LA AVENTURA
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LUDMILA,
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DESDE EL EXILIO
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NicosV.O.S.E. here!
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| alogrande
CONSULTA SESIONES EN KINEPOLIS.ESEL PAIS
SEMANAL
2.395
18
Reportaje. Juan
yPe, la pelicula
iuan diego digo
Entosmageres yausmiga
Fendlope Crzlaproaice
yorouenia
30
Fotoensayo.
Lanzarote, belleza
al vacio,
Elbelga Emmanuel Tors
‘etratalo cotialano yhasta
ordinatio deaisla
yloconerte entice
36
Entrevista.
Eugenio Lépez-
Chacarra
“EnEspafa no hay nivel
suficente parapreparate y
Vii del got, dies esta joven
piomesa del depore.
42
Viaje. Amazonas,
una locura fluvial
Unrecoride de 6000
Klometios, dese Fert hasta
brasl.sn comodidaces pero
ccontodala aventura
48
Perfil. Liudmila
Ulitskaya
Lacsertora usa dejo supa
cuando empez6 a queria de
Ucrania. Nos amos con ela
ensuextioberines.
54
Relato.
Dos de agosto
Elescrtor cértabro uan Gomez
Barcens nos enega una
fascinate historia que sucede
fon unamismanabstacon
enddos épocas stints
6 ElatlasdePandora
Irene Vallejo
10. Laimagen
Jan Jose Milas
74 Palosdeciego
lavierCercas
Fotografia de portada
Nico Bustos, Estlisme:
‘Juan Gebsisn
Penélope Crur vito bodi
¥ falda de Michae! KorsJuan Luis Gebrién
Carlos Nufiez
Pepa Bueno
Eugenia dela Torriente
Belinda Sa
Diego Areso
Gorka Lejarcegi
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SED ves Camos ua
HH Oso
@olpaissemanal
POR LINIERS.
EN PORTADA,
Dosamigosy una pelicula. Se conocieron hace tres
décadas, cuando ella era la alumna mas joven —habia
mentido con su edad— de la Escuela de Interpretacién
Cristina Rota y él, un afio mayor, el hijo de la mujer que ha
formado a algunos de los mejores actores de este pafs. Han
pasado los afios, y aunque no han coincidido en pantalla en
demasiadas ocasiones, Penélope Cruz y Juan Diego Botto
han mantenido una amistad real, de aquellas de cenar con
regularidad y contarselo todo. Y en estas estaban cuando
Botto por fin decidid debutar como director y Penélope
oficializar su papel como productora. En los margenes, que se
presentard en el Festival de Venecia y llegard a las salas el 30
de septiembre, es un filme social y realista, comprometido,
como su director. Ademas, encaja ala perfeccién en el tipo
de proyectos con los que su protagonista y productora
ahora mismo mdsle apetece involucrarse. et rais
HA COLABORADO
Nico Bustos. Este fotégrafo que empezé su carrera en Barcelona en
los affos noventa es uno de los mas exitasas y talentosos del pais.
Colaborador habitual de £7 Pais Semanal, en este ntimero firma la
portada y el reportaje interior con Penélope Cruz y Juan Diego Botto,
Fe do orrores. En ol rolato do Lucia Litmaorpublieado on ol nimoro anterior (2894, 14 do
‘agosto de 2022), la lstracién aparedt frmada de forma incorrect, La autora es Maria Med,®£ OLIMENTOS
ia 2018116)
VARIEDAD EN TU COCINA
CALIDAD EN TU MESA
z
Pasi
eaten
MTN oN
Rae ue aIrene Vallejo
EL ATLAS DE PANDORA
Placeres en las ciudades malditas
ESCANSAR ES UNA tarea que requiere
meétodo, dedicacién y voluntad, “Estoy
de vacaciones’, zanja tu hijo. Para él es
un derecho sin fisuras, ineondicional,
urgente, un empefio que ejerce con
disciplina. Mientras el colegio esté ce-
rrado, la nica obligacién es eseabullir-
se de cualquier actividad remotamente itil. Una sola
maxima rige estos meses: no hagas hoy lo que puedas
procrastinar también mafana.
