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FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS Y CLÍNICAS

LICENCIATURA EN URGENCIAS MÉDICAS Y DESASTRES

PRIMER SEMESTRE 2023

Presentación #1 de:

Urgencias Quirúrgicas I

Grupo #4:

“Trauma Musculoesquelético”

Integrantes del grupo:

Ninoshka Muñoz 8-1004-944

Keiklyn Gudiño 8-997-1005

Stefany Samaniego 8-999-834

María Vega 7-703-2123

Danitzel Del Rosario 3-750-282

Eduardo Llerena 3-751-1891

Docente:

Reinaldo G. Choy G.

Fecha de Entrega:

Lunes 17 de Abril del 2023.

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 3
Anatomía y Fisiología 4
Huesos………………..……………………………………………………………………………4
Músculos………...…………………………………………………………………………………4
Formación y reabsorción del hueso……………………………..…………………………...…5
Mecanismo de lesión…………………..…………………………………………………………6
Valoración interrogativa del trauma 7
Valoración física del trauma 7
Valoración rápida……………...……..………………………………………….………………..7
Palpación……………………………………………………………..……………………………8
Evaluación primaria 8
Evaluación secundaria 9
Tipos de traumatismos musculoesqueléticos 10
Hemorragia………………..……………………………………………………………………..10
Fracturas………………….……………………………………………………………………...11
Fractura pélvica…………………..……………………………………………………………...12
Luxación…………..………………………………………………………………………….…..13
Síndrome compartimental………...…………………………………………………………....13
Extremidad destrozada……………………………………………………………………...….14
Síndrome de aplastamiento………………………..………………………………..…………15
Esguinces……………………………………………………………………………...…………16
Medicamentos……………………………………………………………………………………...17
Transporte prolongado……………………………………………………………….…………..18
Conceptos…………………………………………..………………………………………………19
Anexos……………………………………………………………………………………………….20
CONCLUSIONES 21
BIBLIOGRAFÍA 23

2
INTRODUCCIÓN

Nuestro sistema musculoesquelético está diseñado para permitirnos realizar diversas


actividades, las cuales según energía y mecanismo involucrado pueden generar lesiones en
estructuras específicas y de distinta severidad, considerando el entorno en que se produjo
el trauma e interpretando de forma aproximada la cantidad de energía involucrada,
podemos obtener información y antecedentes útiles con respecto al tipo de lesión,
mecanismo y severidad de la misma.

La primera impresión que se tiene al ver una lesión por trauma musculoesquelético es que
son lesiones llamativas como lo serían una deformidad causada por una fractura expuesta,
amputación o mucha sangre; esto no debe impedir la búsqueda e identificación de lesiones
que comprometan la vida del paciente. Por eso, es esencial conocer los protocolos a seguir,
sobre todo en la evaluación, para que ninguna lesión pueda pasar inadvertida.

En el estudio del trauma musculoesquelético, incluiremos las consideraciones específicas


que se deben llevar a cabo en situaciones especiales, incluyendo el tratamiento
prehospitalario, tales como: hemorragias, fracturas, amputación, síndrome compartimental,
etc. Estas lesiones se producen con mucha frecuencia en pacientes politraumatizados.

Anatomía y Fisiología

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El cuerpo humano de un adulto tiene aproximadamente 206 huesos y está compuesto de
aproximadamente 650 músculos individuales, que se clasifican de acuerdo con su función.
El sistema musculoesquelético (sistema locomotor) es un sistema del cuerpo humano que
nos proporciona movimiento, estabilidad, forma y soporte.

Anatomía
El sistema musculoesquelético está formado por la unión de los huesos, las articulaciones y
los músculos, constituyendo en conjunto el elemento de sostén, protección y movimiento del
cuerpo humano, con características anatómicas adaptadas a las funciones que desempeña.

Huesos
Los huesos constituyen, junto con los cartílagos, el armazón rígido que da forma y sostiene
al cuerpo. Sirven para proteger determinados órganos internos, como el encéfalo, el
corazón y los pulmones, y además colaboran en la formación de células sanguíneas y en el
almacenamiento de sales minerales.

Tipos de huesos
Teniendo en cuenta su forma externa, los huesos pueden clasificarse en: largos, cortos,
planos e irregulares.

Estructura microscópica del hueso


Se puede considerar el hueso como un tejido conjuntivo especializado en constante cambio.
Está formado por:
● Diferentes tipos de células (osteocitos, osteoblastos y osteoclastos).
● Sustancia intercelular densa: constituida por fibras colágenas, sustancia fundamental
(matriz orgánica) y cristales de calcio (matriz inorgánica).
● Numerosos vasos sanguíneos y nervios.
En el hueso maduro compacto, la matriz se dispone en capas superpuestas o láminas
distribuidas de forma concéntrica constituyendo las osteonas o sistemas de Havers, que son
las unidades estructurales del hueso.

Músculos
La característica fundamental de los músculos es su capacidad de contracción, hecho que
permite producir movimiento en todas las partes del cuerpo. El movimiento se efectúa por la
acción de células especializadas que son la base de la constitución de las fibras
musculares.
En función de las características de las fibras musculares, se puede hablar de tres tipos de
músculos: liso, cardiaco y esquelético o estriado.
El músculo esquelético es el más abundante en el organismo.

Características del músculo esquelético o estriado


La mayoría de los músculos esqueléticos son estructuras independientes que cruzan una o
más articulaciones y que, gracias a su capacidad para contraerse bajo control nervioso,
pueden producir movimientos articulares

Estructura
Los músculos esqueléticos presentan:
● Fibras musculares: constituidas por miofibrillas, cada una de las cuales está envuelta
en una capa delgada de tejido conectivo o endomisio.
● Haces o fascículos: formados por un conjunto de fibras envueltas por una vaina de
tejido conectivo o perimisio.
El conjunto de haces o fascículos musculares: constituye el músculo propiamente dicho,
envuelto por una capa externa o epimisio (aponeurosis muscular).
Origen, inserción, inervación y vascularización

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Los músculos pasan sobre las articulaciones y se insertan en cada uno de sus extremos por
medio de los tendones o aponeurosis en los huesos, los cartílagos, los ligamentos u otras
aponeurosis.
La inserción proximal (origen) es fija y se localiza cerca de la línea media del cuerpo.
La inserción distal es móvil (inserción propiamente dicha) corresponde al punto de fijación
muscular. Es la zona más alejada de la línea media.
La parte del músculo situada entre el origen y la inserción se denomina vientre muscular.
Cada músculo está inervado por uno o más nervios que contienen fibras motoras y
sensitivas originadas en varios nervios raquídeos y, además, recibe sangre de los vasos
próximo de forma que las arterias que entran en su interior se ramifican repetidamente,
formando un lecho capilar muy extenso.

Fisiología
El sistema musculoesquelético cumple en conjunto las siguientes funciones:
● De sostén: el esqueleto constituye el armazón rígido del cuerpo en el que se insertan
los demás tejidos y se apoyan los órganos blandos del organismo.
● De protección: debido a su morfología protege los órganos vitales localizados dentro
de sus cavidades.
● De movimiento: los huesos y las articulaciones actúan como palancas cuando los
músculos insertados en ellos se contraen, facilitando el desplazamiento.
● De hematopoyesis: la médula ósea produce las células sanguíneas (eritrocitos,
leucocitos y plaquetas).
● De reservorio: en los huesos se almacenan sales minerales como calcio, fósforo,
magnesio y sodio.

