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CAPITULO I SUMARIO: 1. LA ORDENACION DEL TRABAJO EN LAS SOCIEDADES PREANDUSTRIALES.—1.? EI trabajo en el mundo antiguo.—a) “La condicién juridica del esclavo.—b) El trabajo libre por cuenta propia — ©) El tabaio libre por cuenta ajena: la «locatio-conductio operarum»—2° El trabajo en la sociedad medieval—a) | La condicién juridica del trabajador no libre.—b) La condicién juridica del trabajador Bl trabajo en la sociedad moderna.—a) La crisis del trabajo servil—b) La remial—c) El trabajo libre en los origenes del capitalismo: las «manufactu- ragy2. EL MARCO HISTORICO DE LA APARICION DEL. DERECHO DEL TRABAJO: LA SOCIEDAD INDUSTRIAL. — aspects téenico-productivos del trabajo—a) La divisin del trabajo—b) La concentracién de los Irabajadores en fibricas—2.° | Aspectos juridicos del trabajo.—a) La libertad tebrica de trabajador y sus limitaciones reales. —6) La duracién de los contratos de trabajo.—c) La prolongaci6n de las jomadas de tmabgjo—d) "Las condiciones de seguridad ehigiene—e) El trabajo de mujeres y menores—f)_ El régi- ‘men salarial y sus abusos—3. EL MoviMteNT0 OnRERO, FACTOR DETERMINANTE DE LA APARICION DEL DE- RECHO DEL TRABAJO.—4, EVOLUCION DEL DERECHO ESPANOL DEL TRABASO.—1.° La primera legislacién social—2.° La formacién del Derecho del Trabajo—3° La consolidacién del Derecho del Trabajo.— 42" El Derecho del Trabajo en la era franquista—5° El Derecho del Trabajo del posfranquismo (1975- 1978)—62 El Derecho del Trabajo a partir de la Consttucién de 1978 —BIBLIOGRAFIA 1, ORDENACION DEL TRABAJO EN LAS SOCIEDADES PRE-INDUSTRIALES La aparicién de Ja legislacién laboral constituye una de las respuestas que el sistema social arbitra frente al conjunto de problemas socioeconémicos planteados a partir de la Revolucién industrial; respuesta que —conviene anticipar— surge de una compleja y dificil conjuncién de fuerzas politicas y sociales, de acciones y reac ciones cuyos protagonistas basicos son, junto con el poder piiblico y las elites inte- Iectuales reformistas, los trabajadores y patronos y sus respectivas organizaciones. Por consiguiente, con anterioridad al advenimiento de la llamada «sociedad in- dustrial» falta el supuesto histérico que habria de dar lugar al nacimiento del Dere- cho del Trabajo, a saber, la gerieralizacién del trabajo voluntario, dependiente y por cuenta ajena, como factor fundamental de los procesos de produccién. En las sociedades pre-industriales no existe una legislacién laboral en sentido pro- pio; en la antigiiedad y medievo, el trabajo, que suele identificarse sin mas con el traba- jo manual, es regulado de modo incidental y accesorio, casi de pasada, cuando se dic- tan normas dirigidas basicamente a ordenar otras realidades; en tal sentido, el régimen juridico del esclavo en Roma se inscribe en el contexto de las relaciones dominicales 0 de propiedad, asi como el régimen del siervo medieval queda absorbido en el marco de las relaciones sefioriales, atinentes més al Derecho piiblico que al privado. Que no exis- ta verdadera legislacién laboral antes de la Revolucién industrial es compatible con el hecho de que en épocas anteriores haya habido normas reguladoras del trabajo '. | G.BavON Caco: La autonomia de la voluntad en el Derecho del Trabajo, Madrid, 1955, pag. 29 y passim. (53] Escaneago con LamSca pERECHO DEL TRABAJO st intético posible, el carg mas sint . i jr, del modo sintieo posible, el , Si se quisiera reswercres a Revolcion paul te St, dara en er ere, sd iss 2 ti pio a tas i | trabajo es cons lat ; il vase superior st de que el trabajo manual es Patrimoni a fs k religidn o Ia milicia, no em casos extemos, $6 ie incluso |g eel . a los ques : Ie cores inferior #108 HEE TS ayo en Grecia y Roma). En segung ty situacién del es » eBundo | de sn (a fe I taj geeralizado hasta Ia Revol nga ddberia afiadirse qu dee esclavos ¥ siervos, cuya infima condigjgn tl es el trabajo n0 ui a ign que se da a su esfuerzo. Socig) es congruent con In esc industrial —ausencia de mérito social yajo pre-in' ial y fy oer eaacrny progresivamente hasta desembocar, en plenos ti 0 sda vansedritet de I digniad todo trabajo, inclid el mag 0, bajo, | mane oderos et ajo frzso, en favor dela ampliacin del trabajo iggy voluntario. . 1° EL TRABAJO EN EL MUNDO ANTIGUO a) Lacondicién juridica del esclavo Grecia conocié Ia esclavitud en sentido estricto (douleia), que suponia la consi. deracién del esclavo como un simple bien de su duciio, y junto a ella un tipo pecu- liar de servidumbre, engrosado por los descendientes de los ocupantes originarios de territorios conquistados militarmente; tal fue el caso de los «ilotas» espartanos due, carentes de libertad, en cuanto que pertenecian a la comunidad de Esparta, go- zaban no obstante de ciertos derechos econémicos (hacian suya parte del producto dde su trabajo) que los asimilaban a los colonos libres 2, La regulacién juridica de Roma sobre el trabajo humano se basaba asimismo en la figura del esclavo (servi privati, servi publici), regido por el Derecho de cosas, en cuanto que como cosa era considerado. El status de esclavo podia derivarse del nacimiento (el hijo de esclava también era esclavo), de la cautividad en guerra, de Ja condena penal, de la falta de pago de impuestos, del incumplimiento de una deu- de, del deserién del ert, et. El Digesto distingue entre esclavos de Derecho wn ! oy ee in 25 afios que consiente en ser vendido para participar en ¢! csclava), 10 de gentes (casos citados del cautivo de guerra o del hijo de La importancia cuanttativa del trabajo libre fa i excdsa 7 a ie, en Roma como en Grecia, muy ‘casa, en comparacién con la extraordinaria difusién de la esclavitud *. a 5G Mest {rut en Grice et Rome, Pais 1971, pigs, 7s co lng eds Dn nda vei D8 Cir. también J, ToLesias: Derecho Romano, Jone Komt: Deeto Pde Roman tad aR IIIS Escaneago con vamSca car, rn IHLA REGULACION DEL TRABAJO A TRAVES DE LA HISTORIA 55 ie in aisamente, el esqueta de la telacién duefio-esclavo esté en los antipodas Scion empresario-trabajador; si el trabajador contempordneo mente la prestacién de su trabajo, el esclavo "arece de la posibilidad de prestar su consenti: es una cosa 0, a lo sumo, un semoviente, ca- ducido a la condicién de mero instrumento a cuyo su funcién productiva; es «una maquina puesta al servicio del amon’, ei eae: Si el duefio hace suyas las utilidades del trabajo del esclavo © ninguna atribucién o cesién voluntaria por parte de éste, sino en cuanto due tales uilidades pertenecen al duefio del esclavo segiin las reglas del De- recho de gentes sobre la propiedad: «todo lo que se adquiere mediante el esclavo, se adquiere para el duefio» (Dig., 1.6; | y 2), _La falta de capacidad del esclavo se extendia, en el Derecho romano, tanto a {a imposibilidad de realizar actos de Derecho civil como de Derecho pretorio y de gentes; el esclavo no podia ser titular de relaciones de propiedad, ni de parentesco (ad leges serviles cognationes non pertinent), ni podia contraer obligaciones civiles ni comparecer en juicio. Mas radicalmente atin, el esclavo carecia de un derecho subjetivo a la vida y al trato digno, si bien