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Diplomado Especialista en Protección Internacional Contra La Violencia de Género
Diplomado Especialista en Protección Internacional Contra La Violencia de Género
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Esperanza Bosch Fiol (Comp.)
LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Algunas cuestiones básicas
[2ª Edición]
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Curso superior en violencia doméstica y familiar
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Esperanza Bosch Fiol
Doctora en Psicología. Profesora titular de Psicología básica.
Universitat de les Isles Balears
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ÍNDICE
LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Algunas cuestiones básicas
Prólogo............................................................................................................... 9
Presentación..................................................................................................... 13
Introducción..................................................................................................... 15
I. La violencia de género como fenómeno social actual.................................. 19
II. Violencia de género: marco teórico............................................................. 41
III. Violencia de género y discapacidad........................................................... 75
IV. La protección internacional contra la violencia de género.
Una perspectiva desde los derechos humanos................................................. 91
V. Factores para la prevención....................................................................... 127
Glosario terminológico.................................................................................. 171
Eje cronológico con algunas fechas relevantes para los derechos humanos
de las mujeres................................................................................................. 179
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PRÓLOGO
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Prólogo
Con esta pretensión y esperando que resulte un libro didáctico, las/el fir-
mantes Esperança Bosch, Victoria Ferrer, José Luís Ortego y Dolors Forteza,
Margalida Capellà y Raquel Jiménez, y por último Capilla Navarro han escrito
algunas cuestiones básicas e imprescindibles para la comprensión y adopción de
estrategias útiles frente al problema de la violencia de género.
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PRESENTACIÓN
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INTRODUCCIÓN
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Introducción
es decir del total de ellos, habrá un grupo que pasará del pensamiento al acto, de
la idea a la ejecución, sistemáticamente o en una única pero definitiva ocasión,
como se observa en aquellos casos en el que el ex-marido o ex-compañero, gene-
ralmente después de una separación no querida por él, ataca, por primera vez, a
la mujer con la intención de matar. Otro dato importante: la edad no es un factor
determinante.
Efectivamente, no nos sirve la excusa de que el tema de la violencia contra
las mujeres es una cuestión propia de generaciones pasadas, de quienes no reci-
bieron una educación adecuada. Basta repasar las estadísticas para comprobar
como eso no es cierto, agresores los hay de todas las edades, desde adolescentes
hasta ancianos, por tanto mujeres víctimas también. Y frente a ello habrá que
reconocer un cierto fracaso de la educación. Aun cuando los contenidos escolares
puedan ser igualitarios (y desgraciadamente todavía en muchos casos no lo son)
los modelos sociales, los canales de socialización están minados de mensajes
misóginos, de tópicos, mitos, falsas creencias sobre la masculinidad y la femini-
dad que calan mucho más profundamente de lo que podríamos imaginar. Pero,
además hay otro aspecto importante: renunciar a privilegios, aun cuando sean
ilegítimos y perversos, no es fácil, y los hombres, para ayudar a la construcción
de una sociedad más justa e igualitaria, deben renunciar a ellos.
En las páginas siguientes, vamos a ofrecer algunas claves para poder enten-
der mejor el fenómeno de la violencia de género enfocándolo desde diferentes
aspectos. Para ello hemos dividido el texto en cinco bloques temáticos, desarro-
llado cada uno de ellos por personas especializadas en el tema. Esperamos que
sea útil para el alumnado en general, pero particularmente para aquellas personas
que se estén preparando para ejercer profesiones en las que de una manera u otra
tendrán que vérselas con esta problemática, es decir con el dolor y sufrimientos,
con el desconcierto y la frustración de seres humanos que por haber nacido muje-
res ven sus derechos más fundamentales seriamente comprometidos.
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I.
LA VIOLENCIA DE GÉNERO
COMO FENÓMENO SOCIAL ACTUAL
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La violencia de género como fenómeno social actual
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que ellos, aunque utilicen otras armas (mitos sobre la importancia del problema)
son creencias que desnaturalizan, minimizan y, en definitiva, contribuyen, de un
modo u otro, a negar la existencia misma del problema.
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
Estereotipos de género
Siguiendo a Carmen Monreal, los estereotipos son creencias generalizadas
sobre los atributos que caracterizan a determinado grupo social, y son transmiti-
dos en el proceso de socialización, según Monreal.
Los mitos y estereotipos poseen una serie de características que hace que
se inserten en la sociedad de forma subrepticia, proponen modelos y marcan pau-
tas de actuación; en definitiva, ahorran el esfuerzo de analizar, reflexionar y eva-
luar críticamente los hechos, por lo que permiten resolver una situación de forma
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rápida, pero no acorde a la verdad. Las personas que los comparten se ponen de
acuerdo de forma fácil, lo que resulta cómodo y tranquilizador. Quien no esté de
acuerdo queda excluido/a. Son difíciles de desmentir por estar generalizados y
formar parte de las convicciones sociales. Aferrarse a ellos supone menos ries-
gos, que mantener una actitud más personal e individualizada. Son resistentes
al cambio y al razonamiento. Contienen gran carga emotiva como el miedo, la
culpa, el odio. Tienden a culpar a la mujer y a justificar al maltratador. Influyen en
los/as profesionales, amistades, familiares, vecindario, en los hombres violentos
y en las propias mujeres en situación de maltrato, que se juzgan a sí mismas de
acuerdo a esos mitos y creencias.
Como consecuencia de ellos, las mujeres víctimas se sienten culpables,
dudan de sí mismas, con lo que se dificulta que se percaten de lo que les está
sucediendo, con el objeto de pedir ayuda.
Es imprescindible cuestionar los mitos por ser asientos de la violencia en
las relaciones de pareja, influyen en las personas, por lo que es necesario hacerlos
conscientes.
Los mitos y estereotipos más frecuentes con respecto a la violencia dirigida
a las mujeres, son:
• Mitos y estereotipos sobre la violencia dirigida a las mujeres
- Es una cuestión privada, se deben a crisis económicas.
- Es gente sin principios ni moral, es natural e instintiva.
- No puede ser evitada, disminuye en el embarazo.
- Se exagera la realidad, son pérdidas puntuales de control.
• Mitos y estereotipos con respecto a los hombres maltratadores:
- Son hombres violentos, son alcohólicos, son violentos porque están
en paro.
- Son psicópatas, son impulsivos, son descontrolados.
- Son sádicos, están locos o enfermos.
• Mitos y estereotipos sobre los niños y niñas adolescentes, víctimas de la
violencia:
- Fantasean, fabulan, mienten.
- No se dan cuenta, no entienden, no sufren.
- Su conducta es seductora, tienen precocidad sexual.
• Mitos y estereotipos sobre las mujeres en situación de maltrato:
- Provocan la violencia, son masoquistas, son pasivas.
- Les pasa por aguantar la primera vez, son débiles y tontas.
- Dicen “no” cuando quieren decir “si”, son malas y se lo merecen.
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los hitos importantes que deben destacarse en este proceso están la reunión de-
nominada Tribunal Internacional de Delitos contra la Mujer (marzo de 1976),
concebida de manera similar a otros grandes procesos, como el de Nuremberg,
y como opuesta al Congreso de las Naciones Unidas celebrado en la Ciudad de
México en 1975. Este Tribunal discutió múltiples temas y, entre ellos, la mutila-
ción y Zinsser4, concluyéndose que aunque la violación sea un acto individual
de violencia masculina, supone una forma de perpetuar el poder de los hombres
sobre las mujeres, por lo que se propusieron diferentes formas de acción, como
manifestaciones, discusiones, creación de organismos de ayuda a las víctimas y
cambios en la legislación sobre este problema.
Durante los meses siguientes, estas acciones comenzaron a desarrollarse
en Italia, Alemania occidental, Gran Bretaña y Francia.
A partir de la segunda mitad de la década de 1980 se fue dirigiendo la aten-
ción hacia las diferentes formas de violencia contra las mujeres, y las feministas
europeas comenzaron a presionar a sus gobiernos para que reformaran las leyes
sobre violencia de género, crearan casas de acogida y diseñaran mecanismos de
atención a las víctimas, entre otros.
El movimiento feminista venía reclamando desde hacía ya bastante tiempo
un compromiso político riguroso que empezara a romper tópicos y prejuicios y
que se atreviera a denunciar la estructura patriarcal como el caldo de cultivo que
alimenta unos determinados comportamientos violentos hacia las mujeres para
mantener el dominio y control sobre sus vidas, una sociedad patriarcal que se
aferra desesperadamente a sus privilegios ancestrales y a modelos de convivencia
que se muestran ya caducos. Téngase en cuenta, por ejemplo, que a pesar de los
avances vividos en los últimos años en relación con la toma de conciencia y el
compromiso social frente a él, el maltrato de mujeres sigue siendo en gran medi-
da un delito oculto.
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de los varones respecto de las mujeres. Diferentes expertos, tales como psicólo-
gos, educadores, han explicado que cada vez, en jóvenes de menor edad, se están
observando comportamientos machistas. Según Susana Martínez, presidenta de
la Comisión de Estudio de Malos Tratos a Mujeres en los jóvenes se reproducen
roles que creíamos superados. Patrones en los que el chico es el dominante y
ejerce esa dominación a través del control, y la chica adopta una actitud sumisa
o complaciente.
En muchas relaciones se sigue viendo cómo influye la idea del amor ro-
mántico, en el que el hombre es el fuerte y la mujer la débil, dependiente, nece-
sitada de protección.
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El amor romántico
Desde mediados del S.XVIII en Europa adquiere importancia el término
de “amor romántico”. Este se caracteriza por la forma en la que son percibidas y
consideradas las relaciones. Fue un término que supuso un cambio muy impor-
tante para la libertad de elección del cónyuge y no estar obligada a casarse con
quien los padres desearan. El amor romántico demostró la posibilidad de persistir
y fortalecerse a lo largo del tiempo la relación entre una pareja.
Tanto la literatura como el cine fueron muy influentes a la hora de concebir
la relación amorosa. Normalmente se expone esta relación como unos jóvenes
que se conocen y se enamoran, a veces a primera vista, consiguen superar obstá-
culos que se opone a su relación y llegan a un final con un beso que anuncia un
futuro de felicidad sin trabas por delante
Hoy en día las jóvenes y no tan jóvenes, al iniciar una relación de pareja,
creen que todos los obstáculos y trabas que se encuentran es debido a que al final
conseguirá un final lleno de felicidad, por lo que no rompen esa relación y con-
tinúan. Por así decirlo que todo esfuerzo tiene su recompensa, y para llegar a un
final lleno de amor y felicidad hay que atravesar un camino en el cual se encuen-
tran trabas y obstáculos.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX se une por primera vez
los conceptos de amor romántico, matrimonio, y sexualidad, dejando de ser ma-
trimonio concertado para ser amor. Uno de los autores que más han analizado las
relaciones de pareja actuales ha sido Giddens que se refiere al amor romántico
como el modelo que venía imperando en la sociedad moderna, y que ha sido
fundamento por siglos del matrimonio y la monogamia, sobre todo en la cultura
occidental. Concretamente lo definió (refiriéndose a aquel que se presentó a partir
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del siglo XIX): como el vínculo sentimental que une a una pareja heterosexual
que implica necesariamente cierto grado de reflexión acerca de los sentimientos
que se tienen hacia la pareja, sobre la intensidad del afecto y sobre si este es
suficiente para mantener una relación a lo largo plazo. Este autor también dice
que la intimidad en el amor romántico es importante y se construye por medio de
una conexión sexual, pero también mediante un enlace espiritual. Algunas de las
características principales del concepto de amor romántico son los siguientes:
• Vivir experiencias muy intensas de felicidad o de sufrimiento.
• Depender de la otra persona y adaptarse a ella, postergando lo propio.
• Perdonar y justificar todo en nombre del amor.
• Estar todo el tiempo con la otra persona.
• Pensar que es imposible volver a amar con esa intensidad.
• Desesperar ante la sola idea de que la persona amada se vaya.
• Prestar atención y vigilar cualquier señal de altibajos en el interés o el
amor de la otra persona.
• Idealizar a la otra persona no aceptando que pueda tener algún defecto.
• Sentir que cualquier sacrificio es positivo si se hace por amor a la otra
persona.
• Hacer todo junto a la otra persona, compartirlo todo, tener los mismos
gustos y apetencias.
De estas características surgen los falsos mitos del amor romántico que aún
en la actualidad persisten arraigados en nuestra sociedad.
El amor romántico también favorece las relaciones de poder en la pareja,
llevando a la entrega total de la mujer y al dominio del hombre. De hecho, como
afirma Medrano, los mitos románticos son una expresión de la sociedad patriarcal
que justifican el machismo. El machismo es la forma de dominio, el romanticis-
mo la respuesta de sumisión, contribuyendo al mantenimiento del sexismo. Des-
de principios del siglo XIX existe una conexión entre la sexualidad y el amor ro-
mántico. En la cultura occidental se encuentra una relación estrecha entre ambos
conceptos, llevando a considerarse que estar enamorado es la base fundamental
para establecer una pareja y permanecer en ella. Con este concepto se incide en
las emociones, los afectos y el cuidado de las relaciones interpersonales como
parte del rol de la mujer, informan que más del 80% de la población española
acepta el estilo de amor romántico, tanto varones como mujeres.