Las etimologias dan la razén al obstinado gandulear
del nifio. La palabra vacaciones’, que proviene del latin,
comparte raiz con “vacto". Ala misma familia pertenece
“vaganeia’, en la que ya se insinia un matiz de reproche,
tuna sospecha de fata de laboriosidad. EI rendimiento del
negocio exige no rendirse a ocio. En una época que ineita
alllenar cada instante y trabajar desde casa mas alld del
horario laboral, resulta subversivo interrumpir las tareas
en nombre del deseanso. Incluso nos sentimos culpables
si nuestras ocupaciones no tienen la angustiosa presién
de la prisa: nos ensefian a preferir Ia asfixia al vacio.
Los relatos antiguos tienen una peculiar aficién por
las maldiciones y destrucciones. Significati-
vamente, las ciudades borradas de la faz de la
tierra no eran nunea las mds belicosas y agre~
sivas, sino las que tenian mala reputacién por
amar los placeres y la buena vida. Sodoma y
Gomorra fueron rieas capitales cuyos habi-
tantes, en un periodo convulso de invasiones,
sguerras y saqueo, deseaban gozar la existen-
cia. A ambas las aniquilé un terremoto acompanado de
explosiones de gas. El Génesis lo interpreté como un
castigo de Yahvé a su prosperidad, indoleneia y apeti-
tos sexuales. El inico hombre salvado de la eatastrofe,
Lot, eseapé dando la espalda a aquella tierra que hu-
‘meaba como un horno. Su esposa, tras volver la eabeza
con nostalgia 0 pena, fue convertida en estatua de sal.
La famosa Sibaris, que daria nombre a todos los si-
baritas del futuro, fue fundada por emigrantes griegos
en el sur de Italia, Era una metropoli de riqueza fabu-
Tosa y sus ciudadanos tenian gustos poco complicados:
amaban simplemente lo mejor. En la actual Paestum,
colonia de Sibaris, las pinturasde la Tumba del nadador
muestran todavia hoy uno de sus alegres banquetes. Se
6 elpaissemanai@elpais.es
cuenta que hasta sus caballos aprendieron a bailar al son
dela musica, Odiaban madrugar tras las fiestas, asi que
hicieron realidad la fantasia contemporinea de prohi-
bir los despertadores: no se permitian gallos dentro del
perimetro de las murallas. Diodoro de Sicilia atribuyé
la pujanza de Sibaris su costumbre de conceder la ciu=
(aannenenesere
pesca paraalimentarnosdela —__decomidacaljers
vida de estos rios de los que 3 puntodelas
jams nadie vio el fondo. Sa- tes trniras
lidas en canoa por la noche a
paradisfrutarde esas peque- 4, Eneubjertala forma
fiaslamparitascirculares yes- inde bersta de oruzar
titicas, agrupadas de dos en cl Amazonas
dos, que las crias de caimin Un barco abandonado
sacan sobre la superficie para cenlqutos Peri
no vernos llegar. Avanzamosa
por nuestra cena, a la caza del pez mis preciado, el maca-
code agua, que en lanoche sale a flote a comer insectos y
que el arpén con tridente de Tueaniti somete sin dificul-
tad, Su carne blanca y sabrosa al fuego acompanada del
licor de no sé qué hierbas son el homenaje y antesala del
golpe de suerte postrero. Al dia siguiente, una anaconda
deseis metros enrollada sobre sirmisma echando la siesta
en.un manglar, vista desde una frégil canoa de madera de
ceiba que hice tambalear con mis espasmos, Tard varios
dias en difuirse el nivel de serotonina de mi organismo,
mientras un nuevo ferri avanzaba camino de Santarém.
y Alter do Chao, un paraiso de playas con aguas eristali-
nas del rio Tapajés al que aqut liaman Caribe brasilefo.
De nuevo cambia el perfil del viaje. El barco navega
contra el oleaje que entra rio arriba desde el Atlintico,
Ia anchura del cauce aqui parece no tener limites, todo
se compra y se vende en las paradas del bareo y muchos,
pasajeros cumplen con la tradicién de lanzar por la bor-
da regalos para los nifios que con sus madres llegan en.
pequehas lanchas. Tras varios dias de playa y deseanso
toca enfrentar el final del periplo, la navegaeion serpen-
tea entre los miles de islas de un estuario que aleanza
los-240 kilémetros de ancho hasta llegar a Belém, desde
donde un titimo ferri recala en Tapajés, la isla fluvial
mas grande del mundo, poblada por los biifalos de agua
que perdié algiin barco astitico hace siglos y en la que
las bicicletas no tienen frenos.