el dominus que mataba o maltrataba a un esclavo podia suftir sanciones penales y de policia ®, _Debe decirse, finalmente, que el régimen de la esclavitud no fue uniforme en las distintas etapas de la sociedad romana; mientras que en el ocaso de la Repiiblica y en el Imperio la condicién del esclavo fue sumamente rigurosa, en la época del De- echo antiguo el esclavo es llamado «persona» y goza de un trato mas humanitario; se le permite constituir un pequefio peculio e incluso puede adquirir en ocasiones un vicarius que le ayude en sus tareas. b) El trabajo libre por cuenta propia Tanto en Grecia como en Roma existid, junto al régimen de la esclavitud (del que debe decirse que constituia'el verdadero soporte de la vida economica) un tipo de trabajo caracterizado por desenvolverse, pese a su naturaleza manual, en régimen de libertad o voluntariedad; se trataba del trabajo de los artesanos. Estos actuaban como verdaderos trabajadores auténomos o por cuenta propia, vendien- do sus productos a una clientela y haciendo suya la utilidad patrimonial de su trabajo. 5 R. IMERING: El espiritu del Derecho Romano, Madrid, sf. Il, pag. 170, En cuanto eos, el esclavo podia ser bead eneaconsydtecos eles (pe: usta, de i raventa, de acuerdo con Di ao Og come) Derecho Romano actual raduccién Mesa y Poley, ed, 1, Madrid, 5. f,, pigs. 320 ss. Cfr. Dig., 1.6; 1 y 2: de acuerdo con una constitucién de Antonino Mo ‘wel que i ere 1 esclavo si , es mandado castigar»; curiosamente, un rescripté de Antonino al Ce TT eal icin de sevicias u «ofensas intolerables» al esclavo, no en ; éica fundamenta la prohib s bles» al es procénsul de a Bética Funteetés de los duetios» por la conservacion de Tos Bienes valiosos que son los esclavos. Escaneago con LamSca 10 DEL TRABAJO. DE 56 . rot sociaciones de estos arte caracteristicas las as san En Roma, fueron Cr ron ereadas en Ia época de Numa Po dy collegia), que se supone que mas tarde £Volucion, find ‘ wuxilio mutuo, igiosos y de a ionales, teniendo c ato originariamente religiosos Fe feslocales, ome tionary jos planteamientos estrictamente pt meta ‘i cios y salarios ’. Tales corporaciones, disue} fu, mental Ia fiaciin de Pm emente intervenidas por el Estado dur be ee Festarad 7 A e das e ocasiones como antecedents et del Imperio cata: inexactamente porque los collegia no fueron nunca ®ocigg, Mo. dernos sindicat ‘te sndientes, sino de trabajadores auténomos, que Con free ine, de trabajadores depe' de pequefios empresarios y, en consecuencia, tenia a ostentaban la condicién ‘ jadores a su servicio, normalmente esclavos. ) Eltrabajo libre por cuenta ajena: la «locatio-conductio operarumy © EI Derecho romano conocié numerosas Fiauras Juridicas a través de lag cual se disciplinaban diversos tipos de prestaciones de ssryisio: asi Tas prestacions liberales de médicos, abogados, preceptores, etc. (que loy estan sometidas al gs. quema del contrato civil de arendamiento de SETIGIOS¥ 0 al del contrato jg trabajo), las obligaciones de trabajo nacidas de stipulatio, pollicitatio, mandatuy, Jegatum operarum, nexum, etc., y, en fin, las obras prometidas por el liberto af se. fior que lo manumitia (operae officiales) y las obras que el propio liberto Tealizaba, no en virtud de obsequium respecto del seo, sino con énimo de obtener una ge cia (operae fabriles). msin oes no es en ninguna de estas figuras juridicas donde realmente sp encuentra el verdadero antecedente de las modernas prestaciones de trabajo libre Y por cuenta ajena. Tal antecedente —cuya importancia hay que resaltar, ya que constituye el tipo contractual del que se deriva el contrato de trabajo— viene deter. minado por la locatio-conductio operarum. EI esquema de la locatio-conductio operarum coincide literalmente con el del actual contrato de trabajo: un trabajador (locator), se comprometia a realizat per sonalmente un trabajo por cuenta de un patrono (conductor), de quien recibia una remuneracién. El trabajador disponia de la actio locati para exigir tal retribucién o merces, mientras que el empresario estaba protegido por la actio conducti para exi- Bir que el trabajador realizase su trabajo diligentemente y ajustandose a las ordenes patronales °. La locatio-conductio operarum se distinguia, pues, netamente de la Jocatio-conductio operis, contrato antecedente de la ejecucién civil de obra a tanto alzado, en cuya virtud un trabajador auténomo pacta la realizacion de un resultado u opus a cambio de un precio, __La estructura fundamental de la locatio-conductio operarum —que explica incluso la extrafia denominacién de este contrat — procede del esquema juridico de Ia /ocatio rerum 0 arrendamiento de cosas (PEROZZI, MONIER). Este esquema ? He Bie Tea Pepi Paris, 1958, pag. 21. f EM. Saint Leow: Historia de las Corporashe ec ty i dg. 40. 9 JORS-KUNKEL: op. y loc ce” S “e"Poraciones de Oficios, Buenos Aires, 1947, pig. 4 Escaneaago con LamSca © 1 ‘AP-IELA REGULACION DEL TRAMAIO A TRAVES DE LA HISTORIA 7 ameter tiempos del Imperio la locatio operarum S 1 ‘Amiento de obras o de energia fisica: se ignora la noci ote de ctrabajon como algo distinto del hombre quo lo ejecuta; asi, la Lex Ju- lia Publica ‘ara habla del hombre que se arrienda a si mismo: lacare se (Co- Natio Leg. Rom. et Mos., 1X, 2, 2). Confusién entre hombre y trabajo humano que se repite en diversas figuras juridicas: «el usuftucto de un esclavo consiste en sus servicios» (Dig. 7.7. 4); «en el legado de los servicios de un esclavo se entiende dado también el uso del mismo» (Dig. 7.7.3); un senado-consulto prohibe abogar ante los jueces a quien «se hubicre contratado para luchar con las fieras» (Dig. 3.1.1.6). Fue precisamente el parentesco entre el arrendamiento de cosas y la locatio- conductio operarum el que llevé a GIERKE a proclamar la incompatibilidad entre esta figura y el modemo contrato de trabajo, remitiendo los origenes de éste no al Derecho romano sino al germénico !, De la locatio hominis se evoluciona, ya avanzado el periodo clisico, a la locatio operarum; PAULO (Collatio, 1V, 3, 2) habla ya de locare operas. El trabajo —las operae— se distingue por primera vez de la persona del trabajador "". Estos origenes son los que motivaron que en la locatio-conductio operarum el trabajador quedase en una situacién de sometimiento personal respecto del patrono, y que éste ostentase un poder también personal sobre aquél. Sometimiento que no existia en la locatio-conductio operis, en la que el trabajador era auténomo y, por consiguiente, «faltaba el elemento de integracién en la esfera de un poder ajeno»"2, La distincién se ha perpetuado hasta nuestros dias: mientras que el contrato de tra- bajo se funda en la dependencia del trabajador frente al empresario, el contrato civil de ejecucién de obra se basa en la autonomia o independencia del ejecutante. 2.