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34 16/Formacién del urbanismo: el utopismo reformista Conocimientos averca de formas de actuar sobre la realidad urbana, 0 in- cluso de crearla, hubo desde la anti- giiedad. Ya tuvimos ocasion de sefia~ lar e305 lejanos antecedentes histdri- cos del urbanismo, puesto que al re- correr las sucesivas etapas de form: cidn de la realidad urbana nos fuimos encontrando con que esa formacion no era solo el resultado de un proceso Puramente espontaneo, sino que, mu- chas veces, habia habido formas cla- ras de intervencidn voluntaria, espe cialmente visibles en la creacion de nuevas ciudades Dejando aparte antecedentes de- masiado alejados, es preciso recordar, sin embargo, algunas propuestas de este tipo, que han tenido honda in- fluencia en la formacicn del urbanis- mo moderno, el que surge fundamen- talmente como respuesta a los proble- mas creados por la Revolucion Indus- trial. Dichas propuestas deben ser consideradas aqui, puesto que han contribuido notablemente a la cons- truccién de una buena parte de la teo- ria inicial, que durante mucho tiem- po dio sustento a muchas propuestas de actuacién urbanistica, En efecto, cuando se examina el pa- norama de reacciones que, en rela- cidn con la ciudad, produjo la indus- trializacion, se puede hacer una clasi- ficacin del material tedrico que apa- Lascomunidades del cual se situaban idealespropuestas los edifcios or Owenestaban _comuntarios. El formadas porflasde Falansteriode vivendas Fourier planteaba la tnivamiiares, comunidad en Coniigurande un regimen de vvienda rectangulo. dentro colectiva reci6 en ese periodo que, entre otras, manifiesta la presencia de una linea muy. claramente identificable, que podemos denominar utopismo refor- mista. Se podria caracterizar, en tér- minos generales, por a visidn critica de Ia situacion social contempordnea de la que parte, que conduce al recha- zo de la realidad urbana existente, como manifestacién de esa situacién social, y a la proposicién de alternati- vas para su sustitucion. El desorden urbano es visto, pues, como la mani festacién de la desorganizacion de la sociedad, que deberia ser reconstruida sobre bases nuevas, Los origenes de esta corriente se en- cuentran en la pervivencia del pensa- ‘miento igualitario, fraternal y libera- dor que era la herencia de la Revolu- cidn Francesa y de la Ilustraci6n. Por 50 no es casual que Francia contri- buya con el mayor ntimero de refor- madores sociales, antes de que se ex- tiendan por Europa los movimientos revolucionarios. Asi, aparece la critica a las doctrinas liberales y a la filosofia del laissez faire a través de una gran qm =i ill ‘as wen pean variedad de propuestas, de fas que in- teresa recordar aqui aquellas que po- nen un énfasis importante en la consi- deracién de los aspectos urbanos y asocian reforma social con cambio de Ja realidad urbana. En a transforma- cidn de la sociedad que se propone, se atribuye iin papel importante a tos modelos de organizacién urbana que se plantean. Se trata de organizar la sociedad con base en un conjunto de eélulas nuevas que, por su caricter urbano-rural y su funcionamiento co- munitario puedan contrarrestar las consecuencias del desarrollo indus- trial. Se sitian pues en contra de la marcha del proceso histérico, por lo ‘que puede hablarse de su caricter uto- pico, que se demuestra en el fracaso sistematico de todos los intentos de materializacién que se hicieron de ellas, Engels y Marx les dedicaron su critica en el Manifiesto Comunista por equivocar el planteamiento. No sla transformacién de la ciudad lo que llevard a la regeneracién de la so- ciedad. Lo primero es cambiar ésta. En el fondo, el reformismo utopista es realmente conservador. Robert Owen y Charles Ms Fourier son Tas dos figuras més importantes y representativas del utopismo refor- mista britinico y francés, respectiva- mente, con planteamientos urbanisti- 0s explicitos. El primero fue un industrial salido de la clase trabajadora que llegé a la teoria a través de una experiencia di- recta en la mejora de las condiciones de sus trabajadores. Parte de una ac- titud tipicamente paternalista, pero comprende que asi no se van a resolver los problemas y plantea en 1817 una reforma de los modos de produccién Algunos de fos Utopistas del siglo XIX, que elaboraron visiones de ciudades ‘deates basadas on industrial a través de comunidades ideales reducidas (unas 