Sentado en mi hamaca, que esta vez cuelga de dos ér-
boles de un jardin, trato de convencerme a mi mismo de
que estoy cansado. Me cuesta reconocerlo, Arrangué un
afio antes a orillas del cabo de Hornos, en la Patagonia
chilena, yaiin estoy digiriendo algo que no sé qué es y me
cosquillea las entrafias tras estos meses sureando la Am
zonia. Releo Los perros romenticas, el suelo que viviaen
elvacio de mi espiritu (.) va veces me volvia dentrodemiy
Visitaba ese suefio:estamta eternizada en pensamientos Ii
uidos, un gusano blanco retoreiéndose en el amor”. —es
VIAIE
StL sar gaat APERFIL
Liudmilacay Steinigeweg
i tee Su aaa agredié a Ucrania, esta escritora,
ET loscui y se instald en Berlin.
(i el ora delBooker Rusia y del
i BAYT et SoS noe
i %PERFIL
1 PISO EN el que ahora vive la eseritora
usa Liudmila Ulitskaya (Dableknovo,
79 afios) huele al humo de sus cigar
Ios ya lo que huelen las cosas provi
sionales. Esun apartamento moderno
de dos dormitorios, con las paredes
lisas y pintadasen gris topoy beis. Co
lores de hotel impersonales. Aun sit
haber estado en la casa de Liudmila
Ulitskaya, queda claro que este piso
berlinés no tiene nada que ver con su.
habitante a pesar de ser de su propie-
dad. De hecho, ella misma lleva solo tres meses viviendo
enél. Antes estaba alquilado. “Esta no es micasa, estas
no son mis cosas, todo es ajeno”, dice ante la pregunta de
si se pueden fotografiar los rincones del apartament,
Nada mas entrar en la habitacién que reine en un
mismo espacio el salén, el comedor y la cocina, una es-
tanteria con apenas una veintena de libros recibe al vi
sitante. Entre los titulos destacan bestsellers en inglés y
aleman. No es latipica libreria que esperasencontrar en
lacasa de la escritora rusa viva més consagrada, ganado-
adel Premio Booker de Rusia en 2001 (la primera mujer
cen obtenerlo) y dos veces galardonada con el Premio Na~
ional Gran Libro, entre otros muchos internacionales El
iiltimo galardén con el que ha sido distinguida es el Pre~
mio Formentor de 2022, que reeibird en Gran Canaria en
septiembre. Sus 10 novelas han sido traducidas a mas de
30 idiomas, Pero Ulitskaya, que vive de la eseritura, dice
que yano le importa la escritura. “He disfrutado toda mi
vida deo que hacia, ahora ya no disfruto hacténdolo, ast
que he dejacio de escribir’, asegura sentada tras la mesa
de comedor que ha convertido en su escritorio. Sobre
la superficie tiene varias Iibretas, boligrafos baratos y
el portatil que no apaga en ningtin momento durante la
conversacién, No ofrece café ni un vaso de agua A lo lar=
go de la conversacién solo se levanta un par de veces:una
& por un mechero y otra a por un cenicero. Responde a
las preguntas con frases coneretasy més de una vez dice
“habla més alto” en tono autoritario. Esta empezando a
‘quedarse sorda, Al igual que en sus libros, no le gusta dar
‘vueltas. Sus palabras son claras. Sus ojos del color de los
pinos brillan con la dureza de quien ha sabido hacerse
tun lugar en el mundo siendo fiel a su moral. “Desde mi
nacimiento, experimento una aversién radical hacta la
politica. No solo no me interesa, sino que me repele. Lle-
vo toda mi vida huyendo de ella igual que huyo de mis
relaciones con el poder”, conflesa. Ultskaya vive comost
supiera que realmente no quedan muchos mas minutos
que gastaren lo superfluo.
