricos
traían sus provisiones de víveres y de vino, mientras que los esclavos y pobres no ten ían nada.  A medida que la celebración
avanzaba, el creyente rico, con toda la comida y la bebida que inger ía por s í solo, pronto se emborrachaba haci éndose un
escándalo. El esclavo pobre, por supuesto, no teniendo nada, permaneci ó sobrio.  La Cena del Señor se celebraba al terminar la
fiesta. El creyente borracho no podia participar de la Cena del Se ñor.  En su estado de embriaguez, la copa de la Cena del Se ñor,
para él, no era nada más que otro trago de vino.  No podía discernir el cuerpo, ni la sangre del Señor, y por tanto, la beb ía
"indignamente". Este hecho resultó en numerosas muertes prematuras de creyentes en la Iglesia de Corinto: "...Por lo cual hay
muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen."(1 Corintios 11:30)
 
Si el cristiano se siente indigno, esto es una buena indicaci ón de que él sea digno, y viceversa.  El hombre que encuentra alguna
cualidad especial en sí mismo que, para él, le hace digno de participar de la Cena del Se ñor, estar ía lleno de orgullo, y ser ía
mejor que no la tomara. La mesa y los símbolos no están puestos para los justos, sino para los injustos, quienes hacen un
autoexamen de sí, confiesan sus pecados y son justificados por la fe en la sangre purificadora de Cristo.  (1 Juan 1:8-2:2)
 
4. Los elementos de la Cena. Los elementos de la Cena del Señor son el pan y el fruto de la vid.  El pan es sin levadura, como fue
usado en la observancia de la Pascua, de la cual el Señor inauguró la Cena del Se ñor.
 
5. Interpretación.
 
una. transustanciación. Esta interpretación es sostenida por la Iglesia Católica Romana.  La misma declara que por la consagración
realizada por el sacerdote, el pan y el vino dejan de ser cuentos, y se definen en el cuerpo y la sangre literal del Se ñor
Jesucristo. Esta denominación religiosa sostiene que cuando el Señor dijo: "De cierto, de cierto os digo: Si no com éis la carne del
Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no ten éis vida en vosotros,"  (Juan 6:53) que El quiso decir la carne y la sangre literales de
Cristo.
 
Por lo tanto, para la Iglesia Católica Romana, la Misa es un rito milagroso que convierte el pan y el vino en la carne y la sangre
literales de Cristo. Solamente el sacerdote puede beber el vino porque no debe derramarse ni una gota de la sangre de Cristo. El
pan es en forma oblea, para que no se pierda ni una sola miga de su cuerpo. En respuesta a todo esto nosotros preguntamos,
"¿Cómo pudo Cristo, mientras estaba en su cuerpo perfecto, sosteniendo parte de su cuerpo en su mano cuando dijo: ...este es mi
cuerpo?" "¿Por qué desobedecen a Cristo cuando mandó a todos los disc ípulos a tomar de la copa que representaba su sangre
siendo que su mandato es tan claro?" Jesús dijo: "...Tomad esto, y repartidlo entre vosotros." (Lucas 22:17)
 
b. Consustanciación. Los Luteranos y la Iglesia de Inglaterra (Anglicanos) creen en esta interpretaci ón, la cual sostiene que,
mientras el pan sigue siendo pan, y el vino sigue siendo vino, el cuerpo y la sangre est án presentes en un sentido espiritual en el
momento cuando ellos son utilizados, y después de haber sido tomados, dejan de ser el cuerpo y la sangre de Cristo.  Hacemos la
pregunta, "¿No está Cristo presente de esta manera en todos los cultos de la Iglesia? ¿Cuál es la diferencia, entonces?"
 
C. simbolismo. Esta es la verdadera interpretación, que declara que el pan y el vino son solamente s ímbolos del cuerpo y la
sangre de Cristo, los cuales fueron ofrecidos en la cruz del Calvario para la remisi ón de los pecados.  Dijo: "Haced esto en
memoria de mí". La Cena se observa en memoria bienaventurada del Señor, y allí es donde termina la celebraci ón.
 
6. Limitación. ¿Por cuánto tiempo debe la iglesia continuar esta observancia?  Hasta que El venga otra vez. ¿Cuál es nuestra
respuesta al burlador que se mofa de la segunda venida del Se ñor diciendo, "¿D ónde est á la promesa de su advenimiento?"  (II
Pedro 3:4) Nosotros señalamos a la Mesa del Señor y contestamos, "Allí está la promesa de su advenimiento."
 