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1. Falacia de cambio por amor: creen que las personas cambian por
amor a partir de la premisa errónea de que “el amor lo puede todo”.
Esta creencia errónea puede llevar a aceptar y tolerar comportamientos
de la pareja claramente ofensivos desde el convencimiento de que los
cambiara porque “te ama”.
2. Mito de la omnipotencia del amor, que cree que con el amor es
suficiente para superar todos los obstáculos que surjan en una relación.
3. Normalización del conflicto, que quiere decir que todo lo que suceda
en las primeras fases de la relación, tenga la gravedad que tenga, forma
“El amor todo parte del proceso de adaptación.
4. Creencia de que los polos opuestos se atraen y entienden mejor, lo
lo puede” cual está relacionado con esa normalización del conflicto. La realidad
parece demostrar que cuantas más cosas se tienen en común, mejor se
entienden las parejas.
5. Mito de la compatibilidad del amor y el maltrato, que considera que
amar es compatible con dañar o agredir. Se piensa que no hay amor
verdadero sin sufrimiento.
6. Creencia de que el amor verdadero lo perdona y aguanta todo. Aquí
se puede ver que se suele usar mucho el chantaje para manipular a la
víctima. Un ejemplo sería “si no me perdonas, es que no me amas de
verdad”.
7. Mito de la media naranja. Se cree que se elige a la pareja que se tiene
predestinada y que es la única elección posible.
8. Mito de la complementariedad, que se debe a la necesidad del amor
de pareja para sentirse completo en la vida.
9. Razonamiento emocional, es una distorsión que se produce cuando
una persona está enamorada de otra y cree que hay una química especial
“El amor y que la lleva a ser su “alma gemela”
verdadero 10. Creencia de que solo hay un amor verdadero en la vida. Cree que
solo se quiere de verdad una vez y si se deja pasar nunca más se volverá
predestinado” a encontrar.
11. Mito de la perdurabilidad, pasión eterna o equivalencia. Defiende
que el amor romántico y pasional de los primeros meses de una relación
puede y debe perdurar tras años de convivencia.
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II.
VIOLENCIA DE GÉNERO: MARCO TEÓRICO
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Violencia de género: marco teórico
DIFERENCIAS CONCEPTUALES
Como se ha señalado, es de especial importancia aclarar que el término
violencia de género hace referencia a una organización social y estructural. Es
decir, la violencia de género hace referencia tanto a la violencia que se sufre en
las relaciones afectivas, como a la que se sufre en otros escenarios como las insti-
tuciones o a través de símbolos (techos de cristal en el escenario laboral o figuras
o simbólicas de segundo orden en políticas públicas). Siendo el pilar fundamental
de esta violencia en toda su tipología, la posición de subordinación que plantea
en relación a la mujer.
Con respecto a la violencia ejercida en las relaciones afectivas, a su vez, el
término puede dividirse en otros más específicos, definidos en función de quién
la ejerce o en qué contexto se lleva a cabo. Estos términos hacen referencia a:
• Violencia conyugal: Anteriormente hacía referencia a violencia que ocu-
rría dentro del matrimonio. En la actualidad hace referencia a la violen-
cia que ocurre en cualquier tipo de pareja, haya o no matrimonio. Es
decir, noviazgo, parejas de hecho, matrimonio o ex pareja.
Este término, en la actualidad es reconocido como violencia de género en
la pareja
• Violencia familiar: nos vamos a referir en este punto a la violencia que
ocurre entre los miembros que conviven en una familia, independiente-
mente de su parentesco. Por ejemplo violencia entre hermanos o herma-
nas.
• Violencia doméstica: según la APA, el término se definiría como: Un
patrón de conductas abusivas que incluye un rango de maltrato físico,
sexual o psicológico, usado por una persona en una relación íntima con-
tra otra, para ganar o mantener el abuso de poder control y autoridad
sobre esa persona.
EVOLUCIÓN SOCIO-POLÍTICA.
Históricamente no ha habido una conciencia social de VG, puesto que se
entendía como normal o adecuado, utilizar la violencia como estrategia de domi-
nio general y sobre la mujer en particular si era preciso. Podemos afirmar que a
nivel estructural-social, ha sido considerada un problema de ámbito privado que
ha evolucionado hasta hacerse público y condenado socialmente. Además, mien-
tras que ha sido considerado un aspecto íntimo y un derecho para el hombre, no
ha habido un tratamiento a nivel político y legal para esta situación.
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Violencia de género: marco teórico
idea se pretende hacer visible el estar, el ser de las mujeres; la toma de control de
su propio desarrollo, de su vida, de sus ideas, necesidades, de tomar conciencia
de ser humano independiente y autónomo.
En palabras de Bosch y cols., (2010): El empoderamiento femenino se en-
tiende como el proceso a través del cual, las mujeres llegan a ser capaces de
organizarse, trabajando para aumentar su propia autonomía, para hacer valer
su derecho a tomar decisiones y a controlar los recursos que les ayudarán a cues-
tionar y a eliminar su subordinación en relación al varón (p.8).
Además, según Ferrer y Bosch, en el ámbito de la Psicología podríamos
entroncar la visión del empoderamiento, como estrategia preventiva, con la de-
nominada Psicología Positiva (p.8). Siendo el objetivo final de esta, la mejora
personal a través de las propias fortalezas.
Finalmente en Beijing, se toma conciencia plena de la importancia del con-
cepto género, identificándose 12 esferas concretas de trabajo (por ejemplo: mujer
y salud, educación o pobreza entre otras), que son necesarias de cambio para
conseguir la equidad entre mujeres y hombres; además de acuñarse el concepto
mainstreaming de género o transversalidad, como componente fundamental del
desarrollo exponencial de las mujeres.
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
Violencia sexual
Este tipo de violencia ha sido la menos estudiada.
Se refiere a cualquier acto sexual forzado por parte de la pareja, ya sea con
amenazas, intimidación, coacción o por llevarse a cabo en estado de inconscien-
cia o indefensión de la mujer. Además, en este tipo de agresiones no se utilizan
medidas preventivas de contagio de enfermedades.
Así mismo, según Soria, podemos distinguir distintos componentes como:
violación, introducir objetos en la vagina o en el ano sin consentimiento, forzar
el coito anal, exigir tener relaciones sexuales sin importar el estado o deseo de la
víctima, obligar a la víctima a ver pornografía y/o hacer imitación de actos, entre
otras.
Para finalizar es importante señalar las consideraciones a las que llegan
McFarlane, y cols., en la que resaltan que las mujeres que han sufrido maltrato
sexual además de físico por sus parejas, presentan un mayor número síntomas de
estrés postraumático y depresión, además de con mayor intensidad, en compara-
ción con aquellas mujeres que no han sufrido este tipo de violencia.
Violencia psicológica
En este tipo de violencia las protagonistas son las actitudes y conductas
que denigran a las personas o lo intentan. Lo que se pretende es humillar, inti-
midar, ridiculizar, o descalificar de forma recurrente con la intención última de
hacerla dudar de su propio criterio.
Podemos encontrar distintos indicadores a los que prestar atención. Algu-
nos de ellos son, control de la víctima (controlar todo lo que hace la víctima, con
quién va, a dónde o qué hace), celos o reproches continuos que obligan a hacer
un sobreesfuerzo para recuperar la credibilidad. Llamadas de teléfono incesantes
o dejar notas en el coche. Aislamiento de la víctima con la pretensión de aislar-
la socialmente, criticando a amigos/as, familiares, menospreciando su trabajo y
sus compañeros/s, entre otras. La intención es dejarla sola para que el problema
quede en privado, además de aislarla socialmente para ejercer un mayor control.
Así mismo, denigración y humillaciones con el objetivo de disminuir la
autoestima y producir anulación. Las atribuciones van dirigidas a distintos roles
de la mujer: como madre, como esposa o como persona.
Otros indicadores son conductas de intimidación y amenazas con el obje-
tivo de culpabilizar a la víctima de autolesiones por parte del maltratador o que
ella tema por su integridad física, realizando actos violentos como golpes en la
mesa o portazos.
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Violencia de género: marco teórico
Violencia simbólica
Este tipo de violencia hace referencia a la amplia gama de formas en la que
se considera la imagen actual de la mujer de una forma sexista, quedando relega-
da su presencia a mero objeto secundario y sexualizado.
Además, Petit y Prat, señalan la importancia de este tipo de violencia por-
que se extiende a nivel mundial y a través de cualquier medio de trasmisión. Entre
los diferentes canales comunicativos de esta tipología podemos señalar el lengua-
je, incluyendo este el tipo verbal, de signos o escrito, entre otros, que según Plaza
puede servir como vehículo contrapuesto a la violencia de género.
Es importante señalar que a través de su uso, se exponen y trasmiten los
esquemas mentales asociados a quiénes somos, cómo nos conformamos como
personas. Y entre estas líneas, tal y como señalábamos anteriormente, se con-
forman las estereotipadas formas de jerarquizar que señalan que la mujer tiene
un puesto adjudicado que las marca como símbolo de dominio masculino. Una
característica significativa de este tipo de violencia, es la sutileza con la que se
ha establecido en la sociedad quién parece vivir alejada de esta significación. Por
tanto, no debemos –como obligación – dejar que pase desapercibida, sino todo
lo contrario, marcarla como indicador sobre el que se construyen otras formas
anteriormente expuestas.
COMORBILIDAD
Según la OMS: las víctimas de violencia de género tienen un riesgo mayor
de sufrir problemas de salud física y mental, que aquellas que no han sido mal-
tratadas. Así mismo, las mujeres expuestas a violencia en la pareja tienen una
peor salud física y psíquica, una peor salud autopercibida y más problemas de sa-
lud para realizar sus actividades cotidianas. Sin olvidar que a su vez, las mujeres
con trastornos mentales constituyen un colectivo más vulnerable a la hora de su-
frir este tipo de violencia. En este sentido se puede citar como ejemplo, el estudio
de Matud, en el que señala que las mujeres maltratadas por sus parejas presentan
más síntomas de depresión grave, ansiedad e insomnio y somatizaciones, que
las mujeres que no han sufrido tales abusos; aunque una menor sintomatología
asociada, favorecería perfiles resilientes.
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Depresión y suicidio.
La depresión también presenta comorbilidad cuando ha habido violencia
hacia la mujer.
Ya en el estudio de Echeburúa, De Corral, Amor, Sarasua y Zubizarreta,
llevado a cabo con 126 mujeres maltratadas, se encontró que más de un 65% de la
muestra, superó el punto de corte establecido para el Inventario de Depresión de
Beck y para la Escala de Depresión de Hamilton. Posteriormente, Rincón y cols.,
obtienen una cifra de 84,2% de las participantes españolas de su estudio. Y si-
guiendo esta línea, Labrador y cols., encuentran una prevalencia de 69,6% en una
muestra de mujeres madrileñas, en el que la duración y la gravedad del maltrato
tienen una relación directa con el pronóstico y con la gravedad de la depresión;
así como con que haya habido maltrato psicológico. También encontraron que
un 44% de la muestra mostraba ideación o intento de suicidio, concluyendo que
es el Trastorno psicológico para el que más ayuda psicológica se presta, a pesar
de que como dicen Morfin y Sánchez-Loyo …son limitados los estudios que dan
cuenta de la dimensión subjetiva de ambos hechos; es decir entre violencia de
género en la pareja y suicidio. Este dato también ha sido apuntado por Colucci y
Heredia.
Por otra parte, un estudio llevado a cabo por Lorente, Sánchez y Naredo
sobre suicidio y violencia de género, ponía de manifiesto que un 81% de muje-
res que habían sufrido malos tratos había intentado suicidarse. En este sentido,
algunas autorías señalan que en el maltrato, el mayor predictor de suicidio es el
aislamiento social; “sin olvidar la importancia de sufrir violencias verbales, emo-
cionales, físicas y económicas”.
Adicciones.
Aunque las mujeres muestran menos abuso y consumo de sustancias y
viven durante más tiempo – en relación a los hombres –, se reconocen con una
peor calidad de vida.
Así mismo, las repercusiones sanitarias en cuanto al uso y abuso de sustan-
cias, resultan alarmantes. En este sentido, las mujeres pueden recurrir al consu-
mo de sustancias adictivas (alcohol, psicofármacos o drogas) como estrategia de
afrontamiento de la situación. Y según Arteaga, López-Goñi y Fernández-Mon-
talvo, en el contexto de los tratamientos para el abuso de sustancias se puede
identificar la violencia de género en la pareja. Así mismo, Guitierres y Van Pu-
ymbroeck, señalan que el porcentaje de víctimas que consumen drogas oscila
entre el 4% y el 40%, de las mujeres que acuden a programas de tratamiento de
violencia doméstica y a casa de acogida para víctimas.