Empez6 a eseribir tarde y sin apenas formacién lite-
ratia, lo que durante afios, ya pesar de todo el recono-
50
cimiento recibido, le hizo sentirse una “eseritora novel”
Su primera novela, Soniechka, fue publicada en 1992,
cuando ya tenia 49 aftos. Antes de escribir, vivid, Nacié,
en 194g en los Urales, hija de padres desplazados por la
Segunda Guerra Mundial, nieta de dos abuelos que cum-
plicron condena en Gulags por ser demasiado judios y
demasiado intelectuales para la Unién Soviética. Sien~
do muy pequefia, sus padres volvieron a Mosci, donde
creci6 y vivie hasta marzo de 2022, Unas semanas des
pués de que Rusia invadiera Ucrania, se mudé a Berlin.
Ulitskaya no quiere que nadie se dirija a ella usando su
patronimico, Evgenievna, a la manera rusa. Pide que la
llamen Liudmila, Sus amigos a llaman Lus‘ka. Asegura
que su primer recuerdo es el de su madre llevandola en
brazos mientras abandonan la easa en la que nacié para
volver a Moscii El segundo es su bisabuelo leyendo la
Tord, “Moscti es una ciudad muy agresiva y trata muy
‘mal a los que Megan. Berlin es amable e indiferente”,
dice. Indiferente en sus labios suena.a una cualidad posi
tiva. A libertad o a independencia. Dos condiciones que
han marcado su vida en varios momentos y que luego
han definido su identidad y su eseritura.
Antes de ser escritora, Ulitskaya fue cientifica. Se
gradué en la Facultad de Biologia de la Universidad
Estatal de Moseti y trabajé durante dosafios en el Ins
tituto de Genética General de la Academia de Ciencias
de la URSS. En las paginas de internet sobre su vida
aseguran que en 1970 Ulitskaya dimitié de su trabajo,
pero la realidad es que fue despedida. Ese fue uno de
los primeros momentos en los que hizo pleno uso de
su libertad, Después de que los tanques rusos inva
dieran Checoslovaquia, la ya fallecida poeta e intima
amiga de Ulitskaya Natalya Gorbanevskaya organiza~
tba mitines en las plazas contra la invasi6n mientras en
las academias cientificas, los altos cargos dirigentes
preparaban lo que la eseritora bautiza a la manera de
Orwell como “dos minutos de odio” contra los instiga-
dores de las protestas. Como trabajadora de laborato~
rio, Ulitskaya estaba obligada por el Partido Comunis~
ta.a acudir a esas reuniones.
“En una de ellas me senté al
lado de Ia puerta, pero cuan-
do habia que votar, results
que la puerta estaba cerra-
da. Asi que crucé toda la sala
bajo un silencio sepuleral y
sali’. Asi fue como perdié su
trabajo, su tesis, su laborato-
rio y su profesién, la que de
verdad ha sido la pasién de
su vida. “Tuve que eambiar
de profesién, pero si tuviera
En la pagina siguiente,
de artiba abajo, Liudmila
Ulitskaya, junto a su
‘mario, el artista ruso
Androl Krasulin, on su
testudio de Nosou en
mayo de 2021. Uno
do los numerosos
1e pueblan
la biblioteca de su casa
‘en Belin, La eecritora,
usa recoge oa Moscd,
‘en junio de 2036, o
Premio Gran Libro.“Experimento una aversion
radical haciala politicadesde
minacimiento. No es que no
meinterese: me repele”“Vladimir Putin vive con
lasensacion de tener el
mundo en sus manos;
yencierto sentido es asi”
52
que elegir de nuevo, optaria por la genética, porque no
hay nada més interesante que el intento de descubrir
ese secreto de la naturaleza’, sostiene. No volvié a tra-
bajar jamais para el Estado.
EI segundo acto de rebelidn lo protagonizé unos
afios después y lo considera una de las cosas mas va-
lientes que ha hecho nunea: se divoreié de su segun-
do marido. Llevaba una década casada también con un
genetista y habia tenido con él a sus dos iinicos hijos,
Alexei y Pyotr. En el momento del divorcio, los nifios
eran pequefios yella no tenfa trabajo. Asi fue eomo ast
mid el rol de vida femenino del que tantas veees volveria
escribir después en sus libros: el de madre que saca a
sushijosadelante sola, tan comtin en la Unién Soviétiea
después de la masacre demogréfica masculina de la Se-
gunda Guerra Mundial
Fueron precisamente sus hijos los que la conveneie~
ron para que se marchase de Moseti despues de que Ru-
sia invadiera Uerania. "Hablando claro, yo ni siquiera
tomé la decision de irme de Rusia. En marzo lleg6 mi
hijo mayor y nos dijo que recogiéramos todo répido y
préeticamente nos evacué de la casa’, recuerda Ulitska-
ya, Cuando se fue de alli, lo hizo con una maleta de siete
kilos. Una maleta tamafio cabina que almacenaba sus
casi ocho décadas de vida. “Con Ia edad vas perdien-
do el apego a las cosas’, confiesa. "Me llevé dos paresPERFIL
de pantalones, dos jerséis, una chaqueta..”, enumera a
la manera en la que lo hizo el escritor ruso disidente
Serguéi Dovlétov en su libro La maleta. Lo tinico que
Ulitskaya conserva de su casa son unas fotografias ama-
rillentas sujetas a varios folios blaneos con alfileres. ¥
ni siquiera se las ha trafdo ella, sino que se las mand6
tuna amiga desde Mose.