Formación y reabsorción del hueso


El proceso de formación del hueso u osteogénesis se produce de forma continua por la
acción de los osteoblastos, localizados en la mayor parte de la superficie de los huesos y en
muchas de sus cavidades. Los osteoblastos son los encargados de formar la matriz ósea
nueva alrededor de la cavidad medular.
Sintetizan fibras colágenas y matriz ósea, lo que favorece el proceso de mineralización
durante la osificación. Cuando los osteoblastos maduran y se desarrollan, se transforman
en osteocitos, que son los encargados de mantener el tejido óseo.
Simultáneamente, se producen mecanismos de destrucción del hueso por la acción de los
osteoclastos, localizados en las cavidades de los huesos. Éstos digieren partículas óseas
para mandar calcio, fósforo y productos de la digestión de la matriz ósea a los líquidos
extracelulares, dando lugar a un aumento del diámetro de la cavidad medular.

Durante la infancia y la adolescencia predominan los procesos de osteogénesis;


estimulando la formación del hueso y, por tanto, su crecimiento en sentido longitudinal a
partir de la metáfisis. En cambio, en todas las demás etapas de la vida, los procesos de
formación-destrucción del hueso están en continuo equilibrio, por lo que su longitud
permanece constante.

El tejido óseo se caracteriza por su capacidad para almacenar y, si es necesario, liberar


grandes cantidades de sales minerales de calcio y fósforo, contribuyendo así al
mantenimiento de la concentración normal de iones de calcio y fosfato en el plasma y en los
líquidos extracelulares.

En la regulación del equilibrio óseo intervienen glándulas como la hipófisis, el tiroides y el


paratiroides (gracias a sus secreciones hormonales), la vitamina D, el aparato digestivo y el
riñón. Los osteoblastos, que intervienen en la osteogénesis o anabolismo, y los
osteoclastos, que intervienen en la reabsorción del hueso o catabolismo, son los vehículos
del proceso. Las fibras nerviosas se caracterizan por presentar en sus extremos una serie
de ramificaciones que constituyen la placa terminal. Esta se invagina sobre la fibra muscular

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y queda fuera de su membrana. La invaginación de la membrana se conoce con el nombre
de canal sináptico, y el espacio que queda entre la placa terminal y la membrana muscular,
con el de hendidura sináptica. El conjunto formado por la fibra nerviosa (membrana
presináptica), la hendidura sináptica y la fibra muscular (membrana postsináptica) constituye
la unión neuromuscular o placa motora.

Contracción muscular
La contracción muscular se lleva a cabo tras un periodo inicial de latencia.
Durante el proceso de contracción, los filamentos de adina (filamentos finos) se deslizan
entre los de miosina (filamentos gruesos). Ambos quedan superpuestos, de tal forma que la
miosina entra en interacción con la actina, tirando de los filamentos más delgados hacia el
centro de cada sarcómero, lo que produce un acortamiento de éste y, por tanto, de las
miofibrillas y las fibras musculares que lo componen. Si en un órgano muscular esquelético
se acorta el suficiente número de fibras musculares, se acorta el propio músculo,
produciendo la contracción.
Para que el mecanismo de la contracción se produzca son necesarias la fijación del calcio y
la acción de la energía, que se obtiene de la oxidación de la glucosa y de las grasas.
La relajación se debe a la inversión del mecanismo de contracción, es decir, se inhibe el
proceso de fijación del calcio y, por tanto, la interacción entre los filamentos de actina y
miosina.

Mecanismo de lesión
La comprensión del mecanismo de la lesión es una de las funciones más importantes en la
evaluación de los pacientes de traumatología. La determinación rápida del mecanismo de
lesión y la energía vinculada, p. ej. Una caída desde su propia altura comparada con la
proyección desde una motocicleta a gran velocidad ayudará al proveedor de atención
prehospitalaria a sospechar y detectar las lesiones o afecciones más críticas. La mejor
fuente para determinar el mecanismo de lesión es directamente el paciente. Si se encuentra
sin respuesta, se pueden obtener detalles de los testigos. Si no se dispone de alguna de
estas opciones, observe en el escenario y trate de determinar el patrón de las lesiones
encontradas en la exploración física y presente esa información directamente en las
instalaciones receptoras; toda esta información también debería documentarse en el reporte
de atención del paciente (RAP).
Con base en el mecanismo de la lesión, el proveedor de atención prehospitalaria puede
desarrollar un índice de sospecha elevado de las lesiones que pudiese haber sufrido un
paciente.
Esta consideración y el conocimiento de los diversos patrones de lesión pueden hacer
pensar en lesiones adicionales, por lo que se debe valorar al paciente. Considere los
siguientes ejemplos:

● Si un paciente salta a través de una ventana de pie, la sospecha de la lesión


primaria debería ser de fracturas en las extremidades inferiores, la pelvis y la
columna vertebral. Las lesiones secundarias por considerar serían las abdominales,
por un posible mecanismo de explosión de vísceras huecas.
● Si el paciente está involucrado en una colisión de motocicleta contra un poste
telefónico y golpea su cabeza, las lesiones primarias incluirán trauma de cráneo,
columna cervical y tórax. Una lesión secundaria pudiese incluir una fractura del
fémur al “golpear” el manubrio de la motocicleta.
● Si un pasajero en una colisión vehicular sufre un impacto lateral, la consideración de
los traumatismos musculoesqueléticos incluirá fracturas de las extremidades
superiores e inferiores y lesiones pélvicas. Los patrones de lesión vinculados, por
considerar, incluyen trauma de cráneo, costal, pulmonar y abdominal.

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Valoración interrogativa del trauma
Los primeros pasos en la evaluación de cualquier paciente son la seguridad de la escena y
valorar la situación. Una vez que el escenario está tan seguro como sea posible, se le
puede valorar. La evaluación primaria se basa en los componentes necesarios para
preservar la vida: vía aérea, ventilación y circulación. Si bien las fracturas anguladas o las
amputaciones parciales pueden llamar la atención del proveedor de atención prehospitalaria
por su impacto visual, deben ser prioritarias las lesiones que ponen en riesgo la vida. Una
hemorragia exanguinante, la evaluación de la vía aérea, ventilación, circulación,
discapacidad y la exposición/ambiente (XABCDE) siguen siendo las partes más importantes
de la revisión primaria. Para el paciente en quien se detectan alteraciones que ponen en
riesgo la vida en la revisión primaria, se debe retrasar el tratamiento de los traumatismos
musculoesqueléticos hasta que se hayan corregido las primeras.
La hemorragia externa exanguinante (X) a menudo se debe a causas musculoesqueléticas
y debe tratarse en primer término en la revisión primaria, por lo general, por compresión
directa, seguida por la aplicación proximal inmediata de un torniquete. Si el paciente sufrió
lesiones que ponen en riesgo la vida, el proveedor de atención prehospitalaria evaluará, a
continuación, atenderá la vía aérea, la ventilación y la circulación. Si el paciente no presenta
lesiones que pongan en riesgo la vida, se puede proceder a la revisión secundaria.

Valoración física del trauma


Se hará una evaluación rápida y completa y se buscarán deformidades, contusiones,
abrasiones, heridas penetrantes, quemaduras, laceraciones y edema. Una vez hecha la
inspección, se realizará una palpación en busca de inestabilidad o crepitación. Si no existe
evidencia de dolor o deformidad, se explorarán las articulaciones para comprobar la
existencia de movimiento espontáneo y de dolor.

Evaluación rápida
Siguiendo el protocolo de evaluación rápida del ATLS, se evaluará sistemáticamente la vía
aérea, capacidad de ventilación espontánea, hemodinamia, déficits neurológicos y se
expondrá al paciente para descartar la presencia de lesiones adicionales.