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Violencia de género: marco teórico
No obstante, no hay que olvidar que solo se exponen datos sesgados, pues-
to que se refleja la parte poblacional que acude a tratamiento. Y se conoce que la
violencia contra las mujeres (en general y en pareja concretamente), constituye
un problema oculto que se denuncia poco en proporción a su ocurrencia real.
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III.
VIOLENCIA DE GÉNERO Y DISCAPACIDAD
INTRODUCCIÓN
La violencia según la Real Academia de la Lengua Española (R.A.E) es la
Cualidad de violento, que implica, que actúa con ímpetu y fuerza y se deja llevar
por la ira. Y también que implica el uso de la fuerza, física o moral.
Hay una gran variedad de tipos de violencia, como el maltrato infantil, el
bullying o acoso escolar, la violencia de género, la violencia institucional, sexual
o la violencia prenatal.
Hay que tener en cuenta el significado que adquiere la palabra diversidad
funcional. Diversidad significaría Variedad, desemejanza, diferencia. Y el térmi-
no Funcional se referiría a Perteneciente o relativo a la función o a las funciones.
Por otro lado, el término diversidad funcional es de muy reciente apari-
ción, por lo que creemos que es importante señalar también el significado de
discapacitado: Dicho de una persona: Que padece una disminución física, senso-
rial o psíquica que la incapacita total o parcialmente para el trabajo o para otras
tareas ordinarias de la vida.
Como vemos, el término discapacitado parece limitar más a la persona
etiquetada que el término diversidad funcional, pues la primera nomenclatura se
refiere a una disminución de funciones, mientras que la segunda, simplemente
señalaría que las funciones son diferentes, por tanto no le otorga ningún valor, ni
negativo ni positivo, solamente indica diferencia.
Sin duda, el término que hemos estado utilizando para denominar a las
personas que han nacido con algunas diferencias físicas, psíquicas o sensoriales,
ha ido evolucionando a lo largo de la historia. Esta evolución se debe, en parte, al
cambio de mentalidad respecto a estas personas.
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Violencia de género y discapacidad
Algunos términos nos suenan tan ofensivos que no podemos creer que se
utilizaran hace relativamente poco tiempo, pero cabe decir que estos términos no
eran solamente términos utilizados en el lenguaje coloquial, si no que se escribían
artículos científicos, manuales y otro material científico y profesional, utilizando
estos términos que tan malsonantes nos parecen actualmente.
Por otro lado, algunos términos que en principio fueron creados para de-
nominar a estas personas intentando no tener ninguna connotación negativa,
fueron utilizados a modo de insulto entre las personas que no tenían ninguna
discapacidad. Es por este uso indebido del término que acabó cambiando total-
mente el significado de este y los profesionales en este campo tuvieron que volver
a cambiar, una vez más, el término utilizado.
Algo que nos parece fundamental es que no debemos olvidar que la
discapacidad no define a la persona, sino que es una característica más. Por tanto,
utilicemos el término que utilicemos, debemos tener en cuenta la diferencia entre
ser y tener. No es lo mismo ser discapacitado que tener una discapacidad.
Como ya hemos visto, el término se ha ido humanizando hasta lograr un
término más adecuado y menos ofensivo. El trato recibido por estas personas
también se ha ido humanizando. A continuación veremos cómo han sido tratados
y cuáles son las líneas actuales de intervención.
Las primeras sociedades humanas se tenían que enfrentar a la lucha por la
supervivencia. En este intento de sobrevivir, se especula que muchas personas
con discapacidad eran asesinadas o abandonadas por ser consideradas una carga
durante los traslados o, cuando era necesario huir de los desastres naturales. Aun
así, existen evidencias de que se intentaban aplicar medidas curativas como las
trepanaciones (heridas en el cráneo para que huyera el mal) o amputaciones sin
empleo de anestesia.
Las atribuciones mágicas, religiosas y místicas sobre las personas con
discapacidad fueron durante muchas décadas las únicas explicaciones con las
que contaban sobre la causa de la discapacidad, por lo que muchos de los trata-
mientos también iban en esa misma línea. Se realizaban sanaciones espirituales,
exorcismos y otros tratamientos sin ninguna evidencia científica que hoy en día
serían impensables.
Paulatinamente se fueron desarrollando técnicas más científicas, más hu-
manas y más integradoras para mejorar las capacidades de las personas que con-
taban con alguna discapacidad.
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verse o trasladar objetos, el 55,3% tienen problemas relacionados con las tareas
domésticas y el 48,4% con las tareas del cuidado e higiene personal. En materia
de empleo, esta misma fuente señala que la tasa de actividad de las personas con
discapacidad es del 35,5%. El 40,3% para los hombres y el 31,2% para las muje-
res. Por su parte, la tasa de ocupación es el 28,3% para el total de las personas con
discapacidad, siendo el 33,4% la masculina y el 23,7% la femenina. En cuanto
al desempleo, la tasa de paro de las personas con discapacidad es del 20,3%, con
un reparto del 17,2% para los hombres y del 24% para las mujeres. En términos
globales, los datos muestran que las mujeres con discapacidad, en relación a sus
dos grupos naturales de referencia (hombres con discapacidad y mujeres en gene-
ral), presentan un mayor índice de analfabetismo, niveles educativos más bajos,
menor actividad laboral y/o con puestos de trabajo de menor responsabilidad y
peor remunerados mayor aislamiento social, más baja autoestima, mayor depen-
dencia económica respecto de la familia y/o personas responsables de apoyarlas,
mayor dependencia socio afectiva y emocional, menor desarrollo personal y so-
cial, gran desconocimiento de la sexualidad y numerosos y catastróficos mitos al
respecto, mayor desprotección socio sanitaria y baja autovaloración de la imagen
corporal; todo lo cual se traduce en una mayor exposición a sufrir cualquier tipo
de violencia
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violencia sufrida por las mujeres con discapacidad es algo oculto incluso den-
tro de las acciones violentas contra la mujer. Las mujer con discapacidad sufre
doble discriminación; por un lado por ser mujer y por otro por ser mujer con
discapacidad. Todo esto, hace que de alguna manera a la mujer se la prive, se le
vulneren de forma asidua y sistemática sus derechos, aislándola, negándole el
acceso normal a la cultura, al ocio compartido y discriminándola al libre acceso
al mercado laboral.
La Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad reconoce en su Preámbulo (apartado, q) que las mujeres y ni-
ñas acostumbran a sufrir un mayor riesgo, dentro y fuera del hogar, de violencia,
lesiones o abuso, abandono o trato negligente, malos tratos o explotación y sufren
distintas formas de discriminación. Asimismo recoge la necesidad de incorporar
la perspectiva de género en todas las actividades destinadas a promover el pleno
goce de los derechos y libertades (Preámbulo, apartado, s). La Convención insta a
los Estados a tomar medidas que potencien a la mujer (art. 6) y tenga en cuenta el
interés de los menores (art. 7) ya que parte de la sujeción de mujeres y niñas con
discapacidad a múltiples formas de discriminación. En su artículo 16, dedicado
a la violencia y el abuso, este tratado internacional de derechos humanos insta a
sus Estados Partes a tomar todas las medidas de carácter, administrativo, social,
legislativo, educativo y de otra índole que sean necesarios para apoyar a las mu-
jeres y niñas con discapacidad contra todas las formas de explotación, violencia y
abuso, tanto en el propio hogar, como fuera de él, asegurando formas adecuadas
de asistencia y protección que tengan en cuenta sus necesidades específicas. El
Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
en su diálogo constructivo con el Estado Parte de España mostró su intranquilidad
por el hecho de que los programas y políticas públicas sobre la prevención de la
violencia contra la mujer no tuvieran suficientemente en cuenta la situación de las
mujeres con discapacidad, realizándole las siguientes observaciones al respecto:
• Velar por que se tenga en cuenta a las mujeres con discapacidad en
los programas y políticas públicas sobre la prevención de la violencia
de género, particularmente para asegurar el acceso de las mujeres con
discapacidad a un sistema de respuesta eficaz e integrado.
• Tener en cuenta las cuestiones relacionadas con el género en las políticas
de empleo, incluyendo particularmente medidas específicas para las mu-
jeres con discapacidad.
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IV.
LA PROTECCIÓN INTERNACIONAL CONTRA LA
VIOLENCIA DE GÉNERO. UNA PERSPECTIVA DESDE
LOS DERECHOS HUMANOS
INTRODUCCIÓN
La igualdad entre mujeres y hombres y la eliminación de todas las formas
de discriminación contra la mujer forman parte de los derechos humanos fun-
damentales y de los valores de las Naciones Unidas. A pesar de ello, a lo largo
de su vida, las mujeres de todo el mundo sufren regularmente vulneraciones de
sus derechos humanos y no siempre se considera prioritario hacer efectivos los
derechos de la mujer. Para la consecución de la igualdad entre las mujeres y los
hombres es preciso entender globalmente los distintos modos en que se discrimi-
na a las mujeres y se las priva de igualdad, a fin de elaborar estrategias adecuadas
que pongan fin a la discriminación.
Las Naciones Unidas tienen una larga trayectoria de defensa de los dere-
chos de la mujer y en las últimas décadas ha habido grandes progresos en cuanto
a la garantía de esos derechos en todo el mundo. No obstante, persisten grandes
lagunas y la situación de la mujer evoluciona constantemente, por lo que periódi-
camente surgen nuevas manifestaciones de discriminación en su contra. Algunos
grupos de mujeres afrontan formas adicionales de discriminación, por ejemplo,
por razones de edad, origen étnico, nacionalidad, religión, estado de salud, estado
civil, educación, discapacidad y condición socioeconómica. Es preciso tener en
cuenta esas formas de discriminación concomitantes al formular medidas y res-
puestas para combatir la discriminación de que son objeto las mujeres.
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Una perspectiva desde los derechos humanos
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Una perspectiva desde los derechos humanos
Instrumentos regionales.
Además de normas internacionales de derechos humanos, los tratados re-
gionales de derechos humanos incluyen asimismo disposiciones fundamentales
que tienen por objetivo promover y proteger los derechos humanos de la mujer.
La Organización de la Unidad Africana aprobó en 1981 la Carta Africana
de Derechos Humanos y de los Pueblos (Carta de Banjul), cuyo artículo 2 prohí-
be la discriminación por cualquier motivo, incluido el sexo, en el disfrute de los
derechos garantizados por la Carta. En el artículo 18 se menciona expresamente
la obligación de los Estados africanos de velar por la eliminación de toda discri-
minación contra la mujer y por la protección de los derechos de la mujer y del
niño, según se estipula en las declaraciones y convenios internacionales. En 2003
se aprobó el Protocolo de la Carta relativo a los Derechos de la Mujer en África
(Protocolo de Maputo).
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Una perspectiva desde los derechos humanos
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mujer, como los del Relator Especial sobre la violencia contra la mujer, sus cau-
sas y consecuencias; el Relator Especial sobre la trata de personas, especialmente
mujeres y niños; y el Grupo de Trabajo sobre la cuestión de la discriminación
contra la mujer en la legislación y en la práctica. Otros titulares de mandatos han
prestado atención a los derechos de la mujer y al género en el marco de su labor,
en particular realizando estudios temáticos sobre las mujeres y determinados de-
rechos humanos, considerando los derechos de la mujer en sus visitas a los países
y abordando con los gobiernos casos individuales sobre presuntas violaciones de
los derechos de la mujer.
La labor realizada por los titulares de mandatos de los procedimientos es-
peciales contribuye a mejorar la comprensión del derecho internacional de los
derechos humanos y refleja la evolución de su interpretación para tener más pre-
sentes la experiencia de las mujeres y las privaciones de sus derechos humanos.
Más adelante se destacan varias de esas contribuciones.
El consejo de seguridad.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha aprobado una serie de
resoluciones relacionadas específicamente con las mujeres, la paz y la seguridad.
En 2000 aprobó por unanimidad la resolución 1325, en la que pedía un aumento
de la participación de la mujer en todos los aspectos de la prevención y resolución
de conflictos y la incorporación de una perspectiva de género en las operacio-
nes de mantenimiento de la paz y la seguridad, así como en la negociación y la
aplicación de acuerdos de paz. Tanto en la resolución 1325 como en posteriores
resoluciones del Consejo de Seguridad y en los informes del Secretario General
de las Naciones Unidas sobre el mismo tema se pide también a todas las partes
en los conflictos que adopten medidas especiales para proteger a las mujeres y las
niñas contra la violencia de género en los conflictos armados, al tiempo que se
reconoce el importante papel que desempeñan las mujeres en los procesos de paz,
como promotoras del cambio.
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En la mayoría de los países son motivos socio-culturales los que hacen que
una mujer no pueda acceder a la educación o la abandone prematuramente. Estos
motivos varían en función de la zona geográfica. En los países de África son las
niñas las que tienen que abandonar sus estudios si la familia tiene la necesidad de
mano de obra para trabajar en el campo; en estados árabes, como Irak o Yemen,
las mujeres no tienen acceso a la educación porque sus roles como cuidadoras y
procreadoras están demasiado marcados; en la India o países del sur de Asia, las
mujeres simplemente son las que tienen menos acceso a la educación por una
cuestión cultural.