Ulitskaya ya era una escritora incluso antes de escribir
tuna sola palabra, Era disidente aun publicando en Rusia.
Exiliada antes de hacer la maleta. Tras su despido y su
divoreio, secasé con el artista Andrei Krasulin (87 afi09),
su tercer marido y el hombre del que se enamoré hace
45 afios. También el que la vio convertirse en eseritora,
elqueestuvo con ella cuando superé un céncer de mama
vel que la ha acompaftado al exilio, A finales de los afios
setenta le ofrecieron un puesto como directora del Teatro
Musical de Camara Judo, donde empez6 a eseribir obras,
de teatro infantiles y ensayos. Durante los tres afios que
estuvo trabajando alli, descubrié que la literatura podia
llegar a ser su nueva profesién y en 1982 realiz6 un cur
so de escritura para animacién. Después mand varios
relatos a distintas revistas. Todos fueron rechazados. Su
primera narracién fue publicada en 1990 en la revista
(Ogonyok (‘pequefia Hama” en ruso). ¥ entonces recibi6 la
llamada del escritor ruso Serguéi Kaledin, Fueron ély su
esposa quienes se ocuparon de editar su primer libro de
relatos, Pobres parientes. Dos afios mis tarde llegaria su.
primera novela, Soniechka, que recibis el premio francés
Médicis Etranger. La genetista se convirtié entonces en
tuna eseritora conocida en todo el mundo.
“Sime prohiben publicar, pues no me publiearén, no
tiene una gran importancia hoy’, sostiene cuando se le
pregunta qué pasar con sus libros ahora que se ha ido
de Rusia, En 2014, cuando comenzé la guerra en el este
de Ucrania, Ulitskaya ya se mostré critica con el poder y
con Vladimir Putin, Durante su viaje a Salabungo para re-
coger el Premio Estatal de Literatura Europea de Austria,
eseribié un ensayo para la revista Der Spiegel titulado’Mi
pais estd enfermo. En el ensayo decia: “Mi pais cada dia,
acerca al mundo a una nueva guerra... Adiés, Europa, me
temo que nunca seremos parte de la familia europea de
pueblos. Nuestra gran cultura, nuestros Tolstoy Chéjov,
Chaikovski y Shostak6vich, nuestros artistas, actores, f+
losofos y cientificos hoy, tan incapaces de impedir las,
politieas de los locos en el poder”.
Hoy Ulitskaya no duda de que la guerra en Ucrania es
tuna guerra europea. “Ya estamos dentro de esa guerrato-
tal, Para mila guerra total de Europa empez6 el 24 de fe-
brero,cuando ofen la radio que habian mandado tropas.a
Ucrania entendi que habia empezado la guerra”. Sobre los
‘motivos de Putin para comenzar la agresién, la escritora,
‘opina que no esimués que un intento de propia superviven
Ludmila Ultskaya, en su
‘partamento de Bertin,
‘ludad ala que se mud
nada mas nila fa
gresibnrusa contra
Usrania. La eseritora
es muy pesimista con
respectoal presente y
futuro do su pais, al que
‘considera “enfermo”
por culpa de Putin
cia, “Para que el poder de hoy
se mantenga donde est, ne=
cesita tener un arma poderosa
comoesla guerra, Decit frases
‘como que hemos sido ataca-
dos o debemos defendernos,
porque el relato oficial es que
Rusia se esta defendiendo..
