You are on page 1of 30

Características de oligarquía- Waldo Ansaldi

1. Oligarquía es una categoría política que designa una forma de ejercicio de la dominación
caracterizada por su concentración y angosta clase social, es decir, la exclusión de la mayoría de la
sociedad de los mecanismos de decisión política.
2. La dominación oligárquica puede ser ejercida por clases, fracciones o grupos sociales diversos ej,
terratenientes no capitalistas y capitalistas, burgueses y/o una alianza de clases o fracciones de ellas.
3. Oligarquía también define un tipo de régimen o de Estado: el régimen o Estado oligárquico que se
opone al régimen democrático.
4. La dominación oligárquica se construye a partir de la hacienda considerada como matriz de las
sociedades latinoamericanas; la institución familia constituye el locus inicial de gestación de las
alianzas de notables transferido luego a otras instituciones semipúblicas o prolongación pública del
espacio privado.
5. El ejercicio oligárquico de la dominación genera un modo de ser también oligárquico, en cuya
dominación intervienen valores tales como linaje, tradición, raza, ocio y dinero.
6. El concepto oligarquía designa un modo de ejercicio de la dominación política por un grupo minoritario
perteneciente a clases sociales que detentan poder económico y social cuyas características son: 1.
base social angosta (burgueses, hacendados, plantadores, mineros, comerciantes) , 2. Reclutamiento
cerrado de los designados para funciones de gobierno, basado en criterios de linaje, apellido o
tradición , 3. Exclusión de los disidentes o de la oposición considerada radical o peligrosa, 4.
Combinación de centralización y descentralización en el ejercicio del poder político, mediante
clientelismo, burocracia y mecanismos de control intraoligárquicos, 5. Mecanismos de mediaciones y
lealtades familiares o grupales personales más que partidarios, 6. Autoritarismo, paternalismo,
verticalismo, 7. Autopercepción positiva de la condición de naturalmente elegidos para ejercer el
gobierno de los hombres y de la sociedad, 8. Limitación efectiva del derecho de sufragio, de elegir y de
ser elegido, 9. Predominio de dominación sobre la dirección en el plano político, no reducido a la
coerción o violencia física, 10. Organización del Estado como Estado capturado, lo que se traduce a un
estado central, más que nacional, 11. Pacto oligárquico expresa ciertos tipos de relaciones
interregionales.

La oligarquía constituye una forma de ejercicio de la dominación política de clase en América Latina
situada históricamente entre 1880 y 1930-40 correspondiente al período de economías primarias
exportadoras, en el cual el motor de crecimiento económico se encuentra en el exterior y depende de
la demanda de las economías industrializadas del centro del sistema capitalista mundial.
La dominación oligárquica se ejerce en el interior de sociedades estructuralmente agrarias, muy
estratificadas con prácticas paternalistas que funcionan en doble dimensión a) transmisión de la
dominación central (nacional) sobre los espacios locales y b) equilibrar intereses nacionales y locales.
En la dominación oligárquica la concentración del poder en un núcleo pequeño de personas es muy
alta, mientras que el espacio de aplicación de ese poder es reducido. De ahí la necesidad de articular
poder central y poderes centrales.
La dominación oligárquica es simultáneamente concentrada y fragmentada y en ella el espacio público
es privatizado.
Oligarquía es exclusión y fragmentación en todos los campos: geográfico, social, político, cultural. La
oligarquía es la forma de dominación política de las clases socialmente débiles.

1
La oligarquía puede describir una clase social dominante o bien calificar una clase social que subraya
la dimensión económica; también puede derivar su significado de la corrupción histórica de un
patriciado, y a su vez puede dar cuenta de una clase gobernante, consciente y unida con respecto a un
propósito nacional.
Según Botana, en Argentina se cruzan tres puntos de vista cuando se emprende el fenómeno
oligárquico: la oligarquía es una clase social determinada por su capacidad de control económico; la
oligarquía es un grupo político, en su origen representativo, que se corrompe por motivos diversos; la
oligarquía es una clase gobernante, con espíritu de cuerpo y con conciencia de pertenecer a un estrato
político superior, integrada por un tipo especifico de hombre político: el notable.

Soberanía popular, ciudadanía y nación en Hispanoamérica: experiencia republicana del siglo


XIX- Hilda Sabato

El cambio político inaugurado con la revolución de la Independencia en Hispanoamérica incluye la


adopción del principio de soberanía popular para fundar y legitimar el gobierno y la autoridad. La
categoría ciudadanía permite analizar las formas de participación política (inclusión/exclusión) en tres
facetas: la electoral, la de las armas y la de la opinión pública.
Para la conformación de nuevas comunidades políticas se crearon poderes políticos basados en el
principio de soberanía popular. Caída la monarquía y desarmado el imperio español se trato a la vez
de reconstruir el orden político sobre este principio y de dar forma a las nuevas naciones que debían
ser fuente de poder soberano y a la vez espacio de ejercicio de ese poder.
El criterio moderno de la representación consideraba que soberanía popular, representación y nación
eran realidades estrechamente relacionadas.
La igualdad política marca la entrada definitiva al mundo de los políticos. La institución de la
ciudadanía otorga a los individuos derechos y obligaciones políticas. Se movilizaron e incorporaron
sectores diversos de la población a la vida política.
Se impuso el criterio de que el gobierno de la nación debía quedar en manos de los elegidos por los
ciudadanos. Las elecciones adquirieron un papel central en la conformación de la autoridad legítima y
fueron el mecanismo formal para el acceso al poder gubernamental y la forma prescripta de ejercicio
de la libertad política de los ciudadanos.
En el terreno normativo la introducción del principio de representación implicaba definir a
representantes y representados. El derecho de sufragio se extendió a la mayor parte de la población
masculina adulta. Todos los hombres libres y no dependientes fueron incorporados. La exclusión se
asociaba a la falta de autonomía.
Por otro lado el universo de los elegibles era mucho más restringido ya que se estipulaban requisitos
de propiedad y de capacidad. Los representantes debían ser los mejores para encarnar la voluntad o
la razón colectivas; y las elecciones el método indicado para su selección entre quienes eran definidos
como aptos. Las prácticas electorales fueron políticas en la conformación de una esfera política que se
relacionaba con la esfera social. En cuanto a la definición de candidaturas, la selección automática de
los mejores no funciono y tampoco el de la deliberación racional en los sistemas de representación
indirecta. La negociación entre grupos para producir listas compartidas, la producción del sufragio
desde arriba, y los sistemas de unanimidad fundados en la representación invertida y la aparición de
partidos fueron posibles soluciones a la cuestión de la definición de candidaturas. Los elegidos debían

2
representar el interés colectivo y no un interés particular y las elecciones representaban el método de
selección de los mejores para encarnar el conjunto.
Solo una porción menor de la población habilitada (artesanos urbanos, campesinos, clases
trabajadoras del campo y la ciudad) para votar asistía a los comicios. Votar era un acto colectivo y los
participantes asistían organizados en grupos constituidos previamente como fuerzas electorales. Para
las dirigencias la clave del éxito electoral radicaba en la creación y movilización de clientelas políticas.
La actividad electoral se constituyo en el motor de la vida partidaria. Las agrupaciones políticas, a
través de su acción parlamentaria, en la prensa y en otros ámbitos de la esfera pública apelaban a un
público amplio e indiferenciado: el pueblo. Mientras ese pueblo ejercía solo parcialmente su derecho a
voto. Los comicios pasaron a ser territorio de grupos militantes activos. El resto de la población
aunque no acudiera a emitir su voto representaba un público con opinión política lo que contaba a la
hora de legitimar la autoridad.
Quienes aspiraban a liderar la vida política debían imponerse sobre sus pares y establecer
mecanismos de vinculación con sectores más amplios de la población. La carrera electoral abría el
camino hacia la dirigencia política. Los regímenes políticos fueron suficientes para producir el sufragio
y la representación pero no para garantizar el orden político. El sistema de gobierno debía asegurar la
representación de los diferentes grupos y clases que componían el todo social, y el partido se convirtió
en una institución adecuada para representar una diversidad social que debía encontrar su correlato
en el plano político. La ciudadanía se asoció estrechamente con el derecho y el deber de portar armas
en defensa de la patria y la institución de la milicia cumplió en ese sentido un rol fundamental. Las
milicias no eran tan solo una fuerza militar: representaban al pueblo en armas. La defensa de la
republica correspondía a los propios ciudadanos.
Las milicias estaban formadas por los ciudadanos, los mismos que integraban el electorado. La
legislación imponía el reclutamiento amplio, las clases acomodadas en general eludían el servicio, y
solo los más jóvenes y políticamente ambiciosos de entre ellos participaban buscando los puestos de
comando de los cuerpos milicianos. Las milicias estaban conectadas a las fuerzas electorales y
representaban a la ciudadanía en armas. El uso de la fuerza se consideraba legítimo cuando
peligraba la republica; los ciudadanos debían levantarse en armas en nombre de la libertad y contra el
despotismo. El triunfo de grupos que propugnaban la centralización política y la consolidación del
orden estatal implicó el fin de las milicias, la afirmación del ejército profesional y el destierro de la
concepción republicana que fundaba las revoluciones.
La opinión pública constituyó uno de los pilares conceptuales sobre los que se construyó el orden
político posrevolucionario, pues era, junto con la representación, base fundamental para la legitimación
del poder en la república. La instauración de ciertos derechos civiles, como las libertades de reunión,
de asociación y de expresión, y de la creación y el desarrollo de instituciones y prácticas que tuvieron
actuación clave en la vida política decimonónica. La opinión pública se entendía como la expresión
racional de la voluntad de los ciudadanos libres, surgida del seno de los nuevos espacios de
sociabilidad, las asociaciones modernas, y de la prensa periódica, ámbitos apropiados de deliberación
racional. Grupos y voces intervenían en nombre de públicos concretos. De todas maneras, en esas
décadas, el mayor impulso para la forja de una opinión pública provenía de las elites políticas y de los
gobiernos, y ésta fue sobre todo una instancia monopolizada por grupos minoritarios y materializada
en instituciones como la prensa oficial o paraoficial y algunas asociaciones de elite. También, estuvo
marcada por la coexistencia de diferentes formas de sociabilidad y de intervención pública que no
respondían a los criterios impulsados por las elites ilustradas. Gozaba de enorme prestigio puesto que
se la consideraba, junto con la prensa independiente, expresión de civilización y escuela de
ciudadanía. El público cuya voluntad se invocaba como fundamento del poder. Sin embargo, en
3
función de ese ideal, buena parte de las intervenciones se hacían en nombre del bien común; los
públicos concretos se presentaban en singular (como “el público”) pretendiendo encarnar la opinión de
la nación.
La vida política fundada sobre el principio de la igualdad generó espacios de intervención amplia y a la
vez estratificada, en los cuales la desigualdad surgía de la propia acción política y se nutría de ella.
Solo hacia el último cuarto del siglo XIX se alcanzó la consolidación parcial de esa forma relativamente
estable que llamamos estado-nación en la jerga contemporánea. Para entonces, las naciones
latinoamericanas estaban experimentando transformaciones importantes: sus economías crecían
sostenidamente en estrecha relación con el capitalismo y el mercado internacionales y sus sociedades
se tornaban más diversificadas y complejas.
El XIX fue el siglo de la república; y el siglo XX se abrió con la reafirmación del mismo principio de
igualdad instaurado durante las décadas de la república, pero en una nueva clave, la de hacer que esa
igualdad de derecho fuera también, en el campo político, una igualdad de hecho con la introducción de
formas democráticas de organización y gobierno. Solo entonces adquirió vigencia el horizonte de la
democracia política.

Conflictos Institucionales Durante El Primer Gobierno Radical- Ana María Mustapic

El texto habla de los conflictos y las tensiones generadas por los “desajustes” existentes en el marco
constitucional y las creencias políticas durante la presidencia de Yrigoyen.
Los resultados de las elecciones de 1916 dieron lugar a una equitativa distribución del poder en
manos dominantes (hay que tomar en cuenta de que el radicalismo siempre fue una tendencia política
de clase media, nunca popular, sino siempre favoreciendo al bi-partidismo). Mientras la UCR accedía a
la primera magistratura, la vieja elite dirigente continuaba controlando las dos ramas legislativas;
posibilitando un poder de veto en el proceso de decisiones (algo de lo que se cagaría de risa Yrigoyen
cuando aprovechaba el receso parlamentario); Dado que, como incluyo en el anexo, la constitución del
53 concebía a los poderes ejecutivo y legislativo como poderes colegisladores.
La “paridad” de fuerzas entre radicales y conservadores amenazaba con paralizar el aparato
gubernamental. Las estrategias posibles eran: optar por una política de cooperación o por una de
confrontación. En el caso de la confrontación, se intenta transformar, a cualquiera de los dos poderes,
de un poder concurrente en autoridad exclusiva. Esto último es lo que sucedió, utilizando como medios
la interpelación parlamentaria y la intervención federal.
Puede concebirse la ley Sáenz Peña como aquella que intentó sentar las bases de un nuevo
compromiso institucional fundado en el pleno reconocimiento de los derechos políticos de los
ciudadanos, así como en el de las minorías a participar en la gestión del gobierno. Con su sanción se
“intentó” ajustar un marco normativo a fin de encauzar el pasaje de un régimen oligárquico a uno
democrático. En el centro de esta operación, estaba la búsqueda de la participación institucional de la
UCR, que se había negado a cualquier entendimiento con la elite gobernante, optando por la
abstención electoral y la actividad conspirativa.
Garantizada la libre emisión del voto, perdían justificación las tácticas del partido; y la adopción
del sistema de lista incompleta puso de manifiesto la voluntad de los grupos dirigentes reformistas de
asegurar la presencia de la oposición en el gobierno.
Una vez que se renovó la presidencia en 1916 con el triunfo de Yrigoyen, el carácter mismo de
la transformación que se pretendía impulsar se constituyó en un nuevo problema. El radicalismo,
4
formado como partido “antisistema” bajo la dominación oligárquica (esto último no está errado), no
abandonó esa postura una vez en el gobierno. Los fundamentos de las reglas institucionales
comenzaron a ser objeto de interpretaciones disidentes entre radicales y conservadores, creando
tensiones en el experimento democrático. Yrigoyen se concebía como el ejecutor de un mandato
encomendado por el pueblo. Pero, dada la ausencia en el partido radical de una plataforma electoral
(coherente con sus propósito de ser un movimiento antes que un partido), el mandato se convertía en
una transferencia de la voluntad del pueblo a favor del poder ejecutivo. De donde se concluye que
Yrigoyen había sido autorizado por el pueblo para actuar según los dictados de su conciencia (no me
acuerdo si te gustaba que se escriba consciencia o conciencia). Así, con esta identidad establecida por
Yrigoyen entre presidente y gobernados, daba una pantalla para ver al poder ejecutivo como la
realización de una soberanía popular. Así el congreso dejaba de expresar un valor democrático,
porque el mismo ya estaba institucionalmente expresado en el poder ejecutivo, llevando al congreso
hasta instancias obsoletas de función.