El abandono de la educación es causado también por matrimonios a edades
muy tempranas, lo que lleva a embarazos prematuros y a tener que desempeñar
sus roles de madre y esposa: roles relacionados con el cuidado de todos los miem-
bros familiares, el trabajo doméstico o el trabajo en el campo para la recolecta de
alimentos, agua o leña, ocupando la mayor parte de su tiempo diario.
Sin la posibilidad de educación, es más fácil que las mujeres se vean re-
legadas a la esfera de la vida privada con una baja posibilidad de acceso a la
participación en la vida pública y en la toma de decisiones. La educación como
promotora de la igualdad es un aspecto que se recoge en muchas de las conven-
ciones, documentos internacionales o asambleas sobre la igualdad de la mujer.
La convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
hacia la mujer (CEDAW), acuerdo que han firmado la mayoría de los estados del
mundo, afirma que:
Los estados adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer, a fin de asegurarle la igualdad de dere-
chos con el hombre en la esfera de la educación. Se pretende una igualdad
en el acceso y obtención de diplomas en todas las categorías de la ense-
ñanza, para una capacitación profesional y mejorar la igualdad entre hom-
bres y mujeres. Además, destaca la necesidad de la eliminación de todo
estereotipo de los papeles masculino y femenino en todos los niveles y en
todas las formas de enseñanza, mediante el estímulo de la educación mixta
y de otros tipos de educación que contribuyan a lograr este objetivo y, en
particular, mediante la modificación de los libros y programas escolares y
la adaptación de los métodos de enseñanza (art. 10. II parte).
Aun así, siendo un acuerdo ratificado por casi todos los estados del mundo,
las tasas de analfabetismo indican que dos tercios de los analfabetos en el mundo
son mujeres. Por lo que queda un largo camino que recorrer en cuanto a la igual-
dad de derechos fundamentales. Los países de África y del Sur de Asia son donde
las mujeres tienen las cifras más bajas de escolaridad, y cuanto más asciende el
104
La protección internacional contra la violencia de género.
Una perspectiva desde los derechos humanos
nivel de escolaridad más disminuye la cifra de mujeres, hecho que no solo sucede
en estos países sino que se da como norma generalizada en todo el mundo.
El acceso a la sanidad, es un derecho fundamental del que deben gozar
todos los seres humanos, pero como en otros derechos las diferencias de sexo se
hacen patentes a la hora de aplicar su cumplimiento.
Para las mujeres el acceso a la sanidad es de vital importancia, no solo para
mejorar y aumentar su calidad y esperanza de vida, sino para poder desarrollar
su derecho a la reproducción sin padecer riesgos durante el embarazo o en el
alumbramiento.
Cada año, más de medio millón de mujeres pierden la vida debido a com-
plicaciones en el embarazo. Si hubiesen tenido acceso a tratamiento médico de
emergencia, casi todas estas mujeres podrían haber salvado sus vidas. Estos
datos son especialmente significativos en las zonas del mundo más deprimidas
económicamente ya que son los que demuestran menor acceso a la sanidad y
mayores tasas de natalidad. Es allí donde las madres tienen embarazos en edades
más tempranas, en ocasiones son madres en plena pubertad, y como consecuencia
tienen mayores complicaciones durante el embarazo, el parto y en la posterior re-
cuperación. Son los países de África y los de Asia Occidental donde se presentan
las tasas más altas de fecundidad en el planeta (entre 5.5 y 7 hijos por pareja). En
los países asiáticos las políticas antinatalistas han conseguido reducir el número
de hijos en 1,7 y 3,1 respectivamente.
Estos procesos de fecundidad y natalidad en los países más pobres conlle-
van problemas multilaterales para toda la sociedad. Las mujeres, desesperadas
ante las situaciones de pobreza en las que se encuentran inmersas, suelen acceder
a prácticas abortivas que no se suelen realizar en las condiciones médicas necesa-
rias, poniendo en grave peligro su vida. Las mujeres que conciben hijos en edades
tempranas tienen problemas de acceso o abandono prematuro de los estudios,
mermando así sus posibilidades de realización personal y profesional, e influyen-
do de manera negativa en muchos aspectos de su vida como el acceso al empleo,
autonomía y realización personal, participación en la vida pública…
La planificación familiar y los métodos anticonceptivos son aspectos cla-
ves ante la situación de la mujer en temas de fecundidad. Ambas acciones capa-
citan a la mujer a poder decidir cuando desea procrear, haciéndola dueña de su
proceso de maternidad, decidiendo sobre el tamaño de sus familias y el tiempo
que debe pasar entre un alumbramiento y otro. Sin embargo, estos son recursos
a los que las mujeres no tienen acceso en los países donde más los necesitan, y
105
La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
si los hay son cubiertos, en la mayoría de los casos por ONG’s y no por parte del
Estado.
Otro de los temas especialmente preocupantes en sanidad es la relación del
VIH con el sexo y la violencia de género.
Según la OMS, el VIH continúa siendo una amenaza para la salud pública
mundial. Según cifras del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el
VIH/Sida (ONUSIDA), 36,7 millones de personas vivían con el VIH en 2016 en
todo el mundo, y en ese año se produjeron 1,8 millones de nuevas infecciones.
De igual modo, en 2016, un millón de personas fallecieron en el mundo
por causas relacionadas con este virus. De acuerdo con los datos de 2016, en la
Región de África de la OMS había 25,6 millones de personas infectadas. Esta
Región es la más afectada y en ella se registran casi dos tercios de las nuevas
infecciones por el VIH en el mundo.
Entre 2000 y 2016, el número de nuevas infecciones por el VIH se redujo
en un 39% y las defunciones asociadas al virus disminuyeron en una tercera par-
te. Ello significa que se salvaron 13,1 millones de vidas gracias al TAR (terapia
antirretrovírica), en ese periodo. Este logro fue fruto de enormes esfuerzos reali-
zados en el marco de programas nacionales de lucha contra el VIH, con la ayuda
de la sociedad civil y un conjunto de asociados para el desarrollo.
Pero el problema de la infección del VIH no es únicamente una falta de
recursos materiales como es el uso del preservativo, sino que es un problema
multidimensional, las mujeres no tienen acceso a la educación, ni a servicios de
salud adecuados y, por ende, al conocimiento de las formas de contagio y preven-
ción del SIDA. Como consecuencia a los roles que culturalmente se han asignado
en las relaciones sexuales, las mujeres se hacen especialmente susceptibles al
contagio, dado que en muchas sociedades son los hombres los que toman las
decisiones de cómo y cuando mantener relaciones sexuales, mientras que las mu-
jeres no tienen derecho a negarse o a negociar sobre las condiciones de seguridad
de su relación. Además, al ser la principal víctima de las agresiones sexuales se
enfrenta a situaciones de alto riesgo de contagio: violaciones dentro del matrimo-
nio, o fuera del ámbito familiar por desconocidos, por militares en situaciones de
conflicto armado, por hombres que acceden a prostíbulos ilegales o que trafican
con mujeres…
A la pérdida de la calidad de vida que supone el contagio del VIH hay
que sumarle, que una vez contagiadas, se enfrentan a una doble discriminación:
por una parte acceden a menos tratamientos que los hombres, ya que son menos
valoradas en sus comunidades; por otra parte son estigmatizadas y en muchas
106
La protección internacional contra la violencia de género.
Una perspectiva desde los derechos humanos
ocasiones apartadas de la sociedad y agredidas por ser portadoras del SIDA. Así
le espera una vida llena de dolor, sufrimiento y de aislamiento social.
Por otra parte, también es importante una correcta identificación de la mu-
jer infectada para así evitar la trasmisión materno-fetal, por ello, es necesario pro-
mover un control prenatal precoz, de forma que la gestante pueda ser incorporada
más tempranamente a la profilaxis antirretroviral y recibir una evaluación integral
y seguimiento periódico para evaluar su estado clínico, inmunológico virológico,
además de la vigilancia de los efectos colaterales de los antirretrovirales.
De acuerdo a las recomendaciones de la OMS, de la misma manera, se
requiere una adecuada vigilancia y seguimiento del niño tras el parto, ya que, un
diagnóstico y tratamiento precoces son cruciales para garantizar la supervivencia
de los niños infectados.
MUJER Y TRABAJO
El mercado laboral está marcado por una gran segmentación en base al
género. El acceso a los trabajos y a las condiciones laborales varía en función de
si uno es hombre o mujer, siendo los trabajos peor remunerados y de menor reco-
nocimiento social -incluso los ilegales- los que la sociedad ofrece a las mujeres.
La incorporación de la mujer al mundo laboral se ha realizado en condi-
ciones de precariedad, flexibilidad y desprotección social. Además, esta situación
está muy condicionada por la relación que se establece en cuanto a la repartición
de tareas en el hogar, que condiciona la entrada, permanencia y condiciones que
el mercado laboral impone a las mujeres.
En el ámbito laboral las diferencias las encontramos en varias direccio-
nes:
Estadísticamente se considera trabajo a toda aquella actividad económi-
ca que pueda incluirse dentro de los sistemas de cuentas nacionales, quedando
excluidos las tareas informales y las tareas en el hogar. Esta definición hace que
muchas de las actividades que son desarrolladas por mujeres y que son funda-
mentales para el bienestar social queden excluidas y por lo tanto invisibilizadas
(…)
Las diferencias de los sectores laborales a los que se dedican en su mayoría
las mujeres difieren según el país y el grado de desarrollo. En los países desarro-
llados la economía se fundamenta en el sector servicios, ocupando a tres cuartas
partes de la población activa y el producto nacional; sin embargo, en los países
en vías de desarrollo su economía se sustenta en el sector primario. La distribu-
107
La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
108
La protección internacional contra la violencia de género.
Una perspectiva desde los derechos humanos
Otro factor importante que evidencia esta discriminación, son las diferen-
cias que se encuentran en el desempleo. Las cifras existentes sobre el desempleo,
nos muestran que las mujeres son las más perjudicadas a la hora de obtener un
puesto de trabajo.
Según Poveda, el 22% de las mujeres en paro que tienen entre 30 y 44
años, son amas de casa o cuentan con responsabilidades familiares.
Una nueva manifestación que hace evidente la brecha de género, es la bre-
cha salarial. Este concepto hace referencia a la diferencia en la remuneración
media (mensualidad más suplementos) que existe entre hombres y mujeres. Eu-
rostat, nos muestra que los salarios brutos de las mujeres por hora trabajada en
la Unión Europea eran un 16% inferior en comparación al de los hombres. Del
mismo modo, en España, las mujeres perciben un 35% menos que los hombres a
pesar de tener un tipo de contrato semejante a tiempo parcial. Cuando se trata de
un contrato a tiempo completo existe una diferencia del 10%.
Otro de los hechos que actualmente se da en los países más desarrollados
es el llamado techo de cristal, que se define como una barrera invisible que im-
pide a las mujeres desarrollarse al máximo en su carrera profesional, vetando su
acceso a altos cargos dentro de su empresa.
Según los datos que nos proporciona la Comisión Europea, en el año 2013,
solo el 14,3% de las mujeres de las grandes empresas españolas, formaban parte
de los Consejos de Administración.
Del mismo modo la desigualdad en los ámbitos de la Universidad resulta
también evidente, ya que en las universidades españolas se muestran que las mu-
jeres representan un 54%, pero este porcentaje cae cuando se tratan de mujeres
que formen parte del personal docente o investigador, ya que en estos ámbitos
representan solo a un 38,6%.
Según Ansoleaga, Díaz & Mauro en lo que se refiere al techo de cristal se
ha demostrado, la escasa proporción de mujeres que ocupan puestos de jefatura,
en comparación con los hombres. La segregación vertical demuestra esta afir-
mación, ya que se observa que las mujeres se ocupan de puestos de baja respon-
sabilidad, en cambio los puestos de mayor responsabilidad están ocupados por
hombres.
Del mismo modo, cuando una mujer decide optar a un puesto de alta direc-
ción, se encuentra con una serie de barreras que van a dificultar su ascenso. Una
de estas barreras son las conocidas como personales, por ejemplo, si una mujer
decide ser madre, las oportunidades para optar a un puesto de alta dirección son
menores, sobre todo cuánto más pequeños sean sus hijos. Otro tipo de barreras,
son las sociales, en las que se muestra un “elemento del cambio generacional”, es
109
La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
decir, hay hombres que se oponen al cambio, por lo que esto es una barrera que se
encuentran las académicas a la hora de acceder a puestos directivos.
Todas estas desigualdades en el acceso al mundo laboral provocan que
haya una fuerte desigualdad entre sexos en relación a la renta disponible. En
todos los países del mundo se encuentran estas diferencias de acceso al poder
económico, haciendo que la mujer continúe dependiente de la renta del hombre
para poder subsistir.