De quién? esa es la pregunta”
Ulitskaya, que sostiene
que la cultura debe estar por encima de la politica
porque “Ia politica solo es un fragmento de la cultura’,
‘nunca ha dudado en dar su visién sobre la politica rusa,
‘Aunque esa guerra total de la que habla ahora mismo
Jaha expulsado de su hogar moscovita la ha situado en.
tun piso berlinésy le hace tener la sensacién de vivir en
tunestado de irrealidad. “Todo esto es como un mal sue~
fio, Realmente es un mal sueio, No tengo en absoluto
la capacidad de imaginar lo que tiene nuestro lider en
su cabeza, Pero que Vladimir Putin tiene la sensacién
de tener el mundo en sus manos es incuestionable. Y
en cierto sentido es asi. Es una poteneia nuclear. Una
potencia nuclear demente”
‘Antes de despedirnos, confiesa que la verdad es que
sigue escribiendo a pesar de que al prineipio de la con-
versacién declaré que ya no lo disfrutaba. “Hace unos
dias terminé un relato. Ocurre aqui, en Berlin, en una
parada de autobiis’, cuenta y, por primera vez, su tono
se suaviza yella sonrie, No sabe silo publicars. “Toda mi
vida he escrito solo para mi’, declara. En estos dias en
los que ha empezado la vida de cero, Lindmila Ulitskaya
se ha agarrado a los relatos de los disidentes rusos que
emigraron a Alemania en 1922, hace justo 100 affos. “Y a
‘Nabokov, siempre Nabokov. Soy una hedonista, Disfruto
tanto de las palabras que realmente me dan igual la tra-
‘ma o las consideraciones filoséficas del eseritor. Lo que
ime interesa es el trabajo que hace con las palabras. En
Nabokov es asombroso”.
Ulitskaya nos acompatia hasta la salida de su urbar
zacién, construida sobre el iugar donde antes estaba el
‘muro de Berlin, Aleruzar el parque infantil situado entre
Jos bloques, alza la vista y sefiala un balesn del tercer piso:
—Parece que mi vecina de arriba tiene una selva ahi
El baledn, lleno de plantas, contrasta con el de Ulits-
kaya, en el que solo hay un tendedero raquitico.
{No va.a comprar plantas?
—No. Nilo he pensado. Tampoco las tenia en Moscit
Son muy dependientes: te obligan a estar siempre pre~
‘ocupada por ellas y, cuando te vas, te obligan a pedirlea
alguien que se ocupe. A mi no me gusta pedir.
La libertad ¢ independencia radical como forma
de vida. -ers
53,Dos de agosto
por Juan Gomez Barcena
ilustracion de Elsa Suarez Girard
RELAT
habitacion, dos épocas
distintas. Agustina y
Macarena pasan la noche
en vela. El sueno de una
es la pesadilla de la otra.
Tal vez el amanecer pueda
resolver el enigma.
54N DOS DE agosto de
quién sabe cudndo.
Por ejemplo, de 2022,
Por ejemplo. El sol en
Io alto: abajo, un pue-
blode Cantabria, Una
treintena de easas de
piedra dispersas por
entre los eucaliptales,
no lejos del mar. Es
verano de 2022, pero
también es verano de
1797, entonees ya no
hay eucaliptos, sino
robles autéctonos, y es verano del afto 723 antes de Cris-
to, yentonces hay roblesautdetonos pero ningiin pueblo.
Perono, no es tan atrés: es el verano de 2022 y como mu
choes, también, el verano de 1797. Un pueblo y una casa
Ta misma casa, que se repite en ambos tiempos como un
eco que no cesa. Un zaguiin con un abrevadero para que
beban las vacas de 1797, convertido en un porche con si=
Hones de mimbre y una campanilla de bronce para que
los turistas de 2022 llamen a recepeién. Un baleén que
ya no tiene colgadas panojas de maiz sino tres bande
ras descoloridas: Cantabria, Espafia, la Unién Europea.
