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CUADERNOS DE EDUCACION PROLETARIA (No. 4 Suey yess ens Tyas ivan) ae ene fav “... cada tribuno elige los medios de que dispone: un tribuno produ- ce la mayor impresi6n por su entu- siasmo; otro, gracias a su céustico sarcasmo; otro, por el acierto con- que aduce multitud de ejemplos, e El tribunodebe hablar de tal modo que sea comprendido, debe partir de lo que conocen bien sus oyentes. El tribuno popular debereaccionar ante toda manifestaciéndearbitra- riedad y de opresién, dondequiera quesea el sector o clase social a que afecte, para explicar la importan- cia historica universal de la lucha emancipadora del proletariado...” LA IMPORTANCIA DE HABLAR BIEN EN PUBLICO. Cuadernos de Educacién Proletaria; Nimero 1. INDICE: CAPITULO I Importancia de hablar bien en pUblico...... Elementos indispensables para hablar bien en pdblic Préctica, CAPITULO IIL Cémo se debe’ preparar él ‘orador.... CAPITULO IV Estructura del discurso, Preparacién del tema, ImprovisaciOn...ssseeeesesn Piacti catinsnasaa ments CAPITULO V Sugerencias complementarias.. Entrenamiento de la voz.. Practica CAPITULO VI Acerca de algunas de las diversas circuns- tancias a supera El tribuno luchador social y el demagogo.. 24 22 24 25 25 27 32 33 34 IMPORTANCIA DE HABLAR BIEN EN PUBLICO. CAPITULO. 1 Todo luchador social, comprometido con la causa proletaria, tiene el deber de identifi- carse con las masas, de tomar conciencia de su responsabilidad por el destino histérico de la clase obrera, por destacar, no como tepre- sentante sindical, sino como tribuno popular mediante el uso adecuado de la palabra habla~ da; medio principal para comunicarnos con nuestros semejantes. De ahf que sea necesario subrayar que hablar en piblico, atin cuando solo se hable ante un grupo reducido de personas, implica cierta responsabilidad que nos coloca en una situacién de turbacién, de cierto esfuerzo, cierta excitacién. Por ello es necesario esfor- zarnos como los buenos atletas ‘cuando estén en la pista. Muchas personas que més tarde legaron a ser destacados oradores se encontraron, al principio, entorpecidos por la falta de confianza en si mismos, y casi paralizados por el temor al auditorio.' No creamos que nuestro caso es anormal. Cicerén dijo hace dos mil afios, que todo discurso piiblico de verdadero mérito se caracteriza por la nerviosidad. Una funcién importante para el tribuno luchador social, es la de patarse delante de un auditorio, logrando la atencién del mismo. Alimentemos nuestro entusiasmo en este empefio. Pensemos cuénto significard la confianza en nosotros mismos, la capacidad de hablar y poder convencer. Pensemes, en la mayor capacidad de colaboracién organizati- Grandes _obstéculos: El temor, el nerviosis— mo y Ta pena; cuando nos vemos precisados a hablar en pdblico nos ponemos nerviosos, no razonamos con fluidez, no podemos concentrar- nos y pensar en lo que debemos decir. La adquisicién del valor y de la confianza, no presenta un décimo de la dificultad que la mayor parte de la gente supone. Hablar en piiblico no es como un don que la naturaleza conceda a un ntimero limita~ do de escogidos; mds bien, es como jugar al fut-bol o nadar. Cualquiera puede desarrollar sus facultades latentes, con tal que tenga genuino deseo de hacerlo. Desde luego, nadie puede negar que ciertas caracteristicas predisponen a determina dos hombres a la palabra ptiblica: la prestancia del cuerpo, el timbre o la potencia de la voz, el aplomo o la audacia. Pero, tampoco puede negarse que la elocuencia se pierde con facili- dad por la ociosidad y que se perfecciona y desarrolla por el entrenamiento. En el fondo, para ser orador se necesitan estas condiciones: bésicas: 1) No ser_mudo, es decir, no padecer algin defécto qué Impida la expresién de la palabra. 