7. Evaluación.
 
una. Su valor doctrinal.
 
(1) La Persona de Cristo.
 
(a) Su humanidad. Su humanidad es tan real como su deidad. Los símbolos hablan de su cuerpo humano y de su sangre literal;  y
es muy esencial que sean realmente humanos, pues, el sacrificio de expiaci ón ten ía que ser en la naturaleza de aquel que
pecó. "...Cristo murió por nosotros." (Romanos 5:8)
(b) Su deidad. Su deidad está expresada en las palabras, "Cena del Señor."  Todos los títulos de la deidad están en esta sola
palabra, "Señor".
 
(2) La obra de Cristo.
 
(a) Su muerte. Los símbolos de la Cena del Señor describen la realidad de su muerte porque el cuerpo y la sangre est án juntos en
la vida, pero separados en la muerte.
(b) Su resurrección y segunda venida. La frase, "...hasta que él venga," no significa, "hasta que él venga de la tumba," sino "hasta
que él venga del cielo."
 
(3) La forma de salvación.
 
(a) El asumió nuestra culpa e impotencia.
(b) La Cena enfatiza la sustitución. "...Que por vosotros es el partido."
(c) Nos recuerda que la salvación es gratuita. "...por vosotros es dado."
(d) Declara que el don de la salvación debe aceptarse. "Tomad... vino..."
 
b. Su valor devocional.
 
(1) Venimos con confesión.
(2) Venimos con oración.
(3) Venimos con consagración.
(4) Venimos con humildad.
(5) Venimos con acción de gracias.
(6) El hombre entero está involucrado.
 
(a) Los oídos para oír su invitación.
(b) Los ojos para ver los símbolos.
(c) Las manos para tomar los símbolos.
(d) La boca que ingiere los símbolos.
(e) El cuerpo que asimila los símbolos - se adaptará en parte de nosotros.
 
C. Su valor práctico.
 
(1) Es un medio de gracia.
(2) Es un medio de testimonio.
(3) Es un medio de fortalecer la fe.
(4) Es un medio de promover nuestro amor hacia El.
(5) Es un medio de promover el amor mutuo.
(6) Es un medio de promover la comunión. Esta comunión es de unos con otros en Cristo alrededor de la Mesa del Se ñor, siendo Él
el centro de la misma.
(7) Es un medio de estimularnos a la santidad.
 
d. Su valor profético.
 
Si el Señor Jesús no viene por segunda vez, ¿para qué celebrar la Cena del Se ñor?  Sin embargo, ¡EL VIENE OTRA VEZ! Recordemos
la respuesta para los que nos preguntan, "¿Dónde está la promesa de su venida?"  Sencillamente nosotros señalamos a la Cena
del Señor y la promesa dada ahí.

CRISTOLOGIA DE FILIPENSES:
CRISTOLOGIA
(La Doctrina de Cristo)
 

La Cristología es la enseñanza bíblica acerca de Cristo. Bendito todo aquel que le conoce como Señor y Salvador.
 
A veces se nos advierte que podemos predicar demasiado de Cristo, en el sentido de hace menos caso de las doctrinas de Dios y del
Espíritu Santo. Permítanos decir aquí mismo, que no podemos predicar a Cristo demasiado. Asimismo, jamás se ha oído de que haya celos
en la divinidad. De las Escrituras podemos ver que Dios prefiere que prediquemos a Cristo con más énfasis de lo que lo estamos haciendo.
 
"y él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia, el que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la
preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud...Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la
Deidad". (Colosenses 1:18,19; 2:9)
 

I. NOMBRES Y TITULOS DE CRISTO


 
Nosotros creemos en la inspiración verbal de las Sagradas Escrituras. Es decir, creo que cada palabra de la Santa Biblia es inspirada por
Dios. Por esta razón, creemos que todos los títulos y nombres de nuestro Señor Jesucristo son de gran importancia y significado profundo.
 
A. JESÚS.
 
El nombre Jesús, se encuentra 612 veces en los cuatro evangelios, y 71 veces más en el resto del nuevo testamento. El nombre Cristo se
encuentra solamente 56 veces en los cuatro evangelios, mientras que en el resto del nuevo testamento el nombre de Cristo se encuentra 256
veces. El nombre "Jesús" se encuentra más veces antes de su muerte, sepultura y resurrección; mientras que "Cristo" se encuentra más
veces después de Su pasión.
 

