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LMA
Sindicacién de la victima
Sumilla. La sindicacién de Ia victima, refrencada
con otros elementos periféricos, enerva. la
Presuncién de inocencia que asistia at imputado
dl inicio del proceso,
Lima, veinte de marzo de dos mil diecisiete
VIST
por el encausado Manvel Torres Urrelo, contra la seniencia de fojas
: el recurso de nulidad interpuesto
doscientos cuarenta y tres, del nueve de abril de dos mil quince. De
conformidad con el dictamen de Ia sefiora Fiscal Suprema en lo Penal.
Interviene como ponente el sefior Prado Saldarriaga.
CONSIDERANDO
Primero, Ei encausado Torres Urrelo, en su recurso formalizado de fojas
doscientos cincuenta y ires, cuestiona la condena en su contra y alega
que la misma es injusta y orbitraria; pues erréneamente se le condend
come autor del delito de tentaliva de violacién sexual de menor de
edad sin que exisia prueba que acredite que comelié dicho delito, por
lo que solicita se le absuelva del mismo. Al respecto, alega que:
@. No existe prueba que confirme que haya introducido los dedos
en Ia vagina de la menor. La decloracién de la menor solo
prueba que hubo locamientos mas no introduccién de los dedos
El padre de esta lampoco sefialé que Ia menor le haya contado
sobre la introduccién de los dedos.
b. La madre de Ia victima no concurrié al ico oral.
¢. La sindicacién de la menor obedece a una venganza.
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d. El certificado médico legal no indica que haya existido
inlroduccién de dedos 0 dedo u otros objetos en la parte intima
de la menor agraviada. Las pruebas periciales de ninguna
manera pueden probar penetracién alguna, solo acreditan el
aspecto psicolégico de las personas.
Su defensa técnica solicité expresamente la desvinculacién de la
acusacién fiscal de violacién sexual de menor de edad, pero su
pedido no fue atendido.
los hechos ocurides son atipicos; por lo que solicita su
absolucién.
Segundo. En Ia acusacién fiscal (fojas ciento noventa), se iImputa a Manuel
Torres Urrelo el delito contra la libertad sexual-tentativa de violacién
sexual en perjuicio de la menor identificada con la clave doscientos
cincuenta y nueve guion dos mil trece. Hecho suscitado el dos de
noviembre del dos mil rece.
Se detalla que el acusado ocupaba el tercer piso de la vivienda
ubicada en la manzana D, lote uno-A, de la Asociacién de Vivienda
Villa La Oroya, del distrito de Santa Ania, con su familia (conviviente e
hijos). Mientras que en el cuarto piso vivia la victima con su hermano de
nueve aitos y su padre Juan Richard Rea Mendoza.
El dia de los hechos, el acusado aproveché que el padre de la menor
no se encontraba para subir al cuarto piso, se aseguré de que los nifios
veian television y le invité comida Unicamente a la agraviada. Le
pregunié por su padre y esta le coniesté que no se enconiraba. En ese
momento se retiré del lugar, para regresar a las tres de la madrugada
del dia siguiente. Al percatarse de que ambas habitaciones estaban
abiertas, bajé Ia llave del suministro de energia eléctrica e ingresé al
cuarto de la menor. Al no encontrarla fue al cuarto de su_hermano,
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donde enconiré a ambos dutmiendo. Le quilé Ia frazada, baié el
Pantalén y trusa a la menor, hasta la altura de los muslos, e introdujo
sus dedos en la vagina. Al observar que la victima comenzé a
moverse, salié inmediatamente de la habitacién. Luego la agraviada,
conjuntamente con su hermano, se comunicé telefénicamente con sus
padres, a quienes comenté lo sucedido.
Tercero, De la revision y andlisis de autos, se advierte que el cerlificado
médico legal de fojas veintinueve, concluye que la agraviada presenta
himen complaciente y ano euténico; ademés de lesiones genitales
recientes, En su ropa interior, en la parte que cubre sus genitales, se
hallaron manchas de sangre. Hechos que acreditan la materialidad del
delito.
Este cerlificado se corobora con el protocolo de pericia psicolégica
practicado a la menor agraviada, el cual concluye que presenta
Freaccién ansiosa situacional en la pubertad, compatible con los hechos
materia de investigacién referidos a experiencia negativa de tipo sexual
(ver fojas cvarenta y uno}
Cuarto. En cuanto a la responsabilidad del encausado Torres Urrelo
se acredita con Ia sindicacién directa de la menor agraviada
(ver declaracién policial de fojas veinticuatto), donde sefialé que el acusado
@s su ffo, quien en horas de ia madrugada del tres de noviembre de dos
mil frece subi6 a Ia habitacién donde descansaba con su hermano
menor y la empez6 a tocar en sus partes intimas. Al percatarse del
hecho se movié con la finalidad de despertar a su hermano; por lo que
el encausado se dio cuenta que estaba despierta y se fue de la
Ca
habitacién.aS
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Refiere que se percaté que era el acusado Torres Umelo porque la
ventana estaba a medio cerrar y habia el reflejo de Ia luz del poste de
la calle.