Inspección
El trauma musculoesquelético ocurre cuando existe una transferencia de energía brusca
hacia un segmento del cuerpo, lo que puede significar un daño en forma directa para todas
las estructuras correspondientes a ese segmento e incluso a distancia del mismo. Es así
cómo pueden existir lesiones cutáneas, como erosiones y laceraciones o signos de un daño
más profundo, como el aumento de volumen y equimosis de la zona. Las fracturas además
pueden producir alteraciones del eje de las extremidades y deformidad del segmento. Es
importante siempre comparar con el lado contralateral en busca de asimetrías. La
impotencia funcional es un signo importante para el diagnóstico y frente a un paciente con
antecedente de un trauma directo o indirecto que además presenta dolor e impotencia
funcional debe sospecharse la presencia de una fractura.

Palpación
La presencia de dolor a la palpación es un signo inespecífico de trauma
musculoesquelético, que puede existir en diagnósticos de escasa relevancia como una
contusión, pero que se encuentra presente en la gran mayoría de esguinces, luxaciones y
fracturas. Por su parte, el dolor a la movilización pasiva de una articulación se puede dar en
presencia de un esguince, de una fractura con componente articular y de una luxación. Es
importante recordar que el dolor puede llegar a ser de una intensidad muy elevada, por lo
que el examen físico debe ser lo más conciso posible mientras permita un diagnóstico
acertado. La presencia de crepitación ósea y movilidad anormal de un segmento de una
extremidad prácticamente hacen el diagnóstico de una fractura. La evaluación de pulsos y

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sensibilidad distales de la extremidad afectada es importante debido a que pudiesen existir
lesiones neurovasculares producto del impacto directo en forma indirecta como puede ser
en el caso de una fractura en que el rasgo daña una estructura cercana.

Otra técnica para valorar el compromiso en una extremidad cuando se sospecha lesión
musculoesquelética consiste en memorizar y seguir las “seis P”:

● Presencia de dolor (pain) o hipersensibilidad a la palpación


● Palidez (piel pálida o llenado capilar deficiente)
● Parestesias, o sensación de pinchazos u hormigueo
● Pulsos disminuidos o ausentes en la extremidad lesionada
● Parálisis o incapacidad para moverse
● Presión

Evaluación primaria
Los primeros pasos en la evaluación de cualquier paciente son la seguridad de la escena y
valorar la situación.Una vez que el escenario sea seguro, se podrá valorar. La evaluación
primaria se basa en los componentes necesarios para preservar la vida: vía aérea,
ventilación y circulación.Si bien Las fracturas anguladas o las amputaciones parciales
pueden llamar la atención del proveedor de atención prehospitalaria por su impacto visual,
deben ser prioritarias las lesiones que ponen en riesgo la vida. Una hemorragia examinante
la evaluación de las vías aéreas, ventilaciones, circulación, discapacidad y la
exposición/ambiente (XABCDE) siguen siendo las partes más importantes de la revisión
primaria.
Para el paciente en quien se detectan alteraciones que ponen en riesgo la vida en la
revisión primaria, se debe retrasar el tratamiento de los traumatismos musculoesqueléticos
hasta que se hayan corregido las primeras. La hemorragia externa examinante (x) a
menudo se debe a causas musculoesqueléticas y debe tratarse en primer término en la
revisión primaria, por lo general, por compresión directa, seguida por la aplicación proximal
inmediata de un torniquete.Si el paciente sufre lesiones que ponen en riesgo la vida, el
proveedor de atención prehospitalaria evaluará, a continuación, atenderá la vía aérea, la
ventilación y la circulación. Si el paciente no presenta lesiones que pongan en riesgo la vida,
se puede proceder a la revisión secundaria.

Evaluación secundaria
De la evaluación y el tratamiento de una hemorragia examinante de extremidades que se
hacen durante la revisión primaria la evaluación de las extremidades se hace durante la
revisión secundaria para facilitar la exploración física, el proveedor de atención Hospitalaria
considera retirar toda la ropa, si no se ha retirado ya durante la evaluación primaria, según
lo permita el ambiente. Si el mecanismo de lesión no es obvio debe hacerse todo esfuerzo
por exponer con seguridad la pelvis y ambas extremidades, superiores e inferiores,
incluyendo manos y pies.
Adicionalmente, puede interrogar al paciente o a testigos acerca de cómo ocurrió la lesión.
debe preguntarle al paciente si presenta dolor en las extremidades. la mayoría de los que
sufren lesiones musculoesqueléticas significativas refieren dolor, a menos que haya una
lesión de la médula espinal.

Las evaluaciones de las extremidades incluyen cualquier dolor, debilidad o cualquier


sensación anormal y se presta atención especial a los siguientes:

1. Lesiones de hueso o articulaciones: se hace por inspección en busca de deformidades


que pudiesen representar la fractura o luxaciones y la palpación de las extremidades en
busca de hipersensibilidad o crepitación. La ausencia de estos datos físicos no descarta la

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posibilidad de una fractura o una lesión músculo esquelética. La crepitación es la sensación
arenosa que presentan los huesos cuando sus extremidades fracturadas se frotan entre sí.
La crepitación puede generarse por palpación del sitio de lesión y por movimientos de las
extremidades que emite sonidos como “chasquido, crujidos y explosión” o el estallido de las
“Burbujas de aire”de una hoja de plástico que se usa para empacar. Esta percepción de
huesos que se frotan entre sí durante la evaluación de una paciente puede causar mayor
lesión, por lo tanto, una vez que se detecte ya no deben realizarse maniobras adicionales o
repetirse para reproducirla. La crepitación es una percepción distinta que no se olvida con
facilidad y está indicada la inmovilización inmediata una vez que se identifica.
2. Lesiones de tejidos blandos: el proveedor de atención prehospitalaria hace inspección
visual en busca de edema, lacerazione, Abrasiones, hematomas del color cutáneo y
heridas. Considere la posibilidad de que una herida cerca de una aparente fractura
corresponda a una fractura abierta. la firmeza y el tensión de los tejidos blandos, junto con
el dolor, que parece desproporcionado con la lesión actual pueden indicar la presencia de
un síndrome compartimental una lesión que pone en riesgo la extremidades y debe
comunicarse al personal que recibe el paciente en el centro de atenciones hospitalarias al
que se está transportando.
3. Perfusión: debe valorarse palpando pulsos periféricos (radial o cubital en la extremidad
superior y peroneo tibial posterior en la inferior) así como precisar el tiempo de llenado
capilar en los dedos de la mano o pie. La ausencia de pulso distales en las extremidades
pueden indicar una lesión vascular arterial,la compresión de un vaso por un hematoma o
fragmentos óseo o el síndrome compartimental. Los hematomas grandes en expansión
indican la presencia de una lesión vascular de un vaso de gran calibre.
4. Función neurológica: La evaluación neurológica por el proveedor de atención
prehospitalaria debe incluir las funciones sensitivas y motoras de las extremidades
superiores e inferiores. Para la mayoría de las circunstancias en el contexto prehospitalario
es suficiente la evaluación general de la función neurológica.
5. Función Motoras: se puede valorar la función motora preguntando en primer término al
paciente si percibe alguna debilidad. La función motora de las extremidades superiores se
valora haciendo que el paciente abra y cierre un puño, y comprobando la fuerza del cierre
(el paciente oprime los dedos el proveedor de atención prehospitalaria) mientras se valora la
función motora de la extremidad inferior haciendo que el paciente empuje contra las manos
del explorador y las hale con sus pies y mueva sus dedos. La capacidad de un paciente de
contraer los músculos glúteos y comprimir las nalgas no elimina la necesidad de una
exploración rectal durante la evaluación neurológica completa, una vez que llegue al
hospital.
6. Función sensitiva: las funciones sensoriales se valoran preguntando respecto de la
presencia de cualquier déficit o cambio de sensibilidad. Se debe valorar en la proporción
más distal de la extremidad.

