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ur[bles Afio [I, N° 2, Lima, Noviembre 2005, pp. 53-75 CUSCO: «LA OTRA ROMA» Influencias clisicas en el andlisis del urbanismo inca y en las transformaciones del siglo XVI* Leonardo Mattos-Cirdenas** Abstrace A review is made of the classical influences found in the analysis of Inca.“ urban organization by the chroniclers of the time, bearing in mind distortion possibilities of the newly found «reality», as well as analogies becween Rome and Cusco. Quite a number of Spaniards, future urban settlers, had been in Italy before, wacring in the aterrias», during the «ltalian warm», in the battle of Pavia (1525),in the Sace of Rome (1527), ¢tc. Similar analysis is carried out to find classical and Renassaince influences on initial colonial Cusco’s urban developments, city image and analogies (1534-1556). The essay ends pointing out for the frst time, significant urban Renaissance events om two squares -possibly linked among them- one in front of the roman Pantheon and the other, on the main plaza of Cusco; both originating from former rectangular main imperial public squares Key Words: Urtian planning, History. Colonia! period. Incas. Casco. Rome. XVI century, leonography. Resumen Se revisa las influencias clésicas encontradas en los andlisis de la organizaci6a inca hechos por los cronistas de la época, y a la posibilidad de discorsién de la «realidad encontrada buscando analogias entre Roma y Cusco; recordando que no pocos espaioles, futuros fundadores de ciudades, habian estado en Italia, guerteando en «los tercios» durante Jas «guerras de Italia», batalla de Pavia (1525), Saco de Roma (1527), etc. Igualmente en las primeras transformaciones urbanas, de la capital inca, hechas por los conquistadores (1534-L556)se analiza la influencia de la culcura cldsico-renacentista en la ciudad, en su imagen, y las analogias. El ensayo concluye asociando, por primera vez, dos significativos eventos urbanisticos del Renacimiento: la subdivisidn espafola de la gran plaza rectangular inca y la poco precedente nueva formalizacién de la plaza del Pantedn romano, y alredeclores, sobre parte ce la superficie que habia ocupado en époea imperial, la gran plaza rectangular. Palabras clave: Urbanismo. Historia. Colonias, Imas. Cusco. Roma. Sigh XVI. leonografia. * InvescigaciOn presentada al Congreso «América Latina y lo Clasico» (Org.: Centro Bstucivs Chisicos Universidad M.C.b, Santiago, Chile; Coord. Seceidn: T. Hampe, Soc. Petuana Estudios Clasicos), Trice alia), 1 de marro, 2001; y en Ja Mediterranea XX Conference. (Dowling College, N.Y), Castellamare di Seabia (Italia), 2 de julio, 2003. ** Acqnitecto-urbanista y restaurador con Macsttias en Gran Brecaita (M.Sc) « Italia, Dedicado a la Investigacion y 1a docencia iniciada con Emilio Harch-Terré en la Universidad Nacional de Ingenieria, cn la U. de Rome (Catedra Guidoni), y en el ICCROM, donde fue miembro del Consejo y del Comité Académéco, Director del Instituto de Estudios Urbanisticos ITA.L.A. E-mail Lmattoscacdenas@a urfbles Vol. I, N° 2, Lima, noviembre 2005 [53] Leonardo Mattos Cardenas 1. La urbe romana y el nuevo orbe El inca Garcilaso en el Proemio al lector de su Primera parte de los Comentarios Reales, que svatan del origen do las Yous, veyes que fueron del Perv...., publicado por primera vez en Lisboa en 1609, declaraba haber nacide en wla citdad del Cusco, que fue atta Roma en aquel imporion. ‘Mas adelante, ampliando esta analogia (Garcilaso 1609: IIT, 21) recuerda que «! Caco en sx imperio fue otra Roma en el sityo; y ast se puede catejar la una con ia otra, porque se asemejan en la cosas mas generosas gue tivieron, La primera y principal, en haber sido fundada por sus primeros reyes. La segunda, en las muchas y diversas naviones que conqutstaron y sujetavon a sx imperin. Lat sercera, en las leyes tantas y tan exxelentes que engenclraron, ¥ (que) com su buena doctrina urbana y militar criaron...»