Finalmente, sostiene que llamé por teléfono a su padre a quien
comenté todo lo sucedido.
Este relato se corrobora con la declaracién de Juan Rea Mendoza
(padke de lo victima), quien sosluvo que el dia de los hechos trabajaba
como faxista, Era de madrugada cuando su hija Ia tlamé por teléfono
llorando y le contd lo sucedido. Cuando llegé a su domicilio golped al
encausado y este no le dijo nada. Su hija le comenié los detalles, por
eso retorné nuevamente a golpear al encausado {ver fojas dieciséis).
En el juicio oral sostuvo que la menor comenté también a su madre que
el procesado habia introducido sus dedos en su vagina. Esta version, a
su vez, se respalda con la version de Olivia Astohuayhua Vargas, madre
de Ia victima, quien también sostuvo que su hija le comenté que el
acusado introdujo sus dedos en su vagina por lo que sintié mucho dolor
(fojas once).
Quinto, Frente a Ia versién sindicatoria, existe la negativa del encausado
{fojas ciento cinco y doscientos diecisiete}; no obstante, tal negativa asi como
la explicacién verlida en su recurso impugnatorio {donde aduce que solo
habria cometido tocamientos inciebicos), solo constituye un argumento natural
de defensa dirigido a evadir su responsabilidad. Esto se determina a raiz
de las pruebas aportadas en el presente proceso, las cuales evidencian
que el encausado habria intentado cometer el acio andlogo al de
violacién sexual, al intentar introducir sus dedos en las partes intimas de
la agraviada, lo que habria causado las lesiones genitales que se
_—.
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describen en el cerfificado médico legal antes citado, razén por la que
también se habrian hallado las manchas de sangre en su ropa interior.
la declaracién sindicatoria de la menor fue llevada a cabo con las
garantias de Ley, pues el representante de! Ministerio PUblico estaba
presente en dicha diligencia, por to que cumple con los requisitos
establecidos en el articulo sesenta y siete, del Cédigo de
Procedimientos Penales para ser una prueba valida de cargo.
Sexto. En lo demas, los argumentos del recurrente vertidos en su recurso
impugnatorio carecen de sustento fdctico y normativo para ser
amporados. Existe ademas la pericia psicoldgica que se le practicé al
encausado donde se concluyé que este presenta personalidad con
rasgos pasivo impulsivo y disocial, denota un limitado control de
impulsos en el Grea sexual (ver fojas cuarenta y cuatro). Este instrumento fue
ratificado en el juicio oral, donde el perito que examiné al encausado
sostuvo que este no presenta ninguna patologia y se daba cuenta de
la gravedad de los hechos perpetrados (fojas doscientos veinticinco)
Por lo demas, la sindicacién de fa menor mantiene su esencia
inctiminatoria y fue respaldada con otras pruebas descritas
precedeniemente y valoradas en a sentencia recurrida, por lo que
cumple con los estndares y requisilos exigidos por el acuerdo plenario
nUmero dos-dos mil cinco/CJ-ciento dieciséis, para avalar la condena,
Por ende, los agravios del recurrente deben desestimarse.
Séptimo. En consecuencia, al haberse desvirtuado el principio de
presuncién de inocencia que asistia al imputado Torres Urrelo, se verifica
que Ia condena recurrida se encuentra conforme con lo previsto en el
articulo doscientos ochenta y cinco, del Cédigo de Procedimientos
Penales; por ende, corresponde confirmarla Za
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DECISION
Por estos fundamentos, declararon: NO HABER NULIDAD en Ia sentencia
de fojas doscientos cuarenta y tres, del nueve de abril de dos mil
quince, que condené a Manuel Torres Utrelo como autor del delito
contra la libertad sexucl-tentativa de violacién sexual de menor de
edad, en perivicio de la menor identificada con clave doscientos
cincuenta y nueve-dos mil trece, a veinticinco afios de pena privativa
de libertad y fj en veinte mil soles la reparacién civil que debera
abonar el sentenciado a favor de la agraviada. Dispuso el tratamiento
psicolégico de conformidad con Io establecido en el articulo ciento
setenta y ocho-A, del Cédigo Penal.
Integran este Supremo Tribunal el sefior Cevallos Vegas, por licencia de
la seftora Barrios Alvarado; y la sefiora Chavez Melia, por vacaciones
del sefior Salas Arenas. Y los devoivieron.
8.8. -
SAN MARTIN CASTRO
PRADO SALDARRIAGA—
PRINCIPE red
SE PUBLICO CONFORME A LEY
Primera Sole Penal Pensitrie
‘CORTE SuPREWA