° EL TRABAJO EN LA SOCIEDAD MEDIEVAL a) La condicién juridica del trabajador no libre La Edad Media conocié una atenuacién fundamental del antiguo régimen de la esclavitud, cuya decadencia se habia acentuado en la época de Marco Aurelio y los Severos, a consecuencia de su politica igualitaria. Por otra parte, habian contribuido a la crisis de la institucién dos importantes factores: uno ideoldgico, constituido por la recepcién del ideal humanitario del cristianismo y por el auge de la filosofia estoica; otro, las masivas deserciones de los esclavos rurales que abandonaban las tierras a las que estaban sometidos ". En fin, los propios juristas relegan la creencia 7 ERKE: ‘ices del contrato de servicios (Bibl. cit.), pags. 11 ss. "Gon todo trabajo del ‘mercennarius sigue considerindose objeto de un «tipo de locacién de H(A. D'ORS! Derecho Privado Romano, Pamplona, 1968, pig. 473). oor Pia Consns: [rapport di lavoro nel Dirto Romano, Milém, 1964, pig. 13. En la exposi- cién sobre la locatio operarum seguimos la construccién de este autor. 13 Rémonpon: La crisis del Imperio Romano, de Marco Aurelio a Anastasio, Barcelona, 1967, pags. 21 y 36, Escaneago con Lamsca 40 pppnectt0 DEL TRABA claman que ss jon natural, y procl ue tog, itud es na instituciOn 1 (ULPIANO, Dig., 1, 1, 4), 8 log he dhe que Ia escla ity perecho Man ite durante el Bajo Imperio p, . son iguales re “nm Hs jel trabajo forzoso: sin conta Con fag, La deci jomésticos y rurales qu, : puso, sin embareo, Oe os v0 alo, especialmente e| 93 Subsite forzasas de 108 _— Jeneraizado de ta ee plens Laer it) el Metis jes de om eh el Bajo Impcrio, ein’: Ave ase en las presi jon se produ » COiNCIddign Oy, pry be vos, CUY ud. Los siervos eran tag aitiauos esclavog a) fi y con los st clavil 08 $ tie pee ate ira tadscriptio tae rela como antigues ea quedar sujetos a terra 1); situacigs to, on constreniidos vbaras : po vids con Tas iV asiones dio distinto del esclavo, en cuanto ue se consolids escla El siervo posefa un [ ‘ona, y no la de mera cosa - Sin embargo, desde of is ty, rocia la naturaleza de per incluso libres— se encontraban en una Situacign 8 perio las colonos —servi i aunque juridicamente gozasen de algunos ati de bec muy proxima a 1a oe de siervo era, como Ia de esclavo, hereditaria wy vonalidad "*, La cond ee dencia de su voluntad, a prestar servicios a} segs ci sno obligado, con ie rare los extremos del hombre libre y ef exat™ nocd, ; F La Edad Media cons dificiles de deslindar entre sf; hombres ng Te 8 tad desir ics, aya situacion se confundia con Ia de los clayey fe os si , rurales, dotados de cierta autonomia econdmica, aunque sujetos a pega, S# vos gas personales y fiscal es los libres de segundo orden», los «pobres Ios ecg dos, los «protegidos», etc. ". : "Et Medevo espaol conoci también numerosas matizaciones en I scl jones de trabajo no ibe. Junto alos siervos en sentido esticto, se alneaas semilibres, que, gozando de personalidad, carecian de libertad de profesin y dong, lio y se vinculaban a un sefior a través de pactos de benefactoria o encomendaciones Jos colonos, tribuaros, solariegos o payeses de remensa, todos ellos colonos lie, aungue con libertad de movimiento muy restringida, en cuanto que se encontraban adscritos ala tierra y eran enajenados junto con ella '; y algunas curiosas figuras i servidumbre —obnoxatio, dedicatio, donatio puerorum— consistentes en la entrega de personas libres al servicio de iglesias, abadias y santos patronos ", En la Espaiia medieval cristiana se generaliza, a partir del siglo x1, elrégimen sefiorial, esto es, la «organizacién econdmica, social y juridica derivada de las r- laciones de dependencia que, ya por razén de la persona, ya de la tierra, vinculana 4os habitantes de un gran dominio o sefiorio al dominus o sefior de éstey:®. El sei Hos ose dobilitacion de Sawen: Law in Society, Oxford, 1965, pigs, 50 eM Four y Rus: nttucones mmelvates.- (Bib, cit), pag. 140. 6. ca lt a aa as sciones.. (Bibl. cit., pags. 1378 jt JM, Fowr y Rius: Instiucton ee na :Instiuciones.., it, pigs. 137 ss, e igen, Hora sot de Espatay de Iberoamérica, Madrid, 1961, pigs. 108 58. 4. J, Sinchez-Arcila, Madiah ory, lis PABS. 245 88. Cf, Las Siete Bartidas de Alfonso X el Si bering) XX ad LV, Titulos XX («De los erlados, on), XXI («De bos vos»), XXII («De la (Delos doy)“ #20), XXI (De estado dees hone Ree oy Escaneago con LamSca CAP.TL LA REGULACION DEL, 1 ‘TRAVES DE.LA HISTORIA EGULACION DEL TRAMAIO A TRAVES DE.LA HISTORI a rfo constaba de una ma sera © dominicum, que debian cultivar los siervos, colons en su propio fave Mice ‘onos libres, y de unas tierras cultivadas por los de los sefiorios se vinculatag ot MaNs0s, heres, et.) En fin, los cultivadores tora, mediante numerosos hehe es tots Ue elerea sobre ellos su funcién prote seforales, hasta el de reales re esd el de cultivar gratuitamente los predios (hospedera, yantar, ete.) “W¥¢'SA8 prestaciones personales en favor del sefior muna ed a ¥ Personal de los trabajadores rurales sometidos al régimen 4 ya madamente dura; el sefior ostentaba el derecho de maltratar (ius maletractandi) y encatcelar a sus colonos, de hacerse servir gratuitamente por las mujeres ¢hijas de éstos, ¢ incluso de hacer «morir de hambre, sed 0 ion a los sier- Yes, como permitié Pedro TV en las Cortes de Zaragoza de 13807". La originalidad del trabajo medieval se centra especialmente en el régimen y caracteristicas del trabajo libre. Este tipo de trabajo se inserta en una incipiente eco- nomia de mercado y se localiza en las ciudades aforadas, ajenas al poder sefiorial, a cuyo estatuto de libertad se acogen numerosos siervos y semilibres; la peculiaridad mis sefialada del trabajo libre medieval fue, sin lugar a dudas, su impregnacién personal y hasta cuasi familiar y su organizacién dentro de una estructura corpo- tativa. Los gremios (métiers, arti, mysteries, Gilden) aparecen originariamente en Alemania e Inglaterra, en el siglo X1, procedentes a su vez de las antiguas cofradias religiosas ”, EI gremio se regia por sus Ordenanzas y se hallaba integrado por tres estamen- tos profesionales: los maestros, los oficiales o compafieros y los aprendices. Tal estructura tripartita no obedecié en ningun momento al propésito de crear una orga- nizacién asociativa o comunitaria, sino que fue el sustrato personal sobre el que se articularon auténticos contratos de trabajo celebrados entre el maestro, de un lado, y los aprendices y oficiales, de otro. Efectivamente, el acceso de los aprendices al gremio tenia lugar mediante con- tratos celebrados con los maestros con el fin de iniciarse en el conocimiento préic- tico de un oficio, El aprendiz celebraba el contrato hacia los doce afios de edad, y su aprendizaje tenia una duracién variable, que solia oscilar entre dos y diez afios, segiin la dificultad del oficio. Durante la vigencia del contrato de aprendizaje, el maestro era titular de una serie de poderes y deberes sobre el aprendiz (derecho de custodia y vigilancia, deber de ensefianza y trato adecuado, etc.), mientras que este tiltimo —o sus padres o familiares— se obligaba a satisfacer una cantidad re- slamentaria a cambio de la instruccién recibida, El esquema juridico del contrato de aprendizaje ha pasado, sin grandes distorsiones, desde los tiempos medievales a nuestros dias, aunque su importancia actual sea menor y el aprendiz sea hoy un trabajador remunerado, 21 ., G, DE VALDEAVELLANO: op. cit, pag. 255, % J Hers: Le travail au Moyen Age, Paris, 1968, pig. 