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Mercantili- (RLM t mercantili- zacion Rochabriin en Bisagra Lo que gatilla este texto es mi participacién como oyente en eltaller Arte y Capitalismo que Bisagra organiz6 junto a Mijail Mitrovic en enero del 2016. La estrategia trazada para tratar este complejo tema fue tener unas charlas con Guillermo Rochabriin, profesor de sociologia de la Pontificia Universidad Catdlica del Peri (PUCP), conocido por su meticulosa lectura de Ja obra de Karl Marx. Lo que en principio sonarfa usual-un didlogo desde el arte contemporaneo orientado hacia temas sociales ustalmente codificados desde el marxismo o alguna tworia critica~resultd, al menos desde mi punto de vista, en un ensamblaje andmalo, pues percibi una distancia entre las categorias de la economfa marxista que Guillermo planteaba y el iscurso en que el arte contemporineo discurre. Mi intenci6n en este articulo es seguir esa primera impresién, clarificarla, encontrar sus causas y ver e6mo nos ubica con respecto a nuestras posibilidades de dar cuenta de la relacion entre el arte y el capitalismo. Considero que, contrario alo que se puede sospechar en un principio, esta desconexién no se debe a un tema generacional o de diferentes referencias, sino a un problema profundo de los acercamientos del arte contemporéneo asu relacién con la economia. Estos acercamientos se encuentran atrapados en el dilema de la substinci6n o la resistencia del arte al capital: 0 a obra de arte esta ya irremediablemente perdida en el mar de la mercanefa 0 més bien, hay algo en ella -o en la institucién del arte-, que la hace impermeable a esta captura.® El principal problema de estos acercamientos al asumir de facto tanto lo uno 0 lo otro, es que no ahonda en la especificidad del arte al operar en las relaciones de produccién, circulacién y distribucién, y consumo; reemplazando este andlisis econdmico por un constructo filos6fico abstracto (industria cultural, sociedad del espectéculo, post-fordismo, capitalismo cognitivo, etc.) que finalmente se constituye como tuna “caja negra’, es decir, algo inaprensible pero omnipresente.® Ante esto sugiero que es necesario ensamblarlos discursos criticos existentes con una investigacién concreta en la economia politica del arte, ya que solo entendiendo esta economia se podra hhacer que el discurso critico “agarre carne” y que no quede ‘condenado a disparar al aire eternamente. © Los dtimos os en ho ‘enpezodo cvesionar es poscions, vr Done! Sposiing Ex'Cloricalon on Ar and Value” y [Neco Demby “Art ond he Freedom Felis: Some thoughts on crt ord ‘he soe ir 1985" on Mite ‘Magazine, 2015. (a exposiién inde complea dal pram, sin ‘nborgo, se encuerita en rt and lu de Dove Bosch, publeade por Bl eb ao 2015, eves eis Feseord mas adelante. © Sobel “cbsrocionsmo" ‘leurs del copsomo antarporéneo, ver Ray Bross, Wandering Abswoctor” an ‘Mute Magazine, 2014; y sve la onsiucion del merce come una “caja negra’ fos polica soc, vor Ava Honnath iso Ytz0g an Der Wer cls Morte. Ein alonomachephilbsphicher Disks vom 18. livhunde bis ur Gegenwart Front Suhkom, pois 2. Artey capitalismo: entre la mercantilizacién ylaresistencia Andrew Hemingway ha sefialado cémo la obra de Marx nos deja con dos actitudes frente al arte. Una se deriva de su famoso cesquema de base y superestructura, donde el arte, junto con Ja religién, la moral y las ideas son parte de aquella dimension superestructural que refleja y eventualmente refuerza las relaciones de produccién imperantes en la base.® Ese determinismo ‘econdmico, sin embargo, es acompaftado -en algunos pasajes muy bien localizados por marxistas posteriores- con intereses estéticos; por momentos, Marx sugiere que hay cierta autonomfa relativa del arte, o incluso, cierta transhistoricidad del gusto que atravesaria modos de produccién disfmiles (uniendo la actualidad con los griegos) respuesta concreta ala pregunta por el arte, lo que hace este debate interminable si se plantea en los términos de cul es la interpretacién correcta. Lo que s{ resulta de interés es seguir ‘emo esta dicotomfa ha ido produciendo, en disputa y didlogo ‘con otras tradiciones, una vasta literatura que sigue informando el debate entre arte y capitalismo (o economfa) en la escena contemporénea. ‘Claramente, Marx no da una ‘Uno de Jos momentos mas fructiferos (y finalmente fundantes) de la discusion respecto ala relacién entre el capitalismo y la estética esté en los afios treinta del siglo pasado.