1.200 perso- nas), esparcidas por el territorio. Fourier expone en 1822 sus pro- puestas de organizacién socio-espa- ial, que culminan con la idea del Fa- lansterio o Palacio Social, un gran edificio dispuesto para albergar la vida y el trabajo en comin de 1.620 personas precisamente. En 1840 aparecié el libro de Cabet Viaje a Iearia, en el que, bajo la forma de novela utépica, plantea la critica del capitatismo y la defensa de la vida comunitaria en la ciudad ideal de le: ria, caracterizada por la repeticion en serie de sus elementos constitutivos (viviendas, escuelas, talleres) y por la uniformidad del régimen de vida de sus habitantes (comida, vestido, hora- (os prinepios de Iibertad, igualdad y Iraternidad, para construiruna Sociedad nueva nueva Comunidad, ol modelo de las Gludades ideales do! Ronacimiento esta bien patente, regenerads, se {formas tomadas de! asad. Eneste proyecto de André de rio). Desde Ia perspectiva actual cues: ta comprender el éxito de este libro, y las movilizaciones que lleg6 a desen: ‘cadenar en pos de la materializacién de Iearia tanto en Europa como en América, Otro libro influyente fue el de Ri- chardson, Hygeia (1876), en el que se propone otra ciudad ideal. La preocu- pacién dominante es la consecucién del mas adecuado ambiente para el bienestar fisico a través de una serie de medidas higiénicas a las que se so- mete la disposicidn espacial a la ciu- dad y sus elementos. La fama del libro permite deducir su importancia en la contribucion a la maduracién de las corrientes higienistas en urbanismo ¥ sui penetracion en regulaciones y or- denaciones posteriores. 17/Formacion del urbanismo: otras aportaciones Paralelamente a las formulaciones del utopismo reformista, se producian otras reacciones y actitudes en rela- cién con los problemas urbanos deri- vados de la Revolucién Industrial, que dan lugar a propuestas para el tratamiento de la realidad urbana. Entre esas propuestas, que caracte- rizan también a las etapas iniciales del nacimiento del urbanismo como disciplina propia, pueden distinguirse varias lineas de aportaciones diferen- tes, Una de elas acogeria lo que puede entenderse como la perviven- cia y prolongacion de la herencia rroca,con el interés puesto en una fitica configuracién del espacio urba- no, tanto en la creacién de nuevas ciudades como en el tratamiento de las existentes, por superposicién de nuevos trazados viatios y ereccidn de nueva arquitectura sobre los viejos tejidos urbanos. EI modelo mis famo- so lo constituye la transformacién de Paris, durante el reinado de Napoleén TIL, bajo la direceién de Haussmann, 1853-1871. El cuerpo medieval de la ciudad sera rasgado por grandes ave- nidas rectas, flanqueadas de nuevos edificios, que convergen en puntos fo- cales realzados por grandes edificios 0 monumentos. Esta tendencia se adentrard en el glo XX a través de muchas reformas interiores de prestigio, extensiones urbanas planeadas y ciudades nuevas. Paralelamente al desarrollo de esta herencia barroca, tiene lugar la utili- zacién de otro modelo de organizs cidn de caracteristicas bastante dife- rentes. $e trata de una nueva utiliz cién de Ta vieja cuadricula para co feccionar una sencilla pauta bidimen- ‘Sional sobre la que levantar expedi vamente Ia edificaci6n. Asi se realiza- ron grandes extensiones nuevas de las ciudades existentes, constituyendo lo que en Espafa se llamaron los ensan- ches & Frecuentemente, en este plantea- miento falta un interés condicionante hacia el tratamiento visual del espa- cio urbano. Los procedimientos regu- adores sustituyen al prediseiio de la arquitectura. Las tablas numéricas, a los alzados y perspectivas artisticas. En muchos casos, ademas, la norma- tiva reguladora es tan tenue en sus previsiones obligatorias, que supone una renuncia al control formal. De ese modo, el resultado espacial de la ‘ocupacién volumétrica de la planta bidimensional esta indeterminado. El caso mas conocido, por su especta- cularidad y repercusiones, es el plan de Nueva York (1811). Este modelo de ciudad goza de am- plia aplicacién durante todo el siglo XIX, sirviendo de base a extensiones y Lactemareticula de lahomogeneidad ‘ortogonalse otrece _basica bidimensional ‘comofundamento _Eplan de 1811 de ‘expedtive para Nueva York eercis ‘Soportar un tuna enorme Crecimiento libre y _intueneia.en sentido ‘competitive que irs ‘dando resultados Imprevisibles, dentro ‘ontrario al que lege ‘representarla City Beautiful Saltaire, tundada en primeras colonias| 785en Inglaterra, Obreras precursoras esunadelas ela ciudad jardin. ensanches. En ese marco se inserta la aportacién singular de Ildefonso Cer- dé, con su Plan de Ensanche de Bar- celona (1859), que contenia un con- junto de disposiciones cuidadas para regular la edificacién y localizar toda una serie de servicios colectivos dis- tribuidos por la ciudad. Por ello se aparta de la mayoria de los trazados dela época. En otra direccién se puede encon- trar un conjunto de estudios, reflexio- nes y propuestas de cardcter practico para el tratamiento de los problemas que planteaba la industrializacién Se configura asi una linea de actua- cidn que Hlevara a la elaboracin de un repertorio de soluciones técnicas, co- ‘mo una afirmacién de autonomia disci- plinar de base tecnolégica, de cardicter ‘operativo y elicaz, que se ira enrique- ciendo con profundizaciones en cam- pos especialzados. Especialmente madu- Fa aparece esta aportacion ya hacia finales del siglo XIX y principios del XX en la experiencia alemana, que es reco- gida y sistematizada en alguno de los primeros manuales 0 tratados de wrba- nismo, como el famoso Stadtebau de Sttiiben (1890), Finalmente, debe consignarse tam- bign la aparicién de toda una serie de experimentos aislados, tendentes a crear fragmentos urbanos nuevos, de aracteristicas muy diferentes a las de la ciudad tradicional, cuya intencién fundamental es la de acercar los atractivos del campo y de la naturale- za a la vivienda, Son las colonias y los suburhios ajardinados, generalmente fuera de la ciudad, que tratan de ofre ‘es la culminacion del ‘movimiento tamado, E1Plan de Burnham ‘para Chicago (1909) cer un nuevo y diferente marco de vida. Este tipo de actuacién se extien- de por Europa y América a impulsos de iniciativas privadas que han asimi- lado algunos elementos del reformis- mo. Este tipo de urbanizacion pla- neada, con bajas densidades, vivienda unifamiliar con jardin propio y espa- ios verdes comunes, es el que se ha Uamado ciudad jardin. Los primeros ejemplos se realizaron en Inglaterra, Francia, Alemania y Estados Unidos, como conjuntos de viviendas para obreros de grandes industrias: los te- lares de Newry (Irlanda) en 1846 y los, de Bradford (Inglaterra) en 1852, dan lugar a Bessbrook y a Saltaire, respec: tivamente; Ia industria del acero en Alemania levari a varias fundacio- nes de la familia Krupp (Kronenberg, en 1873, Alfredshof en 1894); la de los coches-cama da lugar a la colonia Hamada Pullman (1881) en Estados Unidos, eteétera ‘en América, dela Cy Beautil Ccontinuador de a herencia barroca, 37 38 18/La ciudad lineal La preconizacién de un acercamiento de la ciudad al campo, como forma de contribuir a resolver los problemas creados en la ciudad por la Revolucion Industrial, habia tenido una formula- cidn temprana en Espaiia, a través de la voz de Ildefonso Cerda, cuyo tema habia sido «urbanizad el campo, rura- izad la ciudad». Este lema va a ser recogido algo mas tarde por un inquieto personaje madrilefio de perfiles humanos bas- tante singulares, Arturo Soria y Mata, fildsofo, gedmetra, politico, periodis- ta, inventor y empresario, abierto a miiltiples resonancias culturales con- temporaneas, entre las cuales apare cia la preocupacidn por la mejora de Ja habitabilidad urbana. Las ideas del fdeas de Arturo Soria. Endl representa suteorla Un de los dibujos ilustradores de las utopismo reformista, en su version higienista, asi como la aparicién de colonias ajardinadas en diversas ciu- dades europeas, le eran conocidas, ‘como se deduce de la lectura de sus ‘numerosos escritos. Por otra parte, st interés por los problemas del trans- porte (habia intentado ser ingeniero de caminos), que también es central en su pensamiento, le habia llevado a proyectar y a dirigir 1a primera linea de tranvias de Madrid, y a proponer Ja creacién de un ferrocarril subterré- neo, anticipandose aproximadamente tun siglo a la construccién del Metro. De la fusidn de este interés por la locomocién y el transporte con las ideas higienistas que se materializan cn las ciudades jardin nacid una fe~ cunda idea, que figura hoy en todas Jas historias del urbanismo como uno de los grandes principios tedricos: la idea de la ciudad lineal, Fue expues- ta por primera vez en 1882 y a su di- fusion y realizacién consagré Soria una parte importante de su vida. La ciudad lineal