La interpelación parlamentaria
El artículo 63, de la constitución del 53, concedía a los miembros del congreso el derecho de
reclamar la presencia de los ministros del poder ejecutivo para que proporcionaran los informes o
respondieran a pedidos de información previamente solicitados. Esto no tenía consecuencias directas,
ni daba lugar a una moción de censura, tan solo abría al congreso la posibilidad de criticar
públicamente las políticas y actividades del poder ejecutivo. Sobre estas interpelaciones, escribió
Yrigoyen al congreso; “están inspiradas en móviles políticos; el congreso no tiene facultad para
reprochar ni corregir los actos del poder ejecutivo que solo pueden ser juzgados con las formalidades
del juicio político”. Yrigoyen entendía que se subordinaba a la legislatura si consentía en facilitarle la
información que le era solicitada. No veía en ello un medio para promocionar sus políticas ante la
opinión pública.

La intervención federal
La intervención federal se convirtió en una de las herramientas predilectas del presidente. El
principio federal adoptado por los constituyentes argentinos, en comparación con su modelo
estadounidense, limitó notablemente la autonomía política de las provincias. El artículo 6 de la
constitución establece “el gobierno federal interviene en el territorio de las provincias para garantizar la
forma republicana de gobierno. La práctica concedió a ambos órganos de gobierno la facultad de
sancionar la intervención, pero el poder ejecutivo se encontraba en una situación más ventajosa para
lograr sus propósitos. Nada impedía que el presidente decretara una intervención federal sin consultar
al congreso; bastaba con que lo hiciera durante el receso parlamentario . Tampoco mediaba la
obligación de solicitar la aprobación de la legislatura cuando esta reanudaba sus deliberaciones.
Uno de los principales objetivos de las intervenciones federales, fue la búsqueda de aliados en
las provincias. La intervención colocaba a las provincias en una relación de subordinación respecto del
poder central. Al mismo tiempo que dejaba las puertas viertas a la discrecionalidad e incluso a la
arbitrariedad del poder ejecutivo. Yrigoyen, tan decidido a cuestionar la legitimidad de mecanismos
tendientes a limitar sus poderes, se sintió inclinado a recurrir a un dispositivo constitucional que se
ajustaba a su particular visión política y a sus objetivos más inmediatos. El principio invocado era el de
la “reparación nacional”. Pero se trataba sobre todo de obtener el poder para el radicalismo y de
consolidar el liderazgo del ejecutivo.

5
En resumen, las elecciones presidenciales del 16 son recordadas por el triunfo que otorgaron a la
UCR, pero también es importante resaltar la singular distribución del poder. Mientras que la UCR
obtenía la primera magistratura, la elite tradicional continuaba controlando ambas cámaras del
congreso.

El régimen político era sometido así a un temprano y severo test. La distribución de las fuerzas
políticas amenazaba con paralizar el aparato gubernamental.

Hasta entonces el sistema había estado dominado por una elite que recurrió a la cooptación pero
sobre todo al fraude para mantenerse en el poder. Dicho mecanismo estimuló la creación del partido
antisistema (UCR). En el intento revolucionario de 1890 hizo su aparición a la escena pública la UCR
expresándose a través de la abstención electoral y la actividad conspirativa.

Este estado de cosas alertaron a la elite dirigente acerca de la vulnerabilidad de un sistema de poder
basado en la exclusión de importantes segmentos de la sociedad. Estos conformaban un amplio
estrato medio surgido como consecuencia de los cambios económicos y sociales.   En esas nuevas
capas la UCR comenzó a recoger creciente apoyo.

Para evitar los riesgos del estancamiento producido porque el presidente pertenecía a un partido y los
legisladores a otro Por un lado, la actitud sugerida era la de cooperación. Una relación armoniosa entre
el PE y el PL. Por otro lado, se proponía una política de confrontación, era factible buscar el modo de
cambiar el equilibrio implícito transformando uno de los dos poderes en autoridad exclusiva.

Ambos caminos fueron transitados durante la primera presidencia de Yrigoyen. Se cooperó en temas
donde las diferencias no eran decisivas, por ejemplo en cuanto al modelo de desarrollo económico. En
Hispanoamérica se crearon las milicias ciudadanas y batallones integrados pro vecinos, que tuvieron
un papel activo en tiempos de guerra. Se establecieron milicias urbanas y provinciales, ya que se las
consideraba un modelo militar más adecuado a la república que el que representaban los ejércitos
regulares.

La nación reformulada: México, Perú, Argentina (1900-1930) – Mónica Quijada

Setenta años después de la Independencia Hispanoamericana, la concepción territorial de patria


(lugar, localidad o país donde se ha nacido) fue relacionada estrechamente con la noción de estado,
es decir el cuerpo político que reconoce la supremacía de un gobierno común. Territorio, estado y la
suma de los habitantes de ese territorio reunidos bajo un único gobierno, constituían la nación. La
nación se asentaba sobre cinco pilares fundamentales: la definición territorial, una economía común
con movilidad en ese espacio delimitado, leyes comunes con derechos y deberes legales idénticos
para toda la población, un sistema educacional público y masivo y una ideología cívica unificada.
Los estados soberanos estaban definidos por la consolidación de la unidad política sobre un territorio
geográficamente delimitado. Se había constituido el estado pero no la nación. La nación era mucho
más que un estado ejerciendo el poder en nombre de un pueblo soberano, sobre un territorio
geográficamente delimitado.
Se atribuyo a las generaciones constitucionalistas el fracaso de haber consolidado la exclusión y la
dualidad. Era necesario lograr la integración, convertir una aglutinación de heterogeneidades en una
6
identidad homogénea, extender los límites de la nación hasta que coincidieran idealmente con los del
estado. Era urgente crear una conciencia nacional, un yo colectivo mediante la consolidación de un
ideal común. Un pueblo, una sociedad o un estado no llegaran a ser en conjunto una patria hasta que
entre todos los grupos y unidades componentes exista la unidad ideal. La nacionalidad debe ser la
conciencia de una personalidad colectiva fundada en el sincronismo de espíritus y corazones.
Consolidar la nación sobre la base de un ideal colectivo era asegurar su destino. La intensa
pertenencia al propio pueblo, a la especificidad propia fue propuesta como único fundamente posible
de la aspiración a la universalidad. La exclusión tenía en todos los casos un mismo objeto: un
segmento de la población, un segmento de la memoria histórica. La dualidad se daba en Perú como
geográfico-étnica (costa blanca/sierra india), en México étnico-histórica (fundamente prehispánico
insurgente/hispánico-colonial) en Argentina se relacionaba con el aporte del elemento extranjero
(inmigración y capitales).

La generación de la independencia era la meta ideal para crear Republicas de ciudadanos. Los límites
de la nación fueron reformulados: integrar en la nacionalidad a la gran masa compuesta por los
elementos inconscientes hasta entonces alienados. La integración nacional se realizaría en el seno de
sociedades multiétnicas donde las diferencias iban más allá de la lengua o las costumbres heredadas
alcanzando el color de piel y las fronteras raciales se solapaban con adscripción social. En las últimas
décadas del siglo XIX y primeras del XX la afirmación de la inferioridad de la raza india convivió con la
reivindicación de sus derechos cívicos y sociales. Los indios representaban la base de la producción y
de la defensa nacionales. Con el indigenismo de las décadas siguientes se intento mejorar la condición
jurídica y social del indígena, convertirlo en ciudadano consciente. Esta conciencia indigenista junto
con el pensamiento social radicalizado sustento las propuestas socializadoras más originales surgidas
en el ámbito hispanoamericano. La pertenencia del indígena a un universo simbólico propio e
impenetrable dificultaban su incorporación a una nacionalidad unificada. La educación era
imprescindible pero lejos de ser necesaria una alta cultura se precisaba una cultura popular. La
convergencia de lo indígena con lo popular fue muy significativo en el ámbito mexicano, donde indios y
blancos compartían el culto supremo de la virgen de Guadalupe. Al estallar la revolución las huestes
de Zapata fueron consideradas como campesinos y su lucha fue percibida como un movimiento
agrario con reivindicaciones de base económica. En Perú los movimientos campesinos indígenas se
interpretaron como una guerra de castas que perseguía el hundimiento de la nacionalidad peruana.
En México la nacionalidad (mexicanidad) se vinculo al mestizaje. Así coincidió la meta de la nación
integral con la nación mestiza.
La revolución vino a consagrar una identidad nacional donde el indígena es el encargado de recordar
la especificidad frente a lo ajeno. El criollo debía tomar la iniciativa en ese proceso de mestización no
europeizando al indio sino indianizándose con él para presentarle nuestra civilización.
En Perú la cuestión étnica estaba vinculada a la geografía: la costa era blanca, la sierra era india. Los
señores eran blancos, los indios campesinos. El mestizaje representaba la imposición de unos sobre
otros. El elogio se asocia a la depreciación del mestizo. El Cuzco fue consagrado como símbolo de la
peruanidad tanto por los valores simbólicos del componente indígena, como por el propio indio sangre
pura, libre de hibridismos.
En Argentina el gaucho no representaba ningún papel en el inconsciente colectivo. La aspiración de
las generaciones constitucionalistas argentinas había sido construir un país moderno de raza blanca
con el aporte de la inmigración europea de la que se esperaba que contribuyese a la construcción de
un estado nacional prospero en el marco de modelo universal de nación. La exclusión en Argentina
tenía que ver con la sustitución de la población local (mestizos por raza blanca). El modelo
7
constitucionalista consagro la heterogeneidad. Lo elementos nacionales estaban alterados (lengua,
instituciones, prácticas, ideas tradicionales). El problema del indio de Perú y México, en Argentina se
convirtió en el problema del inmigrante. Para estos países la nacionalidad no podía prescindir del
indígena en Argentina nadie propuso eliminar la inmigración, había que encontrar canales idóneos
para consolidar la personalidad colectiva y conciencia unitaria. En Argentina el termino mestizaje es
reemplazado por el de fusión, crisol. La inclusión implicaba borrar la heterogeneidad de orígenes
mediante la fusión en una personalidad colectiva: lo argentino. La educación se convirtió en la
herramienta para la integración. En la escuela primaria se generaba la conciencia de pertenecer a una
patria, compartir una tradición a partir de la argentinidad. Se valoro la pertenencia a un universo
cercano como el latino generándose una predilección por los inmigrantes españoles e italianos. El
sentimiento nacional no era expresión política de una comunidad nacional sino que expresaba el
segmento de ciudadanos conscientes.

El abismo económico- Eric Hobsbawn

En las primeras décadas del siglo XX se produjeron trastornos y modificaciones en la política y


economía. Se da el primero golpe a las economías de exportación al interrumpirse el tráfico comercial.
A causa de la 1er. GM las economías europeas estuvieron dedicadas a la producción armamentista.
La demanda de metales como cobre y estaño, y de petróleo se incrementa; mientras que los productos
manufacturados comienzan a escasear. Se produce un fenómeno conocido como industrialización por
sustitución de importaciones; se da porque los productos industrializados no llegaban debido a que
Europa estaba en guerra, se impulsa así la producción local. Se inicia la industrialización siguiendo un
modelo de inserción en el mercado internacional.
Desde la revolución industrial la economía mundial se caracterizo por un progreso técnico acelerado
sobre todo en la era de las catástrofes, y un crecimiento económico continuo pero desigual. Inclusive
durante la Gran Depresión (1929-33) el crecimiento no se detuvo, solo se desacelero. Se produjo una
disminución de la inmigración, del flujo internacional de capitales (el volumen de préstamos
internacionales disminuyo). Este estancamiento puede atribuirse al hecho de que una de las
principales economías del mundo, EE. UU estaba alcanzando una situación de autosuficiencia, y
prácticamente no precisaba del comercio exterior.
Después de la 1era. GM el mundo anglosajón y otros países neutrales como Japón intentaron iniciar
un proceso deflacionario para estabilizar la moneda y su situación financiera. Y lo consiguieron; pero
en la zona de la derrota, desde Alemania hasta la Rusia soviética se produjo un gran hundimiento del
sistema monetario. Se esfumo el ahorro privado lo que provoco falta de capital para las empresas; por
lo cual la economía alemana dependió de los créditos exteriores.
A partir de 1924 se reanudo el crecimiento económico mundial aunque no fue la mejor época para las
explotaciones agrícolas estadounidenses y en otros países de Europa occidental el desempleo era
muy alto. Se produjo una crisis en la producción de artículos de primera necesidad por la caída de los
precios. Los campesinos intentaron compensar el descenso aumentando los cultivos y ventas lo que
ocasiono una caída adicional de los precios; lo que llevo a la ruina a los agricultores que dependían del
mercado aunque los efectos de la crisis se dejaron de sentir incluso en los países agrarios coloniales.
Para quienes trabajaban a cambio de un salario la principal consecuencia de la Depresión fue el
desempleo. Los sistemas públicos de seguridad como el subsidio de desempleo no existían. El
desempleo y el hundimiento de los precios agrarios afecto a hombres de negocio, economistas y

