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Material utilizado con fines | exclusivamente didacticos MARIA EUGENIA G. T. DE PODESTA 7 e@ ALEXIA RATTAZZI SONIA W. DE FOX AIQUE JOSEFINA PEIRE (COMPS.) Educactén {CCION EDITORIAL Diego F. Barros Direccidn o& CouscciOn Maria Eugenia G. T. de Podesté Evicion Rosalia Munoz Coraeccién Cecilia Biagioli JEFATURA DE GrArica Victoria Maier Diseno Tara Fernando Schiumerini ~ Café Imagen DiseRo ¥ DIAGRAMACION TestA west ussrascioa Water Garla erence = Pablo Sibione HEINECO sanandres El cerebro que aprende una mirada ala educacion desde las neurociencias / Maria Eugenia De Podesta. etal. - ad. - Buenos Aires :Aique Grupo Editor, 2013. 216 p.;23n6 em. (Neurocencias y educacién Marla Eugeria De Podests) ISBN 978-987-06-05464 1. Ciencias de la Educacion. 2. Pedagogia |. De Podest, Maria Eugenia 00 370 (© Aique Grupo Editor S.A. 2013, Francisco Acuna de Figueroa 352 (CriB0AAF). Ciudad de Buenos Aires. ‘Teléfono y fax: 011) 4867-7000 Email: edtorial@aique.com.ar -htspi// wwwaiquecom.ar Hecho el depésito que previene la Ley 11733. Librode edicion argentina ISBN 978-987-06-0546-1 Primera edicin [Nose permite a reproduccin parcial o total, el slmacenamiento, el alquiler, la transmisin ola transfermacign de est libro, en cualquier medio, se electrénica @ mecinico, mediante fotocopias, digitalizacin wu otros métodos, sn el permiso previo y escrito de editor, Su infraccin ests penada por las leyes 11723 9 25446, sta edicin se terminé de imprimir en actubre de 2013 en Primera Clase Impresores, California 1231, Ciudad de Buenos Aires. wees: Una vision macro sobre éddénde estamos hoy con neurociencias y educacion? Dr. Carlos Javier Regazzoni Dice Platén en Las leyes que la educacion es él tinico medio que tiene el hombre para volverse excelente, Y esta compleja “..técni- «a colectiva mediante la cual una sociedad inicia a su generacién joven en los valores y técnicas que caracterizan la vida de su ci- vilizacion..” (Marrou Hi, 1965) tiene profundas implicancias no solo culturales sino también biol6gicas. En biologia los procesos y los 6rganos son realidades sinérgicas. Y este modo de relaciona- rmiento entre estructura y funcién sobresale en el caso del cerebro humano, Estamos escritos en lenguaje biol6gico, pero no esta- mos determinados por él. Tal modificaciéon de los dictamenes de nuestra estructura orgénica viene dada paradigméticamente por la educacién y el aprendizaje. Los seres humanos podemos apren- era hacer las cosas “naturales” de manera diferente, y podemos ademas superar los limites impuestos por nuestra realidad orgé- nica gracias a estas facultades de alguna manera “plisticas”. a EL CEREBRO QUE APRENDE El cerebro humano es el érgano mas relevante para el proceso educativo, hecho que explica por si mismo la necesidad de conec- tar su estudio cientifico con nuestra comprensién de la educacién (Goswami, 2008). En efecto, las dos diferencias mis importantes desde el punto de vista biolégico entre el ser humano y todos los. ‘monos y chimpancés son la longevidad, el ser humano vive va- rias veces més que casi todos los animales, y el tamafio de nues- tro cerebro, también es varias veces superior al del mono (Kaplan y Robson, 2002). Por otro lado el tamaiio cerebral y la longevidad son hechos fuvertemente asociados, lo que nos referencia afin mas Ja neurobiologia como herramienta indispensable para compren- dernos y superarnos. Las neurociencias cognitivas podrian en lo te6rico, y deberian en la préctica, influir en nuestras concepcio- nes sobre el aprendizaje y las estrategias pedagégicas. La biolo- gia no es destino, y es notable el papel que la experiencia tiene sobre la formacién de la mente. La neuroeducacién es un érea {nterdisciplinaria en ciernes, que combina las neurociencias, la psicologia y la educacién para intentar crear mejores métodos de ensefianza y programas de estudio. Este nuevo campo va toman- do mayor relevancia debido a que la neurociencia esté obtenien- do una comprensién més sofisticada sobre cémo la mente de los jovenes