es, ante todo, una for- delanueva ciudad tinea, enlazardo dos Cludadesantiouasy tanqueada por dos ‘bandas do bosque. ma especial de ciudad-jardin, cuya organizacion general esti condiciona- da por la linealidad de las infraestruc~ turas de transporte, que actian como columna vertebral de la ciudad, ase- gurando el movimiento a lo largo de Ia misma. El acierto de Arturo Soria consiste, pues, en haber dado una for- ‘ma peculiar a ciertas ideas de su épo- a, basando su teoria de la ciudad en tun principio funcional de gran im- portancia y perspicaz vision. Concebia grandiosamente la ciudad Jineal como una larga franja urbani- zada uniendo dos ciudades antiguas. El eje seria una calle de 500 metros de anchura, por la que discurrian ferro- carriles en alturas diferentes, a diver- ‘sas velocidades y en nimero propor- Cionado a la importancia de Ia ciu- dad. Esta misma via albergaria en el subsuelo todas las conducciones de servicios urbanos, tales como agua, alcantarillado y electricidad. Intermi- tentemente, coincidiendo con las es- taciones, se estableceria una cadena de centros de vida comunitaria, ar mados por el comercio y los servicios publicos La edificacién seria obligatoriamen- te dispersa, de escasa ocupacion de parcela, y las viviendas serian unifa- iliares, rodeadas de huerta y jardin. Pero con independencia de la mag- nitud de Ia formulacidn tesrica (Sonia hablaba de ciudades lineales que po- dian ir de Cadiz a San Petersburgo 0 de Pekin a Bruselas), el autor de la misma deseo Hevarla’a la realidad, a mds modesta escala. Para ello consi- gue la aprobacién por las Cortes de tun proyecto de «fesrocarril-tranvia» de circunvalacién de Madrid, uniendo varios de los pueblos circundantes, y Mactilena de Urbanizacisn que Ciudad Linear habia fundado Arturo ‘alrededor de Madrid Sania on 1804 or a Compania funda la Compaaiia Madrilefia de Ur- banizacién (1894), para acometer la realizacién de una ciudad lineal de 50 kil6metros de longitud, que alber- garia 30.000 habitantes en ella, Para di ‘undir la idea, propiciar su financia cidn y animar a los accionistas, Soria fundo en 1896 la primera revista de urbanismo de la historia, que se llamo precisamente «La Ciudad Lineal Asi nacio la Ciudad Lineal de Ma- drid, ese peculiar fragmento urbano englobado hoy en el cuerpo total de la ciudad. El desarrotlo de la idea gene- ral quedé frustrado y solo Ilegé a rea- lizarse un primer tramo de 5 kilome- tros de todos los que componian la envolvente total. Se trata, pues, de una realizacién a escala reducida (la calle central tiene 40 metros de an- cho) de la gran teoria En 1895, la Compafta libro ta ba- talla de la adquisicion de los terrenos y el trazado de las calles. En 1906 ha- bia construido los primeros kiléme- tos de via férrea, partiendo del barrio de la Concepcién hacia el Norte, por la cual circulaba un tranvia cuya trac- cién fue animal, por lo menos hasta 1904, En 1911, la Ciudad Lineal de Madrid contaba con una poblacién fija de 4.000 habitantes, Lucgo, con la quiebra financiera de 1914 y la muerte de Soria en 1920, la Ciudad Lineal empezé a declinar, Desfigurada posteriormente, tanto por fa alteracién de las condiciones de edificacion como por el tratamiento viario de la calle central, ha legado hasta nosotros como una’ pieza anto- légica, como una muestra de un prin- cipio tedrico de planeamiento urbano que tuvo aqui su origen y que, desde entonces, ha suscitado en el mundo un gran interés, manifestado en la in- fluencia ejercida en una gran cantidad de proyectos y propuestas posteriores. Entre ellos puede citarse el uso de la idea que hicieron los urbanistas so- vieticos de los afios treinta, que la propusieron sin éxito para una orde- nacién general del territorio de la URSS y la aplicaron realmente en la extensin de Stalingrado y en la cons- truccién de Magnitogorsk. Posterior- mente, ya en los afios sesenta, el urba nismo lineal volvid a tener repercu- ssidn en varios paises, y especialmente cen Inglaterra, donde aparecieron pro- uestas lineales para la ordenacién del territorio y la construccién de nuevas ciudades, cel Los esquemas lineales se imponen ‘on nglaterraa Imediados de os afos 60, para ordenar 2! esarrolo urban ‘sobre scorredores: Es amanestacion ‘modorna de a valde? de antuicion de Sorta respectoa Jacapacidad fordenadora de! transporte sobre e! temitono, 40 19/La ciudad jardin Ya hemos visto: la importancia que tuvo, en la segunda mitad