La lucha por la igualdad en cuestiones legislativas es un aspecto funda-
mental para conseguir la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida. En
legislación, la discriminación se produce en aspectos de cumplimiento y de dis-
criminación de las leyes entre hombres y mujeres. Encontramos países de África
o Asia donde las mujeres no tienen libertad para contraer matrimonio con las
personas que deseen, sino que su matrimonio es acordado por su familia a cam-
bio de una dote, lo que suele llevar a que las mujeres sean tratadas como objetos
y padezcan malos tratos. En algunos países africanos la poligamia está aceptada
a nivel legislativo, y en los que es condenada se sigue practicando ya que cul-
turalmente son prácticas muy arraigadas, y sin embargo, las mujeres no pueden
practicar la poliandria. En países africanos las mujeres no tienen derecho a ser
propietarias de tierras a pesar de que son ellas, en la mayoría de los casos, las que
trabajan en este sector. Los crímenes de honor, habituales en países musulmanes
y hasta hace poco en Brasil, muchas veces no son condenados como delitos, sino
que sirven para limpiar el honor de la familia. En Costa rica, Etiopía, el Líbano,
Perú y Uruguay el código penal estipula que el hombre que viole a una mujer
será perdonado si accede a casarse con la víctima. En muchas ocasiones, las tra-
diciones o el derecho tradicional, como sucede en muchos países del centro de
África o el sur de Asia, entra en conflicto con el derecho constitucional o interna-
cional, y los fallos judiciales suelen apoyar el derecho tradicional, perpetuando
las tradiciones culturales que son perjudiciales para la mujer y manteniendo esa
discriminación y maltrato por cuestiones de sexo. La no aplicación de los dere-
chos internacionales se fundamenta sobre en el relativismo cultural, que consiste
en exponer la cultura y la tradición como explicación y justificación de todos los
comportamientos sociales. Es la legislación uno de los principales mecanismos
para cambiar la conducta de una sociedad y si la discriminación comienza desde
la legislación la sociedad lo que hará será perpetuar esos comportamientos y tener
una base más para justificarlos.
Un ejemplo claro de cómo la legislación falla en contra de la igualdad de
los sexos lo vemos en los crímenes o agresiones sexuales que se dan en tiempo
de guerra entre las civiles de los países implicados. En situaciones bélicas las
110
La protección internacional contra la violencia de género.
Una perspectiva desde los derechos humanos
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
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La protección internacional contra la violencia de género.
Una perspectiva desde los derechos humanos
pone a la mujer en clara desventaja en cuanto a las prestaciones sociales a las que
puede acceder. Además, son las madres las que se ocupan de la jefatura del hogar
con la sobrecarga de trabajo que ello supone a nivel de cuidado de la familia y
necesidad de ingresos económicos, mientras que los padres suelen eludir sus res-
ponsabilidades familiares.
En los países de América Latina y el Caribe las mujeres suelen contraer
matrimonio en edades comprendidas entre los 20 y los 22,9 años, siendo estas
cifras a primera vista aparentemente normales. Pero las uniones de hecho, que
no están contempladas en el ámbito legislativo, se inician a edades mucho más
tempranas, lo que lleva en muchas ocasiones a embarazos entre adolescentes.
La edad de matrimonio está estipulada por ley a los 18 años tanto para hombres
como para mujeres. Sin embargo, con permiso paterno, se permite que los niños
se casen a la edad de 14 años y las niñas a los 12. La diferencia de edad entre los
cónyuges suele ser de más de 5 años en países como Colombia, Perú, Paraguay,
República Dominicana, Cuba y Panamá, lo que lleva a que las relaciones de po-
der que se den en la familia sean favorables al hombre, mientras que la mujer es
más sensible en estas situaciones de padecer violencia doméstica dentro de la
familia. El Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Colombia indica en uno
de sus estudios que un 41% de las mujeres en edades entre los 15 y 49 años han
sido víctimas de violencia física perpetrada por el esposo o pareja. Un 11% han
experimentado violencia sexual por parte de sus maridos o parejas y un 91% ha
sido víctima de la violencia entre cónyuges. Además, las mujeres sufren violencia
por parte de otros miembros de su familia. En algunos países de América Lati-
na, como es el caso de Brasil, la violencia doméstica es tratada como un asunto
privado y no hay una legislación específica que trate la violencia doméstica, la
violación sexual dentro del matrimonio y las agresiones sexuales violentas dentro
del hogar. Si se denuncian estos actos, muchas veces pasan por las Cortes Espe-
ciales y las penas no exceden al daño (suelen ser multas económicas, por lo que
la mujer no suele denunciar); además, culturalmente las mujeres deben someterse
a los deseos de sus esposos. En países como Mexico, Nicaragua, Perú, Chile o
las Islas Barbados hay un 20% o más de mujeres que sufren violencia por parte
de sus parejas.
La violencia sexual fuera de la familia es otro de los graves problemas con
los que se enfrenta la sociedad latinoamericana. En Colombia las niñas entre 12
y 17 años son las más vulnerables de padecer esta violencia. En el informe de la
OMCT del 2003 se recoge que el 5,3% de mujeres manifiestan haber sido some-
tidas a relaciones sexuales por la fuerza y en la mayoría de los casos se conocía
113
La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
114
La protección internacional contra la violencia de género.
Una perspectiva desde los derechos humanos
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
La mujer en África
África es el continente donde más se agrava la desigualdad de la mujer
frente a la de los hombres. Sus costumbres y tradiciones, así como la pobreza ex-
trema en la que se encuentra sumergida la mayoría del continente acentúan estas
diferencias y las perpetúan en el tiempo.
Este continente presenta el índice de desarrollo humano más bajo del pla-
neta con un 0,515 de valor medio, a excepción de los países del norte. Esto sig-
nifica que presenta las tasas más altas de analfabetismo y de infancia desnutrida,
el menor acceso al agua potable, menor esperanza de vida, menor acceso a la
educación y menor PIB per cápita de todo el planeta.
Las relaciones familiares son muy desiguales entre hombres y mujeres.
Entre las causas encontramos la edad de matrimonio, la diferencia de edad entre
los cónyuges, la práctica de la poligamia, la tradición de pagar una dote, el con-
sentimiento arraigado de la violencia hacia la mujer como un aspecto más de la
vida cotidiana y la extensión de las familias.
África tiene los índices más bajos de edad de matrimonio. En Camerún la
edad mínima de matrimonio para una mujer está en 12 años; en Eritrea está en 18,
sin embargo, en este país la ley tradicional permite los matrimonios con niñas de
12 años; y en Malí la edad media de matrimonio es de 16 años. En todos los paí-
ses del centro de África la diferencia de edad a la entre los cónyuges es de 5 o más
años. Esto hechos provocan que las mujeres dejen la educación escolar, tengan
embarazos prematuros, y que las relaciones de poder que se establezcan con el
marido sean muy desiguales ya que el marido será la figura dominante y de poder,
provocando todo ello una situación de riesgo de padecer maltrato físico y psicoló-
gico, tanto por parte del marido como por cualquier miembro de la familia.
Otra de las situaciones matrimoniales que no benefician a la mujer es la
poligamia, una práctica muy extendida en África Central, sea o no legal, en países
como Senegal, Guinea, Mali, Nigeria, Níger, Burkina Faso y Benin entre el 40
y e 50% de las mujeres están casadas en uniones polígamas, lo que lleva a situa-
ciones muy desiguales. Los recursos económicos y alimenticios se tienen que
repartir entre todas las mujeres y el apoyo del marido a la mujer e hijos es muy
inferior que en uniones monógamas.
La violencia doméstica no ha sido legislada ya que culturalmente se con-
sidera que es un asunto privado, por lo que la sociedad tiene en su imaginario
una concepción cotidiana y normal de este tipo de violencia provocando una
situación de infravaloración y desprecio hacia la mujer. Además, al no legislar
esta situaciones no se cuenta con profesionales entre los cuerpos del estado que
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La protección internacional contra la violencia de género.
Una perspectiva desde los derechos humanos
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
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La protección internacional contra la violencia de género.
Una perspectiva desde los derechos humanos
los padres de viajar a su país para mutilar a la niña, los jueces españoles podrían
actuar. Si además la inminencia de un viaje hace saltar la alarma, el juez puede
ordenar la adopción de medidas cautelares, por ejemplo el examen forense de
la niña, como ocurrió en el citado caso y otro anterior, frustrado por un pediatra
de Girona en apreciadas circunstancias. En el supuesto de que la niña volviera
mutilada, la justicia se pondría en marcha. No obstante, recurrir a la vía judicial,
subraya el Protocolo, es el último escalón de un proceso una vez agotadas todas
las actuaciones preventivas.
Hoy la mayoría de las familias africanas residentes en España sabe que es
un delito, cosa que hace solo un par de años no ocurría. Algo es algo, porque por
lo demás se impone un rosario de dificultades, desde la impenetrabilidad de la co-
munidad africana hasta su cerrazón frente a lo que considera agresión mediática.
Prevenir hay que prevenir siempre, haciendo lo imposible, pero si nos en-
teramos de algún caso debemos ponerlo en conocimiento de la Fiscalía.
La mujer en Asia
Los países asiáticos en los que se dan mayores diferencias entre derechos
de hombres y mujeres son los del sur de Asia y Asia Occidental. En países como
119
La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
120
La protección internacional contra la violencia de género.
Una perspectiva desde los derechos humanos
y a la atención que necesiten los miembros de la familia, llevando esto a una au-
tonomía nula de la mujer. En estas sociedades los matrimonios forzados son una
constante, se acude al chantaje afectivo y en situaciones más extremas se acude
a amenazas, al secuestro, al encarcelamiento, a la violencia física, a la violación
y, en algunos casos al asesinato para que la niña acepte el matrimonio. Como en
otras sociedades africanas la dote es una práctica cultural muy extendida entre
países de Asia lo cual no beneficia a la mujer. La dote se da a la familia del marido
como coste por casarse con su hija. Esta práctica lleva consigo violencia hacia la
mujer ya que en ocasiones son maltratadas si no se cumple con las exigencias de
la dote. En Bangladesh según la OMCT no cumplir con la dote a menudo resulta
en abuso verbal y físico de la mujer, el abuso físico incluye palizas, quemaduras
con cigarros, retención de alimentos, privación de sueño y denegación de trata-
miento médico.
La violación sexual tanto dentro como fuera del matrimonio es una cons-
tante que se da en estas sociedades, las de dentro del matrimonio no están vistas
como tal y las que se perpetran fuera del matrimonio en muchas ocasiones quedan
impunes, por cuestiones legales o porque la víctima no denuncia. Sin embargo, la
forma más común de maltrato es el maltrato físico dentro de la familia, sin em-
bargo, este no es denunciado. Así la violencia contra la mujer es un aspecto cul-
turalmente asumido por ambos sexos, unos asumen su poder y su rol dominante y
las mujeres asumen su maltrato como algo normal. Para las mujeres que intentan
acabar con esta situación les espera penurias económicas, estigmatización social,
maltrato perpetrado por cualquier otra persona y en muchas ocasiones hasta el
rechazo familiar.
La trata ilegal es otro de los problemas comunes de estas sociedades ya que
se aprovechan de las situaciones socioeconómicas pésimas con las que cuentan
estas sociedades para convencer a los padres que dejen ir a las niñas con los tra-
ficantes prometiendo trabajo e ingresos económicos. Las mujeres traficadas a la
India suelen provenir de Nepal y Bangladesh.
En Nepal y la India, se da otra práctica que va en contra de los derechos de
la mujer: las niñas son entregadas en templos donde son prometidas a un dios o
una diosa y convertidas en prostitutas a cambio de dinero. Esta práctica está muy
aceptada culturalmente. Es el llamado sistema Devadasi, traducido como trabaja-
doras sexuales o criadas de los dioses.
Las mujeres en Afganistán y Pakistán han sufrido otra clase de violaciones
de derechos humanos. En países islamistas radicales se somete a la mujer a una
serie de tradiciones y leyes en el nombre del Corán. Durante los años de guerra en
121
La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
CONCEPTOS CLAVE
• Comité para la eliminación de la discriminación de las mujeres (CE-
DAW): Órgano de control del Convenio para la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer.
• Convenio para la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer: Primer y principal convenio de protección internacional
de los derechos de la mujer adoptado por la Asamblea General en 1979
y que creó la CEDAW.
• Convenio: Acuerdo jurídico entre Estados, de carácter vinculante y que
se rige por el Derecho Internacional (términos sinónimos: tratado, pacto,
protocolo, acta, convención).
• Dote: Intercambio de bienes que se da entre familias que contraen matri-
monio. La dote puede darse por parte de la familia de la novia a la familia
del novio para cubrir los gastos que conlleva la adhesión de una persona
más a la familia, esta práctica es más extendida en Oriente Próximo y
el sur de Asia. También se suele dar en sentido inverso, por parte de la
familia del novio hacia la familia de la novia, como forma de comprar los
servicios de esa persona al matrimonio, esta forma es la más extendida
en África.
• Índice de desarrollo humano: indicador social del desarrollo de un país.