se desarrolla y aprende, Las neurociencias contribuirin a la educacién fundamental- ‘mente en tres areas: primero, aumentaran nuestra comprensién de las bases neuronales del aprendizaje; segundo, permitiran identificar personas con dificultades en el aprendizaje, lo que po- sibilitard el desarrollo de estrategias particulares para este grupo de nitios; y tercero, seguramente con los avances de las neuro- ciencias se podran resolver debates de larga data en el campo de la pedagogia, hoy irresueltos. Los seres humanos nacemos, tanto desde el punto de vista cul- tural como cerebral, inmaduros, Debemos aprehender la cultura cen que vivimos, y a su vez el cerebro debe madurar en lo anaté- ico y fisiolégico completando sus conexiones, redes neurona- les, y la quimica que constituye el eje de su funcionamiento, Y el aprendizaje como parte de inclusién en la cultura constituye el 2 LWA VISION MACRO SOBRE ZDONDE ESTAMOS HOY CON NEUROCIENCIAS V EDUCACION? insumo fundamental en esta trayectoria. Se podria afirmar que |: forma en que el cerebro se desarrollara dependeré del proceso ceducativo a que sea sometido el individuo. En definitiva, esta in- madurez del sistema nervioso constituye una ventaja ya que me- diante el proceso de aprendizaje es posible modelar la forma en que el cerebro se va a desarrollar (Dominguez, 2003). La relacién entre maduracién cerebral y proceso de aprendizaje es tan pode- rosa que el cerebro de un recién nacido utiliza el 60% de toda la energfa diaria consumida por el individuo (Meltzoff y otros, 2009); y sus dos funciones primordiales en esa etapa de la vida son la de aprender y madurar. Por otto lado, el cerebro es el sitio donde se juegan las relacio- nes entre la educacién y una enorme cantidad de procesos biol6- gicos muy importantes para el cuerpo humano. Un ejemplo evi «dente de ello son las conexiones entre educacion y salud. Un bajo nivel de educacion tiene efectos negativos sobre la salud. Existe una relacién inversa entre el maximo nivel educativo alcanza- do durante la etapa de formacién de la persona y la ocurrencia de ciertas enfermedades, asi como la mortalidad, durante toda la vida adulta, Kitagawa y Hauser (1969), en un estudio sefiero, encontraron que el nivel educativo alcanzado en 1960, medido como afios completados de escuela, y el ingreso, se correlacio- naban inversamente con la mortalidad de la poblacién blanca de Jos Estados Unidos de América, en especial antes de los 65 aftos de edad; en este estudio, la educacién result6 ser el determinan- te més importante de los dos. Desde entonces se ha publicado extensamente sobre la materia. ¥ el hallazgo ha sido constante: mayor nivel educativo alcanzado, menor mortalidad. Pappas y colaboradores (1993), unos afios més tarde mostraron que entre personas de 25 a 64, afios de edad, aquellos con estudio secun- dario completo tenfan una mortalidad dos a tres veces superior 8 aquellos con titulo terciario. La diferencia de mortalidad gene- rada por la posesién de un titulo terciario es independiente de ottos factores, y mas grande de la que genera el habito de fumar, 1 colesterol o la hipertension arterial. En otro estudio (Guralnik y otros, 1993) se observé que a la edad de 65 afios, las personas 23 EL CEREBRO QUE APRENDE con 12 0 mis afios de educacién formal tienen una expectativa de vida al nacer 3.9 affos en el caso de los varones, y 2.4 afios en el de las mujeres, mayor que aquellos con menos de 12 afios de estudio. Muchos otros estudios epidemiolégicos demostraron esta estrecha relacién entre educaci6n y mortalidad. Y més re- ientemente, un impresionante trabajo realizado en dos cohortes de mas de dos millones de personas seguidas por més de 20 afios (Steenland, 2002) evalué las relaciones entre nivel educativo y mortalidad, ajustando el modelo para algunos factores de riesgo conocidos. Otra vez, el menor nivel educativo se asocié a mayor mortalidad. Como contrapartida, el Banco Mundial y la comisién sobre macroeconomia y salud de la oms han advertido acerca del beneficio que la instruccién