Jesús es el nombre personal del Señor. Es su nombre terrenal, el nombre con el cual nació, vivió, y murió. Es el nombre de su humillación,
su sufrimiento y su aflicción. Es el nombre de Aquel que se humillo a sí mismo. (Filipenses 2:5-11) El nombre Jesús, en la época de
nuestro Señor, no era excepcional porque había muchos que se llamaban Jesús. "Jesús" es la forma griega de la palabra hebrea "Josué," y
ambas significan "Jehová, nuestro Salvador." Jesús es el nombre que fue escrito en una tabla en Su cruz.
 
Una persona se salva por medio de confesar que Jesús es el Señor y creer que Dios le resucitó de los muertos. (Romanos 10:9) I Corintios
15:1-3 dice que el evangelio es la muerte, sepultura y resurrección del Señor. Hay muy poco "evangelio" en los cuatro evangelios
bíblicos. Solamente en los últimos capítulos de cada evangelio están registrados la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Por
consiguiente, el nombre Jesús predomina en los evangelios.
 
Las epístolas son las que destacan tan claramente la doctrina de la salvación por gracia mediante la fe en el sacrificio vicario de Cristo. Las
epístolas están llenas de la doctrina de la salvación, y de ahí, el énfasis sobre los nombres "Cristo" y "Señor." Antes del Calvario se usa más
"Jesús," y después del Calvario se usa más "Cristo."
 
"Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y
Cristo." (Hechos 2:36) "Y estando en la condición de hombre, se humillo a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para
la gloria de Dios Padre ." (Filipenses 2:8-11)
 
Es interesante notar que cuando El estaba en el mundo, antes de la crucifixión, El nunca fue llamado Jesús en su presencia por sus
seguidores. Siempre fue llamado "Señor", "Maestro" o "Rabí".
"Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy". (Juan 13:13) Acusó a los judíos con referencias al antiguo
testamento, diciendo, “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46) Pero esto aconteció con menos
frecuencia .
 
La razón por la cual el nombre Jesús es mencionado más en los evangelios (612 veces) es que ellos hacen énfasis en su vida terrenal. Por
otro lado, el nombre Cristo se menciona más veces en los Hechos y las epístolas porque destacan su exaltación celestial. Según la Biblia,
los hombres del mundo, los demonios y Satanás se le dirigieron a Él usándose el nombre, "Jesús", pero nunca el título, "Señor". Es
inevitable llegar a la conclusión de que cada ataque sobre la Persona del Hijo de Dios, era para negar su señorío, ya sea con respecto a su
sangre, su resurrección, su sacrificio expiatorio o su segunda venida; y que no era menos que una agresión sutil contra la deidad de Cristo.
 
A nosotros se nos llama, "cristianos," porque este nombre se asocia con la proclamación de la victoria del Salvador en la cruz. Asimismo,
sabemos que el nombre cristiano, fue dado primeramente a los creyentes por aquellos que odiaban a Dios ya su Cristo; sin embargo, nos
sentimos orgullosos de tomar Su glorioso nombre y de llevar su vituperio.
 
Recordemos, entonces, que los incrédulos no llamaron, "Señor," al Salvador, sino que siempre le llamaron "Jesús"; y por lo general, los
creyentes le llamaron Jesús. Una excepción se encuentra en el caso de los discípulos que iban camino a Emaús. "Entonces él les dijo: ¿Qué
cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y
cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte y le crucificaron. Pero nosotros esperábamos
que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido." (Lucas 24:19-21)
 
Ellos estaban desanimados porque decían, "esperábamos que él era..." porque todas las esperanzas de ellos se vieron frustradas cuando
Jesús fue crucificado. Por supuesto, estos discípulos no conocían bien las Escrituras, ni se acordaban de las palabras del Señor, que El
resucitaría de los muertos. Ellos hablaron de El como de una causa perdida; y ellos, aquí, le llamaron Jesús. Si Cristo no hubiera resucitado
de los muertos, la esperanza de ellos, y hubo la nuestra, hubiera estado apagada. El hubiera permanecido siendo simplemente "Jesús." "Mas
ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho." (I Corintios 15:20) ¡El es Cristo y Señor! ¡No era un
mero hombre, sino Dios que se hizo Hombre!
 