Tipos de traumatismos musculoesqueléticos

Lesiones Musculoesqueléticas Específicas


Las lesiones de las extremidades dan origen a dos problemas principales que requieren
tratamiento en el contexto prehospitalario: hemorragia y ausencia de pulso.

Hemorragias
Independientemente del aspecto de la herida, lo que determina si el paciente podrá
compensar la pérdida de volumen circulante o si entrará en shock es la cantidad de la
sangre perdida y la velocidad con que ocurrió. Una buena regla práctica que recordar es
“ninguna hemorragia es menor”; cada eritrocito cuenta.

Hemorragia externa:

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En general, este tipo de hemorragia se detecta fácilmente, pero su evaluación quizás se
dificulte cuando hay sangre oculta bajo un paciente o éste usa una vestimenta gruesa y
oscura. Una hemorragia notoria requiere la atención inmediata y debe valorarse y
detenerse, mientras se atiende la vía aérea y la ventilación del paciente, o incluso antes.

Hemorragia Interna:
Es frecuente en los traumatismos musculoesqueléticos y suele pasar inadvertida. Puede ser
resultado del daño de vasos sanguíneos mayores (muchos de ellos localizados en
proximidad estrecha a los huesos largos del cuerpo), de la rotura de músculos y de
fracturas. El edema continuo de una extremidad, la inflamación continua de una extremidad,
una extremidad pálida, fría, sin pulso podría indicar una hemorragia interna de las arterias o
venas. Se puede asociar una pérdida de sangre significativa con las fracturas.
Al evaluar al paciente se debe considerar la potencial pérdida de sangre interna y externa
asociada con un traumatismo con las extremidades. Esto ayudara al proveedor de atención
prehospitalaria a anticiparse a un posible shock y prepararse para un eventual deterioro
sistémico, a efecto de intervenir adecuadamente para minimizar su ocurrencia.

Tratamiento:
El tratamiento inicial de una hemorragia externa implica hacer compresión directa de la
herida. No se ha mostrado que la elevación de la extremidad haga más lenta la hemorragia,
y ante un traumatismo musculoesquelético puede agravar las lesiones presentes. Si la
hemorragia no se detiene de inmediato y por completo con compresión directa o un
vendaje, debe aplicarse un torniquete. Debe aplicarse un segundo torniquete a continuación
del primero si no se logra detener la hemorragia con éste. Puede considerarse el uso de un
agente hemostático tópico recomendado para aquellas hemorragias que no son
susceptibles de aplicar un segundo torniquete, como las de la ingle o la axila. Tales agentes
pueden también considerarse ante situaciones de transporte prolongado.
El uso de torniquetes es el estándar ideal de atención en el tratamiento prehospitalario de
las lesiones exanguinantes de extremidad.

Extremidad sin pulso


Durante la evaluación del paciente, cuando se intenta localizar e identificar los pulsos
distales en cada extremidad, algo por considerar es que la deformidad de la fractura podría
ser la causa de la disminución en perfusión en la extremidad. Una vez que ha concluido la
revisión primaria (ABC), si hay una extremidad deformada que no presenta pulso, intente
alinear hasta el aspecto general de una sin lesión. En ese momento, verifique los pulsos
para detectar si la realineación ayudó a restablecer la perfusión.
Si se restablecen los pulsos o el llenado capilar es apropiado, ésa es la posición en que
debe inmovilizar la extremidad.

Fracturas
La inmovilización de un hueso puede disminuir el dolor, al manipular la lesión no
ocasionamos más daño debido a que el daño ya lo hizo la energía que provocó la fractura.
existen dos tipos de fracturas:

● Fracturas cerradas: no hay pérdida de integridad cutánea relacionada. Los signos


de estas fracturas incluyen dolor, hipersensibilidad, deformidad, hematomas, edema
y crepitación. Existen casos en que los únicos signos son dolor e hipersensibilidad.
Se debe valorar el pulso, el color de la piel, la función sensitiva y motora, aunque
este paciente caminar la extremidad puede estar fracturada debido a que la
adrenalina luego de un trauma puede distorsionar el dolor al paciente y también hay
pacientes con más resistencia al dolor.
● Fracturas abiertas: hay una fractura abierta cuando el hueso penetra la piel y
cuando el traumatismo o un objeto laceran la piel. Estas fracturas tienen grandes
riesgos de desarrollar osteomielitis. No siempre, pero estas heridas pueden provocar

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una hemorragia persistente en el conducto óseo por la descompresión de un
hematoma profundo ubicado en los tejidos.

Signos y síntomas de una fractura cerrada:


● Dolor
● Sensibilidad
● Deformidad
● Hematomas
● Inflamación
● Crepitación

Tratamiento de fracturas:
Primeros detenemos la hemorragia si hay con torniquete, RCP (rellenar, comprimir y
presionar) o vendajes hemostáticos dependiendo del tipo de hemorragia se hace el control.
Si hay heridas o huesos expuestos se deben cubrir con una toalla de solución salina o agua
esteril. Considerar alinear la extremidad deformada en el momento de la ferulización para
aliviar el dolor esto también nos ayuda con facilitar la inmovilización, estabilizar la fractura
y posiblemente mejore la perfusión por la alineación anatómica de la extremidad.
Si los extremos óseos en una fractura abierta se retraen al interior de la herida durante la
revisión o inmovilización, tal información debe documentarse en el reporte y comunicarse al
personal del hospital o centro que reciba. Según la Revista Española de Cirugía Ortopédica
y Traumatología cuanto más precoz se administre un antibiótico mayor es la reducción de
la posibilidad de infección. Cuanto más radical es el desbridamiento, menor es la tasa de
infección. El uso de fijadores externos debería limitarse a los casos de politraumatismos.
Antes de inmovilizar una extremidad lesionada ésta debe, por lo general, retornarse a su
posición anatómica normal, incluyendo el uso de tracción suave, si es necesario, para
realinear la extremidad a su longitud normal tanto como sea posible y con un juicio clínico
razonable. Una “fractura reducida” es aquella que se regresa a la alineación anatómica
normal, es más fácil de inmovilizar. En segundo lugar, el restablecimiento de la alineación
puede aliviar la compresión de arterias o nervios y dar como resultado una mejor perfusión y
reducir la probabilidad de una lesión de un nervio periférico. Si la fractura es abierta y el
hueso está expuesto, debe lavarse su extremo suavemente con agua estéril o solución
salina normal (como lo permita el tiempo) para retirar toda contaminación obvia antes de
intentar restablecer la posición anatómica normal.

Se dispone de diversos tipos y materiales de férulas que incluyen:


● Férulas rígidas: La parte corporal debe ir ajustada a la férula. Se usan de la mejor
forma en lesiones de huesos largos. (son de madera,plástico o metal).
● Las férulas moldeables: varían en formas y combinaciones para acoplarse a la de
la extremidad lesionada. Se usan de la mejor forma para lesiones de tobillo, muñeca
y huesos largos.
● Las férulas de tracción: están diseñadas para mantener la tracción mecánica en
línea. Las férulas de tracción se usan con frecuencia para estabilizar las fracturas
diafisiarias del fémur.

Fractura Pélvica
Las fracturas pélvicas graves constituyen varios problemas difíciles para los proveedores de
atención prehospitalaria. El primero es la identificación de un paciente hemodinámicamente
inestable con una fractura de pelvis. La consideración del mecanismo de la lesión, la
cantidad de energía impartida al cuerpo durante la lesión y la deformidad de la extremidad
inferior son formas adicionales para valorar una lesión pélvica en el campo.
La preocupación máxima inmediata en una fractura pélvica es la hemorragia interna, que
puede ser muy difícil de tratar.