escolar tiene sobre las mortalidades materna e infantil; resultados similares se han obtenido al in- vestigar las relaciones entre cancer de mama y alfabetizacion de las mujeres. Las personas mejor educadas son més sanas, viven ‘mas y padecen menor niimero de enfermedades, En este orden de cosas, el cerebro seria el responsable de trasladar las desventa- jas de la falta de educacién a todo el organismo. Serian los cam- bios cerebrales procurados por la educacién los responsables de un cuerpo globalmente més saludable. Se ha encontrado que las personas con menor nivel educativo presentan mayores niveles circulantes de algunos mediadores del estrés (Gimeno, 2007), y su coraz6n late en una forma menos saludable que las predispo- ne a suftir enfermedad coronaria durante la vida adulta, entre otros trastornos. Més educacién se traduce en una fisiologia mas saludable gracias a un funcionamiento distinto de algunas es- pecializaciones cerebrales, principalmente aquellas relacionadas con el estrés. Otro aspecto fundamental del proceso formativo es el factor nutricién. El entendimiento de las bases neuronales que subya- cen a estos procesos relacionados con la educacién no puede ig- norar un hecho esencial: la imperiosa necesidad de una alimen- taci6n saludable para el desarrollo normal del sistema nervioso central. La asociacién existente entre malnutricién en las edades ‘tempranas ¢ impacto en el intelecto a lo largo de la vida ha sido LUA VISION MACRO SOBRE ZDONDE ESTAMOS HOY CON NEUROCIENCIAS Y EDUCACION? reconocida ya por décadas (Walker, 2007). Gran parte de las in- vestigaciones en este campo fueron llevadas a cabo en modelos animales, las que han permitido generar sélidas conclusiones gracias al estricto control de variables que permite la experimen- tacién. Hace més de 50 afios, Widdowson y McCance (McCance y Widdowson 1959) demostraron que ratas nacidas en una camada de crias menos numerosa exploraban més el ambiente que aque- llas que nacfan en camadas més numerosas. El hallazgo no era casual: menos cria implicaba més disponibilidad de leche mater- na, y por lo tanto, un desarrollo potenciado del cerebro de estos animales. Sucesivos experimentos mostraron luego que ratas que habian sufrido desnutricién en sus primeros dias de vida tenian una peor performance en prucbas de destreza espacial y cogniti- va que, no sorprendentemente, estaba asociada a una disminu- cion del niimero de células en el cerebro. El efecto deletéreo de la desnutricién pareceria ser maximo cuando la carencia nutritiva se da principalmente por una ingesta paupérrima de proteinas. ‘Ademas de una descripcién exhaustiva de problemas conductua- les y cognitivos tanto en animales como en humanos, se ha halla- do un niimero disminuido de neuronas en los cerebros de nifios que habjan muerto por desnutricion. Mas ain, se han descripto cambios a nivel quimico en animales con una deficiencia de in- gesta de proteinas, en los cuales aumentaba el estado oxidativo de los ipidos y proteinas del cerebro, asociado al envejecimiento y destruccién de células por alteracién de la mielina, una vaina de grasa que envuelve a los axones que comunican una neurona con otra y que son esenciales para su funcién normal. Del mismo modo, ratas que no recibieron suficientes elementos nutritivos, como hierro, presentaron cambios quimicos, como aumento de la oxidacion de lipidos en el cerebro y alteraciones en la mielina, cambios biolégicos como tamafios cerebrales reducidos por dis- minucién del mimero de neuronas, y cambios cognitivos, como déficts en pruebas de memoria y conducta, Asimismo, la desnu- tricion y la malnutricién han sido asociadas a alteraciones en la actividad de los neurotransmisores, las sustancias quimicas que median la comunicacién entre una neurona y otra 25 EL CEREBRO QUE APRENDE A continuacién repasaremos los conceptos actuales sobre una serie de funciones cerebrales consideradas clave para el proceso ‘educativo. Nos detendremos en (Goswami, 2008) el érea de la so-

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