2) Poser sentido comin, que es el elemento niefor repartido del mundo, y 3) Hablar_el_idioma_respectivo, si no correctamente, por To menos aproximadamente, 2 SOLUCIONES: 1. Empezar_con grandes _deseos_de_progresar comé elementos de Ta_organizacién, un deseo vivo ¥ Som Debenos acsstumbrartos a tenet confianza en _nosotrds-. mismos, _serenidad, presencia de dnimo para poder pensar y expr sarnos con claridad, ilacién y vigor delante de cualquier ntimero y calidad de personas. El temor nace de la falta de confianza; la falta de confianza resulta de no conocer nuestra capacidad para identificarnos con las masas e interpretarlas; a su vez, esto ¢ resultado de la falta de experiencia. Por eso, necesitamos realizar muchas —_experiencias felices y todo temor habré desaparecido. Para sentir valor procedamos como si fugramos valientes, cmpefiemios toda nuestra voluntad para ese fin y lo més probable serd que un rebato de entusiasmo remplace al estado de temor. 2 Practicar, practicar, practicar, EI primer método, el método que nunca falla para desarrollar la confianza en nosotros mismos, cuando hablamos en ptblico, consiste en hablar. Si, practicar, practicar, practicar, tal es Ia solucién del problema. Hemos de practicar _constantemente, infatigablemente hasta alcanzar la meta. Siempre al hablar dar la impresion de que se siente confianza. Al cabo de un rato de estar hablando esto se convertiré en realidad, sin- tiéndonos francamente seguros de nosotros mismos. 3. Saber_qué vamos a decir, Preparémo- 0a do aitsmaiin Na Sataremes ‘tranqpullos si no sabemos qué vamos a decir y slo podemos saber lo que vamos a decir, conociendo los problemas e inquietudes de ‘las masas; este conocimiento' imprime autoridad a las propias palabras. Cuando hablemos de algo vivido, algo que proviene de nuestras experiencias, no podré haber fracaso. 4. No divagar, Cuando -tengamos algo importante’ que decir: pongdmones de pie; dig4moslo luego, con valor, precisién y sencillez; luego sentémonos. PRACTICA: Seguridad _y naturalidac: Cuando desarro- lemos~un tema én forma oral, mostrémonos seguros, a pesar de las miradas curiosas del auditorio 0 de compafieros. No hagamos caso de las sonrisillas burlonas, ni de los ojos que se clavan en los nuestros. Aprendamos a dominar esos impulsos de huir, de fijar la vista en el suelo, en el techo © hacia los lados. Desenvolvémonos con. natura lidad. Lo nico que necesitamos es plantarnos firmemente frente a los demas y tener las manos quietas; mds tarde aprenderemos a moverlas con soltura. Pronunciemos con claridad; demos la entonacién, la intensidad y el ritmo convenien- tes a la expresién. Miremos hacia dentro de nosotros. Esto es, con atencién a lo que estamos diciendo. Veremos cémo, al cabo de unos cuantos ejercicios, habremos vencido el temor y la pena. 4, PITU ELEMENTOS INDISPENSABLES PARA. HABLAR BIEN EN PUBLICO. 1. & fisico_y emocion: aI orador para hablar ben necestia el equilibrio, fisico y emocional. Si no consigue adquirirlos antes de subir a la tribuna, de antemano la alocucién ser4 un fracaso. Dicen los versados en el arte de hablar bien en piblico que el equilibrio fisico supone dormir suficientemente, no beber ni comer en demasia. Que se debe desconfiar de los estimu- lantes; que el café, el vino, el cigarro, depri- men o aumentan el cansancio, que el equilibrio emocional requiere de reposo de la mente y de la voluntad y que una preocupacién, una pena cualquiera, enfrfan el entusiasmo del orador con las consecuencias previsibles. Pero es el caso de que nosotros, proleta~ rios que tenemos que vender nuestra fuerza de trabajo para poder subsistir, diffcilmente podemos dormir suficientemente, _ evitarnos preocupaciones o penas. De ahi que debamos recurrir a otros medios: relajarnos, recuperar el Gnimo, sobreponernos pertrechados por la convicci6n de la justeza y el futuro luminoso de nuestra causa, 2. Conocimiento del lugar para el discur- so.