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Los pacientes con fracturas pélvicas con frecuencia presentan lesiones relacionadas, que
incluyen lesiones cerebrales traumáticas, fracturas de huesos largos, lesiones torácicas,
trauma uretral en los hombres, traumatismo esplénico, hepático y renal.
Para valorar la pelvis se puede realizar un leve balanceo o compresión manual de anterior a
posterior y desde los lados, esto puede permitir identificar una crepitación o inestabilidad. La
palpación sobre la sínfisis púbica puede mostrar un gran espacio entre la región izquierda y
derecha del anillo pélvico, este hallazgo podría indicar una rotura significativa del anillo
pélvico.

Algunas fracturas del anillo pélvico se relacionan con un aumento del volumen de la pelvis,
por el patrón de la fractura y el grado de desplazamiento, lo que permite que se acumulen
grandes volúmenes de sangre en la cavidad pélvica que pueden poner en riesgo la vida.

Uso de la faja
La preocupación de causar lesión adicional durante la colocación de una faja pélvica, que
potencialmente pone a salvo la vida, no debe evitar su uso. La energía impartida al cuerpo
en el momento del traumatismo inicial es mucho mayor que la causada por un
posicionamiento o giro de éste sobre su eje mientras se aplica la faja. Las publicaciones no
han mostrado efectos lesivos de la aplicación de una faja tempranamente, incluso después
de realizar estudios imagenológicos que demostraron ausencia de una lesión que justificara
su uso. El no aplicar una, sin embargo, en el contexto de una pérdida de continuidad mayor
del anillo pélvico, con aumento del volumen intrapélvico, podría causar una exanguinación
fatal.
Una faja está diseñada para la estabilización hemodinámica mediante la limitación del
volumen intrapélvico y, por lo tanto, disminución de la pérdida sanguínea relacionada con
las fracturas de pelvis; no está diseñada para la estabilización de la fractura.

Fracturas del Fémur


Las fracturas del fémur, como las de la pelvis, pueden poner en riesgo la vida por la gran
cantidad de hemorragia asociada, ya que un adulto puede perder de 1 000 a 2 000 ml de
sangre en cada muslo, y así, presentar inestabilidad hemodinámica y shock. En ausencia de
lesiones que pongan en riesgo la vida, debe colocarse una férula de tracción para
estabilizar las fracturas sospechadas de la porción media (diáfisis) del fémur. La aplicación
de tracción, tanto manual como por un dispositivo mecánico, ayuda a disminuir la
hemorragia interna, así como el dolor del paciente.

Las contraindicaciones del uso de una férula de tracción incluyen las siguientes:
● Avulsión o amputación del tobillo y pie ipsilateral.
● Sospecha de fracturas adyacentes a la rodilla (en esta situación se puede usar una
férula de tracción, como la rígida, pero sin aplicar tracción).

Luxación
Una luxación es la separación de dos huesos en la articulación, resultado de una alteración
significativa de los ligamentos, que normalmente constituyen su estructura de sostén y
estabilidad. Una luxación, a semejanza de una fractura, produce una zona de inestabilidad
que el proveedor de atención prehospitalaria necesita asegurar. La descripción apropiada
por dar al proveedor de atención hospitalaria debe basarse en el segmento más distal
cuando se describe la luxación. Los individuos que sufrieron luxaciones previamente
presentan ligamentos más laxos de lo normal y pueden ser proclives a luxaciones más
frecuentes, a menos que se corrija el problema quirúrgicamente. A diferencia de quienes
sufren una luxación por primera vez, estos pacientes suelen conocer su lesión y pueden
ayudar a su evaluación y estabilización. Quienes sufren luxaciones crónicas o frecuentes no
necesariamente requieren un intento de reducción en el campo.

Tratamiento

12
Como regla general, ante una sospecha de luxación se debe colocar una férula en la
posición en que se encontró, puede hacerse la manipulación suave de la articulación para
tratar de recuperar la perfusión cuando el pulso está ausente o muy débil. Es importante la
documentación de cómo ocurrió y se encontró una lesión, así como de la presencia del
pulso, el movimiento, la sensibilidad y el color, antes y después de la ferulización. Durante el
transporte se puede usar hielo o compresas heladas para disminuir el dolor y el edema.

Paciente crítico por traumatismos multisistémico

Síndrome compartimental
El síndrome compartimental se refiere a un compromiso que pone en riesgo una
extremidad, en la que la perfusión se compromete por aumento de la presión en su interior.
La fascia muscular presenta mínima distensibilidad y cualquier cosa que aumente la presión
en el interior de dichos espacios puede causar un síndrome compartimental. Las dos
causas más frecuentes del síndrome compartimental son la hemorragia dentro de un
compartimiento por una fractura o una lesión vascular y el edema del tercer espacio, que se
forma cuando el tejido muscular isquémico es reperfundido después de un periodo de
disminución o ausencia de riego sanguíneo. Una férula o un yeso puesto de una manera
errónea puede provocar un síndrome compartimental. Los dos signos tempranos de
desarrollo de un síndrome compartimental son dolor por encima del nivel basal del
traumatismo y que no responde a las medidas convencionales de alivio del dolor y
alteración de la sensibilidad (percepciones anormales) o su disminución/ausencia en la
extremidad lesionada. El dolor con frecuencia se describe fuera de proporción con la lesión
y puede aumentar de manera espectacular con el movimiento pasivo de un dedo de la
mano o del pie. Los otros tres signos “clásicos” del síndrome compartimental, ausencia de
pulso, palidez y parálisis, son manifestaciones tardías que lo indican claramente, así como
el riesgo de la extremidad por muerte muscular (necrosis). Los compartimientos pueden ser
en extremo tensos y firmes a la palpación, aunque es difícil juzgar su presión por sólo la
exploración física.

Tratamiento:
Debe tratarse de manera definitiva por intervención quirúrgica urgente (fasciotomía), que
implica la incisión de la piel y la fascia de los músculos afectados para descomprimir el
tejido muscular. Sólo pueden intentarse maniobras básicas en el campo. Debe retirarse
cualquier férula o apósito aplicados en forma muy ceñida y revalorar la perfusión distal. No
se recomienda elevar la extremidad, lo ideal es mantenerla a nivel cardíaco. Además, debe
hacerse dorsiflexión del tobillo cuando se le aplica una férula, para disminuir la presión del
compartimiento anterior de la pierna.

Extremidad destrozada
Por “extremidad destrozada” se hace referencia a una lesión compleja resultante de la
transferencia de alta energía en la que ocurre daño significativo en dos o más de los
siguientes: (1) piel y músculo, (2) tendones, (3) hueso, (4) vasos sanguíneos y (5) nervios.
Los pacientes pueden estar en shock por pérdida sanguínea externa o hemorragia de
lesiones asociadas, que son comunes por el mecanismo de alta energía. Casi todas las
extremidades destrozadas involucran fracturas abiertas graves y con frecuencia se requiere
su amputación.

Tratamiento
Incluso con una extremidad destrozada el propósito en la revisión primaria es aún descartar
o tratar afecciones que pongan en riesgo la vida. Puede requerirse el control de la
hemorragia, incluso con el uso de un torniquete. La extremidad destrozada debe
inmovilizarse si el estado del paciente lo permite.