Esta compuesto las variables salud (esperanza de vida al nacer), educa-
ción (tasa de alfabetización de adultos y tasa de matriculados por niveles
de estudios) y economía, (nivel de vida medido a través del PIB per
cápita y la paridad del poder adquisitivo). Esta medida fue creada por el
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) oscila entre 0
y 1 creando tres grupos de desarrollo:
- País de desarrollo humano elevado (IDH ≥ 0,8)
- País de desarrollo humano medio (0,5 ≤ IDH < 0,8)
- País de desarrollo humano bajo (IDH < 0,5)
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
BIBLIOGRAFÍA
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Una perspectiva desde los derechos humanos
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V.
FACTORES PARA LA PREVENCIÓN
INTRODUCCIÓN
Que la violencia de género es un problema de gran magnitud en nuestra
sociedad nadie lo pone en duda, solo en España.
Las víctimas mortales a causa de la violencia de género en lo que va de año
hasta octubre de 2019 ascienden a 51, según el último balance del Ministerio de
la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad. En octubre de 2019 un total
de 4 mujeres han sido asesinadas víctimas de la violencia machista, lo que repre-
senta una variación de 0 respecto al mismo mes del año anterior. Y, si realizamos
el análisis más allá de nuestras fronteras, según datos ofrecidos por Amnistía
Internacional, el problema alcanza las siguientes dimensiones:
Ante este panorama global se hace indispensable y necesario trabajar la
prevención de la violencia desde una doble perspectiva: por un lado, desde la
perspectiva de género, por tratarse de un tipo de violencia cuyas principales víc-
timas son las mujeres, y por otro desde un enfoque educativo, intentando mini-
mizar los riesgos de ejercer/padecer la violencia y, al mismo tiempo, potenciar
atributos, valores y actitudes de solidaridad, tolerancia o comunicación asertiva,
entre otros.
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
128
Factores para la prevención
El siglo XVI
Empezamos el repaso histórico en el siglo XVI, momentos de la historia
que se caracterizan por entrar a debate entre los círculos más eruditos de Europa
la educación de las mujeres. Hasta esos años la formación intelectual y académi-
129
La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
130
Factores para la prevención
El siglo XVII
Durante el transcurso de este siglo se observan los primeros avances en la
consecución de una escolarización igualitaria. Las consecuencias en el plano so-
cial y político de la Reforma luterana, de la Contrarreforma por parte de la Iglesia
Católica y del Renacimiento sirven para impulsar el acceso de las niñas a las au-
las, surge la necesidad de transmitir el catolicismo a toda la población, incluidas
las mujeres, es por este motivo que el aprendizaje de la lectura se instaura como
objetivo primordial en la educación de las niñas.
Al mismo tiempo, aumenta la creación de nuevas instituciones religiosas
dedicadas en exclusiva a la educación femenina (ursulinas, beatas, clarisas…), se
crean así más espacios, recursos y oportunidades para el acceso de las mujeres
al aprendizaje de competencias académicas aunque, como ya ocurrió en siglos
anteriores, de estas nuevas medidas se beneficiaron mayoritariamente las niñas
que pertenecían a familias de clase social elevada.
Francia y el Preciosismo
En la Francia del siglo XVII, los salones comenzaban a ser considerados
espacios públicos capaces de generar nuevas normas y valores sociales. Las mu-
131
La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
132
Factores para la prevención
que destacó por un estilo novedoso, fresco y que en sus personajes daba libertad
de actuación a las mujeres.
Isabel Barbeito explica que las mujeres pertenecientes al siglo de Oro es-
cribieron por diferentes motivos: unas veces por obligación, otras por gusto y, en
otros casos, por la necesidad latente de autoafirmarse, de ver cómo sus palabras
adquirían corporeidad y las revalidaban. Así fue como la palabra escrita les per-
mitió demostrar que podían ser tan aptas como los hombres o más, en razón de
sus capacidades innatas, sin que el sexo coartara su inteligencia.
133
La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
AL QUE LEYERE
134
Factores para la prevención
El siglo XVIII
Con el inicio del siglo XVIII se agrava y se intensifica la polémica sobre la
educación de las mujeres que ya comenzó en el siglo XVI. Tras la participación
de numerosos filósofos y escritores del momento se llega a la conclusión de que
es necesario y urgente reformar la educación que estaban recibiendo las mujeres,
aunque el debate y la polémica vuelve a abrirse con fuerza cuando tienen que
decidir dónde se van a impartir las clases, quiénes se encargarán de la instrucción
y cuáles han de ser los contenidos propios de la enseñanza femenina.
En España se consigue impulsar la educación femenina durante el reinado
de Carlos III (1759-1788). En 1768 se aprueba una disposición que proclama
la importancia de la educación de las niñas. A pesar del avance que supone este
cambio legislativo para mejorar la formación de las mujeres españolas, no de-
bemos olvidar que las causas de la reforma siguen la línea de siglos anteriores:
que la mujer transmita los valores y costumbres propios de la sociedad católica,
argumento que justificaba la necesidad del paso de las niñas como mínimo por la
educación primaria así, de esta manera, se las formaba para tal cometido. Como
los contenidos escolares continuaban siendo diferentes para niños y niñas se man-
tiene en vigor la separación física, consolidando la creación de centros religiosos
específicamente destinados a la educación femenina.
El siglo XVIII destaca por la aportación de numerosas figuras ilustradas
cuyo legado marcará el devenir de la estructura social imperante, este es el caso
del filósofo Jean Jacques Rousseau, padre de la pedagogía moderna que con sus
obras defendió la superioridad de los hombres (sexo masculino) y la subordi-
nación de las mujeres a estos ya que su naturaleza las predestinaba a ese rol. A
modo ilustrativo destacar algunas de sus explicaciones sobre la mujer que apare-
cen en su obra Emilio, o de la educación30:
Cuando es viva y animada la familia, son las tareas domésticas la ocupa-
ción más cara para la mujer y el desahogo más suave del marido.
135
La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
136
Factores para la prevención
Materias que deben cursar los niños Materias que deben cursar las niñas
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
contenidos de labores manuales pues, como dice el texto, son propias del sexo
femenino.
Primera Enseñanza Superior
Materias que deben cursar los niños Materias que deben cursar las niñas
Se amplían las materias de la etapa ele- Se amplían las materias de la etapa ele-
mental y se añaden las siguientes: mental y se añaden las siguientes:
1. Principios de Geometría, de Dibujo 1. Elementos de Dibujo aplicado a las
lineal y de Agrimensura. mismas labores.
2. Rudimentos de Historia y Geografía, 2. Rudimentos de Historia y Geografía,
especialmente de España. especialmente de España.
3. Nociones generales de Física y de His- 3. Ligeras nociones de higiene domésti-
toria natural acomodadas a las necesida- ca.
des más comunes de la vida.
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Factores para la prevención
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
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Factores para la prevención
sociedad que actúa de referente para las personas implicadas en el proceso edu-
cativo. Estos contenidos están formados por principios y valores que los distintos
agentes educativos y socializadores aportan al proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por el contrario el currículo explícito es el conjunto de objetivos, contenidos,
criterios metodológicos y de evaluación específicos de cada etapa educativa que
rigen la práctica diaria en las aulas y que están establecidos desde la Administra-
ción Pública.
Especial interés cobra desde la perspectiva de género el currículo oculto
pues, es a través de este que se transmiten los estereotipos y prejuicios propios de
nuestra sociedad y que influyen en el proceso de socialización y de construcción
de la propia identidad de los niños y las niñas que protagonizan nuestras aulas.
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
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Factores para la prevención
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
Un siglo más tarde, las mujeres han pasado del 0,17% de 1910 a ser ma-
yoría en las aulas universitarias. Según los datos recogidos por el Instituto de la
Mujer, ya en el curso 1998-1999 había un 53,2% de alumnas. Este porcentaje se
ha prácticamente mantenido desde entonces, llegando a un actual 55%. El Minis-
terio de Educación, en sus datos referentes al curso 2016-2017 (últimos disponi-
bles), refleja sin embargo que esta mayoría femenina no se extiende a todas las
carreras de forma homogénea: mientras que en las ramas de ciencias sociales y
jurídicas o en titulaciones de la rama de salud las mujeres representan el 70%, en
la rama de ingeniería y arquitectura ocurre lo contrario y el 70% del alumnado es
masculino.
Respecto a esta segregación por sexos, Flecha apunta que a pesar de que
las chicas tienen notas medias más altas, no eligen las carreras cuyas notas de
acceso son más altas, en parte por tradición y en parte por el futuro que cada
una piensa para sí misma, en campos en los que la mayoría son hombres o que
exijan mayor movilidad.
Sobre los actuales porcentajes según el sexo de los alumnos, la catedrática
señala que no es que los hombres sean unos vagos, sino que empiezan a trabajar
antes y compaginan el empleo con los estudios. En opinión, muchas chicas debe-
rían considerar sacrificar una matrícula por unas prácticas, porque eso es lo que
piden las empresas.
Romper el techo de cristal es algo que sin embargo no se ha logrado en la
universidad española. Según los datos recogidos por el Instituto de la Mujer, de
los 84 rectores y rectoras que se contabilizaban a principios de 2017, solo 11 eran
mujeres (3 más que en 2016). Las chicas tenemos techo de cristal y suelo pegajo-
so, añade la catedrática para referirse a las situaciones de la vida que nos exigen
andar más despacio, como por ejemplo el cuidado de la familia. (Belenguer)
144
Factores para la prevención
sus colegas hombres y la discriminación que sufren afecta sus carreras laborales,
además de condicionar sus opciones en la vida privada.
La segregación sexual del trabajo implica un acceso diferencial entre hom-
bres y mujeres a ocupaciones y puestos de trabajo, ramas y categorías ocupacio-
nales. Constituye un factor determinante de la calidad del empleo femenino y de
su evolución, al mismo tiempo que afecta la relación con el trabajo reproductivo,
el ocio y la participación ciudadana.
Son variadas las formas de segregación que las mujeres encuentran en su
vida laboral. Hablamos de segregación horizontal en el trabajo cuando se refiere a
las dificultades de las personas en acceder a determinadas profesiones. Se verifica
en la predominancia de las mujeres hacia los sectores tradicionales feminizados
y la dificultad de las mujeres para acceder a cargos generalmente estipulados
como masculinos. Aunque sea menos frecuente, también los hombres encuentran
dificultades en el acceso a profesiones, cargos u ocupaciones considerados como
típicamente femeninos, como enfermería, auxiliares administrativos o ser reco-
nocidos como amos de casa.
En particular las mujeres son frecuentemente afectadas por la segregación
vertical en el trabajo, o sea, las dificultades que tienen para poder desarrollar-
se profesionalmente. Son conocidas las desigualdades que limitan que la mujer
ocupe puestos con poder decisorio, así como las condiciones laborales que las
afectan: son las que trabajan más a tiempo parcial o en formas laborales de fle-
xibilidad o jornada continuada y el salario femenino, para el mismo cargo y las
mismas funciones, es frecuentemente más bajo que el salario masculino.
La discriminación de género que existe en el trabajo productivo, tanto a
nivel horizontal como vertical, se ve todavía más acentuada con la pertenencia
a algún grupo étnico o religioso diferente de lo referente tradicional europeo y
español en particular. El origen, la religión y el color de la piel siguen limitando la
posibilidad de acceso y progresión en el trabajo. Al cruzar género, trabajo y etnia,
se evidencia aún más que las desigualdades que afectan a las mujeres, que ocupan
el último y más bajo escalón socioeconómico, la pobreza tiene rostro de mujer.
145
La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
En el tema que aquí nos ocupa, la violencia de género, el hecho de que los
conceptos agresividad y violencia vayan de la mano en muchas ocasiones no es
casual ni gratuito, pues tiene un sentido social y político que no debemos ignorar.
La agresividad ha sido estudiada como característica o rasgo de personalidad,
principalmente masculina, que ejercida contra las mujeres se ha traducido en un
número elevado de casos de malos tratos y asesinatos. Cuando esta problemática
se ha convertido en un tema que afecta a los Derechos Humanos y con estos a
los propios principios de la democracia el concepto agresividad ha sido progre-
sivamente sustituido por el de violencia, no solo para disminuir la importancia y
el impacto que causa, sino para favorecer la perpetuación del sistema patriarcal,
característico de nuestra sociedad, de forma encubierta.
146
Factores para la prevención
Situación global
A nivel mundial, el informe PISA (Programme for International Student
Assessment), publicado en 2017 por la Organización de Cooperación y Desa-
rrollo Económico (OCDE), mostró que el acoso escolar constituye una de las
mayores preocupaciones en las escuelas. Dicho estudio se basa en la encuesta de
540.000 estudiantes de 15 años de edad en 72 países. Se halló que el 19% de los
estudiantes refirió haber sido víctima de acoso escolar al menos dos veces en el
último mes.
Alrededor del 11% de los estudiantes reveló que fueron víctimas de las
burlas de otros compañeros, mientras que el 4% afirmó haber sido golpeado o
empujado por otros alumnos, entre otras situaciones.