8
políticos. Para Keynes el pleno empleo era la única forma de recuperar la economía; se debía mejorar
los salarios de los trabajadores para reactivar el consumo.
La Gran Depresión desterró el liberalismo económico durante medio siglo. Gran Bretaña abandono el
libre comercio. Se subvenciono la actividad agraria garantizando los precios al productor, comprando
los excedentes o pagando a los agricultores para que no produjeran. La eliminación del desempleo
pasó a ser uno de los principales objetivos en política económica. Mientras el capitalismo liberal
occidental estaba estancado, la URSS experimentaba una industrialización acelerada gracias a los
planes quinquenales.
El mal funcionamiento de la economía durante el periodo de entreguerras puede explicarse con la
situación de EE. UU cuya economía luego de la guerra resulto beneficiada reforzándose su posición de
principal productor mundial y convirtiéndose en el principal acreedor internacional (tras ser deudor al
iniciarse el conflicto). Hubo una gran asimetría entre el nivel de desarrollo de EE. UU y el resto del
mundo. Otro aspecto destacable de la Depresión es la incapacidad de la economía mundial para
generar una demanda suficiente para sustentar una expansión duradera.
Cuando se produjo el hundimiento los quebraron muchos bancos por atrasos en el pago de los
préstamos hipotecarios. El boom crediticio hizo vulnerable a la economía debido a que los prestatarios
no usaban el dinero para comprar bienes de consumo tradicionales (alimento, vestimenta) cuya
demanda era muy inelástica.
En América Latina se cierran mercados por la caída de la demanda y la devaluación de la moneda.
En Argentina se intenta no perder los vínculos con Gran Bretaña y se firma el tratado Roca-Runciman
que establecía una cuota de carne en el mercado inglés.
En el aspecto político se produjeron cambios de gobierno, en América Latina varios de ellos mediante
dictaduras militares. La consecuencia política más importante de la Gran Depresión fue el triunfo del
régimen nacionalista, belicista y agresivo en dos potencias militares: Japón y Alemania. El retroceso de
la izquierda revolucionaria ayudo al fortalecimiento de la derecha radical.
La Depresión fue una catástrofe que acabo con la esperanza de restablecer la economía y la sociedad
del siglo XIX el viejo liberalismo fue condenado a la desaparición (fuerzas contrarias a la revolución
social, autoritarias y hostiles), y la hegemonía político-intelectual se disputaba entre el comunismo
marxista, el capitalismo y el fascismo.

Historia económica de América Latina, problemas y procesos (incorporación al mercado capitalista


mundial)- Korol y Tandeter

La independencia de América Latina significo la apertura de su economía al comercio internacional. La


formación de un mercado capital fue impulsada por el lento establecimiento de un sistema bancario
local, y el reinicio de las inversiones extranjeras, principalmente británicas y norteamericanas.
El crecimiento económico impulsado por el mercado internacional produjo el crecimiento de la industria
latinoamericana. En México, Argentina y Brasil se consolidaron los mercados internos lo que posibilito
la producción local de productos antes importados. Se dieron tres modelos de crecimiento liderado por
las exportaciones:
 Integradores: el resto de la economía no era afectada aunque aumentase la producción global.
Por ejemplo la producción bananera en Honduras que uso tierras antes no explotadas, capital y
mano de obra extranjera.
9
 Destructivos: la nueva actividad atraía recursos antes utilizados en otras actividades sin mayores
efectos en la economía. Por ejemplo en Bolivia la producción de estaño utilizo recursos propios de
la minería de la plata.
 Transformadores: el aumento de la productividad de los factores empleados en el sector
exportador fue transmitido a la economía en forma de eslabonamientos hacia adelanta y atrás. Es
el caso de la producción de cereales y carnes en Argentina.
Para que los países latinoamericanos pudieran competir con las grandes potencias era necesario
modificar la tierra, los capitales y la mano de obra.

Se conforma el mercado de mano de obra libre por la transformación de parte del campesinado en
trabajadores asalariados, la abolición de la esclavitud y la mano de obra extranjera. En Argentina y
Uruguay las leyes contra la vagancia intentaron disciplinar la mano de obra escasa que fue
complementada con inmigración europea. Países como Perú se integraron tempranamente, algunos
países de América Central se integraron más tarde. Hubo una expansión de la producción, aumento de
la productividad y mejora de los ingresos. La tierra abundaba, el liberalismo la consideraba una
mercancía que debe venderse y comprarse libremente. Las tierras en manos muertas eran de
aborígenes entonces se inicia un proceso de desmortización para pasarlas a otras manos. No podían
venderse porque eran tierras comunales, los códigos imponen la propiedad privada y las tierras se
dividen o son confiscadas por el gobierno. Por la vía militar había dos grandes zonas indígenas: la
Patagonia (conquista del desierto) y el gran chaco (campaña chaco). En México con tierras de
Yucatán, en Perú y Brasil, las tierras amazónicas. Los capitales se habían perdido tras la guerra lo
cual conduce al abandono de la minería, también por la falta de trabajadores. Se buscan capitales
extranjeros fundamentalmente británicos que llegan a los gobiernos mediante préstamos con elevadas
tasas de interés. Se pedían para compensar balanzas comerciales debido a los saldos desfavorables
causados por la gran cantidad de productos importados. Se necesitaba dinero para financiar la
construcción de caminos y trenes para movilizar mercaderías. Otra forma es la inversión directa de
bancos, compañías de seguros, financieras y encargadas de la exportación.

Tras la crisis de 1929-30 los vínculos de América Latina con el mundo se vieron transformados. El
derrumbe de los precios afecto mas a los productos primarios que a los industriales (ya que los
sectores secundarios respondieron a la crisis disminuyendo la producción); esto no podía solucionarse
mediante inversiones extranjeras puesto que los países inversionistas buscaban fortalecer sus
economías mediante la repatriación de capitales antes invertidos. Las medidas de los gobiernos
latinoamericanos incluyeron el control de cambio de moneda nacional por divisas extranjeras, la
regulación de la producción agropecuaria y el aumento de las tarifas impuestas a los productos
importados.
La recuperación de la crisis se inicio en Argentina y México antes que en Europa y los EE. UU. La 2da.
GM significo la recuperación de la demanda de productos primarios. De esta forma se transformaron
las economías latinoamericanas principalmente en el sector industrial, el agropecuario y el de
servicios. La población paso de ser predominantemente rural en 1950 a urbana en 1984. En 1950 el
95% de las exportaciones estaban compuestas de productos primarios, mientras que en 1980 las
exportaciones de bienes manufacturados representaban el 20% del total.

10
El modelo agroexportador argentino 1880-1914- Mario Rapoport

El rol de Gran Bretaña en la economía mundial

La Argentina se incorpora al mercado mundial en 1880 al tiempo que la división internacional del
trabajo sufría transformaciones. El libre cambio alcanzo su mayor desarrollo tras la abolición de las
leyes inglesas de granos entre 1846 y la gran crisis europea de 1873. Francia, Alemania y EE. UU
empezaron a practicar una política proteccionista, a desarrollar sus industrias y a incrementar su
participación en el comercio mundial. Gran Bretaña expandió sus exportaciones de capital y dirigiendo
su comercio hacia los mercados protegidos de su imperio y hacia los del mundo subdesarrollado. Esta
nueva etapa de la economía mundial se caracterizo por la diversificación del poder económico
mundial, una estructura comercial con mayores restricciones y un nuevo y creciente rol de los
movimientos de capital. La desaceleración del ritmo de crecimiento de la economía británica tiene
como principal motivo a la usura que condujo al Reino Unido a ser el primer poder industrial del mundo
y mantenerse como líder durante un largo tiempo. El comercio exterior se vio afectado. Disminuyeron
las exportaciones a Europa y EE. UU. Las importaciones estadounidenses fueron reemplazadas por
las áreas de nuevo poblamiento, colonias y países atrasados. La reducción de las exportaciones
norteamericanas de productos primarios profundizo el proceso de industrialización británico y su
mercado interno comenzó a absorber parte de los saldos exportables agrarios. Los ingleses
financiaban sus importaciones con ingresos invisibles y se transformaron en un gran exportador de
capitales a través de empresas ferroviarias y prestamos gubernamentales, plantaciones, compañías de
tierras, bancos, y empresas de servicios públicos.
La creciente independencia tecnológica y financiera de los países europeos y de los EE. UU las crisis
de la agricultura británica y la puesta en explotación de nuevas tierras en las áreas de poblamiento, la
gran disponibilidad de capitales y la búsqueda de mayores rendimientos, ganar nuevos mercados para
las exportaciones explican el interés de los inversores y empresas británicas hacia los países
periféricos en el últimos lustro del siglo pasado. Los factores de la producción, el capital y la mano de
obra se movilizaban a los países periféricos especialmente a espacios abiertos de escasa población y
grandes recursos naturales. Para naciones como la Argentina la inserción en los mercados mundiales
asumió características de una relación asimétrica; ya que los ciclos económicos de las economías
periféricas estaban subordinados a los de los países industrializados lo que impedía el manejo propio
de los instrumentos económicos y financieros.
Las ideas económicas que impulsaron el modelo agroexportador son:
- La constatación de que el desarrollo económico argentino solo podía basarse en la inserción del
país en el mercado mundial especializándose en actividades donde se tenían ventajas
comparativas, y que permitían utilizar el único recurso de calidad y abundante: la tierra.
- La certidumbre de que para que esa riqueza pudiera aprovecharse era menester suplir la carencia
de capital y mano de obra.
- La necesidad de expandir la frontera agropecuaria resolviendo el problema del indio.
- La unificación del mercado interno.
En sus primeros años el modelo agroexportador tuvo como factor dinámico a las exportaciones
agropecuarias. El balance comercial fue deficitario, el valor de las exportaciones se sobreestima y le
valor del peso oro que equivales en teoría al peso papel representa en realidad una moneda interna
devaluada.
La primera corriente importante de inversiones extranjeras contaba con capitales casi exclusivamente
británicos. La mayor parte de ellos estaban destinados a empréstitos gubernamentales,
11
responsabilizándose el gobierno argentino por el capital y los intereses de los préstamos contraídos.
Los empréstitos fueron destinados a cubrir gastos de la guerra con Paraguay, obras de infraestructura
y construcción de vías férreas.
El flujo migratorio se vio posibilitado gracias a la eliminación del problema del indio con la última
campaña del desierto de Roca, el fin de las guerras civiles y la consolidación del gobierno nacional que
contribuyeron a acelerar las corrientes inmigratorias al estabilizar la vida política y económica del país.
En el sector agropecuario la expansión de la agricultura fue notable. Los cambios en la agricultura
estuvieron relacionados a la evolución de la ganadería. En 1880 la producción agrícola era muy
escasa y el mercado interno se abastecía de trigo y otros cereales. La presencia del indio impedía
expandir la frontera agrícola-ganadera creando inestabilidad en la existente, y la mano de obra y el
capital eran insuficientes. La introducción del ferrocarril, la derrota total del indio y la llegada masiva de
inmigrantes resuelve la mayoría de los problemas, y el sector agrícola comienza a crecer
aceleradamente. Se incorporaron a la agricultura zonas ganaderas del sur y oeste de Bs. As. , sur de
Córdoba y parte del La Pampa.
Se produjo un gran crecimiento de la producción y de las exportaciones de trigo y maíz expresan la
gran expansión agrícola en esos años. El proceso de mecanización del agro contribuyo a suplantar la
falta de mano de obra y aumentar el tamaño de las chacras.
La ganadería atravesó tres etapas: la desmerinización del ganado lanar, el comienzo del refinamiento
vacuno y la exportación de ganado en pie. Con la aparición del frigorífico aumento la exportación de
carnes vacunas congeladas y enfriadas.

En el sector industrial revivió la vieja polémica proteccionismo-librecambismo y se puso en discusión


la Ley de Aduanas, así como también el modelo de país que se quería: una mayor integración a los mercados
mundiales sobre la base del desarrollo de la economía agroexportadora; o una estructura productivas más
equilibrada donde existiera una industria nacional que de la mano del sector agropecuario acelerara el
crecimiento económico y minimizara la vulnerabilidad externa.

El comercio exterior es el exponente más representativo de la evolución del modelo agroexportador


implementado en la década del ochenta en Argentina. En pocos años, la Argentina se transformo en la
proveedora de alimentos de los mercados mundiales y sus necesidades internas fueron cubiertas por
la importación de bienes y servicios de otros países.