Amputaciones

13
Cuando el tejido se ha separado por completo de una extremidad carece en absoluto de
nutrición y oxigenación, un tipo de lesión que se denomina amputación, que es la pérdida de
parte o toda una extremidad. Todas las amputaciones pueden acompañarse de hemorragia
significativa, pero ésta es más frecuente en las que son parciales. La extremidad faltante
debe localizarse para su posible reimplante, lo que es en especial válido para las
extremidades superiores y el pulgar. Debe hacerse la revisión primaria antes de buscar una
extremidad perdida, a menos que esté presente personal de respuesta de urgencia en un
número adecuado para ayudar.

Tratamiento
Los principios del tratamiento de una amputación incluyen los siguientes:
● Limpiar el segmento amputado por enjuague suave con solución salina o lactato de
Ringer.
● Vendar la parte amputada con gasa estéril humedecida con solución salina o lactato
de Ringer y colocarla en una bolsa o recipiente de plástico.
● Después de etiquetar la bolsa o el recipiente, colóquelo en un receptáculo externo
lleno de hielo pulverizado.
● No congele la parte amputada colocándola directamente sobre el hielo o por adición
de otro enfriador, como el hielo seco.
● Transporte la parte amputada con el paciente a la instalación apropiada más
cercana.

Mientras más tiempo permanezca la porción amputada sin oxígeno, menor probabilidad
habrá de que se restituya con éxito. No debe retrasarse el transporte de un paciente para
localizar una parte amputada faltante. Las instalaciones receptoras deben ser notificadas
tan pronto como se localice la parte corporal y se iniciará su transporte tan pronto como sea
posible.

Amputación en el campo
En general, muchas extremidades que parecen atrapadas sin remedio se pueden liberar por
el personal con experiencia adicional en la extricación. Si el paciente tiene una extremidad
enredada en un aparato, un experto a menudo ignorado es el que da mantenimiento al
aparato y lo repara. Esa persona, por lo general, tiene el conocimiento técnico para
desensamblar rápido y retirar partes de un aparato, lo que permite la extracción. En raras
ocasiones, sin embargo, un paciente puede tener una extremidad atrapada para la que la
única opción razonable es la amputación en el campo.
Tal vez se requiera administrar sedación considerable para el procedimiento, incluyendo
anestesia general e intubación.
Dolor fantasma
En algunas circunstancias, el paciente puede quejarse de un dolor distal a la amputación,
denominado “dolor fantasma”, que es la percepción de dolor de una extremidad faltante. No
se conoce el motivo del dolor fantasma por completo, pero quizás el cerebro no se percate
de que está ausente la extremidad y es una sensación que no suele estar presente en el
momento de la lesión.

Equipo de amputación en el campo


Se puede ensamblar y mantener un equipo de amputación en un vehículo del supervisor o
director médico, para el caso de que alguna vez se requiera una amputación en el campo.

 Instrumentos médicos: tijeras Mayo curva, pinzas hemostáticas curva, pinzas Kelly
regulares, portaagujas regular, pinzas de campo, pinzas con dientes, regulares,
retractor de rastrillo, de 6 puntas agudas, mangos de sierra Gigli, alambre de sierra
Gigli, bisturí de amputación.

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 Materiales desechables: batas quirúrgicas estériles, guantes quirúrgicos estériles,
bisturí con hoja # 10, toallas estériles (4 paquetes), compresas de laparotomía
(paquete de 10), Vendajes Cera de hueso.

 Recursos para sutura: seda 2-0, seda 0, seda 0 con aguja atraumática, seda 2-0
en aguja gastrointestinal (GI), paquete múltiple, seda 3-0 en aguja GI, paquete
múltiple.

 Provisiones de vendaje: rollo de gasa, apósitos abdominales grandes, tipo Army


Battle, dressing (ABD), vendajes elásticos de 10 cm, vendajes elásticos de 15 cm.

Síndrome de Aplastamiento
Una extremidad que se aplasta durante una lesión traumática puede causar una reacción
llamada rabdomiólisis, afección que se relaciona con la muerte del músculo en la
extremidad afectada y la liberación de mioglobina. Clínicamente, se caracteriza por
insuficiencia renal, lesión de órgano terminal y, potencialmente, la muerte. El momento del
impacto por esta mioglobina es después de que se elimina la fuerza de aplastamiento de la
extremidad.

La lesión traumática del músculo causa la liberación de ambos, mioglobina y potasio. Una
vez que se extrae al paciente, la extremidad afectada rápidamente se reperfunde con nueva
sangre; al mismo tiempo, la sangre antigua con concentraciones elevadas de mioglobina y
potasio se elimina de la zona lesionada y se dirige al resto del cuerpo. El potasio elevado
puede causar arritmias cardíacas que ponen en riesgo la vida y la mioglobina libre producirá
una orina de color té o refresco de cola y, en un momento dado, da lugar a una insuficiencia
renal.

Los pacientes con el síndrome de aplastamiento se identifican por lo siguiente:


● Atrapamiento prolongado.
● Lesión traumática de la masa muscular.
● Circulación comprometida en la región lesionada.

Es digno de mención que la rabdomiólisis traumática también puede ocurrir en los


pacientes, a menudo de edad avanzada, que caen, tal vez se fracturan la cadera y no
pueden levantarse, o en aquellos que cayeron dentro de un baño y se quedan atrapados
entre la tina y el excusado. Se encuentran horas o días después habiendo permanecido en
la misma posición, a menudo en una superficie dura. El peso de su cuerpo sobre los
músculos durante un periodo prolongado lleva a su fragmentación y a una rabdomiólisis
traumática.

Tratamiento
Según el phtls, la clave para mejorar los resultados en el síndrome de aplastamiento es la
reanimación temprana e intensiva con líquidos.
Una vez que la extremidad atrapada se libera, las sustancias tóxicas acumuladas en ella, se
eliminan hacia la circulación central, de manera similar a una carga de veneno. Por lo tanto,
el éxito dependerá de disminuir al mínimo los efectos tóxicos de la mioglobina y el potasio
acumulados, antes de liberar la extremidad. Es necesario hacer la reanimación antes de la
extracción.

La reanimación con soluciones debe proceder con la solución salina al 0.9% a una
velocidad de hasta 1500 ml por hora para asegurar una diuresis adecuada, de 150 a 200 ml
por hora. Se evita la solución de lactato de Ringer hasta que el gasto urinario sea adecuado
por la presencia de potasio en ella. La adición de 50 mEq de bicarbonato de sodio y 10

15
gramos de manitol a cada litro de solución usado durante la extracción podrían ayudar a
disminuir la incidencia de insuficiencia renal.

Es importante mencionar que en estudios recientes se ha demostrado que a estos


pacientes no se les administra soluciones, ya que Cuando administramos “suero a chorro”,
normalmente administramos unos 2000 ml inicialmente. Este rápido aumento de volumen
circulante puede producir un aumento significativo del sangrado, si este no está bien
controlado, debido al aumento de la presión arterial, y, además, al reponer el volumen con
suero en lugar de sangre, los factores de coagulación se diluyen, disminuyendo así la
posibilidad de controlar la hemorragia.
Es cierto que, en atención extrahospitalaria o en determinados servicios, no disponemos de
sangre inmediatamente. En estos casos, cada vez está más extendido el concepto
de “hipotensión permisiva”, es decir, administrar cristaloides en bolos de 250cc hasta
obtener una tensión arterial sistólica mayor o igual a 80mmHg. Una vez alcanzado este
objetivo, se debe cerrar el suero para evitar las complicaciones de las que hemos hablado
anteriormente.

En resumen, un paciente politraumatizado que está perdiendo mucha sangre no necesita


“suero a chorro”, sino un buen control de la hemorragia, una buena valoración XABCDE y
reponer la pérdida sanguínea, estando indicada la administración de cristaloides en
pequeñas dosis, manteniendo una “hipotensión permisiva” hasta la disposición de
hemoderivados como tratamiento definitivo.