Posada San Tirso, dice el letrero. Ningiin letrero en 1797,
para que, sien ese pueblo east nadie sabe leer, yademis
ningtin forastero necesita hospedarse: quién querria,
Es el verano de 2022: las once habitaciones de la po-
sada llenas yen una de ellas —Ia habitacién que la duefia
dela posada llama pomposamente Suite Mar y Tlerra—
duerme Macarena. Sélo que Macarena no duerme y
tampoco est exactamente sola. Ha pasado la mitad de
lanoche con los ojos clavados en el techo, dando vueltas
ymis vueltas mientras a su lado ronca Martin,
Es el verano de 1797: la misma habitaetén y puede
que incluso la misma cama —Ia habitacién que Haman
simplemente el cuartuco de la Agustina— yen ella ests
durmiendo, claro, Agustina, S6lo que Agustina no duer-
‘me y tampoco est exactamente sola. Ha pasado las il-
timas siete horas retorciéndose de dolor en esa misma
cama, tronchando entre los dientes un palo de ciprés
tras otro, y desde hace poco menos de una hora ya no
hay dolor; sélo la tristeza honda de tener entre los bra~
z05 un bulto que bulle, todavia rojo de sangre y todavia
sin nombre. El Pecado. La Deshonra. El Oprobio de la
Familia, Asise llama. Asi, al menos, viene llamandolo la
madre de Agustina, desde mucho antes de saber si seria
nifio o nifa; desde el mismo momento en que el vientre
de su hija comenzé a hineharse el otofio pasado, para su
desgracia. Y ahora estin ahi, el nifio sin nombre en los
brazos de Agustina; Agustina en la cama, con el rostro
56
perlado de sudor y de higrimas: la madre de Agustina
en la jamba de la puerta, con los brazos eruzados y los
‘ojos secos de rabia.
—Qué vergiienza, Agustina, Qué vergilenza tan gran-
de has traido a esta familia...
Y Agustina que mira la manita agarrada a su dedo
indice, avergonzada y al mismo tiempo preguntindose
ccémo esa manita puede ser motivo de vergtienza.
Eso es exactamente lo que desea Macarena. Una ma
nita que se agarre con fuerza a su dedo indice. Un nino
una nifia: tanto importa. Puede que incluso lo desee
demasiado. Por eso Martin y ella estan abi lejos de Ma
Grid, pasando las vacaciones en esa posada rural con
47 estrellas en TripAdvisor y las palabras “relajante”,
“reparador” y “paraiso” eseritas hasta catoree veces en
los comentarios de usuarios: porque necesita pensar
en otra cosa. Porque cuando nuestra mente se empe-
fha demasiado en lograr algo, a veces nuestro cuerpo se
bloquea. Nuestra nifa interior pide un break. Nuestras
hormonas dicen enough. Estas podrian ser palabras de
la kinesidloga de Macarena o de su naturista 0 incluso
desuacupunturista, pero son, en realidad, palabras del
médico que lleva atendiéndola tres afios en una clinica
de reproduceién asistida. De un tiempo aesta parte todo
€ confuso en la vida de Macarena: su naturista le habla
del ADN y de microbiologia, mientras que su embriélo~
ose siente autorizado para hablarle de nifiasinteriores,
de deseos reprimidos, de chakras. ¥ de paciencia: sobre
todo de paciencia. No tengas prisa, Macarena: tienes que
pensar en otra cosa. ¥ ahi estan precisamente ahora,
Macarena y Martin, tumbados en la cama de la Posada
San Tirso ~jjun lugar para desconectarse de todo y de
todos!!!—; Martin roncando desde las once y cuarenta
y-cineo de la noche y Macarena con los ojos fjos en el
‘echo; Macarena pensando en ese nifio que no, en esa
nia que no, todavia. Siempre la misma imagen: ella en
Ja cama, sosteniendo a su bebé entre los brazos —toda-
fa rojo de sangre; todavia sin nombre—. Llora el nifio
yllora también ella, ;Por qué podria Horar una madre?
Porque es demasiado feliz, claro; sélo por eso.
—Qué verghenza tan grande, Agustina, Qué humi-
acién para todos los Sanchez que fueron, que son y
que sera,
El padre de la criatura era un peregrino que iba ca
zno de Santiago; un hombre que habia pasado eneel pueblo
un solo dia, y de ese dia no més de una hora tumbado en
Jaera,con Agustina. La culpa, razonaba su madre, era de
Ja propia Agustina: porque no dijo que no. Quesi tampoco
dije, madre, responde Agustina, que ciertamente no tuvo
tiempode decir muchas palabrasantes de que el forastero
se learrojara encima. En fin, resuelve su madre con un re-
soplido: de un modo u otro, el dafo estaba hecho. Eldafio