96. ______—Estarleado con vamSca i juramento «por los i revio un 4 San ena iz convert en valet (rgd 0g r mas usual de compagnon @ ey “ jo de Arn, cl AP el pet ncidl © mma cf Te ’ umplid? jealment® stl Lea trans (00 een Id organizaciOn gremial gy Mh realiza con tem gr wert de servicios en lugares pit mintiony profil er evil Or sia, etc,). La relacién id lit, ier con moxie de otebracion de un auténtio con, te jo un con” 7a to, fos (pla7a® Pra, puess | de Peetu d08 (Posi verbal. , ficial ¥ mae 0 CON ade fora Ys, fos mismos aprendices, ace : te 2000 gyno C80 chrmones QUE hasta el sigio at i fciales nf realzacion de exam’ , iglo x1y, : oe mediante B : : grado de mes ditcultad 5 corporaciones gremiales conocieron dos f, ao ss ab ciones a ne si: riodo que alcanza haste! En = ate disting tt ica del agremio es 1a defensa de los interes” nisi i 1 cual la fun! efecto, mediante minuciosas reglamentacione ae a ntizando 3 (2 undo periodo, que comprende desde el sae el > 7 , a 4 ta calidad de I produccio™ yr Ja obsesiva preocupacion de las compora, sa asta fines del XV rivile3ioS monopolisticos. Sones ora consi gi iy sobre el gre CAYO {80 ncepelone wresanado popular, que podria servic g da por sentado que el gremiy Frente a 00! pci S a itico sistema de ars" mocrtiog a ga historiografia da P ‘ fo atin no se habian general. model 210s sigls RUNES Ty floreciente» cuando a —inl Su fas que provecaria SU “tscomposicion— fue obra e instumeng alle Aa ee mercantl (diramos que pre-capitalista) deseoss de controlar ea consis iy el mercado de trabajo > Precisamente porque en la etructura gremial jmiento de una nueva clase social —la burguesia— se instauracion Feodid decrse con razin que la inst de los gremios supuso «el fin de los privilegios nobiiaris y ectesastcos”- i tein Maso, y culesquera. que pueda SO las actitudes que suscite la re- a0, sobre el gremio medieval, es [0 ciert ue CA éste se en- mies Derecho del Trabajo %, lo que explica el interés que l spiera, no ya slo entre los histoiadores del Derecho, el Derecho del Trabajo. flexién socioe ‘cuentra un antece figura ha despertado y de sino entre los cultivadores 32 EL TRABAJO EN LA SOCIEDAD MODERNA a) Lacrisis del trabajo servil eu temas ener, pie desire que el régimen de trabajo forzoso (es semilbes)experimenta un considerable decrecimiento durant Edad Modema, especialmente en el Occidente curopeo 2 Fs Dame: tre = lps 23 8, BM, Sa : s soe uno nt Simon: Las Corporaciones... Cit» BE Nc: Histoire... cit a City Pag. 129. M.ALoxs0 Ott inreduccin.. ct, pips. 153 tscaneaao cofi CamSca CAPE LA REGULACION DEL TRABAJO A TRAVES DE LA HISTORIA é Tal imi del tabatadoe cm del {rabaio forzoso no implica en absoluto que a situacién cales presionan duramente sien" & Partt del siglo xv, De un lado, las cargas fis- el punto de que éstos reduces 8 dbiles economias de fos trabajadors, hasta a suftir gravamenes mas see llariamente su capacidad productiva por temor aes por esta raz6n (el temon ees U8 contomporineo (VAUBAN) pudo decir que pesino y su familia vive a CUE scales) por lo que no solamente el cam poco consumo, sino que nn obfementey van casi desnudos, esto es, hacen muy no trabajando mas quis Ia wats dejan desaprovechada la poca tierra que tienen, abonada y cultivada! hatin 84 Pot temor de que, si rindieta lo que podria rendir condiciones mismas del je, o°*sion de duplicar el impuesto» 2”. De otro lado, las casos de extremads dept t>aio tural, pese a su general humanizacién, conocieron a colacién, de La Baten, ome 8 desprende del testimonio, tantas veces traido esparcidos por él canon et, «Vemos ciertos animales feroces, machos y hembras, aanestdiy onc CAMPS, negros, lividos, quemados por el sol, adheridos a la tierra cealada, y GYando con una invencible obstinacién; tienen una especie de voz ar- Feo ee clando se levantan sobre sus pies muesttan una cara humana; y en efec- to, son seres humanos. Por la noche se retiran a sus guaridas, donde viven de pan negro, de agua y de raices; ahorran a los otros hombres el trabajo de sembrar, de arar y de recoger para vivir, y asi merecen el no carecer de ese pan que ellos mis- mos sembraron» * Por lo que se refiere al régimen juridico del trabajo rural en la Edad Modema cspafiola, tras el empeoramiento de la situacién de los vasallos de sefiorio desde mediados del siglo xiv a mediados del xv, se observa una mejora general en su condicién. Asi, los siervos quedan liberados de su vinculacién personal al sefior en Castilla (1480); en Catalufia, Fernando el Cat6lico suprime, en la Sentencia arbi- tral de Guadalupe (1486) el ius maletractandi del sefior sobre el vasallo, asi como los mals usos 0 abusos acostumbrados del sefior frente a sus siervos; en Aragén, sin embargo, es preciso esperar la llegada del siglo xVulI (1707) para que Felipe V decrete la abolicién del ius maletractandi, al derogar en bloque el Derecho publico aragonés ”*, Tal debilitacién general de las relaciones de trabajo forzoso no supuso, desde Iuego, la desaparicién radical de las situaciones de libertad disminuida, ni tan si- quiera la supresién de la esclavitud en sentido propio: al comercio de esclavos mu- sulmanes y negros se suma, tras la conquista de América, la reduccién a la esclavi- tud de determinadas categorias de indios a los que no se reconocié la naturaleza de hombres libres: los indios peligrosos y hostiles, los indios hechos presos de guerra y los indios adquiridos como esclavos a otros indios ®, Sin embargo, el régimen juridico general de los indios fue el de libertad —se les conceptuaba vasallos de Castilla—, aunque atenuada en la préctica al quedar sujetos al sistema de repar- fimientos y encomiendas, que colocaban al indigena en una situacién de trabajo Bb : Histoire du travail... cit. pag. 164. 2 rte Jeinate: Lar carters © as costmbres del silo x7, tad. esp., Barcelona, 1968, PA 206. ancla-GaLLo: Manual de Historia del Derecho espaiiol, |, Madsid, 1959, pags, 680-681 30 A, GarciA-GALLo: op. cit., pags. 687 ss. Escaneago con LamSca parict¥o DEL TRABMO ocasiones vitalicia; gi : mi on fines él siglo XVII. ia; sian . i went ie i obligatorio on caractel I minuciosamente los distintos _ no desaparece ¢ dias 12 ibiendo injuriar o maltratar a Jo a je Indias 1 : ta ee ge os Me i nbleienda olin ge in . ; tit. X 3 Ind., lib. VI, tit. XI], le ib. acion» (Leye . , Li s i aa Sl (Leyes In ib. Vit, XV. fo hres on las fabricas (Leyes, lib. 111, tit. vip, ve , a ma de och ia salud del indio, y especialme; normas protectoras i mec mujeres y menores "+ J sistema gremial “ vertirse en el siglo XIV, y reviste un doble Lacrisis gremial comienza 2 fait tt i autonomia del gremio; por aa ter por una part, s¢ tH organizacion. En cuanto a lo primero, la comporaciéy seta de unt i epulacion invialmente al tener que someter sus ondenay. vi oogctn dela Corona, y mis tarde (asi, en Fi or el durante el reinady de Luis XIV) al ser dictados esos reglamentos 0 estatutos por el poder Teal directa. mente, La tendencia de los reyes @ limitar la libertad y los privilegios gremiales se era an nuestro pais tanto en Castilla como en Aragon desde el siglo Xu, y ge v2 acentuando progresivamente en las centurias siguientes. Por