B. CRISTO.
 
Aunque ya hemos tratado en detalle lo concerniente al nombre Cristo, según el uso aplicado, quisiéramos añadir, no obstante, estos
detalles:
 
El nombre Cristo significa "Ungido". Es el título oficial del Hijo de Dios. Siempre que oímos la palabra "ungido", debemos recordar cómo,
y bajo circunstancias, los hombres fueron ungidos. Sabemos que en la Biblia se unieron a los reyes, profetas y sacerdotes.
 
"Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de
Jehová." (I Samuel 15:1) "A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; ya Eliseo hijo de Safat, de Abel-Mehola, ungirás para que sea
profeta en tu lugar." (I Reyes 19:16) "Habló Jehová a Moisés, diciendo: Toma a Aarón ya sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite de la
unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura... Y derramó del aceite de la unción sobre la
cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo." (Levítico 8:1,2,12)
 
1. Cristo ha sido ungido como Profeta. "Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros
hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os habilitó; y toda alma que no oiga a aquel profeta será desarraigada del
pueblo." (Hecos 3:22-23)
 
2. Cristo ha sido ungido como Sacerdote. "Por tanto, teniendo
un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote
que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin
pecado.” (Hebreos 4:14-15)
 
3. Cristo ha sido ungido como Rey. "Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Este será grande,
y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su
reino no tendrá fin. (Lucas 1:31-33)
 
*Los evangelios presentando a Cristo como el Rey de Israel y el Salvador del mundo. Las epístolas presentan a Cristo como la Cabeza de la
Iglesia y el Señor del Cielo.
 
C. MESÍAS.
 
"Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos encontrado al Mesías (que convertido es, el Cristo)". (Juan 1:41) "Le dijo la
mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas." (Juan 4:25)
 
"Mesías" es la palabra hebrea que tiene el mismo significado que "Cristo" en el griego, el cual es "Ungido". El antiguo testamento está
repleto de profecías del Mesías, mientras que el nuevo testamento se dedica a proclamar el cumplimiento de ellas.
 
D. SEÑOR.
 
Este es el título de la deidad de Cristo, el título de autoridad. Los tres nombres principales de Dios, según los Escritos del antiguo
testamento, están resumidos en el nombre, "Señor". Hemos aprendido que la palabra "Dios," en la versión Reina-Valera (1960), viene de la
palabra hebrea Elohim . Este nombre habla de la esencia divina y de todos los atributos y cualidades que manifiestan su Persona. La
palabra "Señor" viene de la palabra hebrea, "ser", que se traduce principalmente, "Jehová". "Adonai", que significa "Maestro", o
"Señor". Así que estos nombres se relacionan entre sí.
 
En el griego del nuevo testamento la palabra "Señor" viene de la palabra Kurios , y se traduce "Señor," "Dios" o "Amo." Esta traducción es
equivalente a la palabra del antiguo testamento, Adonai , "Amo". Cristo, el Señor, es nuestro Amo. "...y vosotros, amos ( kurios ), haced
con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor ( Kurios ) de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay
acepción de personas." (Efesios 6:9) Véase: Colosenses 4:1. Este nombre enfatiza el señorío de Dios.
 

Como os expliqué anteriormente, el título "Señor" también incluye otro nombre de Dios, y éste es "Jehová." Sabemos esto por la forma en
que el mismo es usado en el nuevo testamento. El nuevo testamento cita de las Escrituras del antiguo testamento, usando la palabra "Señor"
( Kurios ), mientras que la palabra del antiguo testamento es "Jehová." La Biblia dice, "Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al
Señor (antiguo testamento: “Jehová”) tu Dios." ( Mateo 4:7 ) En este verso, ambos Yahveh y Elohim ("tu Dios") se atribuyen al Señor
Jesucristo.
 
En la salvación debemos reconocer que Jesucristo es Jehová, Dios, y Amo. "Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor (Jehová,
Dios y el Señor), y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo". (Romanos 10:9)
 
Si nosotros lo hemos confesado a El como Señor (Jehová, Dios y Señor), entonces lo estamos honrando como Aquel que nos posee y tiene
todo derecho sobre nuestras vidas y lo que poseemos. Nosotros tenemos una gran responsabilidad delante de Él. Su voluntad debe ser
nuestra voluntad. "Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor." (Efesios 5:17)
 
E. JESUCRISTO.
 
Este título del Señor combina su nombre personal, "Jesús", con su título oficial, "Cristo". El énfasis queda en la primera parte, "Jesús," el
Hijo del hombre, Dios en la carne. “Cristo” enfatiza Su glorificación y el lugar que ocupa en los cielos, hoy. En otras palabras, Jesús se
humillo a sí mismo para salvarnos, pero ahora, es el Soberano victorioso.
 