Los obreros y el movimiento sindical en Latinoamérica- Alain Rouquié

La aparición de los trabajadores manuales asalariados se produce en función del desarrollo de las
economías y principalmente de la actividad exportadora. Antes de ser obreros industriales, los
trabajadores latinoamericanos fueron mineros u obreros rurales en plantaciones.
Existen tres grandes categorías de trabajadores latinoamericanos: los asalariados rurales de las
plantaciones modernas (banano en Colombia y Honduras, el azúcar y el algodón en el litoral peruano),
los trabajadores del sector de extracción (cobre en Chile y Perú, plata y estaño en Bolivia), y los
obreros de la industria de elaboración de productos rurales: ingenios azucareros, mataderos,
frigoríficos y molinos.
A principio de siglo la clase obrera era numéricamente muy débil aunque esto no impidió que se
constituyera rápidamente en un actor social al que se debía tener en cuenta. Su lugar estratégico en
la producción sin dudas le otorgaba cierto poder. Debido a las características de su trabajo, las luchas
12
del movimiento obrero para mejorar sus pésimas condiciones de trabajo adquieren una magnitud y una
eficiencia política temibles. Los bastiones del sindicalismo incipiente son las minas, los ferrocarriles y
más tarde la gran industria. Antes del auge del sindicalismo se fijaban salarios arbitrariamente según la
coyuntura y en la mayoría de los casos eran muy bajos por el exceso de mano de obra; y se reducen
todavía más por medio de una serie de retenciones (multas, alquiler o reparación de herramientas); por
el pago con bonos en lugar de moneda y la obligación de comprar en la tienda del patrón (México y
Bolivia). En Argentina el hábitat obrero típico es el conventillo (vecindad en México y cortico en Brasil):
una sola habitación en la que se hacina una familia entera.
La situación de los obreros latinoamericanos a principio del siglo XX el incluso en algunos casos hasta
la actualidad, es similar a la de sus homólogos europeos del siglo XIX. Las jornadas de trabajo de 12,
14 o más horas son la norma. Las patronales contratan mujeres y niños porque sus sueldos son
menores.
Diferentes casos se dieron lugar a lo largo de Latinoamérica por la reivindicación de los trabajadores:
- En 1905 en Chile una huelga general causa muchas muertos en Santiago.
- En 1906 una mina de cobre del estado de Sonora, los trabajadores mexicanos junto con los
norteamericanos que trabajan con ellos exigen un salario mínimo decente y la jornada de ocho
horas.
- La huelga de una empresa metalúrgica de Buenos Aires en 1919 desata una insurrección obrera
reprimida por el ejército y las milicias (semana trágica).
- En 1922 se produjo una huelga en San Pablo contra los malos tratos infligidos a los niños,
obligados en muchos casos a trabajar más de las ocho horas reglamentarias.
- En 1980 en Colombia una organización humanitaria inicio una campaña por la protección de los
niños trabajadores.

En primer lugar por la importancia tanto numérica como económica de las minas y las plantaciones, las
grandes concentraciones de trabajadores se encuentran aisladas; y ese aislamiento favorece la
organización sindical.
Existen tres aspectos fundamentales de la formación de las clases obreras latinoamericanas:
 La mano de obra poco calificada que se requiere da lugar a la formación de una clase obrera
nueva, carente de tradición. La mayoría de sus miembros proviene del éxodo rural.
 El peso del capitalismo extranjero incide directamente en la forma como se perciben los intereses
de clase y las alianzas sociales que derivan de eso.
 Es importante el papel de los inmigrantes europeos y los refugiados políticos en la constitución del
movimiento obrero latinoamericano.
En pocas décadas los trabajadores latinoamericanos crearon instituciones para defender sus intereses
materiales y morales, cuyo parto en Europa se prolongo más de un siglo.
El movimiento obrero en América Latina apareció antes que la clase obrera, antes de 1900. La primer
forma de organización obrera son las mutuales por oficio que le aseguran al afiliado asistencia en caso
de enfermedad, defensa jurídica, jubilación y pago de funerales.
Las primeras organizaciones de defensa obrera se denominan sociedades de resistencia, de
impronta anarcosindicalista. Su objetivo es resistir a la descalificación de su trabajo y la esperanza de
crear una utópica asociación libre de productores. La primer central obrera importante en Argentina es
la FAO dominada por anarquistas. En Perú antes de la conformación de las federaciones aprista y
comunista (CTP, CGTP) al anarcosindicalismo de González Prada penetra en lo profundo de los
ambientes obreros. En México el partido liberal mexicano de los hermanos Flores Magón llevan la
13
influencia anarquista a su apogeo, encarnando e impulsando la resistencia contra el capitalismo
fomentado por Porfirio Díaz.
Las sociedades de resistencia originales dieron lugar a organizaciones reivindicativas independientes
caracterizadas por su sindicalismo de minorías combativas, inspirado en ideologías de
transformación social y mayormente anticapitalistas.
En toda Latinoamérica se produce la oposición entre los sindicalistas revolucionarios que consideran al
sindicalismo como un medio de lucha y de prefiguración de la futura sociedad; y los comunistas o
socialistas libertarios que piensan al sindicalismo como un medio para realizar la revolución. (doctrinas
que influenciaron el sindicalismo)
Para controlar la lucha de clases en algunos países se reemplaza de forma autoritaria el sindicalismo
de minorías combativas por un sindicalismo estatal y burocratizado; cuyo objetivo es marginar las
ideologías perniciosas y serruchar el piso bajo los pies de los partidos revolucionarios.
El proceso de estatización del movimiento obrero comienza a partir de 1930. Rompiendo la tradición
liberal convierten a diferentes sectores de la sociedad civil en prolongaciones del aparato estatal.
La comunidad organizada es el ideal de una sociedad donde los conflictos si no dejan de existir se
someten a las normas imperiosas del poder público.
El paso del sindicalismo combativo y opositor al participativo se ve facilitado por el rápido crecimiento
de la clase obrera. El control del movimiento obrero por el gobierno significa como contrapartida que
los dirigentes sindicales tiene acceso a puestos gubernamentales. Se admite un solo sindicato por
empresa o rama de la industria y el estado es quien reconoce su derecho de existencia entregándole o
no la personería jurídica. El Ministerio de Trabajo controla la vida sindical: estatutos, elecciones
internas, recursos económicos.

La protesta social en la Argentina- Mirta Lobato y Juan Suriano

Desde mediados del siglo XIX la Argentina se transformo en un país capitalista cuya base económica
se fundaba en la producción de bienes primarios para la exportación a los países europeos. Se
conformo un mercado de trabajo caracterizado por una demanda excedente de trabajadores debido a
la escasez de mano de obra nativa.
Esta carencia fue cubierta por los miles de trabajadores extranjeros provenientes de Italia y España, y
también de Francia, Alemania, Rusia, Polonia, etc; que se sumaron a la mano de obra nativa. Las
ciudades y la población urbana crecieron y se conformo un amplio y heterogéneo mundo de
trabajadores: artesanos, obreros, peones, trabajadores rurales.
A partir de 1920 comenzaron a desarrollarse otros rubros como el petróleo, automotores, teléfono,
electricidad, metalurgia, maquinarias. Las condiciones de trabajo (accidentes, hacinamiento, largas
jornadas, bajos salarios, explotación de mujeres y menores) fueron una de las preocupaciones
centrales de los trabajadores y la causa de gran parte de la protesta social.
En un principio los conflictos se limitaban al abandono del trabajo como señal de protesta. Más tarde
comenzaron a formarse organizaciones sindicales obreras e implementándose leyes de protección
laboral y seguridad social.
La primera forma de organización fueron las sociedades mutuales y gremiales (1870-80); a partir de la
crisis de 1890 cobraron fuerza las sociedades de resistencia.
Al comenzar el siglo XX se conformaron las primeras federaciones caracterizadas por una profunda
división ideológica y política; el enfrentamiento se dio entre anarquistas y socialistas que juntos
formaron la FOA en 1901 que más tarde se transformo en la FORA, mientras que socialistas crearon la
14
UGT. En 1905 surge el sindicalismo revolucionario a partir de una división del socialismo. En 1909 se
organiza la CORA. En 1922 el sindicalismo revolucionario creo la USA que prohibió la intervención de
los partidos políticos y proclamo como consigna “todo el poder a los sindicatos”; pero en 1926 los
comunistas dejaron la USA que quedo en manos del sindicalismo revolucionario.
Los socialistas se inclinaron por una lucha no violenta, gradual y paulatina donde los trabajadores
extranjeros debían convertirse en ciudadanos argentinos para integrarse al sistema político. Los
anarquistas se opusieron al sistema electoral, al parlamentarismo y fueron partidarios de un
trastrocamiento radical y violento del sistema capitalista.
En cuanto a las huelgas, fueron masivas en 1902 (solidaridad con los trabajadores portuarios), 1907
(obreros en huelga en el puerto Ingeniero White) y 1909 (oposición a la aplicación de la ley de
residencia que permitía la expulsión de extranjeros indeseables y ley de seguridad social que impide
ella entrada de trabajadores o líderes sindicales). Entre 1902 y 1907 (etapa represiva) se realizaron
más de 1300 huelgas exigiendo aumentos salariales, jornada de ocho horas, descanso dominical,
derecho de asociación oposición a la ley de residencia, despidos, multas, maltratos.
El segundo período de protestas (etapa de legislación laboral social) se dio entre 1917 y 1921, en
Buenos Aires. Se redujo la inmigración, se fortalecieron las demandas gremiales y se produjo un
deterioro del salario que incremento los reclamos. Este periodo impulso al gobierno a profundizar su
policía laboral con proyectos que finalmente no fueron tratados en el Parlamento.

La población de América Latina, 1850-1930- Sanchez Albornoz

Durante la segunda mitad del siglo XIX y los primeros decenios del siglo XX se produjo el crecimiento
económico rápido inducido por las exportaciones; y América Latina experimento un crecimiento
considerable en su población. Entre 1850 y 1900 la población latinoamericana se duplico de 30,5
millones a 61, 9 millones. La región que experimento el crecimiento más dinámico fue la zona
templada de América del Sur que durante esos años se triplico y los treinta años siguientes aumento
más del doble. La población Argentina primero se cuadriplico y luego aumento un 250%. La población
uruguaya se multiplico por siete. Chile experimento un crecimiento más lento pero regular; mientras
que la población paraguaya apenas creció. Brasil siguió una tasa de crecimiento similar a la argentina
aunque más lento. Perú y Ecuador presentaron un crecimiento regular; mientras que la población
venezolana y boliviana permanecieron estancadas. México aumento sin contratiempos hasta la
revolución, luego la población experimento un leve descenso.
Respecto de la inmigración los estados latinoamericanos levantaron las restricciones coloniales a la
entrada de extranjeros y abrieron sus puertas a los inmigrantes europeos, especialmente los
británicos. Entre 1870 y 1880 comenzó la emigración masiva de europeos a América Latina. Tras la
abolición de la esclavitud se incremento tanto la oferta como la demanda de mano de obra. Argentina,
Brasil, Cuba, Uruguay y Chile se beneficiaron de la inmigración masiva de europeos. Argentina era el
país preferido de los inmigrantes, donde la inmigración represento el 40% del crecimiento medio de
cada año, y el 80% del crecimiento natural. La inmigración tenia además impacto cultural.
La población latinoamericana estuvo sometida a una alta tasa de mortalidad a causa de guerras,
epidemias y malas cosechas.
La tasa de natalidad era alta en todas las naciones latinoamericanas a principios del siglo XX, en todos
los países se superaba los cuarenta nacimientos por cada mil habitantes excepto en Uruguay. La

15
población latinoamericana era bastante joven. La pirámide de edades era amplia en la base y se
estrechaba en la cúspide. Los ancianos eran pocos en número.
La población urbana aumento con mayor rapidez que la población en su conjunto. El movimiento de
población fue centrífugo desde el corazón de los Andes y centro mexicano hacia los extremos norte y
sur del continente, hacia el litoral oriental donde se situaban las regiones de economía más dinámica y
las ciudades más prósperas.

Liberalismo y positivismo en América Latina

Los dos decenios siguientes a 1870 representaron la realización del liberalismo. Se instauró un
régimen de derecho, un régimen civilizado, el Estado secular (estado formado por individuos libres,
iguales ante la ley y sin restricciones en las búsqueda de su propio interés ilustrado) que en México fue
fruto de la guerra civil y la imposición de leyes de reforma; mientras que en Argentina, Brasil y Chile de
leyes promulgadas de forma más moderada. Se hizo realidad la emancipación mental con la que
soñaban los liberales. Guiadas por los principios de la libre empresa individual las naciones
latinoamericanas entraron en el sistema económico del mundo civilizado. Las clásicas doctrinas
liberales basadas en el individuo autónomo dieron paso a teorías que interpretaban al individuo como
parte integrante del organismo social, cambiando a medida que la propia sociedad cambiaba.

El positivismo compartía la opinión de que la sociedad era un organismo en desarrollo y no una


colección de individuos, y que debía estudiarse mediante la historia. La filosofía positiva de Comte fue
presentada como la interrelación de las diversas ciencias de la observación considerándolas
sometidas a un método común y como partes de un plan general de investigación. Al estudiar una
ciencia se debe ir del los más simple a los más complejo. La mente humana y la sociedad misma
atraviesa tres estados: teológico (imaginario), metafísico (abstracto) y científico (positivo). En
latinoamérica el positivismo influencio en los esfuerzos por reformar la educación. En México la
estructura universitaria oficial sufrió le reforma de mediados de siglo. En Argentina el agente de la
educación positivista fue la Escuela Normal de Paraná fundada por Sarmiento, mientras que en Chile
se desarrollo con éxito una campaña para eliminar Latín del currículo, persistiendo así la tradicional
orientación humanística e idealista de la educación superior.