del siglo pasado, la aparicién de las lamadas ciudades-jardin. Mas alla de las pro- pias manifestaciones concretas en las colonias obreras ajardinadas, habia un sentimiento general de nostalgia de Naturaleza. Por otra parte, las for- mulaciones del utopismo reformista habian exaltado la imagen de las co- munidades ideales. En ese contexto cultural es en el que hay que contemplar, ya a caballo entre los dos siglos, la aparicién de ‘una nueva contribucién tedrica desti- nada a aleanzar gran repercusin en el urbanismo posterior. Se enraiza en Ta linea del utopismo reformista, que a hace atractiva y capaz de movilizar entusiasmos y recursos, pero al mi: mo tiempo sus planteamientos son mucho menos ambiciosos que los con- En 1898 aparece ef libro do Ebonozer Howard, Tomorrow, ‘que desencadena of ‘movimiento de Ciudad Jardin 2 instituye el modelo Urbane radi: ‘oncéntrico para el tratamiento dela ‘gran cluded. (Enunciacin teerica (de) Green Belty de fas ciudades satelite) Abajo, a iequiorda, Letchworth Garden City. Esquema de Tomorrow eS tenidos en aquellas propuestas: Por el contrario, se acerca suficiente- mente a lo que la sociedad inglesa contemporanea podia asumir y egar a poner en practica. Va a persistir la idea de una reforma social gradual, pero compatibilizada con la defensa de la libertad individual, la compe- tencia y la propiedad privada. Nos estamos refiriendo a un famoso libro, publicado en Inglaterra en 1898 por Ebenezer Howard, con el titulo de Mafiana, Un camino pacifico para una reforma real. El punto de partida esté en la necesidad de dete- ner o invertir la afluencia de pobla- cién a las ciudades, abandonando el campo. Para ello, Howard cree haber encontrado la clave del problema «de cémo devolver a la tierra Ia pobla- idm. Esa clave est en la creacion de una nueva clase de ciudad, la ciudad campo 0 ciudad jardin, capaz. de ofre- cera la gente un atractivo superior al que ejerce la ciudad tradicional por si sola 0 el campo por si solo, conjugan- do, segiin él, las ventajas de ambos. Para este nuevo tipo de ciudad, Ho- ward ideo un modelo espacial indica- tivo, tanto para la propia ciudad en si ‘como para su distribucion territorial, formando constelaciones con otras ciudades semejantes, a través de un modelo de ordenacién espacial en el que varias ciudades menores apare- cen formando una orla de satélites al- rededor de la ciudad central Howard publicé una segunda edi- cidn de su libro, titulada-Ciudades jardin de maiana. Este titulo llevé a una identificacion de la idea de ciu- dad jardin con la teoria y el modelo e: pacial de Howard, lo cual es correcto, puesto que, en sentido estricto, los an” tecedentes denominados ciudad jardin no podian aspirar a ser considerados como ciudades, sino como barrios 0 colonias, La influencia que tuvo esta pro puesta en el urbanismo posterior es muy importante y por ello merece este destacado recuerdo, Se manifestd a través de dos dimensiones. Por una parte dio lugar a la creacién real de judades nuevas. Por otra, proporcio- 16 un modelo general de planeamien- to para el tratamiento descentraliza- dor de ciudades existentes. En efecto, en 1903 se constituys ‘una compafiia privada que procedié a la construccién de la primera ciudad- jardin, Letchworth, cerca de Londres, para tna poblacién de 35.000 habi- tantes con muy bajas densidades y utilizando siempre edificios de escasa altura, La empresa fue un éxito. En 1919, Letchworth tuvo su primer ayuntamiento, Por ello, los seguido~ res de Howard emprendieron en 1920 Ta construccién de la segunda ciudad- Jardin: Welwyn En todos los paises se desarrollé al- guna forma de movimiento de cons- truceién de ciudades-jardin, si bien, ‘en muchos casos, no puede hablarse propiamente de ciudades, sino de co- Peng aoe E aah lonias 0 barrios jardin, siguiendo una tradicién que, como ya vimos, era anterior a la obra de Howard, pero que ésta contribuyé poderosamente a afianzar y generalizar. De entre todas estas realizaciones urbanisticas debe recordarse especialmente la creacién de_Radburn (Estados Unidos) en 1928, en cuyo trazado se utiliz6 por primera vez. un tratamiento del trafi- co en sistema separado respecto a la red de pascos de peatones, disponien- do un conjunto de fondos de saco para acceso rodado a las viviendas. Pero el modelo de Howard tenia también, como hemos visto, otra di- mensidn, y tuvo por ello otras conse- cuencias. La idea de contener el creci- miento urbano por un cinturén rural y oreanizar una constelaci6n de citu- dades menores en tomo a una central, fue el principio mas _ampliamente aceptado por la teoria urbanistica posterior y sirvié realmente como base a los modelos de planeamiento uitilizados durante mucho tiempo para el tratamiento de ciudades con- cretas, generalmente grandes. Arriba, a fa izquiorda, ejemplos de la repercusion del ‘modelo de Howard en bropuestas lagramaticas: ‘Stuben, 1912; Whitten, 1932 Ensusaspectos visuales, Welwyn no ‘se dlferencia del ‘modelo general de Tas ciudades jardin 2 anteriores. 