F. CRISTO JESÚS.
 
Este nombre hace lo opuesto del nombre Jesucristo. Pone énfasis en su exaltación presente, más bien que su humillación. "Haya, pues, en
vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo , hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre,
se humillo a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:5-8)
 
G. EL SEÑOR JESUCRISTO.
 
Este es el nombre compuesto es del significado más amplio. "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con
toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo". (Efesios 1:3)
 
H. YO SOY.
 
Cuando Jehová apareció a Moisés en la zarza que ardía y no se consumía y le mandó testificar al faraón de Egipto, se identificó con el
nombre "Yo Soy." "Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a
vosotros. Si ellos me preguntaron: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les respondió? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo:
Así dijo a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros." (Éxodo 3:13-14)
 
Jesús declaró que El era el gran YO SOY ante sus discípulos y enemigos. (San Juan 8:23-24; 13:19) En Getsemaní, cuando venía la
multitud para llevar a Jesús como preso a Caifás, El se identificó con este nombre divino. "Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le
habían sobrevenido, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? Le respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: YO SOY. Y estaba
también con ellos Judas, el que le entregaba . Cuando les dijo: YO SOY, retrocedieron, y cayeron a tierra." (Juan 18:4-6)Cuando el Señor
se identificó como el gran YO SOY, cayeron a tierra, pero no en adoración. El podría haberles destruido con una sola palabra, pero se
entregó a la voluntad del Padre para sufrir por la humanidad. En otro lugar el Señor dijo: "...Antes que Abraham fuera, YO SOY." (Juan
8:58) Pablo glorificó a Cristo, diciendo, "Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad."(Colosenses 2:9)
 
I. EL HIJO DE DIOS.
 
Este nombre enfatiza la gloria y deidad personal de Cristo. "Respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios." (Lucas 1:35) "Los judíos le
respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios." (Juan 19:7) Véase :
Juan 5:18.
 
El Señor Jesús es el Hijo de Dios. El cristiano es un hijo de Dios. El Señor Jesucristo es el Hijo de Dios por relación y naturaleza. El
cristiano es un hijo de Dios por regeneración y adopción. El Señor Jesús ha sido el Hijo de Dios todo el tiempo y por toda la eternidad. Una
persona se convierte en una hija de Dios cuando confie en Cristo, el Señor. (Juan 1:11-13)
 
J. EL HIJO DEL HOMBRE.
 
Este parece ser el título favorito del Señor, el título por el cual El se llamó a sí mismo una y otra vez. "Y le dijo Jesús: Las zorras tienen sus
guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza." (Lucas 9:58)
 
Este es el título milenario de Cristo. Dondequiera que esté registrado, se usa en conexión con el reino del Señor Jesucristo en el reinado
milenial. Aun en el antiguo testamento se destaca la misma verdad. Algunos seguirán debatir este punto diciendo que Ezequiel tomó su
cargo ese mismo título, "el hijo del hombre." No obstante, quisiéramos que el lector se refiriera a los pasajes donde el título es
usado; porque allí se vislumbra la venida del Reino Milenial. Por ejemplo, en Ezequiel 37 está la profecía del valle de los huesos secos que
habla de cuando toda la casa de Israel volverá a Palestina. Esto sucederá al comienzo del milenio.
 
Este título es del Señor y no de los hombres. El cristiano es un hijo del hombre, pero El es "el Hijo del Hombre".
 
El título, el Hijo del Hombre, se encuentra 88 veces en el nuevo testamento: una vez en Hechos; una vez en hebreos; dos veces en
Apocalipsis; 84 veces en los evangelios y ninguna vez en las epístolas. Las epístolas tienen que ver con la Iglesia, no con el reino venidero
del milenio. Cristo es el Rey del Reino, pero, también, es la Cabeza de la Iglesia. Y como la Iglesia no es el Reino, por lo tanto, el título
milenial de Cristo, "el Hijo del Hombre," no se encuentra en las epístolas apostólicas.
 