16
LA REVOLUCIÓN MEXICANA

La incorporación de México al mercado mundial introdujo una serie de transformaciones que abollaron
las estructuras heredadas de la colonia. El régimen de Porfirio Díaz, instaurado desde 1876, fue la expresión
política de la transición por la que estaba atravesando la estructura socioeconómica mexicana. Por un lado
surgió un sector empresario nacional modernizante, diferenciado, en su actividad, de los terratenientes
improductivos. Por otro lado, ligado a la actividad económica y burocrática, fue surgiendo un sector importante
de clase media; junto con un importante desarrollo urbano.
Porfirio Díaz aprovechó la competencia de intereses internacionales y la puja de las clases propietarias
nacionales para sostenerse en el poder dando una imagen de equilibrio. En término ideológicos las clases
dominantes tenían como meta el ideal del progreso, que debía imponerse a las mayorías mestizas e indias
inmersas en el “atraso”. El progreso era tan sólo la ilusión que emergió en el marco de un desarrollo capitalista
tardío, dominado por el imperialismo y re animante de las formas más arcaicas de explotación.
Las tres décadas del régimen significaron el triunfo del latifundio y de la clase terrateniente. El
desarrollo de la comercialización en el campo y la construcción del ferrocarril tuvieron como consecuencia la
necesidad de crear un mercado de tierras con un saqueo de las tierras comunales y de las pequeñas parcelas
de los campesinos e indios.
El desarrollo económico de la región norte del país generó una nueva clase de hombres de
negocios; estos se proponían a romper la hegemonía del partido dentro del régimen. Se trataba de una
burguesía industrial surgida en el seno de los dueños de la tierra y del mismo régimen. Pero este sector
empezó a ver en el régimen las trabas para el desarrollo económico. La puja dentro de la clase dominante se
expresó en la necesidad de recambio político del régimen. La figura de Francisco Madero tomó notoriedad;
sus ideas principales eran la construcción de un partido nacional democrático, la no reelección de Díaz y el
sufragio universal. Madero pensaba que la clase media debía dirigir el proceso de renovación del país,
aunque también creía que era posible un acuerdo político con el dictador. En abril de 1910 Madero lanza su
candidatura con un programa de gobierno reformista. Con el inicio de la campaña creció la figura de Madero,
causando la preocupación en los círculos porfistas y generando una crisis interna en el régimen. Unos días
antes de las elecciones, Madero fue encarcelado para luego anunciarse el triunfo electoral de Porfirio Díaz.
En octubre de 1910, los anti reeleccionistas redactan el plan de San Luis de Potosí, llamando a la
insurrección en todo el país para derrocar al “mal gobierno”. El plan ponía fecha a la rebelión, llamando a
levantarse en armas para el 20 de noviembre. Era un plan centralmente político y escasamente reformista.
Madero sabía que tenía que aglutinar a todos los sectores disidentes para la conquista del poder político y por
esto no debía recurrir a un discurso muy reformista. Pero, para derrotar al porfiriato con las armas, no podía
dejar de lado a las mayorías campesinas. Una parte del artículo del plan contemplaba la restitución de las
tierras campesinas que habían sido adquiridas ilegalmente por los hacendados. En Morelos, la revolución
tomó carácter independiente debido al escaso nexo del movimiento campesino con el maderismo, pero
también por la represión desatada por el ejército federal. El movimiento liderado por Emiliano Zapata en
Morelos no fue más que el centro del fenómeno de la revuelta campesina, que se extendió en los diferentes
estados del país. El descontento de años de opresión explotó en los poblados, manifestándose en forma de
motines y quemas de cárceles y edificios municipales. La revuelta popular se extendió a lo largo del territorio
Mexicano, pero esto no quiere decir que los pueblos insurgentes hubieran puesto su corazón en la figura de
Madero.
En el norte, el peso de la cuestión agraria no era lo central, los lazos comunitarios habían sido
disgregados por la hacienda. Los movimientos que surgieron allí eran de carácter heterogéneo y expresaban
un rechazo por la centralización y al caciquismo porfista, por lo cual su identidad era más local que clasista.
Una clara expresión de este tipo de movimiento fueron los ejércitos de Pancho Villa y de Orozco,
conformados por peones, vaqueros y mineros. Los pueblos salieron a luchar contra el descaro del poder
central en los asuntos locales.
Los ejércitos campesinos mostraron una enorme capacidad de movilización, trasladándose en
campamentos y siguiendo las rutas del ferrocarril. Esos campamentos reprodujeron de alguna manera la vida
cotidiana tradicional, tan arraigada en una sociedad patriarcal.

17
La revolución estaba conformada por campesinos, peones, indios, pobladores serranos y sectores de la clase
media urbana. Esa irrupción social multiforme explotó en una coyuntura en la que la puja política desde arriba
tomó un carácter nacional. La crisis al interior de la clase dominante pone en el centro de la arena política a un
sector que se desprende del bloque de dominio y que sale a disputar el poder.
Los triunfos militares contra el ejército federal no alcanzaron para destruirlo. La toma de la ciudad de
Juárez por las tropas maderistas, en 1911, no significó un triunfo, pero sirvió de base para llegar a un arreglo
político con el dictador. Porfirio Díaz debió renunciar y embarcarse a Europa, aun con el desacuerdo de
madero que pensaba que el dictador podía cumplir una función en la transición. Con el acuerdo de Ciudad de
Juárez, el sector más conservador del maderismo pretendió agotar la revolución con una salida política
conciliadora. Con la traición de Madero, los campesinos comprendieron que debían seguir luchando por sus
medios para obtener la tierra y que tenían que resistir contra el ejército federal, que seguía siendo tan
represivo como en los tiempos del porfiriato. En Morelos, los campesinos liderados por Zapata proclamaron el
Plan de Ayala; expresaba la continuidad de la revolución social y la independencia política, las tierras
comunales se tomarían con las armas y serían los hacendados los que tendrían que demostrar ante un
tribunal si les pertenecía o no. Tras la represión y el incumplimiento del gobierno, los campesinos de Morelos
rompieron con Madero y se negaron a dejar las armas. Fue la organización comunal la que permitió la
autonomía de Morelos, de la cual emanó el programa de reparto de tierras y la autonomía de acción.
Despojado de la base social que lo había llevado al poder, Madero se empezó a apoyar cada vez más
en el ejército federal y en la figura del general Victorino Huerta, que lleva adelante un golpe de estado en
1913, solo cumpliendo el rol de sancionar la caída de una experiencia política agotada y asesinando al
presidente Madero. Este golpe fue un intento de restauración del viejo orden porfirista.
Estados Unidos interveniene por la dimensión popular que había tomado la resistencia al golpe militar,
además de que Huerta empezó a acercarse a los intereses europeos, en particular a Alemania. El gobierno
estadounidense empezó a ver que la mejor forma de garantizar sus intereses, era con la implantación de un
gobierno democrático que normalizara la situación política y social. Así, las tropas de Norteamérica decidieron
intervenir en el conflicto. En 1914 Huerta se rindió incondicionalmente. El ejército federal quedó disgregado y
destruido, los constitucionalistas habían generado una transformación en la sociedad.
Destruido el enemigo común, las contradicciones entre las distintas fuerzas salieron a la superficie. Los
ejércitos de Villa y de Zapata entraron triunfales al centro de poder del país, atrayendo a los sectores del ala
reformista radical del constitucionalismo. La convención pretendió gobernar el país para establecer las
reformas sociales que el pueblo demandaba. Pero su rol legislativo se redujo a un apoyo al Plan de Ayala,
fracasando en la construcción de un poder político coherente.
La guerra se cristalizó entre Carranza y Villa; el zapatismo se replegó a Morelos. Villa perdió su
relevancia nacional como fuerza política. Tras la derrota de la división del norte, el ejército constitucionalista
avanzó a destruir la revolución en Morelos.
En Morelos, el Zapatismo respondía a aspiraciones comunitarias de reconstrucción de las tradicionales
formas de vida, que habían sido trastocadas por el progreso de los hacendados. Fieles al plan de Ayala que
devolvía las tierras a los hijos de Morelos, formaron su ejército de aldeanos. Su revolución era para recuperar
el viejo orden de las cosas, el equilibrio perdido por la voracidad de los hacendados. Querían organizar su
vida y sus cultivos por fuera de la injerencia de los gobiernos los hacendados, por esto la relevancia de la
idea de autogobierno. Los campesinos expropiaron los ingenios y las destilerías. Las tierras empezaron a ser
repartidas y el cultivo del azúcar empezó a ser desplazado por los cultivos tradicionales de maíz y frijol. Este
aislamiento consecuente con el criterio localista de los campesinos, explica las potencialidades de este
movimiento de gran lealtad comunal, pero también explica sus limitaciones como experimento social.
Luego del debilitamiento del villismo en el norte, los constitucionalistas pudieron atacar a Morelos. El
poder debía imponerse contra la labor constructiva de los campesinos. La entrada a Morelos del ejército
constitucionalista de la mano hizo recordar a los campesinos los peores momentos del Huertismo. A pesar de
la brutalidad, Carranza nunca logró conformar un dominio total sobre Morelos. De todos modos, la guerra fue
lo suficientemente contundente como para extenuar a la revolución. La guerra civil impulsó la centralización
estatal, asfixiando el protagonismo del pueblo insurgente de Morelos y debilitando progresivamente a sus
cuadros políticos. Con el asesinato de Emiliano Zapata en 1919, los líderes campesinos solo tuvieron margen
para una salida negociada.

18
REVOLUCIÓN BOLIVIANA (1952-1964)
Hacia 1950, a pesar del despertar de los indios en el altiplano y valles, a partir de la creación de los
sindicatos y de las movilizaciones iniciadas en 1945, la agricultura (con menos del 2% cultivado del total útil
del país) estaba en manos de grandes propietarios que controlaban la producción. El indio dependía
totalmente del hacendado, cultivaba una pequeña parcela a cambio de salario y su condición general era
realmente lamentable, con un sistema de semiesclavitud que obligaba a trabajos no remunerados. El
resultado fue una economía de auto subsistencia que no logró cubrir los requerimientos alimentarios de
Bolivia.
La minería, que era la principal actividad económica estaba manejada por tres grandes empresas,
propiedad de los varones de estaño.
No existía un sistema adecuado de seguridad social, ni tampoco un código que rigiera las condiciones
de trabajo y explotación en las minas y fábricas. Las comunicaciones viales mínimas mantenían al país
desarticulado. La sociedad carecía de una clase media urbana significativa.
La revolución boliviana de 1952 marcó la culminación de un proceso que se había desencadenado en
la guerra del Chaco de la sociedad. La clase dominante que dirigía el país fue sustituida por una clase media
que afectó severamente los intereses de la elite al expropiar las grandes minas y los latifundios. La
emergencia campesina en el agro y de trabajadores mineros y fabriles en ciudades y centros mineros a través
de organizaciones con poder real, modificó radicalmente los estamentos de poder. De una economía
semifeudal controlada y dependiente de capitales privados, se pasó a una economía controlada por el estado.
Se creó una burguesía que intentó industrializar al país. La reforma agraria del 53 eliminó el latifundio y
determinó un proceso de integración del campesino a la vida nacional, aunque los errores de aplicación
limitaron los resultados, se cambió la relación de poder entre las clases sociales en el campo. Se establece el
voto universal, que permitió la participación mayoritaria en las elecciones y una nueva composición en la
representación social en el parlamento. Obreros y mineros tuvieron una participación directa en las decisiones
económicas y políticas. Se creó una legislación de trabajo y avanzadas leyes sociales.

HUMANISMO Y DESALINEACIÓN – EL APORTE TEÓRICO DEL CHE EN EL PENSAMIENTO MARXISTA


CONTEMPORÁNEO – FERNÁNDEZ NADAL

En los años que transcurren entre el triunfo de la revolución y su decisión de dejar la isla; el problema
que afronta el che es la construcción del socialismo en Cuba.
Este periodo está marcado por la discusión entre dos modelos económicos:

Sistema presupuestario de financiamiento, impulsado por el Che desde el ministerio de industrias considera a
la mercancía como la célula económica de la sociedad capitalista: mientras exista, sus efectos se harán sentir
en la organización de la producción y en la conciencia.
Las empresas no contarían con fondos propios, los mismos pasarían en forma directa al estado y por
lo tanto no tendrían carácter mercantil.
La conducción económica estaría limitada en sus funciones y atribuciones por el control directo de los
organismos centrales y por la participación de los trabajadores en las decisiones. El comunismo es la
meta a alcanzar, suprimiendo la enajenación producida por la ley del valor.
La prioridad es la formación de la conciencia, el objetivo es ver al hombre liberado de su enajenación. El
trabajo debe adquirir una condición nueva, hombre como mercancía deja de existir y se instala un sistema
que otorga una cuota por cumplimiento del deber social. Los medios de producción pertenecen a la sociedad.
En la etapa de transición al socialismo, se producen desniveles entre la superestructura y la estructura.
Son dos los pilares sobre los que debe sostenerse la construcción de la nueva sociedad:
El desarrollo de la técnica que permitirá desplegar las posibilidades económicas necesarias para la
abundancia de recursos. La capacitación técnica y científica del pueblo cubano. Propone el plan de

19
conversión de todo el país en una gran escuela, donde la educación permita la superación permanente de
los cubanos.
La formación del hombre nuevo formula la propuesta del trabajo voluntario, al que concibe como una escuela
práctica y cotidiana de autoeducación para la profundización de la conciencia revolucionaria por vía del trabajo
colectivo
El pensamiento económico y político de Guevara se resume en una tesis de humanismo pleno, que
afirma la doble condición del sujeto como ser individual y social: un hombre que se reconoce en sus productos
y experimenta el goce de expresar su individualidad a través de un trabajo devenido en necesidad vital, y no
ya en una compulsión externa, y que disfruta con el carácter social de su trabajo, en la medida en que éste
satisface necesidades de otros y recibe de ellos el reconocimiento de su humanidad.
En su línea de pensamiento, el Che concibe a la revolución cubana como la continuación directa de la
guerra de liberación y a José Martí como su mentor.
En su perspectiva revolucionaria no se separan liberación nacional y socialismo.