4 20/La ciudad funcional En el periodo que siguié a la Primera Guerra Mundial, Europa se vio en- frentada con problemas de recons- truccién y expansion urbana, insertos en procesos de cambio cultural y tec- noldgico. En ese contexto, el proble- ma de la vivienda, como importante demanda cuantitativa a satisfacer ri- pidamente, adquiere dimensién poli- tica y estimula la investigacién de la produccién.seriada. Ello, por otra parte, aparece claramente inscrito en Ja investigacién mas general de las posibilidades de racionalizacién té nica de todos tos procesos de produc- cién quealcanzaban incluso el art. En 1919, el arquitecto_aleman Walter Groppius funda la famosa influyente escuela denominada Bau- hhaus, cuyo programa va a consistir en renovar la metodologia del proyecto (desde el objeto de uso cotidiano has- ta Ta ciudad) asignando al arquitecto una total capacidad para organizar el espacio en funcidn de las necesidades sociales. Tanto la labor investigadora, do- cente y divulgadora de la Bauhaus, como toda una serie de esfuerzos coincidentes, convergen hacia la defi- nicidn de unas lineas directrices que, efectivamente, suponen una impor- tante renoyacién, especialmente inte- resante para nosotros en su trata- tmiento de la realidad urbana a partir 42 del proyecto arquitecténico. Al aban- donar los cénones académicos de composicién formal previa, Groppius ¥ sus contemporineos llegan a un uevo proceso de diseiio, construido a partir del andlisis de las funciones a desempeiiar y a atender, con una re- sultante formal nueva y una nueva forma de entender el proyecto de la ciudad como localizacion y ensambla- miento coherente de las flinciones so- ciales. Por eso, mas alla de la especta- cularidad de la renovacién formal, propia del funcionalismo arquitecté- nnico, y mas alld también de la famosa frase de que «la forma debe seguir a la funcién», interesa destacar aqui ese intento de construir una metodologia ccientifica de la composicion, derivado del anilisis basado en la descomposi- cidn funcional y su posterior sintesis formal, La trasposicién del funcionalismo arquitectonico al urbanismo se reali- za a partir de la integracion dela célu- la vivienda (para la que se ensayan nuevos tipos) en agrupaciones que conducen a la configuracién de nue- vos conjuntos arquitectonico-urbanis- ticos y de ahi a la unidad urbana total. El proceso puede seguirse a tra- vés de los barrios nuevos que se cons- truyen durante los afios veinte, espe- cialmente en Berlin y Frankfurt, en los cuales se manifiesta una rigida sis- tematizacién de las disposiciones de Exaltacion de os ‘cumplimionta de las ‘lores de funeiones que Naturalezay de un deberi desorpofar. ‘nuove modelo de Envision oe Le Ciudad quedeberia Corbusier, un parque sictituira continuo y grander ecadente cudad lemons tradicional, Srquitectonicas Insts af aislados. la edificacién en formaciones parale- las, de idéntica orientacién y caracte- risticas arquitecténicas repetidas. En algunos casos, las filas de_viviendas uunifamiliares fueron sustituidas por bloques en altura, ya que ello pern tia concentrar en escaso suelo una gran cantidad de viviendas, pudiendo mantener asi més espacio libre a. su alrededor. La defensa del bloque alto, desde consideraciones econémicas, fun- Cionales, higiénicas y estéticas, fue desarroliada por ese urbanismo racio nalista centroeuropeo. Por su parte, y desde 1922, partien- do de muchos planteamientos coinci ddentes, dandoles forma personal con tuna arrolladora y convincente fuerza poética, Le Corbusier formulé toda sina nueva y sugestiva teoria de’ la ciudad. La fue elaborando en conso- naneia con una investigacién plistica y Ia expuso brillantemente, a través de hermosos y polémicos proyecto: eseritos, que le sitian entre los més destacados teorizadores del urbanis- ‘mo moderno. La edificacién