- Es de mucha utilidad para él orador que ‘conozca previamente el ambiente, el sitio, para precisar el lugar en que ha de situarse, para calcular el volumen de voz, para quitar si le es posible los objetos que distraigan 3. Vestimenta_del orador.- Debe evitar la exageracion. Hay vestimentas exageradas por el estilo, el corte, el color. Se fijarén en su ropa, pero no en lo que dice. El orador ha de evitar el ‘desorden, Debe asegurarse que todo esté en. su lugar Jos botones, el cinturén, las faldas de la camisa. Conviene que se eviten prendas supérfluas, como un anillo en cada dedo, el abrigo, la. bufanda, el suéter que restan ligereza. Quitar de los ‘bolsillos cualquier objeto que abulte, que deforme, que haga ruido 0 se asome con indiscreccién, como un pafiuelo o un papel. El mejor vestido del orador es el més sencillo, el que no lama la atencién, para que todo se concrete en sus palabras. 4. El_ademén.- Es el movimiento que ‘hacemos con Tas manos y los brazos para ayudar a la expresién oral. Los ademanes, que también se Ilaman modales, han de ser comedidos, corteses, moderados y variados, cualquier exageracién con ellos hace ridicula la expresi6n oral. Evitar los ademanes geémetricos y angu- losos que recuerden una exhibicién de gimnasia. eae los ademanes volcd4nicos del boxeador, y los que se repiten sin cambio alguno, a lo largo del discurso. ae 5. El_gesto.- Es la expresién que hace- ain aca Me ee ce momenneer ook sommes se denominan gesticulaciones. Las gesticulacio- nes han de ser moderadas, evitando la hilaridad y la extravagancia. 6 Por medio del gesto, el orador pinta situaciones y traduce sus pensamientos sentimientos en realidades plésticas. a) Los ojos. La fuerza plastica del gesto radica on Ta mirada. Al Megar a la fribuna, conviene ver a todo el piblico para percatarse de las personas y el ambiente. Después, que los ojos expresen lo que se dice. No fijar la mirada en la primera fila ni en la dltima; de preferencia, mirar a la mitad del auditorio. De este modo quedaré la impresién de que el orador contempla con suma atencién a todo el auditorio. b) El_rostro: La hidra de mil cabezas que es el auditorio, no despegaré su mirada lel rostro del orador. Que el 1ostro del orador no sea una méscara inexpresiva, ni una fuente de muecas y tics nerviosos; sino un rostro cambiante y Ileno de expresién. El orador debe conquistar la, benevolencia del publico desde que va subiendo a la tribuna. Que vean en él a una persona seria, interesan- te, ordenada y pulcra en la medida que lo permitan las circunstancias. Un rostro afables, tna sonrisa que demuestra confianza, atrac la simpatia. La simpatia se consigue con la Sencillez, y cuando el dnimo se transparenta en el fisico, no con las poses pedantes 0 ridiculas. La entrada al foro, el ascenso a la tribuna, son el primer contacto del orador con el auditorio. Aprovéchelo, porque _ tiene fuerza para la identificacion y la persuacién. #/ NOTA: No siempre se debe tener un rostro —" afable, es decir, agradable.. El tribuno proletarie en caso de represion, por ejea- Blo, debe mostrar su indignacion y la "en- trada al foro® son las barricadas. 6. La_prestancia.- Es la disposicién de destacar de una persona, para despertar la simpatia del auditorio, para ello debe cuidarse: a) El cuerpo: Dejar la rigidéz de la antena, la indolencia del perezoso, la actitud encorvada del jorobado, aprender ‘a mover el cuerpo con armonia y flexibilidad sin que ello convierta al orador en péndulo. b) Los pies:

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