HISTORIA DE AMÉRICA EN LOS S XIX Y XX (Gaggero, Garro, Mantiñan)

La guerra fría se caracteriza por:


Elevada concentración militar de ambos bloques
Intensa campaña propagandista en contra del otro
Rechazo de forma general del compromiso y la negociación
Conflicto entre capitalismo y socialismo que tuvo su expresión en situaciones revolucionarias en el tercer
mundo.
Ejercicio de una política de represión y persecución.
Confrontación Este-Oeste.
Este nuevo equilibrio de poder originó un sistema internacional bipolar y flexible y su desarrollo estuvo
condicionado por los cambios en la cúpula del poder de las dos superpotencias; el control que sobre ella
tuvieron los actores políticos sobre los militares; y la percepción que tanto Washington como Moscú se tuviera
de la potencia enemiga y de su expansión. Quedaron establecidos así dos sub-sistemas.
El sistema atlántico: Liderado por EEUU, junto con la organización del tratado del atlántico norte (OTAN), el
fondo monetario internacional, etc.
Sistema socialista mundial: Con la Kominform, el pacto de Varsovia y tratados bilaterales de cooperación.
Fue gracias a la Revolución Cubana que se introdujo la guerra fría en el hemisferio. Entonces el
gobierno de los estados unidos creó en 1961, en Panamá, una serie de establecimientos militares con el
objeto de entrenar a los ejércitos continentales en la guerra antiguerrilla. En este marco se elaboró la doctrina
de seguridad nacional que influyó en la formación de los militares de los países sud-americanos

La Revolución Cubana: En 1958 la dictadura de Batista se disolvió cuando un grupo de exiliados dirigidos por
los hermanos Castro trataron de llegar a la isla. El desembarco fue un fracaso y cayeron muertos en manos
de las unidades militares. Se refugiaron en Sierra Maestra y reconstruyeron la partida.
Batista no logro vencer la guerrilla y triunfo la revolución.
Fidel, ya convertido en un héroe de la revolución, realizo su primer viaje a EEUU en abril de 1959,
donde consiguió proyectar la imagen de un reformista nacionalista que se oponía a la intervención extranjera
pero que no era comunista. Recalcando la necesidad de una reforma radical, especialmente sobre la cuestión
agraria de la isla. Así, hacia 1960 se afirmaron cuatro tendencias básicas: nacionalización de la economía,
bloque soviético, establecimiento de un régimen autoritario y lanzamiento de una política socioeconómica
igualitaria,
Las tensiones con Washington crecieron más cuando Fidel compró petróleo más barato en la Unión
Soviética. EE UU suspendió la provisión azucarera y Cuba nacionalizo las propiedades restantes.
A mediados del 63 los soviéticos plantearon sus exigencias: los cubanos debían aminorar su esfuerzo
industrializador, mejorar su planificación y reconocer la ventaja comparativa que significaba el azúcar.

20
Guevara renunció, y castro anunció que para 1970, llamado el año del esfuerzo decisivo, cuba cosecharía 10
millones de toneladas.

La política estadounidense para América Latina: La revolución cubana planteó al gobierno estadounidense la
necesidad de encarar reformas modernizadoras en el continente para licuar las posibilidades de la revolución
socialista. Kennedy planteó un programa que vinculaba la ayuda masiva para la región con el fortalecimiento
de reformas democráticas que se conoció como alianza para el progreso.

Modernización económica: un proyecto de profundización industrial


La sustitución de importaciones configuró una secuencia de desarrollo industrial. La dependencia
tecnológica constituye la característica más significativa de este proceso, además de una estructura industrial
caracterizada por una absorción muy baja de la mano de obre, costos de producción de competitivos en el
ámbito internacional y un mercado interno limitado. Esto se producía en una región que poseía dos
características que la diferenciaban de los países desarrollados: un incremento de la población y una
acentuada concentración del ingreso, además de la presencia de empresas transnacionales en los sectores
dinámicos del desarrollo y del proteccionismo que amparó dicho desarrollo.

El estado burocrático Autoritario


Los años 60 presagiaron una crisis para América Latina. La estructura de la industrialización era
incompleta. Para producir géneros manufacturados, las empresas latinoamericanas tenían que contar con
bienes de producción importados (como la maquinaria). Esta dificultad se agudizó por los términos desiguales
del intercambio. Los precios de las principales exportaciones (café, cobre, trigo) en el mercado mundial
sufrieron un descenso sostenido de poder adquisitivo. Y la demanda interna de los productos manufacturados
era limitada. Las industrias chocaban con la falta de compradores. Y además de los limitados puestos de
trabajo que las industrias podían crear.
Entre los años 60 y 70 se acuñó el término de Estado Burocrático Autoritario, el poder de controlar las
decisiones concernientes a los intereses obreros, de la exclusión de la clase trabajadora y el control de los
sectores populares.

HISTORIA DE AMÉRICA LATINA – (Leslie Bethell)

En América central la instauración de los estados-nación estables y vínculos económicos permanentes


con el mercado mundial por medio de las exportaciones agrícolas, tuvo lugar en la segunda mitad del S. XIX.
El atraso heredado del periodo colonial, la crisis cíclica del mercado internacional de café y las luchas
políticas de la oligarquía por el control del gobierno frenaron el crecimiento económico, el progreso social y la
consolidación de la estabilidad institucional. Sin embargo, al empezar el S XX, aparece una burguesía del café
y una pequeña clase media urbana, a la vez que la vida política era estable, aunque no democrática.
En 1914, la estructura agraria, presentaba tres características:
Grandes plantaciones de café controladas por agricultores nacionales que producían para la exportación.
Plantaciones de bananas de propiedad extranjera con una comercialización ligada a Estados Unidos.
Pequeñas parcelas que eran propiedad de campesinos, cultivadas para consumo propio o demanda interna.
Aproximadamente antes de 1910 ya se había construido más del 80% de las líneas de ferrocarril; en la
costa atlántica las instalaciones portuarias renovaron el transporte directo a los mercados y poco a poco se
creó el sistema financiero bancario. El sistema de electricidad era limitado y servía solo a las capitales.
Estados Unidos comenzó a construir el canal de Panamá que fue inaugurado en 1914; además intervinieron
Nicaragua e impusieron su voluntad en otras repúblicas por medios militares. Los servicios de electricidad de
tres de los cinco países pasaron a manos norteamericanas. Mas del 75% del comercio exterior era con
Estados Unidos.

21
Al llegar la crisis económica del 29, la dinámica del comercio exterior cambió inmediatamente debido a
la disminución de la demanda internacional.
La industria bananera controlada por el capital norteamericano, resultó afectada no solo en el
descenso del volumen de comercio y la caída del precio, sino también por los cambios en las estrategias de
inversión. El segundo subsector era la industria del café, que pudo continuar con ingresos disminuidos debido
al carácter permanente del cultivo. El tercer subsector era la economía campesina, de indígenas en
Guatemala, cuya producción se distribuía más en forma de autoconsumo. Solo este sector mejoró su nivel de
producción. La crisis estimuló las condiciones para reforzar una sencilla economía mercantil como solución a
la debilidad del sector de exportación.
Exceptuando las variaciones de poca importancia, los estados centroamericanos respondieron a la
crisis económica con una seria de medidas liberales y ortodoxas; debilitando el consumo interior, recortando
drásticamente el gasto público, reduciendo los salarios o limitando la movilización de recursos financieros.

Las repercusiones de la segunda guerra fueron la perdida de los mercados del café, y la reorientación
del comercio a Estados Unidos. América central se convirtió en un buen socio para Norteamérica. Entre las
medidas más importantes estuvo el acuerdo interamericano del café (1944), que instauro cuotas para el
creciente mercado estadounidense. Las exportaciones de bananas descendieron. La reducción de los
mercados del sudeste asiático produjo un grado de diversificación agrícola al introducirse “cosechas de
guerra”. Ninguno de los países estaba en condiciones de fomentar el crecimiento industrial, y se hicieron
pocos esfuerzos por abastecer los mercados con artículos de producción nacional.

El fenómeno político más importante fue el recrudecimiento de la guerra campesina en el norte de


Nicaragua. Augusto Sandino y un grupo de oficiales liberales disidentes se sublevaron en julio del 27. Fue el
comienzo de una guerra civil intermitente, pero prolongada. Washington quería que el gobierno nicaragüense
llegara directamente a un acuerdo con los sandinistas o continuase la guerra sin ayuda militar. Sandino a un
acuerdo de paz, para ser asesinado un año más tarde por la guardia nacional. En América Central, se
exacerbó el descontento social producido por el paro, los salarios bajos y las escaseces causadas por la crisis
económica. El sistema de dominación oligárquica se veía amenazado de forma directa por el descontento
popular y la reacción consistía en instaurar gobiernos militares poseedores de una gran capacidad para la
represión y legitimados precisamente por su capacidad de tener la situación controlada antes de la
proliferación del desorden social.
En el decenio de 1930, se instauraron en cuatro de los países, dictaduras militares. Experimentando
una presión doble en las decadencias de la segunda guerra, que provocó la crisis de la oligarquía. Por un
lado, el clima internacional que creó la derrota del fascismo animó a la gente a valorar las experiencias
democráticas locales; y por otro lado, las fuerzas sociales interiores que se habían visto contenidas trataron
de instaurar un proceso democrático por medio de elecciones.
Los cambios políticos que se pusieron en marcha en el 48 favorecieron a una ampliación de la
democracia política y a una etapa de crecimiento económico basado en la diversificación y la modernización
de la agricultura y la creación de industria ligera en los centros urbanos. La nacionalización de los bancos
debilitó los vínculos entre capital comercial-financiero y los exportadores de café; se fomentó un programa de
modernización de las plantaciones de café al mismo tiempo que se creaba un sistema cooperativo para limitar
el monopolio comercial. Esto creó un nuevo papel para el estado en la intervención económica activa.
Entre 1951 y 1954 se intentó renovar el sistema de propiedad de la tierra imponiendo una reforma
agraria. La reforma trató de castigar a los grandes terratenientes improductivos, prohibir toda forma de
servidumbre personal y utilizar la tierra como medio de producción y trabajo. El propósito implícito era
desmantelas la antigua estructura rural de clases y crear un mercado interior que fuerza capaz de sostener el
crecimiento industrial.

HISTORIA ECONÓMICA, POLÍTICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA (1880-200) – (RAPOPORT)

22
El golpe de estado de 1930 y los gobiernos de Uriburu y Justo.
El oficialismo radical experimentó las primeras derrotas en marzo de 1930. Fue en los comicios para la
renovación de diputados. La oposición en el congreso comenzó a coordinar su acción frente al gobierno
mediante declaraciones y protestas, creando un clima favorable a una solución de fuerza, mientras los medios
de difusión contribuían con un quebrantamiento del orden constitucional. La causa determinante de la caída
de Yrigoyen radicó en la coalición de fuerzas políticas, militares y económicas.
La conspiración militar respondía a dos tendencias: la encabezada por el jefe de la conspiración, el
Gral. Uriburu, con tendencia nacionalista y con propuestas sobre una reforma sustancial en el régimen
constitucional, la eliminación del sufragio popular y su reemplazo por una suerte de corporativismo; y la otra
posición de tendencia liberal y pro británica inspiradas por el Gral. Agustín P. Justo y respaldada por los
sectores mayoritarios de la clase política de orientación conservadora, planteando el mantenimiento del orden
constitucional.
El golpe militar logró derribar al gobierno el 6 de septiembre de 1930, siendo reconocido por la
suprema corte de justicia

El gobierno de José F. Uriburu: El equipo de asesores de Uriburu rápidamente impulsó el proyecto


corporativista del presidente. El régimen no ocultó su desprecio al sistema liberal y los partidos políticos.
Dispuso la disolución del congreso por decreto y se inicio una persecución política, gremial e ideológica de los
opositores. Las medidas prologaban la intención de reformar la constitución para darle un contenido
corporativo, derogar la ley Sáenz Peña y reemplazarla por un sistema de votos calificados.
La clase política reaccionó desfavorablemente presionando para acortar el periodo de transición, poner
fin al intento corporativo y desembocar en un llamado a elecciones. Las elecciones se llevaron a cabo en abril
de 1931. El triunfo de los radicales puso de manifiesto la poca popularidad de los golpistas. Así, neutralizando
el proyecto autoritario de Uriburu, la convocatoria a elecciones generales para noviembre de 1931 abrió el
camino al protagonismo político de Justo, electo como nuevo presidente.

El gobierno de Agustín P. Justo: Se había distanciado del gobierno de Uriburu y pretendía erigirse en un
defensor de las instituciones democráticas. Sin embargo el triunfo basado en un frade, planteo un problema
de legitimidad al nuevo gobierno. Recurrió a medidas autoritarias y represivas, aunque mantuvo formalmente
las instituciones democráticas. Para esto se valió de tres instrumentos: fraude, intervenciones federales y
violencia política. Entre sus objetivos estaba lograr la prescindencia política de los jefes militares y
afianzar una actitud legalista y un mayor profesionalismo entre los uniformados. Fomentó la capacitación
técnica de los cuadros militares y construyó numerosos edificios militares. Intentó desde el gobierno disciplinar
y despolitizar a los oficiales.

Los nacionalistas
Sus orígenes pueden rastrearse entre 1912 y 1922 como un pensamiento reaccionario contra la ley
Sáenz Peña y la presencia del bolchevismo. Contribuyeron en la campaña difamatoria contra Yrigoyen,
indignados por la ocupación de cargos públicos en manos de los sectores marginales; incorporando
elementos de carácter elitista, prejuicios racistas y reservas sobre el ejercicio de democracia.
Surgió la liga patriótica argentina, bajo el lema Orden y Patria considerando a los episodios de la
Patagonia como parte de una confabulación anarquista y comunista encaminada a destruir la religión. A
mediados del 29, con la aprobación de Uriburu, se manifestaron contra el gobierno.
La evolución del nacionalismo en la década del 30 atravesó por dos etapas, en la primera, las dos
organizaciones de filiación uriburista (la legión cívica argentina y la paramilitar acción nacionalista argentina)
no lograron conquistar el poder; la segunda iniciada en 1936, tuvo como estímulo la creencia en el derrumbe
de las instituciones liberales.
Sin embargo, desde mediados de los años 30, la denominación nacionalismo ya no se podía
considerar solo como sinónimo de uruburismo o nacionalismo oligárquico; surgió así un nacionalismo de
izquierda popular.