concentrada en gran altura y levantada del suelo sobre pi- lotes permite liberar todo el terreno para disfrute del peatdn en un parque Continuo. Las vias de circulacién ro- dada irdn también elevadas para no interferir ese disfrute. Unas rotundas formas geométricas giganteseas emer sgiendo de un mar de vegetacién, tal es la fisonomia de esa ciudad de Le Cor- busier, aportacién plistica y concep- tualmente decisiva para mucho urba- nismo posterior, que coincide con el racionalismo germénico en su funcio- nalismo basico, aunque fa resultante formal sea diferente en este caso, co- ‘mo corresponde aun punto de parti da menos condicionado en el proce- so de construccién de la forma final por el analisis tipoldgico de la vivien da, La transposicién del funcionalis- mo al urbanismo tiene un documen- to testigo clave en el que se explica la forma de realizar la ciudad funcional, La Carta de Atenas, publicada en 1943, empieza, en efecto, por afirmar escuetamente que las funciones fun- damentales que se desarrollan en la ciudad no estén bien atendidas en el estado actual de las aglomeraciones y que, por tanto, procede reorganizar las relaciones entre los lugares que les. estan destinados. De ahi el énfasis en las virtudes de la zonificacidn que «pondri orden en el territorio urba- no», «teniendo en cuenta las funcio- nes-clave». La trasceidencia de este documento fue considerable, ya que condensa y expone con claridad y atractivo toda una sintesis de las ela- boraciones conceptuales que habian venido realizaindose desde los aios veinte, en desarrollo de las_nuevas orientaciones funcionalistas. En reali- dad, la Carta de Atenas es la versi6n dada por Le Corbusier de los resulta- dos obtenidos en los primeros Con- gresos Internacionales de Arquitectu- ra Moderna (los famosos CIAM), en los que se habian confrontado, anali- zado y aunado muchos esfuerzos an- teriormente aislados e inconexos, rea- lizados en todo el mundo, dando paso a una teorfa comin: la teoria de [a ciudad funcional: una concepcién de Ta ciudad basada en su organizacién al servicio de las «funciones» del indi- viduo y de Ia sociedad. Para ello es Ejemplo del espacio lrbano resultante de Ta aptcacion de los principios oe! funcionalism, enlo que se refiere alasistomatica titlizacion de edifcacisn exenta, ‘on destruccion del ‘espacio urbano tradicional preciso identificar, caracterizar_y cuantificar unas funciones humanas basicas (habitar, trabajar, circular y cultivar el cuerpo y el espiritu) de un individuo tipo, de validez universal y ‘comportamiento igualmente tipifica~ do, y, a partir de ahi, distribuir el uso del espacio urbano en forma que sa- tisfaga a esas funciones individualiza- das, asignando localizaciones precisas e inequivocas a cada una. Como mis tarde veremos, la critica posterior ha puesto de manifiesto los graves erro- res implicitos en tal reduccién y sim- plificacion de la realidad *. 4B 21/La ciudad comunitaria Laexaltacion del papel de la comuni- dad en la constitucién de una socie- dad mejor y de una ciudad mejor es- taba en la base del utopismo reformis- ta, cuya importancia ya hemos sefia- lado. LQué profundos ecos psicolégi- cos despiertan las llamadas a la cons- truccion de comunidades cohesiona- das y solidarias? La construccién de la comunidad nueva o la organizaci6n de comunidades dentro de la ciudad existente estan en la base de una can- tidad importante de teoria urbanistica contemporiinea La idea de comunidad habia sido objeto de investigacion desde 1887 por el socidlogo aleman’ Ferdinand Ténnies, en una obra de gran difusion cultural en la que sostenia que «la co- ‘munidad es la forma genuina y perdu- rable de la convivencia», y que su er men est en una tendencia natural de cohesion que liga a los individuos a través de relaciones primarias. Tam- Dien anticipaba Ténnies la idea de que Ia comunidad languidece y pierde vi- talidad al agrandarse la ciudad. La condena de la gran ciudad y la idea de Ta regeneracion de la sociedad por re- vitalizacién de la comunidad, con toda la nostalgia de la vida estable y estabilizadora, aparece sostenida ya asi desde esa sociologia inicial, y con- tara con multiples apoyos posteriores. C. Horton Cooley, por ejemplo, en 1909, elaboraria la nocién de «srupo primario» para atajar los «males de desorganizacién social», y E. Durk- heim investigaria las formas de «soli- daridad» y la integracién de los indi- viduos en los grupos sociales