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Anverso Dibujo extraldo de Pidagogische Skizzenbuch de Paul Klee (Munich, 1925; 2° ed. americana, Noeva York: Frederick A. Praeger, Ine. 2953), P. 41; teproducido aqui por autorizacién de los editores. I LA REALIDAD RECREADA El atte no es una copia def mundo real. Con este dichoso mundo, te- rnemos ya bastante.” 1 LA DENOTACION Saber si un cuadro ha de ser una representacién o no, es un problema mucho menos decisivo de lo que las recias contien- das entre artistas, crfticos y propagandistas podrian dar a en- tender. Sin embargo la naturaleza de la representacién ze- quiere un estudio, previo a cualquier examen, del modo como los s{mbolos funcionan en el interior y en el exterior de las attes. El que la representacién se dé frecuentemente en al- fgunas artes, como en pintura, y raramente en otras, como cen miisica, es una amenaza pera una estética unificada. Por otra parte, la confusién existente acerca de cémo la represen tacién pictérica, en cuanto modo de significacién, estd vincu- ada con, y se distingue de, la expresién verbal, de un lado, y por ejemplo, la exptesién facial, de otro, resulta fatal para cualquier teoria general de los simbolos. La idea més ingenua de la tepresentacién quizé podrfamos formularla asf: “A representa a B si, y sélo si, A se asemeja notablemente a B”, 0 “A representa a B en la medida en que A se asemeja a B®, Vestigios de esta concepciéa, con toda clase de sutilezas, se mantienen en Ia mayor parte de la bi Dliografia sobre representaciéa. Y sin embargo apenas po- drfan condensarse més errores en f6rmula tan zeducida. Algunos de sus fallos son ce lo més palmario. Un objeto se asemeja en gtado sumo a s{ mismo a pesar de que rara- * Citado como perteneciente a un ensayo sobre Virginia Woolf. No he conseguido dar con ta fuente. ar “ i 22 I-+LA REALIDAD necreapy - mente se representa a si mismo; la semejanza de Jo que ocurre con la epresenticién —es fellexiva, Més mientras que una pintura puede representar WT deawe de ‘Wellington, el duque no representa a la pinturaMas, en mu- chos casos, ni siquiera en un par de objetos muy parecidos, uno representa a otro: ninguno de los automéviles de una cadena de montaje es un cuadro de uno cualquiera de los de- més; ni tampo a. reptesentaci6 otto, ni de su hermano gemelo siquiera. En suma, Ia seme- prado, no €s condicion’ Saft “Lo que ya no esté tan clato es qué correccién de la f6rmu- Ja se impone. Podrfamos limitar auestras pretensiones y an- teponer la condicién: “Si A es un cuadro...”. Ni que decir tiene que, al interpretar “cuadro” como “representacién”, abandonamos ya una buena parte del problema, a saber, qué es lo que constituye una representacién. Pero incluso inter- pretando “cuadzo” de modo lo bastante amplio como para que englobe soda pintura, la f6rmula fallarfa igualmente por cottos lados-“Una pintura del castillo de Marlborough reali zada por Constable se parece mucho més a otra pintura cual- 1 Lo que aguf tomo en consideracién es la representacién pictérica, © Ia depiccidn, y la representacién similar que pueda darse en ottas artes. Los objetos naturales pueden ser también elementos de repre- sentacién: asi lo atestiguan el hombre en Ja luna y el perro pastor en fas nubes, Algunos autores emplean la palabra “representacién” como término general para designar todas las yaciedades de lo que yo amo simbolizacién o referencia, y emplean “simbélico” para designar los signos verbales y otros no pictéricos que yo llamo “no-representa- cionales*. *Reptesentar” y derivados tienen muchos otros us0s, y si bien mencionaré algunos de ellos mis adelante, los demés no nos in- teresan aquf. Entre éstos estén, por ejemplo, ei uso segdin el cual un fembajador representa a una nacién y hace su representacién en un go- bierno exttanjero, (2) La denotacién 23 guiera que al castillo, y ro obstante es el castillo lo que aqué- Ila representa, noja otto cuadro — ni siquiera a la copia més lograda de éste. Afiadir la condicién de que B no puede ser un cuadro, seria desesperado y fitil; un cuadro, en efecto, puede reptesentar a otro y, a decir verdad, cada una de las pinturas, otrora populares, de las galerfas de arte representa # muchas més, wy EL hecho. puto y_simple ¢s,que.un. fsa a que fepre- sente a un objeto,# tiene que ser simbolo de éste, tiene que estat ea lugar suyo, ‘grado de. seme- janza_es_sufctente. para establecer,la relaciGn de, referencia precisada. Tampoco la semejanza es necesaria para la refe- rencla; casi cualquier cosa puede estar en lugar de cualquier otra. Un. cuadro que tepre: objeto — asf como un pasaje que lo describa — s¢ refiere a él; mds concretamente, lo denota® La denotacién es el alma de la representacién y es.independiente de la semejanza. ‘Asi, pues, si la relacidir€ntre-un cuadro con Io que repre- senta se asimila a la relacidn entre un predicado con aquello a lo que se atribuye,, deberemos examinar las caracteristicas cde In representacién como si de una clase especial de deno- tacién se tratara. ¢Qué tiene la denotacién pictérica en co- mién_con, y en gué se diferencia de, Ia denotacién verbal diagramética? Una respvesta no_insatisfactoria serfa.que.la semejanza, por eo que no sea una condicién suficiente de la repieseiitacidn, €§ justamente el rasgo que distingue a la re- presentacion de la denouacién de oti caies, #91 A denota a B, luego A representaré a B en la medida en que A se ase- meje a B? Creo que incluso esta versién aguada y, al pare- cer, inofensiva de la férmula inicial delata una concepcién muy equivocada de la naturaleza de la representacién, 2 Empleo “objeto” indepenentemente de'lo que repesente el cus ro, ya sea una manzana o una batalla. 8 Hasta el préximo capftule la denotacién no se distinguiss de otros tipos de referencia. 24 I+LA REALIDAD RECREADA 2 LA IMITACION “Para obtener un cuadto fiel, hay que tratar de copiar lo ais exactamente posible el objeto tal cual es”. Esta cindida aseveracién me desconcierta. En efecto, el objeto que esté delante de mi es a la vez un hombre, un enjambre de éto- mos, un complejo de células, un violinista, un amigo, un loco, y muchas cosas més. Si ninguna de ellas eel objeto tal cual es, gqué lo constituye, luego? sealista. 4 En “The way the world is”, Review of Metbaphysics, XIV (1960), 48:56, sostuve. que. ay. tantos_ modos. de. sex. del mundo. como Jos, hay de describirlo, verlo, pintarlo, etc,.verdaderamente,.y.

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