lo que se refiere a la crisis de la organizacion gremial, ésta no fue sino la consecuentia del desarrollo de la institucién; destindndose ésta basicamente Ja autotutela de los intereses de los maestros corporados, no puede extrafiar que con el tiempo estos intereses fueran haciéndose més exigentes, necesariamente en perjuicio de los trabajadores agremiados, de los consumidores y del sistema econé- rico en su conjunto. "Las comporaciones de oficios se oponen, de este modo, a cualquier innovacién técnica, destruyéndose los inventos que amenazan competir ventajosamente con Jos viejos procedimientos artesanales. Mas y més, el gremio se va convirtiendo en el negocio de un nimero cada vez menor de maestros, que se ensefiorean de las corporaciones y cierran de hecho la posibilidad de que los oficiales accedan a la aleue oe cone as y complicadas «obras maestras» para obtener mente, se prohibe el ingreso en el asic ais bene ier npr are Freda great a rain de ajadores extranjeros y se impide el Estos abusos provocaron frecuentes que repetidamente se coalis fenémeno sindical— by Ladecadencia de Fecuents reacciones de los oficiales 0 «compaieros reatiafon en compagnonnages —verdadero antecedents del ton a los medios de presién (huelgas, revueltas). » Of A. RuMbU DE ARMas: Ce $y La replametalin del abajo hae ae? el inigena americano, Madrid, 1953, pls. 22 al Derecho del rae, 2+ Hag, ions PeEOMbIn,G, GutaneRo FouEkon: radio Escaneago con CamSca CAP- ILA REGULACION DEL TRABAJO A TRAVES DE LA HISTORIA 63 La crisis del promi : a que cas, eel premio Supuso, en definitiva, un doble proceso de proletarizacién ‘ 0 a los off i . brecidos, ciales y aprendices como a numerosos maestros empo- Este i i . . : | do thi Tibbs Anquilosado y monopolistico, al servicio exclusivo de los intereses Clones yoctacia metcantil, es el que va a sucumbir bajo el embate de las Revolu- 's —la politica y la tecnolégica— del siglo xvint2, ©) El trabajo libre en los origenes del capitalismo: las «manufacturas» ai an rete Produccién gremial, pre-industrial y artesana, la Edad Moder- fran escala, deeds eos ut ueve modelo productivo, basado en la fabricacin a fibre, desde cl ge ime de vista econémico, y en la generalizacién del trabajo bre, desde el punto de vista juridico. Esta libertad de trabajo —libertad en el doble sentido de que el trabajador no esta sometido a sefior alguno por vinculos de escla- vitud 0 servidumbre, y de que esta emancipado de las trabas y limitaciones corpo- rativas es fundamentalmente la consecuencia del establecimiento de un nuevo ré- gimen econdmico-juridico de produccién y trabajo: la manufactura. Desde el siglo XVI comienzan a aparecer fabricas, cominmente instaladas fuera de los micleos ur- banos, y separadas asi hasta geogrificamente del medio gremial, que aglutinan a un numero considerable de trabajadores desvinculados del control corporativo. Estas manufacturas, que constituyen indudablemente el antecedente de las grandes fabri- cas de los siglos xIx y xx, obedecen, en su concepcién, a las ideas concentradoras (concentracién de capitales, de medios materiales y personales) caracteristicas del capitalismo. Juridicamente, los vinculos laborales sobre los que se articula la ma- nufactura atravesaron dos momentos perfectamente distinguibles entre si: en el pri- mero de ellos, el comerciante o mercader contrata con maestros empobrecidos para adquirir la produccién elaborada por estos maestros y sus correspondientes oficia- les y aprendices. El sistema se denominé «trabajo por encargo» y juridicamente se instrument6 sobre el tipo del contrato de empresa. En un segundo momento, el comerciante no se limita a mantener estas relaciones «externas» con los maestros, sino que se convierte él mismo en empresario, colocando bajo su control el proceso productivo, que se centraliza en una factoria o manufactura, sirviéndose del trabajo ajeno mediante la celebracién de auténticos contratos de trabajo. Es en esta época, ‘como se ha dicho con razén, cuando «aparece el verdadero proletario en el sentido técnico de la palabra» ®, y cuando, consiguientemente, co- mienzan a surgir los problemas caracteristicos del trabajo industrial: salarios insu- ficientes, jornadas excesivas, gran nimero de festividades no retribuidas, contratos de trabajo de gran duracién, locales insalubres, obligatoriedad de adquirir bienes de consumo en los establecimientos de los propios empresarios, etc, Problemas todos ellos que, agravados por la generalizacién de la industria, van a replantearse con especial crudeza a partir de la segunda mitad del siglo xvii haciendo patente la ne- cesidad de una legislacién reguladora del trabajo dependiente. 32 Cf, J. Garcia ABELLAN: Organizacién de los gremios en la Murcia del siglo xvi (Bibl. cit), 3 J Vigene Vivest Historia General Modern, fed, 1, Barelona, 1971, pig, 41. Escaneago con LamSca peRFcHtO DEL TRABAIO 6 » LA APARICION DEL DERpc, 2 FL MARCO HISTOR AD INDUSTRIAL Peng DEL TRABAIO: LA SC . a lo propio aparece tras la g, . F1 Derecho del Trabajo an ae \plentad, dependionte J nettlica tipo especificn de trabajo” ° ctaciones laborales forzosas, aut Cuenta te, tne desplaza dfinitivament Is ong, si bien muy aban tie de fase a t economia aE entemente, ¥ SBN ha tenido geagie Hag 4, ty In Fdad Contempor’ juntario dependiente y por cuenta ajena jg phe ing can anterioridad a Ia Revolucion industria Gurwen al arendamienty {ie ios romana, o en el contrato entre maestros rporado oficiales y apy dy? pero este tipo de trabajo solo se diftrnde, hasta CF 8 al Celebracién ge h onto asocies an 7 sopediathas eo auiebre la estructura politico-miltar del ang men, y que s¢ inaugure un nuevo modelo de vida socioeconémiea baady aa nologia (SAINT-SIMON) y en la economia, as! hee en el pensamiento Seculay, (ComTe), para que se sienta la necesidad de sot Ic una nueva ordenacigy al trabajo humano El Derecho del Trabajo surge, de este modo, como ung yi al reto de la sociedad industrial, caracterizada tanto por la acumulacidn y gt se capitals y a esruturacin de la vida econémica en tomo al eje produccign sumo, como por el aumento y concentracién de los trabajadores en centros fables reciente divisién del trabajo y el nacimiento de la conciencia obrera ™. , Los inicios de la Revolucion industrial suelen situarse hacia 1760, en Gran hy tafia, y van acompaiiados de muy diversas y complejas circunstancias, cuya cong, rrencia hizo posible el trénsito del Antiguo Régimen a la sociedad contemporing Como fenémenos caracteristcos a este respecto deben citarse el aumento de Inyo blacién, el répido crecimiento del ahorro y del capital, la movilidad y concentaciy de capitales, favorecidas por las bajas tasas de interés (en 1757 el tipo medio deine. rés es del 3 por 100) y, por lo que se refiere al trabajo, la aplicacién del maquinisio a la produccién industrial —e incluso a la agricola— y la divisién y movilidad él trabajo, liberado definitivamente de las opresivas trabas del corporativismo gremial Pero junto a estos acontecimientos demograficos, econémicos y tecnol6gicos, es preciso reconocer la extraordinaria importancia desempefiada por las nuevas ideas que venian abriéndose paso desde los albores de la Edad Moderna. La Revolucion industrial fue asi el resultado hist6rico de una conjuncién de acontecimientos: be- chos nuevos, por una parte, e ideas nuevas por otra; ideas que se inscriben en filosofia liberal, empirista y utilitarista de la época, anteriormente, trabajo vol 1.