con ga rantias de sociabilidad normal. Por su parte, también la ecologia social habia incidido desde los aiios veinte sobre Ia importancia del grupo primario y en su relacién con un de. terminado fragmento espacial en el arrancara la idea de unidad yecinal, ‘como comunidad localizada espacial- mente, que después ha manejado pro- fusamente el urbanismo. Una prime- ra definicion y sistematizacion del concepto para su uso practico en ur- banismo aparece en 1929 en los tra- ajos del americano Clarence Perry. La unidad vecinal seria un rea po- blada, delimitada fisicamente por vias de trafico, de modo que las vias inte- riores queden solo para acceso a la unidad, Pero, al mismo tiempo, este fragmento espacial asi definido debe ser capaz de mantener y requerir una escucla primaria para una poblacién escolar correspondiente a una pobla- ccidn total comprendida entre 5.000 y 6.000 personas. En ese sentido de mo- delo normativo es como ha tenido un amplio desarrollo en la teoria y en la prictica posteriores del planeamien- to, habiendo sido objeto de multiples claboraciones y definiciones. La base comtin de todas ellas es su considera cién como unidad espacial basica del tejido urbano y célula primaria de Ia que desarrolla su vida 2 . De ahi ‘estructura social. Gpatiemvememre KEY POPULATIONS. ee ee ee 2 strc n6 fee qeC Sages Deere cewtae 5 = $888 Rhtuwne sarions Se 2 = ieee Las unidades ‘ecinalo, base de! {ieosameto os] laneamento ee ‘fear, Bisgramas eraiene deaborcranbie A Uniizacién det segin Clarence ‘principiodela unided Stein. La escuela YvecinalenRadbumn, centrode a unidad. Por este camino, la unidad vecinal se convirti6 en el elemento basico de una teoria urbanistico-sociolégica Gaston Bardet La vecinales agropadas Gludedtalcomo es. constituyen os Diagramade 1948. barrios. La Las unidades ‘agrupacion de estos es la cudad. mas ambiciosa. Segiin ella, varias unidades vecinales proximas forman una unidad fisica y social superior, el barrio, y varios barrios forman, a su ‘vez, la ciudad. La teoria de las comu- nidades urbanas escalonadamente je- rarquizadas forma la base de numero- sas propuestas y planes que se desarro- ron a lo largo de los afios cuarenta y.cincuenta, fundamentalmente. Por ejemplo, en el plan de Londres, de 1943, se tomé la unidad yecinal como base para la reconstruccién de la cit- dad, lo que contribuy6 poderosamen- tea la difusién universal ya la exten- sién del uso de tal principio de pla- neamiento. Pero el intento mas sistematico ambiciosamente cientifico, clabora- do por la teoria urbanistica alrededor del tema de la comunidad con inten- cién de convertirlo en método de pla neamiento, fue el realizado por el francés Gaston Bardet en los afos cuarenta, La idea de que a través de una federacién de grupos comunita- ros se puede construir una sociedad ‘mejor, en la que Ia persona humana se encuentre protezida y pueda bene- ficiarse de la solidaridad comunitaria, se asocia con la conviccién de que ésa ces realmente la forma natural de orga nizacién espontinea de una sociedad sana y estable. Por eso Bardet em- prende, al mismo tiempo que la uti- lizacién de este modelo de planea- miento, una investigacién empirica para demostrar la existencia real de una serie de «escalones», como él los denomina, en la organizacién social de numerosas ciudades a las que so- mete a minucioso examen a través de unos procedimientos de andlisis crea- dos por él, en busca de lo que llamaba constantes sociales biolégica». Co- mo ha scfalado la critica posterior, la Investigacion de Bardet se encon- traba parcialmente viciada por su ne- cesidad de demostrar a toda costa su previa toma de postura a favor de una concepcién de la ciudad, construida fen conexidn con toda aquella socio- logia anterior, cuya base idcoldgica conservadora pondra también de ma- nifiesto esa misma critica, En Espafa, este urbanismo social ico, que se plantea la construccién de la ciudad comunitaria, tiene su principal representante en Gabriel ‘Alomar, que tanto en sus libros como én sus planes, desarrollados especial- mente en los aiios cincuenta, se en- cuentra inmerso en la corriente co- munitarista y plantea toda una teroria del planeamiento con base en la crea cidn de grupos primarios. titzacion de! ‘proponia en el Plan principiotednicode de Londres de 1948. escomposicion dela ‘hudad en Comunidades sociales, fal como 50 45

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