Una vez que la presión arterial se estabiliza y el estado de volumen se restablece, se dirige
la atención a la profilaxis contra la hiperpotasemia y los efectos tóxicos de la mioglobina
sérica. La hiperpotasemia en el campo puede detectarse por la aparición de ondas T
agudas en el trazo electrocardiográfico.

Objetos empalados
Un objeto empalado nunca debe retirarse a menos que se encuentre en la mejilla o en el
cuello y esté provocando una obstrucción de la vía aérea, en cuyo caso se hará una
excepción. Para inmovilizar un objeto empalado se puede colocar alrededor una
almohadilla lo suficientemente voluminosa para que mantenga el objeto en su lugar
impidiendo que se mueva y de esta forma se traslada el paciente al hospital. Hay que tener
en cuenta que la piel puede actuar como un pivote y que cualquier movimiento externo
puede ser transmitido y magnificado en los tejidos blandos internos donde el objeto
empalado puede producir las relaciones o lesiones de las estructuras.

Esguinces
Un esguince es una lesión en la cual los ligamentos se distienden o desgarran. Los
esguinces son causados por la torsión súbita de la articulación, más allá del rango normal
de movimiento. Se caracterizan por dolor significativo, edema y posiblemente un hematoma.
Una compresa helada o hielo pueden ayudar a aliviar el dolor. El uso de analgésicos
narcóticos, en general, no es necesario o deseable, y pudiese reservarse para casos con
dolor significativo que no responde a la inmovilización, elevación y el hielo.

Signos y síntomas de un esguince:


● Dolor significativo
● Inflamación
● Posible hematoma

Clasificación de los esguinces:


● Esguince leve: no existe rotura de ligamentos.
● Esguince moderado: existe una rotura parcial del ligamento.

16
● Esguince grave: existe una rotura completa del ligamento.

Tratamiento
El tratamiento general ante una sospecha de esguince incluye los siguientes pasos:
● Identificar y tratar todas y cada una de las lesiones que ponen en riesgo la vida
encontradas en la evaluación primaria.
● Detener cualquier hemorragia externa y tratar el estado de shock del paciente.
● Valorar la función neurovascular distal.
● Sostener la zona lesionada.
● Inmovilizar la extremidad lesionada.
● Aplicar hielo o compresas heladas para el control del dolor y el edema.
● Revalorar la extremidad lesionada después de la inmovilización en cuanto a cambios
de la función neurovascular distal.

Tratamiento para el dolor (ANALGESIA)


El manejo del dolor (analgesia) se usa con frecuencia en el escenario prehospitalario para el
dolor causado por angina o infarto al miocardio. Tradicionalmente, el manejo del dolor ha
tenido un papel limitado en el manejo de los pacientes traumatizados, sobre todo por la
preocupación de que los efectos colaterales (reducción del impulso ventilatorio y
vasodilatación) de los narcóticos puedan agravar la hipoxia e hipotensión preexistentes.
Esta preocupación ha resultado en que se niegue el alivio del dolor a algunos pacientes con
indicaciones adecuadas, como lesión aislada en extremidad o fractura de columna vertebral.

El proveedor de atención prehospitalaria puede considerar el manejo del dolor en tales


pacientes, en particular si ocurre transporte prolongado, siempre que no estén presentes
signos de deterioro ventilatorio o shock.

Medicamentos

Fentanilo
Usualmente el fentanilo es el agente de elección, pues tiene efecto mínimo sobre la
hemodinámica y es de acción corta.
Debido a su liposolubilidad, ergo, paso facilitado por la barrera hemato-encefálica (BHE),
tiene un efecto clínico rápido en 1-2 minutos lo que confiere un muy buen perfil para aliviar
el dolor agudo en urgencia. Efecto pico a los 5 minutos, su duración es de 0.5-1 hora, por lo
que hay que tener en consideración el inicio de otro analgésico no opioide u otra dosis de
refuerzo. Opioide preferente en pacientes con falla renal y en trauma. Se administra vía
endovenosa, pero la misma presentación lo permite de manera oral, nebulización y nasal.
Dosis:
2 a 20 mcg / kg.
Presentación:
0.5mg/10 ml

Morfina
Es el opioide prototipo. Demora al menos 5 minutos en obtener efecto analgésico, con su
pico a los 15–30 min y su duración es de 3 a 4 horas por lo que otorga analgesia mantenida
más estable. Al administrar en bolo tiene más liberación histamínica que Fentanilo,
produciendo más hipotensión y broncoespasmo.
No se recomienda en falla renal ni en politrauma grave.
Dosis:
2 – 4 mg I.V.
cada 3 a 5 minutos sin sobrepasar 15 mg
Presentación:
10mg/2cc

17
Paracetamol (No opiáceos)
Este fármaco posee actividad analgésica, antipirética. Aunque el mecanismo de acción aún
no ha sido bien establecido, puede tener acciones centrales y periféricas, se ha reportado
que el paracetamol inhibe la acción de la COX-3 y es posible que este sea uno de los
mecanismos por el cual este fármaco tiene acción analgésica.
Dosis:
● Paracetamol 1 g cada 6-8 h 1 g = 30 mg de ketorolaco.
● Dosis máxima 4 g al día Contraindicado en insuficiencia hepatocelular severa.
Presentación:
● Cada ml de SOLUCIÓN contiene: 100 mg
● Cada TABLETA contiene: 500 mg

(AINE) ketamina

La ketamina es un anestésico disociativo que actúa como antagonista competitivo de la


Fenciclidina, por el receptor excitatorio del Glutamato N-metil D-aspartato (NMDA) (1). Su
efecto clínico se debe casi por completo a este receptor, aunque también a su acción de
tipo NMDA no glutamaérgica, colinérgico de tipo nicotínico y muscarínico, monoaminérgico
y opioide, así como por su interacción con canales de calcio y de sodio.
Dosis:
2-3 mg/kg IV
5m/kg IM
Presentación:
500mg/10cc

Las terapias locales como hielo, inmovilización y el tranquilizar verbalmente también


reducen enormemente el dolor.
La pulsioximetría y signos vitales seriales deben monitorizarse si se administra algún
narcótico a un paciente traumatizado. La sedación con un agente como benzodiacepina
deben reservarse para circunstancias excepcionales, como un paciente intubado agresivo,
porque la combinación de un narcótico y benzodiacepina pueden resultar en paro
respiratorio. Los proveedores de atención prehospitalaria deben colaborar con su control
médico para desarrollar protocolos adecuados.

Transporte Prolongado
Los pacientes con traumatismos en extremidades suelen presentar lesiones concomitantes.
Una pérdida sanguínea interna en proceso puede provenir de lesiones abdominales o
torácicas. Durante un transporte prolongado la evaluación primaria necesitará repetirse
frecuentemente para asegurar que se identifique todas las condiciones que ponen en riesgo
la vida y que no aparezcan nuevas. Los signos vitales deben revalorarse a intervalos
regulares.
En contextos donde se sospecha el síndrome compartimental, los pulsos están disminuidos
o ha ocurrido hemorragia activa, se necesitan revisiones frecuentes.

Durante los transportes prolongados, los proveedores de atención prehospitalaria necesitan


prestar mayor atención a la perfusión de una extremidad, y en aquellas con aporte vascular
comprometido, pueden intentar restablecer la posición anatómica normal para hacer óptima
la posibilidad de una mejor perfusión. De manera similar, ante tiempos de transporte
prolongados debe considerarse la reducción de una luxación con alteración de la circulación
distal, antes de iniciar el traslado. Deben explorarse en forma seriada la perfusión distal,
incluidos pulsos, color y temperatura, así como la función motora y sensorial. Se vigilarán
las extremidades en cuanto al desarrollo de un potencial síndrome compartimental. Estas

18
exploraciones, incluyendo cualquier cambio que se presente, deben registrarse
cuidadosamente y comunicarse al personal de las instalaciones en que se reciba al
paciente.