® ASPECTOS TECNICO-PRODUCTIVOS DEL TRABAJO a) La divisién del trabajo EI fenémeno més caracteristico que se produce, sin ninguna duda, configuracién de la mano de obra, es el de ta division del trabajo. «El ls respecto # | mayor af R. Anon: Dis huit econs sur la société industrielle, cit, pigs. 34 ss. Escaneaao contithsca CAP-TIELA REGULACION DEL TRABAJO A TRAVES DE LA HISTORIA 65 lanto realizado en ta capa destreza y discemnimien 1776 Adam Smt 3s Y mis adelante, icidad productiva del trabajo, y la parte mayor de la ay nto con que es ditigido o aplicado en todas partes —escribia en ~~ Parecen haber sido consecuencia de la division del mismo». ; afiadia: «Este considerable aumento en Ia cantidad de obra que es fet trate atizat el mismo mimero de personas, como consecuencia de la division Jo! abajo, se debe a tres circunstancias distintas: primera, el aumento de la destre- za de cada uno de los operarios; segunda, el ahorro del tiempo que suele perderse ge eer eictmbia de una clase de tarea a otra distinta, y finalmente, la invencién © gran ntimero de maquinas que facilitan y abrevian el trabajo, capacitando a un hombre para realizar la tarea de muchos» *, La division del trabajo supuso, por otra parte, la aceleracién del cambio mer- cantil y el estimulo de la vida econémica; en este cambio, magistralmente caracte- tizado por el propio SMITH, ‘ocupa un lugar esencial el dinero que, a la postre, no es Sino na Tepresentacién nominal de un valor; a saber: el valor del trabajo («lo que se adquiere con dinero o con bienes es comprado con el trabajo», nos dira SMITH, y mis adelante: «como el trabajo es lo unico que no varia de valor, sélo el trabajo es ¢l tipo tiltimo y real por el que se calcula y compara en todo tiempo y lugar el pre- cio de todos los articulos»). __ La division del trabajo llega en nuestros dias a su maximo grado: los iniciales estu- dios de TAYLOR desembocan en la creacién de técnicas sumamente precisas de «confi- guracién del proceso de trabajo», de tiempos y movimientos (diagramas, planos sobre recorrido de materiales), cuyo presupuesto bisico es la existencia de una superespecia- lizacién, que a su vez exige la implantacién de instituciones de formacién profesional. La divisi6n del trabajo, causa y efecto al tiempo de la produccién en masa, ha dado lugar, sin embargo, a la aparicién de lo que se ha llamado «trabajo en migajas»”, esto es, un trabajo exageradamente fraccionado, cuyas consecuencias psicosociales son con gran frecuencia negativas *. Frente a ese trabajo excesivamente parcelado se propone hoy el modelo de «trabajo polivalente», del que se hace eco el ET (art. 22.5). b) La concentracién de los trabajadores en fabricas Junto a la divisién del trabajo, debe destacarse, por su decisiva importancia sobre la naturaleza de las nuevas relaciones laborales y de su ulterior ordenacién. juridica, el hecho de la concentracién de los trabajadores en el local de la fabrica, 3 A, Suitn: La riqueza de las Naciones, trad, esp., Madrid, 1961, pig. 9. 36 A. Smith: op. cit., pag. 12. 37 G FriepManw: Le travail en miettes, Pari, 1964. 4 A diferencia de MARX, cuya repetida condena de Ia divisién del trabajo (adesfigura al obrero y lo converte en una especie de monstruo», E! Capital, I, IV, Ul; es «el asesinato del pueblo», El Capital, I, XI1) se complementa con el disefio de ia sociedad comunista (tal sociedad «me otorga la posibilidad de hacer esto hoy, mafiana aquello, cazar por la mafiana, pescar al mediodia, dedicarme por la tarde a cria de ganado...» segin la utopia bucdlica trazada en La ideologia alemana), DURKHEIM, pese a que también es consciente de los inconvenientes de la divisién del trabajo, no duda en calificarla como «una de las bases fundamentales del orden social», «la fuente de la civilizacién» (De la divisién del trabajo social, Introd. y Libro I, Cap. 1). Ya en PLATON (Las Leyes, Libro VIII) se encuentra una justificacion de la divisién del trabajo. Escaneago con LamSca prarcrto DEL TRABAIO * . bre la base fisica de esto, trabajo. Sol Ae eatublecimiento 0 centro de (7 contenares de prestaciones de 4,8 en itmultineament A epee ca mae s cis sobre Ia izado en regi Lucci gee cisamente, sok al 0, #10 SH. realiza en régimen familiar gt "Pe AT trabajo indivi jan masiva de prestaciones por cuenta 4a, do va a surgit la onganizacin jrdrgicn ge in ian’ os tipicos —junto con n las organizaciones penitengs i ed de la Hamada «soc! aa ts ivaron la concen ‘edad disciplinariay, Las ravones que motivaron HT casos, se trataba de la propig "8 arias: en U Propia mata he, empresario tino de los ejempl ativas tracién de los trabajadores en ye uw de trabajo fueron any ve as deci pact enka Mt imponta el control y vgilancig Ge°%° « Jo industria, que pug! " icin); en OtFOs, S if industria de ta fundicion): de talleres domésticos (asi, en fa industria tang res dispersos en un sinfin cerdimica) 2° ASPECTOS JURIDICOS DEL TRABAJO anizacién tenica del trabajo, basada sustancialmenteg ee a re paindores en firicas industrials y en la ereciente ive trtin det gata, dio lugar a la dfusin de un nuevo tipo de tabajagy proletario— cuya figura ya habia apuntado al crearse las primeras manufactiys Pt oder Las legslaciones liberales reconocen al trabajador la libeway ae to el cambio de Hbertades entre contratantes, en el que tanta fe dang, co petplca Consttuyente en 1791, habia de traducirse en el estableciniey, aaoe ondiviones de trabajo impuestas por el empresario a una poblacién obne, abundante y desunida. 2) Lalibertad tebrica del trabajador y sus limitaciones reales Con el triunfo de la Revolucién francesa, la exaltacién que de Ia libertad vesian haciendo los fildsofos ilustrados se convierte en dogma constitucional. El prime de Jos Derechos del Hombre y del Ciudadano que preceden, a modo de preémbulo, a la Constitucién de 1791, es precisamente el derecho a la libertad: «los hombres nacen y permanecen libres ¢ iguales en derechos», se afirma con acento roussesv niano. EI dogma de Ia libertad de trabajo se oponfa al tiempo, aunque con impels desigual en Ia practica, tanto a las trabas gremiales como a la esclavitud. En cuanto 2 las primeras, coincidiendo Ia ideologia individualista y Ios intereses industil de fa barges respecto a la necesidad de su desaparicién, una temprana dispo me is carey de 1791— pone formalmente fin a los gremios 0 °° > i, Pouca: M., FoucaUtt: La verdad y las formas urdicas, Barcelona 1980, pigs. 91 854 ¥ 138-199 escaneaacttift@lamsca CAPT LA REGUL “ACION DEL TRABAJO A TRAVES DE LA HISTORIA. 