23
ARGENTINA Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. MITOS Y REALIDADES (Rapoport)

El modelo agroexportador, que aplicaba políticas liberales en lo interno y que suponía una adecuada inserción
económica internacional con una amplia apertura de la economía argentina en lo externo. Este esquema
contiene varias falacias:
A partir de la crisis del 29 las características de la economía global cambiaron radicalmente
La vinculación argentina con el mundo ya estaba experimentando transformaciones en los años de la primera
posguerra.
La apertura que realiza Argentina a fines del siglo XIX tenía un fuerte contenido bilateral; estaba
basada en esas relaciones privilegiadas que se establecieron con Gran Bretaña. Después de la guerra, Gran
Bretaña retomó en parte su antigua posición en las relaciones internacionales argentinas. Pero la presencia
norteamericana ya era fuerte económica y comercialmente. Comenzó entonces el triangulo anglo-argentino-
norteamericano. Los EE.UU. quedaron como el principal proveedor de bienes de capital y manufacturas,
mientras que Gran Bretaña continuaba siendo el principal cliente comercial de Argentina.
La relación de Washington con Latinoamérica después de la primera guerra tenía también
pretensiones políticas, y es en ese momento cuando comenzó a impulsar la construcción de un sistema
político bajo su influencia, levantando el ideario del panamericanismo. Por el contrario, en esos años,
Argentina reforzó sus relaciones con Europa, sobre todo con Gran Bretaña, con un costo importante: el de
malquistarse con Estados Unidos en numerosas ocasiones criticando aspectos de la política exterior.
Entre otras causas el hecho de que el mercado norteamericano no se abriera a los productos
argentinos fue un elemento de irritación que llegó a su punto culminante a fines del 26, cuando el
departamento de agricultura norteamericano embargó carnes argentinas afectadas de aftosa; argentina volvió
a una política preferencial con los países que adquirían productos argentinos, firmando el pacto Roca-
Runciman en 1933 con Gran Bretaña.
Se considera a la Argentina como un país neutral en toda la guerra. Pero el gobierno de Bs. As. rompió
relaciones diplomáticas y políticas con los países del eje en 1944. Además de que la política de algunas
potencias hacia la argentina durante la guerra, especialmente la de Estados Unidos, no pareció basarse solo
en el hecho de que aquella haya sido neutra o no; por lo tanto, el problema de la neutralidad fue de menor
importancia. Una tercera constatación nos remite a la declaración de guerra al Eje, el 27 de maro de 1945.
Una actitud apresurada, a fin de que el país pudiera entrar en la conferencia de San Francisco de constitución
de las naciones unidad, lo que para algunos fue una posición meramente oportunista.
La cuarta constatación es que aun en la época en que la Argentina mantuvo su neutralidad, su aporte
a la causa aliada fue muy importante desde el punto de vista económico; argentina era una fuente crucial de
abastecimiento para las islas británicas, sin pago inmediato por parte de este país. El importe adeudado se
acreditaba en Londres con garantía oro y dio lugar a las llamadas libras bloqueadas.
La Argentina no fue en absoluto neutral y actuó, en el abastecimiento a los países aliados, en una
forma similar a los EE.UU. En junio de 1940 llegó a Bs. As. una delegación militar norteamericana que
propuso a la Argentina a formar parte de planes de defensa elaborados por el pentágono, que incluirían la
posibilidad de instalar bases en las islas Malvinas, pero La argentina se negó a cooperar. La política de
estados unidos hacia el país se caracterizaría desde ese momento por la utilización de distintos tipos de
medidas diplomáticas (no reconocimiento de gobiernos, retiro de embajadores) y económicas
(discriminaciones comerciales, bloqueos de fondos) para sancionar la conducta.
La política británica fue muy distinta:
No pensaban que los gobiernos argentinos fueran pro-nazis y hostiles a los aliados.
El abandono de la política de neutralidad podía afectar el abastecimiento de las islas.
Preferían no malquistarse con sus sectores dirigentes para no afectar las inversiones.

La idea de que una política diferente hubiera beneficiado a la Argentina, como aparentemente lo hizo
con Brasil, surge de un desconocimiento. Desde el punto de vista político, los beneficios de Brasil fueron
bastante breves.

24
En primer lugar, la vinculación de este país con la Alemania nazi fue más fuerte que la de Argentina,
siendo Estados Unidos y Alemania sus principales apoyos económicos y políticos.
Sólo en los 40 Brasil se volcó hacia Washington recibiendo apoyo crediticio norteamericano y, después
del ataque a Pearl Harbor, el gobierno de Rio de Janeiro se convirtió en el principal sostén norteamericano. El
rol de Brasil como proveedor de materias primas, alimentos y materiales estratégicos fue siempre decisivo
para EE.UU., además de ser considerado como una posible base de acción para las fuerzas armadas por su
posición estratégica en relación a África y Europa. Pero hacia 1950 no se habían cumplido las promesas
hechas a Brasil, que se sentía frustrado por la ausencia de los beneficios que esperaba.
Los años de posguerra no fueron favorables para la inserción de América Latina en el mundo.

LA ARGENTINA AUTORITARIA – (David Rock)

Los años 30 marcaron un periodo en el desarrollo del movimiento nacionalista. Se infiltraron en el


Ejército y desarrollaron su propia crítica filosófica al liberalismo, adoptando un belicoso antiimperialismo que
cuestionó las relaciones entre la oligarquía y Gran Bretaña; y adoptó el concepto de justicia social procurando
encuadrar al proletariado bajo su influencia.

La popularidad de Yrigoyen se cayó en gran medida a las presiones políticas consecuencia de la gran
depresión. Luego de varios meses de crisis política, el 6 de septiembre de 1930 Uriburu dirigió a algunos
batallones integrados por cadetes del ejército desde Campo de Mayo hacia la ciudad de Buenos Aires con el
propósito de derrocar al gobierno sin resistencia alguna.
Ni bien asumió como presidente provisional, definió la revolución como un movimiento democrático
que había respondido al clamor del pueblo, declarando que no era la democracia la que había fallado, sino el
gobierno de Yrigoyen. Declamaba que los corruptos comités yrigoyenistas habían convertido a la democracia
en demagogia y tiranía, gobernando para sus apetitos personales y la única forma de reparar estos errores
era dotando al gobierno de una verdadera representación en manos de los “mejor calificados”.
En abril de 1931, el régimen ensayó elecciones en la provincia de Bs. As. Manteniendo el viejo sistema
electoral, los radicales obtuvieron la victoria y Uriburu concluyó que la democracia era incorregible, por lo
tanto, debía ser reemplazada. Luego de anular las elecciones la presencia nacionalista en sus discursos
empezaron a evidenciarse. Atacaba al urbanismo y al electoralismo profesional.

Luego de las fallidas elecciones, Uriburu y sus seguidores fueron derrotados por los liberales en la
batalla secreta por controlar el poder. Estos últimos recibían el apoyo de la mayor parte de las clases
terratenientes y mercantiles, al tiempo que predominaban en el ejercito; pretendiendo mantener las formar
democráticas siempre y cuando los radicales no vuelvan al poder.
A finales de la década del 30, el término nacionalista se tornó de uso común, aun así seguían
dispersos porque carecían de un líder. Las divisiones eran muy profundas. Los grupos clericales
fundamentalistas se oponían a cualquier tipo de actividad política debido a que el cambio real solo podía ser
espiritual. Los xenófobos más extremos se oponían a la organización corporativa de la sociedad debido a que
los intereses empresariales extranjeros podían llegar a comprometer la soberanía. Los matones jóvenes que
integraban las milicias y que amenazaban con el uso de la violencia se quejaban de los intelectuales, a los
que consideraban, demasiado enamorados de la teoría.
Durante estos años, los nacionalistas adulaban al ejército como la imagen viviente de la fuerza de la
nación. Y consideraban el que liberalismo castraba al soldado. Promovían la participación de los militares en
la educación y abogaban por el control militar de importantes segmentos de la economía.

25
Para combatir al liberalismo urgía volver a la tradición, al pasado, a los sentimientos auténticamente
argentinos, para reintegrar una nación con sus valores esenciales. La iglesia ocupaba un lugar prominente y a
ella se le debía la nación, debía ser independiente del estado por tener derechos superiores. Exaltaron a los
gremios y corporaciones como la organización natural de las fuerzas de producción y la expresión auténtica
de la vida nacional. El jefe de estado debía concentrar en si la completa soberanía y esta solo podía provenir
de Dios. El pueblo no es ni puede ser soberano. El deber de los gobernantes era respetar la ley fundamental y
asegurar la libertad en el orden para la realización del bienestar y el progreso. Debía perseguir los objetivos
mediante autoridad, jerarquía y disciplina. Se debía instalar una dictadura nacional para acabar con el
enemigo interno de las conspiraciones rojas, cuyo objetivo era destruir a dios, la nación y la familia.
Para Lugones no había mejor ciudadano que el rural, el que trabajaba la tierra. La ciudad seguía
siendo sinónimos de burocracia, prostitución y corrupción los inmigrantes eran parásitos indeseables que
habían traído el veneno de las ideologías. También se tenía preocupación en torno al crecimiento de la
población mestiza e indígena. Lugones demandaba una legislación que no permitiera el ingreso al país de
inmigrantes que no fueran blancos.
También había nacionalistas que veían a los judíos como los enemigos mortales de la nación y de la fe
católica del pueblo. Otros admiraban a la Italia fascista por haber infundido un enorme orgullo de su nación
que contrastaba con la indiferencia y debilidad de carácter de muchos ciudadanos nuestros.
Los nacionalistas no intentaron explotar las potencialidades políticas de las mujeres. Entendían que las
mujeres no merecían ninguna otra consideración fuera de su protección.

En los años 30, los nacionalistas desarrollaron un renovado concepto de justicia social y un fuerte
compromiso con el nacionalismo económico.
Declaraban que el verdadero ordenamiento de la vida económica no puede ser dejado a la libre
competencia de las fuerzas, el deber del estado era asegurar una equitativa distribución de la riqueza. Los
salarios debían ser lo suficientemente altos como para mantener a las mujeres apartadas de las actividades
industriales. El estado además quedaba autorizado para establecer monopolios legales.
Los programas económicos de las nacionalistas eran muy pocos diferentes de los de los liberales:
equilibrar el presupuesto, recortar impuestos y reavivar la inversión extranjera.
Aspiraban a una economía dirigida por el estado. Entendían necesarias la explotación de los recursos
eléctricos y petroleros del país y abogaban por desarrollar nuevos mercados en América Latina.
En los años 30, mientras que la mayoría de los nacionalistas seguían sosteniendo ideas ruralistas y
anti urbanistas, estas propuestas de desarrollo económico llegaron al ejército. Un panfleto del ejército en 1938
proclamaba que la Argentina debía convertirse en una gran potencia. La llave del desarrollo nacional se
hallaba en el crecimiento industrial y en le eliminación de las compañías extranjeras mediante una política de
nacionalizaciones.

ASCENSO Y APOGEO PERONISTA (1940-1949)

Dentro de las Fuerzas Armadas tomó fuerza una logia que sustentaba las premisas compartidas por
muchos oficiales: mantener con decisión la neutralidad, impedir la penetración comunista y asegurar el peso
de los militares como un elemento estabilizador. Era el grupo de oficiales unidos (GOU). El presidente castillo
había designado como candidato oficial para las elecciones del 44 a Patrón Costas, esta designación
desagradó al GOU que no lo consideraba garante de la neutralidad, y se establecieron contactos con sectores
opositores con la idea de dar un golpe en septiembre del 43. La revolución resultó bastante improvisada, con
la única decisión de derrocar al presidente. Fue el Gral. Ramírez quien accedió a la presidencia, pero su
gobierno fue dominado por los miembros del GOU y sus amigos (Farrell y Perón).
La política entre los años 43 y 45 giró alrededor de dos temas, el ascenso político de Perón y la
posición internacional en una guerra cuyo curso estaba definido. Perón desde la Secretaría del Trabajo,

26
estrechó sus relaciones con los gremios y se ganó el apoyo de algunos políticos mientras las relaciones con
estados unidos se hacían cada vez más tensas. Recién en el 44 se decidió la ruptura de relaciones con
Alemania y Japón, lo que provocó la reacción de los militares más anti norteamericanos, la caída de Ramírez
y su reemplazo por Farrell.

La expansión de la producción argentina provino, sobre todo, de la industria. Muchas actividades


manufactureras lograron intensificar la sustitución de importaciones que no llegaban como consecuencia de la
guerra. Se exportaron productos industriales en magnitudes importantes a otros países de América Latina. La
dedicación de la economía norteamericana en la producción bélica permitió también la penetración de
productos industriales argentinos en ese país. Sin embargo, este éxito acabó con la guerra.
El estado de la economía hacia 1945 no era óptimo. La agricultura se había estancado en los años de
la guerra, y la escasez de materias primas y bienes de capital industrial estaba impidiendo la satisfacción de la
demanda por productos industriales. La industria era vista como la garantía de un desarrollo sostenido y
autónomo. Era hora de consolidarla y darle mayor dinamismo a través de políticas gubernamentales.

El eje militar-industrial: La política económica hasta los años 30 no había sido en modo alguno
antiindustrialista. Las medidas de protección fueron en general bastante improvisadas y el resultado de la
combinación de tres factores: la necesidad de recaudación discal por la vía de impuestos a las importaciones,
el deseo de restringir las compras al exterior y las presiones de algún sector hegemónico. Las cosas
cambiarían a partir del 40. La guerra estaba dando un impulso industrial que debía ser consolidado desde el
estado. Entre el 40 y el 43, la política de redescuentos del banco central favoreció a la industria más que a la
agricultura y al comercio, se organizó un comité de exportación y estimulo industrial y comercial, se dictaron
alrededor de quince leyes de promoción industrial a nivel municipal y provincial, se creó la flota mercante y se
sanciono la ley de fabricantes militares. En el 43 el campo fue gravado con un impuesto al excedente de
beneficios, que se cobraba en proporción a la diferencia entre el precio vigente para los productos de
exportación y un precio promedio del pasado.
El consejo nacional de posguerra, nacido de Perón, para diseñar las políticas que seguirían a la
normalización de las condiciones mundiales, se aferró en un principio a la versión moderada de
industrialización, una industrialización razonable, y la necesidad de suprimir aquellas actividades que
terminada la guerra, carezcan de razón para existir.