CONCEPTOS

Músculo: Estructura independiente que cruza una o más articulaciones, formada por
células musculares. Su función es dar movimiento a las articulaciones al producirse
la contracción de estos.
Tendón: es un tejido conectivo que une el músculo con su inserción en el hueso, se
encuentra formado por fibras de colágeno.
Ligamento: son tejidos que unen los huesos entre sí, dando estabilidad a las
estructuras anatómicas. Tienen relación con la propiocepción.
Cartílago: es un tejido cartilaginoso que se encuentra formado por un matriz de
colágeno, este cubre la superficie del hueso, para ayudar a disminuir la fricción entre
los huesos que forman parte de una articulación.
Articulación: es sinónimo de unión, es la “conexión que subsiste en el esqueleto
entre cualquiera de sus componentes rígidos, ya sean huesos o cartílagos”.
Contractura: se refiere a la contracción involuntaria de algunas fibras musculares
produciendo el aumento de volumen de la zona así como un dolor excesivo, se
conoce vulgarmente como calambre.
Distensión: se refiere a la elongación sobre la distancia máxima de estiramiento de
un tejido blando, es decir ligamento tendón, músculo, etc. Se conoce vulgarmente
como tirón.

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ANEXOS

Tipos de fracturas Luxaciones

Control de hemorragia de una amputación

Manejo de objetos empalados Dolor fantasma

Anatomía

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CONCLUSIONES
Stefany Samaniego
Puedo concluir que un trauma musculoesquelético se produce por una lesión como
consecuencia de una fuerza con la que golpeamos, ya sea por una caída o un choque. Esta
clase de trauma puede provocar complicaciones para el paciente si no se le da atención
rápida, como lo sería una hemorragia exanguinante. En estas lesiones es importante la
evaluación primaria y el control de hemorragia por lo que la evaluación secundaria se
posterga a menudo. El estudio de la anatomía y fisiología del sistema musculoesquelético,
identificar cómo se produjo el mecanismo de lesión y reconocer lesiones que pongan en
riesgo la vida del paciente son puntos importantes para brindar tratamiento adecuado,
prevenir un shock hemorrágico y que el paciente no pierda la vida.

Ninoshka Muñoz
Luego de esta investigación puedo comprender y analizar que un trauma
musculoesquelético se debe a una gran transferencia de energía y dependiendo cómo sea
este mecanismo de lesión sabremos cómo abordar al paciente. Esto me lleva a mencionar
lo fundamental que es el dominio y destreza de la anatomía en el ámbito prehospitalario, ya
que necesitamos estos conocimientos para poder tratar las distintas lesiones que puedan
presentarse. También es importante mencionar que debemos conocer los tratamientos
adecuados para cada traumatismo musculoesquelético, porque el mal manejo de estas
lesiones (mover la extremidad o alguna articulación cuando no está indicado) puede agravar
la situación del paciente poniendo en riesgo la vida del mismo.

Eduardo Llerena
Un trauma musculoesquelético abarca diferentes tipos de lesiones y cada una debe
abordarse individualmente según su mecanismo de lesión y regiones anatómicas afectadas,
sin embargo es importante recordar que en los pacientes de trauma lo primordial será tratar
primeramente las lesiones que verdaderamente ponen en riesgo la vida del paciente, por
más impactantes o atractivas que puedan ser algunas lesiones, lo primordial es solucionar
primero las lesiones realmente significativas, un ejemplo puede ser una luxación de codo vs
una hemorragia, por más atractiva que resulte la luxación es evidente que la hemorragia
representa una amenaza mayor para la vida del paciente, de esta forma nos aseguramos de
crear un orden de prioridades efectivo.

Danitzel Del Rosario


El trauma musculoesquelético se da por una gran fuerza al momento de un impacto ante
cualquier situación. La mayoría de este trauma al no ser efectuado adecuadamente pueden
provocar la muerte del paciente entrando en un shock, es por eso debemos observar cómo
se produjo el mecanismo de lesión; como fractura u otras afectaciones para poder actuar de
manera adecuada principalmente basados en si existe una hemorragia exanguinante para
poder controlarla. Otra de las cosas importantes, por más que nos impresionen las lesiones
anatómicas, debemos estar preparados y centrarnos en la más grave y más que nada
mantener la calma para así brindar una ayuda ante.

María Vega
El sistema osteomuscular se compone de músculos, articulaciones y cumple la función de
soporte corporal, desplazamiento y protección de estructuras profundas. Lesiones
traumáticas del sistema osteomuscular son frecuentes en la población general y pueden
afectar a todos sus componentes, determinando un manejo adecuado depende de un
apropiado diagnóstico, por lo que su Conocimiento es fundamental en la práctica del
proveedor de atención prehospitalaria, La atención se enfoca en primer lugar a la revisión
primaria, la identificación y el tratamiento de toda lesión que ponga en riesgo la vida,

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incluyendo las musculoesquelética originadas por lesiones internas o externas de las
extremidades. Aquí nos habla que los proveedores de atención prehospitalaria debe ser
cuidadosos cada vez que se ha valorado completamente al paciente y se encuentra que
presenta sólo lesiones aisladas sin complicación sistémica, deberán abordarse las lesiones
no críticas o que comprometan la vida.

Keiklyn Gudiño
El traumatismo musculoesquelético es un tema de amplio interés debido a que presenta una
amplia variedad de lesiones RIM, Los casos de estas lesiones nos ponen escenarios muy
fuertes donde como profesionales aparte de saber que hacer debemos saber controlara
nuestra mente y nuestras emociones, estar de seguros de lo que haremos para no provocar
más traumas psicológicos ni físicos, se demuestra la importancia de conocer la anatomía y
fisiología del cuerpo humano para poder dar una atención más eficaz. Hacemos énfasis en
que el control de hemorragia es primordial para garantizar el estado del paciente.
En conclusión el trauma musculoesquelético se da por un alto desplazo de energía,
tenemos que saber hacer cada procedimiento porque según lo aprendido hasta una férula
mal puesta puede provocar una afectación a gran escala como un síndrome compartimental
en una paciente que tal vez solo tenía una simple fractura.

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BIBLIOGRAFÍA

(S/f). Mheducation.es. Recuperado el 9 de abril de 2023, de


https://www.mheducation.es/bcv/guide/capitulo/8448199197.pdf

PHTLS soporte vital de trauma prehospitalario: Novena Edición Spanish (novena edición
ed.). (2019). Jones & Bartlett Learning, LLC
Campbell, J. (2016). International Trauma Life Support (ITLS). Medica Panamericana.

Fernández, L. (24 de Noviembre de 2021). Centro de simulación clínica Fuden CSC.


Obtenido de Soporte vital: https://www.fuden.es/centro-simulacion-clinica/soporte-
vital/3-cosas-que-siempre-se-han-hecho-asi-en-el-paciente-politraumatizado-y-no-
son-del-todo-correctas/

Laboral, I. d. (25 de Noviembre de 2019). Lesiones Musculoesqueléticas . Obtenido de


https://www.isl.gob.cl/wp-content/uploads/Lesiones-Muscoloesqueleticas-2019-
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Rice, D., & Galbraith, M. (16 de November de 2008). .,. Recuperado el 16 de April de 2023,
de ., - YouTube: https://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-cirugia-
ortopedica-traumatologia-129-articulo-fracturas-abiertas-S1888441510001372

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