K. HIJO DE ABRAHAM.
 
El Evangelio según Mateo comienza, "el libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham". (Mateo 1:1) "Ahora bien, a
Abraham fueron hechas las promesas, ya su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu
simiente, la cual es Cristo. " (Gálatas 3:16) El Mesías prometido tenía que ser un judío. Cristo era un judío y el Hijo de Abraham que
cumplió todas las profecías mesiánicas, y por tanto, era el "Ungido," el Cristo.
 
L. EL HIJO DE DAVID.
 
Este es el título de nobleza del Señor Jesús. El Rey de Reyes tenía que ser descendiente de David, según la promesa. "Y oyendo que era
Jesús nazareno, comenzó a dar voces ya decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!" (Marcos 10:47)
 
M. EL HIJO DEL ALTÍSIMO.
 
Este es el título de preeminencia. "Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David a su
Padre". (Lucas 1:32)
 
N. EL SEGUNDO HOMBRE.
 
"Segundo Hombre" indica que había un hombre antes que El, solamente uno, y ese hombre era Adán. "El primer hombre es de la tierra,
terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo". (1 Corintios 15:47)
 
O. POSTRE ADÁN.
 
"Postrer Adán" indica que no habrá otro hombre que le siga a El. Existen sólo dos hombres en los registros de Dios: Adán y Cristo. Por
consiguiente, el mundo está dividido bajo estas dos supremacías: Adán y Cristo. Todos son de Adán por el nacimiento natural, y solamente
son de Cristo quienes han experimentado el nuevo nacimiento. "Así también está escrito: fue hecho el primer hombre Adán, alma viviente;
el postrer Adán, espíritu vivificante." (1 Corintios 15:45)
 
P.EL VERBO.
 
"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era el principio con Dios." (Juan 1:1-2) Así como las
palabras habladas revelan los pensamientos invisibles de los hombres, también, el Verbo visible (Jesús) nos revela al Dios invisible. (Juan
1:14)
 
P. EMANUEL.
 
"He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que se convirtió en: Dios con nosotros." (Mateo
1:23) Tal como la Escritura lo dice, Emanuel significa "Dios con nosotros". Recordemos, entonces, que el Señor Jesús es "Dios con
nosotros". El ha dicho, "No te desampararé, ni te dejaré". (Hebreos 13:5)
 
R. SALVADOR.
 
"Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor". (Lucas 2:11) NO un ayudador, sino ¡un Salvador!
 
S. RABÍ.
 
Esto viene de la palabra hebrea que significa "Maestro". "Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿qué buscáis? Ellos le
dijeron: Rabí (que convertido es, Maestro), ¿dónde moras?" (Juan 1:38)
 
T. RABONI.
 
Esto es lo mismo que la palabra "Rabí", que significa "Maestro", pero viene del idioma caldeo. "Jesús le dijo: ¡María! volviéndose ella, le
dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro)." (Juan 20:16)
 
U.MAESTRO.
 
"Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿por qué viene vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?" (Mateo
9:11) Aquí el significado es "Instructor". La idea de dueño no está inferida aquí, como en la palabra "Señor" (Adonai). El mundo reconoce
hoy que Jesús era un gran Maestro, pero no quiere confesarlo como Señor. El Señor Jesús no es meramente nuestro Instructor. ¡El es
nuestro Dios, nuestro Jehová, nuestro Señor!
 
 
"Porque quiero que sepáis cuánto gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi
rostro; para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento , a fin de conocer
el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quienes están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento." (Colosenses
2:1-3)
 
A. LA REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN.
 
Dos de los evangelios, Mateo y Lucas, registran la historia completa de la encarnación. Los dos lo relatan de manera diferente, pero ambos
coinciden en la realidad de los hechos. Mateo, quien retrata a Cristo como el Rey a través de todo el libro, introduce al Hijo de Dios,
diciendo, "El que nació Rey de los judíos..." Traza la genealogía de Jesús desde Abraham, padre de las promesas, por David, el rey del
pacto hasta José, su padre adoptivo. Lucas, quien revela a Cristo como el Hombre perfecto, hace énfasis sobre la humanidad de Jesús,
mostrando que su linaje antecedió a través de María, hasta Nat
Conclusión:
Nos damos cuenta de que importante es la eclesiología y soteriolog ía que es indispensable para la humanidad cristiana que nos
conduce a formarnos para entender mejor el funcionamiento de la iglesia y como no decir la salvaci ón de la humanidad por
medio de la fe creyendo en un hombre que dio su vida por toda la humanidad y que fue posible obtenerla por la fe en
Jesucristo.

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