!. Algunos afios después, cuando se publica pdstuma la segunda parte de su obsa, lamindo- la Historia General del Perv,,., al referirse brevemente a México-Teotihuacin, antigua capiral del imperio azteca, motiva andJogamente su interés en ese otro imperio del Nuevo Mundo, para que se pronunciasen sobre los «climasy planetas que predominaban sobre ella». Calancha en el siglo XV4i enfatiza similares preocupactones. Por investigaciones recientes resulta imposible negar esos sitos referidos en tas ce6nicas, sin [56] uribles Vol. Il, N° 2, Lima, noviembre 2005. Cusco: ata otra Romae OER ee Ea a Gi ig es aw er BG ee Grama ‘embargo ellos muestran curiosas semejanzas con costumbres descritas en textos clésicos como el teatado de Arquitectura de Victubio, redescubierto en esos afios y con ciertos ritos y horéscopos pre-fundacionales practicados hasta ese entonces en ciudades como Florencia y Ferrara (Del autor, 1989: 18,5). Por el contratio, la abundance documentacidn exiscence sobre fundaciones espanolas en América no enfatiza preocupaciones astralcs similares, aunque si describe otros rituales fundacionales: lanzar alardes y piedras, herir un Arbol o tronco (valle) con la espada, galopar alrededor de él, ete. 2.2. Componentes urbanas Los espajioles hicieron constantes referencias clisicas frente a algunos edificios incaicos -contrados, sobre las casas de las mamaconas y acllas, no me detendré ya que existen nume- sos estudios. Cieza de Leon narra (1548-1550) que en Tembes -primer asentamiento inca nocido por los espaiioles- habia restos de una «fortalezan y de un «temple del sol y cara de suacomat qe quiere decir majeres principales vingenes, dedicacdas al servicio ded templa, lax cuales : al uso de la costuanbre que tenian en Roma las virgenes vestedes vivian y extaban...» (Ciena, 262:1V-42), Otros como Juan de Betanzos describieron igualmente las mamacunas (acllaconas) como virgenes del sol. Franklin Pease lo consideraba un ejemplo de «romanizacién del pasado incaicon, Negandoa sensar que «xo sorprende que las virgenes finalicen caraiterizando parte del culto solars, para él cambién romanizado (Pease, 1999: 33). Después de 1550 los cronistas acentuaron aun mas esa romenixacién convittiendo las acllas en autéaticas vestales. Garcilaso en sus Comentarras Recles de dos Incas (Cap.1: 10), tomando de Cieza de Leda, reitera que «<2 lai remplas principales tenian gran cavtidad de virgenes mucy bermasas, confornie a urfbles Vol. ll, N° 2, Lima, noviembre 2005 [57] Leonardo Mattos-Cardenas Fig.n° 04. Kouta an Arpet Selo XIX, Aetualmente esta ansiqulsima cipule oboveda (qubba}, da el rembra a inpomtente sector fla cluriac conde tuvimis ocasién de twabeiar. Colaceion: LHC. Las que huebo en Roma en ef temple de Verna , 9 casi gucrdaban Is mismos estatutos que ollas». Para él los wantiguos y nuevos gentileso(comanos ¢ incas) tenfan mucho en comtin, - vg. €! origen divino de sus gobernantes como Manco Capac- ambos imperios culminaran siendo cristia- nizados siguicndo un proceso gradual de conversion. Estas comparaciones en la época repre- sentaron maneras de armonizar el mundo indigena con el mundo espaiiol (Anadén, 199 103) como ya anocaron igualmente Durand Flores y Flores Galindo. Justus Lipsius en su lilbto De Vésta et Vestalibus Syntagma publicado en Amberes en 1603, citaba igualmente la autoridad de Cieza de Le6n y la de Agustin de Zarate a este respecto. De la misma maners el jesuita francés Lafitau, que habia leido a Garcilaso, cuando escribié su libro sobre «Las costumbres de los salvajes ameticanos compatadas con. las costumbres de fos primeros tiempos» (Laficau, 1724) relaciona ef culto al fuego de las vestales romanas al de las «virgenes del Estado» inca agregando a) toda los rituales y la organizacién del culto al fuego de los indios itoquies del Canada donde habia estado como misionero (eft. MacCormack 1995: 121, 108). Tatando de demostrar de esta manera, como nachos otros, que coda la humanidad compartia un origen comin -incluyendo su descendencia de Noé y el conoci- miento y contacto en algiin momento con el Hérdadero Dias- como escrito en la Biblia. Debemos notar sin embargo que la existencia y refinada organizeciéa de comunidades femeninas encargadas de la elaboracién de productos