Situación en España
Según el Informe PISA, un porcentaje bajo de los alumnos en España, 3%,
declaró que sus compañeros les pegan o les empujan al menos varias veces al mes
(media OCDE: 4%) y el 8% que se burlaban de ellos (media OCDE: 11%). En
España, el acoso entre iguales no es más frecuente en los centros desfavorecidos,
como ocurre en la media de países OCDE. Los centros escolares con niveles al-
tos de acoso entre iguales tienen 21 puntos menos en ciencias que los de niveles
bajos.
En el informe Ending the Torment. Tackling Bullying from the Schoolyard
to Cyberspace, de Naciones Unidas publicado en 2016, España fue el tercer país
con menor prevalencia de bullying en el grupo de las niñas y el séptimo en el
grupo de los niño en la lista de 42 países.
Según el informe Net Children Go Mobile: riesgos y oportunidades en el
uso de internet y dispositivos móviles en España, realizado durante los años 2010
- 2015 y publicado en 2016, el 12% de los y las menores en España afirmaron
haber sido víctimas de bullying a través de internet o dispositivos móviles. Las
vías a través de las cuales más habitualmente se concreta el ciberbullying son la
mensajería instantánea, que en nuestro entorno actualmente se asimiló al What-
sApp (53%), las redes sociales (4%), y los chats (4%).
Sin embargo, el ciberbullying no es el modelo dominante de agresión, ya
que el porcentaje de acoso escolar offline supone más del doble de quienes han
sufrido bullying online.
Con respecto a la relación entre la edad y la incidencia del bullying onli-
ne y el offline hay ciertas diferencias, si bien pequeñas. El colectivo más joven
indica una mayor prevalencia del acoso escolar tradicional sobre el online: el
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
bullying cara a cara se mantienen en el 27% entre los 9 y los 14 años para pasar
al 20% para la franja de 15 y 16 años. Por el contrario, la incidencia general del
ciberbullying aumenta muy progresivamente a medida que lo hace la edad de
los y las adolescentes. Es en la franja de 15 y 16 años donde se sufren con más
frecuencia los casos de bullying mediante redes sociales, mensajería instantánea,
llamadas o mensajes que se reciben en teléfono móvil.
En un estudio realizado en España sobre 23.100 estudiantes de Educación
Secundaria Obligatoria, el papel de cada estudiante ante una agresión fue el si-
guiente: 80% dice intervenir para detenerla o creer que debería, el 14% no inter-
viene ni cree que debería y un 6% responde que participa en la agresión.
Afortunadamente, los resultados hallados en el citado informe muestran
que hay una creciente concienciación sobre los riesgos online entre padres y ma-
dres y menores. Además, a pesar de que ha aumentado el porcentaje de niños
internautas, cabe remarcar que la proporción de aquellos que han sufrido daños
no ha aumentado en la misma proporción.
Según el II estudio sobre acoso escolar y ciberbullying según los afectados,
de la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo), el teléfono
ANAR atendió en 2016 una media de 1284 llamadas diarias. Específicamente, en
el año 2015 se atendieron un total de 23.230 llamadas relacionadas con el acoso
escolar y en 2016 se atendieron 52.966 lo que supone un incremento del 128,0%.
Al mismo tiempo, en los dos últimos años se ha producido un incremento
substancial de llamadas de orientación especial (ORES), que requieren la ayuda
de psicólogos, trabajadores sociales y abogados, y de casos de acoso escolar aten-
didos por el Teléfono ANAR.
Un 30,9% del acoso escolar en 2016 se presentaba en forma de ciberbull-
ying frente al 69,1% que fueron otras formas de acoso.
En cuanto al perfil de las víctimas, la Fundación ANAR determina según
sus fuentes que en el caso de acoso escolar tradicional, hay igualdad en la distri-
bución por género en las víctimas, la edad media es de 10,9 años y de comienzo
a sufrir el acoso es 9,8 años de edad, nacionalidad española. En cuanto a los
acosadores, hay más presencia de hombres y no tienen relación de amistad con
la víctima.
Por otro lado, en el caso de las víctimas de ciberbullying es más frecuente
que sea mujer, de 13,5 años de media y comienzo del acoso a los 12,3 años de
edad, nacionalidad española y entre sus acosadores hay más presencia de muje-
res.
En el estudio de Garaigordobil M, sobre conducta antisocial y su cone-
xión con el bullying se confirmó que los y jóvenes, de ambos sexos, con altas
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Factores para la prevención
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
Finalmente apuntar, tal y como explica Muñoz, que el hecho de que algu-
nos niños elijan la violencia como actitud y conducta manifiesta en su día a día,
dependerá de las siguientes variables:
• De la equidad percibida en la relación de los progenitores, de tal for-
ma que ni la maternidad pierda su contenido ni que las características
vinculadas a lo femenino (ternura, calidez) se menosprecien frente a las
características relacionadas con lo masculino (autoridad, dinero, poder,
agresividad).
• De la manera de responder a las dificultades que tienen las personas adul-
tas que le cuidan en el seno familiar.
• Del tipo de relación del niño con las personas adultas que lo cuidan. Se
recomienda que sea una relación donde se transmita seguridad y cariño,
en un clima acogedor y reforzante).
• De los valores y las actitudes propias entre sus iguales.
• De la actitud general adoptada y manifestada por la sociedad en la que
vive, ante la violencia.
Una vez analizadas cuales pueden ser las principales causas y condicionan-
tes de las manifestaciones de agresividad, pasemos a revisar aquellas caracterís-
ticas que, en la mayoría de los casos, presenta el perfil de una persona agresora.
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Factores para la prevención
y/o pasiva. Otros factores a destacar del ámbito familiar y que influyen
en el comportamiento y actitud del adolescente son: la falta de cariño,
ausencia total de normas que regulen la conducta del infante y manifes-
taciones de violencia en el seno familiar.
No es preciso que confluyan todas estas características en una persona para
que esta acabe ejerciendo conductas de malos tratos hacia otras personas de he-
cho, el objetivo principal de ofrecer este listado de factores es preventivo, herra-
mientas o información de este tipo puede ayudarnos en nuestra práctica diaria en
las aulas y en los centros educativos para identificar potenciales casos de violen-
cia, para realizar un análisis de la convivencia escolar y valorar la posibilidad de
llevar a cabo algún proyecto de prevención de violencia escolar.
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
Tipos de prevención
Una vez tomada la decisión de llevar a cabo un proyecto de prevención
de la violencia en un determinado centro educativo, es importante tener claro los
diferentes tipos de prevención que se pueden poner en marcha, de manera que
nos ajustemos a las necesidades concretas de cada centro. La tipología sería la
siguiente:
• La prevención primaria se lleva a cabo para reducir los factores de riesgo
y aumentar los factores de protección en grupos de la población (mujeres
inmigrantes, alumnado de secundaria, etc.), se trataría de evitar que se
produzcan conductas agresivas o violentas.
• La prevención secundaria se centra en colectivos de personas considera-
das de alto riesgo, existe una mayor probabilidad de que los miembros
de estos grupos exhiban o desarrollen conductas violentas (adolescentes
en familias desestructuradas y con modelos agresivos).
• La prevención terciaria está enfocada a trabajar con personas que ya han
manifestado o han sido víctimas de conductas violentas, este tipo de pre-
vención está muy relacionada con el concepto de rehabilitación ya que
el esfuerzo del programa preventivo irá dirigido a evitar la reincidencia
de la persona.
Estos tres tipos de prevención no son excluyentes entre ellas ya que se puede
dar el caso, por ejemplo, de incorporar un proyecto o estrategias de prevención a
nivel primario que impregne toda la dinámica escolar y a todos los colectivos par-
ticipantes de dicha dinámica, a fin de erradicar posibles riesgos. Paralelamente nos
podemos plantear poner en marcha estrategias concretas de prevención terciaria de-
bido a la existencia de un grupo específico de adolescentes, que forman parte de la
misma institución escolar, con antecedentes de conductas violentas y así desarrollar
un programa de intervención individualizado para disminuir la conflictividad que
provocan y dotarles de habilidades sociales y de convivencia asertivas.
A tener en cuenta
Cuando nos planteamos la incorporación de un plan de prevención en con-
textos educativos hemos de tener en cuenta una serie de aspectos que nos facili-
taran su implementación y el éxito del mismo:
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Factores para la prevención
Trabajo cooperativo
Estrategia de enseñanza-aprendizaje basada en la influencia positiva y cons-
tructiva de la interacción social. Se fomenta el trabajo en equipo, el intercambio de
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
Educación en valores
Los valores son aquellas creencias básicas a través de las cuales interpre-
tamos el mundo, damos significado a lo que nos rodea, a los hechos y a nuestra
propia existencia. Estas creencias también dan sentido y coherencia a nuestras
actitudes y comportamientos.
A partir de esta definición podemos concluir que los valores son conteni-
dos inevitables en la educación y que se van a concretar en propuestas educativas
específicas según las necesidades sociales del momento (emigraciones masivas,
discriminación, exclusión, deterioro medioambiental…). Educar desde esta pers-
pectiva supone un cambio de actitudes y forma de pensar la educación.
La educación en valores implica educar para una convivencia positiva ba-
sada ante todo en el respeto mutuo. Hace referencia a aprender y enseñar valores
compartidos por una sociedad, a través de la interiorización de los principios
democráticos que garantizan un compromiso colectivo donde todos y todas par-
ticipan en igualdad.
Los valores guían, regulan y orientan las prácticas sociales de los grupos,
de las comunidades y de las personas, estos pueden ser positivos o negativos. El
consenso o el desacuerdo de los grupos con respecto a los valores sociales suelen
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Factores para la prevención
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
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Factores para la prevención
Inicio
• Aprobación
En el primer lugar, las partes en conflicto deben aceptar:
- Que la mediación es el método adecuado para solucionar su conflicto.
- La persona o personas que mediarán para buscar salidas satisfactorias
al conflicto.
Es muy importante que el mediador genere la empatía y la confianza nece-
sarias para ser aceptado por ambas partes.
• Selección de información
El mediador debe hacer el mejor esfuerzo para realizar un análisis que
aporte información relevante sobre el conflicto y sobre las necesidades que
tienen las personas confrontadas. Con esta información se puede diseñar
una primera estrategia con una lista de puntos a tratar entre las partes. Es
muy común que la recopilación de información sobre el conflicto y la me-
diación se haga por separado con cada una de las partes.
• Acordar y aceptar las reglas
Debe quedar claro a las partes cuales son las reglas del proceso. El media-
dor no tiene permitido tomar partido por alguno de los involucrados, dar la
razón a uno de ellos o ser indiscreto.
Entre las reglas deben estar las de escucharse con respeto y no agredirse;
respetar el turno en el uso de la palabra y tener claro donde, cuando y como
se desarrollara el proceso.
La sede y el formato de la mediación son esenciales para retomar el diálo-
go, porque se debe garantizar un ambiente agradable que ayude a crear en
los participantes seguridad, confianza y certeza en el desarrollo de dicho
diálogo.
Como ejemplo imaginemos un comité docente para residentes en un hospi-
tal provincial, el cual se encuentra totalmente desarticulado; no hay forma
de que los integrantes se pongan de acuerdo para llevar a cabo su trabajo y
cada uno realiza acciones por separado. La situación ha derivado en enojo,
molestia e incluso insultos y agresiones y ha generado en la formación de
dos bandos dentro del propio comité. Llega un momento en que tienen que
presentar un informe de sus actividades a la dirección médica del hospital,
pero no logran ningún acuerdo y está en juego la licencia, que aprueba el
ministerio de educación, para ejercer docencia a residentes.
Ante esta situación la propia dirección médica decide intervenir en el con-
flicto. Se nombra a una comisión de mediación que hará la labor de hablar
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
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Factores para la prevención
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
En nuestro ejemplo, por fin, después de algún tiempo, los integrantes del
comité logran llegar a acuerdos y se han comprometido a trabajar para mejorar las
condiciones de formación de los residentes interinos. Establecieron plazos preci-
sos, como el hacer reuniones mensuales para comentar la evolución del proceso.
Acuerdo
• Se pretende alcanzar acuerdos realistas que satisfagan en gran medida a
las partes, sin esperar que necesariamente el grado de satisfacción sea el
mismo para todos los involucrados. El mediador debe asegurarse de que
el acuerdo sea viable y objetivo. Las partes deben entender los alcances
y limitaciones del acuerdo y, sobre todo, deben sentirse satisfechas por
transformar su conflicto.
• Por otro lado, no se deben dejar de lado las responsabilidades y los
requisitos prácticos para que la transformación del conflicto inicie en
los hechos: el quien, el cómo y el cuándo. De ser posible, se firman los
acuerdos.
Todos los integrantes hicieron propuestas y se sintieron incluidos al firmar
la minuta de acuerdos y ver que estaban consideradas sus propuestas más viables,
e incluso que propuestas realizadas por algún integrante habían sido enriquecidas
por los otros.
Seguimiento y verificación
• La transformación de un conflicto necesita siempre del seguimiento y
la verificación de los acuerdos y de los compromisos alcanzados por las
partes. Por ello deben existir tiempos muy determinados. Puede crearse
una comisión que lleve a cabo esta tarea.