® El complejo escenario politico (Revolucién Rusa, fascismos, Frente Popular, etc.) Ilevé a una relectura del marxismo que dio més espacio ala pregunta por lo estético y lo cultural. Términos como hegemonia (Gramsci), cosificacién (Lukas), industria cultural (Adorno y Horkheimer) ganaron posiciones en el léxico critico al sefialar ‘c6mo el poder del capitalismo se encontraba entrelazado con la dimensi6n estética de la vida social. La posibilidad de una complicidad del arte con el capital se encarnaba en la amenaza de la mercantilizaci6n, que no solo tocaba a la circulacién de ésta en mercados (algo patente desde el siglo XVII), sino con la posibilidad de que su propia forma de produccisn se viese determinada por esquemas productivos fabriles, orientados a la ganancia.® Desde el punto de vista del artista comprometido, entonces, la cuestiGn era la siguiente: gc6mo resistirnos ala ‘mercantilizacién del arte? La respuesta, desde esta mirada que amaré clasica, enfatiza una cualidad ontolégica de la obra 10 © Arden Hemingway “keducson” en Maris ond he istry of At. From Willer Morris tothe Now le, Lords: Po Pros, 2008, © Kor Marx, Cormibsciino Tb Grea del Economia Plc, ogotd: Oveja Negro, 1971, p- 9 ©. Ader dl ners de Mor {os gage, lor crtos de Engels ‘Sclorondo algun putes de lo docrina motets selon sor tidercas de ea ovtonomia ‘ati de een, Ket Mane 1 Fiedich Engel Sobre ty Therctura,Soeeisn de Vleono Bozo) Madr dra Cenc Nowe, 1968 © Un occas intoductorio "Yprecto a igueze de sto romero se puede enconar on ‘icin lsica de Yoo de 1980 do (Ge dabotr env Theodor Adore, {Georg lkses, Wher Benjamin, ‘vrs oko iodo Aes nd Pos. © Theodor Adorno y Max Nedhiner, “io induoria cul” on Dilécton dela thsroccn, Modi ‘Nel 2008, p 167 encarnada en su inutilidad, no-organicidad, su cardcter efimero, etc. En ese sentido, las vanguardias hist6ricas, el situacionismo, elarte conceptual y sus infinitas variantes en la escena contemporénea ‘son, en alguna medida, respuestas a esta preocupacién respecto alamercantilizacion Frente a esta mirada clasica entre mercantilizacién y resistencia, laescena contemporsnea propone una mirada més desencantada atin. Mientras Adorno sefialaba que el caracter “imutil” de la obra de arte permitia oponer la produccion artistica ala produccién industrial de bienes de uso, los teéricos contemporaneos mostrarian que esta cualidad del arte es mas bien una parte fundamental del capitalismo actual.© Por un lado, esta idea est @ thedor Ado, teva vinculada con un cambio en el capitalismo ‘contemporaneo, Co ant que ha empezado a nutrirse de la “creatividad”, “diferencia’ . “autonomia” de lo estético para dar ‘mayor “valor agregado” alas ‘mercaneias. Una zapatilla Nike determina su valor no por una produccién mas eficiente, sino por encarnar toda una economia ‘simbélica, la promesa de una experiencia tinica. Es decir, la acumulacién capitalist estarfa ya no en organizarla produccion extrayendo mds trabajo al obrero, sino en articular una © Existen varias eorias respect dimensién estética, inmaterial, nica a cada producto.” Este 92 ee “nuevo esprit del capitalismo’ lamado post-fordista, ard, eto epee cognitive o cultural, harfa total la subsunci6n del arte en el ‘Pioneros, aunque en el mundo del capital.® No es que simplemente las obras de arte se vuelven 22 ttmparnes ns wvran mercancias, sino al revés: las mercancias se vuelven obras de Sriacar ena reemaee arte, yastse colapsala diferencia entre ambas, haciendo delos Merce testy en Negi tases valores estétcos modernos ycontempordneos aditivos dela {—rseones ton Nie maquina capitalista, Megane Fem © Luc Bohanshi y Eve Chiopell, Por otro lado esta complicdad material delarteconelsistemase {gcpcprivdl spiaina ‘ecomplementadacon aexpansién delasfinanzasenlneconomia {200th Ate Sc global, que conlleva que las obras de arte sean propensas a ser ® Cuicsanens, financializadas y deveniractivos de inversién®. Ladimensigy © Cxtuamerm slcsco | inmaterial que era propia del trabajo del artista, ia tesla nun deel material que era propia dl trabajo delartista,escadavez Shoal dyne mas la forma en que se produce y reproduce el capitalismo Sraxmscueseenenato | contemporéneo.