para el inca y para la guerra, fue una realidad indiscutible. Este sector identificado como eacllahuasi» a cargo de las mamacunas -al igual gue en edificios similares en otras poblaciones inca- se presenta asociade fisica- mente a los sectores abiertos y cerrados dedicados al sol: et Intipampa, el Koricancha, y antes segtin ottos a un mas genérice Inticancha: «terreno del sol». En el Cusco todos estos sectores, en contacto con ef sector del Amarscancha -identificado también como «patacios del inca [58] urlbles Vol. II, N° 2. Lima, noviembre 2005 Cusco: «La ota Roma Huayna Capac», alcanzaban asi la gran plaza inca, donde hoy vemos asomarse Ia iglesia ssuita y su convento. A lo largo de los afios se afinaron otras analogias en las crénicas, como las del Pancheon tomano con el Kericancha 0 Templo del Sol. El licenciado Polo de Ondegardo hacia 1571 tos refiere que durante el [mperio de los Incas una vez. conquistada una provincia se a centro una torre principal becha a mada de cipudan - ga qu cubs significaba cdpula en italiano y viene del arabe «qubba que significa béveda”. (fig. 4). Por otto lado nos puede dar luces sobre el asunto, una carta enviada por un florentino ese Sevilla el 13 de diciembre de 1533, a su paisano el Catdenal Santiguatsra a Roma, selta a copiar y enviada inmediatamente a Siena, con las primeras noticias sobre el Perd ya publicada, aunque sin analizar su contenido (Liberati, 1932: 3). Fue escrita en italiano a pocos dias de la legada de la primera nave que lleg6 a Sevilla desde el Pera Ilevando sus tesoros, ances de Ja nave de Hernando Pizarro®. A nuestro parecer ~ la primera referencia sobre la arquitectura de los incas y sobre la existencia de ciertas mas abovedadas; ella describe aun prisionero al inca Atabalipa (Atahualpa), asi como ottos ctos de Ia conquista y los tesoros que se iban recogiendo en ese «pals blacentern, con muchas © fuentes de oie fray caliente coma on Haba, ananque de excasas maderas, randemzente pablado y com netles casas de piedra labrada y abovedaday. (wdelecevel pase com atsal sie fonti Cisequa treda, ecaldo come in Italia, solaniente mancamento de legnami, fopolatione grande, belle chase dé petra choncia, « in volta. » 3) Datos que deriven evidentemence de lo narrado por los espaftoles que bajaban de este sunef navio en Sevilla -no se conocian aun versiones escritas- y parecen describit mas bien visto en Cajamarca ya que Xeréz que liegé poco después -al publicar en Sevilla en 1534 uribjes Vol. il, N° 2, Lima, noviembre 2005 [63] Cusco: sla otra Roman su Verdadera Relaciin- informa que en un palacio de Atahualpa «Otro cwarto fronterizo es de cnatras b6vedas redondas como campanas, Wlas cuatra encorporada: en ana». Probabslemente Xeréz escribid cbovedas» al ver habitaciones «labradas sin madera alguna» todas en piedra incluyendo el techo, como se observabe alli en algunas construcciones incas con fala béveda (notaclas mds tarde, inclusive por Alexander von Humboldt), Béveda significa cambién «habitacién labrada sin madera alguna, cuya cubierta o parte superior es de bveda» (Dic- Gionario dea lengua, 1947: 192). Estas visiones con edipulas -quizis imaginadas erradamente en madera- se reforzaron a nuestro parecer no sola con la imprecisién de la versién italiana de lo escrito por Sancho sino con una equivocacién en la traduccion de lo escrito por Xeréz en 1534 cuando (Ramusio, 1988: 756). Ambos equivocos publicados en ef volumen de Ramusio que acampatié el grabado de 1556. Ya que como justamente reafirmaba el mismo Garciliso, los ineas eno sapicvon havor bovedas de arco», "Esta versidn ideal del Cusco, obra de un grabador italiano desconocido, perduré durante casi todo el periodo virreinal. Sole avanzado el siglo XIX, durante el periodo republicano, se legé a tener versiones planimétricas completas, no imaginadas, det Cusco 2.4, Paralelismos Podemos observar sin emberge que los sistemas impericles presentan a veces caracte- risticas, condicionamientos y comporeamiencos sociales y religiosos comunes, con una ten- deacia 2 la integraci6n ideoldgica y formal, que puede reflejarse en el estilo, la arquitectura, el urbanismo, la organizacién cecritorial y vial; que nos puede llevae a cicrtcs paralelismos. Desde el punto de vista religioso salea a la visea la analogia astronémica y religiosa que tune fa fiesta dei Sod Victorioso, el «Dies Natuis Solis invictin de los comanos ca el solsticio de invierno del hemisferio norte (24-25 diciembre: festividad igualmente reconocida en la antigiiedad egipcia, persa y mesopotamica), y su correspondiente seis meses después duran- te el solsticio de invierno en el hemisferio sur; la gran fiesta inca del Sol del 24 marzo: el Inti Raymi.