• Es importante considerar la verificación o evaluación como una herra-
mienta que ayudara no solo a saber que los acuerdos están siendo cum-
plidos, sino además a modificar y generar ideas nuevas en caso de que no
se estén obteniendo los resultados deseados.
En nuestro ejemplo, finalmente se formó una comisión con la participación
de los mediadores y representantes de las partes en conflicto, para dar seguimien-
to mensual al cumplimiento de acuerdos. Así, cada mes se han reunido y se ha
comprobado la evolución; existen acuerdos que no se han podido cumplir pero se
explican las razones de ello, otros fueron muy fáciles de poner en práctica y otros
no funcionaron, por lo que la comisión se encarga de hacer nuevas propuestas
para presentarlas a fin de que en conjunto se discutan y se tomen decisiones.
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Factores para la prevención
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
Aspectos básicos todos ellos para trabajar desde el centro educativo, sien-
do un eje transversal en el Proyecto Educativo de Centro, para concretarse en las
Programaciones de Aula y en el Plan de Acción Tutorial.
En cuanto al papel que desempeñan las familias en todo este proceso debe-
mos aprovechar el espacio y tiempo que nos brindan las Asociaciones y Escuelas
de Padres y Madres, proponiendo estrategias formativas encaminadas a hacer
partícipe a todos los miembros de la familia en esta etapa evolutiva por la que
trasciende el devenir profesional de alumnos y alumnas. No olvidemos que son
eslabones muy importantes en el proceso de socialización de una persona y el
contexto más estable y duradero de transmisión de estereotipos de género, por
ello el principio de igualdad también debe ser prioritario en los contactos que se
mantienen con las familias (sesiones de tutoría, formativas, comunicados…) a lo
largo de todo el periodo de escolarización.
Con todo lo dicho hasta el momento, podemos concluir que el papel de
la orientación vocacional en la elección de estudios es de gran relevancia para
la juventud que se encuentra en esa situación de toma de decisiones. Sin olvidar
que la orientación vocacional pretende vincular de forma equilibrada e integral
las capacidades psicológicas, pedagógicas y socioeconómicas con el desarrollo
personal, profesional y social del alumnado.
Estrategias complementarias
Una alternativa muy utilizada en los centros y que implica ampliar y me-
jorar la formación en diferentes ámbitos es la puesta en marcha de talleres mono-
gráficos que pueden ir dirigidos al profesorado, como cursos de formación per-
manente, y luego aplicados al alumnado en sesiones del Plan de Acción Tutorial
para trabajar con alumnos y alumnas la temática. A continuación proponemos una
serie de contenidos específicos para trabajar en los talleres:
• Taller de vida afectiva y sexual
• Taller de prevención de la violencia
• Taller de igualdad de oportunidades en el acceso al mercado laboral
• Las tareas domésticas: responsabilidad de todos y todas
• Taller de educación para la salud
• Taller de uso de lenguaje no sexista
Para llevar a cabo este tipo de iniciativas se puede contactar con Asociacio-
nes y Organismos sin ánimo de lucro que se dediquen a impartir y organizar acti-
vidades formativas, de difusión y de sensibilización en el marco de esta temática.
Como ya hemos comentado con anterioridad todas las propuestas de sen-
sibilización, formativas, etc. deben estar adaptadas a la realidad del centro y a
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Factores para la prevención
CONCEPTOS CLAVE
• Agresividad: La Real Academia Española define este concepto como la
tendencia a actuar o a responder de forma violenta. Al respecto Victoria
Sau explica que la agresividad es la violencia y el daño que una persona
puede ejercer contra ella misma y/o las demás. Resumiendo, se trataría
de aquellas personas que tienen la tendencia de llevar a cabo conductas
hostiles hacia ellas mismas y/o hacia otras personas.
• Coeducación: Modelo educativo basado en el principio de igualdad en-
tre hombres y mujeres y de la no discriminación por razón de sexo. Se
trata de una acción educativa que se plantea y se propone un cambio de
actitudes sexistas, la eliminación de estereotipos de género, al mismo
tiempo que aborda la formación de hábitos que fomenten el equilibrio y
la igualdad entre niños y niñas.
• Currículo explícito: Conjunto de objetivos, contenidos, criterios meto-
dológicos y de evaluación específicos de cada etapa educativa que rigen
la práctica diaria en las aulas y que están establecidos desde la Adminis-
tración pública.
• Currículo oculto: Los contenidos del currículo oculto proceden de la so-
ciedad que actúa de referente para las personas implicadas en el proceso
educativo. Estos contenidos están formados por principios y valores que
los distintos agentes educativos y socializadores aportan al proceso de
enseñanza-aprendizaje, se transmiten sin pretenderlo, casi sin ser cons-
cientes de esta transmisión.
• Educación segregada: Este modelo educativo defiende la separación fí-
sica de niños y niñas en aulas diferentes. Está basado en la creencia de
que las mujeres y los hombres nacemos con cualidades y potencialidades
completamente distintas.
• Educación mixta: Educación conjunta de niños y niñas en un mismo
espacio físico (aula). Se basa en el principio democrático de igualdad
formal entre todas las personas. A nivel social y educativo implicó la
incorporación de las niñas a un sistema de enseñanza-aprendizaje basado
en la cultura patriarcal y androcéntrica, dejando a un lado las aportacio-
nes y peculiaridades del mundo femenino.
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BIBLIOGRAFÍA
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GLOSARIO TERMINOLÓGICO
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
Ajuste razonable: Las medidas de adecuación del ambiente físico, social y ac-
titudinal a las necesidades específicas de las personas con discapacidad que,
de forma eficaz y práctica y sin que suponga una carga desproporcionada,
faciliten la accesibilidad o participación de una persona con discapacidad en
igualdad de condiciones que el resto de los ciudadanos.
Androcentrismo. Sistema de pensamiento que consiste en considerar al ser hu-
mano de sexo masculino como el centro del universo, como la medida de
todas las cosas.
Asistencia personal: Servicio prestado por un asistente personal que realiza o
colabora en tareas de la vida cotidiana de una persona en situación de depen-
dencia, de cara a fomentar su vida independiente, promoviendo y potenciando
su autonomía personal.
Autonomía: La capacidad de controlar, afrontar y tomar, por propia iniciativa,
decisiones personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y pre-
ferencias propias así como de desarrollar las actividades básicas de la vida
diaria.
Coeducación: Modelo educativo basado en el principio de igualdad entre hom-
bres y mujeres y de la no discriminación por razón de sexo. Se trata de una ac-
ción educativa que se plantea y se propone un cambio de actitudes sexistas, la
eliminación de estereotipos de género, al mismo tiempo que aborda la forma-
ción de hábitos que fomenten el equilibrio y la igualdad entre niños y niñas
Comité para la eliminación de la discriminación de las mujeres (CEDAW):
Órgano de control del Convenio para la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer.
Convenio: Acuerdo jurídico entre Estados, de carácter vinculante y que se rige
por el Derecho Internacional (términos sinónimos: tratado, pacto, protocolo,
acta, convención).
Convenio para la eliminación de todas las formas de discriminación contra
la mujer: Primer y principal Convenio de Protección Internacional de los
Derechos de la Mujer adoptado por la Asamblea General en 1979 y que creó
la CEDAW.
Corte Penal Internacional: Tribunal penal internacional de carácter permanente
creado por los Estados parte del Estatuto adoptado en Roma en 1998 para co-
nocer crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.
Crimen contra la humanidad: Ataque perpetrado contra la población civil de
forma sistemática o masiva.
Crimen de guerra: Conducta prohibida durante un conflicto armado perpetrada
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Glosario terminológico
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Glosario terminológico
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
Poliandria: Estado de la mujer casada con dos o más hombres. Esta forma de
unión marital se ha observado en diferentes etnias del Tíbet y entre esqui-
males. Suele ser consecuencia de una sobrepoblación de hombres causada
en muchas ocasiones por el aborto selectivo de mujeres o infanticidio de las
mujeres neonatas. En general la poliandria ha sido practicada compartiendo
varios hermanos a una misma mujer.
Prejuicio: El prejuicio es una evaluación negativa de las personas, una idea pre-
concebida que se tiene sobre los otros.
En la mayoría de los casos, se parte de la suposición de que existe una infe-
rioridad natural o genética en el grupo segregado, o bien una circunstancia
cualquiera que establece la inferioridad de sus integrantes. Pre-juzgar a una
persona o grupo de personas de manera simple y estereotipada sin la informa-
ción completa.
Prevención: Las medidas o estrategias de prevención se ponen en marcha con el
objetivo de eliminar o reducir los factores de riesgo de la violencia y/o aumen-
tar los factores de protección. De forma más genérica, se trata de un proceso
activo y asertivo a través del cual se generan las condiciones y situaciones
apropiadas para conseguir el bienestar de las personas.
Prevención, tipos de:
La prevención primaria se lleva a cabo para reducir los factores de riesgo y
aumentar los factores de protección en grupos de la población (mujeres inmi-
grantes, alumnado de secundaria, etc.), se trataría de evitar que se produzcan
conductas agresivas o violentas. La prevención secundaria se centra en co-
lectivos de personas consideradas de alto riesgo, existe una mayor probabili-
dad de que los miembros de estos grupos exhiban o desarrollen conductas vio-
lentas (adolescentes en familias desestructuradas y con modelos agresivos).
La prevención terciaria está enfocada a trabajar con personas que ya han
manifestado o han sido víctimas de conductas violentas, este tipo de preven-
ción está muy relacionada con el concepto de rehabilitación ya que el esfuerzo
del programa preventivo irá dirigido a evitar la reincidencia de la persona.
Ratificación: Manifestación del consentimiento del Estado en obligarse interna-
cional a cumplir un tratado.
Sexismo: Mecanismo de discriminación por el que se privilegia el sexo masculi-
no sobre el femenino. Actitudes y conductas patriarcales que pretenden man-
tener en situación de inferioridad y subordinación a las mujeres. Está presente
en todas las formas de la vida social y todos los ámbitos de las relaciones
humanas.
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Glosario terminológico
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
Violencia contra las mujeres en la pareja: Violencia ejercida contra las muje-
res por su pareja (o expareja). Frecuentemente se emplea el término violencia
doméstica para referirse a este problema, aunque en realidad dicho término, se
refiere a una problemática más amplia. En otros entornos también es habitual
emplear el término maltrato de mujeres.
Violencia contra las mujeres: (o violencia de género, violencia sexual o violen-
cia sexista): Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino
que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual
o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coac-
ción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se produce en la vida pública
o privada. Sus manifestaciones son muy variadas, incluyendo los malos tratos,
el acoso sexual, las agresiones sexuales, la violación,…
Violencia doméstica (o violencia en la familia): Toda forma de violencia física,
sexual o psicológica que pone en peligro la seguridad o el bienestar de un
miembro de la familia; recurso a la fuerza física o al chantaje emocional; ame-
nazas de recurso a la fuerza física, incluida la violencia sexual, en la familia
o el hogar. En este concepto se incluyen la violencia contra las mujeres en la
pareja, el maltrato infantil, el maltrato a ancianos/as, el incesto y los abusos
sexuales o de otro tipo contra cualquier persona que conviva bajo el mismo
techo.
Violencia escolar: Cualquier tipo de violencia que se dé en los centros escolares,
ya sea dirigida a alumnos y/o alumnas, al profesorado o a los objetos, y que a
su vez puede ser puntual u ocasional.
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EJE CRONOLÓGICO CON ALGUNAS FECHAS
RELEVANTES PARA LOS DERECHOS HUMANOS
DE LAS MUJERES
1974 Se emplea por primera vez el término acoso sexual (sexual harass-
ment) en un curso dictado en la Universidad de Cornell USA).
179
La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
1985 Nairobi. III Conferencia de Naciones Unidas sobre las Mujeres, intro-
duce el término empoderamiento.
Sao Paulo. Se funda la primera comisaría para mujeres.
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Eje cronológico con algunas fechas relevantes para los derechos humanos de las mujeres
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La violencia de género. Algunas cuestiones básicas
1998 Informe de la Oficina del Defensor del Pueblo española sobre la inci-
dencia y las carencias atencionales en materia de violencia contra las
mujeres en la pareja.
I Plan de Acción contra la Violencia Doméstica del gobierno español
(1998-2000).
Julio. La Conferencia de plenipotenciarios reunida en Roma adopta el
Estatuto de la Corte Penal Internacional.
1999 Comisión Europea, declara ese año como Año Europeo de lucha
contra la Violencia de Género desarrolla la Campaña de Sensibiliza-
ción ante la Violencia Contra las Mujeres.
Se hace pública en España la primera macroencuesta del Instituto de
la Mujer sobre violencia contra las mujeres en la pareja.
Primeras Jornadas en el IMSERSO Madrid, sobre Mujer y
Discapacidad.
2002 Septiembre. Por convenio entre el Consejo General del Poder Judi-
cial y los Ministerios de Justicia y Trabajo y Asuntos Sociales del
gobierno español se creó el Observatorio de Violencia Doméstica
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Eje cronológico con algunas fechas relevantes para los derechos humanos de las mujeres
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