67 ere Jue obtener una condena efca dela esclavitud,reverdecida a conse- tados Unidos de Amare £8clavos africanos orientado especialmente hacia los (1815) los vencedores tenga ES sierto que en el Acta final del Congreso de Viena Tratado de las Cineo " de Napoledn hacian una condena de la trata de negros, y que el siguid siendo un fonon een 2S (1841) repetia el gesto condenatorio; pero la esclavitud neral de la Conferencig fe feito hasta bien entrado el siglo XX; asi, el Acta Ge- Laye (1919) reiteran el py Bruselas (1889-1890) y el Congreso de Saint-Germain-en- Consejo de la SDN neg OPOsito de exterminar la esclavitud. Todavia el 12.6.1924 el en 12.9.1927, Bepat note tna Comisién informativa sobre l estado de la esclavitud La libertad jreitietfiea el Convenio internacional relativo a la esclavitud. sidad que of otic del trabajador se veia oscurecida en la prictica por la nece- See set obrero tenia de aceptar las condiciones contractuales que le fijaba el cada hea otra altemnativa que la del paro y la miseria. La situacién real del = aj eke irante los afios de la Revolucién industrial fue extremadamente dura; la tan alabada libertad de contratacién se traducfa en la fijacion de periodos de pres- tacién excesivamente dilatados, en la prolongacién de las jornadas de trabajo hasta limites inhumanos, en la falta de atencién patronal hacia la seguridad y la higiene de los locales y medio le s de trabajo, en la abusiva utilizacién de la mano de obra infantil y femenina, en los abusos en libertad te6rica del trabajador fue basicamente la denuncia ( la promulgacién de las prime materia salarial, etc. A estas limitaciones reales de la se hace referencia seguidamente, no sin advertir que ‘no siempre pacifica) de estos males la que condujo a ras normas de Derecho del Trabajo en sentido estricto. b) La duracién de los contratos de trabajo El Derecho liberal mostré en todo momento su oposicion a la contratacién de por vida, que sumia de hecho al trabajador en una situacién proxima a la escla- vitud; el Cédigo Napoleén consideraba en su Exposicién de Motivos que resulta anémalo que un trabajador contrate por toda su vida, y en su art. 1.780 disponia que el contrato de domésticos y, obreros sélo podria concertarse por tiempo cierto 0 para la ejecucién de una obra determinada, concepcién que pasé a otros Cédigos civiles (asi, art, 1.583 del CC espafiol: «el arrendamiento —de servicios— hecho por toda la vida es nulo» *"), Sin embargo, esta razonable prevencién legislativa no impidi6 que en los primeros tiempos de la Revolucion industrial fuesen frecuentes los contratos de largas duraciones, claramente abusivas (seis, siete o mas afios). ASHTON cita el caso de un contrato de trabajo celebrado por un periodo de veinti- cinco afios, asi como el mas extremo de «algunos fundidores de Gales del Sur que tuvieron Ia obligacién de prestar sus servicios hasta el fin de sus dias» *, Cf J, MaRTINEZ GinOw: Los pleitas de Derecho privado sobre esclavitud ultramarina en la juris- prudencia del Tribunal Supremo (1857-1891), Madrid, 2002. 41 M, ALONSO OLEA ha mostrado cémo la evolucién de las ideas sobre el trabajo avanza en un doble sentido: «se rechaza, de un lado, Ia posibilidad de que puedan constituirse contractualmente situaciones personales de servidumbre, y se afirma, de otro, que las prestaciones de servicios pactadas por toda la vida de quien se obliga a prestarlas[...] son en sf mismas serviles e inadmisibles, por tanto, como con- tenido de un contrato» («La persona humana y la prestacién de sus servicios», Anales RACMP, 1976, iim, 53, pag. 205). Paice: 1 Be ont: La revolucién industrial Bibl. cit), pégs. 116117. Escaneago con LamSca pnecHto DEL T RABAIO 8 4 etn limitacion oe tn ne -rcbit aaenemen ia de Ta ¥ 7 rs to ton aaa" iirecia de un derecho a la estar seq ve se partin acid temporal aed supucsto habitual at it ae neds $e reconnci (ida 84 y 1.586 CC) a an? Papel, : «entice Facultad de resolver unilateraimenn cong eel ca Ont % mn dle racine sino © trciin de signe COMET otal file. sari Hos comnts 4 y empress te (tatior nadas de trabajo arotongacin de las jor situacién en cuanto a duracion del contrat ropia situacion de sometimiento al etipresan Ios ty les; se acostumbra citar a an Tag ont © Tespegy lt limites increfbl horas a que se vieron sometidos inc} ‘ios. Asi se explica que cuando el Pai USO Tos 'Yecto de gs ado’ a Ia jornada laboral de los jéven " Ta les de dk retendia alcanzar una im a) P ortante conquists SOcial dares y en cul cee incrementaron hasta wree a diccis algnos no mayores de siete al Alonso Martinez (1855) limital cho aos a diez horas (art. 7) 4) Lax condiciones de seguridad e higiene ras jomadas —faciltadas por la invenci6 rs f as posimas condiciones de seguridad, ee lani : eel abajo a paride la Revolucin industial ie aitosasituacin dels trabajadores, especialmente de a ac saometdos a durisimas condiciones de trabajo y a grav as industriase, ent fo sin dda uno dels hechos que de un modo més Bei eee ‘ntervencién de los poderes pliblicos. iante reclamaron ides riesgos que 1a mecanizacién del trabajo habia ie ed afiadidura, a los gran % troducido se unia la completa falta de cualquier medida de prevencién y previ previsién A las largas y agotadot de gas— han de afadirse I dad en que se desenvolvié el social. ©) Eltrabajo de mujeres y menores 1 trabajo infantil, por otra ean, parte, alcanzé en tiempos d ion i mn ae Inada regions, como al deseo dels empresris de reducir los costos de pr” aaiaons shor neds re iae ee deni y mors come esa Tete ya la idea —muy extendida en la época— de la Fe edloee cn “4 ad adultos a las nuevas técnicas industrials duriltbre informe del Dr. Vitnoit ofrece datos sobreca fedores sobre # enovenis valizads ANU ORE Ce cai Ge siglo X0% 608 tucetados llegaban a cutmpir Ie sélo un 27 por 100 de os hij de los obreros pesos Heeb a cumpl los de aos. Numerosos ae baad moe afios. Estos mismos nifios, sont S lleste| trabajab™™ Escaneago com imsca cap. se ‘AP. LA REGULACION DEL TRABAJO A TRAVES DE LA HISTORIA 69 oan i ae leet Y diecisicte horas: «Esto no es trabajo a destajo; es ecotter deste Ine cae? 2 hills de seis a ocho afios, mal alimentados, obligados a Sei ees . la mafiana la larga distancia que los separa de los talle- dina autondad mnetia Por |a noche el regreso desde los mismos talleres». En 1871, na iad médica local inglesa «informé de que habia encontrado, todavia, a un nifio de tres affos en una fabrica de fosforos de Bethnal Green» Las condiciones en que se desenvolvia el trabajo femenino en las fébricas no cran superiores a las descritas; en ocasiones, la dureza insoportable del régimen de trabajo motivaba levantamientos y huclgas, como la célebre de 1888, alentada por la publicacién por Lady BESANT de un articulo sobre la situacién de las trabajado- Tas ocupadas en la fabricacién de cerillas #, f) Elrégimen salarial y sus abusos Por uiltimo, el desequilibrio entre la oferta y la demanda de trabajo, fundado esencialmente en la existencia de grandes excedentes de mano de obra, fue causa de los bajos salarios con que se retribuia al trabajador. Varios fenémenos contribuyeron ala consagracién de una estructura salarial que sumié al trabajador en la indigencia. De un lado, la insuficiencia de los salarios y el distanciamiento de las fechas de pago motivaron que el trabajador viviese perpetuamente del crédito, asumiendo la posicién de deudor crénico frente al empresario. Con frecuencia, el trabajador se veia