¥ desde los primeros siglos de nuestra era, [a simbologia solar se habia visto factli- tada en su ihteyraciéa con la simbologia cristina al cecurrie a textos biblicos aplicados a Cristo, como el de! profera Malaquias «para vosotros surgiré el Sol de justicia» (3,20) y por _ Jess mismo que se llama «luz del mundo» (segiin Juan: 8, 12). De otro lado, asf como en Occidence existieron «otras Roma» (se ha identificado inclusive analogias ucbanisticas entre Roma y Constantinopla Ja «nueva» Roma), durante el iroperio inca cxistieron «rvs Cuscon, Betanzos refiere que el Inca ordené que sviayan al Quito donde se hat de hacer el nuevo Cuzco y ansi cama son aqui poblados en torn desta cindad han dser alld pobladas en Ja manera que aqat fo son». Garcilaso igualmente narra que e! inca Capac Yapanqui Ilamd «Cusco» a otro asentamiento que ordend consceuir en la costa de Lunahuané frente a Guarvo (Caitete) donde «st fas cuarteles del ejército pusieron nombres de las barrios principales de a cindad> casqueiia. La toponimia recuerda igualmente «otros Cusco» como el levantado sobre el camino inca en los andes cerca de la Ligua, Quinta regiGn interior (Stehberg, 1995) en el lamado Noree Chico de Chile o el asentamienco levantado por Viracocha inca segtin Cieza en Caca (Xaxa) Jaque Jahuana, al rehusarse « regresar a la capieal, con tipica canteria inca que atin subsiste en ruinas: el llamado Uchuy Coxe «pequefio Cusco». Sin embargo, Bonavia y otros no han nocado analogias urbanisticas saltantes entre la capital inca y estas nuevas poblaciones®, Los paralelismos con algunos ejemplos de la canceria romana son igualmente evidentes y fueron yadetectados por Alexander von Humboldt en el Foro de Nerva, y recordados por Squier (1863-1877). Nocamos asi mismo que las Puertas Latina y Pinciana abiertas en Roma, en Jas murallas aurelianas, presentan nudos semejantes a las que se observan en la canteria inca, como por ejemplo la parte inferior del Rueicolca © «Palacio de Inca Roca». Estas protuberancias han sido encontradas inclusive en Atenas en piedras de la Actopolis (Gasparini y Margolies, 1977: 340}. Sus funciones esotéricas 0 pragmiédtices, transporte, anclaje, han sido esgrimidas por estudiosos en codos esos casos: Harth-terré en lo inca. 3. Clasicismo y Cristianismo en el Cusco colonial 3.1. Convergenciasestrathgico-religinuas Con respecto a la ciudad deberos tener presente que entre la llamada wromtnitas» pagana y el cristianismo romano existié una relacién de continuidad y no solo de antagenismo (Gonzéilez, 1987:127). Después de la experiencia de Roma los cristianos elaboraron une ciudad metafisica, un proyecto de Ciudad de Dis en el tiempo, terrena, que proviene del «Civitas Deiv de San Agustin (Storoni, 1994) derivads de la ciudad metafisica biblica y del modelo social de Platdn, Concordantemente, las nuevas poblaciones en América fueron organizadas y trazades siguiendo criterios y modelos de diferente indole: «pragméaticos 0 oHaERG, Rubén (1995): Lnstalaciones incatcas en el norte y cenira semidvido del Chile, Santiago. oRont Mazzorans, Li Tonto (1544): Le wise dei dodici Cesari. (Traduccién al italiano de Paolo del Rosso, O.P). Roma: Editoriale Romana. sachent, Luis (1980): Historia del Pord Antiguo. Lima “aRrz, Francisco de(1985){1534}: Verdacera Relacién de la conauista del Peri Historia 16: Madrid. CCENARRO, Germén (2000): «Quagyaghawana», en: ArkinkaN°60, Lima, pp.88-100. urfdjes Vol. Il, N? 2, Lima, noviembre 2005 175]

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