® A diferencias de otras épocas, endonde una fo"entlgte (el cabo ow obrsdearterasolo un objeto ini ahorapreisamente esa, een Yen inutilidad la hace disponible para ser un activo financiero, similar sapore nosret, sates ane, mer 9, 1981, 9p 4555. aloro, cuyo precio no estard necesariamente atadoa su retorno, sino que estard liberado a a especulacidn. Definitivamente, por ® eas ieiteers Cop més autGnomos que sean los artistas ysus instituciones, el rol Esisereas Bisagra 11 concreto que habia pasado a cumplir el arte era el de ser un bastidn de la economfa capitalista. 3. _ Artey El Capital: las condiciones de produccién econémica de lo estético Ahora, quisiera mostrar que tanto la tesis clasica (que el arte debe ser auténomo para evitar ser mercancfa) como la contemporanea (que el arte ha sido subsumido como parte de Ja maquinaria del capital) esconden un problema. Como sefiala Dave Beech en su libro Art and Value, ninguna de estas teorias nos ofrece una descripcién cercana de la manera en la que elarte se produce efectivamente. Esto entrafia una paradoja curiosa; mientras que las criticas a la mercantilizaciGn 0 subsunci6n del arte provienen de ciertas lecturas de Marx (centradas sobre todo en el capitulo del fetichismo dela mercancfa en El capital, y luego en los textos del joven Marx que salieron a la luz en los afios treinta), estas incurren en. un olvido casi total de la necesidad de investigar la manera specifica en que la obra de arte se hace mercaneia desde una perspectiva marxista. En otras palabras, no se ha usado Elcapital de Marx (més alla de la secci6n del fetichismo) en analizar la asumida mercantilizacién de la obra de arte: zo se suele preguntar por temas como la jornada laboral, Ja naturaleza del trabajo empleado en la produccién del arte, a propiedad sobre los productos del trabajo, etc. Latesis de Beech, quién sha emprendido esta tarea, es que elarte es una actividad econémica excepcional en medio dela produccién capitalista, Esto quiere decir que la manera en que larte se produce y circula no es estrictamente capitalista. La produccién artistica tiene todavia algo de produccién artesanal, yaunque la obra esté hecha para ser vendida, lo que la calificarfa ‘como una mereancfa, los demas criterios necesarios para pertenecer al modo de produccién capitalista (mano de obra asalariada, propiedad del capitalista de los medios de produccién y del producto final), no se cumplen, Esta lectura ‘excepcionalista encuentra sus bases en la economfa clésica, ‘en donde algunas mercancfas como vinos antiguos u obras de arte eran casos de estudio especiales, separados en el andlisis del resto de mercancias. 12 Sostener que el arte no tiene un modo de produccién capitalista ‘es algo chocante para el discurso del arte contemporneo en el que abundan cada vez mds estridentes identificaciones entre elartista y el capital. En efecto, la teorfa contempordnea se muestra pletérica de argumentos en contra de la “ingenua” creencia de que el arte es independiente al capital, Para empezar, la evidencia de que el arte produce ingentes cantidades de dinero, los grandes museos, las ferias de arte, las subastas y transacciones que se hacen puiblicas en las noticias. La reforma neoliberal de las instituciones hace que los artistas cada vez mas estén a merced del mercado, viéndose obligados a producir una obra en funcién a este. La globalizacién del arte hace espejo con la globalizacién capitalista mundial, haciendo fluir obras de China o Nigeria por los mercados europeos o latinoamericanos, etc. En suma, la figura del artista como precario, creativo, inal, ndmada es lo que ahora se obliga sera cada trabajador del mundo, lo que Negri y Moulier-Boutanglllaman el “cognitariado” contemporéneo® © tlcogntvado vend 0 sr stnoeo pero dal optim ego, dso ol prleoie Frente a estos argumentos, Beech no niega que en efecto el arte Cabal adel e inefabilidad del que lo dotan, por razones distintas, tanto Yo, Canis Unversty Fes, el discurso neoliberal como cierto discurso desde el arte contemporaneo.® Solo con esos criterios tendremos un mapa @ Adeps de is nes de los puntos donde es posible intervenir en vias de soluciones al proyecede opr’ ost-capitalistas de lo econdmico, social y estético. oe re ace Fed omeson,“Cogntve Mapping’, 1990, vst Dk: Fondo de Cua Eendmica, 2011 yocnalzodoy emiquecido por Abert Tescone Jo Kine ( Covlogrophes of the Abs, Londres: Zoro Books, 2015. Bisagra 15

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