obligado, para saldar su deuda, a trabajar con cargo a los salarios anticipados, constituyendo la suya una situacién de auténtica servidumbre. En ocasiones, inclu- so, la imposibilidad de que el trabajador enjugase sus deudas ni aun con su vincula- cidn vitalicia al empresario, determinaba que fuesen sus hijos quienes redimiesen el resto del débito, trabajando sin obtener compensacién salarial. De otra parte, no fue infrecuente en tiempos de la Revolucién industrial —espe- cialmente en las pequefias industrias— que los empresarios utilizasen pesas y me- didas adulteradas, con el objeto de recibir mayor cantidad de producto que la que ellos mismos habian entregado a los trabajadores para su elaboracién y transforma- cién, fomentando de ese modo la posicién deudora del trabajador, y su correlativa servidumbre de hecho. Finalmente, y como coronacién de estos abusos patronales, la Revolucion industrial asistié al nacimiento de un particular sistema retributivo: el régimen del truck. i El origen del régimen del sruck debe buscarse en un hecho tan simple como el de la escasez de moneda fraccionaria con que realizar el pago de los salarios. Fue esta escasez la que motivé tanto la practica del pago en especie como la retribucién por medio de fichas, vales o pagarés extendidos por el empresario. En un primer estadio, estos vales son aceptados como medio de cambio por los comerciantes, con el aval 0 garantia del empresario; mas adelante, la comprobacién de que los vales © P, Deane: La primera revolucién industrial (Bibl. cit.) pag. 159. 4 LerRaNc: Histoire du travail... cit., pig. 289. Escaneago con LamSca prnectto DEL TRABAIO ino asignandole srciantes St i. dos por bale a conslitise en abastecedy, or net eT os rem significativos del srg =a ra H stablecim: a les 0 meets expend 2 tena mat 5 Q sibilita on Spies © Pr a remand dt jos productos. Las consent i : =S mala calidte rabajadores y para su situacign sii cmos 1 Meontribuye de modo decisivg a gy Al, onomias ¢ ontr , end, jas eco 1 ruck 0 5 jie Uda o que el istado de sumisi6n vitaligi to sari ya sues a, lige no soli a exryo real pics trabajo cennjendos In rigider ¢ pTERMINANTE FACTOR DETE! NTO OBRERO, 2L TRABAJO v1 wow MON DEL DERECHO DE! pe LAAPA / i : Ja ala quiebra del sistema grem; jetariado, paral i r jal, ls pete Sn industrial en ree is Coot es log ta sustancial @ ctraordinaria fuerza id di srupacig Bt ors concent de, Surge de este modo el movimiento obrerg. ene ino le iin trad dvisin de clases propio de ls mj do como reaciGn as, sustentado por Ia burguesfa triunfante en la Revolueign’® wedades industna tn ia intencién de hacer una revolucién oboe" & Tal racine hechos revolucionarios de 1848 y en la prog manifesta en los importante” 1°Ftjene un doble origen: de un lado, el Toe de a Comuns de avo entre el trabaador y los medios de producciény® ar re i Sel apartamiento del proletariado tanto del capital como de fog fied ae rainy de to, surge dela aparicién de una conciencia de clase obrers re vsundy's los hitoradore la farea ingente de estudiar la evolucién del my, vimirto ober, interes a a eienca dl Derecho del Trabajo puntuaizar enw Inedda las accionesrevindicativas dl protetariado organizado han influido ee saparicion y consolidacién de las leyes laborales. i ' Podris distinguirse al respecto una doble linea de influencia del movimient obrero sobre el Derecho del Trabajo: — De un lado, la més ostensible de esas lineas consiste en la presién que e poder pablico recibe de organizaciones proletarias partidarias de la accién directa, de la violencia, de la solucién radical de la cuestién social. Frente al ataque frontal que supone la abierta negacién del Estado, la impugnaciéa de los partidos politicos a los que se acusa de traicionar la causa obrera “a rechazo de toda colaboracién con el poder, y, consiguientemente, la denut cia de la legislacién social como trampa destinada a integrar y disolver ls ae Pi, 13," NOE ARBUS y M, TURN DE Lata: Historia del movimiento obrero espaiiol (Bib. ct ic EF REY: Revolutionary Sindicaliom ‘same te de athe betrayal of antealism in France, Cambridge, 1970, pig. 53, habla precisa Hors any Cl asimismo, GH: Mateee he Hee lana Lo in Spas 1914-1923, Stanford/Calite Trabajo, ci, pigs. 155 ss," 1974 En esta literatura, . Monat ven Fucdommeaton de Dered Escaneago con CamSca CAPE LA REG REGULACION DEL. TRABAJO A TRAVES DE LA HISTORIA n luchas obreras, ef que persiguen ta atem ‘clo reacciona, precisamente, con medidas reformistas das ponales que menntcisn del conficto social (y, por supuesto, con medi- fio). Talon, 1 chen t, Meutralizar ta accion del obrerismo tevoluciona- . Tal es, ejemplo mas ca istic i i gobemantes frente si aracteristico, Ia continuada actitud de los los movimientos anarco-sindicalistas. — De otto lado, la segunda de es i! optativa (posturas radicates, general actitudes as lineas se mueve en una continua tension ris cats Posttras moderadas), aunque adoptando en _ is constructivas desde ef punto de vista de la relacién tera ad Diblico: frente ala acracia se defiende la autoridad, fren- revolucién total ¢ eesti la participacién politica, frente a la idea de la posible y lentay so umittente se sustenta la mis pragmitica de Ia evolucién 80 ebelerticio ‘ no fon tehttye la colaboracién con el Estado, se acepta inclu- ello, no se roche etumciones en el aparato estatal, y, como corolario de todo Piblico. Tal co. aos Hrutos lexislativos de una accién reformista del poder Gel movimiegg) reise como ejemplo mas significado, la posicién prictica ve it® Soialista —sin perjuicio de sus postulados tedricos de indu- dable tadicalismo: conquista del poder por la clase trabajadora, colectiviza- cién de la propiedad de los medios de produccién, desaparicién de las clases sociales...—. De aqui, el estimulo que esta tendencia ofrece al reformismo estatal, y de aqui también la abierta colaboracién que lega a producirse en algunos periodos entre el movimiento socialista y el poder politico. En definitiva, esas dos lineas basicas influyen poderosamente —queriéndolo una de ellas, rechazéndolo la otra— en la intensificacién del proceso legislativo en materia laboral, dificilmente comprensible si se orilla el hecho histérico de la pre- sién del movimiento obrero. 4. EVOLUCION DEL DERECHO ESPANOL DEL TRABAJO Prescindiendo de mas remotos antecedentes, y aceptando la fecha con la que tradicionalmente se abre la historia de nuestro Derecho del Trabajo (la fecha de la Ley de 24 de julio de 1873, sobre trabajo de menores), pueden distinguitse los si- guientes periodos en la evolucién de las leyes laborales de Espafia: 1° LA PRIMERA LEGISLACION SOCIAL Sin ningiin propésito sistemético, y como fruto de preocupaciones mitad filan- trépicas (proteccién del trabajador individual) y mitad defensivas (proteccién frente al movimiento obrero), se sucede desde 1873 hasta 1917 un largo capitulo legisla- tivo en el que se colocan las primeras piedras de lo que ha de ser un futuro Derecho del Trabajo”, © Chr, A. MonTovA MeLcar: Ideologia y lenguaje en las leyes laborales de Espaia (Bibl. cit.), pigs, 31 ss. Escaneago con LamSca

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