Perón al poder: La relación de Perón con los sindicatos se inició unos meses después de la revolución del 4
de junio. Perón se hizo cargo del Departamento nacional del trabajo; así Perón pasó de una política de
control a una de concesiones. Los trabajadores de la unión ferroviaria fueron los primeros beneficiarios. Se
aumentaron sus salarios y se otorgaron subsidios para prestaciones sociales. Iniciando una serie de arbitrios
favorables a los trabajadores, potenciando las organizaciones que apoyaban su política laboral y debilitando a
las que mostraban mayor independencia.
Desde la universidad, la prensa y un empresariado descontento por las medidas sociales del gobierno,
partían presiones, que pronto se hicieron insostenibles, para forzar el alejamiento de Perón y una rápida
normalización institucional. El 9 de octubre Perón debió renunciar a sus múltiples cargos, mientras se
constituía un gabinete sin figuras leales al saliente coronel. Esta noticia hizo reaccionar a los gremios. El 16 se
decidió una huelga general, pero los acontecimientos se precipitaron al conocerse el traslado de Perón al
Hospital Militar. Al día siguiente, una movilización popular marchó a plaza de mato, volcó la crisis a favor de
Perón y forzó su restitución al gobierno. A partir de ese día hasta febrero del 46, un clima de agitación
electoral sacudió al país. La formula Perón-Quijano obtuvo 300.000 votos de ventaja sobre los candidatos de
la unión democrática.

Surge el justicialismo, la colaboración entre capital y el trabajo, antes que su enfrentamiento era el camino
para el progreso social.
La tercera posición era la frase oficial para definir lo que se pretendía de las relaciones internacionales
de la Argentina, básicamente una actitud de independencia ante el conflicto entre Estados Unidos y la URSS

27
La adquisición de los ferrocarriles, como la de muchos otros servicios públicos que le seguirían, era
también un síntoma del crecimiento del estado como productor de bienes y servicios. Durante el gobierno
Peronista la estatización tomó mayor fuerza, se sumaron la de los teléfonos, la empresa nacional de energía,
la creación de Yacimientos Carboníferos Fiscales y la estatización del servicio de gas. El texto constitucional
de 1949 consagró esta tendencia, declarando al estado dueño natural de los servicios públicos.
Se invierte en comunicaciones, energía y material ferroviario, y se dio impulso a la construcción de
caminos. Entre los años 46 y 47 el principal motor de la inversión pública fue la defensa exterior, que llegó a
representar el 60% de los gastos públicos. Creció también la importancia del gasto en salud, educación y
vivienda.
En el 45 los salarios crecieron a una tasa record, aumentando 62% hasta 1949, llevando una
distribución del ingreso nacional más equitativa. Un éxito inicial rotundo como administrador le permitía unir
fuerzas detrás de la persona, antes que del partido y de los sindicatos, en 1947 quedó fundado el partido
peronista.
Aumento el bienestar de la clase trabajadora de toda la historia.

El gobierno peronista actuó vigorosa y deliberadamente a favor de la industria sustitutiva de


importaciones. Perón veía en el crecimiento industrial la posibilidad de mantener un alto nivel de empleo y de
consumo, y como una política de desarrollo a largo plazo.
Los medios elegidos por el gobierno para llevar a cabo este proyecto fueron básicamente dos: la
restricción de las importaciones y la generosa política crediticia. Se elevaban los aranceles para las
importaciones de los productos que competían con esas industrias y se establecía un sistema de preferencias
para la importación de materias primas y bienes de capital. La política de crédito industrial se canalizó a través
de dos bancos oficiales: el banco industrial y el banco central nacionalizado en el 46. Además se invirtió
bastante en la instrucción de las industrias, aumentando el número de graduados en carreras que habilitaban
para trabajar en el sector industrial.

La influencia del gobierno sobre los precios agrícolas se intensificó, el instituto argentino para la
promoción del intercambio (IAPI) monopolizó, desde principios del 46, la comercialización de los cereales y
oleaginosas, comprando las cosechas a los agricultores para venderlas internamente y en el exterior. Las
ganancias sirvieron para sostener el aumento en el gasto público. Además desligó parcialmente la evolución
de los precios internos de los alimentos.
La situación no era favorable para los propietarios rurales. Los aumentos salariales en la industria
habían repercutido en los costos de los productores, que debían aumentar los salarios de los peones para
evitar su emigración a las ciudades. El estatuto del peón, además, había extendido algunos beneficios
sociales a los trabajadores, lo que también impactaba sobre la rentabilidad rural.

A partir de la 2da. GM la economía empezó a mostrar síntomas inflacionarios. Argentina mantuvo, a


partir de la posguerra, una inflación consistentemente más alta que la de los países avanzados.
A partir de la nacionalización del sistema bancario, el dinero había pasado a ser un bien público que se
concedía de acuerdo con las necesidades de la sociedad en general. Esto fue el fundamento de una rápida
expansión monetaria. Durante los primeros años del peronismo, el gobierno cubrió sus gastos con las
ganancias del IAPI y el superávit del recién nacido sistema de seguridad social.

DEL PARAÍSO PERONISTA A LA CRISIS DEL DESARROLLO (1949-1958)

La hegemonía cuestionada
En el año 1948 la plata sobraba, y dominaba la sensación de que lo económico había dejado de ser un
problema. Perón se ocupó de nuevas ambiciones. Una de ellas fue la realización de una reforma
constitucional que le permitiera ser reelecto en el 52. El artículo 77 permitió su reelección, pero el artículo 40

28
fue el más significativo: consagraba la monopolización del comercio exterior por parte del estado, declaraba
propiedad del estado a los servicios públicos y a las fuentes de energía.
Además la oposición estaba asfixiada más allá de la debilidad electoral. Muchos diarios fueron
adquiridos por el gobierno, otros directamente clausurados y expropiados. La radio fue estatizada y la presión
del gobierno sobre los políticos no adictos también incluyó una purga en filas propias.
Con al apoyo de la oposición, el general Menendez encabezó una desorganizada marcha desde
campo de mayo. Cuyo fracaso no requirió demasiado esfuerzo. Los cabecillas fueron enviados a tierra del
fuego y Perón aprovechó la oportunidad para eliminar de las fuerzas armadas los que no le eran leales.
Evita renunció a los comicios, y la victoria peronista por el 62,5% se impuso contra el 31,8% de la
oposición.

En el 49, el debilitamiento del esquema distributivo de los primeros años del peronismo empezó a
resquebrajarse por lo más frágil: la balanza comercial y la inflación. La causa de la crisis fue de origen interno,
la campaña agropecuaria del 49/50 estuvo dignada por una fuerte sequía y se comprimieron las importaciones
hasta una situación crítica.
Para algunos peronistas la inflación era un mal necesario. El aumento de precios era visto como el
único instrumento de redistribución de ingresos que no chocaban con las normas constitucionales. Pero en
1951, la inflación superó la tasa de aumento salarial. La reaparición de huelgas contribuyó a difundir la
sensación de que una era de rápido progreso popular estaba concluyendo.

El plan económico de 1952


Perón ya había conseguido su reelección, y tenía suficiente margen de maniobras como para tomar
decisiones no del todo populares. El estancamiento económico ya venía prolongándose por tres largos años,
tantos como había durado la expansión inicial. La escasez de energía eléctrica obligó a reglamentar su
consumo, lo que también impactó sobre la industria.
El plan económico tenía como objetivo básico detener la inflación, además se intentaba resolver el
problema del déficit comercial externo. El mensaje gubernamental era que había llegado la hora de moderar el
desenfrenado consumo, lo que descomprimiría la situación del comercio exterior y ayudaría a calmar la
inflación. Se redujo la inversión pública, se retrasaron las tarifas públicas y el subsidio a los bienes básicos, se
clausuraron comercios, se creó una comisión nacional de precios y salarios y se instauró un sistema de
negociaciones salariales bianuales, la faena de animales se restringió de manera de reducir la inestabilidad de
la exportación vacuna, se prohibió el consumo de carne vacuna los días viernes y se desmontó el esquema
que había estado vigente a partir del 46.

El equipo económico reconocía tanto el trato inicial desfavorable al agro como la nueva tendencia de la
política hacia el sector rural. Además de retribuir a los productores rurales con precios superiores a los
internacionales el gobierno pasó a tener en cuenta al sector agropecuario en la asignación de créditos. Uno de
los pasos fundamentales para revertir la oposición rural fue la firma de sucesivos protocolos con Inglaterra,
que establecían las condiciones de comercialización de las carnes argentinas. Hubo intentos más o menos
exitosos por aumentar la productividad y bajar los costos de la producción. Se organizó un plan de inversiones
del estado para fomentar la investigación, difundir innovaciones en los modos de producción y mejorar la
sanidad animal. La industrialización empezaba a mostrar sus problemas.

El desarrollo de la industria en la época de Perón solo puede calificarse como un éxito parcial. Los
analistas de la política industrial peronista la han criticado por excesivamente indiscriminada, ya que pocas
veces se indicaban los criterios con las que se decidían las asignaciones de los créditos, permitiendo un
desarrollo simultáneo de todas las ramas de la industria. De las 91 industrias favorecidas por la protección
argentina, el país solo tenía ventaja comparativas en aproximadamente la mitad. La política industrial
diversificada que en los hechos eligió el peronismo era particularmente problemática en un país con una
población relativamente escasa. Muchas de las industrias que nacieron al amparo de las políticas
proteccionistas no alcanzaban cierta escala mínima a partir de la cual pudieran trabajar con un aceptable

29
grado de eficiencia. El resultado fue una producción manufacturera de alto costo y con pocas posibilidades de
exportación.
El proceso de expansión manufacturera también estuvo complicado por un mercado de trabajo distinto
a otros países. Argentina, dentro de todo, tenía salarios comparativamente altos. Era inevitable que la
expansión de la demanda de trabajadores se reflejara pronto en aumentos salariales.

Un intento de corrección: el segundo plan quinquenal


Un candidato para liderar la profundización de la industrialización era el mismo estado. Y así fue
reconocido el segundo plan quinquenal. Aplicado a partir del 53, era un plan de mediano o largo plazo que
complementaba al plan de estabilización de 1952 y tenía que ver con las prioridades de inversión. Un objetivo
explícito era el de solventar las necesidades básicas del país en lo concerniente a la producción de materias
primar, energía, transportes y bienes de capital. Era un esfuerzo por poner en orden las bases productivas de
la economía. La urgencia era ahora avanzar hacia un estadio superior de la industrialización: el primer plan
quinquenal consolidó en el país la industria liviana y corresponde a este segundo plan arraigar la industria
pesada.

A fines del 53, el gobierno podía estar contento por la marcha de la economía: en los últimos doce
meses la inflación había sido del 4%, y los salarios habían registrado un alza moderada. Pero la carrera entre
precios y salarios daba signos de reaparecer. Era necesario incentivar la producción y la inversión
garantizando de algún modo las ganancias de los empresarios. El nuevo enfoque de la política económica
estaba en aumentar la cantidad de bienes a repartir.

La inversión de origen interno, pública o privada, era insuficiente para aumentar sensiblemente la
productividad y para reducir el peso de ciertas importaciones. El problema principal era que faltaban las
divisas para comprar en el exterior los bienes de capital necesarios. El gobierno decidió tomar el único camino
viable: recurrir a la inversión extranjera menguando el notorio estatismo de los primeros años. En el segundo
plan quinquenal se declaró la importancia de los capitales extranjeros, y se abrió la posibilidad de que
participaran en servicios públicos (lo que era contario al artículo 40 de la constitución). Las prioridades eran la
mecanización agrícola y la producción local de insumos que hasta entonces se importaban.

En 1955 el gobierno presentaba signos de agotamiento con los defectos de un gobierno vertical y sin
contrapesos en los otros poderes. Hasta fines del 54 Perón podía confiar en una salida gloriosa del poder en
el 58; la oposición estaba vencida y las fuerzas armadas habían quedado apagadas de cualquier revolución.
Pero el panorama cambió por el conflicto de Perón y la iglesia católica. Mientras el gobierno provocaba
suprimiendo la enseñanza religiosa, permitiendo el divorcio y proyectando una reforma constitucional que
separara a la iglesia del estado; la oposición veía su oportunidad de resucitar.
La tensión hizo eclosión el 16 de junio, día en que 300 civiles fueron víctimas de un bombardeo de
aviones de la marina sobre plaza de mayo en la operación para asesinar al presidente. La rebelión fue
sofocada, y los grupos que apoyaban al gobierno reaccionaron quemando varias iglesias.
El 16 de septiembre un grupo de oficiales encabezados por Lonardi tomaron la escuela de artillería en
Córdoba, mientras toda la marina se sumaba al movimiento. La voluntad de Perón parecía dormida, decidió
renunciar y refugiarse en la embajada de Paraguay. Lonardi ocupó la presidencia más moderada.
El 13 de noviembre Aramburu reemplazó a Lonardi. Se condenó a funcionarios del régimen depuesto,
fue disuelto el partido peronista, se prohibieron los símbolos peronistas y hasta la mención pública del nombre
de Perón, la CGT fue intervenida. Las lealtades del Perón solo tenían lugar en la clandestinidad.
Los partidos ya pensaban en las elecciones, y nadie aspiraba a la presidencia sin los votos peronistas.
Esta fue la motivación fundamental del pacto secreto entre Frondizi y Perón.

30

You might also like